Estaba pasando unos d�as en casa de mi t�a Mercedes, para
hacerle compa��a mientras su marido estaba de viaje. A ella no le gustaba estar
sola y como yo estaba de vacaciones acced� cuando me lo pidi�.
Yo estaba terriblemente excitado, ya que conoc�a los
escarceos de mi t�a y so�aba en pod�rmela beneficiar alg�n d�a. Merche era una
mujer de unos 45 a�os, estaba un poco entrada en carnes, lo que le hac�a ser muy
atractiva. Ten�a unas tetas grandes y un culo muy apetitoso. Adem�s vest�a de
forma muy provocativa, con faldas muy cortas que dejaban ver sus muslos y
escotes que mostraban m�s de lo considerado decente. Siempre pens� que a mi tia
le gustaba ponerme cachondo, cuando se sentaba siempre cruzaba las piernas de
forma muy sensual, y sol�a agacharse sobre mi mostr�ndome su escote. Desde
siempre quise tirarme a esa mujer, y envidiaba a mi t�o por pod�rsela beneficiar
cada d�a.
Esa noche cuando estaba solo en su casa porque ella hab�a
salido a hacer unas compras, llamaron a la puerta acudiendo yo a abrir. Era el
vecino que ven�a con su perro. -Hola, dijo, est� Merche? -s�, contest� mirando
el enorme perro. -Vengo a dejarle a Rex como le dije. -Ah, ok contest� mientras
me entregaba la correa. Vendr� a recogerlo el lunes, me dijo sin dejarme hablar.
Aqu� te dejo su comida tambi�n, lo mejor que puedes hacer es atarlo para que no
moleste, est� en celo y lleva una semana bastante hura�o, creo que necesita una
perrita para tranquilizarse, dijo soonriendo. A mi ese perro tan enorme no me
hac�a ninguna gracia y menos sabiendo que estaba de malas pulgas, por lo que en
cuanto se fue su due�o lo at� en la terraza y cerr� la puerta.
Poco despu�s lleg� Merche de la calle, Hola, dijo mientras
dejaba las llaves, me he cruzado con Carlos el vecino y me ha dicho que ya ha
dejado al perro. Si -contest�- est� en la terraza.-Voy a verlo -Ten cuidado que
me ha dicho el due�o que est� un poco agresivo -�S�, y eso? -Nada, que por lo
visto est� en celo. Mi t�a Merche se qued� callada mir�ndome y esboz� una
peque�a sonrisa -Ah, dijo, en celo. Yo no le quitaba ojo, hoy estaba muy
provocativa. Llevaba una camisa sin mangas con un par de botones desabrochados y
una falda de leopardo por encima de las rodillas con una raja que ense�aba
bastante. Debajo medias negras y zapatos de tac�n. De verla as� se me pon�a
dur�sima y me imaginaba foll�ndome ese hermoso culo. Tras una r�pida cena nos
pusimos a ver la tele, algo muy dif�cil por los aullidos de Rex y sus ara�azos a
la puerta. -Este perro es un co�azo -dije molesto. -El pobre, est� en celo,
compr�ndelo. -Pues vaya co�azo tener que aguantarlo s�lo porque est� cachondo. -
Mi comentario hizo que mi t�a me mirase en silencio y dijese -Quiz� yo pueda
ayudarlo...Yo me qued� mirando sin entender nada �qu�? -Bueno que lo �nico que
quiere es una perrita para desfogarse. -Ya pero aqu� no tenemos ninguna perrita,
repuse yo. Mi t�a no contest� y se puso de pie dirigi�ndose a la terraza. La
segu� y entr� con ella.
Rex estaba all� babeando. Se le ve�a enorme y musculoso. En
sus ojos se ve�a su hambre sexual. Merche se acerc� y lo acarici� poni�ndose en
cuclillas. El perro ladraba y jadeaba. Mi t�a me mir� y dijo -quiz� yo pueda
bajarle su excitaci�n. Yo no pod�a dar cr�dito a mis o�dos, mi t�a no pod�a
estar pensando en lo que yo pensaba. -Al fin y al cabo -dijo Mercedes, s�lo
necesita una hembra para desfogarse. -Claro, repuse yo mientras llevaba mis
manos a mi paquete para tapar mi erecci�n. -Qu�date aqu� por si se pone
demasiado violento, dijo mi t�a mientras se pon�a de pie y empezaba a
desabrochar su camisa. A mi se me sal�an los ojos de las �rbitas, mi t�a se
estaba desnudando delante de un enorme perro en celo. �Qu� pretender�a hacer?
