ESTE RELATO NO ES MIO, LO VI EN UNA P�GINA Y ME HIZO MUCHA
GRACIA Y POR ESO LO ENVIO. ES UN POQUITO FUERTE, SI NO OS GUSTAN LAS
BESTIALIDADES O SOIS MUY SENSIBLES NO LO LEAIS...
M�dico de familia, una visi�n alternativa.
Era un d�a normal en la vida de los Mart�n, un d�a como
cualquier otro. Nacho Mart�n volv�a de currar en el centro de salud. Hab�a sido
una jornada muy dura. Ernesto hab�a vuelto a grapar la boca de Marcial, y el
pobre hombre sangraba hasta por las orejas.
- �Llevaos a este jodido subnormal de aqu�! Entre �ste s�dico
y el puto tel�fono que no deja de sonar, me van a sacar loco. �Llevadlo a su
puta jaula!- Exclam� un enfadado Marcial. Por lo que Nacho no tuvo m�s remedio
que llevar a Ernesto junto a los dem�s gorilas del zoo. Ernesto jur� que le
sacar�am los ojos si lo dejaba all� con su madre, pero Nacho no hizo caso de sus
infantiles bromas y lo entreg� a su cuidador Angel Cristo.
Mar�a se arreglaba para ir al botell�n que iba a organizar su
amiga Ruth. Su abuelo, el se�or Manolo, la observaba tras un agujero que el
astuto anciano hab�a hecho en su habitaci�n. El cabronazo era un viejo verde
pederasta y lo �nico que deseaba ver era el angelical desnudo de su nieta.
Aunque, la verdad es que no hab�a mucho que ver, Mar�a era nadadora, nada por
delante nada por detr�s. Incluso el gordo de su hermano Chechu ten�a m�s tetas
que ella. Este curioseaba unas revistas de su primo llamadas "Machotes ardientes
y gays", el muy salido ten�a todos los n�meros, incluso el especial de Navidad.
Fue entonces cuando el peque�o Chechu descubri� sus aut�nticas apetencias
sexuales. La fea de la Juani vest�a �nicamente con un viejo delantal, ya que el
se�or Manolo la quer�a ver trabajando de Porno Chacha. El novio de Juani, un tal
Hip�lito, ya quiso partirle la cara a ese viejo gru��n, pero ella se apresur� a
advertirle que no lo hiciera, pues el se�or Manolo ten�a un enorme trabuco con
el cual hab�a matado a tres ni�as: Miriam, To�i y Desir�, a las cuales viol� en
repetidas ocasiones.
Hip�lito se acojon� de tal manera, que en su puta vida volvi�
a poner un pie en esa casa.
Mar�a baj� r�pidamente las escaleras ante el asombro de toda
su familia, que se encontraba sentada en el sof�. Su padre malhumorado grit� con
fuerza: �Mar�a! �Por Dios!
�D�nde vas vestida como una puta?- A lo que el abuelo
contest�: - Vamos Nacho, si solo se le ven las bragas. Tranquilo, muchas chicas
de su edad ni las llevan.- Nacho se tranquiliz� y dej� marchar a su hija. En ese
momento, entraba t�a Alicia por la puerta. En su rostro pod�a observase una
tristeza inmensa. Portaba una bolsa de la que goteaba sangre sin cesar. Nacho se
puso muy contento porque cre�a que Alicia ven�a con alguno de esos cerdos de
matanza que sol�a traer del pueblo. Pero no era as�.
Alicia, con el rostro completamente blanco, se qued� muda por
unos momentos, hasta que rompi� a llorar en�rgicamente gritando: -�Joder, esto
no es un puto cerdo de matanza!
�Es tu jodida hija Anita descuartizada! Encontr� sus restos
en el jard�n metidos en esta bolsa del Pryca.-
Un inc�modo silencio rein� por un instante en el hogar de los
Mart�n. De repente, todas las miradas se dirigieron al se�or Manolo, que no
tard� ni un segundo en afirmar su culpabilidad: -�La hostia puta! �Qu� co�o
quer�ais que hiciera con la puta cr�a. Me ten�a hasta los huevos con la jodida
m�sica de las "Spais gers". Adem�s no os quej�is porque la descuartic� con un
cuchillo limpio, as� que, no va a coger tantos microbios.
