MI ZORRA
Nunca habr�a imaginado que Marta llegara a hacer realidad mis
fantas�as sexuales y se convirtiera en mi mejor complemento, y la verdad es que
estaba muy satisfecho de su comportamiento y de la evoluci�n de nuestras
relaciones. Aunque siempre he conseguido que mis novias dieran un paso adelante
y vencieran sus iniciales tab�es, con Marta se hab�an superado todas mis
expectativas. Atr�s hab�a quedado la ni�a bien que hab�a conocido terminando sus
estudios de derecho. Se hab�a transformado en una mujer caliente, abierta a toda
clase de juegos, morbosa y atrevida. Adem�s f�sicamente cada d�a estaba m�s
atractiva, sin lugar a dudas practicar sexo le estaba viniendo muy bien a su
apetecible cuerpo, que por cierto, en estas vacaciones hab�a adquirido un
bronceado digno de un pa�s caribe�o. Estaba m�s guapa, de una belleza salvaje,
la melena oscura y larga, algo rizada, su piel morena, su figura cada d�a con
m�s curvil�nea, su culo firme y resping�n, con forma de pera, llenaba
perfectamente cualquier pantal�n ce�ido que se pusiera y hac�a volverse a
cuantos hombres se cruzaran en su camino. Adem�s no era en absoluto celosa y se
atrev�a a con cuanto le propon�a, incluso en ocasiones ella misma tomaba la
iniciativa.
Ya os hemos contado todo lo que ocurri� en C�diz. Fue nuestro
�ltimo verano all� y creo que salvo en muy raras y espor�dicas ocasiones, podr�a
afirmarse que Marta no ha vuelto a ver a los componentes de aquella pandilla de
verano. Quiz�s fuera lo mejor para nosotros, evitando as� habladur�as en una
ciudad peque�a como aqu�lla. Madrid, en cambio, nos da v�a libre para hacer
cuanto queramos.
Marta viaj� conmigo en el regreso a Madrid. Sus padres y
hermanos tambi�n sal�an el mismo d�a. Javi decidi� pasar en Sevilla un par de
d�as m�s por lo que solo nos acompa�� hasta esa maravillosa ciudad, a una hora y
poco de C�diz por carretera. Salimos temprano, a eso de las nueve de la ma�ana.
Marta estaba preciosa y muy sexy. Llevaba un pantal�n pirata de color blanco,
muy ajustado y ce�ido a su cuerpo, que resaltaba su espl�ndida figura y la hac�a
estar tremendamente sexy, pues le transparentaba por completo las braguitas
tanga que se hab�a puesto, tambi�n del mismo color. Cubri�ndole el pecho vest�a
un top de color rojo, sin mangas, que desnudaba su ombligo, calzaba unas
sandalias azules y se hab�a puesto gafas de sol. La melena se la hab�a recogido
en una coleta que le ca�a hasta la mitad de la espalda. Estaba radiante, o al
menos eso me lo parec�a.
Despu�s de dejar a Javi en Sevilla continuamos camino.
Durante el trayecto mi caliente imaginaci�n empezaba a recrearse con la visi�n
de mi preciosa novia follando con otros. Ya sab�is que me enloquece que se
follen a Marta en mi presencia, que me ponga unos buenos cuernos y que se
comporte con una ninf�mana. Adem�s cada d�a lograba que le gustara m�s el sexo y
que disfrutara con todo lo que le propon�a.
Marta estaba sentada en el asiento delantero contiguo al m�o.
Pronto, excitado por lo que estaba pensando, acerqu� mi mano y la pos� en sus
muslos. Me sonri� y me pregunt� si ya quer�a guerra, contest�ndole que s� al
tiempo que le separaba las piernas y mi mano se colaba por su entrepierna,
acarici�ndole el sexo por encima del pantal�n al tiempo que conduc�a. Al cabo de
un rato de masturbarla con mi mano libre Marta ya estaba salida por completo, y
sin previo aviso se agach�, me desabroch� los botones del pantal�n, extrajo mi
polla y comenz� a hacerme una paja con su boca. Descans� y me dio un beso
caliente y h�medo. Nos la �bamos a dar, no pod�a m�s. Decid� detenernos.
