Buenos Vecinos
a verdad es que a mis cincuenta y un a�os aun estoy de buen
ver, soy alta, casi no tengo arrugas (unas poquitas en el cuello y alrededor de
los ojos y nada mas) tengo buenos pechos, grandes y todav�a duros, no he tenido
hijos y hago gimnasia todos los d�as as� que aun tengo una cintura estrecha, el
vientre plano y aunque el trasero se ha puesto un poquito m�s llamativo con los
a�os, aun lo mantengo firme y duro. Las piernas largas, quiz�s los muslos un
poquito m�s jamones de lo que eran hace veinte a�os; en conjunto hay mas carnes
de las que hab�a, pero todav�a duras, en los sitios clave y de muy buen ver. En
verano, cuando voy a la playa en traje de ba�o aun recibo un buen numero de
miradas codiciosas y poca gente me calcula mas de los cuarenta y pocos. La raz�n
por la que explico todo esto no es porque sea vanidosa, si no para que puedan
entender my situaci�n y mi soluci�n.
Yo siempre he sido bastante fogosa en materias sexuales y
mientras viv�a my pobre Joaqu�n no hab�a ning�n problema porque �l, aunque de
aspecto muy respetable, y pareciendo muy poquita cosa, con barriguita, medio
calvo y con gafas, en realidad era calent�n y muy vicioso y me hacia de todo con
mucha frecuencia. �l me tenia bien satisfecha, tanto que yo le enga�e muy pocas
veces, no m�s de tres o cuatro veces por a�o. Como no quer�a l�os siempre lo
hacia con desconocidos y no volv�a a repetir, porque yo bien sabia de mis amigas
que tener un amante fijo no daba mas que l�os y quebraderos de cabeza.
De joven yo estaba aun de mejor ver y nunca me faltaron
voluntarios, desde taxistas hasta abogados y m�dicos, todos lo ped�an y yo de
vez en cuando les complac�a en el taxi, en el despacho, en la consulta y si
hacia falta, en un portal oscuro. Ya he dicho que soy mas bien fogosa para cosas
del sexo (supongo que algunas beatas hasta me llamar�an viciosa) Pero yo tenia
mucho cuidado de que mi Joaqu�n no se enterara de nada, porque, aunque �l era
bueno, era un poco moro con eso de los celos y si se hubiera enterado de mis
trapicheos me hubiera matado.
Adem�s cuando Joaqu�n se me trajinaba, me daba
bien dado, por todos los lados hasta que me dejaba satisfecha, el pobre tenia un
aguante y un vigor... �Qu� pena! As� fue como se me muri�. �l tenia ocho a�os
mas que yo, era funcionario de un ministerio, siempre detr�s de una mesa, no
hacia ni gimnasia ni ejercicio, como yo y adem�s fumaba. Quiz�s por eso no
estaba en tan buena forma y una noche cuando se me estaba trajinando mientras �l
llevaba un vibrador puesto en su trasero (ya he dicho que el pobre Joaqu�n era
calent�n y viciosillo) se excito tanto que se me muri� como un pajarito. La
verdad es que yo ni me di cuenta, me tenia a cuatro patas en el suelo mientras
�l me daba por detr�s (le gustaba mucho sodomizarme al pobre, tanto que yo ya me
hab�a acostumbrado y tambi�n me gustaba mucho que me dieran por ah�) yo note que
dejaba de moverse y se apoyaba sobre mi espalda. Cuando note que el aparato se
le encog�a, dije:
Anda Joaqu�n no seas soso y mu�vete un poco que se te esta
poniendo peque�a y no noto nada.
