Relato: una experiencia doble





Relato: una experiencia doble

Hola, mi nombre es Edgar Francisco y
quiero contarles la vivencia que tuve con Ana Maria, la chica de Tierra
Blanca, Veracruz, ya que fue una experiencia de las mas excitante que tuve hasta ese
momento. llevaba de novio con Ana
Maria 2 meses. La hab�a conocido en un expedio de Billetes de la Loter�a, despu�s de romper con su ex novio Juan Carlos con el cual llevaba 5 a�os de
noviazgo. El mismos, que la inicio, en
el especto sexual y la ense�o a montar y mamar la verga, muy rico. y con el cual se iba a su casa y con el cual la pasaba bien en la cama. Ante su terminaci�n
con Juan Carlos, Empezamos a salir a distintos lugares y sal�amos con nuestros amigos alternadamente. En esos dos meses conoc�
a sus amigos


Los hechos que les voy a narrar sucedieron un s�bado. Era el comienzo de la
primavera, en Tierra Blanca Veracruz y aunque hab�a estado lluviosa toda la
tarde, ten�amos la esperanza de que mejorar�a para la noche. Arreglamos
que pasar�a a buscarla como a las 10:50
pm, cuando pase por ella, se puso una minifalda negra, unas medias � del
mismo color, con unos zapatos a tono. Y arriba una blusa escotada oscura , se
puso un conjunto de ropa interior que no hab�a estrenado, de color blanco y
de algod�n con encaje transparente.


Alrededor de la 11 pm todav�a. Llov�a
a cantaros por esas horas y le dije
que fu�ramos por un amigo a su casa, fuimos por mi amigo Adri�n y mismo que nos invito a pasar a su
casa, cuando llegamos Est�bamos un poco mojados ambos, y le contamos que
afuera diluviaba, y que en la calle el agua ca�a como en cascada


Y despu�s de decidir que �bamos a hacer, nuestro amigo, abr�o un vino y nos
sentamos a escuchar m�sica. De todo tipo nos servimos el vino mientras
charl�bamos y o�amos los truenos, que sonaban fuert�simo en su casa de pronto el vino se acabo y
abrimos otro
Ana Maria no es. de tomar mucho, y para ese entonces ten�a
dentro m�s de dos copas.

Eran m�s de las tres de la ma�ana, y Adrian tanto como Ana Maria no pod�an
dejar de hablar, ninguno de los dos estaba
acostumbrado a tomar tanto, salvo yo (
Edgar Francisco) que obviamente me re�a de sus comentarios e ideas
disparatadas.



De repente cambie la m�sica un cambio
. Lento comenz� a sonar bien bajito, siempre escuchando el ruido de la lluvia
de fondo. De repente apago la luz,
dejando la l�mpara suave encendida y me sent� otra vez al lado de Ana Maria
en el sof�. Adrian, estaba en una silla frente a nosotros, al lado de la mesa
junto a su vaso, el cual no soltaba por nada del mundo.



al sentarme al lado de Ana Maria me
puse mas mimoso, y le tocaba las piernas, sobre la minifalda que Ana
Maria llevaba,. Adrian y Ana Maria continuaban con su charla sin sentido, y
con muchas risas.

de repente puse mis mano sobre su abdomen de Ana Maria, ambos est�bamos
sentados bien contra el respaldo y con los pies sobre el suelo.



le di un beso en la mejilla, y luego
otro y otro, mientras pasaba mi brazo sobre los hombros de Ana Maria y le ped� que me besara tambi�n
en la mejilla. Y sonriendo Ana Maria lo hac�a. Los besos eran espaciados,
dejando seguir con la charla. Pero mis mimos segu�an. Besitos suaves en el
rostro, caricias en los hombros, en sus piernas, le suspiraba en la oreja. Poco a poco le
fui levantando su temperatura, y Ana
Maria rogaba que nos fu�ramos de la casa de mi amigo . su excitaci�n, hizo que dejara un poco la
charla de lado, pero mi amigo Adrian estaba bastante tomado, y concentrado en
su vaso, y en las canciones que intentaba cantar bajito.



yo tambi�n estaba con la temperatura alta, y mis manos estaban muy sueltas en
el cuerpo de Ana Maria, intentando levantar , su minifalda y rozando
sus pechos Y Adrian sin darse
cuenta de nada.le empec� a decir al
o�do cosas sucias, y Ana Maria las contestaba bajito, y empez� a pedirme
que le dijera a mi amigo que nos diera un chance�, pero yo la segu� tocando,y
en un momento empec� a besarle en la boca y no aguanto y me respondi� como deb�a. El beso duro un rato,
y con mis manos le rodeaba la espalda.


Poco a poco cambie los besos ardientes por besitos suaves en sus o�dos y le empec� a decir que pobre de
mi amigo que estaba solo. Este comentario se
lo hice varias veces m�s y Ana Maria no respond�a ( no imaginaba en lo
mas mininos mis intenciones que tenia con ella).



Luego
le ped� a Ana Maria ,que besara en la mejilla a mi amigo que estaba
solo, que era solo un beso. Mi amigo
lo escucho y puso mirada de pobrecito,
entonces Ana Maria se levanto y fue hasta
mi amigo para besarlo despacito en la mejilla.mi amigo ,le dijo gracias.



Ana Maria ,Volv� a su lugar y me dio
otro beso en la mejilla. No la deje sentar si quiera y acarici�ndole las
piernas le roge que fuera a darle un nuevo beso a mi amigo mientras lo miraba
dulcemente a sus ojos.



Ana Maria ,Fue y volvi�, se sent� y la tome de la cintura, la bese fuertemente
en la boca, hasta que la encend� nuevamente apenas note que se prend�a separe
sus labios de los m�os y le ped� que fuera a darle otro beso a Adrian.


Ah� ya se puso nerviosa, muchas cosas pasaban por su cabeza, y encima el
alcohol. Ya era mucho y yo le insist�a en voz baja.

EDGAR FRANCISCO- dale anda, un beso nada m�s.

ANA MARIA- No, ya esta.

EDGAR FRANCISCO- Dale uno solito.