Est�bamos a la altura de Despe�aperros, paso obligado entre Andaluc�a y la
meseta castellana. El lugar elegido contaba con una estaci�n de servicio y una
fonda en la que decidimos tomar algo de desayuno. El lugar estaba repleto de
gente, pero sobre todo de moros, familias probablemente de marroqu�es o
argelinos que viajaban de regreso de sus vacaciones a Barcelona, Francia y resto
de Europa.
Aparcamos cerca de unos �rboles, en un extremos de la
gasolinera, para proteger el coche del sol. La fonda quedaba a unos 50 metros.
Al salir del coche, mientras cerraba las puertas, me qued� mirando a Marta y le
dije.
Uff, si llegas a continuar con esa mamada me corro en pleno
coche. �C�mo te quedan esos pantalones!. �Te marcan todas las bragas!
�No es as� como te gusta que me vista?, �c�mo un putita?
...... Lo hago por ti, para contentarte, para que te excites viendo c�mo
caliento al personal.
Pues Marta, me parece que la vamos a armar. Este mes�n est�
hasta la bandera de gente desayunando. Y mira la cantidad de coches que hay de
los moros que regresan. Me parece que todos van a poder mirar, y admirar, esa
preciosidad de culo que tienes.
�Te gustar�a verme follando con otros? �Quieres mirarme
mientras me como otras vergas diferentes a la tuya? Si es eso lo que te gusta
cari�o, lo har� por ti, ser� una perfecta puta.
Gracias cari�o, estoy empalmado solo de pensarlo, mira el
bulto de mi pantal�n .......
Agarr� a Marta de la cintura y nos dirigimos hacia el mes�n,
aprovechando para acariciarle, de vez en cuando y mientras camin�bamos, su
excitante y salido trasero. Marta entr� en el bar por delante de m�. No pude
impedir que mi mirada se fijase en su culo.... esos pantalones blancos, su
tanguita, que se ve�a perfectamente, hac�an desear su magn�ficas nalgas,
besarlas, lamerlas, penetrarlas. Observ� que no era el �nico que clavaba la
vista en su culito..
Nos quedamos de pie en la barra, uno en frente del otro,
pedimos unos caf�s y unos bollos para acompa�ar. Le dije que todo el bar estaba
observ�ndola.
�Te gusta que me miren?, �qu� todos estos hombres quieran
follarme, verdad Juan??, me pregunt� en un susurro. Eres un cabronazo. Me
estoy poniendo cachonda, ..... tantos hombres ......, tantos moros .....,
tienes raz�n cari�o, no me quitan la vista de encima.
Mi polla empezaba a despertar, sent�a como lat�a levemente,
como iba aumentando su tama�o. Me sent� en un taburete y atraje a Marta hacia
m�, encaj�ndola entre mis piernas. Rode� su cintura con mis brazos, apoyando mis
manos justo a la altura del borde superior de su pantal�n. Nos besamos en la
boca, morre�ndonos con pasi�n, cruzando nuestras lenguas. Mis manos pronto
acariciaron su culo por encima de la tela del pantal�n, recre�ndome en toda su
extensi�n, sob�ndolo despacio, a conciencia, delante de todos los clientes del
bar.
Simult�neamente cog� una mano de Marta y la puse encima de mi
verga. Marta apret� mi miembro, completamente erecto, a trav�s de mi pantal�n
vaquero. Mi novia empezaba a perder el control, y yo sab�a que podr�a hacer de
ella lo que quisiera. Levant� la vista mirando en derredor del bar y observ� que
al menos diez o doce personas, la mayor�a hombres, no perd�an detalle,
especialmente not� que segu�an con atenci�n el movimiento de mi mano sobre el
apetecible trasero de Marta.
Cari�o, nos est� mirando todo el mundo, le susurr�. Te
gusta sentirte deseada, observada por todos esos mirones, verdad zorra?.
Mientras le dec�a eso al o�do yo continuaba toc�ndole el culo sin parar.
�Marta!, �Ac�rcate m�s y s�came la polla del pantal�n!, le
ped�. Vamos, cari�o, estoy que reviento!!
Obediente baj� la cremallera de mi pantal�n y extrajo mi
verga totalmente tiesa, erecta como un m�stil. Marta, azorada por la situaci�n,
r�pidamente se inclin� m�s sobre m� de tal forma que intentaba taparla con su
cuerpo para que nadie pudiera ver lo que iba a hacer con mi polla, mientras que
con su mano empezaba a masturbarme, a hacerme una incre�ble paja, todo eso en
medio de un bar repleto de gente.
