Cuando Uge llevaba ya tres semanas trabajando fui por "El Amo
Severo" sin advertirla para ver como se desenvolv�a. Lucrecia me facilit� una
capucha completa y unas prendas de cuero para que mi puta no me identificase. No
era raro que acudiesen muchos clientes de inc�gnito, as� que ninguna de las
cuatro zorras que en ese momento se exhib�an en las cabinas con mampara de
vidrio perforado para escuchar sus incitaciones mostr� el menor inconveniente en
vender su propia mercanc�a.
Uge super� mis esperanzas. Hab�a cumplido m�s de lo esperado.
Vestida con un sujetador de cuero negro sin copas que impulsaba hacia delante
sus apetitosas ubres rematadas por los anillos, unas medias de mallas ancha y
unas botas de cuero negro hasta los muslos y altos tacones despuntaba sobre las
dem�s vendiendo su mercanc�a.
Mientras estrujaba sus pechos y estiraba de los anillos de
sus pezones al tiempo que proyectaba sus amplias caderas hacia delante para
mostrar su repelado monte de Venus decorado con sus gruesos anillos, entre los
que destacaba admirablemente el del cl�toris encadenado a los otros, y sin
ocultar el tatuaje donde se proclamaba su vieja profesi�n, dec�a:
- Vamos muchacho, no has visto zorra masoca como yo. Puedes
disponer de mi cuerpo como en tu vida has hecho ni har�s con ninguna mujer.
- Mira estas tetas: se pueden morder y retorcer. Te encantar�
estirar mis pezones con sus anillos o atarlas con una cuerda hasta que queden
moradas. �Qu� te parecer�a torturarlas con cera caliente? O pincharlas con
agujas.
- �Y este co�o que mi marido no aprecia y que hasta mi hijo
se lo comer�a? -Me complaci� que recordase mi recomendaci�n de significar que
era casada y con hijos- Dijo abriendo sus muslos y estirando de las cadenas para
separar los labios mayores.
- �Qu� piensas de estirar mi gordo clitoris con la cadena de
su grueso anillo? � O de azotar estas nalgas mientras tu gran pene se hunde en
est agujero? Mientras se daba la vuelta y abr�a sus cachetes para ense�ar su
ano?
- No encontrar�s una puta mejor. Me he hecho puta porque soy
ninf�mana. Y adem�s soy masoca, no te dar� ning�n problema para realizar tus
perversiones, mientras pagues claro.
- Mira que h�medo tengo el co�o solo de pensar lo que me vas
a hacer. Va a comenzar a chorrear.
- �Te imaginas soltar todo tu esperma en mi boca mientras
estiras firmemente de anillos y ves mis pezones o mis labios vaginales
desconsideradamente torturados?
Me gust� la profesionalidad de mi chica y, para disimular,
escuch� las ofertas de las dem�s zorras expuestas en su respectivo escaparate.
Ninguna alcanzaba a conseguir la calidad de m�rketing que mi puta hac�a de su
propia mercanc�a. Bien les fallaba el lenguaje de comunicaci�n, bien la
exposici�n de la mercader�a. Quiz�, analizando aspectos por separado alguna
ganaba a mi choch�n.
Lucrecia me condujo a una sala reservada desde donde pod�a
ver por medio de c�maras ocultas la actuaci�n de mi fulana casada en caso de ser
seleccionada.
La filmaci�n no es l�cita generalmente, pero como en la sala
donde se produce la actuaci�n existe una pantalla para que la gente se mire y
despu�s se les da un videocassete con lo filmado, nadie puede comprobar si
alguien m�s mira o existen copias.
Y lleg� el momento, un cliente seleccion� a mi puta.
�Horror!. Era un enano, aunque para decirlo de forma pol�ticamente correcta,
como la esposa de Wilt, una persona de crecimiento restringido. Cre� que mi
zorra armar�a un esc�ndalo. Ya lo hab�a montado el d�a que la seleccion� un
negro y se neg�, por lo que tuve que disciplinarla aplic�ndole varios enemas
consecutivos durante una hora.
