Relato: Una tarde en comfandi de pance Hola hoy quiero contarles una historia totalmente real esta
historia paso en Cali Colombia con una chica que conoc� ella es casada 1.65,
mona, ojos claros, buenos pechos y un cuerpo no fenomenal pero si con sus
atractivos f�sicos.
El d�a de su cumplea�os le regale una tanga brasilera para
que se bronceara cuando fu�ramos a la piscina.
Un d�a en semana aprovechando que su esposo estaba de viaje
pues es transportador, y su hija estaba en el jard�n decidimos ir a comfandi de
pance, ella estaba muy bonita, la recog� en mi carro y nos fuimos, al llegar
todo transcurr�a muy bien, buen sol, la piscina con poca gente en fin.
Ya pasadas las horas me dijo que se quer�a broncear, yo sin
pensarlo dos veces le dije que rico pero que yo le aplicar�a el bronceador, y
que se dejara la brasilera que le hab�a comprado, a ella le daba un poco de pena
por lo que le dije que fu�ramos a tras de las piscinas de los ni�os que por esos
lados no hay casi gente y as� fue, nos llevamos todo para all� ella se quedo con
la brasilera y que espect�culo tan lindo, se le notaba que se hab�a depilado
completamente, y sus nalgas divinas, tendio su toalla y se acost� sobre ella yo
inmediatamente solt� las tiras de su brasier para que se pudiera broncear mejor,
y luego empec� a aplicarle su bronceador, claro haciendo �nfasis en sus nalgas,
a medida que pasaba mis manos por sus nalgas introduc�a un dedo entre ellas ella
solo cerraba sus ojos y se dejaba, luego empec� por su entre pierna, ella
todav�a boca abajo, y como siempre aproveche para acariciar su rajita por encima
de la tanga, ella solo me dec�a cuidado que haces, luego de estar un rato as� se
volteo, yo de nuevo ech�ndole su bronceador pero esta vez por la parte de
arriba, cuando ya estaba ech�ndolo entre sus piernas empec� a meter un poco mis
dedos por su tanga y sorpresa estaba totalmente depiladita cosa que me encanta
en una mujer, y luego le acaricie su rajita que ya para ese momento estaba
mojadita, yo solo corr� un poco su tanga y ya tenia ese manjar entre mis dedos,
ella solo suspiraba y me dec�a que le gustaba mucho, para ese momento mi pene ya
estaba que se sal�a de mi pantaloneta de ba�o, y ella solo disimuladamente lo
tocaba y apoyaba su mano en el y me dec�a como lo tienes de duro, as� pasamos
como una hora entre besos caricias y morbo pues no faltaba alg�n trabajador
curioso que muy discretamente se acercara a ver que pasaba.
Luego salimos a caminar y nos dirigimos a la zona donde est�n
los toboganes, pues estos est�n abandonados y casi nadie sube por all� sobretodo
en semana, la piscina estaba con un poco de agua y ella me dijo que quer�a que
lo hici�ramos ah� mismo, yo con un poco de miedo pero al mismo tiempo con la
tentaci�n de poder tener todo eso entre mis piernas dudaba hasta que me anime y
le dije listo pero que de pronto nos ve�a alguien ella me dijo fresco por aqu�
no creo que venga nadie baje las escaleritas y me sent� saque mi pene que ya
estaba erecto ella lo empez� a chupar un poco y luego se corri� un poco su tanga
y se sent� sobre el, yo estaba en el cielo ella sub�a y bajaba y me dec�a lo
rico que la sent�a pero yo estaba un poco nervioso por que de pronto nos
descubr�an pues se escuchaba a lo lejos el tractor de la recolecci�n de basuras
que se acercaba, paramos pero tanto ella como yo est�bamos muy iniciados, as�
fue que decidimos subir a lo alto de los toboganes ah� empezamos a acariciarnos
y a calentarnos mas, bajamos por uno se los toboganes y ah� tendimos nuevamente
la toalla ella se bajo la brasilera y yo hice lo mismo con mi pantaloneta, ella
nuevamente me dio una mamada riqu�sima y luego se acost� en su toalla abri� las
piernas y ah� estaba esa rajita divina depiladita y lista para ser penetrada, yo
como pude me acomode y empec� a besar su rajita y su cl�toris, a degustar de sus
jugos hasta que ya no aguante mas y la penetre muy lentamente hasta llenarla con
mi pene, ella solo gem�a y me dec�a que quer�a mas, empec� a acelerar mis
penetraciones hasta que en un abrazo los dos nos venimos, que eyaculacion tan
rica no quer�a sacarla de su cuevita pues el roce de sus pelitos creci�ndole me
produce mucha excitaci�n.
Acabamos nos vestimos y bajamos. Regresamos a casa y como su
ni�a no hab�a llegado del jard�n continuamos con lo que hab�amos empezado en
comfandi por una hora m�s.
Espero que este relato les haya gustado y para los lectores
de Cali sabr�n que es cierto, cualquier comentario o si quieres que te aplique
alg�n d�a bronceador me puedes escribir.
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Relato: Una tarde en comfandi de pance
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