Hace un tiempo empezamos a hacer realidad nuestras fantasias,
al principio de manera parcial y �nicamente jugando, era una manera de
aproximarnos a ellas de forma segura. Siempre se limitaban a aproximaciones como
visitar un sexshop para luego fantasear con las personas que all� hab�amos
visto, o con episodios m�s atrevidos como acudir a un lugar de striptease.

Un s�bado por la tarde calent� a mi mujer, Elena. Empezamos a
jugar y a compartir nuestras fantasias la estaba desvistiendo y besando todo su
cuerpo mientras le contanba uno de mis sue�os er�ticos, mi sue�o ocurria en una
sala de streaptease, me estaba divirtiendo, me encantaba poner caliente a Elena,
de repente se me ocurri� una idea, le propuse que no siguieramos haciendo el
amor. Deseaba que se encontrase caliente toda la tarde y que por la noche
fu�semos a un lugar de streaptease, queria poseerla por la noche, despu�s de
disfrutar de un buen espect�culo. A ella tambi�n le divirti� la idea.

Por la noche Elena estaba radiante, ilumin� mis ojos al
verla. Iba vestida muy esport pero tambien femenina y sensual. Cogimos nuestro
coche y nos dirigimos a un restaurante, pedimos una mesa reservada y disfrutamos
de una buena cena. Mientras cen�bamos me confes� que la estaba poniendo muy � el
jueguecito. Poco despu�s de medianoche llegamos al local, habia bastantes
hombres, ninguna mujer que no trabajase en el, de todas maneras no estaba
demasiado lleno, hubo muchos hombres que se fijaron en mi mujer, mas tarde me
confes� que se habia sentido deseada y que no la habia molestado. Est�bamos
tomando unas copas y disfrutando de un espect�culo muy er�tico, la verdad es que
se nos acerc� una de las bailarinas que hacia poco habia bailado en el escenario
y nos saludo, la invitamos a tomar una copa y nos propuso un baile privado,
Elena se neg� y sin que yo le digese nada me dijo al oido que la verdad es que
le apetecia.

Nos dirigimos hacia un privado y nos acomodamos en un sof�,
queriamos disfrutar de nuestro pr�pio espect�culo. El ambiente se estaba
calentando, esa mujer baliando a una distancia m�nima de nosotros. En el rostro
de Elena se intuia como se estaba sintiendo por dentro, estaba tan excitada como
yo. La bailarina se acercaba especialmente a Elena y de vez en cuando elena se
atrevia a darle una breva car�cia, yo ya no podia m�s, le suger� al oido si le
apetecia probar los pechos de esa bailarina, pero que s�lo le daba permiso para
besarselos el tiempo que quisiera pero nada m�s, no perdi� la oportunidad y
cuando la bailarina volvi� a acerc�rsele empez� a acariciar y a comerse sus
pechos. Era incriblemente er�tico, me estaba fundiendo, estaba disfrutando tanto
mir�ndolas que no deseaba participar, me acerqu� y le quit� el top a mi mujer,
tenia sus pechos excitados, sin nada m�s la bailarina empez� a besarle los
pechos. Se iban turnando, disfrutando cada una de la otra. Al cabo de un rato mi
mujer se giraba hacia mi i con su mirada me pedia m�s, me acerqu� y al oido le
dije que me encantaria pero que ahora no era el momento, comprendi� lo que
deseaba e indic� a la bailarina que por hoy ya era suficiente.

Cuando llegamos a nuestro apartamento no podiamos m�s y
follamos justo detr�s de la puerta de entrada, con tanta calentura disfrutamos
de verdad, cuando acabamos empezamos a hablar de lo ocurrido esa noche, me dijo
que le habia gustado un mont�n, que le apetecia volver alg�n dia pero que la
pr�xima vez ella mandaba, escogia y decidia.

