- Dios mio esta ni�a me va a matar - �l no pudo contener esa
nueva ereccion que brotaba pidiendo ese manjar.

Ella quedo muda pero su cara lo dijo todo al ver la estaca
que crecia, su respiracion se agito, y la humedad de su entrepierna fue mayor y
se hizo notar.

�l se puso de pie y se acerco a ella la tomo del rostro la
miro y comenzo a acariciarla, primero el pelo, y luego su acalorada carita, paso
sus dedos por sus labios, ella largo un leve suspiro, que debaja notar su
excitacion y respondio con caricias.

- Ven vamos a mi cuarto - dijo �l hirviendo de pasion �l.

La paro delante de la cama beso sus pezones duros y bajo
hacia su pancita perfercta y suave, lugo paso sus manos por debajo de la
pollerita y la despojo de su hermosa braguita blanca que ya estaba empapada de
fluidos amorosos.

- Te quiero con el uniforme puesto, ahora recuetate en la
cama - . Ella obedecio en silencio mirando su maztil, cayo de espaldas rendida
en la cama.

- Quiero sentirlo ahora mismo no me hagas esperar, quiero ser
una mujer - decia entre suspiros y humedad.

- No te apresures chiquita, sentiras lo que es ser una
verdadera mujer de eso puedes estar segura -

Iwan metio su cabeza debajo de la pollera y su lengua comenzo
a jugar dandole una catarata de sensaciones. Su lengua se ba�o en un mar de
flujos incontrolables.

- Iwan no puedo creer lo que estoy sintiendo me estas matando
de placer -, decia ella mientras ya sus palabras se convertian en gemidos que
inundaban la habitacion.

- Y eso no es todo mi ni�a angelical - retruco �l tras aquel
primer vendaval de placer, abrio las piernas de ella que todavia llevaban esas
hermosas medias hasta las rodillas, la miro fijo y entro donde ella suplicaba
desde hace tiempo.

Ella pudo sentir por primera vez a un hombre entre sus labios
inferiores, �l entraba y salia delicadamente para no hacerla doler. Pero M�ximo
no aguanto el deseo de meter su baston hasta el fondo y lentamente lo intrudujo
hasta quebrar su virginidad, le arranco un par de lagrimas que fueron
tiernamente sacadas de sus mejillas por sus labios.

- Que dolor m�s placentero, Iwan no pares porfavor no lo
hagas - dijo Agus mientras sus fluidos aumentaban ba�ando la carne de �l.

Las embestidas se hicieron m�s fuertes haciendola gemir como
reina, esos jadeos adolecentes que lo volvian loco solo por el hecho de saber
que habia roto una telita.

Ella clavo sus u�as en su espalda y se movia como una bestia,
�l respondio con fuertes embestidas que la hacia morir de placer.

�l no puedia creer como sus paredes vaginales apretaban su
falo con una serie de contracciones que lo hicieron estallar de placer.

- Chiquita no puedo m�s te voy a llenar las entra�as de mi
liquido magico -

- Hazlo ya quiero sentirte bien adentro -

Iwan llenaba de elixir su cavidad con jadeos de agotamiento.