Pero esta vez me sorprendi� aceptando al cliente con plena
profesionalidad. Realmente el tipo no le supuso mucho trabajo. Probablemente por
causa de su deformidad deb�a acudir a locales como el de Lucrecia porque las
putas que en ellos se encuentran tienen menos escr�pulos que las comunes. Aparte
de obligarle a hacer alg�n numerito fetichista previo, entr� en acci�n muy
pronto, la foll� su vagina, su ano y le verti� el esperma por la cara, pero nada
m�s. Me tuve que esperar para ver m�s acci�n, aunque ya ten�a una buena opini�n
de la profesionalidad de mi reciente adquisici�n visto su comportamiento con el
enano, perd�n, la persona de crecimiento restringido.
No pas� un cuarto de hora durante el que me entretuve viendo
lo que suced�a en alguna otra de las salas cuando Lucrecia me avis� de que a Uge
la iba a utilizar una pareja de negros y que ella misma participar�a.
Conect� la c�mara de la sala donde trabajar�a mi furcia con
cierta aprensi�n por sus malos antecedentes con los negros. Por otra parte su
actitud con el enano me tranquilizaba.
Entr� Uge en la sala vestida diferente a como estaba en el
expositor de putas: Segu�a con las altas botas, pero ahora portaba un corse de
cuero que dejando a la vista sus tetorras, las ergu�a insultante y
provocativamente. Llevaba un collar y unas ajorcas y tobilleras de cuero con
argollas por todo alrededor para las pertinentes sujeciones seg�n fuera preciso.
La segu�a la imponente Lucrecia con su traje de l�tex y sin
prescindir de ninguno de los atributos de d�mina y por �ltimo entr� la pareja.
Lucrecia hizo exhibirse a mi puta invitando a la pareja a
palpar toda su anatom�a. La hizo inclinar hacia delante separ�ndose ella misma
las nalgas para que pudieran apreciar sus agujeros anim�ndoles a meter sus dedos
y saborear los n�ctares que proteg�an sus paredes, asegur�ndoles que el llamado
agujero negro ten�a garant�a de plena limpieza ya que cada hora impon�a a las
chicas un enema.
La pareja, mejor dicho, el hombre explic� la pretensi�n. Su
mujer hab�a cometido adulterio y por tanto merec�a, y ella admit�a, unos severos
castigos. Como no quer�a castigarla con sus propias manos, �l castigar�a a Uge y
Lucrecia imitar�a las pr�cticas sobre su esposa.
Comenz� por atar a Uge sobre un potro bajo con el culo
ofrecido para flagelar sus nalgas con sa�a. Lucrecia le advirti� de que no
deber�a estropear a la puta. El respondi� que bueno, pero que a su ad�ltera
esposa le aplicara el castigo m�s fuerte de lo que el hiciera con Uge.
Siguieron una serie de fustazos en el co�o y los pechos tras
darle la vuelta. Como hab�a dos potros Lucrecia segu�a al instante las maniobras
del negro. Despu�s se pas� a colocarlas simult�neamente, ya que hab�a espacio
para las dos, sobre la barra afilada en forma de cu�a para mortificarles el
co�o. El negro colg� de los anillos de los labios y de las tetas de Uge unas
plomadas para acentuar el suplicio y Lucrecia, a falta de anillos en su v�ctima,
le coloc� en los mismos �rganos unas apretadas pinzas de cocodrilo lastradas
tambi�n por sendos pesos. Por supuesto mayores que los de Uge.
Durante dos horas pasearon a la zorra y la ad�ltera por
diversos instrumentos inc�modos y dolorosos terminando con la m�quina de follar,
donde Uge recibi� unos orondos ap�ndices por ambos agujeros. Cuando toc� el
turno a la infiel no pudo acoger tal grosor por lo que su marido decidi�
sustituirlos por otros m�s delgados pero m�s largos, con lo que la dama sufri�
mucho pensando que la presi�n sobre el fondo del �tero le perforar�a sus
entra�as.
