DURMIENDO CON EL ENEMIGO 3
Por: Horny
I
Mi propio esposo iba a violentarme, lo que me faltaba en ese
d�a que todo parec�a haberse conjuntado para hacerme pagar por Dios sabe que
cosas, seguramente por haber querido ponerle los cuernos a mi marido. Pero la
infidelidad me hab�a salido demasiado cara.
Camila � dijo mi esposo � ya no se trata de si quieres o
no, lo haremos con o sin tu consentimiento.
Me levant� la camisola de dormir hasta la altura del cuello.
Por suerte est�bamos a oscuras y mi marido lo suficientemente borracho como para
no percatarse del estado en el cual se encontraba mi dolorido cuerpo. Por otro
lado no pod�a negarme a estar con �l, no ten�a autoridad moral para hacerlo, en
cierto modo se lo deb�a, era lo m�nimo que pod�a hacer, comenzaba a sentirme
como un objeto que los hombres pod�an usar a voluntad, ya fuera Daniel o mi
propio esposo Carlos.
No hubo besos, fueron m�s bien mordiscos, las caricias fueron
apretones, los mimos rasgu�os de un hombre que no parec�a mi esposo sino la
furia personificada. Sent�a que mi cuerpo no daba m�s y fue peor cuando mi
esposo me penetr� de golpe. Quise gritar en ese momento, me dol�a demasiado pero
me limit� a pensar en cosas agradables a ver si con eso mi vagina se lubricaba.
Pero estaba seca y eso solo aumentaba las sensaciones de dolor por la fricci�n.
Carlos estaba enardecido, gritando que era suya, que era su
mujer, su propiedad y otras sandeces m�s que seguro en sano juicio no dir�a. El
era un hombre celoso pero en este momento estaba mostrando una faceta dominante
que me aterraba.
Sent�a como si Carlos supiera exactamente donde estaba cada
morado producido por las toscas manos de Daniel, parec�a como si me estrujara en
los mismos sitios, aunque de por s� todo el cuerpo me dol�a horrores, estaba
lloviendo sobre mojado.
Carlos dur� mucho tiempo bombe�ndome, siempre que beb�a ten�a
un aguante impresionante y eso no me conven�a ese d�a. Cuando por fin se derram�
en mi interior le di las gracias mentalmente. Por suerte no quiso mas de una
ronda, no estaba en sus cinco sentidos. Se tumb� a mi lado y se durmi�
enseguida.
Me par� a orinar y al intentar hacerlo me dol�a horrores. De
mi cuerpo sali� una mezcla de pis y semen con un ligero tinte de sangre. Las
irrupciones de los dos hombres hab�an sido violentas, me hab�an dejado moral y
f�sicamente destruida.
Me acost� de nuevo, sin poder llorar, sin poder dormir,
pensando en Daniel, en las consecuencias de lo que hab�a pasado, pero sobretodo
pensando en el hombre que dorm�a a mi lado. Me sent�a profundamente decepcionada
y sin derecho a reclamo. Note que era la primera vez que no sent�a placer en una
relaci�n con mi esposo, la primera vez que no ten�a un orgasmo con �l, la
primera vez que se portaba tan agresivo.
II
Dorm� hasta muy tarde el d�a siguiente. Hab�a logrado
conciliar el sue�o a la madrugada y mi cuerpo necesitaba reponerse de los
excesos sexuales. Al despertar busqu� instintivamente a Carlos pero no estaba en
la cama. Abr� los ojos y no lo v� en la habitaci�n. Lo busqu� por el apartamento
sin �xito. Hab�a salido. Me pareci� extra�o que fuera a la oficina un s�bado
pues por lo general el fin de semana lo pas�bamos juntos haciendo alguna
actividad. Mejor as�, a�n no estaba repuesta del todo.
Son� el tel�fono, era Carlos.
Hola � dijo �l
Hola � le contest� yo y me qued� callada.
Estoy en la oficina � sigui� �l � me voy con unos amigos
de pesca, vuelvo ma�ana temprano.
Ok � contest�.
Nos despedimos y colgamos. Ni una excusa, ni una explicaci�n
por lo ocurrido, ni un beso� y aparte de todo se iba con esos amigotes de la
oficina que no me ca�an para nada bien. En fin,� si �l se iba yo no me pod�a
quedar atr�s, no quer�a pasar el d�a y la noche sola.
