Mi Inolvidable Iniciaci�n (V)
Por: Incestuosa
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Cap. VIII
Durante la semana que sigui� mis pensamientos s�lo tuvieron
cabida para una sola cosa: la imagen de aquel hombre que hab�a capturado mi
coraz�n a trav�s de esos momentos tan maravillosos y calientes que me hab�a
hecho vivir con incre�ble intensidad, a pesar de la cortedad de mis a�os. En mi
fuero interno yo esperaba con ansias locas la llegada del jueves de la cita, por
lo que llevaba la cuenta de los d�as deseando con anhelo que la semana corriera
tan veloz como corre el viento. Pero al mismo tiempo trataba de dar forma a una
idea que se me hab�a clavado en la mente desde hac�a varias semanas.
Por otro lado yo estaba cierta, por los intercambios tenidos
con Mar�a de que ella, al igual que yo, no estaba siendo plenamente satisfecha
por Pepe, y de alguna forma y con el prop�sito de intensificar las delicias de
aquel juego nuevo que me embramaba hasta el delirio, me hab�a decidido a
incorporarla cuanto antes al conocimiento de las pr�cticas amatorias de ese
hombre extraordinario; deseando por supuesto que ella por fin tuviese contacto
con mi desconocido amante con la finalidad de que pudiera tener puntos de
comparaci�n entre mi hermano y �l, pero sobre todo, de que gozase al igual que
yo lo hac�a del incomparable deleite que me proporcionaba la singular
herramienta con que la naturaleza lo hab�a dotado. Ahora ya no ten�a ninguna
duda de que el momento propicio para revelar mi secreto a Mar�a hab�a llegado,
pues en cierto modo tem�a que alg�n d�a, as� como hab�a llegado tan de
improviso, igualmente mi amante desapareciera de pronto sin previo aviso,
perdi�ndonos ambas de la excitante oportunidad de aprovechar tan generosa
circunstancia. Y ya que Mar�a era un poco mayor y por lo mismo m�s experimentada
que yo en esas lides, pensaba que seguramente si form�bamos una especie de
trinomio sexual con aquel individuo de mis amores, podr�amos gozar juntas
espi�ndonos rec�procamente, cosa que de tan s�lo pensarlo me corro�a las
entra�as de deseo.
As� que tom� finalmente la decisi�n de confesarle a mi
hermanita la existencia del hombre de mis sue�os, con la esperanza puesta en los
placeres que juntas podr�amos vivir a escondidas sin que Pepe lo supiera jam�s.
Precisamente un d�a antes de la cita con el desconocido le toc� a Mar�a irse con
mi hermano al escondite boscoso, mientras yo me quedaba cuidando las valijas. La
verdad es que a m�, despu�s de lo que estaba viviendo con ese ejemplar masculino
que tanto me embramaba, ya no me quedaban casi ganas de ir a verlos coger, por
lo cual permanec� sin moverme de all� mientras so�aba despierta con la llegada
del d�a siguiente, en tanto le daba forma en mi cabeza al planteamiento de
invitaci�n que muy pronto habr�a de hacerle a Mar�a. S�lo ten�a que hallar la
manera m�s sutil de dec�rselo, ya que estaba segur�sima que ella aceptar�a mi
propuesta, as� como yo hab�a aceptado la suya en el juego que ella me hab�a
planteado antes para que las dos jug�semos sexualmente con nuestro hermano.
Ellos regresaron como de costumbre casi una hora despu�s, y de inmediato nos
fuimos presurosos a nuestra casa. Yo esperaba impaciente que por la noche y como
sol�a hacerlo siempre, mi hermanita me llamara afuera para contarme las
peripecias sucedidas aquella tarde. As� que cuando por fin me hizo se�as para
que sali�ramos, me fui r�pidamente con ella hasta el tronco de nuestras
confidencias, y una vez instaladas c�modamente, mi hermanita se dispuso a
contarme los sucesos vividos con Pepe ese d�a. Pero antes yo le inquir�,
gui��ndole un ojo con malicia:
-Como estuvo el d�a hoy, Mary?....
-Pues....qu� te puedo decir, manita?....me siento como t� te
has sentido en estos d�as...
-Si?...y eso por qu�, Mary?
-Ay, Angelita....ese Pepe cada d�a me deja m�s caliente....
-Ah, si?....por qu� lo dices....?
