Les paso a contar lo que le sucedi� a Silvia hace unos a�os,
en su primer empleo.
Silvia es una mujer de infarto, con unas curvas que dan
v�rtigo. Es de cabello casta�o oscuro lacio por los hombros, ojos celestes,
1m65. En aquel momento ten�a 23 a�os y se hab�a casado el verano anterior.
Silvia hab�a entrado en una oficina porque estaba un poco
escasa de dinero. Como era su primer empleo tampoco ten�a un salario importante,
aunque lo necesitaba. Poco a poco fue descubriendo un sistema que le permit�a
escabullir algunas veces importes peque�os sin que su jefe, Juan Carlos, lo
notara. Poco a poco fue haci�ndolo y se convirti� en costumbre. Ella falseaba
algunas facturas que se ingresaban y se acreditaba un peque�o importe en su
cuenta bancaria.
Una tarde, casi al cierre del horario, ve llegar a dos
agentes de polic�a que pasaron directamente a la oficina de Juan Carlos.
Conversaron animadamente con �l un rato y salieron, con un listado en la mano.
Uno de ellos la mir� y le dijo: "Se�orita: Queda Ud. arrestada. Aqu� tengo las
pruebas de una felon�a que viene Ud. repitiendo a lo largo de varios meses.
Acomp��enos al destacamento" �Se qued� helada! No s�lamente se hab�a descubierto
su delito sino que tambi�n estaban las pruebas.
El viaje al destacamento fue eterno, parec�a no terminar
nunca. Ella estaba de un p�lido blanco absoluto. Iba esposada en la parte
trasera del auto de los agentes. Al llegar al destacamento le toman las huellas
dactilares, le inician un expediente, le toman fotograf�as, y la dejan, todav�a
esposada, esperando en una silla. No hab�a pasado mucho tiempo (aunque a ella le
hab�a parecido una eternidad) y llega Juan Carlos. Al verlo ella se ruboriz�
inmediatamente. Se re�ne con los agentes y ella comienza a prestar atenci�n a lo
que se hablaba: "...�C�mo que no va a presentar cargos!..." "No digo que no los
vaya a presentar, sino que quisiera saber cu�l es el plazo para presentarlos" y
as� sucesivamente.
Juan Carlos interrumpe su di�logo con los agentes y se dirige
hacia donde ella estaba sentada. "Silvia: Es una gran decepci�n lo que has hecho
conmigo. Te d� tu primer empleo a pesar de que t� no ten�as experiencia. Y me lo
pagas rob�ndome". Ella no sab�a c�mo reparar la situaci�n: "Perd�neme, no
volver� a ocurrir, pero �Por favor s�queme de aqu�!" "Estoy tratando de
solucionar eso, pero no me inspiras ninguna confianza" "�Por favor! no lo
volver�a a hacer por nada del mundo"
Juan Carlos vuelve a hablar con los agentes quienes se
muestran sorprendidos. Vuelve con Siliva y le dice: "Ya est� arreglado: Tengo
cinco a�os de plazo para presentar cargos. Si t� te comportas durante cinco a�os
est�s libre"
Silvia no cab�a en s�. Fue liberada por los azorados agentes,
se despidi� de Juan Carlos y fue a su casa. No le mencion� palabra a su marido y
a la ma�ana siguiente fue a la oficina como si nunca hubiera sucedido nada.
Apenas lleg� Juan Carlos la llam� a su oficina: "Por favor, adelante y cierra la
puerta. Seg�n veo no tienes muchas oportunidades: Obedeces o vas a prisi�n." "Le
agradezco la oportunidad que..." "C�llate, perra. De pie" Ella se par�
inmediatamente, asombrada por el nuevo car�cter de su jefe, que hasta ah�
siempre hab�a sido calmado. "Qu�tate la ropa" Ella no daba cr�dito a lo que o�a,
se qued� inm�vil como si no hubiera comprendido bien lo que se le dec�a. "�Que
no oyes? Comienza ahora a desvestirte si no quieres acabar en prisi�n dentro de
pocos minutos" Ella comenz� lentamente a desabrocharse la blusa, se la quit�
completamente, comenz� con la falda, hasta que la dej� caer al piso y qued� en
tanga y brasier, con los brazos cruzados delante de sus pechos para que no
quedaran expuestos. "�Perra! Te dije que te desvisiteras, �y no te tapes!" Se
ruboriz� completamente, pero sab�a que no le quedaba otro camino. Llev� sus
manos hacia atr�s y se desprendi� el brasier, y luego baj� su tanga hasta el
piso, qued�ndose totalmente desnuda y sin poder taparse. "�Por favor, no me haga
da�o!" dec�a entre l�grimas. "Hasta donde s� vas a ser mi esclava por cinco
a�os. Si tratas de escapar lo tendr�s que hacer de por vida o caer�s en prisi�n"
"�De rodillas!" lo hizo "Menea mi polla hasta que quede a
punto" Ella no pod�a creerlo. Se hab�a casado con su primer novio, nunca hubo
otro hombre en su vida que su actual marido, y ahora estaba tomando la polla de
su jefe entre manos, y ella sab�a que esto no iba a terminar ac�. Al rato,
cuando ya estaba tiesa le orden� que se la mamara a fondo, hasta que los huevos
le pegaran en el ment�n. Ella no pod�a respirar, y adem�s le daba mucho asco, ni
siquiera se lo permit�a a su marido. �l sigui� forz�ndola con su mano detr�s de
la nuca presion�ndola. Cuando acab� ella escupi� todo el semen en el piso "Muy
mal, perra, ahora lo deber�s juntar con la lengua" Ella no pod�a creer lo que
estaba ocurriendo, pero obedeci�. Cuando finaliz� su tarea el tom� su brasier y
su tanga y los guard� en un caj�n "No quiero saber nada de ellos durante los
pr�ximos cinco a�os. Adem�s quiero que empieces a tomar la p�ldora, no deseo
andar fij�ndome en cuidarme. V�stete y vuelve al trabajo".
Ella se visti� y volvi� a su trabajo. Se sent�a sucia.
Recapacit� sobre sus posibilidades y las fue descartando una a una hasta que
lleg� a la conclusi�n que deber�a obedecerle en todo durante los pr�ximos cinco
a�os.