Relato: Mi hijo Emiliano



Relato: Mi hijo Emiliano

Mi nombre es Agust�n. Cambio el nombre por seguridad. Soy un hombre de Oaxaca, M�xico. Nac� en esta bella ciudad mexicana y esta historia, realmente est� ocurriendo. A mis 41 a�os, soy un hombre cuidadoso de su cuerpo. Alto, definido, delgado, moreno oscuro, espalda y brazos anchos. Nunca tuve suerte con las piernas ni con las nalgas. As� que no destaco en esas partes del cuerpo. Sin embargo, aun delgadas, est�n bien tonificadas.
Mi cabello es negro, al igual que mis ojos. De manos y dedos gruesos. De joven, siempre supe que mi �xito en la intimidad ser�a, ni m�s ni menos que mi verga. Siempre fui un hijo de puta con las mujeres. Me cog� sin reparo a muchas amiguitas que lo �nico que les pasa cuando nos encontramos en esta peque�a ciudad, es un temblor en piernas y rostro nada m�s de acordarse de las bestiales folladas que les propinaba.
Como mencion�, mi pene fue el pretexto ideal para dar rienda suelta a mis m�s bajas pasiones. Verga gorda, ancha y larga, me sorprende presumir, cada vez que puedo, que aunque tengo dedos y manos grandes, no dan para rodearla toda. Eso s�, no tengo unos huevos tan grandes como el descomunal miembro que cuelga entre mis piernas.
En fin, siendo atractivo, no soy un modelo; pero desconozco la cuenta de mujeres que desde mi adolescencia se perd�an en los confines de mi delicioso pene. Experiencias con hombres, s�lo un par, en mis veintes, se dieron las ocasiones para jugarle los pezones a un par de amigos, volvi�ndolos locos del morbo y placer que eso les provocaba. Como dije, como buen hijo de puta, mi involuntaria seducci�n lleg� a trastocar a la amistad. Al paso de los a�os, no volv� a tener m�s que ese par de inocentadas sexuales con personas de m� mismo sexo.
Al final, despu�s de a�os de darle placer al cuerpo, de querer pre�ar definitivamente a una mujer y sin decidir abortar, me cas� con una. La respet� y quise por ratos, sin embargo, mis instintos siempre ganaban y muchas veces le era infiel cuando fuimos matrimonio. De esa uni�n, naci� mi nene, mi hermoso hijo Emiliano. (Tambi�n nombre falso)
Con el paso del tiempo, nada m�s con cinco a�os de duraci�n del fallido matrimonio -reconozco que en gran parte por mi culpa- mi esposa y yo nos divorciamos. Con cinco a�os de edad, Emiliano y yo fuimos la mejor mancuerna filial. Desde que naci� me proyect� en �l, es la luz de mis ojos. Por esa raz�n, adem�s de mi exitosa carrera de abogado, gan� la patria potestad contra ella. No s�lo por los antecedente alcoh�licos y falta de solvencia de mi ex mujer, sino porque Emiliano aun siendo muy infante, manifestaba m�s apego y amor hacia m�.
A partir de esa edad, empezamos a vivir juntos. Sin su madre, Emiliano ten�a muchas libertades. Inscrito en un colegio privado, le procur� los mejores servicios y cuidados, al grado tal, que en muchas ocasiones, ve�a cierto afeminamiento en su persona desde que nos mudamos solos, �l a sus seis a�os, yo a mis 34.
Yo era el padre protector y grande, �l mi ciervo, se sent�a un pr�ncipe a lado m�o. Ahora a sus 13 a�os, alto para su edad, moreno muy claro y delgado como un ni�o, sigue si�ndolo.
As�, lo vi crecer. �l sab�a de mis andadas. Se encari�� m�s conmigo que con su madre, por eso creo que permit�a que yo le llevara a varias �mam�s� a casa, s�lo para pasar el rato con ellas. Vivimos como c�mplices, nunca supimos que era un juego perverso que desencadenar�a en la m�s exquisita lujuria: dejaba que me robara un billete que otro, me lleg� a ver cogiendo, de manera inesperada, con una y otra mujer, yo lo dejaba sacarme un seis o siete en la escuela, incluso en un par de veces, me sorprend�a masturb�ndome en la cama o en la sala, jam�s me pregunt� de qu� se trataba. S�lo ve�a, miraba y tornaba.