Al cabo de unos meses mientras est�bamos calentando motores
me record� este epis�dio mientras nos bes�bamos y jug�bamos con nuestros cuerpos
me describi� las sensaciones que tuvo esa noche, me propuso que no acab�semos
follando por la tarde y que por la noche visitar de nuevo ese local. As� lo
hicimos, cuando nos introducimos en nuestro auto me abri� mis pantalones y se
introdujo mi sexo en su boca, me sonri� y me dijo "recuerda que hoy mando yo".

Ya en el local disfrut�bamos del espect�culos y al cabo de
mucho rato se acerc� a nosotros un chico del que Elena no habia perdido de vista
des de que llegamos al local, estaba sentado en la mesa de al lado y nos pidi�
permiso para sentarse con nosotros, era muy atractivo y amable, la verdad es que
me descoloc� y no supe que contestar, Elena encantada le indic� que se sentara,
la verdad es que era muy atractivo, nos invit� a tomar varia copas, Elena se
estaba divirtiendo y a mi la situaci�n no me estaba molestando. Al cabo de un
rato nos invit� amablemente a tomar otra copa en su apartamento, Elena se
sonroj�, me pregunt� al oido si no me molestaba que decidiera ella, sonre� y le
dijo que por tomar una copa nadie va al infierno.

Cuando est�bamos saliendo los tres del local, nos
introducimos en su coche y mi mujer y yo nos sentamos detr�s, notaba como
estabamos todos calientes, empez� a besarla, le abr� su blusa y sali� una
lenceria impresionante, not�bamos como el conductor nos miraba pero nos estaba
excitandoy seguimos ,de repente par� el coche en un sitio muy discreto y sali�
del auto para volver a meterse por el asiento de atr�s, se sento a su lado me
mir� y mi mujer me pedia con sus ojos que por favor no cortase el momento, Elena
tenia las piernas ligeramente abiertas, nuestra manos empezaros a recorrer sus
muslos, despues todo su cuerpo, sus pechos ya estaban totalmente al aire con sus
pezones totalmente duros, su falda estaba toda en su cintura y el tanga que
llevaba ya estaba echado de lado. Nos besaba a uno y a otro y acariciaba
nuestras pollas por encima del pantal�n, suger� que sali�ramos del coche, el
lugar parecia muy discreto.

Est�bamos los tres de pie, mi mujer entre nosotros dos que
recorr�amos su cuerpo de arriba abajo, a�n vestidos, a ella casi no le quedaba
nada. Se agach� y me abri� mi pantal�n, se introdujo mi pene en su boca, me mir�
a los ojos, y d�ndome la espalda empez� a chuparle la polla, iba cambiando de
falo y mientras tanto se estaba acariciando.

Se extendi� sobre el cap� del coche y mientras uno de
nosotros se la comia, ella disfrutaba de la polla del otro. Ya no podia m�s, nos
orden� que la foll�semos, cuando empec� a follarla no par� de comerse la polla
de nuestro amigo. Elena estaba mujad�sima disfrutaba de orgasmos sin parar, sal�
de ella y nuestro invitado sin pens�rselo empez� a follarla, ella cogi� mi polla
y empez� a com�rsela.

Al rato elena ya no podia m�s, masturb� a nuestro invitado
hasta que se corri�, despu�s se agacho delante de mi y me hizo una mamada
espectacular, de vez en cuando se levantaba y al oido me decia que queria que me
corriera dentro de su boca, que este era un privilegio s�lo para m�. Me encacnt�
correrme en sus labios, disfrut� como nunca.

Nos vestimos y le pedimos a nuestro chofer que nos devolviese
al parking del local de streaptease. Al poco rato Elena y yo habiamos llegado a
casa y nos duchamos, volvimos a hacer el amor, esta vez solos pero no por eso
peor, nos quitamos las ganas de todo, incluso disfrutamos de sexo anal, que
reservamos para algunos dias especiales.

Ya se pueden estar imaginando lo relajados que dormimos.

Hasta otra.