Relato: Deseos, realizaciones y realidades





Relato: Deseos, realizaciones y realidades

Deseos, realizaciones y realidades


Mi nombre es Daniel, tengo 24 a�os, soy holand�s, pero he
vivido en Latinoam�rica desde los 4 a�os, a continuaci�n les contare los hechos
que han cambiado radicalmente mi vida los �ltimos 2 a�os.


Soy el menor de la familia, y fui educado por mi madre y mis
dos hermanas mayores, ya que mi padre se fue de la casa siendo yo un bebe
todav�a, el ser criado en un ambiente de mujeres en mi caso fue lo mejor que me
pudo haber pasado, porque desde muy temprana edad me reforz� lo que me sent�a y
me hacia diferente a mis amigos, porque de una forma inexplicable para mi y
desde que yo recuerdo, hay una parte de mi que siempre se ha sentido mujer,
creando una lucha interna intensa con mi otro lado masculino, ganando la partida
la mayor�a de la veces la primera. Puedo recordar perfectamente cuando mis
hermanas 5 y 7 a�os mayores que yo, les gustaba jugar conmigo disfraz�ndome con
ropa de ni�a, me maquillaban la cara y hac�an peinados, juegos que yo de una
forma extra�a pero liberadora disfrutaba much�simo, hasta tal grado que aun
cuando no jugaba con ellas, segu� a escondidas haci�ndolo, qued�ndome un gusto
hasta el d�a de hoy, por no usar calzoncillos, sino las tanguitas que les robaba
a mis hermanas y que me pon�a para ir al colegio, con la fortuna que por poseer
un pen� peque�o no me incomodaban para nada.


Desde ese entonces todo parec�a indicar que mi destino ya
estaba escrito en cuanto a mis preferencias sexuales, mi curiosidad era
incontrolable por jugar al doctor con las "cositas" de mis amiguitos, ya fuera
toc�ndoselas o metiendomelas en la boca con todo y huevitos, terminando
chupandoselos con un gusto y desespero indescifrable para mi corta edad,
permiti�ndoles mas tarde que se me acostaran encima con sus "cositas" metida
entre mis nalgas, claro esta que nunca percib� la mas m�nima reacci�n en sus
pipisitos insipientes, descubriendo entonces en mi, dos cosas que me excitan
hasta la locura y que corrobore mas tarde, la primera es que me causaba un
inmenso placer desnudarme ante otros (hombre o mujer), exhibi�ndome
completamente, y la segunda es que, el m�ximo placer lo experimento al
entregarme a otro hombre y no lo contrario, encontrando un poco mas tarde un
delirio inexplicable al introducirme cosas entre mis nalgas, estas han sido las
revelaciones sexuales m�s grande de mi vida.


Mas tarde en mi adolescencia volv� a vivir peque�os y
espor�dicos encuentros con mis amigos de turno, ninguno que valga la pena
recordar, hasta que tuve que parar y aprender a controlar mis impulsos,
primordialmente por miedo y temor a ser catalogado por lo que en fondo ya era,
lo que me obligo a aplacar mis ansias y deseos en solitario.


Tuve muchas novias en esa �poca, gracias a mi f�sico europeo,
causando admiraci�n entre las chicas y curiosidad entre los chicos, porque como
me dijo una de mis novias, era demasiado "linda" para ser hombre, ella pens� que
su cometario me iba a molestar, pero interiormente no hizo mas que halagarme.
Todo lo anterior estuvo bien hasta que termine el bachillerato, pero se puso aun
mejor cuando mi madre me envi� a estudiar a una universidad en Holanda, hecho
que me puso inmensamente feliz, ya que all� pod�a ser y realizar abiertamente mi
forma de ser, sin temor a recriminaciones, sin temor a mostrarme todo lo
femenina que me sintiera. Por sugerencias de mi madre, me fui a vivir primero a
los dormitorios de la U, lugar que no me gusto mucho, pero aproveche esos
primeros seis meses para ponerme bien linda, me deje crecer el pelo hasta los
hombros, me compre ropita interior de mujer divina, hilos dental transparentes y
con encajes, medias veladas negras que me las agarraba con ligueros de pinzas en
las caderas, unas Baby Dolls muy provocadoras, cortas y trasparentes, que hac�an
juego con unas tanguitas m�nimas preciosas, me compre tambi�n maquillaje, cremas
para el cuerpo y perfumes riqu�simos, coronando mi felicidad con un vibrador
negro, grande y grueso, con el que disfrutaba enormemente introduci�ndomelo
entre las nalgas, mientras me miraba al espejo toda linda y muerta de goce,
vestida con el Babay doll y maquillada como una bella hembra como lo que soy
realmente.


Pasados los primeros seis meses, decid� buscarme un apto para
compartir con otro estudiante y cont� con una tremenda suerte que en la
cartelera de la U encontr� un anuncio de uno que estaba cerca, llame primero
para sacar una cita para verlo y me contesto una voz gruesa pero muy amable, esa
misma tarde y muerta de excitaci�n me fui corriendo para verlo, no sin antes
arreglarme lo mas que pude para crearle una buena impresi�n, me puse una
tanguita rosadita de encajes que me quedaba divina, toda apretadita y que
resaltaban mis nalgas, una camisa ancha pero por dentro de unos vaqueros
ajustaditos, me hice una cola de caballo, para no parecer demasiada femenina con
el pelo suelto y puse un poco de brillo en los labios.


Toque la puerta e inmediatamente quede sin habla al ver el
hombre que me abri�, no pude evitar sentir un escalofr�o por todo el cuerpo, su
apariencia me impresion� enormemente, mas aun porque era todo lo contrario a mi
f�sico, ya que mientras yo tengo 1.77 de estatura, soy de suaves m�sculos, piel
blanca como la leche (para mi pesar), rubio, de ojos verdes y nariz peque�a,
afortunadamente sin bellos en el cuerpo mas que una peque�a mata rubia alrededor
de mi peque�o miembro (aclaro que si por ese lado sal� corto, afortunadamente la
naturaleza por el otro lado me premio con un buen par de nalgas que envidiaban
hasta mis novias, porque son completamente paradas y redondas); pero Jan (ese es
su nombre) es todo un macho de verdad, de los que uno solo ve en la TV, todo en
�l s� ve�a y sent�a viril y masculino, es bastante moreno (y a m� que me
enloquece el chocolate), midiendo casi dos metros (despu�s me entere que era
jugador de baloncesto de su U), musculoso, con unos brazos gruesos y largos,
terminando en unas manos grandes, su cara tiene rasgos fuertes, con car�cter,
pero que al sonre�r con sus perfectos dientes blancos y linda boca, se borraba
cualquier cosa que no te gustara de el, quedando yo en ese momento perdidamente
enamorada de el, ya que nunca anteriormente un hombre me hab�a hecho temblar y
causado tanta impresi�n como Jan, el es uno de esos pocos hombres que quieres
que te abrasen y que te hacen sentir segura en sus brazos, era hermoso de
verdad.


