El a�o de los 6 culitos
Aunque mi t�a de 18 a�os, me hab�a quitado la virginidad
cuando yo ten�a trece a�os, confieso que esa vez no eyacul�. Mejor dicho nunca
hab�a tenido una eyaculaci�n.
Y sent� algo de repulsi�n hacia su co�o peludo y h�medo como
una brocha. No obstante ese contacto me gusto.
A mis trece a�os el autentico placer que llegu� a sentir fue
con seis vecinitos.
Gilbert de 11 a�os, Mario de 10, Pipo de 8 , Julito de 9. Leo
de 7 y Vicente de 13.
En mi barrio por esos a�os,hab�a mucho sexo entre los ni�os.
Los mas grandes iniciaban a los mas chicos, era como una cadena.
Si hubiesemos vivido en un campo, la hubiesemos cogido con
las burras, las chivas o las gallinas. Pero no. Nosotros disfrutabamos de los
mas inocentes. Ya , yo hab�a sido victimizado por ambos sexos. Ahora me tocaba a
m� convertir a los otros ni�os en mis putitas.
Fue as� como le puse el ojo a Gilbert un carajito bonito que
ten�a unas nalgas redonditas y paraditas. Ten�a once a�os y casi estaba de mi
estatura. Como sab�a que le gustaban los cuadernos de historietas de Superman,
le regal� mi colecci�n de ellas. Desde entonces mostr� un agradecimiento
inimaginable. El quedaba solo en su casa por las tardes. Y yo comenc� a
visitarlo cuando sab�a que su madre y hermana se hab�an marchado a su trabajo.
Era flojo con las tareas escolares y yo se las hac�a. Lo acostumbr� a eso hasta
el punto que ya me llamaba a su casa para que se las hiciera. Pero........eso
ten�a ahora su precio.
Mientras hac�a su trabajo le d�je:
-Siempre te har� la tarea pero con una condici�n. Quiero que
me des el culo.
Se me qued� viendo y dudo un poco.
�Ya te han cogido?, Le pregunt�.
-Todav�a no. Me respondi�. Como si fuera algo que alguna vez
ten�a que ocurrirle.
Lo quiero ahorita. Le recalqu�.
Me baje el pantaloncito y le mostr� mi pene erecto.
Se lo acerqu� a su cara y el lo recibi� con la boca abierta.
Nos fuimos al suelo, el se baj� los pantalones y me mostr� la
belleza de culito que ten�a.
Trigue�o, y redondito.
Mientras me la llenaba de saliva le orden� que abriera sus
nalgas con las manos.
As� lo hice.
Observe aquel orificio con rayos perfectos y apunt� mi verga
hacia el.
Repet�a todo, como la vez en que aquellos dos zagaletones lo
hicieron conmigo.
Hasta las mismas palabras us�.
Me le fui afincando lentamente y sent� como el ano dejaba
pasar la cabeza, ante esa sensaci�n lo introduje completo. Gilbert se quejaba en
voz baja, pero no rehuy�.
Comenc� a meter y sacar. El abajo inm�vil con sus ojos
cerrados respiraba lenta y profundamente. En el culo de Gilbert qued� la primera
eyaculaci�n de mi vida.
Se convirti� en mi favorito, el otro era Mario. A ellos dos
los coj� mas que a los otros ni�os.
Mario era un negrito de 10 a�os. A quien dominaba a mi
antojo.Era mi sombra. Me admiraba. No fue nada dif�cil colocarlo en cuatro u�as
y cojermelo cada vez que yo quer�a.
Gilbert y Mario me buscaban a mi casa cuando quer�an verga.
Pronto mi vecino Vicente de mi misma edad se di� cuenta e intent� cojerselos �l
tambien, pero yo les hab�a prevenido para que no se lo dieran.
Vicente siempre fue caliente como cont� en la primera parte
de estas confesiones.
Quer�a cojerme y a m� el no me provocaba ya. Al final se
rindi� y se me ofreci�, el quer�a era tirar, ya sea siendo activo o pasivo.
As� cay� Vicente boca abajo ante m� en varias oportunidades,
el gran carajo mas tarde se rasp� a mi hermanito de 8 a�os. Cuando me enter�
jod� a mi hermano y lo amenac� con contarselo a mi mam�.
