Despu�s de haber le�do tantas historias de infidelidades, les
voy a contar algo que me est� pasando desde hace poco tiempo atr�s y que por
verg�enza no me hab�a atrevido a hacerlo. En este foro puedo hacerlo y esperar
consejos de personas con experiencia y que posiblemente les haya pasado lo
mismo.
Estoy casado hace pocos tiempo atr�s y mi esposa es una mujer
trigue�a, muy pero muy bonita. Como no tenemos hijos a�n, se le dio por traer a
la casa a un muchacho de raza negra, alumno de ella, ya que es maestra de
escuela nocturna y solo aceptan desde los quince a�os. Este alumno tiene unos 17
por lo menos. El antojo de ella era para que nos ayudara en la casa, ya que
debido a mi trabajo casi no paso mucho tiempo en ella. Le arregl� un cuarto
peque�o y pas� a formar parte de nuestras vidas.
En todo este tiempo, mi mujer se ba�aba en el ba�o del patio,
que es muy c�modo y funcional, debido a que en la casa siempre se tapaba la
ca�er�a. Esta se�ora siempre lo hac�a en calz�n y sost�n porque dec�a que del
patio contiguo la pod�an mirar. Se cuidaba mucho, la verdad es que siempre yo
observaba que el vecino, un se�or maduro abr�a un poquito la cortina y ah� se
quedaba hasta que ella terminara de ba�arse. Cuando se lo coment� a ella se
asust� y empez� a ba�arse en enaguas. Vi�ndola ba�arse con esa ropa me atra�a
m�s porque mostraba el calz�n ralito y los pelitos se le ve�an clarito, cuando
se daba la vuelta, sus nalgas mostraban su belleza. Un d�a me encontr�
observ�ndola y me dijo que era morboso.
El muchacho negro de la casa era muy respetuoso, pero un d�a
llegu� de improviso y lo encontr� escondido atr�s de la puerta del patio
observ�ndola ba�arse, pero el no me vi�. Me escond� y vi que se estaba
masturbando. Entr� al cuarto y abr� despacio la cortina del cuarto que da al
patio, cuando me encontr� algo inesperado, mi mujer se estaba ba�ando casi
desnuda, solamente ten�a puesto un hilo dental negro que le tapaba la rajita del
rabo y por delante solo los labios de la vagina, pero se le notaba por los lados
del hilo una pelaz�n que daba escalofr�os. Ten�a una chucha bastante grande para
ser sincero. Me sorprend� de verla as� pero no not� nada raro.
En ese momento pens� que algo estaba por suceder y me prepar�
a ver que era lo que segu�a. Termin� el ba�o y llam� a Camilo, el negro. Antes
de eso se puso una toalla alrededor del cuerpo pero como era peque�a no la
cubr�a toda, no le tapaba la parte de debajo de las nalgas, es decir que
mostraba el inicio de su rico rabo. Le dijo, Camilo ven un momento, ah� supe que
mi mujer quer�a provocarlo al negro. El negro apareci� y dijo con voz nerviosa,
diga se�ora.
Mi mujer le dijo, quiero que me hagas un favor, de mi caj�n
de interiores tr�eme un calz�n y una camiseta blanca que tengo fr�o., se fue el
negro y se los pas� pero no se fue, ella le dijo date la vuelta un momento que
voy a cambiarme. As� lo hizo. Al virarse el negro ella se hizo la distraida y se
puso a lavar los interiores que estaban en la tina, pero como la tina era un
poco alta, la camiseta se le sub�a y mostraba una parte del calz�n, que por
cierto era muy peque�ito. El negro estaba sentado en la puerta conversando con
ella, pero yo notaba que Camilo conversaba con mi mujer pero como ella estaba de
espaldas no veia su mirada, la ten�a clavada en su calz�n. Nadie puede dudar que
mi mujer lo estaba provocando a prop�sito para ver su reacci�n y saber si el se
lanzaba o no a la carga. A la media hora termin� de lavar y se sent� en un
banquito a conversar de frente con Camilo.
