Relato: 25 A�os

Aclaraci�n: esta historia como sus personajes son totalmente FICTICIOS


25 A�OS



Veinticinco a�os cumplimos de matrimonio, veinticinco a�os de hermosa convivencia, veinticinco a�os de amor, veinticinco a�os de fidelidad, veinticinco a�os que se desmoronaron de la noche a la ma�ana, tan r�pido que no nos dimos cuenta, como cae un castillo edificado sobre la arena.

Hoy, a mis cincuenta a�os miro hacia atr�s y recuerdo el principio del fin, hace ya unos cinco a�os. Magdalena � simplemente Magda, como yo la llamaba, era un par de a�os m�s joven que yo, nos hab�amos casado muy j�venes, ella era menor de edad y su padre tuvo que dar el consentimiento para que formaliz�ramos, eran otras �pocas� Yo no ten�a mucha experiencia en el sexo y ella era virgen, yo fui su �nico hombre hasta ese momento. Magda es una mujer muy bonita, y no lo digo porque fuera m�a, lo digo porque es una realidad, alta, casi un metro ochenta, de cuerpo grande, esbelto, cola grandota, parada, anchas caderas, unos pechos perfectos que me enloquec�an, grandes, demasiado grandes, con aureolas gigantes rodeando sus pezones, y que pezones! grandes, duros, imponentes. Su rostro es perfecto, labios delgados, mirada serena y relajada, su piel blanca como la leche est� minada por millones de pecas, enormes ojos negros como la noche, cabello largo, de grandes rulos que llegan casi a su cintura, y lo mas bello, ella es locutora, tiene una voz sumamente grave para una mujer, cautivante, seductora�

Yo trabajo en las oficinas de una gran empresa productora de acero, es enorme, incluso hay que trasladarse en veh�culo de secci�n a secci�n. En esa �poca estaba en busca de un ascenso, estaba por conseguirlo pero debi� posponerse porque la empresa estaba mal, al punto que la mayor�a de sus acciones fue adquirida por una colega espa�ola. En no m�s de un mes los cargos directivos y las principales gerencias fueron ocupadas por gente de la casa matriz que vino especialmente a encaminar el negocio. As� fue que conoc� a Francisco Cervantes, mi nuevo jefe, con un acento tan espa�ol que me causaba gracia. El conoci� r�pidamente al personal a su cargo, incluso sus aspiraciones y promesas pendientes, como mi tan ansiado ascenso.

As� fue que cuando tuve suficiente confianza decid� invitarlo a cenar a mi casa, era una posibilidad de hablar en privado sobre mis ideas y ambiciones, adem�s el estaba solo, su esposa lo esperaba en Espa�a y no tendr�a motivos para oponerse, de hecho acept� sin inconvenientes.
Ese S�bado hac�a calor, por lo que prepar� la mesa en el jard�n del fondo, para comer al aire libre, luego llev� a mis don hijas y mi hijo mas peque�o a lo de mis padres, ellos son adolescentes y en esta edad tan conflictiva podr�an haber sido un duro escollo, adem�s necesitaba privacidad.
Cuando volv�, Magda ya estaba lista, extremadamente bonita, hasta provocativa podr�a decir, con una pollera larga hasta las pantorrillas color negra, ajustada, tan ajustada que marcaba las l�neas de un peque�o culote que ten�a abajo, arriba, una remera strapless roja, de esas que no tienen hombros y pr�cticamente la sujetaba con su busto sin sost�n, eso hac�a que sus pezones resaltaran mas de lo com�n, hermosa, sencillamente hermosa�
Al tiempo lleg� el, quien se vio impactado con la belleza de mi esposa, lo not� en su rostro, uno se da cuenta de esas cosas. Luego de las presentaciones fuimos al patio mientras ella se qued� en la cocina ultimando los detalles, yo comenc� a hablar de lo que quer�a hablar, pero al tiempo me interrumpi� y recuerdo que dijo m�s � menos as�

- Joder, pero que guapa est� tu se�ora t�o! Debe follar muy rico!