Me vest� con ropa holgada, cubr� mi cara con maquillaje y mi
rostro con lentes para sol. Empaqu� algunas cosas y me fui a casa de Laura, mi
mejor amiga y confidente. Ella sabr�a escucharme y aconsejarme.
Laura me recibi� con los brazos abiertos. Cuanto bien me hizo
ese abrazo� No nos ve�amos mucho desde mi matrimonio, Carlos era tan celoso que
se molestaba si frecuentaba demasiado a mis amigas pues dec�a que eran unas
vagabundas.
Al calor de una copa de vino le cont� a Laura con pelos y
se�ales lo que me hab�a ocurrido. Ella no me interrumpi� ni una sola vez excepto
para pedir ampliaci�n o aclaraci�n de alg�n detalle en especial. En mi propio
cuerpo y rostro se notaban las marcas de lo ocurrido y mientras hablaba las
l�grimas se me escurr�an pues iba reviviendo minuto a minuto el horror de la
noche anterior.
Laura sab�a escuchar, sab�a aconsejar, sab�a callar cuando
era el momento, y este lo era. Cuando termin� mi historia se acerc� a m� y me
abraz�, sin palabras, solo tom� mi cabeza y la apoy� en su pecho. Ese gesto
ejerci� un poder medicinal en m�. Luego Laura me aplic� una crema especial en
las marcas y me prepar� un ba�o tibio.
Esa noche dorm� como un beb�, en la misma cama de Laura, casi
aferrada a ella. Ni una sola vez me despert� sobresaltada o con temores, dorm�
tan bien que se me pas� la hora de volver a casa. Despert� y Laura estaba a mi
lado aunque entr� en p�nico cuando mir� el reloj y me di cuenta que era medio
d�a.
Debo irme a casa Laura � le dije � o al menos llamar, mi
esposo no sabe donde estoy.
Si que lo sabe � me dijo � ha llamado un par de veces, la
primera para preguntar si estabas aqu� y la segunda para ver si ya te hab�as
despertado. Si que te tiene bien controlada. Tambi�n ha llamado el tal
Daniel a tu tel�fono celular.
Debo irme amiga, gracias por todo.
Le di un beso, me vest� y me fui. No tuve tiempo ni de tomar
una ducha, solo quer�a ver a mi marido, me hac�a ilusi�n verlo a pesar de lo
ocurrido. Lo amaba. Por otro lado, Daniel llamando� eso no me gustaba para nada,
me daba mala espina.
III
Llegu� a casa una hora despu�s pero para mi sorpresa Carlos
no estaba. Lo llam� al celular y la llamada entraba a buz�n. Le dej� un mensaje
dici�ndole que estaba en casa. Pas� una hora m�s y no llegaba, ni llamaba. Al
fin son� el tel�fono.
Acabo de matar a tu marido.
Escuch� la aterradora frase sentada en el piso de mi cuarto
junto a la cama matrimonial. La voz, al otro lado del tel�fono pronunci� las
seis palabras mortales y luego call�. El tel�fono se escurri� de mis manos y
cay� entre mis piernas a la vez que un temblor incontrolable recorr�a todo mi
cuerpo. No lo pod�a creer, no pod�a ser cierto, esas palabras se repet�an una y
otra vez en mi cabeza dolorosamente, no pod�a ser cierto. Pero lo era� mi ex
amante acababa de decirme que hab�a matado a mi marido.
Si, era la voz de Daniel, se hab�a vuelto loco. Como pude
tom� de nuevo el tel�fono, sacando valor de no se donde.
No intentes llamar a la polic�a � me dijo � no tienes
pruebas contra m�, nadie mas me ha visto.
Daniel, maldito seas � le grit� � �donde esta Carlos?
Estamos en su oficina � me dijo � y antes de morir le
cont� todo lo que hicimos tu y yo.
Tir� el tel�fono y sal� corriendo. Tom� un taxi y me fui para
la oficina de mi esposo llorando. No ten�a cabeza para manejar, ten�a la mente
nublada, la culpa me carcom�a, Carlos hab�a muerto por mi culpa� no, no pod�a
estar muerto. Llor� todo el trayecto hasta el centro y al llegar al edificio
donde ten�a Carlos la oficina dese� tener alas para llegar m�s r�pido. En cinco
minutos sub� corriendo los 5 pisos hasta llegar a la oficina de mi esposo.