El tercero en caer en mi lista fue Leo, un catirito de nalgas
rosaditas que era la putita de Vicente. El d�a que lo estren� sent� en mi olfato
el aroma de su culo sudado con ligero olor a mierda que me volvi� loco. Lo �nico
malo era que el Leo ya estaba totalmente amariqueado y estaba convertido en la
perrita maluca de todo el barrio, por eso no lo busqu� mas.
A Pipo y a Julito los desvirgu�, pero los mont� pocas veces
debido a que la hermana de Julito se enter� y arm� el revuelo. La mam� de Pipo
vecina de ellos interrog� al Pipo y este se le fue la lengua.
As� se presentaron las dos madres con sus carajitos tomados
de la mano en mi casa reclamando el honor de ellos.
Mi madre me defendi� como una tigra. Diciendole mentirosos a
los 2 ni�os.
Hubo disgusto, enemistad para toda la vida entre ellas. Y
sobre todo un odio hacia mi, que llevaba a esas dos viejas regarme la fama de
s�dico de carajitos en el barrio.
Qu�zas aplac� un poco que mi bisabuela era la partera de la
zona y nadie quer�a hecharsela de enemiga, porque ten�a tambien fama de bruja.
Con todo lo que pas� me qued� con mis dos mariquitos
consentidos.
Gilbert con su suave cabellera que acariciaba mientras lo
culeaba y Mario El negrito que cada d�a se iba poniendo mas interesante.
Mario fue el que mas dur� conmigo. Y me llam� la atenci�n
como su peque�o pene fue d�a a d�a, mes a mes, a�o a a�o, engrosandose y
creciendo. A sus doce a�os lo segu�a cojiendo, yo en ese entonces estaba
enamorado por primera vez y ten�a una novia preciosa. Pero segu�a con Mario. Y
Mario segu�a conmigo.
Lo coj�a divinamente, cuando lo ten�a ensartado, le
acariciaba su miembro. Esto le fascinaba. Pronto comenc� a sentir las ganas de
probar ese tronco que ten�a Mario.
Y todo se acab� cuando Mario con 17 a�os fue asesinado en una
balacera.
Nunca me penetr�, pero le hice el sexo oral cada vez que �l
quer�a. Eso s�, a �l ten�a que cojerlo obligatoriamente por que ya estaba
acostumbrado a sentir placer conmigo.
Llor� su muerte con el coraz�n.
A mis 14 a�os viv� mas heterosexualmente, gracias a mis
primas Carmen, Otilia, Narcisa y Antonia. Pero tambien castigaba a Gilbert y a
Mario.
A los quince enamorado de Judith locamente, me dio su h�men.
Y estuvimos tres a�os de novios hasta que sali� embarazada y mi familia tuvo que
sacarme urgentemente del barrio porque sus hermanos iban a matarme.
Como ven, cada etapa de mi vida da para un relato.
A los 18 comenc� a vivir solo, entr� a la Universidad. Hasta
los veinte a�os fui heterosexual puro. Muchas mujeres comenzaron a desfilar por
mi vida.
Despu�s de los veinte fui buscando espor�dicamente contactos
homosexuales. Sobre todo cada vez que me embriagaba. Pero no llegaba a tener
sexo con penetraci�n. Lo intentaba, pero me dol�a. Gracias a Dios que fue as�.
Porque lleg� la epidemia de Sida y comenzaron a morirse los maricos y los
pervrtidos. Yo hab�a sobrevivido a esa tragedia.
Tuve cerca de 10 contactos orales con machos, pero....sin
penetraci�n. Ellos al final se conformaban con una gran mamada y se olvidaban de
querer clavar.
Este relato es la segunda parte de Caliente desde mi
infancia.
En la pr�xima y �ltima parte de este relato abarcar� mi vida
sexual desde los 30 a�os, en una �poca donde el HIV hace estragos en la
poblaci�n joven promiscua.
Lograr�an penetrarme mas tarde dos individuos, en dos
momentos diferentes de mi vida.
Con uno de ellos ya tengo mas de cinco a�os, y es el que me
baja el climax cuando lo deseo.
Soy bisexual a predominio hetero (70%) y homo (30%) eso creo
yo, sinceramente.
Nos veremos en el espejo, chao.
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