Yo soy Orphen soy un hechicero de 20 a�os, antes conocidocomo
Cris�ancelot pero desde que paso esa dramatica desaparicion de ... bueno eso no
va con mi actual relato.
Desde que lo vi entrar en aquel centro de magia me cautiv�,
tuve que dejar el libro que ten�a en mis manos para poderlo seguir mejor con la
mirada, era un chico alto, de tez blanca, la luz de las l�mparas tenues se
tornaba encandiladora al chocar con sus rubios cabellos, su porte tan varonil y
a la vez tan est�tico hizo sentirse insegura a mi tan normal sexualidad, nunca
hab�a tenido deseo por una persona de mi mismo sexo, pero mis instintos en ese
momento me exig�an, me imploraban dirigirme hacia aquel j�ven s�mbolo de la
belleza masculina, cuyo cuerpo solo iba cubierto por unos pantalones cortos
azules como sus relampagueantes ojos y una playera blanca que dejaba ver
claramente su esbelta silueta.
Me dispuse a seguirlo, y a los pocos metros me pude percatar
de que ning�n vello, ninguna ninguna imperfecci�n contaminaba sus inmacula-das
extremidades, lo segu� algunos metros m�s antes de que se detuviera en la
never�a a pedir un helado, yo no resist�, mi instintivo comportamiento me
condujo hasta estar justo detras de �l, al estar lo suficientemente cerca, me
desplac� hacia un lado rozando mi entrepierna con su deseable trasero, haciendo
parecer que todo hab�a sido un accidente, yo tambi�n ped� un helado al nevero, e
inmediatamente despu�s pre-gunt� al joven su nombre min-tiendole al decirle que
me parec�a conocido, el me contest� con una voz casi musical a ritmo de ada-gio
-Magic- mas me dijo que no pod�amos ser conocidos o el me recordar�a. Su altivez
me result� un tanto excitante, y la tome co-mo un deseo de el por conservar mi
charla, entonces le dije - aunque no seamos conocidos podemos charlar verdad - y
el me respondi� - claro! -.
Nos sentamos en una mesa vac�a mientras tomabamos de nuestros
respectivos helados, despu�s de charlar un rato donde yo trataba de cortejarlo
de la manera m�s sutil, me atrev� a preguntarle si le gustar�a acompa�arme a mi
casa a tomar un trago. Despu�s de unos segundos de pensarlo, me respondi�
positivamente. Nos levantamos de la mesa despues de que le ped� que me
permitiera pagar la cuenta, lo cual tambi�n acept�. Mientras caminabamos hacia
mi auto cada vez me con-venc�a m�s de que yo no tendr�a ninguna posibilidad de
intimar con �l, pues su figura y personalidad masculina me hac�an perder mis
esperanzas. Al fin llegamos al auto y conduje hacia mi departamento. En el
transcurso del camino ambos fuimos presa de un silencio insoportable que me
arrebataba mis �ltimas posibilidades de poseerlo.
Al llegar a la casa, le ped� que tomara asien-to en el sof�,
mientras yo serv�a algunas copas, me sent� junto a �l y le di una copa, al beber
de ellas, ambos nos quedamos mirandonos a los ojos, esos ojos me absorvieron, me
dejaron pasmado, hip-notizado y el despu�s de unos segundos rompi� el silencio
diciendo - tu mirada me ha revelado tus m�s �ntimos y reconditos secretos, mas
tengo que estar seguro, necesito que me digas lo que deseas con tu propias
palabras, necesito o�rlo de tus labios - yo con el cuerpo y el pensa-miento
inm�vil le dije - te deseo, sinceramente desde el primer momento que te vi, tu
me hiciste sentirme inseguro de mi mismo, de mi virilidad, nunca hab�a deseado
as� a un hombre, o cual-quier otra persona, mas si alg�n d�a he de probar mi
mismo sexo, he de hacerlo contigo-.
El muy seguro de si mismo me confes� que el tampoco hab�a
sentido eso nunca, y que nunca hab�a pro-bado su mismo sexo despu�s me dijo
abiertamente - vamos a probarnos ahora mismo, no se lo que me ha sucedido, pero
estoy seguro de lo que deseo -. Al escuchar estas m�gicas palabras, me avalanc�
sobre �l, dirigiendo mi boca hacia sus labios carnosos, el me acept�
apasionadamente pasando sus brazos por arriba de mis hom-bros mis manos se
dirigieron de su espalda a la parte posterior de sus piernas desnudas pues no
al-canzaban ni un cent�metro de tela de su pantaloncillo corto. Sent� de pronto
como el afecto de sus brazos se reeditaba con sus pier-nas, las cuales pas� cada
una a un costado de mi cintura, dejando nuestros genitales en roce, solo
distanciados por nuestra vesti-menta.
