MI ALUMNA PREDILECTA.
Antes de comenzar con mi relato, les cuento que este es
ver�dico y s�lo cambio los nombres para preservar a sus protagonistas, ya que si
alguien reconoce a las personas ello podr�a acarrear muchos inconvenientes en la
vida real.
Soy un hombre de unos 40 a�os, no me considero mal parecido,
mi f�sico es normal, estoy felizmente casado y tengo un hijo ya adolescente,
vivo en la ciudad de Buenos Aires y por mi profesi�n de Abogado (en ejercicio
libre de la profesi�n por cierto) con el fin de obtener unos ingresos extras me
inscrib� en la ense�anza media para ense�ar asignaturas de historia, y materias
de ciencias sociales como profesor sustituto o suplente por vacancias.
El primer a�o en que me inscrib� me tocaron pocas clases en
una escuela normal (ense�anza mixta aqu�) y todo fue muy grato y normal pero, ya
en el segundo a�o de ense�anza me convocaron para una suplencia por tres meses
de una profesora que tom� licencia por maternidad en un Liceo (escuela de
ense�anza a mujeres) y me asignaron el curso del cuarto a�o (ni�as de 15 y 16
a�os aproximadamente).
En el primer d�a de clases la Directora de la Escuela me dio
los consabidos consejos, charlamos sobre mi experiencia y sobre lo que se
esperaba de mi trabajo y luego me present� al alumnado iniciando el dictado del
curso de ciencias sociales (formaci�n o instrucci�n c�vica).
Como todo curso de j�venes en edad adolescente era dif�cil
mantener el orden, siempre alguno tiene problemas, deambula por la clase, muchas
de las alumnas eran de poco estudiar y mucha bulla en clase y esas cosas que un
grupo de 26 mujeres inquietas pueden provocar y donde no falta la bromista, la
traga libros y la rebelde.
Todo transcurr�a bajo la normalidad en el curso y poco m�s de
dos semanas dispuse una evaluaci�n escrita para las alumnas y se imaginaran el
revuelo que eso significa en la clase, el temor invade a los alumnos por miedo a
ser reprobados y si les dieras a elegir, seguro que prefieren salir un s�bado en
la noche que sentarse frente a un libro a estudiar.
Yo para entonces ya iba conociendo al grupo y en el se
destacaba Patricia por su afici�n a las bromas, Laura por ser la mas traga
libros y aburrida (s�lo exist�a para ella estudiar y estudiar), Claudia que
hab�a recursado el a�o y si segu�a as� nuevamente lo tendr�a que cursar, Pamela
que sin demasiado linda siempre intentaba con su seducci�n conseguir
congraciarse para estar bien conceptuada y de entre todas me estuvo llamando la
atenci�n Griselda por ser muy inteligente, poco estudiosa y con leves problemas
de conducta t�picos de la edad.
Lleg� el d�a de la evaluaci�n y dispuse el temario iniciando
todos el trabajo y me sent� en mi escritorio frente a la clase y de espaldas a
la pizarra y desde ah� observaba el desarrollo del examen y controlaba quienes
intentaban copiarse de apuntes, notas y toda clase de artima�as para superar la
prueba.
Nunca faltan en estos momentos los alumnos que
permanentemente vienen con preguntas ingenuas intentando que les des informaci�n
que introducir a su examen y Griselda era una de esas alumnas. Varias veces vino
preguntando cosas para mejorar su examen, o al menos eso me pareci� a mi
entonces.
Concluida la tarea recog� las hojas de examen y nos
despedimos y el trabajo m�s arduo quedo para el hogar donde correg�a las
evaluaciones y nos retiramos al descanso previo a la clase que segu�a a la mia.
Cuando sal�a del aula se me acerc� Griselda para hablar y me
dijo: Profesor, se que no me fue bien, me dar�a otra oportunidad de hacer el
examen, necesito subir mi nota para no reprobar la materia?
Sinceramente no suelo dar nuevas oportunidades pero la
franqueza de Griselda me sorprendi� y entonces le contest�: Mira, cuando
comienza la clase que sigue decile a la profesora que ten�s que verme en Sala de
Profesores y ah� vemos tu examen, si esta muy mal vemos que hacemos, te parece.