La puerta estaba abierta, entr� y me llev� la sorpresa de mi
vida: mi esposo Carlos no solo estaba vivo sino brindando alegremente con
Daniel.
�Qu� diablos est� ocurriendo aqu�? � pregunt� - �alguien
me puede explicar qu� est� pasando?
Ambos comenzaron a re�rse en mi propia cara. No entend�a lo
que pasaba. Carlos le pidi� a Daniel que nos dejara a solas. Cuando lo estuvimos
me pidi� que me sentara.
Te escucho � le dije a Carlos - �cu�l es tu relaci�n con
este hombre?
Daniel� bueno� su verdadero nombre es Fabi�n � dijo
Carlos � es un detective privado que contrat� para que te siguiera.
Mi cara de asombro contrastaba con su actitud triunfante.
�Y tambi�n lo contrataste para que abusara de m� como lo
hizo? � pregunt� desesperada - �eso era parte del trato?
Si � me dijo imperturbable.
Qued� muda, ese s� me hab�a ca�do igual que un martillazo en
la cabeza, los o�dos comenzaron a zumbarme, la cabeza me daba vueltas� en ese
momento me desmay�, mi cuerpo no hab�a resistido el dolor de tan dura confesi�n.
Al despertar estaba en el mismo sof�, Carlos continuaba sentado, bebiendo su
whisky tranquilamente, mir�ndome. No hab�a sido una pesadilla pens�. �C�mo era
posible que mi esposo me hubiera hecho eso?
�Por qu� lo hiciste Carlos? � le pregunt�
Quer�a probarte � contest� � quer�a matar dos p�jaros de
un solo tiro, por un lado saber hasta que punto mi mujercita me era fiel.
Estuve a punto de desistir de todo cuando te v� dudar con respecto a salir o
no con �l. Pero te lo puse en bandeja de plata dici�ndote que llegar�a tarde
esa noche y tu aprovechaste la oportunidad. Hasta ah� no hab�a pasado nada
mas que una inocente comida aunque los celos me carcomieran. Pero t�
quisiste m�s y �l ten�a orden de hacer contigo lo que quisiera si t�
acced�as a ir a su casa. Lo dem�s ya lo sabes.
Dos p�jaros de un solo tiro� � dije - �a que te refieres?
Si � dijo �l � por otro lado quer�a enfrentar mis
temores, mis celos enfermizos, poder controlar cuando y con qui�n me ser�as
infiel, eso disipar�a mi ansiedad, me dar�a cierto poder sobre la situaci�n.
Y para rematar tomaste mi cuerpo a la fuerza � le
reproch�.
Era mi derecho como marido herido � me dijo ir�nicamente
� cuando te v� llegar con �l me retir�. Pens� entrar, acabar con todo pero
me calm�. Me fui a beber unas copas por ah� haciendo tiempo hasta que
calcul� que habr�as llegado a casa.
Me qued� de nuevo sin palabras, durante mucho tiempo hab�a
estado durmiendo con el enemigo sin saberlo, con un hombre que controlaba cada
movimiento, cada llamada, mis amistades y hasta mis pensamientos. Me hab�a
tendido una trampa en la cual hab�a ca�do como la m�s imb�cil.
�Y la broma est�pida de tu asesinato a manos de Daniel� o
como se llame? � pregunt� - �tambi�n era parte de tu absurda venganza?
Jajaja, estuvo buena �no? digamos que fue en parte para
satisfacer mi ego, para saber que tanto te importo. Que te puedo decir, me
he vuelto un hombre supremamente inseguro.
Y ahora Carlos� �ahora que vas a hacer? � pregunt� -
�cu�l es tu siguiente paso?
Buena pregunta Camila � me dijo � esa parte no la tengo
muy clara, ya no se que hacer contigo, o mejor dicho, con lo que queda de
ti.
Yo si lo tengo muy claro Carlos � le dije incorpor�ndome
� no quiero saber nunca m�s de ti.
Esta vez el mudo fue otro. Se qued� sentado, solo, bebiendo
su copa en sorbos peque�os, simplemente pensando. De su brillante idea no hab�a
quedado nada, hab�a perdido a su esposa y su propia dignidad. En ese momento fue
conciente de lo que hab�a hecho, de la estupidez que hab�a cometido por celoso e
inconsciente.
Cuando sal�a de la oficina con mi vida a cuestas Fabi�n me
abord�.
