Romina vs. Roxana,
Soy mujer y en ciertas ocasiones vi feroces ri�as femeninas.
En ellas siembre hab�a un variado p�blico de ambos sexos que las alentaban hasta
que irremediablemente una de ellas era derrotada. Pero en la m�s dram�tica que
presenci�, no hubo varones testigos. Ocurri� pr�ximo a una importante ciudad
balnearia de la costa Atl�ntica de Argentina, entre dos mujeres que casualmente
veraneaban en una misma playa y se conoc�an de tiempo atr�s. Mi amiga Romi,
rubia (29), era la secretaria privada de un importante hombre de negocios.
Corr�a el mes de enero de 1997 y un d�a, ella con otras amigas, alquilamos una
casa de veraneo con vista al mar.
La casualidad hizo que nuestro grupo se encontrara una noche
en la playa con la esposa del jefe de ella. Los hechos ocurrieron cuando mi
amiga romina, fue increpada duramente por Roxana, morocha (31), que la acus� de
intentar "robarle" su marido. Aunque eran amantes con su jefe, romina lo neg� en
todo momento y quiso evitar una confrontaci�n. Pero la mujer casada la abofete�
y la desafi� a pelear en presencia de nosotras. Roja de ira mi amiga fue forzada
a aceptar el duelo. La morocha era muy celosa y prometi� darle una humillante
paliza a la rubia para que dejara en paz a su esposo. Con esa pelea tambi�n
quer�a dar un mensaje de advertencia a las dem�s solteras para que se mantengan
alejadas de su hombre. romina respondi� que la dejar�a "pelada" y se
arrepentir�a de haberla desafiado. Entonces ambas se citaron en una playa
solitaria con abundancia de dunas que ocultaban la vista. La casada se batir�a
para lavar su honor y Romina por su prestigio.
En el lugar elegido era un alejado m�dano que asemejaba una
especie de olla rodeada de altas paredes de arena. Era media noche y s�lo
estaban presentes las mujeres que hab�amos presenciado la discusi�n, unas 5 en
total. Todas eran partidarias de ese duelo para lavar las ofensas y establecer
supremac�as. Sus preferencias estaban divididas; unas apoyaban a Romina y otras
a Roxana. Naturalmente yo era partidaria del triunfo de mi amiga romi. A modo de
valent�a las protagonistas desnudaron sus pechos y s�lo conservaron la parte
inferior de las min�sculas bikinis. Luego acomodaron sus cabellos para el
combate mientras se miraban con expectativa y odio. Las dos eran muy hermosas,
con excelentes f�sicos y ninguna superaba los 50 kilos. La hoya de arena era
bien grande, tal vez unos 10 metros de di�metro.
El p�blico femenino hab�a hecho una ronda y en el centro se
encontraban las dos rivales pr�cticamente desnudas con las manos en sus cinturas
estudi�ndose mutuamente. Recuerdo que hab�a luna llena y la iluminaci�n del
lugar era aceptable. Ello permiti� observar una extra�a fascinaci�n en el brillo
de los ojos de esas dos mujeres por competir y demostrar quien era la mejor. Las
dos eran muy hembras, deseaban esa pelea y la escena asemejaba a un cl�sico
duelo entre amazonas guerreras. Roxana estaba muy furiosa, insult� a su rival y
asegur� que se har�a lamer su sexo por la rubia para cont�rselo a su esposo.
La mujer casada era profesora de gimnasia, pero en esas
ocasiones las damas suelen levantar las barreras inhibitorias. Romi enrojeci� y
la empuj� valientemente con sus pechos hasta que se trenzaron en una feroz lucha
de gatas salvajes. Yo y ninguna de las dem�s mujeres que las alentaban nunca
vieron nada tan feroz. Todo estaba permitido para ganar y f�cil es imaginar que
la delgada tela de las bikinis no las proteg�a. Entonces, los pechos y el sexo
de las rivales fueron los objetivos preferidos de los ataques. Las u�as parec�an
afiladas navajas en un duelo para herir definitivamente las partes m�s �ntimas.
Era claro que de esa manera intentaban arruinarle a la otra su vida sexual.
Gruesos mechones de cabellos y de vellos �ntimos fueron arrancados de sus
ra�ces, mientras dientes y u�as dejaban marcas sangrantes en los pechos de las
combatientes. Gritos de dolor, insultos y gemidos retumbaban en el lugar. Los
da�os eran mutuos. Pero la mujer casada era muy fuerte, hab�a ensangrentado a
pu�etazos el rostro romina y estaba ganando.
El fin de mi amiga parec�a cercano. Roxana hab�a puesto de
espaldas a la joven rubia y se aprestaba a sentarse en su cara para hacerle
pagar muy cara su osad�a. Cuando romina, le arroj� a sus ojos un pu�ado de
arena. La mujer casada qued� cegada por algunos segundos y debi� soltar a su
oponente, ello fue suficiente.
La rubia le golpe� los pechos con una precisa combinaci�n de
pu�etazos que la paralizaron de dolor. Ahora romina se hab�a montado sobre la
morocha y la estaba dominando. Para derrotarla por completo, con dinamismo su
mano derecha se abri� paso entre las piernas de su adversaria venciendo
cualquier resistencia. R�pidamente su dedo �ndice desplaz� la liviana tela y
encontr� la ranura vaginal introduciendo su u�a en forma despiadada. La mujer
casada lanz� un aullido de dolor y qued� inmediatamente fuera de combate en
posici�n fetal. Romi, se levant� triunfante, apoy� un pie sobre la cara de su
enemiga derrotada y con en�rgicas palabras le hizo notar su superioridad f�sica
de "hembra vencedora".
Para mayor humillaci�n reconoci� haber sido amante de su
marido y gozado intensamente con �l. Roxana comenz� a sollozar. Era visible el
sufrimiento f�sico y moral de la mujer casada. Pero desde el suelo mov�a la
cabeza en forma negativa cuando romina le ped�a que acepte su derrota. Entonces
para que no quedaran dudas sobre su victoria, la rubia le marc� con sus u�as la
cara como recuerdo imborrable de quien lo hab�a hecho. Roxana qued� sumergida en
una crisis de llanto. El duelo hab�a terminado y mientras mi amiga se retiraba
airosa, entre las dem�s ayudamos a la v�ctima a concurrir a un hospital.