Mir�ndome fijamente me estrecho la mano, sintiendo mi mano
perderse entre la suya, con dedos gruesos y largos, sent� un apret�n fuerte y
seguro, hecho que me intimido al principio, pero que Jan se encargo de borrar
con mucha amabilidad, haci�ndome sentir desde el primer momento, bienvenido y
relajado. Me mostr� el apto, tenia dos cuartos y compartir�amos ba�o, sala y
cocina, me pareci� perfecto y no pudiendo aguantarme la lengua, le dije
enseguida que estaba interesado, �l estuvo de acuerdo y quedamos que me podr�a
mudar al d�a siguiente.


Muerta de felicidad esa noche empaque todas mis cositas y en
toda la noche no pude dejar de pensar en otra cosa que no fuera Jan, proponiendo
esa misma noche que har�a hasta lo imposible para fuera mi hombre, hasta s� me
pidiera que fuera su esclava.


A la ma�ana siguiente, Jan me estaba esperando para
entregarme las llaves del apto e instruirme de otros detalles al respecto,
despu�s le toco salir corriendo para sus clases; como yo no tenia clases sino
hasta la tarde, me permiti� con mas calma dedicarme a desempacar mis cosas y
habituarme a mi nueva casa, aproveche para echarle una mirada su cuarto, tenia
una cama doble grande, un equipo de sonido y una maquina para hacer ejercicios,
se ve�a todo muy n�tido. Despu�s me fui a la cocina y lave los platos sucios de
su desayuno y me puse a limpiar un poco el apto, porque sent�a unas ganas
enormes por complacerle y que tuviera la mejor impresi�n de m�. Me fui a mis
clases y despu�s me vine corriendo al apto con ganas de volverlo a ver,
tristemente no lo encontr� sino una nota en donde me dec�a que se fue al cine
con su novia.


A la ma�ana siguiente me ba�e bien temprano y no sabiendo que
ponerme como siempre, opte finamente por una tanguita de hombre que se me pegaba
a las nalgas como mantequilla, met�endome la tela un poco entre las nalgas,
acentuaban su redondez, arriba me puse una camiseta que me llegaba hasta la
cadera y me deje el pelo suelto que ya me llagaba a los hombros y para mi dicha,
me lo encontr� en la cocina, �l tambi�n en camiseta y con unos calzoncillos que
le quedaban divinos, no pude ocultar mi sorpresa al ver un enorme bulto
sobresalir entre sus piernas, un escalofr�o intenso volvi� a recorrerme por todo
el cuerpo con solo imaginarme como deber�a ser el verdadero tama�o de su cetro;
mientras me mov�a por la cocina buscando mi cereal, pude notar su mirada intensa
sobre mi cuerpo y sin saber si le gustaba o no, trate de calmarme y me sent� a
la mesa con �l, desayunamos, el siempre muy amable me converso todo el tiempo,
porque yo todav�a estaba un poco cohibida en su presencia, terminamos y yo le
convenc� que me dejara los platos a mi, ya que mi primera clase no empezaba sino
hasta mas tarde, el se fue enseguida al ba�o a ba�arse y cuando sali� con solo
su toalla amarada a la cadera, casi se me cae la barbilla, tenia un pecho
hermoso y unos hombros gruesos y fuertes, su abdomen era plano, con unos
abdominales perfectamente marcados, terminando en una cintura gruesa pero bien
definida, mi admiraci�n fue tan evidente que lo �nico que me sali� de la boca
era si hacia pesas (que tonto), me dijo que si y que estaba tambi�n en el grupo
de baloncesto, me pregunto si yo hacia alg�n deporte y le dije que la nataci�n,
al rato el sali� de su cuarto y antes de salir me propuso si quer�a que nos
qued�ramos esa noche en el apto tom�ndonos unas cervezas, le dije que encantado.


Para que fue eso, el resto del d�a no pude concentrarme en
nada, estaba muy nerviosa, llego la noche y vistiendo con una linda licra
deportiva pegada al cuerpo, me sent� a esperarlo muerto de excitaci�n, llego al
rato con una canasta de cerveza y ofreci�ndome una nos sentamos en la sala a
platicar, fue delicioso, al principio no me atrev�a a decir mucho pero despu�s
al calor de unas cuantas cervezas se me empez� a soltar la lengua, hablamos de
todo un poco, el sabe de todo y es tan inteligente que podr�a quedarme sentado
sin hablar y solo disfrutar de escuchar su conversaci�n y embobarme mirando lo
bello que es.


Al final de la media noche, cansados y algo bebidos, nos
fuimos acostar, me cambie a una camiseta cortita y que no me cubr�a las nalgas y
sin panties, me gusta para dormir as�, me fui al ba�o sin hacer ruido para
cepillarme los dientes, y que sorpresa me lleve que estando limpi�ndome los
dientes, de pronto entro Jan, el estaba con la misma ropa interior de la ma�ana,
me quede helado, el se excuso y se dispon�a a salir, no sin antes sentir que
devoraba mi cuerpo con la mirada (eso me pareci� a mi), saque fuerzas y
lanz�ndome, me apresure a decir que entrara que ya yo estaba terminando, me
coloque lo mas cerca del lavamanos, d�ndole espacio a �l para que usara el
inodoro, quedando ambos d�ndonos la espalda, al instante escuche el chorro de su
orina, grueso y estruendoso, mientras sent�a el roce de sus nalgas en mi
espalda, ya que �l era mucho mas alto que yo, esto me paralizo por un instante y
sin atreverme a moverme mucho trate de enjuagarme la boca, saliendo casi
corriendo de all� y apenas alcance a susurrarle las buenas noches, esa noche
cre� so�ar que era toda suya, que me penetraba entre las nalgas con su cetro
enorme.


Durante las dos primeras semanas, nos llegamos a conocer
bastante, alcanzando bastante confianza entre nosotros, mientras yo por mi lado
trataba de insinuarme un poco mas cada nuevo d�a, por ejemplo si �l estaba en el
apto a prop�sito dejaba la puerta abierta y me desnudaba con la excusa de
cambiarme de ropa, o en las ma�anas trataba de exhibirme atrevidamente y con
camisetas cortas y tanguitas de talla S cuando yo soy M, que con el m�nimo
movimiento al caminar se me met�an entre las nalgas, quedando con ellas casi que
completamente al descubierto, mientras le daba la espalda y lavaba los platos,
claro esta que despu�s no me atrev�a a mirarlo a la cara.