Hac�amos muchas cosas, juntos: las compras, la decoraci�n del departamento, los viajes, y para mi perdici�n, cuando llegaban los viernes por la noche, hasta la ducha en nuestra amplia tina. Digo para mi perdici�n, porque aunque los ni�os quieran ba�arse con sus padres a partir de los seis o siete a�os, yo no pod�a resistirme a su inocente y tierna petici�n de relajarse conmigo en la ducha, ya que sab�a que los viernes despu�s del trabajo, siempre ocurr�an.
A sus juveniles 13, �l segu�a insisti�ndome en meterse conmigo a la tina. �Qu� padre es tan cruel para negarse ante el rostro angelical del hijo que est� creciendo solo con �l en su casa? Pues yo no, y as�, de un par de a�os hacia ac�, no s�lo se mete al agua con juguetes y a querer juguetear al buzo y trivialidades as�, sino yo, con total confianza, ya tomaba una botella de vino delante de �l. Cosa que nunca reproch�.
Casi siempre era la misma rutina, nos met�amos, jam�s hicimos alusi�n a nuestros cuerpos. Aunque yo de reojo ve�a que empezaba a brotarle un fino vello corporal, sobre todo, en las axilas. No s� si estaba tan bien informado, que nunca me pregunt� de cambios corporales o algo por el estilo. Expl�citamente nos desnud�bamos uno frente al otro, sin decir palabra, sin pensar nada (bueno hasta hace poco). A pesar del sinn�mero de halagos y observaciones lujuriosas y curiosas que hac�an mis amigos o las mujeres al ver mi verga, a Emiliano no parec�a importarle el tama�o tan abismalmente diferente al de su pitito en pleno desarrollo.
Fue hace muy poco que, llegando los tradicionales viernes de ducha padre-hijo, Emiliano sonriente y desali�ado, ya dentro de la tina, me dice:
-Pap�, �qu� crees?, descubr� que puedo hacer algo bien padre con mi cuerpo. Se siente muy raro, pero nunca pens� que pudiera hacerlo.
Con desconcierto, pero acepto que con curiosidad, pens� que me hablar�a de erecciones o semen o masturbadas. Le pregunt�:
-�De qu� hablas?, a ver, mu�strame.
Y �l, lleno de candor, se para de la tina, y en uno de los amplios bordes, se abre el par de nalguitas y se sienta sobre un apoyador de mano con punta redondeada, que sirve para sostenerse y luego levantarse de la tina sin riesgo a resbalarse. �No daba cr�dito! Mi Emiliano con total ingenuidad, se abri� el culito para dar paso a la punta del apoyador, que m�s o menos, mide 8 cm.
-�Mira pap�! Me siento y esta cosa entra. Pens� que la cola s�lo serv�a para cagar. �Y mira!- El muy cabr�n se re�a de la estupidez que hac�a. Emiliano no sab�a, hasta ese d�a, que el ano tambi�n puede darle placer. Inmediatamente, le dije:
-�No hagas eso Emiliano!, a ver, ya. �S�cate esa cosa de la cola! No est� bien que hagas eso. Te vas a lastimar.
Y fue ah� donde qued� capturado. Mi hijo, con una pierna apoyada en el fondo de la tina, la otra sobre el borde, con el ano suave y penetrado por un tubo peque�ito; le hac�a mucha gracia usar su culo como objeto de cosquillas. �Es un �ngel! Vi como despu�s de mi rega�o, se puso rojo de la pena o del enojo. Recuerdo como perfectamente, el artefacto plateado sal�a h�medo de su ano, con ligeros matices caf�s de mierda. 8 cm sal�an de su colita sin ning�n obst�culo. A�n est� en mi memoria como tuvo que abrirse las nalgas para sacar esa cosa. �Fue un puto momento!