Por �ltimo, el negro foll� y sodomiz� Uge vertiendo su
esperma sobre su cara. Lucrecia le imit� mediante un consolador sobre arn�s y, a
falta de esperma, orin� en la cara de la desleal hembra.
Satisfecho del buen oficio de mi empleada me marchaba a
realizar otras gestiones relacionadas con el buen gobierno de mi plantilla
laboral, cuando en la puerta encontr� a Guillermo, el marido de Uge que la
esperaba al t�rmino de la jornada para llevarla a casa.
Le dije que a�n tardar�a un poco ya que ten�a que ducharse y
acicalarse porque hab�a tenido una jornada un poco pesada, sobre todo al final.
Le invit� a tomar unas ca�as y nos pusimos a charlar. Cuando le coment� que Uge
estaba superando mis mayores esperanzas siendo una profesional de primera se
puso muy orgulloso, comentando que l�stima que no supiese de su infamado oficio
su madre, la marquesa de Medina Mediana, que tan conservadora, meapilas y
altanera era y tan ufana de mostraba de la rancia estirpe de su familia.
Por fin se aclar� mi memoria respecto de su menci�n por Lauri
y los servicios que les prestaba. As� que los arrogantes, conservadores y
virtuosos se�ores en p�blico no ten�an inconveniente en usar de mis putas en
privado.
Me desped� de Guillermo y fui a mi cita con Lorenzo, no sin
antes recoger a Lola para la permuta. Ella ya sab�a del negocio pero, a pesar de
su cara de disconformidad, no se hab�a opuesto. Quiz� porque tem�a el castigo
que tantas veces hab�a sufrido por su pertinaz costumbre de discutirme. Lola no
es como Uge, no le va para nada el masoquismo. Cualquier amenaza de da�o a su
cuerpo la pone hist�rica. Si con su car�cter se hubiese parecido a Uge, me
hubiera tenido que pasar la vida castig�ndola.
Lorenzo ya nos esperaba con su putita asi�tica. Sin m�s
pre�mbulo las hicimos desnudar y cada cual se dedic� a examinar a su futura
empleada. El examen de la mercanc�a debe ser minucioso ya que en este negocio no
se admiten descambios ni existe garant�a. Me gust� mucho la presi�n de su ojete
cuando met� dos dedos por �l. Le pregunt� a Lorenzo si la zorra no trabajaba con
el ano, respondi�ndome que muy frecuentemente, pero que era una caracter�stica
natural suya tan extraordinaria elasticidad.
Satisfecho de la mercanc�a y tras entregarnos los debidos
certificados m�dicos acreditativos de la sanidad de las putas cerramos el trato
y tomamos unas copas mientras cada zorra le mamaba la polla a su nuevo amo en
se�al de aceptaci�n. M�s tarde cada una firmar�a su contrato correspondiente.
Me fui con Sunny y pasamos por mi casa a buscar el aparato de
succi�n para que ella se lo colocase en sus de por si abultaditos pezones para
aumentar m�s el contraste con la ausencia casi total de pechos. Despu�s la dej�
en su casa, conociendo a su hermano que viv�a con ella, aunque no la follaba.
All� la sodomic� para terminar el d�a y le di los croquis de sus tatuajes y las
instrucciones sobre el piercing que deseaba en sus deliciosas carnecitas
inmaculadamente blancas y sedosas. Los pezones los quer�a rodeados de un escudo
con pinchos sujeto por una barra pasante a trav�s de ellos. El escudo deb�a
tener el mismo ancho que las ar�olas. El piercing inferior se reducir�a a una
perla colgada de su peque�o cl�toris. Aunque ya ten�a perforados los labios
vaginales no quer�a adornos en ellos, pero deb�a mantener las perforaciones
abiertas para ocasionales juegos, castigos o adornos temporales.
Su delicado pubis casi infantil carec�a de los t�picos pelos
h�spidos de las asi�ticas, tan dif�ciles de erradicar en su raiz, y luc�a ya el
r�tulo del oficio seguido de la inicial de Lorenzo. Hab�a que a�adirle el
s�mbolo del traspaso y mis iniciales. En su nalga ir�a tambi�n mi anagrama al
lado del de su anterior proxeneta.
