Relato: Mi prima Laura Mi prima Laura
Luz Mar
En ocasiones anteriores les he contado dos de mis m�s
significativas experiencias sexuales, las cuales han sido publicadas en estas
p�ginas. La primera de ellas, el delicioso momento con mi prima Rosaura (ver Mis
primos y mi t�a - filial) y la m�s reciente sobre mi primera vez (Mi nuevo
vecino - primera vez). En esta oportunidad voy a narrarles lo sucedido con mi
prima Laura, hermana de Rosaura y Carlos.
Pues bien, dos meses antes de que se dieran los hechos con
Laura, hab�a regresado a casa de mam� para pasar con mi familia los d�as de
vacaciones escolares. Durante esos dos meses me despreocup� por los estudios,
dedic�ndome a visitar a mis amigos, en especial a las chicas que han estado
�ntimamente presentes en mi vida, divirti�ndome a lo grande, lo que mucha falta
me estaba haciendo. Ese tiempo que pas� al lado de los m�o fue igualmente
inolvidable.
Se acabaron las vacaciones y regres� de nuevo, con mucha
alegr�a, a casa de mi t�a Isabel donde me encontrar�a con algunos cambios
interesantes. Laura se hab�a enterado de la relaci�n que Rosaura y yo
manten�amos desde hac�a meses. Rosaura, dentro se su ingenuidad y cari�o de
hermana, se lo hab�a confesado como la experiencia m�s grande que jam�s hab�a
tenido y que la hac�a muy dichosa. Laura prometi� guardarle el secreto, muy
especialmente ante Carlos y su mam�, pero lo que menos se esperaba mi tierna
primita era que conmigo, ella quebrar�a la promesa. Por supuesto, ese
incumplimiento tra�a impl�cito toda su intenci�n.
A los tres d�as de mi llegada, Laura y yo nos encontr�bamos
lavando los platos del desayuno cuando a baja voz, casi susurrando para no ser
escuchada por la t�a, que ve�a las noticias de la ma�ana en el televisor de la
sala, me dijo al o�do "Te cuid� muy bien a tu querida primita". La mire algo
confundida emitiendo solamente un entrecortado "�ah?". "Si, y ha aprendido
perfectamente lo que le haz estado ense�ando. �Ha sido una buena alumna,
verdad?", me dijo de inmediato. Yo hab�a entendido en parte el mensaje que me
estaba lanzando, y sin permitirme responder continu� susurr�ndome "No imaginaba
que fuera una chica tan deliciosa". Esas palabras me lo dec�a todo, por lo que
inteligentemente le respond� "As� es, pero lo mejor es que hablemos en otro
sitio, ah� est� la t�a. �No te parece?". "De acuerdo", respondi�, agregando
"vamos a vernos en el estudio para cont�rtelo todo", "OK, d�jame terminar con
los platos, esp�rame all�" �Ser� que durante mi ausencia hab�a sucedido entre
ellas dos lo que me estaba imaginando?, me preguntaba a mi misma, a la vez que
apresuraba el trabajo del secado de los platos para dirigirme, sin p�rdida de
tiempo al estudio. Mi coraz�n palpitaba aceleradamente.
Una vez en el estudio, previa comprobaci�n de que no hubiera
moros en la costa, me cont� con lujos de detalles que Rosaura le hab�a contado
todos los secretos que yo le hab�a ense�ado y de los momentos deliciosos que
siempre pas�bamos. Igualmente me confes� que ella tambi�n era lesbiana desde los
16, cuando comenz� a hacerlo con Cristina, una chica de 18 a�os, amiga de
nosotros, quien vive a cinco casas de la nuestra. Tambi�n agreg� que siempre le
hab�a tenido ganas a su hermanita, pero que se hab�a estado absteniendo por lo
peque�a que era y porque pudiera crear un conflicto familiar, pero, ante su
confesi�n, aprovech� el momento que siempre hab�a deseado; Rosaura se le entreg�
sin rechazo alguno, haci�ndola suya con todas las ganas. Seg�n sus palabras, a
partir de ese momento lo estuvieron pasando a las mil maravillas durante mi
ausencia. "Tienes que cont�rmelo todo detalladamente", le dije. "Seguro que si,
pero no en este momento �Qu� te parece si no vamos al liceo hoy y nos quedamos
en casa hablando con calma sobre el tema?". "mmmm� me parece bien", respond�
interesada en su propuesta. "Bueno, entonces regresemos a la sala a la espera de
que mami se vaya a trabajar y Rosaura a estudiar", concluy�.
Ya la t�a se hab�a ido a su oficina cuando le ped� a Rosaura
que se fuera sin mi al liceo porque yo ten�a que terminar un tema sobre biolog�a
e ir�a a la biblioteca a consultar libros. Mir�ndome con cierta curiosidad se
march� a clase.