Hice que saliera inmediatamente de la tina y que limpiara el apoyador. Me puse la toalla, le orden� que se fuera a su alcoba, mientras yo me quedaba en la m�a, donde precisamente estaba tambi�n el cuarto de ba�o. Esa noche no pod�a olvidar como mi hijo se re�a con ingenuidad mientras el objeto de ba�o le abr�a el ano. �Pude verlo perfectamente! No dur� ni cincuenta segundos con ese fierro entre las nalgas y vi con lujo de detalle su ojete: m�s oscuro que la dem�s tez de su cuerpo, con tres o cuatro pelos alrededor, limpio, y excelentemente lubricado para permitir �vayan a saber ustedes desde cu�ndo- que la decoraci�n del ba�o le diera unas extra�as cosquillas en el culo.
No pude ni concentrarme en la televisi�n. Mis ojos, mis pensamientos estaban metidos en la imagen del apoyador plata recubierto de agua y mierda que emanaban del co�ito de Emiliano. Con todo el remordimiento del mundo, esa noche, s�lo en pensamiento, viol� el m�s puro amor hacia a alguien: hacia un hijo, hacia mi Emi. Me masturb�, con reparos morales, pensando en su ano.
Ning�n d�a de los siguientes, al ba�arme para cualquiera de mis actividades, dejaba de ver el apoyador sin pensar en lo acontecido, y mucho menos, de hacer que mi pito tomara tama�os carnosos y se pusiera m�s que baboso. �Vaya padre hijo de mierda que soy! Poni�ndome bien caliente con decoraci�n de casa, y �con el hoyo de mi nene!
No s� qu� pasaba por mi cabeza. Quer�a y no, que llegara el viernes. Siendo como soy, morboso y follador a morir, pero sobre todo, bien degenerado en los asuntos del entre y penetre, ya siendo viernes al dejar a Emi en la puerta de la secundaria, le di como siempre su sonoro besote en los labios y le dije:
-P�rtate bien y no se te olvide que hoy tenemos noche de ducha, �eh! Y como ya est�s grandecito, te tengo preparada una sorpresa.
No dijo nada, me devolvi� el beso casual, sonriendo tan guapo �l, se baj� de la camioneta.
Al llegar la hora acostumbrada, m�s o menos las 22:00 horas, prepar� el plan que me llevar� al infierno: la seducci�n m�s c�nica hacia mi propio hijo adolescente. Medi� el agua con una tibieza exquisita, s�lo encend� las luces que dan una tenue iluminaci�n al cuarto de ba�o, y fui, esta vez, por la mejor de mis reservas de vino.
Desde el umbral de la puerta de mi rec�mara, s�lo sacando mi cabeza, le apresur�.
-�Emiliano, ya est� lista la ba�era!
Yo a�n conservaba mi ropa, pantal�n y camisa abierta casi en su totalidad. Pude escuchar perfectamente la ansiedad de Emiliano convertida en raudos y veloces pasos que indicaban que ven�a corriendo desde su rec�mara, haciendo tronar as�, la duela de la casa.
Me vio y aunque nos vimos durante casi toda la tarde, sus ojos ah� eran distintos, su mirada gritaba que ya quer�a meterse conmigo al agua. Y empiezo el gozo y el martirio.
Le sonre�a casi coquete�ndole, me desaboton� los �ltimos tres botones de la camisa y la colgu� cuidadosamente en el perchero; lo mismo hice con el cintur�n y el pantal�n gris, qued� completamente en ropa interior. A un tiempo, Emi s�lo colg� la toalla verde que trajo desde su rec�mara, quedando en un curioso b�xer del personaje Spiderman. Rojo y ajustado.
Ah� est�bamos, como siempre, frente a frente en ropa muy diminuta. Se retir� su b�xer y meti� a la tina. Esta vez, me baj� lentamente el calz�n que llevaba. Ten�a una extra�a sensaci�n de estar frente a una v�ctima de mis pasiones m�s animales y de mi latente lujuria cuando estaba en una situaci�n de este tipo.
Ya adentro del agua, lanz� la primera pregunta:
-�Por qu� dos copas papi? Con nerviosismo y contundencia respond�.
-�Pues para quien m�s! Esa es tu sorpresa. Hoy daremos otro paso en nuestra vida como padre e hijo. Te ense�ar� a beber para que lo sepas hacer.