Ya en casa llam� a Bea para que viniese porque me apetec�a
follarla esa noche y dormir entre sus abundantes, turgentes, mullidas carnes
antes de que entrase en la fase de pre�ado y despu�s a Guillermo para preparar
el plan que se me hab�a ocurrido para bajar los humos a sus petulantes suegros.
Dos semanas m�s tarde, todas mis chicas estaban en plena
actividad, ya que Sunny hab�a terminado con el magn�fico tatuaje que rodeaba sus
inexistentes senos y se extend�a por sus flancos en descenso hacia la zona
lumbar donde estallaba en una preciosa armon�a de color, y Nwin, cumplido su
castigo estaba con el co�o destaponado y trabajando a destajo para saciar el
hambre de macho que le hab�a proporcionado su obligada abstinencia.
Bea, en proceso de pre�ado por su marido, trabajaba solo con
culo y boca o bien con cond�n y Lauri hab�a comenzado como actriz porno pero en
el anonimato dada su minor�a de edad. Trabajaba en escenas de grupo y con una
capucha cubriendo su cara. En los t�tulos de cr�dito figuraba como "Lubricia".
Esa actividad se compaginaba con sus habituales servicios a domicilio y hotel.
Lleg� el d�a de aplicar el plan que hab�a concebido con
Guillermo como c�mplice. El matrimonio hab�a invitado a sus suegros a comer a
sus casa y, sobre la hora del caf� me present� all� junto a Lauri. Guillermo nos
abri� la puerta y me condujo al sal�n donde estaban Uge, su hijo y sus padres
disfrutando de unas copas. Lauri se qued� esperando en el vest�bulo. Me present�
a sus suegros, Mar�a Victoria y Alfredo, ante el pasmo de Uge, a quien hice un
comentario sobre mi presencia y su vestimenta que sus padres no entendieron pero
ella capt� inmediatamente y le produjo un violento sofoco. Me imagin� la
verg�enza que iba a pasar en el rato siguiente con la escandalosa situaci�n que
estaba a punto de suceder.
Mientras me sentaba a tomar el caf� y una copa charlando con
los marqueses sobre el tiempo tan caluroso. Uge se excus� como para ir a buscar
algo.
Volvi� al poco rato vestida, es decir desnuda, como deb�a
estar en mi presencia: Medias de malla ancha sin liguero, botas altas de largo
tac�n, sujetador de cuero sin copas y ni rastro de bragas o tanga que disimulase
el tatuaje acreditativo de su oficio que destacaba inexorable e imp�dicamente
sobre el pubis. El marqu�s se atragant� y a la marquesa se le cay� la taza de la
mano por la sorpresa.
- �Hija por dios!, como vas as� en presencia de un extra�o, y
de tu hijo.
- Es que soy puta de este se�or y debo estar as� en su
presencia, respondi� en un susurro y con la cara colorada como un tomate.
- �Queee?. Y entonces su vista se fij� en el tatuaje y los
piercings del co�o de su hija. La se�ora se desmay�.
Cuando volvi� en si comenz� una sarta de discursos sobre la
moralidad, el respeto al sagrado matrimonio, las buenas costumbres y dem�s que
contrastaba con el silencio del marqu�s que no pod�a salir de su perplejidad.
Le hice una se�a a Uge para que me mamase la polla y cuando
�sta abri� mi bragueta saco mi pene y comenz� a acariciarlo con sus suav�simas y
hermosas manos, la se�ora lleg� a lanzar sermones y anatemas con un lenguaje que
desacreditaba su esmerada educaci�n ancestral. Cre�mos que le daba un infarto
cuando Uge se meti� mi polla en su boca hasta la garganta y comenz� a mamar con
fruici�n.
La dama y el caballero, que ya hab�a conseguido sobreponerse,
se lanzaron sobre Guillermo para no presenciar la indecorosa, ad�ltera y obscena
conducta de su hija conmin�ndole a impedir aquella situaci�n de cornudo
consentidor. Tambi�n imprecaron al chico, Luis, para que retirase a su madre de
aquella labor tan humillante.