-Pues porque hoy, apenas me la acababa de meter y ya se
estaba viniendo el pendejo....como que antes demoraba un poco m�s....pero no s�
que le est� pasando.
-Mmmm....
-F�jate que hoy me cogi� por detr�s....
-Ay que rico, no...?
-Pues si....pero casi casi fue como si no me hubiera hecho
nada...
-Ay Mary, por qu�?..... �le respond� con inter�s, intentando
llevar la pl�tica poco a poco hasta en punto que yo deseaba-
-Pues porque no sent� casi nada....s� me gust�, la
verdad...pero �l eyacul� demasiado r�pido....y pues me dej� con ganas...
-Es algo parecido a la insatisfacci�n, verdad
Mary?.......como que quer�as m�s.... no es as�, manita.....?
-Exacto.....yo quer�a m�s....pero �l ya no pudo por lo
mismo....y es que no demora nada el condenado.
-Ay Mary....yo creo que definitivamente tendremos que buscar
otra opci�n.... no crees?
-Pues si, Angelita....�pero c�mo?....tampoco podemos ir por
all� pidi�ndole a los hombres eso, no te parece?....
-Ja ja ja.....no....claro que no.
-Ya ves?....y entonces c�mo podremos convertir en realidad
nuestra fantas�a....?
-Ay, Mary....pues....
-Mira angelita...no sue�es.....te digo que eso es
pr�cticamente imposible.
Advirtiendo que el instante era lo suficientemente oportuno
para abordar directamente el tema que yo quer�a plantearle, le coment�:
-Oye Mary....hay algo que quisiera confiarte...pero...
-Claro, ni�a.....s�lo dime qu� es....
-Es algo que...... pues estoy segura te gustar� mucho....
-Ay, linda....y por qu� no me lo dices de una vez...?
-Si te lo dir�.....pero antes.... quiero que nos prometamos
algo....
-S�, manita....como t� quieras.....
-Bueno.....pues entonces.... vamos a hacer un juramento.
-De acuerdo....hag�moslo.
Yo en seguida le suger�:
-Jura por mam� que esto que te confiar� no se lo dir�s
absolutamente a nadie m�s.
-Lo juro por mi madre �contest� mi hermana-
-Recu�rdalo siempre, Mary....a nadie....y mucho menos a Pepe.
-No le dir� nada a nadie....ese ser� nuestro
secreto......tenlo por seguro....pero ya d�melo si...?
-Est� bien....escucha, manita..... yo he conocido a una
persona.
-C�mo...?
-Lo que oyes....hace algunas semanas conoc� a un hombre all�
en el bosque....
-Ay Angelita....�que cosas est�s diciendo?....no te creo...
-Esc�chame, Mary....por favor.....te estoy diciendo la
verdad....
-Hablas en serio?....
-Hablo con la verdad....y ahora, pues lo que quiero es que t�
tambi�n lo conozcas....y lo disfrutes como yo lo he hecho....
-Oh, manita....pero es que eso es incre�ble....
-Pues no lo es....
-Ohh....pero......pero.....c�mo fue que lo conociste...?
-Sucedi� un d�a de esos....cuando ustedes me dejaban solita
cuidando las mochilas.
Mar�a palideci�.
-Ohhh....ya...entiendo....pero c�mo sucedi� todo....?...c�mo
pudo ser tal cosa...?
-Bueno pues...ese d�a, estando solita all�....�l simplemente
lleg� hasta donde me hallaba sentada y se puso a platicar conmigo.
-Aj�....y?
-Al principio....pues yo no sab�a lo que �l quer�a....pero
poco a poco me fue llevando hasta donde �l deseaba....hasta que finalmente
sucedi� todo....Ay, Mary, para qu� te digo los detalles?....lo que importa ahora
es que eso es una realidad....no crees?
-Ohh...Angelita...y c�mo es �l?...trata de describ�rmelo por
favor....acaso lo conozco?
-No....no lo creo.....yo la verdad jam�s lo hab�a visto
antes.
-Hummm....y es de fiar...?
-Claro que s�....es totalmente confiable....si no fuera as�
yo ya lo sabr�a....y adem�s, t� y Pepe ya se hubieran dado cuenta...no crees?
-Pues eso s�.....tienes raz�n....pero a poco te sigues viendo
con �l?.....
-Ay pues claro, manita....que pensabas...?
-Ohh....todo esto es fascinante, Angelita....es algo
realmente incre�ble, ni�a....
