Relato: Los grandes culitos de mis ni�as 1
De una relaci�n de 20 a�os solo saque dos hijas muy hermosas, Michelle de 18 y Fernanda de 16, las dos f�sicamente son parecidas y desde que las vi crecer tengo un oscuro deseo de sentir su piel y de probar sus jugos de placer, las dos tienen piel morena, para ser voluptuosas son muy esbeltas, Michelle tiene senos de buen tama�o, caderas grandes y cintura muy definida, cabello largo ondulado, unas piernas muy ricas, muslos carnosos y suculentos y lo mejor es su enorme culito, salton, redondo y bastante firme, Fernanda sigue desarroll�ndose, tambi�n tiene buenas caderas y una cinturita definida, piernas y muslos exquisitos y carnosos, senos peque�os pero sigue desarroll�ndose y lo mejor de todo su cuerpo es ese hermoso culo salton como el de su hermana, la primera vez que las vi con claridad fue una tarde en un balneario, Michelle llevaba un bikini azul y Fernanda uno amarillo, mi verga nunca se hab�a puesto tan dura en mi vida despu�s de ver sus deliciosos cuerpos.
En las tardes suelo espiar sus cuartos, suelo tomar las tangas de mi Michelle y olerlas, su aroma me encanta, tomo sus Brassieres y me masturbo hasta correrme en sus copas, de mi Fernanda tomo sus panties y las lamo imaginando que es su panochita joven, en las noches me gusta verlas desvestirse, con unas c�maras que puse en sus cuartos, Michelle se suele ver por mucho tiempo desnuda en el espejo y algunas veces me da un gran espect�culo al masturbarse con un gran consolador que tiene "escondido" lo chupa con mucha energ�a, se penetra repetidamente y hasta se lo mete en su rico culo hasta que cubierta de sudor se corre conteniendo sus gritos con su almohada, Fernanda sol�a desvestirse y dormirse casi todas las noches, aveces se inclina en su cama acariciando sus tersas nalgas, metiendo dos dedos en su ano por un buen rato hasta correrse, una noche revisando los v�deos vi como Fernanda descubre el consolador de su hermana, y se masturbo por casi dos horas, lo met�a en su boca saboreando la panochita de su hermana, lo frotaba en sus peque�os pero suculentos senos, lo met�a con fuerza y rapidez en su co�itos hasta que se retorc�a de placer, esa noche supe que mi Fernanda seria la primera en ser m�a.
Una noche en la madrugada me met� a su cuarto, con cuidado la destape, ella estaba dormida, no pod�a creer lo que mis mas bajos instintos me obligaban a hacer, su ropa para dormir ya le quedaba algo peque�a, su delicioso aroma solo me pon�a mas ansioso, tome unas esposas y se las coloque aferr�ndola a su cabecera, le quite toda su ropita, su cuerpo joven me impresiono, tan firme, tan exquisito, con mi lengua lamia cada cent�metro de ella, sent�a como su piel se erizaba y ella empezaba a gemir, al llegar entre sus piernas la imagen me cautivo, como sus muslos apretaban delicadamente su co�ito algo h�medo e hinchado, al acercarme mas a su sexo su dulce olor me cautivo, mi lengua no se zaceaba de su sexo, hasta que ella se despert� y empez� a forcejear, tome su shortcito y se lo met� a la fuerza en su boquita, le di una cachetada muy fuerte, ella lloraba y me ve�a con miedo, la tome del cabello y le dije "se que lo disfrutas puta, y me vas a pedir mas y mas vale portarte bien o ya veras", ella con su cabecita me dijo que si y yo prosegu� a lamer su co�o peladito, mi lengua le provocaba muchos espasmos a mi ni�a, ella trataba de aguantarse las ganas de gemir pero no pod�a, al meter mas mi lengua en su co�o note como su piel se erizaba, su espalda se arqueaba y lo mejor fue sentir su himen, frote con mis dedos su co�o hasta que sus jugos salieron como cascadas y con sus gritos apagados por su ropita ella se corri�, gire sus caderas para sentir ese gran culo suyo con mi verga, besaba su cuello y frotaba su panochita que solo se humedec�a mas y mas, quite su short de su boca y le dije "te gusta verdad hija, eres una putita insaciable" ella lloraba y me dec�a que me detuviera, cada vez que se quejaba le daba unas palmadas fuertes y r�pidas en la concha que solo hac�an que se estremeciera mas y mas, mi verga ya estaba dura de nuevo por sus nalgas, sent�a como su cuerpo la traicionaba ya que sus caderas ten�an un ritmo con el que mi verga estaba en el cielo, met� mis dedos en su co�o para mojarlos de sus jugos, se los met� en la boca forz�ndola y le dije "de hoy en adelante eres m�a te guste o no, mas te vale hacerme feliz o tu castigo sera grande" ella me dijo "si papa, pero ya no me lastimes" puse mis manos en sus senos y los apret� lo mas fuerte que pude "eres m�a recuerdalo" ella estuvo apunto de gritar pero met� mi lengua en su boquita, ella me devolvi� el beso de mala gana, levante su pierna frotando mi verga contra su conchita que palpitaba de placer, le dije "quieres que te la meta en la concha o en tu culito primero" ella me dijo con algo de miedo "en mi puchita primero" de un golpe se la deje caer, ella gritaba de dolor al principio mientras que sus juguitos y algo de su sangre sal�an de su virgen cuevita, yo mord�a su espalda y le dejaba unos chupetones en su delicado cuello mientras que jalaba y pellizcaba sus pezones, su co�o era muy estrecho, a los 15 minutos de penetrarla no aguante mas y explote dentro de ella, ella se estremeci� al sentir mi semen caliente entrar en su co�o, me arrodille en frente su cara y con violencia hice que me dejara la verga muy limpia con su boca, al principio forcejeo pero despu�s su lengua me hizo sentir mucho placer.
la deses pose de su cabecera, la empine, y la obligue a mostrarme su ano, ella estaba humillada ante mi lo que me hacia desearla mas, puse mi cara entre sus perfectas nalgas de 16 y lam� su culito hasta dejarlo bien dilatado, ella soltaba gemidos dulces, hasta que met� mi verga sin piedad en su virgen culo, ella gritaba y se quejaba dici�ndome "por all� no, sacala me duele" cada vez que saque mi verga de su estrecho ano ella gem�a como loca, al principio de dolor despu�s de un placer que no pod�a ocultar, note como sus jugos ca�an como cascadas en sus piernas, ella minuto tras minuto de sexo anal lo gozaba, hice que se corriera unas 2 veces hasta que sent� que iba a explotar, abr� su boquita y casi al instante explote d�ndole su primer trago de leche, me levante de la cama y le dije con tono serio "mas vale que ma�ana est�s mejor que hoy" al entrar a mi cuarto y ver el monitor de la c�mara de u cuarto vi como Fernanda lloraba y lo que mas me impresiono es que al llorar se masturbaba, sin duda era insaciable.
Desde esa noche le hago de todo a mi Fernanda, pero Michelle es la que sigue, necesito que sea mi y Fernanda me va a ayudar a hacer eso posible.