Nuevamente, asinti� con su carita h�meda y su cabello totalmente mojado. Hablamos de mil cosas, de su semana, de su d�a en la escuela. Podr�a sentir sus piernitas chocar con las m�as bajo el agua tibia. Ambos casi lampi�os. Serv� la primera copa de vino. Me dijo:
-�De verdad, puedo tomar vino p�?
-Ya te dije que s�. Ahora t�mele bien a la copa.
Fueron dos copas las que me permitieron hacer la pregunta esperada, podr�a asegurar, casi por ambos.
-Y qu�, �no me vas a volver a mostrar c�mo te hace cosquillas eso? Y se�al� el apoyador, ansioso. Emiliano desconcertado me pregunta:
-�Pero que no me dijiste que me lastimar�a? Desde que me dijiste eso, ya no lo he vuelto hacer.
�Inocente! �Es un santo mi Emiliano! Le pregunt�:
-�Desde cu�ndo lo haces o qu�?
-Como desde hace dos meses. Pero es que se sienten cositas muy raras ah� adentro (se�al�ndose el ano por debajo del agua) Me arm� de valor y le dije:
-A ver, como estoy de buenas, quiero que me ense�es de nuevo c�mo es que eso te hace cosquillas en tu�
-�Cola?
-No se llama cola, se llama co�ito.
-�Co�ito?, �eso no es de las ni�as?
-No, tambi�n de los hermosos hijos bien educaditos como usted. Pero antes vamos a ponerle un poquito de esto para que se abra mejor su co�ito. A ver, p�rate y empieza a abrirte las nalguitas como lo hiciste la �ltima vez.
Se par� r�pidamente y se abri� las nalgas casi blancas que tiene, mientras yo embarraba un poco de gel de ducha sobre el apoyador. Para este momento, ya ten�a mi pene en todo su esplendor. Emiliano no dec�a nada sobre ello, ambos sab�amos que �ramos presa de nuestra propia ingenuidad y lujuria.
-A ver, volt�ate y d�jame ver si ya te abriste bien el hoyo para que no te vayas a lastimar.
Le tom� con mi mano derecha una de sus nalgas, la cubr� toda con la amplitud de mi mano. �l se abr�a con disciplina la otra y vi su ano rojo y delicioso. Todo ocurr�a entre gotas de agua que ca�an y sonidos del exterior que entraban por nuestra ventana abierta.
Disfrutando de esa infernal vista, me incorpor�:
-Ya est�, �rale, �vas!
Y empez� a meterse el artefacto ese. Me ve�a directamente a los ojos y ve�a tambi�n la enormidad que disparaba para arriba la cabezota roja y brillante, tanto por el agua como por mis jugos de hombre. Vi como s�lo se qued� ah� sentado sobre el apoyador.
-D�jame ayudarte. Me par� de mi lugar, con la verga erecta, escurriendo agua y pre semen, lo tom� de los hombros mientras le dec�a:
-Ahora, �quieres sentir m�s cositas raras en tu co�ito? -S�lo asinti� con carita de placer- Baja y sube mientras yo te sostengo. Yo te voy a ayudar a que lo hagas mejor.
Y empez� a cabalgar sobre el sost�n plateado. Yo lo sosten�a para darle soporte, mientras �l tomaba mis musculosos brazos y se perd�a con la mirada en el m�s puro pinche placer, en ese momento le ped� que lo hiciera con m�s fuerza.
-As�, as� mi amor, sigue, sigue. No te detengas, �est� rico? �S�lo asent�a- Eso es, cosquillitas en el ano, sigue Emiliano, yo te detengo, no tengas miedo. �Ah! Eso, s�, �quieres sentir m�s rico, beb�?
Sostenido de mis brazos, yo le empec� a jugar las tetitas. Se las apretaba, las rodeaba con el m�s caliente de los deseos. Ya ten�a el penecito erecto. Gem�a rico y despacito.
-�Te las sigo jugando?, �Te gusta putito?, �Sientes rico? �Ah?
-�Por qu� me dices putito? �Ah! �Ah!
-Porque eso eres mi hijo. No hables, sigue, sigue. M�tete m�s ese palito.
Me anim� a mamarle las chiches y solt� un grito de placer.