Entonces Guillermo dio una voz para que viniese Lauri. Cuando
entr� en escena, el mutismo alcanz� a los arist�cratas y ya no se supo si su
subido color granate en la cara era por la indignaci�n ante la conducta de su
hija o por la presencia de la puta que empleaban en sus privados vicios.
El marqu�s fue el primero en darse cuenta de la encerrona y
se desplom� en el sof� totalmente derrotado. La dama tard� m�s en percibir la
maniobra, pero lleg� tambi�n a colegir su bochornosa situaci�n. Seguro que
hubieran ofrecido todo su patrimonio para que se abriese la Tierra en aquel
instante y se los tragase.
Mientras Uge me segu�a mamando, a una se�al m�a, Lauri se
aproxim�, se arrodill� ante Guillermo y sac� su paquete de la bragueta,
comenzando a manejarlo con su boca como una Fluffer sabe hacer.
Conforme a lo planeado Lauri y Guillermo se fueron
aproximando a la marquesa al mismo tiempo que su hija y yo, de tal forma que
lleg� un momento en que ten�a ante su vista las dos pollas y correspondientes
bocas, entre ellas la de su amada, educada y bien considerada �hasta ahora-
hija.
No tardamos poco Guillermo y yo, conservando, eso si, bien
alojados nuestros instrumentos en comenzar a desnudar a la gran dama que se
encontraba en estado de hipnosis.
Ese estado no la impidi� hacerse cargo de mi pene cuando, ya
con sus tetas al aire, desaloj� mi instrumento de la boca de su hija y se lo
ofrec� a ella. No uso la suya de inmediato, primero lo tom� es sus manos y
estuvo unos minutos acarici�ndolo, como sopesando el pecado que iba a cometer.
Entretanto Guillermo se hab�a desprendido de Lauri y
desnudaba las partes inferiores de la marquesa, Lauri desabotonaba la bragueta
del marqu�s y se ocupaba del pene ya conocido mientras Uge comenzaba a quitar la
ropa de su pap�.
Sorprendente la marquesa: Sus tetas de 60 a�os eran, aunque
ca�das, sorprendentemente turgentes y agradables, pezones y ar�olas grandes y
extensas respectivamente, poca barriguilla deliciosamente curvada sin
michelines, nalgas a�n ligeramente levantadas, piel sana y suave, sin celulitis
ni manchas, y las manos que acariciaban mi pene eran c�lidas y secas, muy bien
cuidadas y con una perfecta manicura que superaba casi la de su hija.
Para colmo presentaba el monte de Venus totalmente depilado
como mis putas. Era ya evidente su habitual pr�ctica del sexo que renunci� a
negar introduciendo por fin mi polla en su boca cuando Guillermo comenz� a
chupar su co�o.
Los avances de Lauri y Uge eran m�s r�pidos que los nuestros.
El Marqu�s com�a el co�o de su propia hija mientras Lauri le com�a a �l el
instrumento.
Al rato estaba la marquesa sentada sobre su yerno con su pene
introducido hasta el fondo de su vagina mientras segu�a comiendo mi polla. El
marqu�s sodomizaba a su hija Uge mientras Lauri, alternativamente lam�a el
cl�toris de �sta o met�a en su boca las bolas del arist�crata.
Saqu� mi polla de la boca de la marquesa, me coloqu� tras
ella, escup� en su ano, met� en �l dos dedos comprobando su holgura, tanta como
la actual de su hija, mi puta, y, sin m�s, aloj� mi herramienta en sus
intestinos. Los gemidos de placer de la mujer se juntaron con los de su esposo
cuando se vaci� en las tripas de su hija, que, a su vez, y por los gritos hasta
entonces noo escuchados en ella, deb�a tener el mejor orgasmo de su vida. Hay
que reconocer que la situaci�n le deb�a haber puesto a mi casada puta a
temperaturas extremas. No a una la sodomiza su padre mientras observa como su
marido y su chulo hacen un bocadillo con su madre. Pocos segundos m�s tarde
Guillermo inund� el co�o de su suegra y yo su culo.