S�lo me dio las gracias y se alej� y yo hice lo mismo rumbo a
la sala de los profesores donde tomamos el descanso entre clase y clase. Llegue
ah�, me serv� una taza de caf� y de inmediato me puse a ver las evaluaciones y
busque el de Griselda.
Tal como ella lo hab�a dicho no le fue bien, de las cuatro
preguntas a responder s�lo intento hacerlo en dos y en ambas hacia n intento por
decir algo coherente pero ni se le acercaba.
Continu� ojeando las otras evaluaciones y son� el llamado a
clases, en tanto que yo como ya me retiraba segu� leyendo mis trabajos para
adelantarme a la ardua tarea que me esperaba luego y cinco minutos despu�s viene
Griselda a la Sala de Profesores como hab�amos quedado y donde me encontraba
s�lo.
Le dije que pasara y se sentara, cosa que hizo de inmediato
en una silla frente a la m�a. De inmediato le dije mi evaluaci�n de su examen y
ella rompi� en un llanto que yo trat� de consolar casi sin resultados. Tard�
como cinco minutos m�s en recomponerse y poder hablar y entonces me explic� que
en su casa las cosas no andaban bien, sus padres se estaban divorciando, que de
reprobar la clase tendr�a inconvenientes para pasar al a�o siguiente y que no
pod�a llevarle esa noticia a su madre que estaba desbastada desde que su padre
se hab�a con otra mujer.
No se porque, pero me conmovi� y acced�a a darle otra
oportunidad para el examen. El problema era que no pod�a tomarle otro en el
curso, pues no ser�a justo con los otros alumnos que no tendr�an esa oportunidad
y tampoco pod�a ni estaba lista para hacerlo ah� mismo en poco tiempo.
Le dije que le dar�a su nueva oportunidad y le pregunt� si
pod�a venir a mi oficina para hacer la evaluaci�n al d�a siguiente en horas de
la tarde. Ella accedi� con una sonrisa y me dijo: A que hora? A lo que le
respond�a: Te espero a las 15.00 horas, toma mi direcci�n y nos despedimos sin
siquiera estrechar las manos volviendo ella su aula y yo march�ndome a trabajar
como todos los d�as.
Al otro d�a hice mi trabajo matutino como de costumbre y
recordando que temprano ven�a Griselda a completar su evaluaci�n me dirig� a mi
oficina. Pasadas las tres son� el timbre y era ella, le dije que subiera y unos
minutos despu�s entraba a mi oficina.
Cuando abr� la puerta me quede tonito, jam�s hab�a visto una
alumna sin su blanco delantal que les cubr�a la ropa y el cuerpo. Ella tra�a en
sus manos los libros de la escuela y en la otra arrugado y hecho un bollo su
blanco delantal y vest�a zapatos del tipo mocas�n, medias de nylon color piel y
sobre ellas unos soquetes blancos ca�dos, una pollera recta color azul a media
pierna y una camisa color blanca que dejaba traslucir su brasier blanco de
algod�n.
De inmediato le dije que pasara y cerr� a puerta y nos fuimos
a mi despacho donde me sent� en mi sill�n y ella al otro lado del escritorio.
Comenzamos a hablar y ella me agradeci� que le diera la nueva oportunidad otra
vez y yo le dije que mejor le fuera bien porque si no era as�, nada m�s podr�a
hacer por ella.
Le ofrec� algo de tomar mientras que yo me servir�a caf� y
dijo que le sirviera otro. Sal� de mi despacho hacia la cocina y ella me sigui�
dejando sus cosas en el escritorio. Ya en la cocina puse la cafetera el�ctrica a
preparar la bebida y aparte dos tazas mientras ella me conversaba de lo linda
que era la oficina, lo espaciosa y c�moda que parec�a y preguntaba como era ser
abogado pues ella quer�a estudiar derecho.
Mientras que el caf� se preparaba le ofrec� una recorrida por
la oficina mostr�ndole la sala de reuniones, el escritorio de mi socio que ese
d�a estaba en un viaje a los Tribunales de otra ciudad, el sanitario y la
recepci�n y volvimos a la cocina.
Ella parec�a en ese momento contenta, feliz y me asombr� su
estado al compararlo con el llanto y escena del d�a anterior pero no le di mayor
importancia. Serv� los caf� y nos regresamos a mi escritorio.