-�Ahhh! Mijo, qu� rico, qu� rico. Qu� ricas tetas tienes, son como de nena chiquita. �Eso! �Quieres que ponga los brazos duros para ti? �S�?, �s�? Pero m�tete hasta el fondo de tu ano ese palito, �ndale mi amor.
Tens� los brazos y le hice sentir mis �conejos� en sus manitas. Le pasaba mi lengua como un predador en celo. Y de manera descarada, pasaba mi palo en sus muslos, casi derribados por el placer que pap� le estaba ocasionando. Cuando menos sentimos los dos, el sost�n hace un ligero �crack�. El peso de mi nene y sus folladas, terminaron por vencer al artefacto.
-�Ya lo rompiste! �Ves lo que pasa cuando quieres follar con un objeto? A ver, �qu� m�s hay aqu� que pueda servirte de palo para que termines de joderte tu anito?
Emiliano casi lagrimeaba del placer ocasionado. Sent�a sus u�as hundidas en mi piel. Sin decir palabra, presa del momento. Dijo:
-�Esto?- Y tom� la verga que lo procre�.
-��ndale! No me la sueltes, sigue toc�ndomela.
-Ay, qu� dura est�. Est� muuuuy grande. Papi, quiero seguir subiendo y bajando para que entre algo a mi co�ito.
-D�jame ver c�mo te dejaste all� abajo.
Me agach� de cuclillas dejando colgar mis huevos y mi verga s�per tiesa casi rozando el agua. Todo ol�a a placer y a pecado. Me dol�a la punta de la verga de tanto que deseaba ser complacida. Sent� la mano mojada de Emiliano sostenerse de mi amplia espalda, y baj� la cabeza hasta lograr tener una vista espectacular de su anillo de carne. Con su pierna arriba y una abajo apoyada en la ba�era, con el sost�n plata vencido por el peso de mi nene. Pas� un dedo por su ano abierto y penetrado, sus pliegues rojos y sedientos. Le met� uno de mis dedos, �l s�lo se agarr� m�s fuerte de mi espalda y empez� a sob�rmela. Yo estaba en un para�so de lujuria.
Mi mirada se perdi� en su co�o abierto, como de una puta. Sin pensarlo, le empec� a meter otro dedo, a lado de mis falanges sent�a el palo met�lico que estaba ya adentro. Emiliano s�lo gem�a despacito. Me anim� y comenc� a comerle el coito que estaba teniendo con su dildo improvisado. Emiliano s�lo se avocaba a ara�ar y sobar mi espalda.
-�Qu� rico co�o!, �qu� rico mi amor! todo este tiempo juntos ba��ndonos y nunca lo hicimos, �por qu�? �ah, ah, ah!
-�Papaaaaaaa! �Ah! Me haces cosas.
-�Te gusta, beb�?, �Te gusta como pap� te lame el co�ito?, �Sientes rico? �Ah, ah! Mi amor, jam�s pens� en comerte esto.
Y le puse la palma de la mano sobre toda la raja y el hoyito. Se la pasaba desesperado, como si el mundo se fuera acabar en ese momento. Me par� de nuevo. El pene lo ten�a verdaderamente adolorido por la ansiedad corporal de introducirlo ya, a un agujero natural. �Y qu� agujeros naturales ten�a en ese momento? Pues los de mi hijo.
-S�cate eso. Y pude ver como sal�a con extrema facilidad el apoyador del culo de Emiliano; dej�ndolo colgado de un par de alambres y trozos de yeso que cayeron en el borde de la tina. El peso de mi hijo, rompi� la car�sima decoraci�n que nunca imagin� dar�a tanto placer a un padre soltero degenerado y a su hijo adolescente en crecimiento.
Me sent� en uno de los bordes, abr� las piernas y puse los brazos atr�s de mi cabeza. Emiliano s�lo me ve�a e hipnotizado por su propio padre, camin� r�pido a m�. Se mont� con extrema facilidad y me abraz�.
-Siento muy raro todo esto. Siento muy raro. Me dec�a, mientras me sobaba lujuriosamente las axilas y se prend�a a mi cuello. Lo vi a los ojos, -�vaya que iba a ser guapo!- baj� los brazos y lo tom� de la espalda. Le di una cachetada.