Y tras besarla otra vez, y rogarle un
rato m�s, Ana Maria se levanto otra
vez y fue a darle otro beso, y se lo dio en la mejilla. Entonces le dije que
no val�a que deber�a ser en la boca a lo cual se neg�. Y tras una negociaci�n
accedi a besarlo en los labios si dejaba la boca cerrada, y as� fue como lo
beso r�pido y huyo a sentarse sin mirar a mi amigo. Y cuando se sent�, Ana
Maria y ,mi Amigo empezaron a re�r y
yo les segu�, despu�s de un rato Ana Maria
se relajo un poco. se hab�a
puesto tensa por la situaci�n.





En seguida llene nuevamente los vasos
con vino , y brindamos por la llegada de la primavera, a lo que Adrian
alcoholizado agrego un discurso .

luego le ped� a Ana Maria que cambiara la m�sica, y en seguida se paro para hacerlo. Cambio el
CD de lentos por algo mas movido.



luego
sorprend� a Ana Maria por detr�s, tom�ndola de la cintura y arrastr�ndola
unos pasos la lleve al centro de la habitaci�n .Ana Maria intentaba mantenerse en pie, por el
alcohol le costaba caminar hac�a atr�s. Y mientras recobraba el equilibrio le
vende los ojos con un pa�uelo , Ana Maria intento evitar que lo hiciera pero
mis retos la convencieron, y cuando lo amarre
en su nuca la hice girar velozmente para dejarla frente a mi,
abrazarla muy fuerte por la espalda y com�rmela a besos.

Ana Maria ten�a muchas ganas pero no
olvidaba que Adrian segu�a en la habitaci�n, entonces sus besos se notaban
bastante apagados. Ana Maria me
repet�a que mi amigo estaba ah�, como si yo no lo supiera, y me yo le
insist�a con que solo nos d�bamos unos besos y terminaba. Pero los besos
segu�an y Ana Maria ya estaba muy excitada, solo quer�a escuchar
a mi amigo salirse.



yo segu�a besando a Ana Maria y mis
manos subieron a sus pechos. Ana Maria
en la absoluta oscuridad, me agarraba las manos y las llevaba a sus
caderas, y me ped�a que no lo hiciera aunque se mor�a de ganas de todo lo
contrar�o. Y la situaci�n sigui� as� hasta que no aguanto m�s y le pidi� a mi
amigo Adrian que nos dejara solos, que
se fuera. Y yo le conteste.

EDGAR FRANCISCO- No mi amor, hoy va a ser distinto, el nos va a mirar en
silencio y tu ni te vas a dar cuenta que esta.



La primera reacci�n que tubo Ana MARIA fue la total sorpresa, los nervios La
invadieron y no pudo responder inmediatamente como yo lo esperaba, con un No rotundo
.

Para cuando Ana Maria iba a decir no,
le cerr� la boca con un beso, y no le deje respirar por un rato. la fui
besando y llevando contra la pared, y solo se detuvo cuando el fri� muro se poso en su espalda.


Sus
brazos estaban alrededor de mi cuello, y aunque intentaba Ana Maria
separar sus labios de los m�os, no pod�a. Y cuando por fin pudo hacerlo, me
ped�a que no lo hiciera como una tonta, como si de mi dependiera, como si ella no pudiera
terminar con la cuesti�n si se lo propon�a. Y yo ni tardo ni perezoso, volv�
a cerrar su boca con mis labios, mientras
le apretaba las caderas con mis manos.



Ana Maria,no pod�a olvidarse que Adrian estaba ah� mir�ndonos y en la absoluta oscuridad. Solo se escuchaba
la m�sica bajita, la lluvia y la respiraci�n agitada de ambos. Y as� mis
manos fueron hasta su mini falda, y poco a poco comenc� a subirla, sent�a ya
mis manos sobre su piel, Ana Maria pensaba que Adrian ya pod�a ver el final
de sus medias �.

yo estaba excitad�simo y Ana Maria a
cada segundo se prend�a m�s, hasta que claudico y me pregunto.

ANA MARIA- Solo va a mirar, no.

EDGAR FRANCISCO- Obvio, solo va a mirar. No lo vas a sentir.



Y as� se rindi�. Seguimos con los besos, y su minifalda estaba cada vez m�s arriba. yo ya
besaba su cuello y mis manos frotaban
sus senos. yo la adulaba constantemente, dici�ndole que era bonita y que me
gustaba tal parte de su cuerpo. Y pronto comenc� a desnudarla. Tome su blusa
desde la cintura y poco a poco se la
fui subiendo, muy lentamente fue levantando sus brazos y en unos segundos
estaba en brasier delante de mi y mi
amigo , por primera y �nica vez en su vida. yo arroje su ropa al piso y sigui� el mismo
camino con su minifalda, luego la abrace y lleve mi boca a sus pechos, bes�ndolos suavemente a
trav�s del sost�n. En seguida lleve
una de mis manos hasta entre sus
piernas, presione contra su ropa interior, le ped� que abriera m�s las piernas. Y as� comenc�
a frotarle su vagina, mientras le mord�a sus pezones tras el algod�n. Ana
Maria, me tomaba del cuello firmemente y sus labios buscaban mi boca
continuamente aunque yo prefer�a concentrarse en sus ricos pechos.

El silencio de Adrian era total, ni su respiraci�n se o�a. Ana Maria, noto solo su presencia cuando
escuche el ruido del sof�, hab�a cambiado su silla por este.



Mis dedos jugaban con la presilla del
corpi�o y no tardaron mucho en desabrocharlo para dejarlo caer. Sus pechos
estaban al aire, y mi pecho rozaba . sus
pezones frotaban mi piel mientras nos bes�bamos y mis manos le apretaban sus muslos.

Tome el sost�n y lo arroje hacia un lado, y luego desabroche mis pantalones



Empec� a besar sus pechos y a morderle los pezones. su excitaci�n aumentaba
m�s y m�s. Mi boca mord�a sus pechos, mi lengua jugaba contra sus pezones y
le lam�a intensamente. mi mano le apretaba el otro pecho, frot�ndolo con fuerza,
colocando su pez�n entre mis dedos y pellizc�ndolo para que estuviera
paradito su pez�n.



mi boca iba de su boca a sus senos y volv�a. mis manos se entreten�an en su cola,
o buscaban bajo su bikini y le frotaban intentando correr su ropa interior y
jugar libremente con mis dedos sobre su vagina.