-S� que lo es, Mary....no tienes idea...
-Y.....te lo ha hecho seguido....?
-Pues no tanto como yo quisiera...pero s�...me lo ha hecho
varias veces....y cuando t� enfermaste de varicela y Pepe se quedaba a practicar
en la banda de guerra....pues yo me desviaba solita hasta aqu� y me
aprovechaba....
-Ah, ladina....que lista resultaste, manita...
-Pues todo fue casual, Mary....pero ya que lo tengo....pienso
seguirlo disfrutando....
-Oye, manita..... y....eso....qu�?
-Te refieres a su.....?
-Ay pues claro, bribona....a qu� otra cosa....?
-Mmmmmm....manita.... no tienes una idea de lo tremendo que
es....
-Uyyy....no me digas......eso s� que es estupendo,
Angelita....
-�Eso es lo mejor de todo!....te lo aseguro Mary.
-Bueno....y qu� conmigo?....
-C�mo qu�?.....a poco no se te antoja?
-Ay, tonta....pues claro que s�....
-Ya lo sab�a..... y por eso te lo cont�, Mary....mira, lo que
quiero es que ambas disfrutemos ahora de eso......deseo que por fin conozcas a
un verdadero hombre, que te har� sentir que est�s volando sobre las
nubes....jijijijiji.
-Ay cabrona...vas a ver.....
-Ja jajajajajaja.
-Oye Angelita....pero estoy pensando en c�mo le vamos a
hacer...
-Ay manita...t� no te preocupes....ya pens� c�mo...
-Ya?....pues entonces d�melo....
-Mira, vamos a aprovechar los d�as en que Pepe se quede a
ensayar....
-Hmmm...pues s�, claro...es una idea genial....
-Lo cierto es que el hombre del que te hablo no siempre va al
bosque....pero yo puedo pedirle que vaya m�s seguido.
-Si....oye, manita....pero c�mo vas a hacerle para que yo....
-Quieres decir.....para que te lo haga tambi�n a ti...?
-Exacto...me adivinas el pensamiento, bribona....
-Mmmmm....pues mira....tambi�n para eso ya tengo una idea...
-Pues d�mela ya....anda...que siento que me quemo por dentro!
-Te lo dir�, manita....mira, ma�ana tengo que verme con
�l....y pues acu�rdate que a Pepe le toca quedarse a las pr�cticas...as� que te
propongo algo....por qu� no vas conmigo...?
-Ay, manita, c�mo crees?...�as� como as�...?....�que va a
pensar ese hombre?....
-No mujer....espera a que termine de decirte.....la clave
est� en que t� no te dejar�s ver...
-Como?...no te entiendo...
-Pues si.....te esconder�s por all� cerca y desde all� ver�s
todo lo que hacemos....
-Ohhh....eres list�sima, Angelita....
-Y bueno....yo no le dir� nada a �l....sino que har�s lo que
yo te diga...quiero asegurarme de que las cosas salgan como queremos....
-Est� bien...pero ya dime qu� es....
-Mira manita....esc�chame bien.....por lo que v�, a ese
hombre le gusta encontrarse con ni�as, con jovencitas....y modo que utiliza para
convencerlas es que primero les ofrece dinero....
-Ohhhh.....as� lo hizo contigo?...
-Si....pero es s�lo al principio....ya despu�s eso pasa a
segundo t�rmino....
-Ah bueno...pero cual es tu plan entonces....?
-Que ma�ana, por ser la primera vez, s�lo nos veas escondida
entre el monte....pero la siguiente vez prepararemos un encuentro casual a solas
contigo....
-C�mo est� eso, ni�a?....por qu� no me lo explicas bien?...
-Mira, Mary....yo hablar� ma�ana con �l y le pedir� que vaya
el siguiente martes, que es cuando Pepe se quedar� a los ensayos....pero ese
d�a, en lugar de ser yo, ser�s t� la que estar�s all�....solita.
-Ay, no....yo solita con �l?...no...c�mo crees...me da
miedo....ni siquiera lo conozco.....
-No, tonta....yo ir� tambi�n contigo....pero la que se
esconder� ahora entre la maleza ser� yo....as� podr� deleitarme tambi�n con lo
que �l te haga....
-Ahhh....en verdad que eres inteligent�sima, manita.....ni
parece que tuvieras la edad que tienes.