A los pocos d�as me presento a su novia, era muy linda y
amable, aunque desde la primera semana viviendo juntos, me pude dar cuenta que
ella no era la �nica que compart�a su cama, ya que llegaron otras "amigas" como
�l las llamaba, que gustosas lo complac�an, especialmente por ser tan popular y
estrella del equipo de la U, lo que hacia que casi todas las noches escuchaba
los gritos de placer de sus amigas, esto hacia que me muriera de envidia y
excitaci�n, cosa que aplacaba masturb�ndome fren�ticamente con el vibrador
metido entre mis nalgas, al un�sono de los gritos de placer de las chicas.


A la tercera semana, despu�s de una noche de fiesta en el
apto con una de sus chicas, me levante muy temprano con la idea de limpiar el
apto y al pasar por su cuarto me di cuenta que tenia la puerta abierta, me
acerque para cerrarla, no sin antes por pura curiosidad mirar en su interior y
cual fue mi mayor sorpresa, al ver a Jan dormido solo (la chica tubo que haberse
ido en la madrugada) en la cama y completamente desnudo, mis ojos se quer�an
salir al ver por ves primera su enorme verga, negra y sin circuncidar,
impresion�ndome su tama�o, era gruesa y larga (le llegaba casi hasta la mitad de
sus muslos) y reposaba sobre sus muslos, en lo que parec�a su estado fl�cido y
junto a una igualmente grande bolsa de huevos, todo �l era un semental de
exposici�n; sin poder controlarme entre al cuarto y sin hacer ruido, me
arrodille al borde de su cama, quedando su bello miembro a pocos cent�metros de
mi cara, estaba fascinado, nunca hab�a visto algo igual en la realidad,
temblando de miedo pero ganando mi excitaci�n, me acerque hasta tocarle su verga
con la punta de mi lengua, retir�ndome un poco para ver si lo hab�a despertado y
al no ver ninguna reacci�n de su parte, me animo mas, pas�ndole ahora mi lengua
a todo lo largo, sintiendo en mi boca enseguida un fuerte pero delicioso sabor a
sexo, cosa que m�s me entusiasmo a continuar y ya decidido a jug�rmela toda,
continu� lamiendo su miembro hasta que lo levante un poco con mis dedos y
baj�ndole un poco el prepucio, me met� esa enorme cabeza negra entre los labios,
el inmediatamente movi� su cuerpo un poco, me retire enseguida con temor, pero
al verlo volver a quedarse dormido, volv� acogerle la verga que ya estaba
cobrando vida, dej�ndome anonadado al verla crecer aun mas, me la volv� a meter
a la boca hasta el fondo, percat�ndome en ese momento de su gran grosor y
tama�o, ya que a pesar que tenia mi boca abierta al m�ximo, apenas abarcaba la
mitad de su miembro, eso me puso a temblar un poco, pero no me desanimo en
absoluto, ya que comenc� ahora a chuparsela con mas ah�nco y devoci�n de la
mejor manera que mi poca experiencia me permit�a, mas que las chupadas que le
daba a mi vibrador; estaba tan enloquecida en lo m�o que me quede helada cuando
sent� su mano acariciarme la cabeza, levante mis ojos para mirarlo, buscando su
aceptaci�n y con gran alivio no sent� ning�n rechazo, por el contrario continuo
acarici�ndome el pelo, mientras me preguntaba que si eso era lo que me gustaba y
mir�ndolo a los ojos con su miembro todav�a en mi boca, le asent� con mi cabeza
y ya teniendo su aprobaci�n, me volv� como una perra en celo, lamiendo y
chupando ese pen� con tanta fuerza y dedicaci�n como si fuera esta la ultima
cosa que har�a en mi vida; a estas alturas el ya la tenia completamente parada,
la cabeza era grande, morada y con un tremendo agujero coron�ndola, fuera de m�,
me ensa�e con ella, chupandola con todas mis fuerzas y abriendo mi boca de vez
en cuando para empuj�rmela hasta el fondo de mi garganta, esto le causaba tanto
placer que me agarro por la cabeza y me la empujaba al encuentro de verga, ya
casi al final de venirse me empujaba aun mas fuerte, haciendo que me atragantara
con ella hasta tal punto que por momentos sent� ahogarme, no pudiendo evitar las
lagrimas en mis ojos, trate de controlarme y haciendo lo mejor posible trate de
seguirle el ritmo, pero ya a punto de venirse y muy excitado, me empujo la
cabeza con tanta fuerza al mismo tiempo que sus caderas hac�an lo mismo hacia mi
cara, que cuando finalmente se vino con copiosos gruesos chorros de semen que me
inundaban mi boca, me atragante completamente, invadi�ndome unas nauseas tan
fuertes que pens� que no aguantar�a, evitando entonces para mi gran pesar,
tragarme todo su esperma, derram�ndose una parte en su estomago, pero decidido a
satisfacerlo al m�ximo y pero aun debati�ndome todav�a entre lagrimas y semen
chorre�ndome por mis mejillas y boca, termine lamiendo y tragando el semen
derramado, me pregunto entonces si me hab�a hecho da�o y esbozando una sonrisa
le conteste que no, me volvi� a acariciar la cabeza, mientras me dec�a que esa
hab�a sido una muy buena mamada, toda halagada me puse de pie y saliendo de su
cuarto me fui a vestirme para ir a la U, esa ma�ana no me enjuagu� la boca a
prop�sito y para sentir por el resto del d�a el sabor algo salado de su semen en
mi boca. Tan pronto termine mis clases me fui directamente al apto para estar
con �l, pero ya hab�a salido con una de sus amigas.