Bastaron cinco o seis toques para que me corriera sin poder
remediarlo, pues estaba terriblemente excitado por la situaci�n. La mano y la
barriguita desnuda de Marta se mojaron con mi corrida. Separ� a Marta y
situ�ndola de pie frente a m�, a menos de 30 cent�metros de distancia, no pude
evitar llevar mi mano a su entrepierna y delante de toda la concurrencia le
acarici� el sexo por encima del pantal�n, siguiendo la l�nea de su raja. Not�
como se estremec�a de placer y cerraba los ojos.
�PERO QU� PUTA ERES!, le dije, �Dejas que te toque el co�o
delante de todo dios!.
S�, cabr�n, soy tu GUARRA, sigue, t�came un poco m�s,
ufffff... �acar�ciame! .... ahhhhh, Marta gem�a en un susurro, intentando no
delatarse. Me estoy mojando toda, estoy empapando las braguitas, me dec�a
mientras apoyaba su cabeza sobre mis hombros, ......... �ahhhhhh! .... quiero
que vean todos c�mo me metes mano, grand�simo cerdo......, qu� vean lo PUTA
que soy. �Vas a hacer que me corra de verg�enza!.
Menudo numerito est�bamos montando. Le volv� a pasar varias
veces m�s la mano por su sexo, siempre por encima del pantal�n .....
Me dijo: Estoy totalmente cachonda. �V�monos fuera Juan,
quiero sentir tu polla dentro de m�, quiero que me folles!, �cabr�n!.
Vale, guarra, pero antes VAS A IR AL CUARTO DE BA�O Y TE
VAS A QUITAR LA BRAGAS. Las traer�s en la mano y me las entregar�s delante de
todos.
Pero Juan, si hago eso van a darse cuenta de que ya no las
llevo, de que me las acabo de quitar justo ahora. �No te das cuenta que el
pantal�n se transparenta y se me ven?
Claro cielo, es lo que pretendo, que todos los que han
visto tus braguitas tanga a trav�s del pantal�n vean ahora que ya no lo
llevas.
Est� bien, lo har�, me quitar� las bragas para ti. �Est�s
seguro de lo que vamos a hacer?
Conf�a en m�. Vas a follar como nunca en toda tu vida.
Marta sali� hacia los servicios del bar. No tard� m�s de un
minuto en regresar, llevando colgada de su mano izquierda la tanguita que hasta
ahora hab�a llevado puesta. Todos los del bar pudieron darse cuenta de ello,
adem�s de por pasear sus bragas en la mano a la vista de todos, porque ahora su
ajustado pantal�n no dejaba traslucir ropa interior alguna.
Estar�s contento, ya no llevo nada debajo, pedazo guarro,
como a ti te gusta. Y ahora, �a qu� esperas para joderme?. �No es as� como te
gusta tenerme?.
Se acerc� de nuevo a m� y yo no perd� el tiempo. La abrac� y
puse mi mano en medio de su trasero, sob�ndola a placer por detr�s, por su sexo,
por sus pechos.
�V�monos fuera!, le dije, cogi�ndola de la mano.
Nos dirigimos hacia el coche. Observ� que tras de nosotros
sal�an varias personas que no deb�an querer perderse la fiesta. No me importaba,
iba a exhibir a Marta en pelota picada ante todos los que quisieran verla en
plena acci�n, mamando mi polla o siendo follada como una vulgar puta en medio de
la estaci�n de servicio.
Al llegar al coche me apoy� en el tronco del �rbol bajo el
que estaba aparcado. As� a Marta de la coleta y la atraje sin miramiento alguno
hacia m�, haci�ndole algo de da�o por el leve quejido que sali� de su garganta.
�Te he lastimado?, le pregunt� sin soltar mi mano de la
coleta
Marta, mir�ndome con una incre�ble sonrisa de zorra, me
contest� negando con la cabeza.
As� me gusta, que seas una buena chica obediente.
Dicho esto me desplac� unos pasos hasta el �rbol contiguo al
coche, arrastrando a mi novia de la coleta y tirando de ella, sin tener en
cuenta si le dol�a el fuerte tir�n de pelos que le estaba ocasionando.