Y por ah� segu� , tras dejar sus pechos
humedecidos, me puse de rodillas, comenc� a besarle su bikini de algod�n,
colocando toda mi boca entre sus piernas y pidi�ndole que las separara a�n
mas.

Sus manos de Ana Maria se posaron en mi cabeza y
acompa�aban mis movimientos.


Ana Maria pensaba en Adrian y que
tanto pod�a ver, la luz era poca, y reci�n ahora que yo estaba agachado pod�a observar sus senos, y cuando
lo noto su reacci�n fue instant�nea ,fue esconderlos tras sus manos.



Pero no pudo resistirse mucho, y mi lengua
comenz� a hacer efecto en su vagina, y su respiraci�n sub�a poco a
poco, y sus manos bajaron para tomarme de la cabeza y guiarme en los
movimientos, dejando sus pechos al aire con los pezones bien duros. Sent�a la
presi�n de mi ment�n contra su pelvis y mi lengua intentando traspasar el
algod�n, la tela el cual se mojo enseguida
y comenz� a hundirse en ella siguiendo la l�nea de su vagina.



su espalda estaba recostada contra la pared, y tras unos largos minutos de
sentir mi boca entre sus piernas , aparte con mi mano su mojada ropa
interior, me puse a jugar directamente
sobre Ana Maria. mi rostro la empujaba contra la pared y mi nariz se apoyaba
entre los pelitos de su pelvis, roz�ndola. Mi lengua la recorr�a de punta a
punta, y con mis dedos me ayudaba abri�ndola bien.



Tras un rato de com�rmela a besos, deje la punta de mi dedo en su interior y
me corr� hac�a un lado dejando que Adrian la viera bien, y besando la parte
externa del muslo fui par�ndome, subiendo con mi boca por su pierna,
y mientras
sub�a fue introduciendo mi dedo m�s en Ana Maria, llev�ndolo lo m�s a dentro
que pod�a de ella, apoyando mi palma contra su pelvis. la bese en la oreja y
busque su boca. Gire su cara y nos besamos. No deje que apartara su espalda de la pared, y mi
dedo se mov�a fren�ticamente dentro de Ana Maria. Entraba y sal�a, entraba y
sal�a cada vez m�s r�pido. Y de pronto se deten�a y lo doblaba haci�ndola
gozar cada vez m�s. No tardo en comenzar a gemir bajito, y yo no paraba de
hablarle al o�do.



yo estaba parado de lado, apoyado en la pared de costado, y Ana Maria con la espalda, su cabeza de Ana
Maria, giraba toda para poder besarme, y nuestros besos eran bien h�medos. Yo la
estaba mostrando a Adrian, Ana Maria estaba de frente a Adrian, con sus duros pezones , los cuales estaban
siendo contemplados sin reparos.



En eso le ped� a Ana Maria, en voz baja que comenzara a
masturbarme tomo mi verga, con la mano tanteando, pues segu�a vendada, noto mi verga bien lubricada, comenz� a
hacerla subir y bajar, arrastr�ndole la piel, dejando la cabeza al aire. Era
mucho m�s grande que su peque�a mano, la cual jugaba con su lubricaci�n,
haciendo resbalar sus dedos por la punta.



EDGAR FRANCISCO- Quieres tocar otra verga?



ANA MARIA ,sin asustarse dijo no. L e, Insisti pregunt�ndole si estaba segura
y volvi� a negarse
.

ANA MARIA, segu�a aferrada con su mano a mi
verga, agit�ndolo una y otra vez mientras nos mord�amos los labios y
sac�bamos afuera de nuestras bocas las lenguas para que se tocaran en el
aire. Nuestros rostros estaban todos mojados.



EDGAR FRANCISCO- segura que no quieres tocar otra. Mira que solo debes
estirar un poco la mano.

Con la mano que no estaba apoyado, la sujetaba de los pechos y se los frotaba
haciendo presi�n para que su espalda no dejara de estar contra la pared
.

ANA MARIA, Al o�r mi comentario se
quedo dura por unos instantes, luego sigui� frotando mi verga, mientras
pensaba. que Adrian estar� frente a Ana Maria, tan cerca, que no lo hab�a o�do levantarse del sof�. pens�
y se imagino ,ser�a verdad que estar�a
desnudo a tan corta distancia. No lo sent�a respirar.

A esas alturas a Ana Maria, le gano la
curiosidad , y las ganas de experimentar algo nuevo tambi�n. Ya que Juan Carlos nunca
se lo hizo vivir, Y as� fue como t�midamente fue estirando el brazo,
tanteando el aire. Y no encontraba nada, no se animaba a estirar el brazo por
completo y poco a poco fue haci�ndolo mientras yo la incentivaba al o�do.

EDGAR FRANCISCO- Bien, as�.

Y en una de las pasadas ANA MARIA, sinti� la parte externa de su mano golpear
con el pene y se sinti� aterrada.las
piernas de Ana Maria se doblaron del miedo y las ganas a algo nuevo al punto
de que termino apoyando su mano contra la pared para no derretirse.



al momento de sentir la verga en la
mano y quitarla de ah�, Ana Maria, sinti� un tremendo suspiro de mi parte (
esto me hab�a excitado de sobremanera ) y Ana Maria comprendi� que a tambi�n
a ella
.

Y tras unos instantes de tomar coraje Ana Maria fue estirando el brazo de a poco (separ�ndolo
de la pared), tanteando suavemente el aire hasta dar nuevamente con la verga
de Adrian, y despacito, muy despacito la sujeto con su mano. La excitaci�n de
Ana Maria, fue tremenda. se encendi� toda, sintiendo como se aflojaba otra
vez, sus pezones comenzaban a dolerle del placer, tuvo que apretar sus
piernas y en unos instantes estaba masturb�ndolo a Adrian tambi�n.



yo ya no le hablaba, solo la besaba y apretaba sus pechos. Adrian se fue
acercando un poco, la mano de Ana
Maria ya no tenia que estirarse tanto
para alcanzar su verga. mi mano descendi� otra vez a sus piernas de Ana
Maria, las cuales volv� a separar. mi dedo entro otra vez en Ana Maria, para
su placer, a lo que respondi� con un tremendo beso en mi boca.