-Mmmm...bueno....es s�lo un juego muy parecido al que hacemos
con Pepe....se trata de que ambas lo disfrutemos, no?....
-Ohhh, si....es perfecto....porque lo haremos s�lo cuando
Pepe no pueda venir con nosotras....
-Exactamente, Mary....ahora ya entendiste, verdad?
-Si, claro....y nos turnaremos para eso..... no?
-As� es....una vez t� y otra yo....como ves?
-Ay...que delicia....ya hasta me estoy saboreando...estoy
bien mojada de all�, manita...
-Hummm....y yo, Mary.....pero entonces qu�
dices?...aceptas...?
-Ay pues claro...vamos adelante con nuestro plan, Angelita.
-Vamos adelante. �respond� satisfecha de que todo saliera tal
y como yo lo hab�a planeado.
El jueves que con tanto anhelo hab�a estado esperando por fin
lleg�, soleado como todos los d�as de verano, y como de costumbre Pepe se qued�
esa tarde a los ensayos en la escuela, mientras Mary y yo nos encamin�bamos
presurosas hasta el lugar de nuestro secreto. Yo le hab�a comentado a mi hermana
que deb�amos darnos prisa para llegar antes que el desconocido apareciera, pues
ten�amos que buscar un lugar cercano pero escondido donde Mary permaneciera
oculta, y desde donde podr�a satisfacer su tremenda curiosidad de ver todo lo
que hac�amos mi amante y yo. As� que habiendo arribado al sitio de la cita
buscamos ansiosamente por los alrededores hasta dar con una serie de tupidos
matorrales desde donde mi hermanita podr�a visualizar sin contratiempos las
escenas que yo le ten�a preparadas. Yo le ped� que se ocultara junto con su
mochila para no despertar ninguna sospecha, en tanto que me ubiqu� justo en el
lugar donde mi a�orado amante me hab�a cogido la ocasi�n anterior, sent�ndome
sobre el musgo.
No tuve que esperar mucho tiempo por cierto, pues al cabo de
algunos minutos se escucharon pasos entre las zarzas. Era mi hombre que se
acercaba con pasos lentos hacia donde yo estaba, con la cl�sica sonrisa en los
labios. Al llegar me salud�:
-Hola Angelita....como has estado, linda?
-Muy bien....aqu� esper�ndolo...
-Qu� bien...pens� que tal vez no vendr�as...
-No...eso no.... �le asegur� gozosa y temblando ya de pasi�n-
-Y viniste sola?....o vinieron tambi�n tus hermanos...?
-Pues si....pero ellos se fueron como siempre a cortar mangos
�le ment�-
-Oye, Angelita.....pero no veo sus mochilas...
De inmediato me di cuenta que acababa de cometer un error,
as� que r�pidamente correg�:
-No....es que esta vez se las llevaron...
-Ahh, bueno.... y que tal si lo hacemos de una vez?....no
quiero que regresen y nos vean.
-Ssi....como usted quiera �le contest� tartamudeando ya de la
brama tan intensa que sent�a-
-Quieres que nos metamos m�s al fondo del bosque? �me dijo-
-No...no....mejor lo hacemos aqu�...ellos no vendr�n
enseguida....me dijeron que esta vez tardar�an m�s tiempo... �le asegur�, con el
fin de que mi hermana no se perdiera por nada del mundo de aquel momento tan
incre�ble-
-Est� bien...entonces ven ac�...ac�rcate a mi, preciosa....
Yo me levant� del piso y me acerqu� a �l hasta quedar muy
juntitos. En seguida el hombre comenz� a despojarme de mi vestidito con
presteza, para despu�s quitarme el corpi�o y las pantaletas, dej�ndome
completamente desnuda ante sus brillantes ojos que ya ard�an de deseo. Luego �l
hizo lo mismo quedando tambi�n en total desnudez, mientras yo me com�a con la
vista aquel tronco bien parado que le sobresal�a por encima de sus inflamados y
peludos huevos.
Quise pensar en mi hermana Mary y en lo que estar�a haciendo
en esos instantes, viendo en plenitud la tremenda vara endurecida de mi amante,
con la gruesa cabeza pelada y rojiza y el venudo tronco largo y grueso, que de
lo parado que estaba se proyectaba desafiante con la punta viendo hacia el
cielo. Pero por m�s que quise concentrarme en Mary y siendo mucho m�s poderosa
la visi�n de lo que ten�a enfrente y que captaba mi total atenci�n, me olvid� de
todo para dedicarme a lo que m�s me gustaba: disfrutar de aquel enorme falo sin
par que se me ofrec�a anheloso para que lo chupara a mi antojo.