- Nacho no pod�a creer lo que estaba oyendo. Por fin alguien
hab�a tenido suficientes agallas como para acabar de una pu�etera vez con la
peque�a Anita. Todos se abalanzaron a abrazar al abuelo para felicitarle,
mientras que Alicia les miraba perpleja.
Mar�a se encontraba ya en casa de Ruth. Ruth hab�a preparado
un fant�stico botell�n al son de la m�sica de M�nica Naranjo, al cual hab�a
invitado a multitud de gente muy allegada. Estaban Antonio Angl�s, Miguel
Ricard, Jes�s V�zquez, Mario Conde, el duque de Feria, el violador del
ascensor(el se�or Manolo no, otro que era de Vallecas), la Veneno,... y como no,
Lucas y su novia Irene Villa. Ruth se dirigi� r�pidamente hac�a su amiga Mar�a e
hizo la gracia de la noche: -�Mar�a, Mar�a! �Me abres esta lata de berberechos
con los hierros de tu boca?- Todos comenzaron a re�r de tal manera que potaron
toda la mierda que hab�an bebido. En unos momentos el habitable chamizo de Ruth
se convirti� en un cementerio de potas de todos los sabores y colores. Las hab�a
con gusto a vino y tropezones de tocino, con sabor a Martini con lim�n y
tropezones de salchich�n, con olor a tequila y tropezones de morcilla, y hasta
se pod�a observar una pota con tropezones de silicona, �sta era indudablemente
de la Veneno, que llevaba hasta el h�gado postizo. La fiesta comenzaba a decaer,
y la Gertru, que tambi�n hab�a sido invitada, encontr� m�s oportuno pillar unas
anfetas para todos. Una hora m�s tarde lleg� con una mochila repleta de hach�s,
chinas, canabis, pegamento "Imedio" y bollicaos. -�Lo siento troncos! Na mas que
me podio pillar una insignificancia de na. Pod�is dar las gracias al Rulas, que
es mu g�ena gente y me las ha regalao toas. Junto a ella estaba el camello m�s
famoso de toda Madrid el mism�simo Rulas. Todos los all� presentes comenzaron a
aclamar su nombre. Todos excepto una persona, Lucas, que sali� ipsofacto hacia
�l sentado en su preciosa silla de ruedas. �Ven aqu�, hijo de la gran puta! �T�,
maldito cabronazo, el que me ha dejado clavado a esta puta silla durante el
resto de mi puta vida! �Te juro que te la vas a comer, pieza por pieza!- Dijo un
t�mido Lucas con un tono de voz un poco elevado. Lucas abri� fuertemente la boca
del Rulas y empez� a introducir su silla de ruedas al completo. Solo dej� el
cambio de marchas que hab�a instalado recientemente, el cual se lo meti� por el
culo hasta que se perdi� en las inmensidades anales.
Mar�a cansada de tanta monoton�a cogi� sus cosas y se march�.
-�Adi�s, amigos!
Exclam� dulcemente, pero nadie le hizo ni puto caso. Mar�a
caminaba hac�a su casa algo asustada, tem�a que alguien la pudiera violar como
ya hizo su abuelo con su amiga Ruth. Pero no hab�a nada que temer, nadie por muy
salido que estuviese ser�a capaz de hacerlo. Cuando Mar�a lleg� a su casa,
encontr� a su t�a agonizante en la puerta. Se hab�a inyectado su �ltima dosis en
la yugular. Mar�a fue a levantarla pero antes de que lo hiciera, Alicia comenz�
a escupir una pegajosa espuma y falleci� en el acto. No hab�a podido superar la
tr�gica muerte de su sobrina Anita. Mar�a entr� r�pidamente a casa con l�grimas
en los ojos. Subi� las escaleras, y se meti� en el servicio a lavarse las manos.
-�Dioooos, que asco! Llev� babas de mi t�a por todo el cuerpo. Inmediatamente
despu�s fue a dec�rselo a Chechu, pero se lo encontr� pel�ndosela con el p�ster
de Brad Pitt que ten�a al lado del tocador. -�Pero que co�o haces! Me vas a
manchar el poster con tu puta lefa. Mar�a m�s quemada que el culo de la Veneno,
cogi� las tijeras de la malograda Anita y de un corte limpio le cort� el
insignificante cacho de carne arrugada que el denominaba "tranca". Chechu empez�
a echar chorros de sangre por la boca porque se meti� un bocao en la lengua del
cagarse.
