Bendita inexperiencia.
Quisiera decir que soy una mujer joven, tengo 30 a�os, por
consiguiente todav�a soy muy caliente. No hace falta que me busquen mucho para
que caiga sumida en el placer.
Soy de altura media, 1�70 mas o menos, de pelo largo hasta la
cintura y morena, tanto del color del pelo como de la piel. Mis medidas son
99-65-95 lo, que para haber sido madre joven, est� muy bien. Conserv� mi figura
haciendo ejercicio y dieta ya que, al tener tiempo por ser madre muy joven, mi
ni�o quedaba al cuidado de mi madre.
Me qued� embarazada a los 18 a�os y, de aquel chico del que
me enamor�, solo queda el recuerdo de la noche en la que me entregu� a �l y su
despedida cuando le dije que estaba embarazada, nunca quiso saber nada ni de m�
ni de su hijo y, por m�s que mis padres preguntaron, nunca conocer�n su nombre.
Durante dos o tres meses me lo encontraba en la calle, llevando del brazo a otra
chica, pero despu�s desapareci�. Me dijeron que se hab�a metido en el ejercito
profesional y se hab�a ido a la marina, no podr� saber si es verdad.
El caso es que me estoy enrollando.
El asunto empez� hace unas semanas. Como ya he dicho y, al
ser madre soltera, vivimos con mis padres mi hijo Carlos, de doce a�os, y yo.
Como la casa es peque�a, dos habitaciones, un cuarto de ba�o, un sal�n y la
cocina, mi hijo y yo dorm�amos en la que siempre ha sido mi habitaci�n. Cuando
era chiquito, �l dorm�a en la cuna junto a mi cama, pero a medida que se hizo
mayor tuvimos que cambiar su cuna, y mi cama, por una cama de dimensiones un
poco mayores, a�n as� dormimos muy juntos.
Desde el primer momento que Carlos empez� a dormir en mi
cama, le gustaba tumbarse encima m�o, por que le gustaba que le atusara el pelo
hasta que ca�a dormido. Habl�bamos de cosas de ni�os y jug�bamos a las palabras
encadenadas.
Una noche de hace tres semanas, cuando llevaba un rato
dormido Carlos y, mientras todav�a estaba yo despierta, empez� todo. Como
siempre estaba tendido encima m�o, con su cabeza entre mis pechos y su cadera
entre mis piernas, hab�a seguido acarici�ndole a�n sabiendo que estaba dormido,
y de pronto sent� algo. Inconsciente mente su cosita comenz� a hincharse, deb�a
de estar teniendo un sue�o er�tico, pero �l no se mov�a. Es verano y yo duermo
con un escueto camis�n finito, solo con las bragas y sin sujetador, mi hijo solo
con los calzoncillos y, mientras le segu�a acariciando presa de la sorpresa, su
cosita sigui� creciendo. Empec� a imaginar en quien pod�a estar pensando y me
descubr� con una sonrisa en los labios al pensar que era yo. Entre mis
pensamientos, el calor y su cosita, que no dejaba de crecer, me fui calentando.
Pero no pod�a hacer nada, si mov�a un m�sculo despertar�a a Carlos y no quer�a
sacarle de su sue�o, aunque sabia que estaba mal beneficiarme de eso. Su cosita
crec�a y crec�a, no pod�a creerme que un ni�o de doce a�os pudiera esconder tal
tama�o, su respiraci�n se empez� a acelerar y �l a moverse, muy despacio y muy
torpemente. Aquello hizo saltar mis primeros suspiros, mis pezones comenzaron a
ponerse duros y mi rajita a humedecerse. Carlos gir� la cara y puso su boca
entre mis pechos, que ya estaban duros, sus suspiros me hicieron cerrar los ojos
y el movimiento de su cadera, morderme los labios. Volvi� a girar su cabeza,
bruscamente, para tomar aire, lo que provoc� que un tirante del camis�n se
rompiera, dejando media teta fuera de la tela. Sus movimientos y su cosota
rozando en mi vagina, me estaban llevando al para�so. Los gemidos de Carlos eran
sonoros y, de repente, sus calzoncillos se mojaron y, al sentir de su humedad y
calorcillo, tuve un peque�o y muy er�tico orgasmo. Permanecimos as� tumbados,
casi abrazados y jadeando, hasta que nos dormimos.
A la ma�ana siguiente y, como todos los d�as, Carlos se
levant� el primero. Cuando yo me despert� recuperando la conciencia y la visi�n,
vi a mi hijo sentado al lado m�o mir�ndome detenidamente. Al principio no
comprend�a que miraba tan concentrado y el no se dio cuenta de que estaba
despierta, y entonces supe que pasaba.
Con el ajetreo de la noche y el tirante roto, ten�a una teta
fuera y la otra casi, debido a los movimientos inconscientes mientras dorm�amos.
Carlos miraba obtuso las tetas de su madre y se asust� cuando las tap� con el
camis�n.
-Lo siento mam�, yo no quer�a...
-No te preocupes, no pasa nada. Adem�s, cuando eras peque�o
las ve�as varias veces al d�a.- Le trat� de tranquilizar.
-�En serio mam�?.
-Claro, incluso com�as de ellas. Tranquil�zate anda.- Volv� a
decir.
-��Com�a?!.- Se sorprendi�.
- Si, y d�jalo ya.
-Mam�, �puedo decirte una cosa?.
-Claro hijo, dime.
-Tienes unas tetas preciosas, aunque nunca hab�a visto
ningunas.
Las palabras me cogieron por sorpresa y me sacaron los
colores, si supiera lo que hab�a pasado en la noche.
-Gracias hijo...
-�Puedo verlas otra vez?.- Me asalt�.