Esta vez si se decidi� a ir ella a la carga, adem�s de
mostrarle disimuladamente el calz�n desde el banquito (se sent� frente a �l a
dos metros de distancia), le pregunt� que si ya hab�a estado con una mujer y que
si no lo hab�a hecho que le avisara para darle dinero (todo lo hac�a con una
sonrisa provocativa). El negro se re�a con verg�enza y le dijo que una vez lo
hab�a hecho en su pueblo pero que la novia era muy floja y no lo aguantaba y que
ac� le daba miedo hacerlo porque le ten�a temor a las enfermedades. Entonces mi
mujer le respondi� �qu�, tan grande lo tienes, si a�n eres un muchacho?, pero le
clav� la mirada en la pantaloneta blanca que ten�a puesta, dici�ndole, que hay
de verdad que los hombres de tu raza tienen el p�jaro largo y grueso, Camilo se
ri� "si se�ora, es verdad".
Yo en mi lugar escondido miraba y o�a todo sin que ellos me
vieran hasta que mi mujer se levant� y dijo, entremos a la casa Camilo que
quiero me hagas un favor especial. Cuando el negro se levant�, mostr� un bulto
enorme en su pantaloneta y como la puerta era estrecha mi mujer se dio las ma�as
para pasar a su lado roz�ndolo con sus nalgas. El negro la sigui� y mi esposa le
dijo. Mira, mi esposo llega hoy y me he comprado una ropa interior que a �l le
gusta v�rmela, pero quiero que t� como hombre me digas si me queda bien o mal,
es muy atrevida y como tu eres de confianza no pasa nada, pero eso s�, nunca se
lo comentes a mi marido. Yo corr� atr�s del ropero y me escond�.
Ella entr� y se puso un hilo dental blanco y sost�n blanco,
encima una tentadora peque�ita que le daba hasta m�s abajito de las nalgas.
Estaba preciosa y sensual como siempre. Camilo estaba en su cuarto y ella lo
llam�. El negro entr� y la vi�. Mi mujer empez� a darse las vueltas y le dijo,
que dices, me queda bien, el negro no pod�a hablar. Entonces dijo, le queda
linda se�ora, parece una mu�equita y el bulto de su pantaloneta se hizo m�s
grande. Mi mujer se dio la vuelta y le dijo, voy a ponerme otra para ver que me
dices, se dio la vuelta y de espaldas a �l se sac� el hilo dental para ponerse
otro.
De espaldas a Camilo dizqu� buscaba otro hilo dental,
completamente con las nalgas al desnudo y se hac�a la que no lo encontraba, se
agacho al caj�n de abajo y le mostr� todo su rabo al descubierto, se le ve�an
los pelos de la chucha, entonces Camilo le dijo, se�ora, as� se ve mejor y se
levant� ya fuera de control y se peg� a mi mujer. Ella se hizo la sorprendida y
contest�, que haces Camilo, el dijo, se�ora no me haga esto por favor, me va a
matar del gusto. Mi esposa riendo le contest�, bueno, o te mato del gusto o me
matas t�, nunca he visto una verga de negro, mu�stramela a ver si en verdad son
grandes y se sent� en la cama sin calz�n. Camilo no esper� m�s y cerr� la
puerta, se sac� la verga y le dijo mire se�ora.
La zorra de mi mujer qued� con la boca abierta y balbuce�,
esto no es una verga, es un bate de b�isbol y la cog�a con las manos pes�ndola,
hasta que nerviosa pidi�, t� crees que me entre aqu�, subi�ndose la bata y
mostr�ndole la chucha llena de pelos. Camilo le dijo, se�ora, en esa chucha tan
rica y tan grande entra mi verga justita. Camilo la acost� en la cama y se trep�
encima de mi mujer, le puso la verga entre los senos, le llegaba hasta cerca de
la garganta.
