Hola. Soy el primo de Paula, Toni...el gay con principios.
�os acord�is de mi? No iba a escribir esta historia porque, en lo que a m�
respecta, es bastante, digamos, humillante. A pesar de que disfrut� como un
loco, cual marrano al lodo, vaya.

Yo soy gay declarado. Estoy muy orgulloso de serlo, en fin,
c�mo no iba a estarlo si es mi condici�n, son mis genes. Pero s� lo que es una
mujer. Es decir: hay gays que jam�s han estado con una t�a, que desde siempre
han sabido cuales son sus tendencias. Es (o mejor dijo, era) mi caso.
Hasta que Paula lleg� de vacaciones a mi casa con sus 14 a�os reci�n cumplidos.
Paula es...�c�mo describir a Paula? F�sicamente es un bomb�n (�hasta el punto de
hacer dudar a un gay!), tan femenina ella. Pero b�sicamente es un put�n
verbenero. Se las sabe todas. Tiene, con solo 14 a�os, m�s experiencia en estas
lides, que yo con 19, y he de reconocer que yo de santo no tengo nada.

El caso es que paula y sus padres, mis t�os, suelen pasar las
vacaciones de verano en la csa de mis padres. Cuando llevaban una semana m�s o
menos, me tir� a Paula. Luego ella quiso m�s, pero yo me negu� ( todo esto lo
cuento en "El secreto de las espigas" ). Ese tira y afloja, de si yo
quisiera y t� te dejaras dur� casi todo un mes. Ya solo faltaban un par de
semanas para que se fueran y yo llevaba las calenturas que me provocaba Paulita
bastante bien, no as� mi prima, que parec�a una gata en celo.

Todos los d�as �bamos a la piscina. Mi prima ten�a una
nutrida colecci�n de bikinis de tri�ngulo, de esos que cuanta menos tela tengan,
mejor. Yo acabo de decir que me aguantaba bastante bien, pero lo cierto es que
el cuerpo de Paula me volv�a loco, especialmente a mi entrepierna. ��La cantidad
de pajas que me hecho este verano pensando en Paula!!. Cosa mala.

Pero est�bamos con la piscina. Fue all� donde llevaba a cabo
su estrategia de acoso y derribo de forma m�s abierta, porque en casa est�bamos
como quien dice, "rodeados" por nuestros respectivos progenitores. Muchas veces
nos �bamos solos a la piscina, otras con mi t�a y mi madre. Yo en un principio
no quer�a ir, ponerme solo ante el peligro en forma de tentaci�n femenina, pero
la sargento de mi t�a cuando se empe�a en algo... total, que pr�cticamente nos
echaba de casa cuando llegaban las 4:00 de la tarde, direcci�n piscina
municipal. Pues nada.

Un d�a Paula se quit� la parte de arriba del bikini. As�, sin
m�s, sin importarle los ni�os y mucho menos las madres. Yo al principio no me di
cuenta, estaba tumbado boca abajo, medio dormido. Pero ella estaba sentada, con
las piernas estiradas, apoyada con los brazos estirados hacia atr�s y con sus
gl�ndulas mamarias al sol. Fue el guarda de seguridad de la piscina el que me
sac� del sopor al o�rle hablar con mi prima. Levantar la cabeza para ver lo que
pasaba y empalmarme fue todo uno. Menos mal que yo estaba boca abajo.

Mi prima, al ser amonestada, se limit� a poner cara de
indiferencia y se volvi� a poner el sost�n con toda la naturalidad del mundo. Se
tumb� boca arriba como si all� no hubiera pasado nada, ignorando los silbidos de
los ni�atos, los comentarios y las miradas de la gente. Eso me puso m�s malo
a�n, me not� la verga m�s dura que una piedra. Tengo que decir que no la met�a
en caliente desde que me foll� a Paula en aquel campo de espigas, o sea, desde
hac�a casi un mes...y eso es mucho tiempo para mi.

Al rato ella se levant� y me pregunt� que si me ba�aba con
ella. Yo le dije que si y me incorpor�, peor mi polla a�n se empe�aba en pedir
guerra y mi prima lo not�.

Nos metimos en la piscina, nadamos un rato y enseguida nos
picamos y empezamos a salpicarnos agua el uno al otro y a hacernos ahogadillas.
No niego que yo me propas� un poco y trat� de tocarla m�s de la cuenta. Pero
Paula, quiz�s al verme tan excitado, quiso hacerme sufrir, y se acerc� a las
escalerillas de la piscina para salir. Yo le bloque� la salida, acorral�ndola
entre una de las barras met�licas de las escaleras y la pared de la piscina,
peg�ndome bien a ella para que notara la dureza de mi pene, mientras mi mano
derecha se cerraba alrededor de su teta, y ella, ri�ndose, se escabull� y sali�
del agua. Todo esto mientras distra�damente habl�bamos de c�mo le iba en el
instituto. Cuando sub�a por las escalerillas, sabiendo que yo estaba justo
detr�s de ella y a un nivel m�s bajo, retranque� el culo para que yo lo
apreciara en toda su extensi�n y esplendor.