Ana Maria Tardo en comenzar a disfrutar de la situaci�n, al principio solo
mov�a sus manos mientras su conciencia no la dejaba tranquila, pero las ganas
la vencieron y al cabo de un rato ya estaba decidida a pasarla lo mejor que
pudiera con ambos.



Ana Maria, pronto encontr� el ritmo a
sus manos y mientras me besaba, sus manos sub�an y bajaban la piel de las dos
vergas. Adrian no tardo en hacerse o�r y su respiraci�n comenz� a llegar a sus
o�dos. Ana Maria considero que era
incomodo masturbarnos a ambos a la vez, pero tenia mucho miedo y no se
animaba a improvisar, solo nos dejaba actuar a los dos.



La mano que ten�a entre las piernas, Estaba toda la mano estaba debajo de
ella, y el dedo anular en sus profundidades. La palma de la mano se apoyaba
en su pelvis, sobre los pelitos de su vagina. sus ronroneos se hac�an
intensos. Adrian, solo se dejaba tocar, el no la tocaba, su mano de Ana Maria
tomaba su pene el cual estaba dur�simo, y arrastraba la piel yendo y viniendo
sin problemas, estaba lubricad�simo, y comenz� a decir � As�, as� �
indic�ndole a Ana Maria como deb�a masturbarlo, pero Ana Maria ya era una
experta, no obstante estuvo con Juan Carlos 5 a�os de su pareja. Y la verda,
que es una buena zorra.



la verga de Adrian era bastante grande,
lo que le permit�a hacerlo c�modamente. Y aunque sus manos se mov�an
lentamente sobre nuestras vergas porque de otra forma no pod�a coordinar,
nosotros est�bamos lubricad�simos de la calentura que nos inspiraba la
situaci�n y las manos de Ana Maria estaban mojadas por la misma.



Ana Maria escuchaba mis palabras
llenas de pasi�n, las sent�a en un o�do, y en el otro solo escuchaba una
respiraci�n agitada, unos suspiros que muy lentamente se o�an cada vez mas
cercanos. Ana Maria



Ana Maria ya estaba excitad�sima, y no
pod�a respirar con la boca cerrada. Su agitaci�n era extrema y necesitaba de
todo el oxigeno posible saque mi mano de entre sus piernas y elev�ndola , la
lleve directamente a su boca, asciendo la besar mis dedos h�medos, una y otra
vez, los cuales rozaban sus labios jugaban con su lengua, los cuales
introduc�a en su boca enteros, bien suavemente, y sacaba lentamente y
totalmente sumergidos en su saliva. Y una vez afuera bajaban r�pidamente,
corr�an tanteando el lugar preciso
entre sus piernas para entrar en Ana Maria una vez mas.

sus gemidos ya se escuchaban en cualquier parte de la habitaci�n, y los de
nosotros no eran tan fuertes pero si
los pod�an oir.



Ambos est�bamos ya muy cerca de Ana Maria y sus manos segu�an toc�ndonos, ya est�bamos
tan cerca que nuestras manos tocaban su vagina y por igual Ana Maria nuestras
vergas tambi�n.
sinti�
como apoy�bamos en sus piernas nuestras vergas, sus manos ya no nos guiaban, y tuvo que soltarlos. Ambos
comenzamos a frotarle en ella, nuestras vergas, las cuales tocaban los lados
de sus muslos, sus manos de Ana Maria.subieron por mi cuerpo y se posaron
sobre mi mano la cual, estaba frotando uno de sus pechos. La lubricaci�n de
nuestros penes le causaba fr�o al apoyarse en la piel de sus muslos.


Adrian era una inc�gnita. Solo sent�a su pene frotarla muy espaciadamente, de
sus manos nada.



entonces yo llevo mi mano de su seno a
sus caderas y la hice retirar de la pared, la tomo con ambas manos de la cadera,
y la puso frente a mi, con su hombro contra la pared y en unos segundos sus
brazos rodeaban mi cuello. Adrian hab�a quedado a sus espaldas, pero no
interven�a. Nuestros besos se hicieron intensos, sus pezones raspaban contra
su pecho, y su blanco corpi�o tras bajarle los breteles fue arrojado a un
lado que no pudo ver ya que continuaba vendada.



la bese largo rato, para demostrarle
que me importaba y que esto era solo un juego, mis besos eran apasionados y
de repente pasaban a ser tiernos, era una mezcla que no pod�a comprender Ana
Maria pero le gustaba
.

La venda en sus ojos estaba firmemente atada, y no se corr�a a pesar de que
mi boca recorr�a pr�cticamente todo su rostro. Al estar frente a mi, sent�a mi verga frotar su
pancita.



Ana Maria ,ya estaba relajada y
entregada al placer, solo fuimos nosotros dos por mas de 10 minutos, aunque
vendada y en esta situaci�n nadie puede calcular con exactitud el tiempo. Ana Maria ya deseaba probar algo m�s, sent�a
el miedo normal, pero su excitaci�n era descomunal, y por ello mientras nos
bes�bamos, adem�s de soltar suspiros muy profundos, se puso a llorar por un instante, pero a pesar
de soltar lagrimas y costarle respirar no dejo de besarme, no quer�a que
parara o que yo creyera que ten�a
miedo o que se hab�a arrepentido. Y yo conocedor de
estas cuestiones, en el momento justo aparte sus labios de los m�os, saque su lengua de mi boca y con las manos que la sujetaban de sus caderas, la hice girar 180 grados de un tir�n,
sorprendi�ndola por completo, dej�ndola de frente a mi amigo, el cual desde un
rato no ten�a noticias Ana Maria. mis manos segu�an en sus caderas y la
hice retroceder hacia mi, apoyando su
espalda contra mi pecho, y mi pene en la parte baja de su espalda. sus brazos fueron por instinto a
cubrir sus pechos. Adri�n segu�a sin aparecer.