A la ma�ana siguiente nos cruzamos saliendo yo de la ducha y
�l entrando al ba�o para ba�arse despu�s de trotar, esta vez no espero como
siempre afuera a que yo terminara de secarme y salir del ba�o, sino que entrando
se paro en medio del ba�o y se fue quitando su ropa hasta quedar en tanga, no
pude evitar admirar por unos segundos su hermoso cuerpo moreno y musculoso,
menos aun apartar la mirada del bulto descomunal debajo de su tanga, sinti�ndome
toda cohibida ante tanto cuerpo, trate de cubrirme y secarme lo mas pronto
posible, sin decir nada, Jan se bajo la tanga y su enorme miembro negro quedo
libre, en ese momento perd� toda la compostura y no pude volver a quitar mis
ojos de semejante verga, ahora pod�a ver que ya estaba excitado, porque le
colgaba bastante levantada, d�ndose cuenta de mi indecisi�n, se la agarro y se
la levanto con una de sus manotas, mientras me dec�a que no hab�a chicas que se
resistiera a su encanto, no supe que contestarle, entonces para mi sorpresa me
pidi� que le mostrara mi cuerpo, no pudiendo negarme, me abr� la toalla y la
deje caer al piso, quedando desnudo ante el, en ese momento sent� que mi miembro
se empeque�eci� aun mas, haciendo que me ruborizara completamente, sin quitarme
la mirada, se empez� a masturbar ante mis ojos, su mano apenas abarcaba su
descomunal verga; verlo masturb�ndose me puso tan caliente, que sent�a que me
daba vuelta la cabeza de excitaci�n, todo mi cuerpo estaba invadido por un
escalofr�o que me hacia temblar como si tuviera fr�o, y fue cuando Jan me pidi�
que le masturbara, sin control camine hacia �l, me arrodille, cerrando mis dedos
a su alrededor, mis dedos apenas pod�an cerrarse por su grosor, le empuje el
prepucio un poco hacia atr�s y pude ver la cabezota p�rpura con su gran ojo,
empec� a masturbarlo, me fascinaba ver su cabezota aparecer y desaparecer y como
de su agujero sal�a unas g�ticas de semen, sin esperar mas me agarro por la
cabeza y me la empujo hacia su sexo, entonces con cierta urgencia me la met� en
la boca, tenia un fuerte sabor agridulce por el sudor, pero no me importo,
empec� a lamerla de arriba abajo, chupandole el tallo, mientras con la otra mano
le agarraba sus grandes pelotas, hasta pasarle la lengua por ellas tambi�n,
trate de abarcarlas a ambas en mi boca, pero tuve que conformarme con una a la
vez, entonces �l todo excitado me ordenaba, chupala toda mariconcito, disfruta
de la verga de un hombre de verdad perrita caliente y otras cosas mas, que en
vez de molestarme me pon�an mas caliente; pasados unos minutos, me agarro por
pelo y quit�ndome su verga de mi boca, me dijo que quer�a metermela, me puse de
pie y casi susurrando le dije que su enorme miembro era demasiado grande para
m�, que cre�a que no me iba a caber y me podr�a hacer da�o, entonces me convido
a que por lo menos lo intent�ramos, diciendo que me volteara, sin voluntad
alguna le obedec� enseguida, sinti�ndome a su merced, estaba dispuesto a todo
por complacerlo, rindi�ndome completamente a sus caprichos; me animo mucho
cuando clavo sus ojos en mis nalgas y pude ver en el espejo del ba�o, su cara
llena de lujuria y satisfacci�n, d�ndome unas palmadas fuertes en el trasero, me
comento que tenia unas buenas nalgas, todo halagado las empine un poco, arquee
mi espalda y separando mis piernas al m�ximo, me abr� completamente de nalgas,
ofreci�ndoselas como un trofeo, mientras el no dejaba de acarici�rmelas con sus
manos grandes, hasta sentir unos de sus gruesos dedos abrirse camino entre ellas
hasta llegar al agujero de mi perdici�n, tratando de abrirse camino, huy�ndole
enseguida porque me hacia da�o, entonces le dije que me esperara un minuto y fui
a mi cuarto a buscar la vaselina, junt�ndole por todo su miembro y despu�s hice
lo mismo unt�ndome abundantemente entre mis nalgas, temblando de miedo y
excitaci�n le di la espalda otra vez y agarrandome de los grifos del lavamanos
me incline, volv� a abrirme de nalgas lo mas que pude y mir�ndolo a los ojos a
trav�s del espejo, le ped� que por favor me metiera sus dedos primero, al
instante sent� como una de sus manos me separaba las nalgas y como los dedos de
la otra volvieron a introducirse entre mis nalgas, su dedo mas grueso encontr�
su destino y gracias a la vaselina, la resistencia inicial no fue impedimento
para que ese dedo siguiera su camino hasta su final, enseguida el comenz� a
metermelo y sac�rmelo repetidamente, entonces me meti� su segundo dedo ya sin
encontrar resistencia alguna, esto me relajo lo suficiente para no negarme
cuando todav�a temblando un poco, me pregunto de nuevo si ya pod�a metermela,
entonces se coloco detr�s de m�, entonces moment�neamente para facilitarle el
camino, me separe las nalgas con las manos, abri�ndolas al m�ximo y ofreci�ndome
completamente a �l, gui� con una mano su verga, sintiendo enseguida como esta se
deslizo entre mis nalgas caliente y dura hasta llegar hasta las puertas de mi
ano y empujo sus caderas abri�ndose camino, inmediatamente no pude dejar de
escapar un grito de dolor, huy�ndole un poco pero me tenia bien sujetada por la
cadera, le dije que me hab�a dolido, el me prometi� que me la meter�a mas
despacio, pero me pidi� que cambi�ramos de postura, me puso de lado al mueble
del lavamanos y me indico que subiera una de mis piernas sobre el, quedando yo
con la rodilla y el resto de esa pierna subida en el mueble y la otra en el
suelo, espernancado completamente, con mis nalgas abiertas al m�ximo, mientras
trataba con una mano de agarrarme al lavamanos y la otra apoyada en la pared del
fondo, �l volvi� a colocarse detr�s de m�, entonces me ordeno que mirara al
espejo como me hacia suya, en ese momento pude ver nuestros cuerpos
completamente desnudos reflejados en el espejo, por un momento me olvide del
dolor y en vez disfrute de placer al ver mi cuerpo blanco, mi espalda arqueada y
mis nalgas levantadas y abiertas, en contraste con el bello cuerpo negro de Jan,
sus fuertes brazos en mis caderas y su verga parada apunt�ndome hacia mi
orificio goloso, sin darme mas tiempo, Jan me coloco su verga entre las nalgas y
poco a poco empez� a empujar, instintivamente por el dolor yo trataba de huir,
pero �l me tenia bien agarrada y continuo presionando la punta de su enorme
tranca sobre mi ano, hasta que este empez� a ceder, venciendo poco a poco la
resistencia, hasta que la cabeza estuvo completamente dentro de m�, le ped� en
medio de mi dolor que por favor se quedara quieto un ratito, afortunadamente me
oy�, logrando de esta forma que mi esf�nter se acomodara a semejante invasor, me
la saco despacio y volvi� enseguida a metermela pero esta vez no se detuvo, sino
que sigui� abri�ndose camino lentamente pero sin parar, hasta que vi mas de la
mitad de esa enorme verga negra desaparecer entre mis nalgas, me sent� en ese
momento completamente vencida, llena y empalada, entonces gritando un poco y con
lagrimas en los ojos, le ped� que no siguiera metiendomela mas adentro, para
evitar seguir gritando, me toco meterme una toalla a la boca y mordi�ndola con
fuerza, ahogu� mis alaridos por esa enorme verga que me taladraba, pero que
tambi�n y de una forma inexplicable, me hacia gozar, provoc�ndome un placer tan
lujurioso, que ya no necesitaba que Jan me agarrara por las caderas, porque
estaba como clavado donde me encontraba, afortunadamente el no sigui�
metiendomela, sino que comenz� a sac�rmela lentamente, por segundos me dio la
impresi�n que semejante tranca no tenia fin y cuando me la saco casi toda, no
pude dejar de sentir un vac�o grande en mis entra�as, pero el no me dio tiempo a
coger algo de fuerzas, ya que enseguida me la volvi� a meter, esta vez m�s
r�pido y encontrando menos resistencia, lo que lo entusiasm� mucho porque a
partir de ese momento comenz� a bombearme cada vez m�s r�pido, mientras me dec�a
que tenia en culo mas apretado y rico del mundo, a estas alturas el dolor era
tan fuerte que no pude mas aguantar las lagrimas, mientras sofocaba los gritos
con la toalla en la boca, pero para sorpresa m�a, me di cuenta que mi peque�o
pen� que segu�a igual de tama�o, inexplicablemente goteaba semen de placer, le
mire la cara y supe que estaba a punto de venirse, se encontraba tan excitado
que no le importo si me estaba haciendo da�o y sigui� taladr�ndome cada vez m�s
r�pido y fuerte hasta que a punto de venirse dentro de m�, sent� sus manos
cerrarse fuertemente en mis caderas, me levanto del piso y perdiendo mi cuerpo
todo punto de apoyo, quede completamente a su antojo, fue entonces cuando me la
meti� hasta final repetidamente mientras yo sollozaba, tratando de zafarme de
sus brazos, pero todo esfuerzo fue en vano, para sorpresa m�a y sin tocarme, me
vine copiosamente, al mismo tiempo que �l con una estocada final y todav�a con
mi cuerpo en sus brazos me inundo completamente con su leche caliente, despu�s
me bajo al piso, me la saco despacio, mis piernas estaban como gelatina y sent�
enseguida que me empez� a salir de entre las nalgas y correr por mis piernas, un
peque�o hilillo de semen y sangre, me seque lo mejor que pude, estaba
completamente agotada, pero de una forma extra�a satisfecha al mismo tiempo,
despu�s Jan se disculpo conmigo, pregunt�ndome si me hab�a hecho da�o, le dije
que si, pero que no se preocupara, nos metimos juntos a la ducha y muy
dulcemente, me ayudo enjabon�ndome la espalda y nalgas, esto me conmovi� tanto
que lo abras�, apoyando mi cabeza en su pecho, llen�ndoselo de besos,
sorprendido por momentos no supo que hacer, hasta que me abrazo tambi�n,
envolvi�ndome entre sus enormes brazos, en ese momento me sent� tan feliz y
segura, que empin�ndome lo bese suavemente en los labios; salimos de la ducha y
nos fuimos a vestir, al despedirnos le pregunte si cen�semos juntos esa noche,
pero me dijo que no pod�a porque ya tenia un compromiso con su novia, en ese
momento no pude evitar entristecerme, llegando a la conclusi�n que tenia que
aceptar y resignarme a compartirlo tambi�n con sus amigas de turno por mucho que
eso me molestara.