-�Por qu� me haces esto?, �Eh!, �por qu� me haces esto? �A m�! �A tu propio padre! �Esto no est� bien!
Lo tom� de una nalga y con la otra mano le volv�a a pegar en la cara. Todo eso estaba mal. Le pase un dedo en el ya dilatado ano. Puse mi mano en la otra nalga y as�, �l frente a m�, recargando su carita roja de los dos putazos que le di, sobre mi pecho, dej� que su pap� siguiera cometiendo un riqu�simo incesto.
La punta de mi verga rozaba sus nalgas. Emiliano como por instinto empez� a querer meterse mi pitote. Pas� por mi mente su infancia, sus cumplea�os, sus juguetes. Casi le derribo con el movimiento huracanado que hice para quit�rmelo de encima, pero �l puso todo lo humanamente posible de su peso contra el m�o, se agarr� a mi cuello a�n m�s, no me ve�a al rostro, s�lo gimoteaba de placer y sensaciones desconocidas para �l.
-�Ya Emiliano! �Ya! �Qu�tate!
-�Nooooo!-me dijo casi lloriqueando- era un caprichoso caliente.
Entonces, tal vez de lo aprendido en ese momento, sin verme siquiera a la cara, con nuestros cuerpos h�medos de agua y h�medos de nuestros propios n�ctares de hombre; empez� a mamarme un pez�n. Lo mamaba, lo chupaba con tanta desesperaci�n como si quisiera sacarme leche.
Fue en ese momento donde me venc�. Volv� a relajar mi cuerpo mientras mi hijo me mamaba un pectoral. Gem� como loco, era presa de la primera cosa que me mamaba mi hijo: mi pez�n izquierdo.
-�Ah! Sigue Emiliano. �Dios pero qu� es estoy haciendo! M�male m�s a pap�. Mira, abre la boca.
Le deje verter lo que quedaba de la botella de vino sobre la cara, sobre su lengua y sobre mi pez�n. Nuestros cuerpos se te��an de rojo oscuro y la tina de agua clara se torn� ligeramente roja.
-�Qu� cosa! �Quieres que te meta mi pene? �Alguna vez pensaste que yo te violar�a? �Ah! Mi nene. No pares.
-Pon duros tus brazos papi. �Ah!
-S�, s�, mis brazos. �Sientes bonitos mis brazos?, �te gustan los brazotes de pap�?
Como un poseso, empez� a lamber los m�sculos de mis brazos. Me lam�a las axilas y mis manos. Empezaba a notar, que el vino surt�a sus efectos. Con concupiscencia observaba como casi borracho, Emiliano chupaba los brazos que lo cargaron de beb� para protegerlo y que ahora con total degenere, mamaba con el m�s infinito placer.
Con la cara perdida en placer y en alcohol, me vio a los ojos y empez� a colocar su ano ya dilatado sobre mi glande rojo y adolorido. Sent� su calor sobre la cabezota de mi pene. En ese momento sent� el mal que le hac�a.
-�No!, �no! �Ya, fue suficiente!
Pr�cticamente lo bot� al agua, sin da�arlo. Me par�, mareado por todo: el placer, la lujuria, el vino. Todo estaba mal, exquisitamente mal. Emiliano, casi llorando, entre emociones encontradas, me suplic�:
-�No! Quiero que pase, quiero que me violes como t� dijiste.
-�Soy tu padre! Yo en ese momento, estaba tomando la toalla con mi pene totalmente erecto, pod�a sentir como resbalaba en mi cabezota roja, el l�quido delicioso que Emiliano quer�a comer. Como si fuera la m�s entrenada de las putas, Emiliano se abalanz� sobre mi verga y comenz� a tocarla como un demente. Era natural, estaba casi borracho, borracho por m� y por el vino.
Comenz� a moverla. Yo dejaba que pasara todo eso. Ve�a con absoluto gozo como mi hijo se volv�a loco con un pene, un pene como el m�o. Ah�, vencido ya, le dije:
-M�tetela a la boca. Anda, putito. �Quieres pito? Pues pito te voy a dar.
Le dec�a todo esto mientras Emi s�lo se avocaba a chuparme el pene. Era un inexperto. Me la chupaba sin chiste alguno, pero con las ganas de cualquier putito de su edad que queda impresionado por el tama�o de un miembro como el m�o. En momento, con la torpe mamada que me estaba dando mi propio hijo, me mordi� el glande.