Camila � le dijo � debo decirte algo, reg�lame solo unos
minutos.
Lo que me faltaba � le dije con cara de pu�o � �c�mo te
atreves a dirigirme la palabra?
Es importante para mi � me dijo con rostro de sincero
arrepentimiento � solo un minuto.
Esta bien � le dije con el fin de cerrar ese cap�tulo �
habla.
Durante un rato Fabi�n alias Daniel trat� de explicarme que
lo hab�a hecho por dinero, pero que se arrepent�a de lo ocurrido, que el hombre
al cual yo hab�a conocido antes del suceso era el "verdadero", que me admiraba,
que hab�a comenzado a sentir algo por m�, que le diera una oportunidad de
conocerlo.
Fabi�n � le dije � ahorra saliva. Suponiendo que despu�s
de lo que me hiciste, contratado por mi marido o no, tuvieras una m�nima
oportunidad de tener algo conmigo, este no es el mejor momento para
plante�rmelo.
Lo se Camila � me dijo � solo quer�a que lo supieras y
pedirte perd�n de coraz�n.
Adi�s � le dije � o mejor, hasta nunca.
Di media vuelta y me fui. No sab�a realmente a donde ir, �a
mi casa? Ya no ten�a casa, no ten�a hogar ni matrimonio, all� no quer�a volver.
IV
El d�a hab�a sido eterno, lleno de sorpresas y emociones
fuertes y desagradables. Camin� sin rumbo fijo durante horas, pensando, pensando
y pensando sin llegar a nada, mi mundo se hab�a venido abajo en un segundo, me
hab�a dado cuenta que no conoc�a a mi propio esposo, que no conoc�a a la gente.
Necesitaba darme un respiro.
En la noche habl� con Laura y ella me convenci� de pasar
juntas una temporada en su finca en las afueras de la ciudad, un lugar que nadie
conoc�a. Saldr�a al d�a siguiente despu�s de pedir una licencia en mi trabajo.
Laura no ten�a problema de tomarse esas vacaciones pues era una trabajadora
independiente. Pas� de nuevo la noche en su casa agradecida de poder contar con
ella.
Las semanas en la finca de Laura pasaban sin mayores
contratiempos. Cuando menos me di cuenta hab�an pasado dos meses. Laura estaba
al tanto de cada cosa que pasaba por mi cabeza, sab�a de mis temores, de mis
dudas� En el fondo yo segu�a amando a Carlos pero ya no confiaba en �l, sent�a
que no pod�a perdonarlo, que no pod�a olvidar todo lo que me hab�a hecho y mucho
menos tolerar sus celos y esa man�a de querer controlar todo en mi vida. Por
otro lado Fabi�n me gustaba, quitando lo ocurrido esa noche, me gustaba, cre�a
firmemente que en el fondo era un buen hombre�. Laura por suerte me ayudaba a
poner los pies en la tierra, llam�ndome tonta, blanda�
Camila � me dec�a � no se si ser� nobleza o estupidez
pero �c�mo puedes siquiera acariciar la idea de perdonar a quienes te han
hecho tanto da�o? Al contrario, debiste denunciarlos cuando te dije, hace ya
dos meses.
Lo se Laura � le dije � se que lo que me hicieron no
tiene perd�n pero hay algo que cambia radicalmente las cosas en mi vida,
debo volver, ya han pasado dos meses.
�Qu� pasa Camila? � pregunt� Laura preocupada.
Laura � le dije tomando aire � estoy casi segura que
estoy embarazada� y lo peor es que no se qui�n es el padre.
�C�mo? � pregunt� Laura incr�dula � durante 5 a�os de
matrimonio con Carlos nunca pudiste quedar en cinta, �ser� de Fabi�n?
No se Laura� - le dije con voz apagada.
Si fuera de Fabi�n � dijo Laura - �se lo dir�as?
�pensar�as en intentarlo con �l por ese hijo?
Laura� ahora no puedo pensar�
Mi amiga me hab�a enfrentado a la realidad, hasta ese momento
no se me hab�a ocurrido pensar que Fabi�n pod�a ser el padre del hijo que
esperaba. Si as� fuera eso me separaba definitivamente de Carlos. Pero� �y si en
contra de todo pron�stico Carlos fuera el padre? Mi cabeza era un torbellino de
dudas y confusi�n.
CONTINUAR��