Relato: Mi peque�a Ariana (II) Ariana ten�a ya once a�os; iba al colegio, daba clases de
ballet y de nataci�n, y se hab�a convertido en una preciosa criatura de larga
melena oscura, ojos azules y piel de melocot�n. Su madre y yo, como era de
esperar, est�bamos separados, hac�a ya a�os que no hab�a nada entre nosotros y
optamos por seguir caminos diferentes, eso s�, ella decidi� quedarse con la ni�a
m�s que nada porque sab�a que as� me har�a da�o, realmente yo era el �nico que
en aquella casa se ocupaba de Ariana, yo la iba a buscar al colegio, jugaba con
ella, la ayudaba con los deberes.... ya hac�a a�os de mis "devaneos sexuales"
con mi peque�a, y realmente no hab�a vuelto a verla m�s que como mi hija y nada
m�s, podr�a decirse que aquel impulso sexual degenerado hacia ella estaba
dormido, pero no muerto.
Ariana empez� a pasar los fines de semana conmigo, tal y como
dictamin� el Juez en nuestra separaci�n, y quiz� por la ansiedad de todo aquel
proceso de separaci�n, despert� en m� aquel demonio que hace a�os me llev� a ver
en mi peque�a algo m�s que una bebita inocente.
Uno de estos fines de semana, mientras ba�aba a la peque�a,
not� que como en el pasado, una erecci�n surg�a dentro de mis pantalones, y al
secarla despu�s lament� que ya fuese demasiado mayor para volver a los
jueguecitos de cuando era un beb�, ahora Ariana estaba en pie sobre mi cama
desnuda como una mu�eca, dej�ndose secar por mi con la toalla, sin darse cuenta
de que mis manos temblaban m�s y m�s...
Esa noche, esper� a que estuviese dormida, la hice a
prop�sito dormir en mi cama con el pretexto de que era m�s grande y as� pap� no
se sentir�a tan solito, y cuando estuvo dormida, me acost� a su lado; dorm�a
profundamente, con su camisoncito rosado hasta media pierna, y con mucho cuidado
empec� a acariciar sus piernas, estaban tibias y relajadas, y fui subiendo hasta
toparme con sus braguitas blancas, cre�i que me mor�a de placer al meter mis
dedos bajo la tela y rozar su culito duro y firme, con la otra mano masajeaba mi
polla que parec�a ir a reventar, apretaba sus nalgas suaves sin que ella al
parecer ni lo notase, y me fui envalentonando tanto que me atrev� a pasar mi
mano hacia delante y acariciar su sexo.....
Bajo las braguitas de algod�n, mi mano acariciaba aquel
co�ito suave, tierno, inmaculado, mis dedos iban arriba y abajo, ella se remov�a
un poco medio en sue�os y al moverse tuve la fortuna de poder meter mis dedos
entre sus labios y notar aquel botoncito caliente y durito, Ariana estaba medio
mojada ya y aquello me hizo poner a�n m�s a 100.
Sub� mi mano bajo el camis�n hasta su pecho, ten�a unos
pezoncitos rosados y ya un poco abultados y me sorprendi� encontrarlos erectos,
sin duda aquello la estaba gustando porque aparte de tener el co�ito h�medo, sus
pezones parec�an de piedra... entonces fue cuando no pude m�s y me arrim� a ella
todo lo que pude empezando a frotar mi polla erecta contra su culito protegido
por el camis�n, ella no s� si llegar�a a despertarse del todo, pero el caso es
que se dejaba hacer soltando a veces un peque�o gemido como un suspiro que me
animaba m�s a�n a seguir restreg�ndome contra aquel culito de once a�os duro y
resping�n.
Madre m�a, que maravilla de culito, dan ganas de
foll�rtelo.....mmm, y como te mueves, mi ni�a, mi peque�a putita, as�, deja
que papi te haga sentir bien....