Cuando not� que �l no se mov�a me di la vuelta y,el
pobrecito, se me cay� al suelo como un saco de patatas. Yo me di cuenta de que
se hab�a muerto, pero de todas formas llame a los de la ambulancia. Llegaron
enseguida pero me dijeron que no hab�a nada que hacer que ya llevaba muerto un
rato. Me preguntaron que como hab�a pasado (el pobre Joaqu�n estaba desnudo,
pero, al menos, le hab�a quitado el consolador del trasero) y yo les dije que se
muri� mientras hac�amos el amor. Ellos me explicaron que a los hombres mayores
(Joaqu�n tenia 58 cuando muri�) les pasa esto a menudo. Parece ser que tienen
las arterias del coraz�n un poco atascadas y con el esfuerzo de hacer el amor y
la excitaci�n del momento les da un ataque de coraz�n y se mueren de forma
instant�nea; Pero como dec�a uno de los de la ambulancia:
Mire usted se�ora, morir lo que se dice morir, nos vamos a
morir todos. Muchos mueren de un c�ncer o de una enfermedad que les mata
despu�s de sufrir durante muchos meses. Su marido se fue sin sufrir nada, al
contrario bien contento que se fue (al decir esto me pareci� que pon�a cara de
p�caro y miraba mis pechos y caderas un poco mas de lo debido, no es que yo
sea una beata, pero �Joder! Tambi�n pod�a haber guardado las formas con una
viuda tan reciente. Si me dieran a elegir, continu� el enfermero, a m� me
gustar�a irme as� como se ha ido su marido (no s� s� el muy cerdo esperaba una
invitaci�n, pero si la esperaba se quedo con las ganas �Vacilar con una viuda
con el muerto delante!).
Parecer� una tonter�a, pero a m� ese pensamiento me consol�
mucho, yo pensaba: es verdad que le he puesto los cuernos de vez en cuando pero
�l nunca lo supo y Joaqu�n conmigo se lo ha pasado de maravilla, nunca le negu�
nada, me ha hecho de todo, cuanto ha querido, cuando ha querido y por donde ha
querido y gracias a m� se muri� en plena felicidad.
Vend� el piso que ten�amos, que era grande y lujosillo, en
buena zona, porque Joaqu�n pensaba que tenia que mantener la apariencia de su
importante puesto en el ministerio, pero la pensi�n que me quedo no me iba a dar
para mantenerlo. Me mud� a una casa de pisos m�s modestos en las afueras y
empec� una nueva vida. El pensamiento de que Joaqu�n hab�a muerto feliz
fornicando mi trasero me consolaba, pero al cabo de unas semanas yo tenia
necesidades y no tenia a nadie que me suministrara. Y aunque a mis cincuenta y
un a�os estoy muy bien... no estoy tan bien como a los treinta y ni los
voluntarios me salen cada d�a, ni estoy yo para hacer contorsiones de circo en
un coche peque�ajo o meterme en un portal con el primero que venga. Tanto
Joaqu�n como yo �ramos viciosillos, as� que ten�amos bastantes "juguetes" en
casa. Consoladores los hab�a de todos los tipos, blancos, negros, con pilas y
sin pilas, de goma, de pl�stico, de metal... As� que yo los usaba y me
consolaban algo. Al cabo de un par de meses, yo sabia que los consoladores no me
bastaban, que necesitaba alguien de carne y hueso. Como no sabia que hacer,
entonces fue cuando hice unas tonter�as que traer�an serias consecuencias.
Un d�a volviendo de la compra vi a un chaval de unos quince
a�os, que viv�a dos pisos debajo del m�o, le ped� que me ayudara a subir las
bolsas. Cuando entramos en mi piso sin ninguna perdida de tiempo, le abr� la
bragueta, le saque el instrumento y como una loca empece a chupar. El chaval
claramente no tenia mucha experiencia porque nada mas se le puso medio dura y en
seguida llego en mi boca. El chico se qued� un poco asustado pero yo le pregunte
si le hab�a gustado y me dijo que s�. Yo le hice prometer que no se lo dir�a a
nadie y si se portaba bien se lo har�a otra vez. El chico se fue, yo use los
consoladores y aunque no satisfecha, por lo menos hab�a tocado algo de carne y
pude recordar el gustirrin de tener una picha en la boca. Al d�a siguiente me
arrepent� de lo que hab�a hecho y me daba mucho miedo que el chaval le pudiera
contar a alguien lo que hab�a pasado. Pero no paso nada y a los diez d�as yo...
necesitaba carne en barras otra vez.