Durante todo el d�a en clases estaba tan adolorido en el
trasero, que apenas pod�a sentarme de lado, pero por extra�o que pareciera, era
un dolor placentero, hasta cierto punto delicioso, record�ndome todo el tiempo
de lo que hab�a ocurrido en la ma�ana, determinando en esos instantes, que har�a
hasta lo imposible para que esa verga fuera para mi sola, sin importar las
consecuencias, porque ese hombre tenia que ser m�o, comprendiendo inmediatamente
el gran poder de atracci�n, fascinaci�n y obsesi�n que tiene la verga de un
hombre bien dotado y que hace que una mujer se deje hacer de todo con tal de
retenerlo y complacerlo.


Esa noche lo espere toda la noche, pero para mi mayor
desilusi�n no vino a dormir al apto, apenas pude verlo unos minutos cuando nos
cruzamos en la puerta del edificio, entonces le ped� que necesitaba verlo esa
noche, que le tenia una sorpresa.


Estuve toda la tarde arreglando el apto, lo llene de velas,
compre un rico vino, tambi�n comida china que tanto le gustaba y prepar�ndome
para recibirlo, me ba�e con jabones olorosos, me afeite los pelos alrededor de
m� pen�, me eche un perfume delicioso y me vest� con un Baby Doll negra toda
trasparente y de encajes que dejaba mis nalgas al aire libre, este tenia un
sost�n divino, que lo rellene con algod�n para darle forma, el hilo dental que
pertenec�a el Baby Doll era m�nimo y con encajes en la parte de adelante y que
me quedaba tan apretado que disimulaban por completo mi pipisito, me puse el
ligero en la cintura que me sujetaba las medias negras veladas en los muslos y
con un par de zapatos de tac�n alto divinos, despu�s me maquille suavemente, me
puse un pintalabios de un rojo precioso, me peine y me deje suelto el pelo;
faltando media hora para que llegara Jan y queriendo prevenir que me volviera a
romper el culo con su enorme cosota, me unte de vaselina entre las nalgas e
introduci�ndome el vibrador hasta el final, me lo deje adentro todo el tiempo,
de esta manera mi recto estar�a mas relajado y agrandado para recibir ese pedazo
de carne que tanto me enloquec�a, sac�ndomelo solamente minutos antes que
llegara Jan.