As� que sin esperar m�s tiempo me arrodill� frente al erguido
cuerpo de mi amante hasta quedar con mi cara frente a su velludo pubis, donde ya
me esperaba el m�s rico juguete que jam�s hab�a probado en mi vida. Tom�ndolo
entre mis temblorosas manos comenc� a jugar con �l frotando mis dedos sobre su
gruesa y colorada cabeza, que a esas alturas se hallaba totalmente mojada de
l�quido seminal, para ir despu�s deslizando mis manos entre deliciosas
manipulaciones por todo lo largo del caliente tronco inflamado, y presa de
desbordante lujuria, llevarlo con ansiedad hasta mis labios y met�rmelo
completamente dentro de mi boca.
El hombre se dejaba hacer todas aquellas caricias que yo le
prodigaba a su tremendo bast�n inflamado, disfrutando con los ojos cerrados de
la suavidad de mi cavidad ensalivada, donde aquel invasor entraba y sal�a como
si fuera su propia casa una y otra vez, infl�ndose como si fuese una vejiga,
cada vez m�s, hasta alcanzar su total plenitud. Durante largos y deliciosos
minutos se la estuve mamando con locura, y cuando se me sal�a de la boca, yo me
la tallaba con ansiedad sobre mis mejillas, sobre mi nariz y hasta sobre mi
cuello, para volver de nuevo a saborear el rico caramelo con sabor a leche que
tanto me embramaba. Al cabo de cierto tiempo sent� cuando mi brioso amante me
levant� la cabeza tirando de mis cabellos para darme la esperada se�al de
montarme por fin sobre �l. Yo me dispuse con toda obediencia a soltar la
riqu�sima paleta sac�ndola de mi boca, para colocarme con rapidez en la posici�n
que �l deseaba, mientras el desconocido se sentaba sobre el mullido suelo.
Con la presteza de una amazona entrenada en esas lides, me
abr� de piernas y me acomod� justamente por encima de su afilada verga, que se
hallaba en esos instantes completamente h�meda de su leche y mi propia saliva.
Tom�ndome de mis hombros mi amante me fue bajando con suavidad sobre su falo
descomunal, en tanto yo cooperaba y me dejaba ir poco a poco en la ca�da m�s
hermosa del mundo.
Al sentir la tremenda cabeza a punto de explotar en la
entrada de mi ardiente chochito, ahora fui yo la que me dej� caer sobre su
tranca enhiesta sintiendo c�mo me iba atravesando con fuerza, abri�ndose paso
sin pedir permiso entre los pliegues de mi sonrosada y h�meda hendidura. El
hombre me dio un �ltimo envi�n jalando mi cuerpo estremecido sobre su incre�ble
pito, llen�ndome por completo con aquel pedazo de carne palpitante que me
traspas� mis entra�as sin piedad.
Comenzamos a movernos con rapidez, jadeando de delirio y
gritando de placer y brama; �l empujando con tremendo vigor su pene dentro de
mis reconditeces �ntimas en un mete y saca fenomenal, y yo, ah�ta hasta m�s no
poder, rebotando como una mu�eca de trapo ensartada como estaba con aquella
singular daga del deseo. As� nos mantuvimos por largos y deliciosos minutos
disfrutando de aquel momento inigualable, mientras de mi boca sal�an gritos
ahogados que �l trataba de evitar poni�ndome sus manos sobre mis labios
enfebrecidos.
No pudiendo aguantar m�s las exigencias de nuestros ansiosos
cuerpos, yo explot� de repente en m�ltiples orgasmos que duraron una eternidad,
mientras los espasmos se repet�an sin remedio uno tras otro sin parar, en tanto
�l me rellenaba violentamente de leche mis entra�as abiertas, que se regocijaban
a sus anchas con aquel licor del delirio, apretando y soltando su descomunal
verga con mis pliegues interiores, como si fuese una bomba de succi�n que
necesitara sacar todo la savia exquisita de aquella manguera de hierro fundido.
Por largo rato nos mantuvimos abrazados en un nudo, como si fu�semos dos
serpientes haciendo el amor, autoprodig�ndonos mutuamente largos e interminables
besos en la boca, levantando de vez en vez mis brazos para ir a abrevar el
l�quido sudoroso debajo de mis axilas hasta saciarse con mi humedad abundante
que manaba en esa zona, bebiendo extasiado aquel el�xir oloroso con desmedido
deleite.