Coloqu� el caf� en el escritorio y me dispuse a darle los
temas de evaluaci�n y ella saco papel y lapicera para escribir y le dicte el
temario. Mientras ella escrib�a en su hoja yo la observaba en su concentraci�n y
ah� note por primera vez que sus pezones se le marcaban bajo el brasier y la
camisa, los tenia duros, en punta y se pod�a ver el color oscuro del pez�n
erecto pujando por salir.
De inmediato se me endureci� la pija y no le d�a mayor
importancia por estar oculta bajo el escritorio y que ella no pod�a darse cuenta
de nada. Cuando termin� de dictar ella comenz� a escribir mientras que yo tomaba
mi caf� desde mi lugar y observ�ndola. Primero escrib�a, luego se detuvo con un
gesto pensativo, continu� escribiendo y cada tanto se deten�a a pensar o
recapacitar sobre la pregunta.
Ya no preguntaba como el d�a anterior sino que s�lo escrib�a
pero o no pod�a leer lo que pon�a al papal por estar invertido. Mientras que la
observaba hacer su examen me detuve a observar a la ni�a que unos momentos antes
me hab�a excitado. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo atada por
un lazo de banda el�stica color rojo. En sus orejas ten�a unos peque�os aros de
perlas y oro que por su tama�o supuse fueron un obsequio al nacer. Sus ojos eran
caf� y los coronaba una ceja amplia o gruesa que se afinaba hacia los costados
d�ndole una forma alargada y agradable y los resaltaba bajo su piel blanca.
Su nariz era recta y delgada y terminaba en una protuberancia
redonda con dos amplias fosas nasales. La boca era amplia, el labio superior era
algo delgado, en tanto que el inferior era gordo y carnoso, grande y casi
duplicaba el tama�o del superior y todo estaba coronado por unos hermosos
dientes grandes como paletas de un blanco similar al marfil.
Su rostro era anguloso y terminaba en un ment�n en punta, la
frente parec�a muy amplia debido al cabello todo recogido para atr�s, salvo dos
peque�os rizos que colgaban a cada lado de las sienes como el marco de un
retrato para su cara. Era una linda ni�a, sin ser una modelo su belleza era
apreciable a simple vista y todo con una sencillez y simplicidad asombrosas.
Su cuerpo era proporcionado, med�a un metro y sesenta y cinco
cent�metros y bajo la camisa se pod�a ver sus pechos que eran de un tama�o
regular y pens� que bien podr�an caber en las palmas mis manos.
Ella continu� con la evaluaci�n y yo con la de su cuerpo.
Luego de escudri�ar su rostro al detalle baje mi vista hacia su torso y volv� a
ver esos hermosos pechos y, otra vez m�s, sus pezones estaban completamente
erectos bajo las telas y nuevamente mi miembro reaccion� ante la imagen de ellos
por lo que deb� acomodarlo bajo mis pantalones del traje para que la presi�n no
me incomodara.
Estaba contemplando absorto los pechos de Griselda cuando
note que se mov�a y su mano se posaba desde debajo de sus tetas remarc�ndolas.
Me sobresalte y levante la vista al rostro de aquella ni�a para encontr�rmela
vi�ndome en forma fija, con su lapicera en la otra mano introducida en su boca e
inm�vil.
No sab�a que hacer, ni que decir, me hab�a pescado "in
fraganti". Fue ella la que reaccion� y con descaro me dijo: Le gusto Profesor? Y
yo primero balbucee EH, EHH, AHH, este que dec�s, vamos segu� con el examen
Griselda. Ella volvi� a escribir y yo intente no volver a verla y para
concentrarme tome un libro y me dispuse a leer o, mejor dicho, disimular
haciendo que le�a.
Por un par de minutos trate de no ver lo que hacia pero al
girar mi vista m�s all� de las paginas en blanco que tenia frente mis ojos la vi
escribiendo mientras que su otra mano estaba bajo el escritorio y advert� que se
mov�a. Me volv�a las p�ginas del libro pero ya su presencia me evitaba
concentrarme en otra cosa que no fuera su cuerpo y mi verga no se hab�a bajado
sino que, para peor, ya estaba al m�ximo de su tama�o.
