ESPOSAS,
La siguiente historia ocurri� el verano pasado y constituye
un cl�sico enfrentamiento deportivo entre dos mujeres casadas para impresionar a
sus maridos. Despu�s de cenar con el otro matrimonio invitado hubo una sobremesa
donde se habl� de deportes y mi amigo sac� algunas fotos de recuerdo. Mi esposa
se llama Romina la llamo "mi campeona". Es una estupenda rubia de 29 a�os y es
muy buena nadadora. La mujer de mi amigo ocasionalmente practica nataci�n, pero
cuida su f�sico haciendo gimnasia. Se llama Roxana, es una morocha muy sexy y
creo que tiene 31 a�os. Las dos ten�an un peso aproximado a los 50g. y una
altura similar. Durante a�os ellas concurrieron al mismo club deportivo donde
hab�an rivalizado por la nataci�n. Mi mujer siempre la super� en ese deporte y
tal vez por ello nunca fueron amigas. En cambio yo hab�a hecho una gran relaci�n
comercial con su marido y esa noche celebr�bamos un negocio. Seguramente por la
influencia de vino la conversaci�n tom� otros rumbos, lo cierto que de pronto
las mujeres comenzaron a intercambiar frases ir�nicas.
Mi amigo que tambi�n hab�a bebido dem�s se le ocurri�
preguntarle a mi mujer si se animaba a vencer en una lucha a su esposa. Ella
contest� que, para una mujer es muy gratificante demostrar su valor derrotando a
otra delante de su hombre. Luego mirando con desprecio a la esposa de mi amigo
dijo que "a �sta podr�a vencerla todas las veces que quisiera". Roxana se le fue
encima, apoy� sus pechos sobre los de mi mujer y comenzaron a intercambiar
frases picantes tratando de superarse verbalmente. Para mi sorpresa escuch� a
Roxana decir que hac�a a�os que deseaba golpearla. Romina le respondi� de
id�ntica forma. Finalmente resolvieron enfrentarse en una lucha deportiva para
establecer qui�n era la mejor. Es decir, no ser�a una ri�a. Yo quise intervenir,
pero mi amigo con un gesto y una sonrisa de picard�a me indic� que no lo haga.
Seguidamente agreg�: "A ellas les encanta competir delante de sus maridos. Si
nosotros no estuvi�ramos aqu�, seguramente no habr�a lucha. Si�ntese y disfrute
del espect�culo".
Romina ten�a raz�n. Ella misma me hab�a comentado que a
muchas mujeres les agrada pelear con una rival para gratificar a sus hombres. Es
una suerte de "test de feminidad" donde la vencedora disfruta un placer
indescriptible. Vi muy decidida a "mi campeona", confi� en su triunfo y decid�
abstenerme. Entre todos corrimos las mesas y dem�s muebles y dejamos un amplio
espacio. Luego ellas sin decir nada se quitaron sus vestidos, quedando s�lo en
prendas �ntimas. Luc�an cuerpos excelentes. La piel tostada por el sol del
verano les daba una mayor belleza y resaltaba la fortaleza de los m�sculos. Para
mi alegr�a Roxana, desnudo sus pechos y mi mujer la imit�. Quedaron s�lo en
tangas muy breves donde era imposible ocultar el sexo. Los bustos de las
antagonistas eran perfectos. Yo miraba entusiasmado a Roxana y mi amigo a
Romina. Ambos fij�bamos nuestros ojos en los generosos pechos y en los rosados
pezones de ambas. Las antagonistas mostraban con orgullo las prominencias de sus
sexos. Abundantes manojos de oscuros vellos asomaban por los bordes de la tela
dando un toque muy femenino al enfrentamiento. Fue evidente que trataban de
impresionarnos para darse celos mutuamente. Surg�a en ellas el esp�ritu
competitivo. Cara a cara y a menos de un metro acordaron que la lucha s�lo
finalizar�a cuando una se rindiese o quedase fuera de combate. A pedido de
ellas, nosotros prometimos no interferir durante las acciones.