Eso me descoloc�, como pude retom� la conversaci�n pero me di cuenta que el estaba en otra parte, y as� pas� la cena, el no sacaba los ojos de Magda y not� tambi�n que ella tambi�n ten�a onda, claro, Francisco era unos diez a�os mas joven, alto, elegante, vest�a bien, ol�a bien, cort�s, seductor, y ten�a ese no se que por ser extranjero.
Bebimos bastante, mi esposa r�pidamente se hab�a pasado de copas, se re�a sin motivos y no guardaba compostura, a veces me incomodaba, encima el no la sacaba la mirada de las tetas�

Magna hab�a ido a la cocina a buscar el postre y al final no aguant� mas, me dijo que si tanto quer�a mi ascenso que le permitiera acostarse con ella, era un trato, mi primera reacci�n fue negativa, pero lo medit� unos segundos y mi ambici�n pudo mas, le dije que fuera donde estaba ella y que si la seduc�a yo no me opondr�a, estaba seguro que ella le dir�a que no, de esa manera el no se lo dar�a ella y no yo, era la trampa perfecta.
El fue raudamente, esper� unos minutos y escuchaba las carcajadas de mi esposa, no pude aguantar la intriga y fue a ver que suced�a, no lo pude creer! ella serv�a caf� con el postre, el estaba a su espalda teni�ndola por la cintura y susurr�ndole al o�do, refreg�ndole su �polla� por el trasero, los pezones de Magda estaban hinchados por la excitaci�n y parec�an querer reventar la remera, como termin� la historia? Fuimos los tres a la cama�

En esa locura acept� entregar a mi mujer por mi propio bien, nos desnudamos r�pido, Magda estaba sorprendentemente activa y desinhibida, mi jefe no sacaba la mirada de sus pechos, y yo� yo me qued� mirando sorprendido la pija de Francisco, en reposo ya asustaba por sus dimensiones
Magda y yo comenzamos apasionadamente como siempre lo hacemos, acariciando rec�procamente nuestros cuerpos desnudos, nuestras lenguas se entrelazaban, sent�a sus pechos contra el m�o, ella gir� y se fue en busca de el que permanec�a a la expectativa, en silencio, lo abraz� desinhibidamente, acarici� su rostro, se puso en puntas de pie y le meti� la lengua en su boca, el respondi� apret�ndole fuertemente los gl�teos.
Yo me acerque por detr�s dej�ndola a ella en el medio de ambos, Magda alternaba entre ambos hombres besos apasionados, estaba excitada rodeada por ambos, jadeaba.

Francisco fue hacia la cama haciendo que ella lo siguiera, el la gui� haci�ndola poner invertida sobre el en un perfecto sesenta y nueva, desde donde yo estaba solo ve�a como mi amor le empezaba a chupar la pija a mi jefe, su miembro crec�a y crec�a, se pon�a mas y mas duro, Magda estaba entregad�sima, no pod�a creer ver como disfrutaba lamer esa verga, si veinticinco a�os me hab�a jurado y jurado que le gustaba solo la m�a, reconozco que e mi me excitaba ver al amor de mi vida lamiendo la verga de un desconocido, tan entregada, tan puta, nunca lo hubiera imaginado, la verga de Francisco era tan gruesa que casi no cab�a en la peque�a boca de mi esposa, casi todo su tronco quedaba visible. Ella permanec�a tan concentrada que se hab�a olvidado de mi, en un instante levant� su vista y se acord� que yo tambi�n estaba, me mir� y sin sacar la carne de su boca me indic� con el dedo �ndice que me fuera a su encuentro con sonrisa perversa.
Me acerqu� a ella quien entonces comenz� a alternar entre ambas vergas, sosteniendo una en cada mano y chupando una y la otra, una y la otra, les juro que en todos lo a�os de matrimonio jam�s me hab�a hecho semejante �lavaje� de miembro, ten�a una calentura descomunal. A todo esto mi jefe segu� perdido chup�ndole la concha, a ella le encantaba que le practiquen sexo oral. Magda me tiro se la pija hasta hacer que lo apoyara contra el de Francisco, verga contra verga, luego los apret� a ambos entre sus manos y comenz� a lamerlos al mismo tiempo, abr�a la boca tratando de devorarlos juntos sin conseguirlo, empez� a gemir mas fuerte, a contraerse a tener espasmos, se acababa en boca de Francisco, trataba de acallar sus gritos tapando su boca con carne, todo lo que pod�a, respiraba excitada, Magda es una mujer que llega r�pidamente al orgasmo, y ac� hab�a una prueba�

Llegaba el turno de cogerla entre ambos, ella sin perder tiempo se dio vueltas y se sent� sobre la verga de Francisco, mi esposa es una mujer voluptuosa pero de vagina peque�a as� que no le entraba mas que la mitad, ella gritaba en cada salto, mezcla de dolor y placer, Francisco estaba perdido entre esos pechos exuberantes, con su acento espa�ol no dejaba de alabarlos, balbuceaba entre sus pezones mientras acariciaba el orto regordete de mi esposa. A todo esto me acerque por un costado, la tom� por el cabello y comenc� a pegarle con mi verga dura por toda la cara, ella con los ojos entreabiertos, disfrutaba cegada por el placer, gem�a demasiado as� que hice ahogar sus gritos d�ndole en la boca un buen rato. Estuvimos un bastante tiempo cambiando de posiciones y variantes, mi jefe se estaba comiendo una mujer incre�ble, Magda embriagada por el alcohol hab�a sacado una puta escondida y yo, yo estaba confundido, conociendo una nueva mujer y pensando en mi futuro ascenso�

En un momento mi esposa me dijo:

- Mi amor, que te parece si le mostramos a tu jefe como me haces la cola? Quiero que el nos mire mientras nosotros lo hacemos�

As� que ella se recost� sobre un lateral y me hizo colocar a su espaldas, en cucharita, era una posici�n que a ella le gustaba mucho, lubriqu� un poco con saliva y r�pidamente se la estaba dando por el culo mientras le levantaba la pierna para que el viera bien, ella gritaba otra vez y buscaba que la clavara bien profundo, Francisco miraba esperando su turno con la verga erguida, no sab�a si prestar atenci�n a la clavada anal que le pegaba � a los pechos enorme que saltaban en cada empuj�n.
Cambiamos, ella comenz� a cabalgarme con una pierna a cada lado, d�ndole a el ahora la espalda y poniendo en mi boca sus dulces senos, que hermosos eran! mis manos no alcanzaban a contenerlos, los disfrutaba de una manera especial, mi lengua recorr�a en c�rculos sus enormes pezones y ella apretaba su esf�nter en mi verga que lat�a en su culo, y como sacud�a su culo!. Ella har�a un nuevo cambio, pasar�a mi pene a su vagina y mir�ndolo a el le dijo

- Dale, ven�, te toca a vos! ofreci�ndole ahora a el su culo�

Una vez mas, yo no pod�a creerlo, el se acerc� por atr�s y vi en el rostro de mi amada el placer que sent�a cuando el comenzaba a taladrarle el trasero, apret� sus manos contra mi pecho, y a medida que yo sent�a la verga de mi jefe haci�ndose lugar en el otro hueco ella iba clavando sus u�as en mi piel hasta hacerme doler.
Y casi no pod�a moverme porque estaba debajo de todos, pero sent�a la enorme verga de Francisco entrando y saliendo en su culo, me calentaba tanto, la situaci�n, era tan fuerte el empuje, eran tan fuertes los gritos de la perra de mi amor, que el solo roce constante de la piel de su vagina provocadas por los embates traseros hicieron que me acabara en su interior, apret� fuerte sus pechos y largu� todo el esperma contenido hasta la �ltima gota, el sigui� d�ndole fuerte, mi pija perdi� erecci�n y ya no pude mantenerla adentro�

Qued� rendido a un costado, �game over� me dije as� que los esper� a que ellos terminaran, Francisco la puso de espaladas contra la cama y le levant� las piernas sobre sus hombros, se la volvi� a meter en el culo, bien profundo, ella ped�a mas y mas y el no dejaba de disfrutar sus tetas, duro, duro, mas duro, sac� su miembro y r�pidamente se ubic� lo suficientemente cerca para acabarle todo el los pechos a Magda, le cont� asombrado siete �disparos� de leche, suficiente para cubrir sus dos �monta�as�. Mi esposa estaba rendida, qued� relaj�ndose pas�ndose todo el semen sobre sus pechos, dulcemente, incluso de vez en cuando lam�a sus dedos sucios, cosa que me llamaba la atenci�n porque ella no soportaba el semen en su boca�

Y ese fue del principio del fin, en adelante mis celos se hicieron presente, las comparaciones, no lo soportaba, ella, en contra de lo que yo quer�a hab�a hecho este tr�o una cosa habitual, mi ascenso segu�a en promesas y la relaci�n con Francisco se fue tensando tambi�n, cogerse a mi esposa se hab�a convertido en una rutina, el juego ya no me gustaba, pon�a mucho y no recib�a nada.
Mi nivel de desacuerdo fue subiendo con ambos, poco a poco fui quedando afuera del tr�o, hasta que solo fue una relaci�n entre ellos, le dije a Magda que piense lo que hac�a, el era joven, ten�a poder, ten�a dinero y encima ten�a mas pija, pero ten�a amor?
Siguieron tiempos duros, ellos se fueron a vivir juntos, divorcio de por medio, como explicarles a los chicos, fui trasladado a otro sector, con nuevo jefe y sin mi ansiada promoci�n, problemas y mas problemas.

Hace dos a�os Magda volvi� a mi, quer�a que la perdone y le de una nueva oportunidad, reconoci� que estuvo enceguecida por el brillo de esa estrella fugaz pero todo hab�a pasado y quer�a volver a mi� que l�stima, las cosas hab�an cambiado y ella hab�a jugado mal sus cartas, me suplic� de rodillas, yo hab�a apostado y hab�a perdido, pero no pensaba pasar por lo mismo otra vez.



Pam

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