-�Pendejo! As� no. Me lastimas. Mira, toma mi pito desde abajo.
-�As�?
-S�. Ahora suavemente m�tetelo a la boquita. Pero s�lo utiliza los labios, no los dientes. Suave, suave, piensa que esto te voy a dar cada vez que te vaya a despertar todos los d�as. �Ah, ah, ah! Mi hijo me mama. �Ah! C�meme el pene.
�Puedes ver esa ag�ita que me sale?, �um?, mira, toma una gotita y s�lo j�lala con tu lengua. Quiero ver como mi propio hijo se come mis jugos. �Ah! �Ah! �Puto, pinche puto! Eso, dale, dale.
Emiliano estaba aprendiendo ah� como ser una mujer, de ahora en adelante, mi mujer. No dejaba de chuparme. Con una mano sosten�a mi palo, tocando exactamente mis pelos. Y con la otra, no dejaba de acariciarse a �l mismo sus tetitas. Cuando sent� que era suficiente, le ped� que pusiera de cuatro sobre la escasa agua que hab�a en la tina, enrojecida por las cochinadas que hac�amos.
Lo vi. Lo analic� desde el inicio de sus huevitos, hasta el t�rmino de su rajita. Le empec� a mamar la puchita con deseo, le met�a la lengua lo m�s que pod�a. Emi gem�a y gritaba de placer. Yo ya estaba extraviado en todo esto que sab�a era un pecado imperdonable.
Le recargu� mi carajo. �l, medio borracho, s�lo gem�a. La tina no era lo suficientemente grande como para trab�rmelo en esa posici�n, as� que lo sub� al mismo lugar donde yo estaba sentado, le orden� ponerse de nuevo como perra y yo me puse de pie detr�s de �l, recargando de nuevo el peso de mi cuerpo sobre mi pene.
Sent�a el agua que me arrugaba las plantas de mis pies largos y arqueados. La loseta del ba�o estaba completamente empapada por nuestros movimientos bruscos, por lo mojado de las paredes del ba�o, por momentos en la brillante loseta, me pod�a ver de frente, con mi hijo como perra en brama esperando ser penetrado por su propio padre.
Sin m�s, con tanta mierda que le hac�a previamente a mi nene, mi pene resbal� en su interior. Lo tomaba de la cintura, le daba nalgadas fort�simas. Emiliano gem�a:
-�Ah!, �ah!, �ah! Pap�, quiero esto todo el tiempo. �Mmm!, �mmm!, �mmm!
-�Ah, mi amor! Te parto el ano. Te lo parto, Dios perd�name, perd�name. Mu�vete. Mu�vete perra. Que te chinga pap�.
-S�, s�, s�. �Siempre me har�s esto?
-Siiiiiiii, toda la vida. Mientras sigas igual de culoncita. Pinche verijita que te cargas Emi.
-�Verijita?
-Esto pues� Y le agarraba con lujuria el hoyo con mi pene adentro.
-Ahhhh, siiiiii, �quieres que te siga dando mi verijita siempre? nunca quiero que lo hagas con una mujer.
-Nooo, nooo, no te confundas pendeja, t� eres mi puta. Y s�lo te coger� cuando se me antoje tu puchita de maricona. �Ok?
-Me gusta mucho cuando me hablas as�, ahh, ahh, pap�, me gusta.
-Culo, te estoy pre�ando el culo mijo. Ahh, ahh, ahh
-Ah, ah, ah, ah, siii, sii, pap�.
Durante 10 minutos le met� la verga. Borrachos, drogados de placer, s�lo gem�amos sin importar nada. Cuando sent� mi eyaculaci�n pr�xima, se la dej� ir a los intestinos. Hab�a pre�ado a mi cachorrita.
Por alguna raz�n, Emiliano se qued� como estupefacto. Por mi parte, sal� del ba�o, no importaba el cochinero que hab�amos hecho. Me puse como tal la toalla, oliendo a sexo. Dej� a Emiliano en el borde la tina, con el ojete abierto y en pompa, se qued� callado. Como si hubi�ramos hecho algo muy mal.