Sus enormes pechos apenas quedaban sujetos por el sujetador negro que hac�a
esfuerzos por mantener juntos aquel par de melones.
Tras quitarse la cremallera de la falda la prenda cay� al
suelo dejando ver el liguero y un min�sculo tanga negro. Era incre�ble como a
sus 45 a�os aquella mujer conservaba un culo tan perfecto. Sobrinito te has
quedado sin habla, me dijo ri�ndose y mostr�ndome su culo.
-Es que... fue lo �nico que puede decir. Lo que ocurre es que
yo tambi�n me siento muy cachonda hoy, as� que a ver si entre el perro y yo
logramos satisfacernos, si te portas bien y no dices nada, t� tambi�n recibir�s
premio.
Mi cara se puso roja de la excitaci�n y de los nervios, mi
t�a estaba dispuesto a mont�rselo con un gran dan�s en celo y quer�a que yo
tambi�n participase. �Por qu� no cierras la boca y traes un poco de mermelada de
la cocina? dijo mi t�a riendo. Tard� varios segundo en reaccionar y fui a la
cocina con la cabeza hecha un l�o, s�lo a la vuelta me percat� de lo que me
hab�a pedido �Querr�a la mermelada para lo que yo estoy pensando? Al entrar en
la terraza Mercedes ya estaba de rodillas acariciando a Rex por el cuello y las
orejas. Le di el bote de mermelada y le pregunt� a mi t�a si hab�a tenido antes
experiencias con alg�n otro perro. -Nunca, me dijo, pero es que hoy estoy
cachonda como nunca lo hab�a estado. �Has visto el tama�o de este perro? su
polla debe ser enorme dijo mientras lo miraba con lujuria. Yo no pod�a m�s.
-Merche te importa si... me pongo c�modo y... en fin disfruto un poco. �Qu�
quieres masturbarte mientras nos miras? Claro, disfruta t� tambi�n. Esa era la
respuesta que estaba esperando as� que me quit� los pantalones y los boxer y me
sent� en una hamaca disfrutando del espect�culo mientras me la pelaba.
Mi t�a abrazaba al perro y lo sobaba por todo el cuerpo. Era
dif�cil saber quien estaba m�s cachondo de los dos. Merche se llev� las manos a
su espalda y se desabroch� el sujetador dejando al aire sus magn�ficas tetorras.
Sus pezones estaban hinchados como aceitunas y las aureolas parec�an galletones.
De pronto Merche se puso en pie y puso su culo en pompa a la altura de la cara
de Rex y poco a poco se fue quitando el tanga. Su co�o era perfecto estaba
depilado y se ve�a h�medo y sabroso, para terminar de excitar al perro le pas�
el tanga empapado de flujos por el hocico, lo que hizo que el perro se excitara
y comenzara a ladrar fuertemente. Su polla roja empez� a asomar por su vaina de
pelos. Cuando mi t�a se percat� de esto �ltimo sonri� y le dijo, -vaya parece
que te estoy calentando... t� tambi�n me pones cachonda a mi, y ahora me vas a
poner m�s, dijo mientras abr�a el bote de mermelada y se untaba generosamente
los dos pechos, poniendo una buena cantidad en los pezones. Con las tetas
totalmente embadurnadas de mermelada se acerc� a Rex que tras olerlas brevemente
empez� a recorrerlas con su lengua viscosa y �spera. Merche empez� a jadear de
placer mientras se juntaba las tetas y se las ofrec�a al gran dan�s. De
rodillas, s�lo con las medias y los zapatos se mostraba m�s cachonda a�n que el
animal.