Las dos mujeres se miraron despectivamente y con vehemencia
prometieron humillar a la oponente. Lo hicieron con gruesas palabras que me
asombraron. Ellas eran damas cultas y entend� que el especial momento que las
embargaba les hab�a levantado sus barreras inhibitorias. Pronto comenzaron a
girar agazapadas con sus pechos colgando. Roxana fue m�s r�pida y atrap� a mi
mujer con un candado de brazos aplicado al cuello. Estuvieron forcejeando unos
instantes gimiendo con sus m�sculos en tensi�n, hasta que cayeron sobre la
alfombra. Mientras la morena se empe�aba en estrangular con sus brazos a su
rival, hab�a apoyado uno de sus pechos sobre la cara de Romina. Mi mujer sacud�a
sus torneadas piernas para librarse, pero no lograba nada. Era una lucha
tit�nica de m�sculo contra m�sculo, donde se ve�an dos formidables cuerpos de
mujeres luchando por la supremac�a. Estaban pr�cticamente desnudas,
transpirando. Por el esfuerzo, las min�sculas tangas se hab�an adherido a las
�ntimas ranuras mostrando en todo su esplendor las espesas selvas femeninas. Un
espect�culo electrizante para cualquier var�n. Mi mujer era muy fuerte, pero
para mi sorpresa, Roxana estaba resultando ser m�s h�bil y poderosa. Romina no
lograba librarse de ella y durante un minuto o m�s, la morocha estuvo
presionando para lograr que se rindiera. Se pod�an ver las venas hinchadas de mi
mujer y escuchar su respiraci�n sofocada. Estaba inm�vil sufriendo y lament� su
derrota en tan breve tiempo. Fue en ese instante que Romina pudo morder el busto
que ten�a apoyado sobre su mejilla. La morocha grit� y afloj� la tenaza de
brazos. De inmediato comenzaron a rodar tomadas de los cabellos. Lanc� una
exclamaci�n cuando mi mujer pudo sentarse sobre los pechos de su adversaria y
apoy� su sexo en el ment�n de Roxana. La tanga era insuficiente para cubrir su
exuberancia y los vellos acariciaban sus mejillas. La morocha trat� de salir de
esa humillante situaci�n. Pero "mi campeona" hab�a sujetado sus brazos con las
rodillas. Roxana abri� desmesuradamente sus ojos cuando vio la vulva enemiga a
escasos mil�metros. Gotas de transpiraci�n rodaban por entre los muslos de
Romina y mojaban la cara de su rival. Era la humillaci�n prometida y pens� que
era el final. Pero Roxana logr� desmontarla y comenzaron a rodar agarradas de
los cabellos. Jadeaban y se insultaban. Para ese momento las dos transpiraban
copiosamente y se apreciaba un particular olor a almizcle que emanaba de sus
cuerpos. Las acciones y ese aroma nos excit� sobremanera. Era una aut�ntica
lucha de hembras y hab�a fuego en sus ojos cuando se atacaban. Ninguna quer�a
ser derrotada delante de su hombre y la lucha dej� de ser deportiva. Las dos
eran muy fuertes y durante minutos se aplicaron llaves dolorosas tratando de
dominarse. Fue inevitable que recurrieran a los tradicionales ataques femeninos.
Las vulvas y pechos desnudos que expon�an libremente, fueron los objetivos m�s
buscados. Chillando y con insultos se agredieron en los lugares m�s delicados.
Fue la parte m�s animada de las acciones. En ese duelo, mi esposa llev� la mejor
parte y le produjo a Roxana un considerable dolor que la debilit�.
Mi mujer aprovech� su ventaja y pudo acostarse "pecho contra
pecho" sobre su aporreada antagonista. Parec�a que en instantes todo terminar�a.
En ese momento Romina sujet� fuertemente los cabellos de la morocha
y se desliz� hacia delante. Luego apoy� uno de sus pechos
sobre la boca de su enemiga y le exigi� que bese sus pezones. "Mi campeona" se
consideraba vencedora y estaba fascinada. Los pechos de ella ca�an como racimos
sobre la cara de su oponente. Era una humillaci�n imperdonable y me alegr� por
el significado que ello tiene. Pero Roxana no estaba acabada, s�lo estaba
recuperando energ�as dejando que Romina estuviese encima. Ella tambi�n agarr�
los rubios cabellos de mi mujer. Hab�a un gran empe�o por ganar y comenzaron una
vez m�s a rodar furiosamente por la alfombra. Romina volvi� a tener suerte y
pudo aplicar una "tijera de piernas" sobre la cintura de la morena y comenz� a
ejercer presi�n. La mujer de mi amigo comenz� a gemir y la tortura se mantuvo un
considerable tiempo. La anim� excitado: �Termina con ella campeona..! Dije a mi
mujer y ella le exigi� la rendici�n.
(ROMINA)_�TE RINDES O SEGUIMOS..?
(ROXANA)_ME RINDO..SOLTAME..
(ROMINA)_YA SABES. SI QUERES PODES RECIBIR UNA PALIZA MAYOR.
(ROXANA)_NO POR FAVOR ROMI.
(ROMINA)_�QUI�N ES LA MEJOR HEMBRA..?
(ROXANA)_TU ROMINA ERES LA MEJOR HEMBRA...(sollozando)
(ROMINA)_�QUIERES UNA REVANCHA..?
(ROXANA)_ NO
Durante a�os esper� este momento para demostrarte que soy la
mejor.!!. Seguidamente se sent� en su cara, descubri� su sexo y la humill�
intensamente con su humedad. Yo sab�a que algunas peleas de mujeres terminaban
de esa manera, qued� alucinado y no atin� a hacer nada. Algo parecido le ocurri�
a mi amigo, aunque el estaba mal por su esposa. Romina estaba invadida por una
descontrolada euforia y se deleitaba por lo que hac�a. Record� el placer que
siente la que gana el "test" y durante no menos de 5 minutos le hizo pagar muy
caro su derrota. Su mujer sufri� un shock y qued� desvanecida, s�lo as� la
vencedora se levant� airosa. Dud� un instante, pero luego sonriendo de un tir�n
le arranc� la tanga. Roxana hab�a quedado de espalda con sus brazos abiertos y
su cabellera morocha toda revuelta desparramada en el suelo. Su cuerpo desnudo
le daba una apariencia ex�tica a su derrota. Romina me mir� muy contenta y le
dijo a mi amigo. "Te devuelvo a tu morochita.." Seguidamente me pidi� que la
fotograf�e junto a su v�ctima. Acomod� su tanga, arregl� sus cabellos y pos� con
sus brazos en alto.
espero que les guste tengo muchas mas historias, me gustaria
que me escriban y me den su opini�n, besos SANDRA.