Intentaba no distraerme cuando siento que ella se mueve en su
silla, se pone de pie y dando la vuelta al escritorio se encamina hacia mi lado
y dice: Profesor, no me contesto. D�game, le gusto? Lo que me hizo levantar la
vista del libro y mirarla otra vez. La pude ver avanzando hasta quedarse junto a
mi silla mientras que soltaba sobre el escritorio la lapicera de su mano y con
la otra rozaba su torso desde los pechos hasta dejar la pano apoyada en sus
caderas.
Yo como haciendo que no sab�a lo que dec�a le respond�. Que
dec�s Griselda? Y ella sonri�ndome me dijo: Ud. sabe bien lo que le pregunt�
profesor. Y levantando la voz un tono repiti�: YO LE GUSTO? El descaro de esta
mujer me asombro y dejo sin palabras, se me estaba insinuando en forma directa,
me increpaba y yo no pod�a responder nada.
Para intentar salir del trance le respond�: Si, si Griselda,
Sos muy linda. Tu mam� debe estar orgullosa de una hija tan linda.
Ella se ri� fuerte y nuevamente habl�: No profesor, mi mama
no tiene nada que ver con esto y resp�ndame YO LE GUSTO? LE GUSTO COMO UNA
MUJER? SI O NO?
No hab�a salida, esa ni�a sab�a lo que estaba haciendo, sab�a
como presionar y sab�a la respuesta pero quer�a o�rlo de mi boca. Dude por un
instante ideando otra respuesta evasiva pero no la ten�a y entonces le respond�:
Si Griselda. Vos sabes que si me gustas, que eres linda y que cualquier hombre
estar�a atra�do por vos.
Sin pausa y sin darme un descanso pese a que casi me forz� a
decirle que me gustaba me dijo: Y SE VA A QUEDAR AH� SI LE GUSTO, SIN HACER
NADA? Y se acerc� a tan solo menos de un metro de mi que permanec�a sentado en
mi sill�n.
Yo no atinaba a nada, ni palabras ni movimiento, mi ser
estaba paralizado y mi mente no pod�a creer que una ni�a de tan solo 15 a�os me
estuviera acosando sexualmente de ese modo, pidi�ndome que tomara cartas en el
asunto.
Ella con un delicado movimiento apoyo una de sus sobre la
m�a, la aferr� suave y la jal� hacia su cuerpo mientras se acercaba m�s y me
dijo: VAMOS PROFESOR, NO VE QUE UD. TAMBIEN ME GUSTA. Y sin decir mas acerc� su
rostro al m�o y poso sus labios h�medos sobre los m�os comenzando a besarme
tiernamente mientras apoyaba mi mano a su cintura.
Solo cuando pasaron unos segundos pude reaccionar y si bien
podr�a haberla alejado de mi, reprendido por su osad�a, poner distancia de
profesor a alumna y concluir ah� mismo el examen o lo hice y, en cambio, mi mano
reaccion� sola peg�ndola m�s a mi cuerpo, casi cayendo sobre mi y mi lengua se
dio paso entre sus labios hasta encontrar la suya y fundirnos en un apasionado
beso donde con completa lujuria nos devor�bamos uno al otro.
Ella se sent� sobre mis piernas y con una mano me abrazaba
por el cuello, mis manos buscaron su cuerpo acariciando con una la espalda y con
la otra busque uno de aquellos pechos y fue entonces que note la mano derecha de
Griselda iniciando una caricia a mi verga por sobre el pantal�n.
De inmediato comenc� a desabotonar la camisa que tra�a puesta
hasta que qued� suelta y le introduje mi mano bajo la tela del brasier hasta
sentir su pez�n ardiendo bajo mis dedos. Nuestras lenguas jugaban de un lado a
otro, se cruzaban, se entrelazaban y, cada tanto, ella succionaba con fuerza la
m�a queriendo trag�rsela entera.
Su mano bajo el cierre de mi pantal�n y se introdujo bajo la
tela y sobre mis boxer acariciaba mi verga, dur�sima por cierto como nunca
antes, aferr�ndola con sus delicados dedos y sacudi�ndola levemente arriba y
abajo.