La pobre Lauri se quedaba sin premio hasta que se dio cuenta
de que Luis estaba como una estatua masturb�ndose. Le quit� las manos
poni�ndolas sobre sus pechos esplendorosos, se sent� en su regazo alojando la
polla en su sitio y posici�n natural y pocos minutos m�s tarde nos llamaban la
atenci�n al conseguir su logrado orgasmo simult�neamente.
El marqu�s, su yerno y yo estuvimos tomando unas copas
acompa�ados de Lauri mientras recuper�bamos la marcha. Entretanto Luis y Uge se
dedicaban a explorar mejor el cuerpazo de su respectiva abuela y madre.
El grupito familiar de las tres generaciones se revel� muy
vivo para ofrecernos una preciosa escena en la que Luis follaba a su abuela boca
arriba, con sus grandes ubres desparramadas por los flancos y agitadas como
flanes, mientras Uge se hac�a comer el co�o por su mam� marquesa.
Pronto cambiaron para facilitar al nieto la sodomizaci�n de
la abuela mientras la hija lam�a el cl�toris de su madre alternando con la
limpieza bucal de la polla de su hijo. Lauri, caritativa como siempre se
incorpor� a la faena para lamer el ano de Uge.
El marqu�s a�n no estaba recuperado, pero cuando Luis eyacul�
en los intestinos de su abuela al tiempo que esta correspond�a agradecida a un
nuevo orgasmo, Guillermo y yo nos hicimos cargo de ella nuevamente y, tras
follarla con las dos pollas juntas, primero por la vagina y despu�s por el culo,
nos la llevamos al ba�o para meterla en la ba�era y mearla por todo el cuerpo
mientras ella buscaba nuestros chorros �vidamente con su boca.
Cuando vaciamos nuestras vegijas, nos percatamos de que Uge
estaba detr�s esperando turno. Ella no dud� en vaciar toda su orina en la boca
de su mam�.
Al regresar los cuatro encontramos a Lauri follando al
marqu�s sentada de frente a �l en su regazo sobre el sof� mientras chupaba la
polla del nieto. Los dos se vaciaron en ella con poco desfase, bebi�ndose mi
put�n el semen del ni�o.
Satisfech�simos todos, seguimos tomando copas,
agradeci�ndonos toda la familia a Lauri y a mi el haber facilitado el
reencuentro familiar, ya que las relaciones hab�an sido muy tensas hasta
entonces por causa de la "incomprensi�n" sobre la conducta de cada uno y el
desconocimiento de la "afinidad" de caracteres y aficiones comunes.
Estos aspectos ben�fico-sociales de mi negocio me emocionan,
y no pude menos que derramar una l�grima mientras ve�a como Luis estaba
arrumacado al seno de su abuela mientras Uge manten�a las manos del marqu�s
sobre sus pechos hablando de sus futuras relaciones reconstruidas.
Cuando Lauri y yo nos desped�amos de la agradecida familia,
la marquesa me solicit� educadamente que la utilizase una jornada como puta para
comprender mejor la profesi�n complementaria de su hija. Le promet� hacerlo con
sumo gusto y, para darle una lecci�n de introducci�n que le hiciese entender mi
posici�n dominante sobre su hija, la inst� a ponerse a cuatro patas y la met�
sin miramientos el pu�o entero en el culo ante toda la familia. Mi idea era
humillarla otra vez, sabiendo que no sufrir�a porqu ta sab�a por Lauri su
afici�n. Pero a ella le gust� la lecci�n ante su tribu y me pidi� humildemente
que lo bombease hasta proporcionarle otro orgasmo.
Semanas despu�s supe que las visitas de Uge, Guillermo y Luis
a casa de los marqueses se hab�an fomentado hasta el 1000%, sobre todo las de
Luis, que com�a ya habitualmente con su abuela. Hube de llamar a Uge para
recordarle, por si acaso, que solamente la follaba gratis su marido. Su padre y
su madre deb�an pagar las tarifas establecidas para cada modalidad de prestaci�n
sexual.
CONTINUAR�.
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