Puesto que el hombre de mis deseos era magn�fico e
insaciable, pronto me indic� que cambiase de posici�n, depositando con sus
brazos mi cuerpo sobre la hierba dej�ndome con la cara viendo al firmamento.
Tendida all� con los brazos en alto y abierta de piernas, se coloc� de inmediato
de rodillas en medio de mis extremidades, sosteniendo entre sus manos la espada
de acero totalmente dura, rojiza y lechosa, para acomod�rmela de nuevo justo en
la puerta de mi ensanchada vulva, de donde brotaba como manantial el blanquecino
semen que escurr�a entre mis verijas confundi�ndose con mis l�quidos vaginales.
Acto seguido se dej� caer sobre mi cuerpo sudoroso llevando por delante su lanza
de guerra, que en seguida se hundi� en mi apretada hendidura perdi�ndose entre
la inmensidad de mis paredes �ntimas.
Teni�ndome atravesada por completo y sintiendo c�mo sus
gordos huevos golpeaban la piel de mis nalgas, se�al de que no quedaba nada de
aquel falo de fantas�a fuera de m�, comenzamos a movernos r�tmicamente de un
lado para otro, de arriba hacia abajo, mientras yo me repegaba lo m�s que pod�a
a su forjado ca��n tratando de trag�rmelo con la ansiosa boca abierta de mi
bollito hasta que desapereciera para siempre dentro de mi caverna a punto de
explotar. Fueron intensos y largos minutos de delicia los que permanceimos
haciendo todo aquello, gritando ambos de placer y jadeando como dos locos
escapados de un manicomio, hasta que por fin, habiendo llegado el incomparable
momento supremo del cl�max, volvimos a estallar en fren�ticos y delirantes
espamos de pasi�n, acompa�ados de insuperables e intens�simos orgasmos, m�s
intensos a�n que los anteriores, que nos transportaron al para�so de la brama.
No obstante que las venidas que ambos experiment�bamos no se acababan, nosotros
continu�bamos extasiados entre salvajes y violentos movimientos de vaiv�n,
disfrutando con amplitud sin igual de aquellos instantes en que las almas se
funden para dar paso al placer, sin dar ni pedir tregua. Llev�bamos quiz�s m�s
de una hora de estar unidos por la incontenible pasi�n que sent�amos los dos, lo
que hac�a que ni �l ni yo dese�ramos desatar aquel nudo corporal en en que
est�bamos trenzados. Mi amante, mientras tanto, se gozaba con mi cuerpo
bes�ndome por todos lados, frotando su lengua ansiosa sobre mi encendida piel,
dedicando especial atenci�n a la zona axilar, donde me chupaba con fruici�n el
sudor que brotaba de mis sobacos, para despu�s mamarme las tetas mordi�ndome el
pez�n con sus dientes, en tanto mi cuerpo estremecido continuaba rezumando los
deliciosos jugos producto de aquel fenomenal encuentro amoroso.
Llegado el momento de nuestra separaci�n, �l me dijo:
-Ya, Angelita....ya es hora...
-Ssi... �le respond� con los ojos cerrados y a�n en estado de
�xtasis-
-Tenemos que limpiarnos pronto....hoy nos tardamos m�s que
nunca...y tengo temor de que tus hermanos est�n de vuelta.
-Ay..si...qu� lata....
Por fin nos despegamos de aquel brutal acoplamiento,
sintiendo c�mo se le dificultaba sacarme la verga de adentro. Yo le dije:
-Podr�amos vernos el martes siguiente?.....
-El martes....s�, linda...aqu� nos veremos a la misma hora.
-Bueno....pero no vaya a faltar, eh?
-No..como crees ni�a...aqu� estar�...te lo aseguro.
-De acuerdo.
R�pidamente �l se dedic� a limpiar mis intimidades, que esta
vez se hallaban m�s embarradas de leche y de sudor que nunca, para despu�s
asearse �l tambi�n. Una vez que nos hubimos vestido, �l se depidi� de m� como
siempre, con un beso en la mejilla, y se alej� presuroso entre los �rboles del
bosque. Yo esper� prudentemente algunos minutos, hasta que consider� conveniente
acercarme al sitio donde se hallaba oculta mi hermanita. Cuando llegu� hasta
all� me sorprend� de encontrarla tirada en el suelo, con las piernas totalmente
abiertas y los ojos cerrados, meti�ndose con af�n desesperado sus dedos entre
las piernas, masturb�ndose como loca.