Sent�a la tela de mi ropa interior h�meda de mis propios
l�quidos preseminales derramados y como se pega a mi piel y la de su mano entre
cada movimiento. Sin movernos del sillon de mi escritorio aferr� su pecho
derecho y lo saqu� de debajo de la tela del brasier y cuando qued� expuesto ante
mis ojos me lo com� con voracidad.
Acerque mi boca a la piel morena del pez�n que en punta se me
ofrec�a, lo chupe suave, lo palpe con mis labios como si fuera una fruta carnosa
y luego clave mis dientes, primero suave y luego incrementando la presi�n.
Griselda comenz� a gemir, su voz resonaba en el silencio de
la gran oficina inund�ndolo todo. AAAAHHHHHHHHHHHHH, SIIIIIIIIIII PROFESORRRRRR
dec�a.
La posici�n en la que est�bamos ya no era c�moda, no daba la
libertad de movimientos que quer�amos los dos y le dije: Veni, levante Griselda,
Veni. Corr� las cosas de sobre el escritorio y la sent� en el borde. Saqu� su
camisa por atr�s y le quit� el brasier y cuando sus dos pechos estuvieron libres
me puse a jugar con ellos con mis manos y boca.
Ella tomaba mi cabeza con ambas manos mientras yo me
reclinaba sobre su cuerpo para lamerle los pezones. Estrujaba sus pechos con
fuerza, pellizcaba los pezones con mis dedos casi como queriendo arranc�rselos y
con mi lengua los rozaba en movimientos r�pidos saltando de uno al otro.
Parec�a y me sent�a como si no hubiera tenido sexo por meses,
como si aquella fuera la �ltima vez en mi vida, quer�a todo y todo al mismo
tiempo. Griselda suspiraba con las caricias y me repet�a: Si Profesor, Siga,
m�s, m�s, deme m�s.
Aquella chiquilla me estaba sacando de mi y pon�a como un
animal en celo y la situaci�n de estar con una jovencita de su edad (cosa antes
no me hab�a pasado nunca) me estaba excitando much�simo, demasiado y el morbo
incrementaba en cada pensamiento m�s y m�s.
Estaba aun lamiendo sus pechos cuando ella comenz� a quitar
mi corbata y camisa y yo la deje hacer hasta que quedamos los dos con el torso
desnudo. Cuando termin� deje de besar sus tetas y delicadamente le quite los
zapatos que tra�a y ella me ayudo con su falda y las medias.
Cuando le quite su ropa apareci� su tanga, era un diminuto
triangulo color rojo como rub�, con dos finas tiras que sub�an desde su monte de
venus hasta los lados de la cadera para irse hacia atr�s. En un movimiento �gil
salto de sobre el escritorio hacia delante quedando de pie entre el mueblo y yo
y gir�ndose sobre si misma me dio una visi�n de todo su cuerpo vistiendo esa
diminuta tela y diciendo: Le gusta Profesor, me la compre pensando en Ud.
Yo no daba cr�dito de aquella ni�a mujer, ella se reclin�
sobre el escritorio d�ndome la espalda y con su hermoso culo hacia fuera me
dice: Le gusta mi ropa Profesor. D�game como me queda.
Era hermoso verla, la tela del triangulo posterior de la ropa
interior roja se le met�a entre las nalgas dej�ndolas completamente
descubiertas, carnosas, firmes, blancas como el papel y su mano estir�ndola
hacia arriba para dejarme ver un poco de la raya de su culo y la protuberancia
de su sexo aprisionado en la tela que ya se estaba humedeciendo.
Me arrodill� junto a ella y comenc� a morderle las nalgas, a
pasarle mi lengua todo lo largo de ellas mientras mis manos las acariciaban y
abr�an un poco m�s y respond�. Que culo hermoso Griselda. Nunca antes vi un
culito tan perfecto, tan lindo nena.
Hice a un lado la tela de su ropa interior y deslic� mi
lengua por entre las nalgas todo a lo largo de la raya de ese culo precioso y
baje hasta encontrar su ano, rosado y cerrado como el de un bebe y se lo empec�
a chupar y jugar ah� con mi lengua.
Ella se dej� hacer en ese momento y con una de sus manos
inici� una masturbaci�n sobre su cl�toris por sobre la tela roja aumentando su
excitaci�n. Introduje un poco mi lengua en ese ano y ella gimi� fuerte y dijo:
AHHHHHHHGGGG PROFESOR, ESO ME MATA, DEME MASSSSSSS, MAS FUERTE PORFIS.