Apret� su cuerpo contra el m�o. Las personas que nos
observaban se acercaron hasta nosotros, deteni�ndose a unos treinta metros del
�rbol en que est�bamos situados Marta y yo. En total eran cinco hombres, tres de
ellos moriscos, (dos altos y j�venes, y el otro, bastante mayor en edad, gordo y
bajito, de aspecto sucio y desali�ado y vestido con una especie de t�nica). Los
dos restantes eran de mediana edad y vest�an un mono de trabajo, probablemente
agricultores.
Marta y yo segu�amos abrazados, yo de espaldas al �rbol, ella
de espaldas a los desconocidos que nos miraban a distancia. Le levant� el top lo
justo para que sus tetas firmes y suaves aparecieran ante m�. Las acarici�,
estruj�ndolas con cari�o. A Marta le gusta que se las aprieten, es una parte tan
sensible que cuando se las tocas se pone si cabe m�s cachonda. Sus pezones
estaban totalmente en punta, y al pasar las yemas de mis dedos por ellos casi le
lastimaban. Le agarr� las tetas y le retorc� con suavidad los pezones, tirando
de ellos hacia arriba y arranc�ndole gemidos de placer.
Aggggg, me haces da�o, cerdo..... para por favor, deja en
paz mis pechos, mis pezones ..... no tires tanto......ahhhhh.
�C�llate cochina!.
Mientras nos dec�amos esas lindezas el uno al otro yo no
hab�a cesado de magrearle el culo a Marta. Sentirla apretada a m�, gimiendo de
placer, me excitaba enormemente, y sent�a unos enormes deseos de exhibirla ante
los hombres que nos estaban mirando. Mis manos iniciaron un intento de bajarle
los pantalones con el fin de desnudar su trasero y exponerlo a la vista de los
salidos que nos espiaban. Marta, al intuir el movimiento intent� evitarlo.
No Juan por favor, no me los bajes aqu�, delante de esos
.....
Venga, cari�o, ens��ales ese cuerpo tan maravilloso que
tienes ....... vamos, d�jame baj�rtelos ....., solo un momento ........Si
est�s deseando que te vean desnuda, que admiren tu culazo, pedazo de zorra,
verdad?
Hab�a empezado a masturbarla toc�ndole el sexo con fuerza,
acarici�ndoselo con decisi�n. Mi novia, al sentir el ir y venir de mi mano por
su sexo, arqueaba su cuerpo balance�ndose sobre mi mano, restreg�ndose sobre
ella, al tiempo que su culo quedaba hacia fuera, invitando a contemplarlo. Su
resistencia era cada vez m�s d�bil y finalmente pude sin obst�culo alguno
deslizarlo hacia abajo. Lo detuve a la altura de las rodillas. La visi�n de
Marta deb�a de ser tremendamente excitante. Abrazada a m�, con sus pantalones
bajados hasta la mitad de sus bonitas piernas, exhibiendo su culo desnudo ante
unos desconocidos, con mi mano en su sexo, totalmente mojado y chorreando jugos,
pues Marta deb�a de haberse corrido ya un par de veces con el morbo de la
situaci�n.
La hice arrodillarse, continuando de espaldas al peque�o
grupo que nos contemplaba.
Juan, �hijo puta!, te voy a hacer la mamada de tu vida!, y
diciendo esto se introdujo mi polla en su boca. Era la segunda paja que Marta
me hac�a en el d�a. Me la mam� r�pido, fuerte, produci�ndome un ligero dolor
al rozar mi glande con sus dientes, y sin poder remediarlo enseguida derram�
todo mi semen en el interior de su boca.
Vamos, guarra, �tr�gatela toda, b�bete toda mi leche!.
Ummm. ..... �que rica est�!, �qu� bien sabe! ......me
encanta el sabor de tu semen, �dame m�s, cabr�n!, quiero m�s leche, quiero que
todos esos cabrones se corran sobre m�!! �Quieres que me lo hagan? Quieres que
me follen esos t�os? �TE GUSTAR�A VER C�MO SE TIRAN A LA PUTA DE TU NOVIA ???
Pero que cerda eres Marta. Dilo, y en voz alta: soy una
puta, una vulgar zorra caliente, le dec�a mientras golpeaba su cara con mi
polla..
Y tu un cabr�n, y yo tu perra, tu puta obediente.