Su co�o no dejaba de producir fluidos, cuyo olor excitaba a�n
m�s al perro. El siguiente movimiento de Merche fue hacer un camino de mermelada
desde las tetas hasta su ombligo, camino que el perro sigui� a la perfecci�n. El
co�o de Merche literalmente palpitaba y ese era precisamente el destino del
pr�ximo pegote de mermelada, pero en vez de pon�rsela ella se levant� y se
dirigi� hacia mi y poniendo un pie sobre el apoya brazos de mi hamaca, y
mostr�ndome todo el esplendor de su co�o me pidi� que le llenase el co�o y su
culo de mermelada. Eso fue demasiado para mi y mientras cog�a el tarro no puede
evitar empezar a correrme salpicando la pierna de mi t�a.
-Uffff parece que te estamos poniendo cachondo eh sobrino?
Espero que puedas recuperarte pronto, porque esto no ha hecho m�s que empezar.
�Recuperarme? ya estaba otra vez al 100% y pidiendo guerra.
Embadurnar el co�o de mi t�a Mercedes de mermelada fue una de las experiencias
m�s maravillosas de mi vida, el olor de la mermelada de fresa se mezclaba con el
de hembra en celo y la pegajosa mermelada se confund�a con los fluidos de su
ardiente co�o. Cuando estuvo lista se dirigi� al perro y se sent� en el suelo
delante de �l con las piernas bien abiertas. Rex no tard� en empezar a disfrutar
de su nuevo postre y recorri� el co�o con su lengua arriba y abajo. Mercedes le
facilitaba la labor abriendo su co�o al m�ximo con sus manos para que la �spera
lengua llegase hasta el �ltimo rinc�n. Se estaba retorciendo de gusto y apretaba
su pelvis contra la boca de Rex buscando el m�ximo contacto. Sus pezones estaban
ya enormes y sus jadeos me dieron a entender que estaba a punto de correrse por
primera vez, Merche cogi� a Rex por el collar y lo apret� contra su co�o
mientras alcanzaba el orgasmo.
Tras unos segundos de �xtasis mi t�a se dej� caer agotada y
resoplando. Tem�a que el juego hubiese terminado, pero ni Rex, ni mucho menos mi
t�a se hab�an planteado eso. -�Te ha gustado Diego? Pregunt� mi t�a mientras se
frotaba el co�o. -Much�simo respond�, -pero creo que Rex todav�a quiere m�s, �l
a�n no se ha corrido -�Y que crees que yo no quiero m�s?
Yo ya estaba a punto de correrme otra vez y fruto de mi
excitaci�n me atrev� a pedirle algo a Mercedes que me pone much�simo cuando lo
veo en las pel�culas de zoofilia. -Merche, dije con voz t�mida -me gustar�a
mucho ver como junt�is vuestras lenguas y os las lam�is.
-Vaya con Diego, si es todo un pervertido. Ufff no s�, la
verdad es que eso me da un poco de asco...
-Por favor le implor�. De acuerdoo, como te has portado bien
te lo conceder�, dijo y se dirigi� hacia el perro con sus bamboleantes tetas.
Bueno Rex, parece que vemos a enrollarnos como adolescentes le dijo al perro que
meneaba la cola como sabiendo lo que le esperaba. Merche cogi� una buena porci�n
de mermelada y mir�ndome con ojos picarones se llen� la boca para ponerse de
rodillas justo delante de Rex que empez� a lamerle las tetas de nuevo, pero
Merche le cogi� la cabeza e hizo que la mirara abriendo un poco la boca para que
el perro oliese la mermelada. En cuanto lo hizo, Rex empez� a pasar la lengua
por los h�medos labios de Merche que empez� a sacar un poco la lengua. La lengua
de Rex luchaba por entrar en la boca de mi t�a que finalmente la abri� de par en
par dejando que la enorme lengua del perro entrase hasta el fondo. Mientras me
gui�aba Merche sac� su lengua y la uni� con la de Rex. Parec�a darle un poco de
asco porque cerraba los ojos aunque poco a poco empez� a gustarle y trataba de
conseguir mayor contacto.