Yo le obedec� y abriendo su culo con mis manos enterr� mi
rostro todo lo que pude y le puse toda la lengua adentro y ella se relajo
gozando la chupada que le daba sin dejar de masturbase con sus dedos.
Me separe un instante y con mis dos manos le retire la
peque�a tanga roja dej�ndola totalmente desnuda para mi y mis instintos y volv�a
chuparla pero ahora met� de una sola vez mi lengua en su vagina para sentirle el
sabor.
Fue exquisito. Sus labios vaginales eran grandes y carnosos.
Su vulva destilaba una enorme cantidad de jugos que yo sorb� con desesperaci�n.
Tenia un sabor agrio y dulce a la vez, era un n�ctar, un manjar y no quer�a
desperdiciar ni una gota.
Ayudado por mis dedos que la abr�an de par en par y su
posici�n recostada sobre el escritorio con sus piernas bien abiertas le mam� su
conchita, primero pase mi lengua por el interior de su vagina y luego la recorr�
por fuera hasta que note el cl�toris en la parte superior todo hinchado y
comence a acariciarlo con un dedo.
Ella movi� su culo un poco mas atr�s permitiendo que me
acercara con el rostro y me engull� el cl�toris en un santiam�n. Lo chupe con
fuerza, lo presione con los labios y luego empec� a darle movimientos y caricias
con la lengua en punta y la boca abierta.
Ella comenz� a convulsionarse, sus piernas temblaban como no
pudiendo sostenerla en pie pese a que estaba apoyada en el escritorio y explot�
en su primer orgasmo ah� mismo gritando: AGGGGGGHHHHH ME VENGOOOO
PROFESOOOOOORRRRRR.
Segu� acariciando y tomando los jugos de su concha por un
minuto m�s y luego me puse de pie y me quit� los pantalones, calzoncillos,
zapatos y medias y desnudo frente a ese cuerpo escultural la llam�: Griselda?
Veni Griselda?
Ella recien estaba recobrando su compostura despu�s del
orgasmo y girando hacia mi pregunto: Que Profesor? Y yo le dije, Veni Griselda,
mi amor. Veni aca. Ella se levant� y me volvi� a besar y yo le dije: Ven� Nena,
ahora te toca a vos, vamos chupame un ratito.
Fui yo el que qued� apoyado en el escritorio y ella se
arrodill� entre mis piernas, tomo mi verga entre sus dos manos y de un solo
movimiento la introdujo m�s de dos tercios en su boca hasta su garganta.
Suavemente se fue retirando el miembro de adentro de la boca
hasta que lo tuvo en solo aprisionado entre sus labios por el glande y ah�
comenz� a jugar con la lengua todo alrededor y levemente sobre la piel del
frenillo y los orificios. Eso me provoco electricidad en el cuerpo y me aflojo
las piernas sorprendi�ndome su maestr�a en el arte de amar y alejando aquella
fantas�a de que era una ni�a inexperta.
Tome su cabeza en mis manos y ella comenz� a meter y sacar mi
verga de su boca, le pasaba la lengua en toda su extensi�n y la humedec�a
haciendola brillar a la luz de la l�mpara del escritorio.
Comenz� a hacerme una paja con una de sus manos mientras la
otra sosten�a y jugaba con mis huevos y con su boca acompa�aba los movimientos
como si hubiera nacido haciendo eso lo que me provoc� decirle: Griselda, Que
bien me chupas nena. De rodillas como estaba s�lo alz� la vista y con ojos de
verdadera lujuria pregunt�: LE GUSTA COMO LO HAGO PROFESOR? O UD. ME VA A
ENSE�AR.
Rei por su afirmaci�n y le dije: No, no te puedo ense�ar
nada. Parece que vos sabes y mejor que yo como se hace.
Ella volvi� a besarme el glande sin dejar e masturbarme y por
unos tres a cinco minutos estuvo jugando conmigo hasta que le tuve que pedir que
se detenga para o hacerme acabar.
La puse de pie y nos abrazamos bes�ndonos con calentura. Su
cuerpo estaba completamente recostado sobre el m�o y maravillosamente su sexo se
frotaba sobre el m�o aumentando la excitaci�n. Entonces tome una de sus piernas
y la levante, eso permiti� que ella tomara mi verga y la guiara a su vagina
coloc�ndola a su entrada.