No se ni como, pero de pronto me vi agach�ndome entre sus
piernas y separando sus muslos calientes, bajando sus braguitas hasta sac�rselas
suavemente y hundiendo mi cara entre sus piernas, la escuch� gemir de placer
como cuando era peque�a mientras pasaba mi lengua por sus labios hundiendo de
cuando en cuando la punta en su vagina, que estaba muy rosada y caliente, ella
gem�a y gem�a muy suave y yo ya no pod�a m�s, as� que le coloqu� una de las
almohadas debajo de su cintura para elevarla un poco y pas� sus piernas a cada
lado de mi cuerpo, como cuando jug�bamos al caballito, y empec� a acariciar la
entrada de su vagina con la punta de mi enorme pene ya a reventar.
Se la met� despacio, aquello entraba como la mantequilla en
el pan, suave, y me extra�� no notar nada que hiciese ver que mi Ariana era
virgen, ni sangre ni dolor ni nada, mi polla entr� en su cuerpo como un sable
hasta el fondo, y empec� a bombearla despacito, a cada empuj�n ella temblaba y
gem�a con los ojos entreabiertos, agarrandome las mu�ecas fuerte, pero sin hacer
nada ni decir nada que me hiciese pensar que la molestaba aquella escena, era
maravilloso sentir mi polla aprisionada por su vagina tierna y estrechita,
estaba ardiendo por dentro y a cada empuj�n m�o notaba que ella se mov�a al
ritmo como si estuviese ya entrenada....
Ariana....... mi Ari..... mi ni�a preciosa, que co�o mas
rico tienes, es el co�ito de papi, me lo voy a comer todas las noches, te
voy a dar mi leche todas las noches, que gusto follarte asi, tan caliente,
tan durita......
Not� que se corr�a porque un l�quido pegajoso sali� de sus
piernecitas y me moj� los huevos, as� que la saqu� antes de correrme yo, y con
rapidez la cog� por la cintura para voltearla y colocarla d�cilmente a cuatro
patas sobre la cama, con la tripita encima de las almohadas.
Vamos a ver ese culito de papi, que papi quiere com�rselo
entero y foll�rtelo y llen�rtelo de leche caliente.....
Empec� a comerle el culo, estaba un poco dilatado ya por el
movimiento de antes, y con mi dedo la iba acariciando el cl�toris mientras mi
boca chupaba su ano caliente y rosadito, ella segu�a gimiendo como si aquello
fuera el mayor de los placeres para una mocosa de 11 a�os, y cuando me enderec�
detr�s de ella y empec� a follarla por detr�s, me di cuenta de que no era la
primera persona que lo hac�a.... no era normal que en un culo tan joven entrase
as� de bien una polla tan grande como estaba la mia en aquellos momentos,
entraba suave y sal�a igual, era una delicia sentir el culito de mi ni�a
apret�ndome as� la polla cuando entraba y sal�a, y verla moverse a ella adelante
y atr�s como si alguien la hubiese adiestrado antes, aquello me gust� tanto que
en pocos segundos me corr� dentro de su culito y pude ver mi leche escurriendo
por sus muslos sonrosados y tiernos.
Despu�s me fui a duchar, y al volver a la habitaci�n, la
hall� dormida como si nada hubiera pasado, con su camis�n y sus braguitas en el
suelo, tapada bajo la sabana. Nunca pregunt� quien habia sido el que desvirg� a
mi peque�a. Nunca me pregunt� ella nada de aquella noche en que su papi la llen�
de leche y la comi� el co�ito. Nunca volv� a domir con ella. Pero a�n recuerdo
c�mo al acostarme aquella noche a su lado, estando ya dormida, pas� mi mano por
su culito y not� su agujero aun abierto y caliente. Aun me excito al recordarlo.
Y lo peor es que de esto hace cuatro a�os, que me volv� a casar y que aparte de
Ariana, tengo ahora un precioso beb� de seis meses de mi actual mujer.... y que
desde anoche noto que me excita verla sin pa�ales.
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Relato: Mi peque�a Ariana (II)
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