Rex le estaba metiendo la lengua hasta la campanilla,
mientras Merche lam�a el hocico y la boca del animal. Era el beso m�s
estrafalario y a la vez excitante que hab�a visto en mi vida. Tras 10 minutos de
"besuqueo" y con la cara llena de lametones, mi t�a se percat� de que el perro
estaba totalmente empalmado. Su verga luc�a gruesa y roja fuera de su funda. Sus
20 cent�metros de tama�o llamaron al atenci�n de mi cachonda tia que se tumb� en
el suelo para meterse cuanto antes esa enorme verga en su boca. Se coloc� debajo
del gigantesco perro y acarici� un poco su polla para despu�s empezar a
recorrerla con su lengua. -Es enorme, dec�a. -�A qu� sabe? le pregunt� yo.- Esta
salada me dijo, mientras empezaba a met�rsela por completo. El enorme grosor del
aparato hizo que Merche tuviese que abrir la boca al m�ximo para que le entrase
tal herramienta, a�n as� s�lo le entr� la mitad. -D�jala correr por la garganta
le aconsej� yo.
Siguiendo mi consejo Merche abri� la garganta y dej� que el
enorme falo se deslizase hasta el fondo. Mi t�a estaba literalmente empalada con
la bola toc�ndole los labios. Le costaba respirar pero el sentirse tan llena con
aquel estupendo rabo merec�a la pena. Pero mi t�a no era la �nica que gozaba, y
el can jadeaba gustoso al ver como aquella guarra se la estaba comiendo. Al poco
Rex empez� a correrse inundando r�pidamente la garganta de Mercedes que no se
esperaba aquello. Tras tantos meses sin montar a ninguna perra, la cantidad de
leche que ten�a almacenada era enorme. Mercedes ten�a los ojos en blanco al
sentir ese caudal de semen perruno llen�ndole la faringe y antes de que pudiese
sac�rsela por completo Rex le hab�a dejado una buena carga en su interior. Pero
al sacarla Rex se segu�a corriendo y el primer disparo de leche fuera de la
garganta fue a la cara de mi t�a, que tos�a la raci�n que se hab�a tragado
mientras sosten�a el ingente poll�n con su mano.
Entre jadeo y jadeo Rex se segu�a corriendo manchando a
Mercedes en la cara, cuello y cabello. Mi t�a apunt� y el siguiente chorro fue
directo a sus tetas. Era incre�ble como pod�a seguir expulsando leche despu�s de
llevar corriendose casi un minuto. Los cojones deber�a tenerlos a reventar. Con
raz�n estaba tan irascible el animal. Finalmente el pene del perro se detuvo.
Cuando mir� a mi t�a, vi a una mujer cubierta totalmente de semen perruno: de la
boca le sal�a un hilo que le colgaba hasta casi las tetas. La barbilla estaba
blanca y el pelo pringoso. El cuello tambi�n hab�a recibido una buena raci�n y
la leche de las tetas resbalaba hacia abajo llegando casi al co�o.
-Uffff estoy cubierta del todo, este puto perro ten�a
ganas... pero a�n me queda sitio para un poco m�s dijo mirando como yo no paraba
de mene�rmela. No hizo falta m�s, pegu� un salto y en menos de un segundo estaba
duchando a mi t�a con mi segunda descarga. Mis piernas se doblaban de placer
mientras que una descarga el�ctrica recorr�a mi cuerpo terminando en mi polla
que escup�a chorros de leche que se mezclaban en la cara de mi t�a con los de
Rex. La cara de puta de mi t�a era total, con los ojos abiertos mov�a su lengua
de parte a parte de la boca buscando cada gota de mi semen. Mi corrida no fue
tan grande como la de Rex, pero tambi�n cubri� a mi cachonda t�a. Cuando termin�
con un aullido que me sali� del alma, Merche se incorpor� cubierta de leche y
mir� a Rex comentando, -espero que tenga m�s fuerzas porque yo sigo cachonda
perdida.
-Era increible estaba desnuda en medio de la habitaci�n
totalmente cubierta de leche y a�n ped�a m�s guerra. Lo bueno era que Rex estaba
dispuesta a d�rsela, ya que con una corrida �l a�n no estaba satisfecho.