Con un movimiento de mis caderas inicie la penetraci�n. Ella
dej� de besarme en ese momento y mir�ndome a los ojos me dijo: SUAVE PROFESOR.
UD. ES EL PRIMERO. Comprend� que esta ni�a hab�a decidido que yo fuera su
primera vez y que no era un encuentro producto de la casualidad y sus palabras
me enternecieron sin menguar mi calentura y le respond�: SI GRISELDA, SUAVE Y
CON AMOR NENA.
Ella me abraz� mas fuerte y pego sus caderas m�s a mi pelvis
y yo con un movimiento firme y sostenido pero lento, muy lento comenc� a
deslizarme en su interior. Paso la cabeza de mi verga y comenz� a entrar el
tronco en su interior hasta que sent� que hacia tope con algo. Era su himen que
estaba intacto aun.
La mir� al rostro sin moverme m�s, la bese con ternura y
pasi�n por espacio de unos segundos y cuando dejamos de hacerlo le dije: AHORA
MOVETE VOS. METELA VOS GRISELDA.
Ella se desliz� suave y pude sentir la presi�n de sus paredes
en el interior aprisionando mi verga y con un movimiento de su pelvis hizo que
la presi�n cediera dejando entrar mi verga lento pero sin pausa hasta que estuvo
toda adentro y en ese instante gimi�: AHHHHHGGGGG UUUFFFFFFF.
Sus u�as se clavaron en mis hombros y espalda y sent� como
ella misma segu�a el movimiento meci�ndome dentro de ella un poco m�s mientras
me repetia: LO AMO PROFESOR, LO AMO DESDE LO QUE LO VI. DESDE ESE DIA SO�E CON
ESTO, CON ESTAR ASI EN SUS BRAZOS PROFESOR.
Yo la abrace por su cintura, la bese otra vez y levant�ndola
sin salirme de su interior la apoye sobre el escritorio para cogerla.
Sus caderas colgaban fuera del escritorio, sus piernas
abrazaban mi cintura, mis manos tomaban sus pechos y las de ella se aferraban a
mis nalgas atray�ndome hacia si con fuerza y sosteni�ndome bien adentro y,
entonces, inicie el movimiento de mete y saca, lento, lent�simo, buscando que
las paredes de su vagina se amoldaran definitivamente al tama�o de mi verga.
Cuando note que me deslizaba con m�s facilidad aumente el
ritmo empujando con mi pelvis y cadera para metersela m�s hondo cada vez que
llegaba al fondo. Ella me miraba y me alentaba a que continuara con lo que
hacia. Repet�a casi sin parar: Si Profesor. Si Como me gusta. Siga Profesor,
siga.
Yo aprovech� ese momento para indicarle que con una de sus
manos se acariciara el cl�toris, cosa que hizo de inmediato aumentando su placer
un ciento por ciento. Ella gritaba: Profesor, es genial. Siga, no pare. M�s,
quiero m�s, deme m�s. Al oirla aumente mi ritmo, lo cual aument� mi excitaci�n
tambi�n.
Ahora le entraba con fuerza, el ritmo era sostenido por los
dos y en el aire se pod�a sentir la excitaci�n cas� al punto de llegar al
orgasmo. Ella dej� de acariciarse y tomando con sus dos manos mis nalgas empezo
a clavarme en su interior empuj�ndome m�s y m�s marcando el ritmo de las
penetraciones como ella las quer�a y al cabo de un minuto as� se derramo en un
segundo orgasmo.
Gritando como si la estuvieran torturando AHHHHH AGGGGHHHHH
AAARRRRR UUUUUFFFFFF se tens� todo su cuerpo, sus piernas se estiraron golpeando
la silla que rodo al suelo y mientras ella estaba gozando yo aumente el ritmo de
mis penetraciones un poco m�s sin darle pausa.
Que yo me siguiera moviendo en su interior hizo que seguido
al primer orgasmo se le diera otro y luego otro m�s y otro, todos sin que
hubiera pausa, todos seguidos uno de otro y seg�n me dijo perdi� la cuenta en
ese momento.