Cuando comprobamos que todo estaba tranquilo en los
alrededores, mi prima mayor y yo nos sentamos en el sof� de la sala, una al lado
de la otra. Ah� termin� de narrarme paso a paso todos los hechos ocurridos con
Rosaura. Sus er�ticas palabras ya hab�an comenzado a producir efecto dentro de
mi short, moj�ndose con los tibios jugos que comenzaban a brotar de mi vagina,
ya que debajo del pantaloncito no llevaba panti. "�Ahora quiero hacerlo contigo,
Luz, debes ense�arme todos tus secretos", me indic�, buscando de inmediato mis
labios y colocando al mismo tiempo su mano abierta sobre mi vulva. Respond� a su
dulce ataque con mis besos y mi lengua, a la vez que abr�a mis piernas para
facilitar las caricias de sus dedos entre mis labios vaginales, movi�ndolos
deliciosamente suaves sobre la tela sin dejar de presionarlos hacia dentro.
Nuestros besos se hac�an cada vez m�s intensos y apasionados y mis manos
buscaron sus senos desnudos debajo de la franelita de algod�n que llevaba
puesta. Laura es una de esas chicas de quien se podr�a decir que posee unos
senos perfectos; el tama�o ideal que cualquier chica pudiera desear tener,
redondos y firmes con un par de grandes aureolas oscuras, con sus erectos
pezones que yo acariciaba entre mis dedos. Nuestros gemidos se confund�an en un
melodioso concierto er�tico. Mis labios succionaban uno de los largos y brotados
botoncitos, que como duros borradores de un l�piz, se erig�an soberanos sobre
sus senos. Los gemidos continuaban y el calor aumentaba en nuestros cuerpos.
Laura, mientras besaba mi , se dedic� simult�neamente a quitarme el short para
dejar desnuda mi empapada rajita, donde introdujo dos de sus dedos e iniciar as�
un exquisito meta y saque que me produc�a las mas sabrosas sensaciones y
generaban los m�s r�tmicos movimientos de mis caderas. Sin sacar los dedos de
aquel lubricado albergue baj� su cara hasta mi entrepierna. Como yo sab�a lo que
iba a venir, ech� mi cuerpo hacia adelante, apoyando �nicamente parte de mis
nalgas sobre el borde del asiento, abriendo mis muslos a todo lo que daban de
ancho. Laura cubri� mi cosita con su boca, sin dejar de meter y sacar sus
maravillosos dedos, lo que ya me ten�a desesperadamente alterada a punto de
orgasmo. Su lengua revoloteaba por toda mi cuca; sobre los labios externos e
internos, sobre el erecto cl�tori, el que a rato chupaba dentro de la boca o le
daba delicados mordisquitos. Esa combinaci�n de lengua y dedos que se agitaban
en cada parte de mi sexo, me elev� al cielo para desatar en mi interior una
serie de orgasmos que se suced�an uno detr�s del otro. Mi cuerpo se sacud�a
espasm�dicamente ante las m�ltiples acabadas que se hac�an due�as de cada fibra
de m� ser. De repente, como volc�n en erupci�n, de mis entra�as explot� el m�s
intenso de los orgasmos que hizo que mi cuerpo se arqueara y que yo pidiera
clemencia a la lengua de Laura que desenfrenadamente castigaba mi adorada
pepita. Ca� rendida, muerta, sobre el sof�, con la respiraci�n acelerada y
profunda y la repetici�n de peque�os gemidos ag�nicos. Laura termino de lamer mi
vagina intentando con ello secar aquella lubricada parte de mi cuerpo con su
lengua, a la vez que le proporcionaba delicados besitos en se�al de gratitud.
"�Eres lo m�s divino que he podido tener en mi boca!", susurr�.
Laura se hab�a quitado de entre mis piernas para sentarse a
mi lado y tomando mi cabeza la coloc� sobre su pecho desnudo. Yo le respond�
acurruc�ndome en su regazo. Pasaron unos minutos en esa posici�n, dici�ndole
cuan agradecida estaba por tan inmenso placer. La sensaci�n de elevaci�n que me
hac�a flotar en el limbo no terminaba ni yo tampoco quer�a que cesara. Tomando
la iniciativa nuevamente y sin dejar de darme besos en la mejilla, la frente y
los labios, me dijo: "ahora me toca a mi. Te ense�are a que me hagas algo que me
vuelve loca. Ven, vamos a la cama". Nos levantamos del sof� y nos dirigimos a su
habitaci�n.