Otra vez el mismo truco, volviendo de la
compra vi a otro chaval que viv�a un piso por encima del m�o. Deb�a tener
diecis�is a�os, le ped� que me ayudara a subir las bolsas y una vez dentro hice
la misma maniobra. Se notaba que era un poquito mayor, porque se le puso bien
dura enseguida, as� que lo tumbe en suelo y yo, en cuclillas, me ensarte en su
herramienta. �Que gusto tener una picha dura en el co�o� Se conoce que excite
demasiado y me mov� como una loca. Claro, el chaval se corri� enseguida. Yo le
dije la misma historia, que no se lo dijera a nadie y que si se quedaba
calladito lo har�amos otra vez. La verdad es que no me quede satisfecha, tuve
que usar los consoladores otra vez, pero al menos hab�a tenido una verga dura
dentro de m�, record� el palo que me echo una vez un medico. Jovencito �l e
inexperto, pero tenia buen trancon y me dejo que lo montara. �Hasta la boca me
la meti�! Otra vez me vino un complejo de culpabilidad y tenia miedo de que
alguno de los chavales hablara con alguien. Pero afortunadamente, pasaron tres
d�as y nadie dijo nada.
As� estaban las cosas cuando una ma�ana me despert� el timbre
de la puerta. Soy viuda, vivo de una pensi�n, no trabajo, as� que no tengo
porque levantarme pronto y no lo hago. Mire el reloj, eran las nueve de la
ma�ana. El timbre segu�a sonando de forma insistente. Me levante, me puse una
bata (siempre duermo desnuda) y me pregunte quien podr�a ser a esas horas. Mire
por la mirilla y vi un se�or de unos cuarenta a�os con traje y corbata, de
aspecto muy digno y respetable, as� que empece a abrir la puerta. Cuando me
dispon�a a decir buenos d�as, la puerta se abri� de tal empuj�n que a m� me tiro
al suelo. Entraron dos se�ores y yo inmediatamente me di cuenta que uno de ellos
era el vecino de dos pisos mas abajo, el padre del primer chaval�n que me hab�a
picado. R�pidamente cerraron la puerta, me cogieron por los brazos y me sentaron
en el sill�n de la entrada.
So furcia, estas pervirtiendo a nuestros hijos, te vamos a
llevar a la comisaria pero antes te vamos a dar una paliza para que aprendas lo
que cuesta ser una guarra.
Si darme tiempo a decir nada uno de ellos me dio dos
bofetadas que me dejaron los o�dos zumbando. Sin ninguna ceremonia me levantaron
del sill�n, uno de ellos se sent� en �l y el otro me puso de trav�s sobre sus
rodillas. Sin decir nada empez� a pegarme azotes bien fuertes. Entre el dolor y
el miedo que tenia me puse a llorar y patalear como una desconsolada. Se conoce
que al patalear deb� levantar la bata y el t�o chill�.
Anda la puta esta no lleva nada debajo, esta en pelota
picada.
Sin decir nada mas me levanto la bata hasta la cintura y
sigui� azot�ndome sobre el culo desnudo. Yo segu�a gimoteando, el desalmado
aquel me estaba dejando el culo en carne viva pero el t�o segu�a pegando y
pegando con sa�a. De pronto dejo de pegar y dijo.
Oye Paco, esta vieja zorra tiene un culo buenisimo, con
carnes bien duras.
Yo pense que se me abr�a el cielo.
Pod�is hacer conmigo lo que quer�is pero, por favor, no me
llev�is a la comisaria.
El que se llamaba Paco agarr�ndome de los pelos me puso de
pie.
�Lo que queramos?
Lo que quer�is pero no me llev�is a la polic�a.
Sin intervalo me pego dos bofetadas y dijo:
Ch�pamela bien chupada so guarra y si no nos gusta como lo
haces te llevamos a la comisaria.
Yo pense que quiz�s hab�a un rayo de esperanza. Claro esta
que yo no quer�a ir a la comisaria y que me hicieran una ficha por perversi�n de
menores. �Virgen santa que verg�enza! Aunque me hab�an molido a palos, yo tenia
la suficiente experiencia y era lo suficientemente viciosa para estar segura de
que se ir�an satisfechos con mis servicios. Sin decir ni palabra, me arrodille
delante de Paco, le solt� el cintur�n, le baje los pantalones y los
calzoncillos, cog� su fl�cida verga, la met� en mi boca y chupe como nunca hab�a
chupado. La verga era agradecida, pues enseguida se puso dura. Paco me cogi� de
los pelos y me met�a su verga hasta la garganta, yo tenia que hacer esfuerzos
para no vomitar pero yo segu�a chupando y con mis manos le acariciaba los huevos
y el culo.