luego deje su pelvis al aire, . mis besos mojaban su cuello, y mis manos no
se sal�an de debajo de su vag, se notaba que yo permanec�a expectante, ahora
le tocaba a mi amigo que no se acercaba a Ana Maria . sus pezones duros, sus
piernas apretadas y su cara disfrutando de los besos en su cuello eran su
forma de esperar a Adri�n, y la desesperaci�n hizo que revoleara su brazo
hac�a delante busc�ndolo sin conseguir dar con Adri�n



y ahora Adri�n
si la estaba observando bien. sus pechos, su boca, sus piernas, ya
nada la cubr�a,, en el comienzo de sus piernas, Adri�n pod�a ver su pubis, su
vello p�bico, lo que hizo que Ana
Maria apretara sus piernas fuertemente



yo comenc� a hablarle a Ana Maria, le dec�a cosas como si le gustaba jugar y
que realmente lo iba a disfrutar. Y me
alejo de ella tras llevarla con mis
brazos al centro de la habitaci�n. se quedo paradita con sus brazos cruzados
sobre su pelvis y en silencio, espero indicaciones. La cuales en seguida llegaron. La primera fue que se arrodillara
sobre la alfombra, y se agacho,. sus rodillas tocaron el piso y sus manos
tambi�n. Y empez� a gatear hacia mi voz, pero nos hab�amos puesto de acuerdo para movernos por el cuarto y Ana Maria siempre segu�a mi voz, gateaba en direcci�n
a mi voz, y me ped�a que terminara, se estaba incomodando, pero no quer�a ser
Ana Maria, quien arruinara semejante
noche. Y le hable y ubico l la voz que ven�a desde el sof� y el ruido del coj�n se
lo confirmo. Ese sonido la ubico, de
tanto gatear en cuatro patas no sab�a por donde andabas sus piernas la
llevaron hasta el sof�, y tanteando con sus manos descubri� mis piernas
abiertas. se ubico entre ellas, con sus rodillas juntas en el suelo y sus
manos subiendo a mis rodillas. Y ah� fue cuando Ana Maria pens� quien de los
dos era, y su presi�n subi� a mil, pensando,
quien era, que deb�a hacer. Y aunque Ana
Maria estaba decidida a hacerlo con ambos, quer�a que yo fuera el primero. Intento llevar sus manos a mi
rostro, pero se lo imped� y no volvi�
a intentarlo, la tome por las mu�ecas,
y se solt�. Pens� que Adrian tenia la ropa de arriba puesta, y toco su pecho
que estaba desnudo, pero no la dejo continuar, y sujetando sus manos se las
llevo hac�a su cintura. En el forcejeo suave, Ana Maria sinti� como su pene de Adrian se
frotaba contra su pecho, y esto fue suficiente para Ana Maria ,. Vendada y
sin saber quien era, agacho su cabeza y sinti� como el pene le pegaba en el
rostro, sus manos estaban tomadas por Adrian en su cintura, y abriendo su
boca Adrian hundi� su verga dentro de Ana Maria. Poco a poco la fue mojando
bien con su saliva, y llev�ndola mas
dentro de ella. Ya nadie hablaba en el casa, y la m�sica no dejaba escuchar
suspiros. su mano de Ana Maria fue
liberada y s tomo con la mano la verga , estaba toda lubricada por Ana Maria,
y su piel se arrastraba sin obst�culos, su lengua jugaba fuera de su boca, recorri�ndola, sabore�ndola,
intentando descubrir de quien era. Y aunque no lo crean le costo trabajo.
Pronto estaba convencida de que esa verga era de Adrian , y esto la hizo esforzarse
aun m�s, esta certeza hizo efecto en Ana Maria, sus piernas se apretaron, su
mano se la apret� mas firmemente e intento hundirla lo mas posible dentro de
su boca, casi toda. El sabor y el olor a piel mojada la pon�a como loca. La
verga entraba y sal�a de su boca cada vez mas r�pido, sus labios suavemente
le mostraban el camino, la guiaban a su interior, procuraba no morderla, no
rozarla con sus dientes, pero el frenes� era intenso y la velocidad no la
dejaba coordinar bien, Ana Maria solo sab�a que Adri�n la estaba pasando bien y
disfrutando, sus manos al cabo de un rato de chuparla la verga de Adrian se posaron en su cabeza y le imped�an
retirarla de su boca, ya no hab�a lugar para su mano, y eran solo sus labios
los que estiraban y retiraban su piel. No lo ve�a pero sent�a como se deslizaba
contra el interior de su boca cada vez m�s r�pido, y as� su piel dejo de
retraerse, su verga estaba estirada al m�ximo, la cabeza de su miembro estaba
toda al descubierto y se sent�a enorme. sus manos se apoyaban en el sof� y sus
brazos descansaban sobre sus piernas mientras su boca no paraba de besarlo, sus
labios se cerraban sobre su tronco, dej�ndola descansar en su interior, y el
ciclo comenzaba de nuevo y suaves gemidos se escapaban de los labios de Ana
Maria, de placer y de aprobaci�n.



La intensidad obviamente comenz� a bajar, seguramente no quer�a acabar todav�a,
y sus manos soltaron la cabeza de Ana
Maria. su mano volvi� a tomarle la verga, y a masturbarlo m�s suavemente, ya
no estaba su miembro todo el tiempo dentro de la boca de Ana Maria, pudo
respirar mejor, y comenz� a disfrutar nuevamente, bes�ndola de costado,
recorri�ndola con su lengua, y con sus labios a medio cerrar, dando besos en
su cabeza y presionando la punta de su lengua sobre la verga. su saliva la
manten�a lubricada y consiguio llevar la piel nuevamente hasta arriba, la
cabeza de su verga nuevamente desaparec�a bajo la piel, y sus labios la
pellizcaban y tiraban lentamente de ella, la saliva comenz� a caer por los
dedos de Ana Maria.



Tremendo sexo oral le estaba practicando Ana Maria a Adrian, y ambos lo estaban
disfrutando, su rostro de Ana Maria estaba todo mojado de la nariz hacia abajo,
y el pa�uelo sobre sus ojos tambi�n lo estaba.


La mamada sigui� un buen rato. hasta
que, volvi� a escuchar mi voz, y esto termino de confirmar su deducci�n, mi
voz vino de su lado, la verga que estaba metiendo entre sus labios no era la m�a,
si no la de Adri�n .


le ordene que se detuviera. Y en ese momento , Adri�n se levanto, sinti� como
corr�a sus piernas intentando no tocarla, ella segu�a arrodillada en la
alfombra, y cuando Adri�n termino de levantarse, le pedimos u ordenamos, en que sentara An aMaria en el sof� y
abandonara el piso. sus rodillas estaban coloradas de raspar la alfombra . su
espalda se recost� contra el respaldo,. sus brazos descansaron sobre sus piernas,
estaba sentada en el centro del sof�, esperando nuevas indicaciones, su rostro estaba mojado por ello algunos de
sus pelos pegados sobre su cara.