Al rato son� el timbre de la puerta, me apresure abrirle,
recibi�ndole con un beso en los labios y cuando me vio, pude ver su cara llena
de asombro y admiraci�n, me halago much�simo y hasta me hizo dar la media
vuelta, silbando de complacencia, llev�ndolo de la mano al sof�, le ped� que me
dejara atenderlo, nos sent�ndonos, le ofrec� una copa de vino que ya tenia
servida y brindamos por nosotros, no hab�an pasado ni cinco minutos y ya
est�bamos acarici�ndonos, entonces me arrodille entre sus piernas y abri�ndole
el pantal�n se los quite, dej�ndolo solo en la tanga, inmediatamente baje mi
cabeza entre sus piernas, bes�ndole su hermosa verga por encima de la tela,
hasta que el bulto se puso descomunal, le met� la mano por debajo y se la saque,
saltando ante mis ojos, estaba enorme, sin esperar mas y llena de excitaci�n me
la met� en la boca de un tir�n, estaba caliente, deliciosa, despu�s le pase la
lengua a todo lo largo y empec� a masturbarlo con mis labios, gimiendo de
placer, le unte vaselina en su verga, entonces me sub� encima del sof� y
arrodill�ndome en medio de el, coloque mis piernas a cada lado de sus caderas,
quedando mis nalgas precisamente sobre su miembro erecto, queriendo de esta
manera controlar mejor la profundidad de cada estocada, seguidamente con una
mano le cog� la verga y me la coloque en las puertas de mi ano y dej�ndome caer
un poco, me fui introduciendo la cabeza de su enorme miembro entre las nalgas,
al mismo tiempo que �l me agarraba por el trasero y agarrandome por las nalgas,
me las guiaba tambi�n hacia su cetro y a pesar de tener ya agrandado mi ano, no
pude evitar sentir un dolor intenso, pero muy resuelta y completamente excitada
me incline sobre �l y lo bese en los labios, al tiempo que le dec�a por vez
primera, que lo amaba, el no me contesto, pero yo segu� abraz�ndolo, mientras
que poco a poco continu� bajando mis nalgas alrededor de su tronco, hasta que me
sent� toda llena en mi interior, �l trato de bajarme aun mas, pero le rogu� que
todav�a no pod�a metermela toda y comenc� entonces a levantarme lentamente,
hasta que sent� casi toda su miembro afuera, volviendo a metermela otra vez,
todav�a con dolor, entonces comenc� a cabalgarlo, con cada nueva bajada me la
met�a cada vez mas adentro, al mismo tiempo que �l levantaba sus caderas al
encuentro de mis nalgas, hasta que sorprendida de la capacidad de mi culo,
llegue a tocarle sus muslos con mis nalgas, en ese momento me quede quieta por
un momento, disfrutando a pesar del dolor, de tenerla toda adentro, bes�ndolo
otra vez, entonces �l todo excitado, me sujeto por las nalgas y todav�a con su
verga toda metida entre mis nalgas, se levanto del sof� y me llevo cargada hasta
le mesa del comedor y acost�ndome sobre ella, me puso las piernas sobre sus
hombros y me jalo hasta el borde de la mesa, dejando mis nalgas fuera de ella,
quede apoyada solamente sobre mis hombros e inmediatamente me la empez� a meter
y sacar con fuerza, mientras me sujetaba fuertemente las piernas e
imposibilitando cualquier tentativa m�a por para evitar que me la metiera hasta
el fondo, quede otra vez a su completo control, entonces se me escaparon unos
gritos que no pod�a definir si fueran solo de dolor, esto lo entusiasm� mas,
metiendomela mas fuerte hasta que sus caderas chocaban con mis nalgas, en ese
momento me abandone a �l y agarrandome mi miembro me empec� a masturbar
desesperadamente, esto me llevo a tal grado de placer, que llego el momento que
trate a seguirle el ritmo a sus embestidas, empujando mis nalgas al encuentro
con su verga, mientras le dec�a, papito no pares, r�mpeme, metemela como t� de
la gana, soy tuya, soy tu puta, descompuesta de placer completamente y el
tambi�n todo excitado, me abri� entonces completamente las piernas, me entrelazo
con sus brazos alrededor de mis piernas en la postura del pollo, me volvi� a
inmovilizar a su antojo y lujuria, d�ndome estocadas largas y profundas,
estrellando sus caderas fuertemente en mis nalgas, con unos golpes secos que me
estremec�a toda y a punto de venirse me dec�a, te duele verdad, pero eres tan
perra que te gusta como te estoy rompiendo el culo, soy tu due�o, a lo que yo
respond�a lleno de pasi�n, si, si, papito, hazme lo que quieres, soy tuya,
ll�name con tu caliente leche, damela toda, al mismo tiempo que me venia como en
oleadas interminables, al mismo tiempo que �l me la met�a fren�ticamente hasta
derramarse completamente dentro de m�, despu�s todo exhausto me la saco y me
ordeno que le limpiara la verga, corr� como pude al ba�o y regrese con una
toalla mojada, limpi�ndole su miembro con el mayor esmero y cuidado, cuando
termine y d�ndome una nalgada bien fuerte, me mando a que me lavara entre las
nalgas porque �l todav�a no hab�a terminado conmigo. Esa noche ya bastante
borracho, volvi� a cojerme antes de acostarnos, me mando a que me pusiera en
cuatro al borde de la cama, me separo las piernas con rudeza, hasta que mis
nalgas estuvieron abiertas completamente, revelando mi agujero adolorido pero
todav�a hambriento y agarrandome otra vez fuertemente por las caderas, y sin
ning�n aviso me la meti� de un empell�n, haci�ndome ver estrellas y sin
importarle para nada mi dolor, me empez� a bombear con rudeza, yo apenas pod�a
sostenerme sobre la cama, estrellando con una tremenda fuerza sus caderas contra
mis indefensas nalgas, mientras me dec�a, te voy a cojer tan duro que te voy a
ense�ar quien es tu papa y vas a volver a pedirme mas perrita, a estas alturas
ya yo no tenia fuerzas para resistirme, entonces me abandone, pasados unos
minutos y viendo que no s� venia, met� mi mano por debajo y agarrandole sus
pelotas lo mejor que pude, se las empec� a acariciar, enseguida sent� que
aceleraba sus embestidas hasta que casi sac�rme de la cama, se corri� dentro de
m�, despu�s me tiro sobre la cama, las piernas me temblaban, pero como pude
volv� a limpiarle su verga, despu�s como pude me ba�e, estaba tan adolorido que
no pod�a lavarme entre las nalga sin sentir dolor, su vergota me hab�a
desflorado el culo, me puse otra Baby doll y me acost� a su lado, el ya esta
profundo.


A la ma�ana siguiente le prepare su desayuno y volv� a la
cama a dormir despu�s que se hubiera ido, le parec�a chistoso verme caminar con
las piernas abiertas y hasta me llego a decir que eso me pasaba por meterme con
vergas de verdad.


Con el pasar de las semanas, no hacia otra cosa que vivir
para �l, de una manera perversa yo disfrutaba cada minuto de nuestra vida, me
acuerdo por ejemplo lo feliz que me puse cuando me ordeno que mientras estuviera
en la casa, siempre tenia que estar arreglada y con las las Baby doll puestas,
pero sin nada que me cubriera las nalgas, de manera que le daba la entera
libertad para cojerme en cualquier momento y lugar, me tenia como su puta, pero
no me importaba, estaba enco�ada con su verga grande y hermosa y cada vez que me
la met�a yo me olvidaba de su manera ruda de tratarme, y esto pod�a ocurrir en
cualquier momento, le gustaba que cocinara con un delantal m�nimo y sin nada
abajo, momentos que yo aprovechaba para provocarlo todo el tiempo con posturas
mientras cocinaba y era casi seguro que cada vez que me ve�a de espalda mientras
lavaba platos, se me acercaba por detr�s y abri�ndome las nalgas con las manos,
me cog�a all� mismo, desde esos d�as me manten�a siempre bien lubricada entre
las nalgas, ya que en cualquier momento del d�a y la noche me encontraba en
cuatro, con la cabeza enterrada en el sof�, mis nalgas levantadas y su miembro
en mi culo, afortunadamente de tanto cojerme mi ano se acostumbro a semejante
invasor, conservando su estreches pero se dilataba generosamente sin mucho
dolor, hasta llegue a comprar un ung�ento que me anestesiaba un poco mi
agujerito sediento y que me untaba cuando lo tenia muy adolorido si me cog�a
varias veces en un mismo d�a.