Para que el perro se volviese a poner en forma mi t�a se
tumb� frente a �l y empez� a acariciarlo de nuevo. -�Qu� puedo hacer para que se
empalme de nuevo? me pregunt� como si yo fuese un experto. -Prueba a lamerle los
cojones, -respond� r�pidamente. La soluci�n pareci� gustarle a Merche que se
apresur� a ponerla en marcha. Los cojones de Rex eran grandes como melocotones,
pero pronto Mercedes los estaba saboreando cent�metro a cent�metro. Yo me
acerqu� y puse un poco de mermelada en los test�culos del perro para poner en
marcha una idea que se me ven�a a mi mente. Mientras el perro segu�a tumbado
tranquilamente, yo le iba embadurnando los cojones con mermelada, mientras mi
t�a segu�a el recorrido que yo le dibujaba. A Rex parec�a gustarle porque poco a
poco empez� de nuevo a aparecer su nabo por fuera de la funda. Era el momento de
llevar a mi t�a y a su lengua donde yo quer�a. Empec� a extender la mermelada
por la parte trasera de los cojones de Rex, donde mi t�a me sigui�
obedientemente. Poco a poco empec� a subir y subir, alej�ndome de los cojones y
llegando al culo del animal. Mi t�a s�lo se dio cuenta en el �ltimo instante
-�Qu� est�s haciendo, donde est�s poniendo la mermelada?
-Quiero ver como le besas el culo al perro
-�Qu�? �Un beso negro?
-Exacto, dije con una sonrisa.
-Eso es una guarrada, no te pases.
-�Guarrada? �respond�- te has tragado toda la leche de un
perro en celo, le has comido la polla y te has enrollado con �l, no es peor que
eso. Vamos so puta b�sale el culo.
-Ante mis argumentos Mercedes mir� el culo cubierto de pelo,
trag� saliva y se acerc�. Sac� la lengua y la pas� por el orto del animal
-Mmmmmmmmmmm eso es sigue sigue, -le animaba yo- �brelo y
mete la lengua
Mi t�a obedec�a con cara de profundo asco, lo que me excitaba
a�n m�s. Poco a poco su lengua fue entrando en el culo del gran dan�s que gru��a
de gusto. Mercedes lam�a arriba y abajo su ojete como la que come caracoles,
mientras con la mano sujetaba en alto la cola.
Tras unos minutos de lametones Mercedes comprob� el tama�o de
la polla de Rex y al ver que hab�a alcanzado de nuevo su m�ximo esplendor, me
dijo que hab�a llegado el momento de follar, y se puso a 4 patas en el suelo con
el co�o bien abierto. El olor a fluidos vaginales que sali� me lleg� hasta a m�.
En cuanto Rex se percat� salt� sobre Mercedes y le clav� la polla de un s�lo
golpe. Mi t�a no se lo esperaba y grit� al notar como ese enorme rabo le lleg�
hasta lo m�s profundo de su co�o. Rex pas� las patas delanteras por sus hombros
acerc�ndola hacia s� con cada envestida. Merche gritaba de placer e intentaba
abrirse m�s para que el perro se la metiese del todo. Me di cuenta de que la
bola del perro ya le estaba tocando los labios vaginales, y se lo avis�.
-Cuidado, no dejes que te entre la bola en el co�o, ya que
despu�s no podr� sacarla hasta que se corra,
-pero Mercedes entre gritos y espasmos me mir� desafiante y
se abri� a�n m�s el co�o con sus manos de forma que el enorme nudo, que pod�a
tener el grosor de un pu�o se deslizo en el interior del ardiente co�o ayudado
por los jugos que empezaban a deslizarse por los muslos de mi t�a. La entrada de
la bola fue recibida con un aullido de mi t�a que notaba como se le desgarraba
el co�o ante tama�a masa de carne. Me parec�a incre�ble c�mo aquella enorme
polla de 20 cent�metros adem�s del nudo pudiesen entrar en el co�o de Merche.
Quiz� esa era la raz�n por la que se retorc�a de aquella forma, sin poder saber
si sus alaridos eran de placer o dolor.