La mano de Adrian le indico despacio que separara bien sus piernas, que las
abriera para dejarlos ver. sus brazos fueron a parar a sus lados. Ya no la
tapaban.

luego le ped� que corriera su ropa
interior, que se mostrase toda desnuda.


EDGAR FRANCISCO � D�janos verte bien, corre tu ropa.


Esta vez si fue una orden. y Ana Maria lo dudo unos instantes en los cuales
no la apuramos para nada. Inclino su cabeza instintivamente hacia el lado en
el cual no nos encontr�bamos, como escapando a nuestra miradas las cuales obviamente
no pod�a ver, y con su mano corr� la tela de su ropa interior. Su vagina
estaba al descubierto y muy lubricada, sus pezones estaban erguidos y a punto
de explotar, los pelos de su pubis se dejaban ver . Adrian coloco sus manos
en sus rodillas y se agacho entre sus piernas, pero al arrodillarse en el
piso la dejo de tocar.



Sinti� que estaba ah� cerca de Ana
Maria pero ni siquiera la rozaba, solo escuchaba su respiraci�n y como
suspiraba sobre su vagina, estaba cerca pero no tanto como ella lo hubiera
deseado, . La est�bamos torturando, hasta que no pudo m�s y sin darse cuenta comenz�
Ana Maria a frotar sus pechos, y poco
a poco llevo su mano entre sus piernas y sin pensarlo demasiado al cabo de un
rato se estaba masturbando ella solita. sus dedos se mov�an intensamente
sobre ella, abri�ndola, roz�ndola en e lugar correcto, pellizcaba sus pechos
y se los frotaba. Poco a poco empez� a moverse sobre el sof� y sus pechos
rebotaban, mojaba sus dedos en su boca y los volv�a a hundir en ella, usaba
su dedo favorito, solo la yema recorri�ndose en c�rculos, presionando donde
deb�a despu�s de todo nadie la conoc�a mejor que ella misma. La locura no
tardo en llegar en ella, se empez� a
poner como loca, agitarse y gemir en voz baja, ya estaba revolc�ndose en el
sof� y aunque siempre permaneci� sentada levanto sus piernas del suelo m�s de
una vez, incluso ambas al mismo tiempo. su mano estaba haciendo maravillas, y
sumado a que hac�a mas de una hora que hab�amos comenzado no tardo mucho en acabar, sus dedos dieron con el punto
justo y ah� insisti� hasta el final, cada vez mas r�pido hasta que sent�a
llegar, y un gemido intenso sali� de Ana Maria, no lo pudo controlar, su dedo
se humedeci� de repente pero no lo quito, solo apret� sus piernas y se
recost� disfrutando, terminando de tocar sus pechos. eso era solo el comienzo
de la noche Ana Maria comprendi� que
no sab�a en que estado iba a llegar al final. Y mientras se deleitaba y relajaba
las piernas de uno de nosotros se posaron delante de Ana Maria, con mi mano
tomo su torso y la enderece, estaba sentada otra vez y mis manos segu�an
sobre sus hombros, mi cuerpo estaba frente a su boca, y su mano no tardo en
encontrar mi verga y todo volvi� a comenzar, a hundirse dentro de su
boca, esta vez no tardo en darse
cuenta de era yo qui�n, le met�a la
verga en su boca , esta estaba seca. La lami� y beso largo rato mas hasta que
con mi mano la libere de la ceguera retirando el pa�uelo de sus ojos. Ana
Maria no paro de pasar su lengua sobre mi miembro, mientras sus ojos se
acomodaban nuevamente a la luz, y en unos segundos ya ve�a mi pene delante de Ana Maria, entrando y
saliendo de su boca. Intento observar en donde estaba Adrian y el solo
apareci� a su lado y se sent� junto a ella. Con su mano apretaba mi verga
y yo le repet�a cosas constantemente,
que me pajeara, que la mamara y cosas asi



despu�s de un largo, rato de chupar mi
verga a mas no poder, la separe de mi verga y la tome de un brazo
haciendo fuerza para levantarla. Y la gui� directamente sobre mi amigo Adri�n,
levantando sus piernas quedo sentada sobre
Adri�n, d�ndome la espalda a mi , aun de pie. Ana Maria estaba arrodillada sobre Adri�n y la tomo de la cintura empuj�ndola hacia
debajo bruscamente, y su verga de Adri�n se abri� paso sin problemas en su
interior de su vagina la cual estaba
bien lubricada, sinti� la metida de verga que le dio Adri�n y grito NO. Adri�n ,no tenia puesto preservativo alguno
y no le gusto que as� se la metiera, pero las manos de Adri�n en su cintura la empujaban arriba
y abajo, y no estaba en posici�n de parar, y se fue olvidando del tema y su cuerpo sub�a y bajaba con la fuerza de sus
piernas presionando el sof�. La verga de Adri�n, que era grande, ancha y gruesa
le entraba y la hac�a gemir, las manos de Adri�n ya solo la sujetaban su cintura, Ana Maria solita me mov�a, haciendo que entrara y
saliera de ella, y cada vez mas r�pido, estaba excitad�sima, y sus gemidos
eran constantes, y ped�a m�s algo que habitualmente no hacia, Ana Maria es de
gemir pero no de hablar, pero esta vez repet�a m�s constantemente, o si, o
cosas por el estilo.