Con el correr el tiempo y despu�s de sincerarnos mutuamente,
me dijo que aun llegara a quererme un buen d�a, nunca podr�a vivir abiertamente
conmigo en las actuales circunstancias, ya que el no podr�a soportar que lo
tacharan de gay, fue entonces cuando logre entender porque me trataba tan
rudamente y es porque no puede admitirse a si mismo que le pueda gustar otro
hombre, menos admitir lo mucho que disfruta cojiendome por las nalgas, tenia un
miedo inmenso a enamorarse de mi, porque �l se siente y se ve a si mismo como un
macho y ni hablar si alguien se llegara a enterar de lo nuestro, por eso nunca
mas volvimos a salir juntos, tenia pavor que si lo ve�an conmigo en la calle
pensaran que fuera gay, es cierto que desde que llegue a Holanda he sido mas
abierto a mi homosexualidad y seguro me veo muy femenina ante los ojos de los
dem�s, incluso me visto bastante gay, pero aclaro que no soy amanerado.


Por esos mismos conflictos internos, siempre que se quedaba
alguna chica en el apto, apenas me determinaba y cuando se la cog�a en su cuarto
la pon�a a gritar de placer para que se oyera por todo el piso y disfrutaba
tambi�n verme toda celosa de ellas, a mi todas estas cosas me dol�an much�simo.


Fue por ese tiempo fue cuando empec� a pensar muy seriamente
que si quer�a mantenerlo a mi lado por el resto de mi vida, tenia que hacer algo
al respecto de mi persona que tendr�a que ser dr�stico, entonces llegue a la
conclusi�n que la �nica opci�n era convirti�ndome en un she-male (pero
conservaria mi pen�).


Llena de miedo me fui donde un cirujano pl�stico y le cont�
de mi situaci�n y mis planes, despu�s de ponerme al tanto de las consecuencias
que tendr�a que afrontar a ra�z de los cambios que tenia que hacer a mi
personalidad, me tranquilizo saber que mientras no me cambiara de sexo, las
operaciones restantes no implicaban ning�n riesgo o complicaci�n para mi salud y
en solo cinco meses seria una mujer, entonces acordamos que primero tendr�a que
empezar por inyectarme hormonas por dos meses, de manera que mi cuerpo perdiera
masa muscular, desarrollando un cuerpo mas delicado y con t�picos rasgos
femeninos, despu�s tendr�a que someterme a dos operaciones, que eran ponerme
implantes en los senos, cadera y nalgas, tambi�n quitarme con l�ser todo bello
corporal, engrosarme los labios y por ultimo deber�a cambiarme de nombre; sin
querer pensarlo mas le pedi que comenzaramos el tratamiento enseguida, entonces
me puso la primera inyecci�n de hormonas alli mismo y me dio la receta para
comprar las demas.


Cuando sal� de su consultorio, sent� como si me hubiera
quitado un peso de encima, por fin estaba haciendo algo que me liberar�a
completamente, realizando un sue�o y una faceta de mi personalidad, como seria
ser vista y tratada como una mujer.


Decid� entonces no decirle nada a Jan, quer�a sorprenderlo y
continu� con nuestra vida como si nada estuviera pasando, despu�s de los dos
primeros meses inyect�ndome empec� a ver y sentir cambios en mi cuerpo que yo
solo pod�a notar, mi piel se puso m�s suave, mi voz se agudizo, mi cuerpo se
estilizo y para mi dicha m�s grande, me empezaron a salir senos con pezones como
de colegiala de trece a�os, estaba feliz. Unos d�as antes que me operara, me
cambie mi nombre a Danielle y con este paso me acercaba cada d�a mas a cumplir
mi sue�o.


Se acerco la fecha para la operaci�n, le invente a Jan la
excusa que me tocaba viajar para haber a mi familia y muerta de miedo me fui a
la cl�nica, cuando me despert� de la anestesia el doctor me dijo que todo hab�a
resultado un excito y que despu�s de unas semanas de recuperaci�n quedar�a
convertido en toda una bella mujer, le ped� entonces que no deseaba verme ante
un espejo sino hasta que todo hubiera terminado y estuviera completamente
restablecida, el dolor que vino despu�s que se me fue la anestesia fue
insoportable, pareciera que un tren me hubiera pasado por encima, tenia todo el
cuerpo morado y no pod�a verme llena de hematomas y vendajes sin ponerme a
llorar, agreg�ndole que tambi�n me sent�a sola y desamparada, pasadas dos
semanas y todav�a bastante magullada, me quitaron los puntos y pude empezar a
ver los cambios, sinti�ndome horroroza, afortunadamente �l medico muy
gentilmente me consolaba dici�ndome que todo estaba bien y sanando
correctamente.


Lo �nico que alegro y lleno mis d�as de felicidad all�, era
cuando llamaba a Jan por tel�fono y me dec�a que le hacia falta y que volviera
r�pido, que las cosas no eran lo mismo sin m� a su alrededor, entonces pensaba
que todo el sacrificio que estaba pasando val�a la pena y el sufrimiento.


Por fin llego el d�a que me quitaron los vendajes y por
primera vez despu�s de la operaci�n, vi mi cuerpo desnudo reflejado en un cuarto
lleno de espejos, mi asombre tanto de mis cambios que no alcance a decir nada,
tenia mi cuerpo transformado completamente, quede maravillado cuando me toque
mis nuevos senos, eran grandes y pesados y no alcanzaba a cubrirlos con mis
manos, tenia unos pezones redondos y perfectos, pero lo que mas me impresiono
fue ver y tocarme mis caderas, que sal�an de una cintura que parec�a de avispa
perfectamente marcada, cadera que antes era recta y delgada, ahora la tenia
ancha y generosa, lo que hacia que mi pen� se viera aun mas peque�ito e
insignificante, pero lo que vi en el espejo a continuaci�n si me dejo
completamente at�nita, las nalgas las tenia ahora enormes, aunque perfectamente
redondas y levantadas, pens� que tal vez eran demasiado grandes, estas sal�an de
mis caderas, con la forma de un coraz�n invertido y como adivinando mis
pensamientos, �l medico r�pidamente me aseguro que se ve�an m�s grandes ahora
porque todav�a las tenia inflamadas, seguidamente me tomo las medidas de mis
senos, cintura y caderas, diciendo que tenia casi mediadas de reina, 92-61-94,
saber esto me puso tan feliz, que no pudiendo aguantarme, lo abras�, d�ndole las
gracias, sollozando de felicidad.