Tir� de Marta hacia arriba, de forma que abandonara la
posici�n de rodillas en la que estaba. La coloqu� contra el �rbol, le obligu� a
abrazar el tronco, y le dije que sacara un poco el culito hacia fuera porque le
iba a azotar all� mismo, en medio de la gasolinera y ante esos cinco hombres que
no perd�an detalle, que la iba a castigar por haber sido tan guarra..
S� cabr�n , azota a tu puta, p�game cerdo, soy tuya .....
Antes de empezar el castigo de Marta hice una se�a a los
desconocidos para que se acercaran. No tardaron ni un minuto en estar junto a
nosotros. Se colocaron alrededor de ella, ella en el centro, desnuda, con los
pantalones medio bajados, las tetas al aire, su culo expuesto.
Entonces le di el primer azote, delante de ellos. Baj� mi
mano con fuerza hasta su culo y se escuch� un sonoro �ZAASS!, fuerte y seco, que
dej� en sus duras nalgas una marca roja.
�Te gusta Marta?, �Quieres que contin�e, que vean c�mo te
sometes a mi castigo?
S�, eres mi due�o, p�game fuerte si es lo que deseas, hazme
gozar como una perra ........
Volv� a golpear su culito con otra palmetada, y luego otra
m�s. Par� un instante para cambiar de postura y dirigi�ndome a los desconocidos
les invit� a que la sobaran y la azotaran. Diez manos empezaron a recorrer todos
los rincones de su cuerpo mientras Marta se corr�a de nuevo. Ve�a como unos
dedos se introduc�an en su vagina, otros en su culo, otros le apretaban los
pezones, unas manos le sobaban a placer el culo ...... Me sent� a pie del �rbol
e hice inclinarse a Marta hacia m�, dici�ndole que estirara los brazos y me
diera sus manos, quedando as� su culo levantado y expuesto a los azotes de los
cinco amigo que iban a castigarla, pues se encontraba de pie pero agachada hacia
m�.
Los hombres comenzaron a azotarla d�ndole cachetes en el culo
mientras yo contemplaba c�mo el rostro de Marta reflejaba el placer que estaba
recibiendo, la miraba a los ojos y me sonre�a mientras jadeaba y se estremec�a a
cada azote. Yo le acariciaba el sexo, introduciendo primeros dos dedos hasta el
fondo de su co�o, sac�ndolos y oblig�ndole a chup�rmelos, luego tres, cuatro
.......
- Juan, mira, me van a follar ...........
Era verdad. Uno de los moros j�venes se hab�a bajado los
pantalones y estaba dispuesto a met�rsela en el co�o de mi novia. Le grit� que a
pelo no, que con cond�n o nada, y r�pidamente uno de los otros desconocidos sac�
de su cartera un preservativo y se lo entreg�. Una vez lo hubo colocado en su
herramienta, por cierto, de muy buen tama�o, se la ensart� hasta dentro
comenzado a follarse a Marta sin contemplaciones. Los embites eran tremendos y
Marta no cesaba de gemir mientras yo la sujetaba por las manos. Me susurraba que
le encantaba como la estaban follando hasta que se corri�.
Ehh, t�, vac�a el cond�n aqu�, dije, indicando al extra�o
la espalda de Marta.
Gustoso sigui� mis indicaciones. Luego le sigui� uno de los
que vest�an un mono de trabajo, follando de nuevo a Marta con preservativo.
Segu�a agarrada a mis manos, mir�ndome de frente. De vez en cuando acertaba a
sonre�rme y a balbucear entre gemidos si me gustaba lo que ve�a, si me gustaba
que otros la jodieran en mi presencia, que abusaran de ella. Una vez se corri�
repetimos la operaci�n, vaciando su semen en la espalda de Marta. Y as� los
otros dos, el otro joven y el agricultor que faltaba.
Marta ten�a la espalda mojada con la leche de las cuatro
corridas que hab�an derramado sobre ella. La hice ponerse en pie para que
descansara de la inc�moda postura en la que hab�a follado. Deslic� mis dedos por
su espalda y unt�ndolos bien de esperma los llev� a la boca de Marta, que golosa
me limpi� los dedos hasta la �ltima gota. Finalmente, los restos los limpi� con
sus braguitas.
- �Y ahora te toca a ti!, - dijo Marta dirigi�ndose al moro
de mayor edad y aspecto desali�ado.