Adri�n no la besaba en la boca ,Ana Maria iba muy r�pido, pero Adri�n se las ingeniaba para besar sus pechos y
morder sus pezones . Adri�n era bastante bruto y la mord�a fuerte, o succionaba
intensamente caus�ndole algunas veces dolor, pero era tanto el placer que
llego hasta a disfrutar de su rudeza, en algunos mordiscos sobre sus rozados
pezones llego hasta tomar el rostro de Adri�n y besarlo, algo que Adri�n no hab�a echo. Y Adri�n se animo y se tranzaron
un poco, ya que Adri�n prefer�a pasar m�s tiempo con su boca sobre sus
pechos.



las manos de Adri�n la tomaron de las
nalgas y cada vez que sus piernas la llevaban hacia arriba , la dejaba caer, Adri�n ayudaba con sus manos
para que la ca�da fuese mas intensa, clav�ndole la verga cada vez mas.



las piernas de Ana Maria, estaban
cansadas de tanto subir y bajar y el ritmo se noto que comenz� a decaer, la mano de Adri�n tras cansarse de presionar sus senos encontr�
un nuevo juego rozando los pelos de su vagina
Ana Marial sinti� como su
cuerpo se abr�a cada vez mas con cada ca�da libre sobre su verga, y encima yo
parado a sus espaldas con mis manos en sus hombros la presionaba bien fuerte
contra Adri�n. La cogida duro un buen rato, pero como todo lo bueno tiene que
acabar, y as� fue, cuando Adri�n sinti� que estaba por terminar hizo fuerza
para colocarla sentada nuevamente a su lado y levant�ndose r�pidamente
mientras yo me hacia a un lado, Adri�n
se ubico frente a Ana Maria, entre sus piernas con la verga en sus manos
frot�ndose fren�ticamente con la intenci�n de acabar sobre Ana Maria. Y as�
fue ya que antes de que pudiera reaccionar el semen comenz� a brotar de
Adri�n salpicando directamente en sus pechos donde dio su primer chorro. Ana
Maria se incorporo para correrse pero
Adri�n fue mas veloz y la tomo por la cabeza dirigi�ndola sobre su verga, y
sin decir nada, bien calladita sigui� mamando y abri� su boca para dejarlo acabar dentro
lo que le quedaba, y fue all� donde termino de descargar su blanco semen,
mojando todo su rostro y sus atados cabellos. Los siguientes cinco o mas
minutos los paso besando y mamando su
verga hasta que no quedo una sola gota de leche sobre la verga de Adrian.







Luego de estar asi con Adrian, llego mi turno le
extend� mi mano hac�a Ana Maria, la cual tomo ella y la ayude a incorporarse, la hice girar para ponerla de espaldas, y la
lleve as� hasta la mesa la cual golpeo en su pelvis
.yo no hablaba pero Ana Maria entend�a muy bien
lo que quer�a, y empujando con mi mano en su espalda la hice inclinar su
torso sobre la mesa. sus erectos pezones se apoyaron en la fr�a superficie de
la mesa, sus manos ca�an por los lados de la misma, su rostro sobresal�a por
el otro lado, sus pies llegaban bien al piso y en seguida apoye. mi miembro
en sus. piernas al sentirlo se
separaron autom�ticamente dejando paso, la apoyo en la entrada de su vagina y
fui hundi�ndosela dentro de a poco, muy suavemente hasta llegar al final y
hacerla ,sentir mi piel apoyarse en sus nalgas y presionarla. mis manos la sujetaban
de sus caderas y la empujaba
contra mi brutalmente una y otra vez,
con cada embestida de mi verga. sus gemidos aparecieron otra vez y sus
pezones se frotaban contra la mesa cada vez que le met�a mi verga dentro de Ana Maria.

Y cuando menos lo esperaba y estaba realmente disfrutando otra vez del sexo
Adrian apareci� por delante de Ana Maria, y como lo hab�a dejado con su verga
en la mano se la acerc� a la boca mientras Ana Maria gem�a.



Por primera vez Ana Maria jugaba con
dos vergas a la vez en su vida. Sent�a como , una de las vergas
entraba y sal�a de su vagina, una y otra vez y como pod�a mientras se mov�a
por el bamboleo, llevar la otra verga al
fondo de su boca lo cual le
resultaba realmente una odisea a Ana
Maria ,. Yo la sujetaba de las caderas y Adrian de la cabeza y cada uno se preocupo
de lo suyo por un buen rato, hasta que le
pidi que llevara las manos a la espalda, y se la tome fuertemente y se las sujete con el pa�uelo que antes cubr�a sus ojos,
todo ello, sin quitar mi verga de su vagina ni por un segundo.as� la cogi largo
rato hasta que sin acabar la levante de la mesa y la lleve hasta donde se encontraba Adri�n que se hab�a
prendido otra vez. Este la tomo de la cintura y la levanto como si nada
sent�ndola en la mesa, y sin darle tiempo a nada se ubico otra vez delante de
ella, bien pegado a sus pechos y agarrando sus piernas las separo para volver
a meterle su verga..



No tardo en sentirla dentro de ella, mientras
sus piernas rodeaban sus caderas y sus brazos se entrelazaban en su cuello.
sus nalgas, aun estaban apoyadas en la mesa y esto le daba un peque�o margen
de maniobra para mover sus caderas y meter y sacar su verga del interior de
Ana Maria. Y as� se mov�a hasta que entro en calor y la tomo de las nalgas y
levantando su cuerpo en el aire. abraso
a Adrian, aun mas fuerte por el miedo
a caerse, y Adrian sigui� con lo suyo
al tiempo que sus pies de Ana Maria
chocaban su espalda y sus
piernas hac�an una fuerza terrible por amarrarse a Adrian y no caer. Adrian
la llevaba por la habitaci�n en andas con su verga dentro sin agitarse de
mas, la �nica agitaci�n era la de la cogida que le estaba pegando, a Ana
Maria



Cuando se canso de moverse Adrian, fue directo a la pared, ah� lo esperaba yo
. Cuando llego junto a giro a Ana
Maria, dejando su espalda contra mi. Y en eso la tome de la cintura y me mov� para buscar
la posici�n
.

Y ah� fue cuando Ana Maria, entendi� nuestra
idea y del alma le sali� un No seguido de un por favor, pero no consigui�
absolutamente nada . La verga de Adri�n segu�a dentro de ella y no pod�a
moverme demasiado estando en el aire suspendida. Entonces vinieron las
palabras a manera de consuelo sobre
que no le iba a doler que ten�amos un gel lubricante y sin terminar la frase
le introduje un dedo..Y Ana Maria
grito un poco, pero en seguida se
relajo y en seguida continuamos. Adrian no
se mov�a, solo la esperaba con su enorme verga en su vagina. Mis manos le untaron
la cola de un gel muy fri� y en segundos estaba todo preparado para la doble
penetraci�n que le dar�amos a Ana Maria ,. Estaba inquieta, eso era algo que
no se esperaba, y la resignaci�n no tardo en llegarle, pero para su sorpresa
la idea era que para penetrarla Ana Maria , deb�a ped�rselo. En esos segundos
en su cabeza pasaron mil cosas. Pero se aclararon en instantes para
comprender que lo �nico que realmente quer�a era ya
nos la cogieramos y le hici�ramos vivir la doble penetraci�n ante lo cual no tardo en pedirlo.