Era tarde, la sesi�n de espiritismo que la familia Mart�n
estaba realizando en la cocina para contactar con Alicia, se vio interrumpida
por la visita de los agentes Mulder y Scully que ven�an para recoger el cuerpo
mutilado de Anita y llevarlo al tanatorio. El se�or Manolo estaba tranquilo
porque sab�a que el forense no cantar�a, ya que �l conoc�a muy bien lo de sus
pr�cticas necr�fagas con los muertos de dicho tanatorio. El vaso comenz� a
moverse repentinamente por varias letras de la G�ija que al combinarse pod�a
leerse lo siguiente:
"Malditos hijos de la gran puta sin sentimientos". Al leer
esto gritaron al un�sono:
-�Alicia?- Y el espectro contest�: "�No hombre, soy Elvis que
me estoy follando a Alicia!
Menudo polvazo tiene la cabrona". Tras unos audibles gemidos
el vaso sali� disparado hacia la cabeza de Mar�a quien call� inconsciente al
triturador de basuras que la Juani hab�a dejado encendido. La cocina se llen� de
pedacitos de la �nica hija que le quedaba viva a Nacho. El se�or Manolo ri�ndose
dijo -�Jo! Este Elvis si que sabe. Ya era hora de que la palmara la tabla de
planchar �sta que no satisfac�a mis cubanas.- Nacho se levanto r�pidamente
solt�ndole una terrible patada en la boca al pobre viejo salt�ndole los pocos
dientes sanos que le quedaban.
Seguidamente empez� a pisarle los huevos con las horteras
zapatillas de puntera de goma que sol�a llevar. El se�or Manolo, muy sofocado,
gritaba: -�Mi pr�tesis, gilipollas!- Nacho segu�a enfurecido y cada vez pateaba
m�s fuerte los ya enrojecidos huevos de su padre. -�A que jode, cabronazo!
�Mu�rete ya de una pu�etera vez, viejo verde!. Exclam� Nacho a la vez que le
propinaba la �ltima y definitiva patada.
En un momento de locura hab�a acabado con la vida del viejo y
ahora lo que m�s le apetec�a era colgarse de un �rbol. Hab�a perdido a toda su
familia en un d�a, incluso su hijo Chechu yac�a en la habitaci�n de Mar�a
desangrado con su chorra en la mano. Nacho no pod�a contener la rabia que
llevaba dentro al haber visto fallecer a su tan apreciada hija mayor, con la
cual hab�a realizado inolvidables pr�cticas sadomasoquistas. Nacho sali� a la
calle en busca del �rbol m�s cercano para cometer el suicidio pero se encontr�
con Mat�as, el mejor amigo del se�or Manolo, que estaba quemando el coche de los
Mart�n. El pobre hombre hab�a mezclado la ginebra de garraf�n con las pastillas
para la ulcera, y no era due�o de sus actos. Nacho no se lo tom� demasiado mal y
meti� a Mat�as en el coche con tan mala suerte que, sin querer, meti� una marcha
y el coche sali� disparado hacia la casa.
La imagen de Nacho era estremecedora mientras observaba como
se quemaba su casa, con la camisa salpicada de sangre, los pantalones rajados y
las zapatillas llenas de ese pegajoso material con el que estaba hecha la
pr�tesis del se�or Manolo. Lo �nico que se le pas� por la cabeza en ese momento
fue: -�Me cago en la puta madre que me pari�! �Ahora que solo me quedaban dos
letras por pagar!-
Estaba en medio de la calle cuando, de repente, gir� la
cabeza y vio un coche de la autoescuela que se dirig�a hacia �l a una velocidad
endiablada. El p�lido rostro de Nacho reflejaba una sensaci�n solamente
comparable a la de ver al fantasma de Franco, pero no era �ste, se trataba de su
buen amigo Ernesto.
-�Cago en sus muertos! �No me digas que el subnormal �ste
est� aprendiendo a conducir!-
El coche se abalanz� violentamente sobre Nacho, revent�ndolo
de tal manera que en el suelo solo quedaron sus horrorosas zapatillas con
puntera de goma navegando sobre un gran charco de sangre.