Se aproxim� al viejete y todos pudimos o�r c�mo le preguntaba
su nombre, acerc�ndose a �l de manera insinuante y provocadora. El maduro
morisco contest� que se llamaba Hammed. Por su aspecto deb�a rondar los sesenta
y pocos a�os, presentaba barba de una semana y desprend�a un fuerte olor
corporal. Marta se peg� a su t�nica, acerc� su boca al cuello del moro y sacando
de forma obscena la lengua empez� a lamerle la oreja y el cuello mientras le
preguntaba si le apetec�a foll�rsela.
Sus compatriotas j�venes empezaron a re�rse y hacer
comentarios en voz alta:
Menuda suerte tienes padre, llevas casi diez a�os sin
probar otra cosa que cabras y ahora se te presenta esta preciosidad.
Uno de los j�venes se me acerc� y me explic� que Hammed era
su padre, estaba viudo desde hac�a m�s de diez a�os y que desde entonces no
hab�a mantenido relaciones sexuales con ninguna mujer.
Entonces me dirig� a Marta y de manera que todos pudieran
o�rme le indiqu�:
Marta, cari�o, Ahora te va a follar Hammed (ella segu�a
desnuda en medio de nosotros), pero lo va a hacer sin cond�n, pues ha tenido un
largo periodo de abstinencia sexual y no hay riesgo. Est�s de acuerdo?. Marta
asinti�, mir�ndome viciosamente.
S� cari�o, quiero que me folle ese moro guarro y viejo, que
eche su leche dentro de m� y que me joda como si fuera una perra.
Menuda cerda que es tu novia, replic� uno de los hijos del
viejo.
Marta segu�a pegada a Hammed. Pronto cogi� de la mano al
viejo y se la acerc� a su propio sexo, movi�ndola de arriba abajo por su co�o,
masturb�ndose con ella. �Te gusta mi co�o? �Quieres probarlo, com�rmelo?, o�mos
como le dec�a. El moro se arrodill� ante su sexo y empez� a lamer su rajita,
agarrando con sus sucias y poderosas manos las desnudas nalgas de mi novia.
Marta empezaba a correrse, sus jadeos se hac�an cada vez m�s
intensos, de pie, con las piernas abiertas, intentando facilitar al m�ximo que
la cabeza del moro, y su boca y su lengua tuvieran el mayor recorrido sobre su
co�o empapado. Ve�amos c�mo cada vez arqueaba m�s su cuerpo y restregaba su sexo
contra el rostro del viejo.
El viejo era un cabronazo. Cuando Marta se encontraba a punto
de orgasmar, se detuvo y dirigi�ndose a m� me pidi� permiso para follarse a
Marta en otro lugar, pues en medio del aparcamiento no era, seg�n �l, el lugar
m�s adecuado.
� d�nde sugieres?
Mir� en derredor y finalmente se�al� los WC de la gasolinera.
Asent�, pues me parec�a un buen lugar. Rodeamos a Marta y cogi�ndola entre tres
la llevaron en volandas hacia los servicios. Yo me limit� a acompa�arles
portando sus braguitas y el pantal�n que hasta hace poco hab�a tenido enrrollado
en las piernas.
Entraron en el WC de caballeros, y yo tras ellos. La
depositaron con suavidad en medio del local, y la rodearon en semic�rculo entre
los cinco. Todos se sacaron las pollas e invitaron a Marta a degustarlas. La muy
zorra empez� una a una, acarici�ndolas primero, para seguidamente agacharse
levemente e introduc�rselas en la boca. Les daba unas chupaditas, me miraba, se
pasaba la lengua por los labios, relami�ndose de gusto, y continuaba con la
siguiente. Dos de ellos volvieron a correrse en la boca de Marta, y yo estaba
que no pod�a m�s con semejante escena. Luego lo hicieron otros dos, sobre sus
pechos, llen�ndola de leche viscosa, y quedaba el viejo. No se corr�a. Menudo
aguante ten�a el moro. Eso s�, su polla era enorme, deb�a alcanzar los 24 cms. y
estaba totalmente hinchada, como a punto de reventar.
Marta se arrodill� ante �l y cogi� la inmensa verga con sus
dos manos. Me mir� y sonri�ndome me dijo:
�Observa a tu putita c�mo se traga esta polla!. Te voy a
hacer el mayor cornudo de la historia, cacho cabr�n.