Su cama ancha estaba ordenadamente tendida con s�banas
limpias que ol�an a flores. Laura se dirigi� al closet donde sac� una caja larga
y plana. De su interior extrajo un tremendo consolador negro como de 30
cent�metros de largo, de hinchadas venas y cabeza pulidamente brillante. "Vaya
que eres glotona", le se�al�. "si�", me respondi�, agregando a continuaci�n "es
mi Rambo. Le debo muchos momentos de felicidad". Sin dejar de comentar las
bondades de su "Rambo", tambi�n sac� de la caja unas trenzas largas de sat�n
negro y tendi�ndose sobre la cama me invit� a que hiciera lo que me iba a
indicar. "Ven, �breme las piernas y atas cada uno de mis pies a los lados de la
cama". Abr� lo m�s que pude sus piernas, amarrando cada uno de los pies como
ella me dijo. Esa vista, con su expuesta cuca brillando por los jugos que
segu�an saliendo de entre los gruesos y brotados labios, me embriagaba. El
espect�culo que se presentaba ante mis ojos, muy usual en el sadomasoquismo, era
nuevo para m�, solo lo hab�a visto en algunos videos, sin embargo la excitaci�n
que me daba era tremenda. "Ahora las manos", me orden�, y tom�ndola por las
mu�ecas, at� cada uno de sus brazos a cada lado del espaldar de la cama,
quedando, de esa manera, inmovilizada. Sin que ella me dijera lo que deber�a
hacer a continuaci�n, busqu� sus labios y su lengua, la que se entrelaz� con la
m�a en un juego er�tico mezclado con nuestras salivas, que nos iba subiendo al
limbo muy r�pidamente. Mientras mi lengua jugueteaba con la suya, mi mano
acariciaba su cl�tori; met� un dedo en su encharcado hoyo, entrando y saliendo
con facilidad por la excesiva lubricaci�n que ah� hab�a. La calentura de Laura
estaba al m�ximo, demostr�ndose con sus gemidos ahogados por mi boca y los
movimientos circulares de sus caderas, que al comp�s de mis dedos entrando y
saliendo, hac�a un perfecto coito. Los m�sculos vaginales presionaban mis dedos.
Ella sab�a utilizar muy bien esa parte que algunas mujeres saben dominar muy
bien y que tanto les encantan a los hombres. Pod�a sentir como capturaba y
soltaba mis dedos dentro de la vagina. No quer�a sacarlos de tan caliente
aposento, al contrario, intensificaba el entra y sale que la estaba haciendo
gozar inmensamente. Mientras con mayor fuerza la cog�a con mis dedos, mas r�pido
agitaba sus caderas en c�rculos y de abajo hacia arriba. El trabajo que le daban
mis dedos lo reforc� con sus senos, succionando los pezones con de mi boca,
acarici�ndolos a la vez con la punta de mi lengua. Laura aumentaba su agitaci�n
y desespero, lo que me indicaba que pronto se vendr�a con mucha fuerza.
Adelant�ndome a lo que se ve�a venir, tom� a "Rambo" con mi mano llev�ndolo a su
cuca. Saqu� los dedos de su palpitante raja para sustituirlos por aquel
gigantesco aparato que sin contemplaci�n lo fui metiendo y sacando, acompa�ando
su arremetida con mi lengua que se dedic� incontrolablemente de su duro y rosado
bot�n. El cuadro sensualmente er�tico que se estaba presentando me ten�a a
mill�n, en una excitaci�n que de un momento a otros no podr�a controlar m�s.
Laura tambi�n acababa de perder el control de si misma para estallar en un
orgasmo que le hac�a convulsionar todo su cuerpo. De su garganta brot� un
ahogado grito que repet�a en la medida que esa gigantesca acabada se adue�aba de
su ser. Pas� seguido, mi cuerpo comenz� a estremecerse de la misma manera como
lo estaba haciendo el de mi prima. Jugos que empapaban las sabanas y se
entremezclaban sobre nuestros vientres y muslos; gemidos de goce y electrizantes
espasmos simult�neos dominaban el ambiente en aquella habitaci�n saturada a olor
de hembra en celo. �Un siglo acabando hasta que el agotamiento y la satisfacci�n
nos dejaron inerte!
Pasaron unos minutos cuando decid� desatarla para acostarme a
su lado. Laura acomod� confortablemente su cabeza sobre mi pecho, su mano
montada en mi seno y uno de sus muslos sobre el m�o. Nos dijimos muchas cosas
sobre lo maravilloso que hab�a sido tan inolvidable momento y lo tanto que lo
hab�amos disfrutado. Estuvimos am�ndonos hasta el mediod�a; luego tomamos una
ducha juntas y nos preparamos para cuando la familia regresara a casa.
Con mi prima Laura se abr�a otra puerta hacia el disfrute
sexual con mi familia. Nos seguimos amando a escondida de mi t�a y de Rosaura, e
incluso compart�amos ardientes horas con su amiga Cristina, la mayor�a de las
veces en la casa de �sta. El secreto con Rosaura se mantuvo hasta el d�a que
ella entr� sin avisar al cuarto de Laura, encontr�ndonos en pleno goce. Este
ser� otro tema que les narrar� en su momento, as� como tambi�n, no dejen de
estar pendientes de las cosas que se siguieron sucediendo en la casa de mi t�a
Isabel.
Luz Mar
Nota: Este relato forma parte de una serie que estar�
publicando, junto a los ya colocados en la web sobre m� prima Rosaura y mi
primera vez ( � amor filial y
� mi primera vez)
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Relato: Mi prima Laura
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