Como a los 10 minutos Emiliano sali� del cuarto de ba�o y se dirigi� completamente a su cuarto. Esa noche ya no nos vimos. Me qued� dormido desnudo, con la toalla aflojada en la cintura, como a las 3 de la ma�ana, sent� algo en la cara, era el culo de mi hijo que pon�a en la boca para ser lamido eternamente. Hab�a logrado mi cometido una vez m�s: seduje, de la forma m�s deliciosa, a mi propio hijo. Adormilado, le abr� de nuevo con las manos las nalgas, le puse mi lengua en su vagina y ah�, con la calma de la madrugada, comenc� de nuevo a extraerle el delicioso sabor que emanaba su ano, cuando yo, su propio padre, lo devoraba.
Ah� y siempre.



Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .



Número de votos: 2
Media de votos: 9.50


Relato: Mi hijo Emiliano
Leida: 16199veces
Tiempo de lectura: 20minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados


























/relato32806_mi-tio-me-violo.htmlrelatos eroticos infiel comprando carneRelatos porno de amor filial la rajita de mi madreazote a mi mama porno relatosrelatos eroticos con hijastraPorno relato descubri a mi hermano cogiendose a su sobrina jorange.rusexo sin tabuesrelatoporno my esposa quyere un bang bangrelato erotico obreeo negroRelatos pornos/relato42837_en-el-metro.htmlmisrelatosporno abuelito aprovechadorelatos eroticos de amor filialmisrelatosporno.com hijastrorelato caliente culo fiestarelatos eroticos mi mama maribelrelatos de cojiendo a mis sobrinitas y amiguitasdemasiado site:parma-build.rurelatos xxx camara digitalprincesita relato xxxmisrelatosporno la mujer del jefwrelato le hice el el culo de la amiguita de mi hijaRELATO AMOR EROTICO EN LA PRADERArelatos calientes sobrinitas pequesRelatos eroticos estrenando a m hijo parte 2relatos entre mis piernas mi sobrina pequeñaRelatos porno de amor filial besando a mi madreRelatos pornos jugando ala papa y la mama con mi sobrinarelato erotico madura culona apretada se folla a joven/relato22143_Mi-hermano-y-yo-le-dimos-por-el-culo-a-mi-esposa.htmlrelato me follo cuando hacia pisrelatos porno de amor filialMi padrino relatos eroticosrelatos porno tomasitolaurita site:parma-build.rupapa dormia relatoRelato porno el preescolarembarace a mi hermana relato eróticosalumna site:parma-build.rurelatos xxx acompañe a mi padre a una reuniónleer relato de ñiñita cojiendo por el culito con la pija de paparelatos eroticos de carajitos/relato36112_Princesita-de-11-a%C3%B1itos.htmlme volví la hembra de mi primo relatos gay/relato22143_Mi-hermano-y-yo-le-dimos-por-el-culo-a-mi-esposa.htmlrelatos enfocadas culonasPorno relato amor filial de buelta en la finca jorange.ruRelatos porno de amor filial en la cabañarelatos xxx soy la pueblerina/relato8982_Torturas-mortales-(IV).htmlpadre hija amantes relatoRelatos porno amor filial descubri a mi hija 2 bdlol.rurelatos eroticos capamento de madresRelatos con mi sobrinita dormidaque es sexo pregunte a mi tio porn relatoZoobisex orgía /relato38699_Mi-hermanita-y-sus-amigos.htmlrelato porno madre soltera Relatos papá soltero 2coji mi mama viuda y la ise mia en Mexicomi sobrinita 5 relatorelato le hice el el culo de la amiguita de mi hijami tio jugaba conmigo relatosrelato de mi vecinitarelatos mi esposo me propone salircon su jefedulcerita porno relatotpdo relatossite: parma-build.ru localjardin parma-build.ru site:parma-build.rurelatos deincetos con mivesinaesposa no lo creía relato eróticorelsto erótico exhibiciónporno sobrina exhibicionitaJugando al caballito relato eróticoRelato de zoofilia mi primo cogiendo ami gallinarelatos xxx con charapas