-Pero hijo ....
- Anda mam�, has dicho que de peque�o las hab�a visto muchas
veces.
-Pero...
-Venga mam�.
No pod�a creer lo que me estaba pidiendo mi hijo, pero me
estaba poniendo esa carita con la que me sonsacaba todos sus caprichos, que no
pod�a resistirme. Comprob� que la puerta de la habitaci�n estaba cerrada y
suspir�.
-Esta bien, pero solo una vez, �vale?.
- Vale mam�.- Me dijo agradecido.
Dej� caer la mano que sujetaba la parte rota del camis�n y
mis tetas volvieron a quedar al aire y, con el fresquito se me pusieron duros
los pezones. Carlos estaba at�nito y paralizado por la visi�n.
-�Puedo..?.- me dijo tendiendo su mano hac�a uno de mis
pechos.
Asent� con la cabeza y el puso la manita por debajo de la
teta, el roce de sus manos me hizo cerrar los ojos, lo que aprovech� mi hijo
para acariciar mi otro pecho con su otra mano. Con su inexperiencia fue
acariciando mis tetas con su mano, las rozaba como si se fueran a romper, con
timidez, y eso me estaba excitando. De arriba abajo, pasando sus manos por mi
canalillo, dejando entre sus dedos mis pezones, junt�ndolas, separ�ndolas y
vuelta a empezar. Y un gran suspiro de placer se escap� de mi boca, cuando
sorpresivamente, sent� su boca besar mis senos. Abr� los ojos y le vi un poco
asustado, pero tambi�n vi el enorme bulto que peleaba por escapar de sus
calzoncillos, sonre� y me dijo:
-Mam�,�estas bien?.
-Si cari�o, no te preocupes. �Quieres algo m�s?.
-Ver�s mam�, es que....
-Dime, no te preocupes.- Le dije sin apartar la vista de su
enorme bulto.
-�Podr�a verte desnuda?,es que he o�do a los mayores en el
colegio que ver a una mujer desnuda es lo m�s bonito.
No me hizo falta pensarlo mucho y le propuse:
-Te dejo verme desnuda si tu me dejas verte a ti.
El rubor apareci� en su cara de sopet�n y, agachando la
cabeza, dijo:
-Es que me da verg�enza, me pasa algo en mi cosita.
-No te preocupes, yo te curar� lo que tengas, �vale?.
No parec�a estar muy de acuerdo con lo que le propon�a, pero
asinti� con la cabeza. Me levant� de la cama y a escasos quince cent�metros de
�l, met� mis manos bajo el camis�n y me baje las bragas despacio. Le miraba a
los ojos y me admiraba de su espontaneidad. Levant� mis brazos y deje caer mi
prenda intima, ante la hipnotizada mirada de mi hijo, con ella en mis tobillos
dej� caer el camis�n y, completamente desnuda, le dije:
- Te toca.
-Mam�.....
-Me lo has prometido hijo.
Se levant� a desgana y se quit� los calzoncillos deprisa. Era
impresionante, a sus doce a�os estaba portentosamente dotado, la cosa med�a al
menos 17 cent�metros y era bien gruesa, me relam� inconscientemente.
Me tumb� en la cama y le hice sentarse a mi lado. Sus manos
volvieron a acariciar mis tetas, lo que hizo que volviera a cerrar los ojos. Sus
manos recorrieron mi cuerpo, suavemente, entre mis pechos, mi bello p�bico y mis
piernas, me mord�a los labios y suspiraba fuertemente. Cuando sus manos
exploraron mi sexo, las m�as fueron a mis tetas y mis jadeos comenzaron a ser
sonoros. Carlos quiso investigar mi raja y yo le facilit� las cosas abriendo mis
piernas, mientras, con mi mano , empec� a acariciarle su cosita y esta dio un
respingo. Le dije que se tumbara encima m�o, como cuando nos vamos a dormir, �l
se extra�� pero lo hizo. Con su cara entre mis tetas y su cosita en la entrada
de mi rajita, el sigui� con las caricias. Yo estaba en el para�so y me raja
estaba m�s que h�meda, quer�a sentir dentro de mi la cosa de mi hijo y no pod�a
aguantarme m�s. Puse mis dos manso en su culo y le dije:
-Ahora no te preocupes, te voy a curar lo que te pasa en tu
cosita. Solo d�jame hacer a mi.
El me mir� a los ojos y asinti�, y con un peque�o apret�n, la
punta de su miembro entr� en mi raja. Ambos suspiramos y a Carlos no hizo falta
darle m�s empujones, el solo se meti� hasta el fondo de mi, lo que me sac� un
gritito, el sudaba y se mov�a r�pidamente y su aliento refregado contra mis
tetas me estaba volviendo loca. Durante cinco minutos olvid� que era mi hijo y
me entregu� a el como una amante en celo, lo llamaba y le ped�a m�s, el jadeaba
y jadeaba, hasta que de pronto, un inmenso chorro de su lechita mi inund� por
dentro, lo que provoc� en mi interior una reacci�n en cadena que deriv� en un
gran orgasmo.
Permanecimos as� durante cinco o seis minutos, abrazados y
acarici�ndonos, hasta que Carlos me dijo:
-Mam�, te quiero.
-Yo tambi�n hijo, yo tambi�n.
-Pero mam�,�podr�amos repetir esto alguna vez?.
-Claro que si. Desde este momento soy para ti nada m�s,
siempre que quieras. �Vale?.
-Gracias mam�, creo que nunca habr� nadie m�s.
Y desde aquel d�a, todas las noches hacemos el amor, unas
veces por medio de un juego y otras sin mediar nada, pero siempre cuando nos
vamos a dormir.
Espero que les haya gustado.