Volvimos por el cesped y nos tumbamos en las toallas.
Est�bamos un poco apartados de la gente ( o hab�a sido la gente la que se hab�a
apartado de nosotros despu�s del numerito de top-less ), bajo la sombra de dos
�rboles, pero no pas� nada hasta unas despu�s, porque Paula al parecer quer�a
aprovechar el sol...o que la agente se largara, si no me explico la tardanza...

Por fin la mayor�a de la gente se march� y los pocos que
quedaban estaban recogiendo ya los b�rtulos. Yo le dije a Paula que era ya tarde
, que si nos �bamos, pero ella me dijo que "solo un ratito m�s" mientras me
pon�a la mano extendida sobre el bajo vientre y muy despacio comenzaba a
descender... hasta que me meti� la mano por el ba�ador y me agarr� la polla
cerrando la mano alrededor. Yo le quit� la mano de all�, pero ya se me hab�a
vuelto a poner morcillona. Entonces ella se puso boca abajo y apoy�ndose sobre
mi, comenz� a besarme el cuello, ascendiendo hasta la oreja, meti�ndome la
lengua, descendiendo de nuevo, d�ndome mordisquitos, volviendo a la oreja y
comi�ndomela despacito... yo la agarr� de la cintura y la coloqu� encima de m�.
Ella se acomod� para sentir mi polla justo sobre su co�ito, restreg�ndose contra
mi, mientras yo la besaba en los labios, comi�ndole la boca. Volv� a ponerme
duro como una piedra, me daba la sensaci�n de que con aquella erecci�n acabar�a
por reventar la tela del ba�ador.

Entonces Paula arque� la espalda, descendiendo hasta mi pez�n
izquierdo, que comenz� a succionar como si de all� fuera a salirme leche, como
si ella fuera un enorme beb� hambriento, mientras que con una mano me pellizcaba
el otro pez�n.

Por mi parte ya le hab�a metido una mano por la braguita del
bikini y le acariciaba el cl�toris con el dedo �ndice mientras que con los dem�s
dedos comprobaba satisfecho lo humedecido que mi primita ten�a su co�ete. Sent�
deseos de probarlos, de ver a qu� sab�an. Le empuj� y la puse boca arriba, con
sus piernas enganchadas alrededor de mi cintura, pero baj� y sin quitarle las
braguitas, solo apartando la tela que estaba en contacto con su sexo, hund� las
narices en su abertura. Ol�a a sexo. Entonces apliqu� mis labios sobre los
suyos, labio contra labio, y comenc� a sorber sus salados jugos. Le acarici� con
la punta de la lengua el cl�toris. Paula me cogi� la cabeza con las dos manos y
me apret� contra su co�o, totalmente abierta de piernas para mi.

As�, Paula no tard� en correrse con un estremecimiento. Yo
ten�a la boca llena de sus jugos, trag�ndomelo todo. Pero comenc� a lamerle m�s
despacio porque cada vez que ni tan siquiera le rozaba m�nimamente el cl�toris
ella se sobresaltaba. Me limit� a pasarle mi lengua por todo el sexo hasta que
me cans� y quise probar m�s. Le met� la lengua por la vagina. Ella gimi� y
volvi� a apretarme la cabeza contra ella, as� que comenc� a foll�rmela con la
lengua.

Con eso consegu� que ella se volviera a correr y a
mi...bueno, a mi me dio envidia.

�...? �Mi primita de SOLO 14 a�os tomando la p�ldora !? �Pero
eso est� permitido?, pens� est�pidamente. Luego record� que Paula tiene novio
desde hace m�s de 1 a�o.

As� que me arrodill� y me baj� el ba�ador, sacando mi
enhiesta verga a la luz del atardecer. Paula se deshizo del bikini y me pidi�
que me pusiera sus piernas sobre mis hombros y la penetrara as�. Y yo obedec�,
claro. La comenc� a follar con todas mis ganas, porque ten�a unas ganas
bestiales de volver a correrme dentro de ella, de llenarla hasta los topes de su
co�o con m semen, pero par� al escuchar la sirena de la piscina, anunciando que
al cabo de unos minutos cerrar�a sus puertas.

Pas�. Como si nos dejan aqu� encerrados, mejor, toda la noche
hincando. Estaba demasiado lanzado como para parar.

Continu� embistiendo a Paula, me apoy� sobre sus corvas y la
mir�, ten�a los ojos cerrados, parec�a concentrada en todos los nervios de su
entrepierna, as� que le solt� un tobillo (yo le agarraba de ambos para que no se
deslizaran por mis hombros) y le empec� a acariciar el cl�toris mientras la
penetraba con un ritmo acompasado. Ella grit� y yo lo hice m�s deprisa, hasta
que no pude m�s y me centr� en mi propio placer. Me corr� dentro de ella por
fin, saqu� mi verga de su sexo y se lo puse en la boca para que me lo limpiara
de jugos, antes de que se empeque�eciera. Ella la lami� como si fuera un helado
hasta dejarla reluciente.

Volvi� a sonar la sirena de la piscina y Paula se puso de
pie. Yo apenas me pod�a mover y no s� c�mo fui capaz de vestirme y salir junto a
ella del recinto. Cuando llegamos a casa, nos estaban ya esperando para cenar.