Rex por su parte no dejaba de jadear dejando caer sus babas
sobre los hombros de Mercedes que en ese momento ni o�a ni ve�a nada, ya que su
mundo se reduc�a al enorme falo que se le clavaba en su co�o. De pronto Rex
aull� y se qued� por un momento congelado. Eso no pod�a significar otra cosa que
que se estaba corriendo. Mercedes habl� por primera vez en mucho tiempo y fue
para decir con los ojos entrecerrados -Se...se est� corriendo en mi co�o, me
est� llenando de leche caliente. No paraba de gemir con cara de estar
disfrutando como nunca. Cuando Rex se vaci� por completo intent� separarse, cosa
que no pudo hacer a causa de la bola que a�n permanec�a dentro del co�o de mi
t�a, que soportaba como pod�a cada tir�n del perro. Cada vez tiraba con m�s
fuerza provocando un agudo dolor a Mercedes que pr�cticamente era arrastrada por
el suelo con los tirones de Rex. Al cabo de 5 minutos finalmente la polla sali�
del co�o, dejando caer por el co�o, los muslos, las rodillas y el suelo un
enorme r�o de leche que goteaba desde dentro de su co�o. Rex muy servicial
acudi� a lamer el maltrecho co�o de mi t�a y a recoger con su lengua su propia
leche. Mercedes se levant� del suelo: estaba sudorosa y muy cansada del polvo
que le acababan de echar. Le dio un beso a Rex en sus morros y se dirigi� hacia
m�. �
Byufff ha sido incre�ble, me ha encantado. Yo tambi�n lo he
pasado muy bien.-Ya veo, dijo mientras ve�a como segu�a acarici�ndome la polla,
-creo que el tambi�n, dijo se�alando a Rex que ahora se lamia su polla.
-Para ser el primer d�a no ha estado mal, hemos hecho de
todo, jejee, -dijo Mercedes-, Yo la mir� y dije en tono cortante - De todo no,
-�que? pregunto mi t�a con extra�eza; se la he chupado, le he lamido el culo el
me ha lamido a mi y me ha follado... -si pero falta algo
-Mi t�a me mir� sorprendida no te entiendo -a�n te queda un
agujerito sin usar... Mercedes parec�a no corprender, aunque finalmente pareci�
caer -�Te refieres a... -dijo se�al�ndose a su magn�fico culo -Yo sin dejar de
pel�rmela asent� . Mi t�a parec�a contrariada. -No, no eso no es posible, s�lo
he tenido sexo anal en pocas ocasiones...y... has visto el tama�o de esa polla?
Podr�a destrozarme el culo... -No hace falta que te la metas entera, s�lo hasta
donde puedas...Adem�s me gustar�a correrme por �ltima vez mientras os veo. No s�
si fue por su cachondez o por darme gusto pero mi t�a suspir� y se dirigi� a
Rex, -Bueno amiguito, espero que a�n te queden fuerzas. Yo sonre� y me acerqu� a
ellos. -Para esto creo que tendr� que ayudaros.-S�, porque no se c�mo voy a
hacerlo. -Quiz� deber�as empezar por masturbarlo un poco para que vuelva a
ponerse en forma.
Mi t�a se arrodill� y empez� a frotar el nabo de Rex alante y
atr�s, que lejos de rechazarla empez� a lamerla, como agradeciendo tantas
atenciones. Cuando la polla empez� a salir de nuevo de su funda (la tercera vez
en lo que iba de tarde) Mercedes se agach� y empez� a lamerla arriba y abajo.
Era incre�ble como el nabo del perro empezaba a crecer de nuevo despu�s de dos
eyaculaciones monstruosas. El ver de cerca la cara de viciosa de mi t�a mientras
se tragaba ese enorme falo me estaba poniendo malo, tanto que no aguant� la
tentaci�n de acercar mi nabo a su cara. Cuando lo vio, dej� de chup�rsela al
perro y me sonri� -Vaya parece que t� tambi�n est�s en celo y me agarr� la polla
meti�ndosela en la boca, mientras con su mano pajeaba al perro. Yo me estaba
poniendo a cien, seguro de que no iba a aguantar mucho. De pronto Merche par� y
mir�ndome con sonrisa picarona me pregunt� �Crees que me cabr�an las dos pollas
en la boca? Mi coraz�n me dio un vuelco y empec� a frotarme las manos. Mi t�a
era una aut�ntica puta viciosa que no le hac�a ascos a nada.