ANA MARIA � hacerlo.

EDGARFRANCISCO � Como?.

ANA MARIA �Hacerlo.

EDGAR FRANCISCO- Segura.

ANA MARIA. Coganrme si. ,ya m�tanme sus vergas




Y muy f�cilmente ubique el camino. La punta de mi verga, entro sin problemas
con tanto gel, pero el resto realmente le doli�, la quemaba por dentro y protestaba,
pero gem�a tambi�n, y se fue acostumbrando al tiempo que su cola fue cediendo,
y en el aire suspendida la estabamos penetrando por ambos lados, sus piernas
iban y ven�an. Sent�a ambas vergas dentro y no entend�a como entraban juntas,
el placer que le d�bamos, se fue acrecentando y el goce era pleno, una de sus
piernas cayo al suelo y la otra segu�a levantada, pero nuestras vergas, no
sal�an de su interior. El recorrido que llevaban era corto, pr�cticamente no
se deslizaban, solo presionaban contra el fondo y entraban lo mas dentro que
pudiesen seg�n nuestras vergas. En varios pasajes las tuve a ambos por
completo dentro de ella

YO de pronto dije

Adrian -Ahora te toca a ti.



Y saque mi verga de su cola. Adrian la descolg� y volv�o a tocar el piso, y
el mismo la puso de espalda y la llevo contra la mesa, Ana Maria era un t�tere y sin quejarse obedec�a con mucho
agrado. En segundos ya estaban otra vez sus pezones duros apoyados contra la
mesa y sus piernas separadas y firmes en el piso. Adrian se acerco por detr�s
y sin decir palabra alguna busco certeramente el orificio de la cola de Ana
Maria, mand�ndola a guardar su verga entera sin titubear, de tan brusco la
hizo golpear las piernas contra la mesa, lo cual no le importo demasiado ya
que no tardo en comenzar a moverse. La verga de Adrian entraba y sal�a de su pobre colita
caus�ndole un ardor que se transformaba en placer. La ten�a bien sujeta de
las caderas y la arrastraba contra su cuerpo cada vez mas r�pido mientras
Alababa su cola. su pose que tenia Ana Maria era realmente incomoda, ya que
no pod�a estar con las piernas bien extendidas sino su cola quedaba muy
arriba para ser penetrada.



Adrian la sacaba y la apoyaba contra
Ana Maria, golpe�ndola contra sus muslos, y murmuraba y se la volv�a a
hundir.



Entonces apareci yo y como si nada
tomo el lugar de Adrian, y la penetre tambi�n por la cola. Cada uno ten�amos
nuestras formas, nuestro, ritmo, y lo
hac�amos el tiempo suficiente como para no acabar. Cuando est�bamos por llegar
nos sal�amos y descans�bamos intercambiando nuestros lugares. Y as� cambiamos
dos veces cada uno hasta que yo ya no
pude mas, y se me escapo mi semen calientito. Cuando esto sucedi� mi verga estaba
por completo hundida en su ano, y el calor que sinti� fue algo indescriptible, mi verga permaneci�
enterrada hasta quedar casi vac�a a excepci�n del �ltimo y corto envi� que
salpico sobre su espalda, el resto se lo vac�e en su interior y poco a poco
mientras Ana Maria estaba extenuada y reposando sobre la mesa, sinti� como
despacio comenz� a salir y gotear por sus piernas y su vagina la leche que le
vacie.
.



Estaba realmente satisfecha Ana Maria, no quer�a ni incorporse, pero deb�a
hacerlo, tomo fuerzas por un rato mientras yo me dejaba caer exhausto en el sof�, y cuando
iba a reincorporarse, Adrian se lo impidi� y le dijo, me falta a mi, la tomo
de las caderas y la llevo hasta el somier
pidi�ndole que se ponga boca arriba y abriera bien las piernas. Se subi� al
colch�n y Ana Maria sinti� sus rodillas golpearla mientras le abr�a
las piernas aun mas. la beso desde el ombligo, pasando por sus senos y
descansando en su boca. Lo abraso y beso con ganas mientras su mano le
ense�aba el camino de su vagina a su verga, y lo encontr� en instantes, y en
instantes la estaba cabalgando otra vez. Y Ana Maria volvi� a gemir mientras se tranzaban, y la
part�a en medio con cada envi�n o metida de verga que le daba..



Adri�n, tomo sus piernas y las llevo a su pecho, y no paraba de meterle su
verga, ni bajaba la intensidad. La puso de costado y apretando sus piernas se
hizo paso con lo cual llego a un tremendo gemido, y en segundos volvi� a
separarle las piernas y dejarlas abiertas mientras preparaba sus �ltimos
empellones, y otra vez acabo Ana Maria retorci�ndose toda sobre la sabana y
manoteando la almohada, la cual cambio por sus pezones para frot�rselos una
vez mas, Adri�n sin embargo segu�a enfiest�ndola cuando Ana Maria ya se daba
por satisfecha, y tras algunos minutos mas, Adri�n tambi�n llego, la sac�
antes de su interior y su leche comenz� a fluir sobre su cuerpo, sobre su
vagina, por fuera, y sobre su abdomen incluso sobre sus senos y sin esperar
demasiado se cambio de lugar y se acomodo de modo que Ana Maria se la chupase
una vez mas, a lo cual accedi� por tan solo unos segundos, ya no daba mas Ana
Maria, estaba agotada. El semen de
Adri�n, termin� de fluir en su boca, y apenas pod�a levantar sus pechos del
colch�n, que para cuando entendi� que ya no hab�a m�s semen se dejo caer con
lo que quedaba en su boca y no se movi�
m�s por rato, tan solo para taparse con la almohada la cabeza, si quieres
vivir, una experiencia as�, y eres de tierra blanca, escribe al siguiente correo:
.live.com.mx. ya que son muy buenas. As� como Ana Maria, a la cual la dejo
Juan Carlos bien adiestrada. Y es muy buena, zorra para la cama.





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