Mi mujer ya no aguant� m�s y se puso a besarla con deseos
contenidos por cuanto tiempo ser�a, quiz�s desde que lo vio en la escuela
nocturna. Se la meti� a la boca con bastante esfuerzo y la mamaba como si fuera
un helado de chocolate, luego se la sac� y comenz� a mamarla desde la boca tan
deliciosa de mi mujer hasta bajar a su monte de venus, le besaba los pelitos con
que ganas que hasta a mi me dio ganas de culearla en ese momento, la mord�a por
todas partes hasta que se mont� encima de ella, le abri� los pelos con mucha
delicadeza y la penetr� despacito, se lo met�a poco a poco, pero mi mujer no
mostraba signos de dolor, solamente gritaba que se la meta r�pido que ya no
aguantaba m�s las ganas. Verdaderamente el negro la hizo sufrir un poco hasta
que ella mismo subi� las caderas y se enzart� completamente. En esta posici�n la
cule� unos diez minutos, hasta que la hizo terminar con unos gritos de loca.
Entonces mi putita arrecha, lo hizo a un lado, lo acost� boca arriba y se sent�
de espaldas a �l, se inclin� un poco, le puso las manos en las rodillas y le
mostr� el tremendo rabo que se manejaba, era una belleza indescriptible ver ese
culito en todo su esplendor, alcanc� a verle el huequito del rabo, era peque�ito
y sonrosado.
Que iras sent�a verla mostrando ese huequito que tanto
adoraba. Entonces camilo le elev� m�s las nalgas y se peg� a mam�rselo con la
fiereza y ansias de un hombre que no ha culeado por mucho tiempo (estoy seguro
que nunca hab�a culeado un culito de mujer de raza blanca). Le met�a la lengua
hasta adentro del rabo hasta que la hizo terminar nuevamente. Luego despacio, mi
mujer le cogi� la verga y se la puso otra vez en su chucha, esta vez se sent�
con fuerza y se volvi� a clavar ella solita, as� clavada hasta las pelotas,
mov�a las caderas y las nalgas recostada en el pecho de �l, sub�a y bajaba con
fuerza mientras �l le mord�a la nuca y con sus manos se daba lujos sob�ndole las
tetas que eran paraditas.
A los 20 minutos ya mi mujer no gritaba sino que daba
alaridos (que mujer no lo har�a con tremendo tronco dentro de su chucha), hasta
que solita se levant� y se puso en cuatro, Camilo entendi� y se arrodillo frente
a ese rabo fenomenal y sin m�s pre�mbulos se lo meti� completamente en ese
huequito peque�ito (no se como le entr� todo ese tronco sin decir ni p�o si a m�
me hace tanto problema cuando se lo pido). Ya con todo adentro empez� a pedir
que la parta, le dec�a que era lo m�s rico que ella hab�a sentido en su vida y
mov�a esas ricas caderas con que amor, deseos y pasi�n hacia aquel negro que la
estaba partiendo en dos, pero no ocurri� as�, m�s bien le ped�a que le meta los
dedos en la chucha y la verdad es que la hizo terminar nuevamente como nunca yo
lo hab�a hecho. El le sac� el pene grueso y largo y se lo puso a ella en la
boca. Parece mentira, toda ese chorro de leche se lo meti� en la boca de mi
mujer, que lo saboreaba como si fuera un helado tan rico. Le peg� un beso de
campeonato, se visti� y se fue al patio.
Mi mujer se ba�o y sali� ya vestida a la sala, supuestamente
a esperarme. Bueno, ella hasta ahora no sabe que mir� y escuch� toda su puter�a,
pero no le he dicho nada, a pesar que me imagino que el negro se la sigue
culeando cuando yo no estoy, pero si ella es feliz con otra verga m�s grande que
la llena y la satisface, no me parece que tenga que reclamarle nada,
desgraciadamente la m�a no es tan grande, aunque eso s�, me complace cuando yo
quiero culearla y hace todo lo que le pido, claro que nunca grita como lo hace
con el negro y la entiendo. Como comentario puedo decirles que la veo m�s
apetitosa cuando el negro la culea, ser� que estoy loco o soy enfermo sexual. Si
alguien me da una respuesta se los agradecer�.
El complaciente