Y empez� a mamar esa verga. Primero se la meti� un poco, la
sac�, pas� su lengua alrededor del glande, volvi� a introducirla, y as� hasta
que se decidi� a engullirla, .... hasta el fondo, casi atragant�ndose con ella
......... uffffff, pero c�mo lo hac�a. Verla con la boca llena de polla, era
alucinante la escenita que me estaba ofreciendo mi preciosa novia. Para
enloquecer.
De pronto par�, se irgui� y levant� un pierna coloc�ndola
encima del hombro del moro. Con una mano cogi� la verga de �ste y la situ� a la
entrada de su co�ito. Por fin iba a ser follada al natural, sin preservativo,
por un tipo sucio, de mal olor, feo como �l solo, en contraste con el cuerpo
escultural de Marta, con su estilizada figura y cara de ni�a bien. El moro dio
un golpe de ri�ones y se la clav� hasta el fondo.
Marta jadeaba, abandonada a los embites de Hammed.
Hammed resoplaba, besuqueaba a Marta por todas partes,
meti�ndole la lengua en la boca de forma obscena, bes�ndola.
Marta le correspond�a.
Los otros sobaban el culo de Marta mientras era follada.
Alguno la azotaba
Yo me hac�a una paja con el espect�culo. Empec� a acariciar
la polla de uno de los hijos de Hammed, solo con la mano.
Hammed se cans� de esa postura. Marta tambi�n. Se
separaron.
Entonces sucedi� algo que jam�s hubiera imaginado. Los dos
agricultores, que ya se hab�an corrido un par de veces, empezaron a orinar y
Marta dando un grito les pidi� que pararan y lo hicieran en el suelo. Luego nos
mir� a los dem�s y nos pidi� que me�ramos tambi�n hacia el suelo, a excepci�n de
su viejo, al que no permit�a alejarse, sujet�ndolo de la polla, y que con la
erecci�n que ten�a seguro que le resultaba imposible.
Una riada de meos se esparc�a por el suelo del WC, ya de por
s� bastante sucio, como es l�gico en una gasolinera. Marta, desnuda por
completo, se tumb� en el suelo, empap�ndose de orines y revolc�ndose en ellos.
Levant� las cadera, abri� las piernas y empez� a meterse dedos dentro de su
co�o, masturb�ndose como una loca, como una perra en celo, y pidiendo a gritos
que quer�a una polla dentro, que la foll�semos de una vez.
El moro se quit� la t�nica, quedando desnudo por completo,
con su prominente barriga, muy velludo, sucio, y con ese olor tan persistente a
humanidad ......,. Pude ver c�mo agarraba del pelo a Marta, la hac�a levantarse
y darse la vuelta, quedando de espaldas a �l, de forma que empez� a acariciar
desde atr�s el culo de mi novia con su verga.
La hizo arrodillarse, le hizo poner su bellos rostro contra
el asqueroso suelo y se la meti� dentro del co�o, empezando a follarla
fren�ticamente, d�ndole fuertes y sonoros golpes en las nalgas. Marta gem�a y se
corr�a sin cesar. Era todo vicio, lujuria, sacaba su lengua y lam�a el suelo
como una cerda ............... Y el moro se corri�, llen�ndola de semen.
Marta sonriente, feliz, cansada del placer obtenido se sent�
en el suelo, con las piernas abiertas, e introduciendo dos de sus dedos, como si
fueran cucharillas, en el interior de su co�ito abierto y enrojecido, comenz� a
extraer la leche depositada por el viejo y a llev�rsela a la boca, bebi�ndosela
con una cara de gusto inimaginable. La fiesta termin� con el moro orinando sobre
ella.
Se fueron. Marta y yo nos quedamos en el WC. La ayud� a
levantarse. Estaba empapada de orines, de leche, sucia, ol�a mal, ten�a el
cabello revuelto y pegajoso, desnuda, .... pero estaba orgulloso de ella.
La limpi� con su braguita, que acab� tanto o m�s sucia que
ella y le ped� que se la pusiera. Ella obedeci� y salimos as� hacia el coche. No
dej� que se pusiera nada m�s encima, y sentada a mi lado, con las bragas
encharcadas, las tetas al aire y una temperatura exterior de 35 grados
continuamos viaje a Madrid.
Nota: Enviarme vuestros comentarios. �me lee alg�n coru��s o
coru�esa?
Continuar�.