Detuve un momento mis besos fren�ticos para quitarle la
playera, al hacer esto, qued� frente a mi un t�rax y un abdomen ejercitados y
desarrollados por la actividad f�sica, no me resist�... Bes� y acarici� su pecho
lampi�o, a lo que el respond�a con gemi-dos suaves producidos por la excitaci�n.
Los ruidos producidos por Magic generaron en mi una gran excitaci�n, cuando me
d� cuenta, ya estaba besando su ombligo, a pocos cent�metros de su
pantaloncillo. No pude contenerme puse mi rostro justo enfrente de sus genitales
y con ambas ma-nos comenc� a bajar sus shorts y sus calzoncillos al mismo
tiempo, esto me mostr� de cara a un pene hermoso y pulcro, rodeado de escaso
pero fino vello rubio al igual que su cabellera, su miembro apuntaba hacia m� en
una total erecci�n, como pidiendome que saciara mi sed con �l.
Entonces yo lo tome con mis manos y acerqu� mis labios. Al
principio solo besaba la cabeza utilizando tambi�n mi lengua, pero no me pude
contener a probarlo en su totalidad, introduje lo que pude en mi boca, mientras
mis manos acariciaban su bello par de test�culos, esto produjo un grito de
placer de mi compa�ero y reac-cion� subiendo sus piernas por encima de mis
hombros. Estuve as� un rato chupando y besando su miembro de tama�o
conside-rable, y despues me dispuse a be-sar tambien sus piernas hasta lle-gar a
los dedos de los pies. Al acabar con mi estimulaci�n oral, me desnud� todo,
quedando en las mismas condiciones que mi joven compa�ero. Me puse de pie a un
lado del sof� y el se sent� enfrente de m�.
Tomo mi moreno y velludo pene, y lo introdujo en su boca,
acarici�ba mis nalgas mientras hac�a un monumental trabajo con su boca. yo
extasiado gem�a de placer y acariciaba su cabeza con mis manos. Cuando sent� que
mi erecci�n era total, separ� su cabeza de mi pene y le dije, - quiero tenerte,
quiero que seas m�o -. El me pidi� que me sentara en el sof� e inmedia-tamente
se subi� arriba de m�, con sus piernas abiertas y de fren-te m�o quedando
nuestros genita-les en franco contacto, como si se estuvieran besando
mutuamente. Yo tom� sus gluteos con mis dos manos al momento en que lo bese
cari�osamente.
En ese preciso momento me percat� de algo incre�ble... sus
rasgos varoniles y masculinos hab�an desaparecido, estaba con �l en la misma
posi-ci�n con la que hab�a estado tiempo atr�s con numerosas mujeres en ese
mismo sof�, y no era capaz de distinguir la diferencia, salvo que mi actual
"compa�era" tenia un clitorix enorme y era mucho m�s ardiente, cari�osa y
apa-sionada que las dem�s. Nuestros penes jugaban acariciandose co-mo lo
hac�amos nosotros, era el bien contra el mal, la inocencia contra la
experiencia.
No me pude contener, tom� mi pene y lo dirig� a su entrada,
mi compa�ero se dej� caer suavemente sobre mi con un rostro de excitaci�n
in-comparable, yo lo tom� por la cintura y los gluteos mientra besaba su boca,
su cuello y su pecho, Magic sub�a y bajaba lentamente, saboreando al m�ximo cada
vez. As� estuvimos durante varios minutos hasta que el se separ� de mi, se
recost� en el sof� boca arriba y me dijo dulcemente - toma la iniciativa - yo
deseoso de seguir poseyendolo levant� sus hermosas piernas y las puse encima de
mi y acerqu� mi miembro a su trasero nuevamente, lo penetr� de una sola
embestida, y el gimi� de placer comenc� a hacer movimientos de vaiv�n,
mientras acariciaba su pene y su pecho;
acerqu� mi boca a la suya en una exhibici�n de gimnasia y lo
bes� tiernamente, estos movi-mientos continuaron y mientras nuestra excitaci�n
aumentaba, tambi�n aumentaba la rapidez de mis embestidas. Despues de unos
breves minutos comenc� a sentir que ven�a el desenlace inevitable... Magic como
presintiendolo y sintiendo los espaspodicos movimientos de mi pene me dijo casi
gritando, como si estuviera pose�do por un esp�ritu insaciable de amor -
derramate en m�, quie-ro tu semilla dentro de mi!!!
sus palabras provocaron una mayor excitaci�n en mi y como por
arte de magia una cascada de l�quido lechoso inund� el trasero de mi amante, que
gemia de placer al sentir como el jabonoso l�quido facilitaba el acto sexual.
Estuvimos as� durante algunos instantes, y despu�s no se lo que sucedi�,
despertamos desnudos en la cama, el con su cabeza apoyada en mi pecho.
Pero esto presagiaba una continuaci�n de este re-pentino
romance... si quieren saber la contInuacion o si te gust� el relato
escribanme...
adi�s!!!
Autor: DULCE AMIGA
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