Agarr� mi polla y acerc�ndola a la de Rex empez� a lamerlas a
la vez. Iba como loca de una a otra recorr�endolas de arriba a bajo. Luego abri�
bien la boca y se introdujo las dos pollas a la vez. Yo me mor�a de gusto y mi
t�a con la boca llena s�lo acertaba a gemir mmmm mmmm mmmmm. Yo estaba a punto
de desmayarme de placer, y cuando estaba a punto de correrme mi tia se detuvo y
me dijo:
-Bueno se trataba de mi culo no? -y se volvi� a poner a 4
patas. -Gu�alo t�, no quiero que me destroce el culo con la bola.
El perro en cuanto la vio tumbada se lanz� a por ella pero lo
agarr� por el collar y logr� detenerlo justo a tiempo. Entonces le di un poco de
mantequilla a mi t�a para que se la extendiese por el culo. Pero ella me pidi�
que la extendiese. Ni que decir tiene que no me negu� y con sumo placer empec� a
recorrer su palpitante culito con mis dedos llenos de mantequilla. Con mi pulgar
empec� a frotar su agujerito y poco a poco a introducirlo. Merche gem�a y mov�a
el culo acompasadamente. Pronto fueron dos los dedos que le met�a y termin� con
tres, meti�ndoselos hasta el fondo. Mi t�a sonre�a, -�creo q te est�s
aprovechando no? -pregunt�, -Bueno s�lo me aseguro de que est� bien lubricado
-ya ya dijo mi t�a. Le saqu� los dedos y se los ofrec� para que los chupara,
cosa que hizo gustosamente. Cuando todo estaba listo agarr� el nabo de Rex y le
puse la punta en el orto de mi t�a que movi� el culo con un escalofr�o -Ten
cuidad, ve espacio. -Si,si- fue todo lo que acert� a decir. La polla de Rex iba
entrando lentamente en el culo de mi t�a. Merche gritaba y respiraba
profundamente dando manotazos al suelo.
-Ummmm est� dur�sima, cuando la polla hab�a alcanzado la
mitad mi t�a me pidi� que parase. Los dej� a los dos s�lo poco a poco Rex empez�
a bombear meti�ndola m�s y m�s hondo. Merche se estaba volviendo loca y gritaba
como una posesa. La velocidad de Rex se increment� y parec�a m�s un conejo que
un perro. La imagen era bestial. Mi t�a a cuatro patas con sus medias y zapatos
como �nica vestimenta con sus enormes pechos bamboleandose adelante y atr�s y su
maravilloso culo penetrado por aquel enorme perro. Yo no pod�a m�s y me coloqu�
delante de mi t�a apunt�ndole a la cara con mi nabo. Ella al abrir los ojos me
vio y me dijo -Si si c�rrete en la cara de la puta de tu t�a. Esas palabras
fueran el detonante para que mi polla eyaculase medio litro de leche que fue a
parar integramente en la cara de Mercedes. En ese mismo momento Rex se volvi� a
correr por tercera vez llenando el culo de mi t�a de leche caliente.
Era la quinta corrida que Merche recib�a aquella tarde y su
cuerpo estaba cubierto de semen, tanto humano como perruno. Los 3 nos tumbamos
en el suelo resoplando, estabamos hecho polvo de puero cansancio pero eso s�,
ser�a dif�cil decir qui�n estaba m�s satisfecho de los tres, bueno yo dir�a que
era mi t�a Merche que se frotaba el co�o mientras un r�o de lefa le sal�a del
culo.
EN ese momento llamaron a la puerta. Ninguno nos movimos,
pero una voz al otro lado hizo que nos pusi�semos las pilas: -�Hay alguien? Soy
Carlos vengo a recoger a Rex.
Hab�an pasado dos horas desde que lo dej�, las dos horas m�s
felices de mi vida.
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