Al no advertir mi presencia, quiz�s creyendo que a�n me
encontraba conversando con el desconocido, ella se tocaba sin pudor su hendidura
enrojecida por las manipulaciones de que era objeto, apretando, cerrando y
abriendo las piernas una y otra vez, gimiendo casi en silencio palabras
ininteligibles. Yo me qued� quieta observ�ndola y sin desear interrumpirla, pues
comprend�a perfectamente lo alterado de su estado, sobre todo despu�s de haber
presenciado con avidez la singular batalla que acababa de tener lugar en medio
del bosque.
Ella continuaba como extasiada, en una especie de actitud
contemplativa pero sin tener sus manos quietas, disfrutando sin pudor alguno de
los toqueteos que las puntas de sus dedos prodigaban a su cl�toris enhiesto, en
tanto yo aprovechaba la ocasi�n para deleitarme de la hermosura y enorme belleza
del cuerpo de Mary, que cada d�a estaba m�s apetecible. Y aunque para ser
sincera yo no estaba nada mal, quiz�s debido a mi edad a�n no hab�a alcanzado
las morbideces en plenitud de un cuerpo de mujer, que ve�a que mi hermana ya
ten�a. Permanec� de pie carca del cuerpo de mi hermanita, sin hacer ruidos,
viendo que por fin estaba a punto de llegar al deseado cl�max. Eso lo constat�
muy pronto, ya que de repente Mary comenz� a estremecerse con violencia, como
pose�da de un ataque de epilepsia, jadeando de manera intermitente y ahogando
gritos de lujuria, derram�ndose al fin en delirantes venidas que le provocaban
un apretamiento mandibular sin precedentes.
Al volver de su �xtasis glorioso por fin abri� los ojos,
lanz�ndome en seguida miradas de infinito agradecimiento, seguramente conmovida
por la invitaci�n tan generosa de mi parte para contemplar gratuitamente todo
aquello que yo hac�a con el desconocido del bosque. Cuando por fin pudo hablar,
me dijo abraz�ndome:
-Ay, manita....cu�n deliciosa verga tiene ese hombre.....
-Si...verdad?...te gust�....?
-Huyyy....mucho m�s que eso....ya quiero que llegue el d�a en
que me toque a mi....
-Ah bribona....pero bien que te diste cuenta de todo
verdad...?
-Ay si, linda....y ya la deseo tanto que me muero por tenerla
adentro, Angelita...
-Si te lo creo....yo siento lo mismo....
-No seas glotona, manita....deja que tu hermanita mayor
tambi�n se goce con ese pedazote... �me dijo con una sonrisa sard�nica-
-Claro que si, Mary....ese es el trato....no?
-Ay si....pero dime....cuando vendr� otra vez?....cuendo me
tocar� a m�?....hablaste con �l?....
-Si, claro......vendr� el pr�ximo martes....
-Ay...hasta el martes...y por qu� tanto tiempo?
-Recuerda que los martes y los jueves es cuando Pepe se queda
a ensayar....
-Ohh si....lo hab�a olvidado....bueno, ni modo....
-No comas ansias, Mary....ten paciencia...
-Pues si...no me queda otra....
-Ya ves...pero te aseguro que llegar� el d�a en que te
sientas atravesada por �l...
-Huyy...siiii....que ricura....oye, linda.... c�mo te cogi�
ese cabr�n....te puso como quiso...no me explico c�mo puedes aguantar toda la
verga adentro de tu co�ito tan chiquito...
-Ay, pues una se las ingenia...jijijiji....es tremendamente
delicioso, manita....no hay palabras....
-Ohh si....seguro que s�...
-Bueno, ni�a...ya arr�glate la ropa....mira nadam�s como
quedaste de la pajeada que te pusiste...
-Ay Angelita...no pude evitarlo...como podr�a estar quieta
viendo todo eso?....
-Ja ja ja ja....s�, te entiendo muy bien...pero ap�rate...que
ya debemos irnos.
-Ya voy...ya voy, manita...
Despu�s de que Mary se acomod� sus ropas, cogimos nuestras
valijas y reanudamos el camino rumbo a casa.
CONTINUARA......
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