Jodia, que viciosa eres, que bien lo haces �Ch�pame los
huevos!
Yo sin decir palabra empec� a chuparle los huevos, alternaba
un huevo con leng�etazos en su polla, chupadas mas sostenidas, otro huevo.
Mientras tanto con mis manos segu�a acariciando su culo y hasta le pon�a un dedo
en ojete y hacia un poco de presi�n.
Luis esta t�a es una marrana de verdad, no solo me chupa la
polla y los huevos como nadie me los ha chupado, encima me esta metiendo un
dedo en el culo sin que se lo haya pedido.
No era verdad, aun no le hab�a metido ning�n dedo en el culo
pero tome aquello como una invitaci�n, me chupe un dedo dej�ndolo bien h�medo y
poco a poco se lo met�, mientras segu�a chupando. Tuve cuidado de meter el dedo
hacia delante y abajo, como me hab�a ense�ado Joaqu�n. �l me hab�a dicho que as�
le daba un masaje en la pr�stata que le daba gustirrin y despu�s eyaculaba y
orinaba mejor. Tan pronto como hice presi�n en la pr�stata Paco chillo como un
gorrino.
So zorra que buena eres, que bien lo haces, si, si chupa,
chupa, aprieta, aprieta. Me voy a correr tr�gatelo todo jodia, tr�gatelo todo
o te doy de hostias.
No hacia falta que me animara, yo con mi Joaqu�n me hab�a
acostumbrado a beberme su leche y hasta me gustaba el sabor medio agridulce,
medio salado. El cabr�n de Paco tir� toda su leche dentro de mi boca pero yo
segu�a chupando y d�ndole masaje en el culo. Por fin el capullo no pudo mas:
Ya vale so puta, ya vale que me vas a sacar hasta el
tu�tano.
Deje de chup�rsela y Luis no perdi� el tiempo. Mientras yo se
la chupaba a su amigo, el se hab�a desnudado, habia metido sus manos por debajo
de la bata y me hab�a estado sobando el trasero. Pero en cuanto vio que Paco se
retiraba el se puso delante de m� y de un tir�n me quito la bata dej�ndome tan
desnuda como el d�a que me pari� mi madre. Como un loco cogi� mis pechos y
gritaba:
Paco que tiarrona, tiene unas tetas buenisimas.
Yo pense para mis adentros que qu� pena que no me hubiese
visto hace diez a�os, porque aunque todav�a estaban bien ya no ten�an la firmeza
de antes ni eran tan respingonas y estaban empezando a caerse un poco. Pero �l
parec�a estar de lo m�s feliz con ellas. Las sobaba, estrujaba y retorc�a mis
pezones y re�a, mas feliz que un tonto con un l�piz de colores. Pero cuando mire
para abajo, de tonto nada. Madre m�a �qu� tranca tenia el gach�! No era
particularmente larga, pero gorda �gorda como mi mu�eca! El t�o puso aquel
monstruo entre las tetas y dijo:
Hazme un cubano so puta.
Bueno, los cubanos han sido siempre una de mis especialidades
as� que agarre mis pechos con sendas manos y estrujaba aquel monstruo de un solo
ojo. Cuando el monstruo asomaba la cabeza por entre mis pechos yo le daba una
chupada. Tambi�n dejaba que cayera un poco de saliva para lubricar. El Luis
pon�a una cara de gusto, que era un poema.
Paco, tenias raz�n esta fulana es buenisima. A mi nadie me
ha hecho un cubano como este. Deja, cabrona deja, que no me quiero correr
todav�a, te quiero joder como Dios manda.