Me dieron de alta y me fui a quedar a un hotel mientras me
restablec�a completamente, los primeros d�as no me atrev� a salir de mi cuarto,
completamente insegura de mi nueva apariencia, hasta que la necesidad de ropa me
obligo a salir y una ma�ana todav�a hecha un mar de nervios, me llene de valor y
me aventure a salir, todo el trayecto desde que sal� del cuarto hasta llegar a
las tiendas lo hice sin atreverme a mirar a nadie a la cara, pensando que
enseguida se dar�an cuenta que era un hombre, tan pronto llegue a la tienda fui
recibida por una chica bell�sima y atenta y que adivino mi gusto al instante,
sugiri�ndome ropa muy linda y sensual, me volv� como loca comprando de todo,
empezando por ropa interior bien sensual, en ese momento mi primer sue�o se hizo
realidad, por primera vez mis senos llenaron unas copas de sost�n talla C, la
chica que me atend�a no pod�a entender del porque de mi regocijo, me compre un
mont�n de lencer�a toda sexy, cortita y provocativa, todo se me ve�a divino,
despu�s me estuve probando falditas, pantaloncitos cortos, vestidos escotados y
que apenas me cubr�an las piernas, blusas pegatitas y que resaltaban mis nuevas
tetas, despu�s me fui a un sal�n de belleza y ped� que me peinaran y me
ense�aran a maquillarme, cuando termine estaba guap�sima y toda emocionada me
fui al hotel, llame a Jan y lo cite al bar del hotel.


Me vest� con un vestido todo escotado, cortito y que dejaba
al descubierto mi espalda, baje al bar y muerta de nervios me sent� a esperarlo,
enseguida sent� como los hombres me segu�an con la mirada y se me acercaron a
invitarme a tomar algo, muy halagada les dije que no; Jan llega diez minutos mas
tarde y busc�ndome con la mirada me vio pero no me reconoci�, muy feliz y
temblando le hice se�as con la mano, mientras se me acercaba ve�a que sus ojos y
boca s� abr�an de asombro, sin saber si abrazarme o darme la mano, se sent� a mi
lado y todav�a anonadado, alcanzo a preguntarme, Daniel que te haz hecho,
sonriendo le conteste, ahora me llamo Danielle, entonces mil preguntas salieron
de su boca, sin responderle le pregunte si le gustaba mi nueva personalidad,
todav�a asombrado me contesto que estaba hermosa, eso me basto y bes�ndolo en
los labios le dije, esto lo hice para ti y a continuaci�n le cont� de mi
transformaci�n, nos tomamos unos tragos y al final todo apurado y no pudi�ndose
aguantar mas, me sugiri� que subi�ramos a mi habitaci�n y lo primero que me
pedio, muerto de curiosidad fue que me quitara la ropa, lo hice muy despacio,
toda coqueta y cuando me vio desnuda, sus ojos se llenaron de deseo y lujuria,
sin poder controlarse se abalanzo sobre mi, me agarro los senos acarici�ndolos,
lami�ndolos, chupandome los pezones, bajo sus manos hasta mis caderas, me dio
media vuelta y tocando mis nalgas, me lleno de halagos y cumplidos, yo sin poder
aguantarme mas, me arrodill� y con desesperaci�n le baje su pantal�n y tanga y
sin esperar nada me met� su miembro en la boca, sinti�ndolo grande y erecto de
excitaci�n, chupandolo con ah�nco y placer, metiendomelo todo lo que pod�a en la
boca, masturb�ndolo al mismo tiempo, mientras le dec�a lo mucho que me hab�a
hecho falta, entonces toda caliente y fuera de control, corr� al ba�o, me unte
la crema indolora especial para penetraci�n anal y me acost� boca arriba sobre
la cama muerta de deseo, levante las piernas y agarrandomelas con las manos, me
abr� las nalgas al m�ximo como una mujer, al mismo tiempo que le suplicaba,
hazme tuya, metemela toda por favor, �l tambi�n todo excitado, apresuradamente
se subi� a la cama, me agarro por las piernas y coloc�ndomelas sobre sus
hombros, me levanto las nalgas y dirigiendo su enorme verga entre ellas, me la
empez� a meter despacio encontrando cierta resistencia al principio, pero que
gracias a la crema no sent� dolor alguno, pero tan pronto entro la cabeza de su
miembro en mi esf�nter, se fue deslizando toda poco a poco, llen�ndome, hasta
que sus caderas chocaron con mis nalgas, llena de lujuria le agarre sus muslos y
le ped� que me dejara gozar un momento con toda ella adentro, momento que
aprovech� �l para tocarme los senos, agarandomelos con cierta fuerza, despu�s me
la empez� a sacar lentamente hasta el final, volvi�ndomela a meter con mas prisa
y determinaci�n, yo loca de placer le suplicaba que no parara, que me la metiera
duro, que hiciera conmigo lo que quisiera, entusiasmado me la met�a y sacaba
cada vez mas de prisa, mientras yo gem�a de placer, al cabo de unos minutos, me
ordeno que cambi�ramos de postura y que me pusiera en cuatro, obedientemente y
llena de lujuria abr� mis piernas al m�ximo y le ofrec� y expuse mis grandes
nalgas con deseo, entonces se coloco entre mis piernas y agarrandome las nalgas
con fuerza, me dio unas buenas nalgadas, sin poder contenerme mas entonces
empuje mis nalgas con determinaci�n buscando su verga, sintiendo enseguida como
su miembro se abr�a paso entre mis nalgas ya sin ninguna resistencia, entonces
pidi�ndole que no se moviera, continu� empujando mis nalgas hacia su verga hasta
chocar contra sus caderas, en ese momento me las acaricio dici�ndome, que ahora
si tenia unas nalgas de hembra, entusiasmado empec� a mover mi cadera, sac�ndome
y metiendome su cetro con furia y desesperaci�n, de pronto sent� su mano que me
agarro el pen� y empez� a masturbarme, muerta de lujuria entonces comenc� a
empujar mis nalgas con fuerza al encuentro de su verga y al sac�rmela sent�a su
mano que me masturbaba fren�ticamente, al cabo de unos minutos nos vinimos
juntos, yo me derrame en su mano mientras �l me inundaba completamente por
dentro con su esperma con un torrente fuerte y caliente, terminamos despu�s los
dos agotados y abrazados jur�ndonos amor eterno, aprovechando ese bello momento
le propuse que nos fu�ramos a vivir a otra cuidad donde no nos conocieran y en
donde podr�amos vivir como pareja.


Al cabo de una semana ya est�bamos mudados y viviendo juntos
como hombre y mujer en una ciudad que nos recibi� sin miramientos, atr�s
quedaron los conflictos.


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