Griselda jadeaba y gritaba: SI. SI PROFESOR, OTRO AGGGGGHHHH
, DEME OTRO, SIGA NO PARE UFFFFFFFFF, NO SE DETENGA PROFESOR AHHHHHGGG y estuvo
terminando como por dos o tres minutos sin que hubiera detenido el movimiento de
las penetraciones para luego caer rendida, casi desmayada aflojando todo su
cuerpo de una sola vez.
Yo segu�a caliente y aun no hab�a tenido mi descarga e hice
una pausa esperando que se recobrara y luego que otra vez estuvo dispuesta saque
mi verga y la llev� hasta el sof� de mi despacho.
Ah� me sent� y le dije que ella fuera por arriba. Primero
intento de frente pero no se sent�a c�moda y su falta de experiencia hac�an que
los movimientos no fueran totalmente placenteros para ambos. Entonces le dije
que se diera la vuelta y se sentara sobre mi verga y obediente como una buena
alumna me hizo penetrarla desde atr�s sentado mientras ella cabalgaba mi pija
dura hasta reventar.
Tome sus nalgas redondas y carnosas y la ayude con sus
movimientos de sube y baja, adentro y afuera, mientras ella apoyada en mis
rodillas se hund�a cada vez m�s mi falo en su ardiente vagina. Fueron cinco
minutos y ya estaba listo para acabar y se lo hice saber. Ella me dijo: NO. NO
QUE ME PUEDO EMBARAZARRRRRR. Y yo me detuve en seco sac�ndola, pues no quer�a
eso ni era conveniente para ninguno.
Ella se arrodillo frente a mi y dijo: ACA, LA QUIERO ACA EN
LA BOCA. Y nuevamente inicio una mamada infernal. Sus manos jugaban con mi verga
subiendo y bajando, sosteni�ndola mientras ella la met�a toda hasta la garganta
moj�ndola con saliva y entonces la saco, la puso a cent�metros de su cara y con
la boca abierta, la lengua afuera y mirando a mi rostro dijo: DEMELA y sigui� el
movimiento de masturbaci�n aumentando el ritmo de su mano en mi verga.
Ni dos segundo la hice esperar explotando en un orgasmo
incre�ble. El primer chorro sali� disparado con tanta fuerza que paso junto a su
cara y fue a dar al suelo. El segundo lo dirigi� hacia su boca pero se le
estrello entre la nariz, la mejilla y el borde del ojo pero, el tercero y el
cuarto (o gotas finales) si le cayeron en su boca con mi semen en el interior
volvi� a chaparme la verga con ansias tragando lo que tenia adentro y
embadurnando el liquido de mi esperma por mi pene y pelvis y su rostro a la vez.
Cuando pasaron unos segundos ella me solt� y subi�ndose a mis
piernas y sent�ndose ah� conmigo se me pego como una estampilla y me volvi� a
besar intercambiando su saliva y mi semen con mi lengua.
Al dejar de besarnos Griselda me dijo: SABIA QUE IVA A SER
ASI PROFESOR. FUE GENIAL. LO AMO. Y yo le dije: Tambi�n creo que eres genial y
tambi�n te amo Griselda.
Nos quedamos intercambiando caricias en ese sof� por varios
minutos antes de irnos a limpiar al sanitario y de regreso lo volvimos a hacer
dos veces m�s esa tarde y al despedirnos le ped� que por favor no dijera nada a
nadie de lo que hab�a ocurrido, que pod�a perder mi trabajo y ella accedi�,
claro imponiendo una condici�n.
Le pregunt� que, que quer�a por su silencio y me dijo, NADA
COMPLICADO. SOLO QUE NO DEJE DE COGERM PROFESOR PORQUE AHORA SI QUE NO PODR�A
VIVIR SIN TENERLO DE ALGUN MODO CONMIGO.
Desde ya que acced� a su pedido y nuestros encuentros se
siguieron por m�s de los tres meses de la suplencia en el curso de la escuela y
hoy llevamos casi nueve de una relaci�n hermosa pero que nadie conoce, s�lo
nosotros dos y donde los encuentros siempre han sido tan intensos como el
primero, pero eso es la continuaci�n de la historia que dejo para otra vez.
As� es esta alumna, la que le record� a su profesor como es
la pasi�n de la entrega de la juventud adolescente.