Me cogi� de los pelos y me hizo ponerme de pie. Se abrazaba a
m� como un loco, me chupaba los pechos, me estrujaba los cachetes del culo,
restregaba su amenazadora tranca contra mi ingle y se ve�a que se lo estaba
pasando mejor que un cerdo en una charca. De repente sin venir a cuento me dio
dos azotes bien fuertes, que como ya tenia el culo dolorido no me sentaron muy
bien, y dijo:
Zorrona, ponte ah�, pon las manos contra el respaldo del
sill�n, d�blate un poco, eso, eso. Ahora �brete de piernas cachonda
Yo note como pon�a aquel tranc�n contra mi pobre chumino y
aunque no me faltaba experiencia, nunca me habitan metido una tranca as�. Me
daba miedo que me metiera una cosa as�.
�Me dejas que coja un poco de vaselina? Porque si no creo
que me va a hacer da�o.
Pues si hace da�o te jodes so marrana.
As� diciendo me volvi� a pegar una tanda de azotes (se conoce
que al cabr�n aquel le encantaba mi culo y le gustaba pegar) puso el verg�n
contra mi chumino y me lo meti� de un solo golpe. �Que bestia! Casi me levant�
los pies del suelo del empell�n que peg�. Yo solt� un grito de dolor, no es que
yo fuera virgen, pero joder, entre el tama�o del trancazo aquel, el golpe que
peg� y que estaba seco, la verdad es que me hizo da�o. El hijo de puta volvi� a
pegarme una sarta de azotes y dijo:
Calla so zorra, calla o te mato a hostias.
Diciendo esto, se inclino hacia delante me agarro las tetas y
mientras las estrujaba empez� el mete y saca del cipotazo aquel. �Madre del amor
hermoso! �Que instrumento! Yo notaba como el enorme aparato estiraba las paredes
de mi co�o �Qu� fricci�n! �Me iba a despellejar la vagina! �Madre de mi alma!
Que bestia el t�o, como met�a y sacaba a toda leche �que gusto madre m�a, que
gusto! No me pude contener, entre el tama�o de la tranca, lo bien que la meneaba
el t�o y el involuntario tiempo de abstinencia que hab�a padecido me empezaron a
entrar orgasmos que recorr�an todo mi cuerpo y me volv�an loca.
Si cabr�n si, dame tu tranc�n, m�temelo hasta dentro. Me
matas hijo puta, me estas matando, pero no pares, �por tus muertos no pares
ahora! Si, si dame, dame hasta que se me rompa el co�o �Dame cabr�n! �Que
instrumento tienes! �Por lo que m�s quieras, sigue, sigue! �Que tranca, Dios
m�o que tranca! Dale, dale mam�n, mete bien esa tranca de burro que tienes,
que me estas volviendo loca.
Paco, mira la puta esta, esta gozando como una cerda, mira
como toma polla, mira como culea y se la mete ella sola. �Que salvaje la t�a!
�Ahh so puta! me corro, me corro.
Mientras chillaba como un gorrino me agarro los pechos y
tiraba de ellos como si fueran asas. Yo note los espasmos de aquel magnifico
�rgano maravilloso desgarr�ndome el co�o y hasta pens� que pude notar su leche
caliente derram�ndose dentro de m�.
So zorra, entre el cuerpazo que tienes, lo bien que te
mueves y lo guarra que eres me has dado mas gustazo que nadie. Sobre todo me
ha encantado joderte viendo el culazo maravilloso que tienes.
Paco se acerc� a m�, me cogi� de los pelos �jodia man�a tenia
el t�o con mi pelo! Y dijo:
Ch�pamela y p�nmela bien dura que vamos a ver como de
maravilloso es tu culazo.
La verdad es que el t�o respond�a f�cil, me la met� en la
boca di dos chupadas y ya estaba empalmado.
Anda marrana, ponte a cuatro patas como la cerda que eres y
levanta bien el culo.
Yo decid� jugar un poco y me hice la estrecha.
Uy no, por el culo no, que por ah� no me dado nadie.
El grand�simo hijo de puta sin avisar me peg� cuatro hostias
que me hicieron ver las estrellas.
Pues si hasta hoy no te han dado por el culo, ma�ana no
podr�s decir lo mismo. A cuatro patas jodia
Como no tenia ganas de mas hostias, me puse a cuatro patas y
presente mi culo bien presentado.
Luis si que tienes raz�n, �qu� maravilla de culo! �Aqu� la
meto!
El cabrito puso un poco de saliva en su polla, escupi� sobre
mi culo y me meti� la verga. El imb�cil no lo sabia, pero a m� me encantaba que
me encularan, mi Joaqu�n habia hecho un arte de aquello, as� que disfrutaba como
una gorrina. El Paco no lo hacia mal, pegaba bien pegado, me la met�a hasta las
pelotas, de vez en cuando agarraba mis pechos y mordisqueaba mi nuca. Hasta
empez� a frotar mi cl�toris con una de sus manos. Yo no dec�a nada porque no
quer�a que se dieran cuenta de lo bien que me lo pasaba tomando por el culo,
pero notaba que me iban a venir los orgasmos y no iba a poder disimular.
Mientras el Paco se me trajinaba el trasero bien trajinado, Luis se puso delante
de m�, de rodillas, y dijo:
Ch�pala cabrona, ch�pala y ponla dura que cuando acabe el
Paco yo te rompo el culo.
No por favor, no, tu por el culo no, que con ese verg�n que
tienes me destrozaras.
�Que cabr�n! Me pego dos leches bien dadas y dijo:
Chupa y calla marrana.
Como no quer�a mas leches, empece a chupar. De momento bien,
pero al poco de chupar se empez� a poner dura y juro que no me cab�a en la boca.
Yo hacia esfuerzos, porque no quer�a mas hostias, pero aquel monstruo no
entraba. Por fin dije:
Luis de verdad que no me cabe en la boca, tu date con tu
mano y yo te chupo la punta.
As� lo hicimos y parec�a satisfecho. A todo esto Paco se
estaba dando un fest�n en mi culo, embest�a y embest�a d�ndome mucho gusto. Por
fin se agarro a mis tetas con las dos manos acelero el ritmo y dijo:
Si cabrona, si que culazo �ptimo que tienes, me corro, me
corro.
Luis no parec�a dispuesto a darme ni tregua ni cuartel.
Ya era hora mam�n. Aparta, que ahora la enculo yo as�, como
est�, con el culo bien engrasado.
Yo de verdad tenia miedo, ahora no era teatro, aquel poll�n
me pod�a romper el culo de forma literal.
Por favor Luis, por el culo no, que de verdad no va a
caber.
�Co�o! Con toda su mala leche me pego otra sarta de azotes
que me hicieron ver las estrellas.
Calla jodia, calla que te voy a hacer una mujer y te vas a
enterar t� de lo que es tomar por culo.
Puso su verg�n contra mi culo y empez� a empujar, empujar y
empujar. Yo notaba como empezaba a dilatar mi esf�nter y un dolor enorme, como
una sacudida el�ctrica, recorri� mi cuerpo. Grit� de dolor, grit� como los
gorrinos cuando los deg�ellan, me ca�an las lagrimas como de una fuente; pero el
hijo puta segu�a empujando y empujando. El dolor se hizo insoportable. Yo
gritaba, gem�a, lloraba, trataba de separarme de �l, pero el cabrito con una
mano me tiraba del pelo y con la otra me daba azotes cada vez que trataba de
separar mi culo de aquel instrumento de tortura, y el muy bestia segu�a
empujando y empujando. Paco se compadeci� de m�.
Co�o Luis, d�jalo ya, que de verdad le estas haciendo da�o
y podemos tener problemas.
El cabr�n de Luis no hizo ni caso, sigui� empujando y
empujando, yo estaba desesperada, por fin note que la cabeza de aquel nabo
monstruoso habia pasado el esf�nter. Ahora ya no notaba presi�n en el esf�nter,
ahora notaba como un hierro candente puesto en mi culo transmiti�ndose hacia
dentro, con una presi�n insoportable que sub�a por mi vientre. Nunca he tenido
hijos pero �Un parto no pod�a ser peor! Luis empez� a bombear. �Qu� animal!
Aquello mas que una tranca parec�a un ariete para derribar puertas de castillos
medievales. A m� me encantaba tomar por el culo pero �con miembros normales!
Aquel monstruo me romp�a las entra�as y nada mas me daba dolor. Yo no era ni
puerta, ni castillo y aquel ariete brutal me estaba destruyendo las entra�as. Yo
segu�a tratando de escapar, per el bestia de Luis segu�a tir�ndome del pelo y
d�ndome azotes. Sin embargo poco a poco, el dolor disminuy�, yo le fui cogiendo
el ritmo, el hierro candente desapareci� y yo pod�a notar el ariete tocando mi
�tero. Luis chillaba como un becerro:
Paco, mira la grand�sima putorra se traga todo mi nabo por
el culote. Mira como culea, ya no llora, la cerda esta disfrutando. Y que
gustazo me da a m�. Que culazo tan bueno tiene la jodia. Esto no es una t�a
Paco, esto es �una maquina de follar!
No me lo pod�a creer, me habia tragado todo el ariete
monstruoso aquel, me hab�a olvidado de todo el dolor inicial y encima me lo
estaba pasando bien. Luis con un aullido final se corri� dentro de mi culo y
cayo al suelo derrengado. Yo, exhausta y dolorida, como pude, cog� mi bata, y a
gatas me fui al cuarto de ba�o. Con una toalla h�meda me limpie el culo. Habia
sangre en la toalla, no me sorprendi�, lo �nico que me sorprend�a es que despu�s
de aquel verg�n que me habia metido aun estuviera viva. Como pude me levante y
apoyada en el lavabo, lav� cara y manos y me mir� en el espejo. Tenia varios
moretones en la cara, un ojo medio cerrado y el labio de arriba hinchado de las
leches y hostias que me hab�an dado. Como pude me di la vuelta para verme el
trasero, tenia cardenales por todos los lados de los azotazos que me hab�an
pegado, el culo rojo e irritado y aun me sal�a un hilillo de sangre por el
ojete. Me puse la bata y sal� a ver aquellos bestias. Casi no pod�a andar, a
cada paso que daba me dol�an los muslos, las entra�as y sobre todo el culo me
hac�a ver las estrellas. Apoy�ndome en la pared, poco a poco, arrastrando los
pies llegue a la entrada. Los dos cabritos se hab�an vestido, se hab�an puesto
sus trajes y sus corbatas y otra vez parec�an personas muy dignas y decentes.
Cualquiera que los viera pensar�a que eran dos personas respetables, s�lidos
pilares de la sociedad, en vez de las bestias violadoras que en realidad eran.
Luis se acerc� a m� y en tono amenazador dijo.
Degenerada, espero que esto te sirva de lecci�n. Primero:
lo que ha pasado aqu� esta ma�ana no se lo cuentas a nadie y Segundo: no
vuelvas a abusar de un chaval peque�o o te daremos una paliza aun mayor que la
de hoy, te arrancaremos la piel a tiras y despu�s te llevamos a la comisaria.
�Me has entendido, so guarra?
S�, Luis; os he entendido muy bien. Os juro por lo m�s
sagrado que jamas dir� nada a nadie de lo que ha pasado aqu� esta ma�ana, y
pod�is estar seguros de nunca mas volver� a tocar a un chaval. Pero vosotros,
vosotros ya sab�is donde estoy, por favor volver a menudo �Qu� estoy muy sola
y tengo mucha necesidad!
Aquello funcion� de maravilla, ahora somos unos vecinos
modelo. Ellos vienen a menudo, a veces uno solo, a veces los dos, se me trajinan
a lo bestia, les encanta entrar uno por delante y otro por atr�s. Me dejan hecha
unos zorros pero gozamos cantidad. Hay veces que les cabreo adrede para que me
den una buena tunda de azotes. No hay nada mejor que despu�s de una buena
azotaina una mejor enculada. Cuando se estropea cualquier cosa en mi piso, no
tengo que preocuparme. Paco y Luis se pelean por venir arreglar mis ca�er�as,
cambiar plomos o apretar unas tuercas, pero lo que m�s les gusta es tapar
agujeros. Tambi�n es verdad que cada vez que vienen, yo les doy pruebas
palpables de mi agradecimiento. Pienso que con un poco de suerte, en unos pocos
a�os, cuando sus chavales crezcan... ser�n cuatro a ayudar en el piso.
Si, quiz�s si que tienen raz�n las beatas, quiz�s si que soy
un poco viciosilla.