Relato: Lo que nunca imaginamos de Daniela Daniela era una compa�era de la facultad, de esas chicas que
despiertan la ternura de muchos, pero solo los realmente pervertidos pod�an
verla con ojos lujuriosos. Era una chica bajita, de esas que por su estatura
parecen tener todo su cuerpo compactado, que aunque nunca vest�a sexy, si te
pon�as a observarla bien ten�a todo en su lugar, y si encima te pon�as a
imaginarla desnuda, pod�a llegar a excitarte bastante. Era rubia, de cabello
liso hasta los hombros, ojos color miel, una cara de angel, y siempre llevaba
puestos unos anteojos de poco aumento que la hac�an verse como la t�pica
secretaria ejecutiva sensual de las pel�culas. Cabe mencionar que los chicos la
buscabamos normalmente solo para que nos ayudara con tareas, y siempre
buscabamos estar con ella en los equipos de trabajo, tanto por su inteligencia,
su disposici�n y porque siempre pon�a su casa para juntarse a trabajar.
Un par de d�as antes de lo que voy a relatar nos hab�amos
juntado 3 compa�eros en casa de Dany para hacer un trabajo de contabilidad. Por
error hab�a olvidado una de mis libretas en su casa, y al d�a siguiente ten�a
una clase donde la iba a necesitar, asi que decid� pasar por casa de Dany por la
tarde despu�s de comer para recogerla. Su casa siempre estaba abierta a quien la
quisiera visitar, constumbre que nadie m�s ten�amos y por lo cual siempre hab�a
gente en su casa, asi que como lo hac�amos normalmente ese d�a llegu�, estacion�
mi coche a una media cuadra de su casa porque la calle estaba llena, y entr� a
la casa sin tocar el timbre. La puerta estaba sin llave - eso suced�a cuando
hab�a alguien en la casa - asi que entr� sin tocar y me dirig� a la cocina donde
normalmente estaba ella o su mam� viendo televisi�n. Cuando llegu� a la cocina
vi la televisi�n encendida, pero no estaba ninguna de las dos, asi que me
dispuse a ir hasta las escaleras y desde abajo gritarle a alguien para que
bajara a recibirme. Apenas me puse al pie de la escalera dispuesto a gritar hola
cuando arriba escuch� una voz masculina. Era muy extra�o pues el pap� de Dany se
la pasaba de viaje, pero al continuar escuchando la conversaci�n y las risas,
reconoc� claramente la voz de Dany acompa�ada de Quique, uno de los compa�eros
de la facultad de los que hab�amos estado haciendo el trabajo d�as antes. Decid�
subir con ellos sin avisarles para sacarles un susto, asi que pensando en lo que
har�a y riendome solo, comenc� a subir las escaleras muy sigilosamente. Llegu� a
la planta alta y por las voces me di cuenta de que estaban en el estudio, lo
cual me har�a m�s sencillo el trabajo pues ten�a dos entradas, una por el
pasillo que daba detr�s de la cava que su padre ten�a en el estudio, y una m�s
por el lado del cuarto de los pap�s, que daba a donde estaban los sillones de
descanso de la habitaci�n. Entr� agachado para que no me vieran y cuando llegu�
hasta atr�s de la cava me puse de pie dispuesto a tirar alguna de las botellas
al suelo para asustarlos.
Apenas mir� por entre las rendijas del mueble y me qued� fr�o
e inm�vil. Dany, la ni�a angelical a la que todos considerabamos aun una peque�a
que parec�a no romper un plato, estaba recostada boca arriba en el sill�n de
descanso con una copa de vino en la mano, y vistiendo tan solo una pantie negra
de esas que son tipo short, muy ajustada y con encajes por todos lados, y arriba
el bra que imagino ser�a el conjunto de la pantie, tambi�n negro y con encajes.
Me detuve unos segundos a obervarla antes de ver qu� suced�a en ese cuarto. Su
ropa, su cara, la posici�n en la que se encontraba y esa copa de vino en la mano
bastaban para cambiar la percepci�n que ten�a de Daniela desde hac�a un a�o m�s
o menos. Las palabras de Dany me sacaron del sue�o en el que hab�a ca�do y
record� que ella no estaba sola en el estudio, efectivamente, del otro lado del
sill�n estaba Quique, tambi�n con una copa de vino en la mano, sin camisa y con
unos pantalones de mezclilla. Ambos estaban sentados conversando semi desnudos
mientras tomaban una copa. Me pegu� a la pared que estaba a mi lado derecho para
esconderme completamente tr�s el mueble con botellas de vino, me qued� apenas
una peque�a rendija entre la pared y uno de los espacios de la cava para seguir
observando, en silencio, todo lo que ven�a.
M�s de la mitad de la facultad hubiera pagado lo que fuera
por ver lo que yo estaba viendo. Segundos m�s tarde Dany coloc� la copa de vino
en el suelo a un lado del sill�n y cambi� su poisici�n para dejarme ver su
pierna derecha completa hasta llegar a la nalga. La perspectiva de Quique era
mucho mejor, ya que el deb�a estarle viendo la entrepierna en ese momento. Me
imagin� a mi mismo en esa situaci�n y pens� que yo no aguantar�a eso sin
echarmele encima a Dany y hacerle el amor en ese momento, eso me indicaba que no
era la primera vez que ellos estaban en una situaci�n as�, realmente era
incre�ble como se comportaban tan indiferentes delante de la gente. De pronto
Quique dej� la copa en el suelo tambi�n y mirandola fijamente comenz� a gatear
por el sill�n dirigi�ndose a ella. Dany puso una cara como de chiquilla traviesa
mientras esperaba el arrivo de su amante. Cuando lleg�, se le avent� encima y se
fundieron en un beso durante varios segundos. Cuando el beso termin�, Quique se
sent� a un lado de donde ella estaba recostada y tomando sus piernas las pas�
por encima de su cuerpo meti�ndose entre Dany y el sill�n. La chica qued�
recostada sobre �l, con sus nalgas apoyadas sobre las piernas de mi amigo y la
cabeza recargada en el descansabrazos del sill�n. Quique comenz� a pasear muy
suavemente su mano desde las rodillas hasta el pecho de Daniela. Ella cerraba
sus ojos y estiraba sus manos hacia atr�s del sill�n mientras �l la tocaba. Poco
a poco las caricias comenzaron a subir de tono, se deten�a cerca de su rajita y
hac�a peque�os c�rculos imaginarios con el dedo �ndice, luego iba subiendo por
sus caderas y est�mago hasta tener en su mano uno de los pechos de Dany, el cual
acariciaba y daba peque�os apretone por fuera del bra. Yo comenc� a darme cuenta
de que realmente disfrutaba de aquello, estaba empezando a tener una erecci�n,
era como ver una pel�cula pornogr�fica, solo que mil veces m�s real y excitante.
Dany baj� sus manos y comenz� a acariciarse el cuerpo a la
par de Quique, 4 manos paseaban por su compacta figura mientras yo me reventaba
de calor. Quique acariciaba sus piernas y una de sus tetas, mientras ella misma
se tallaba suavecito la entrepierna con una mano, y con la otra acariciaba su
est�mago. Pronto los gemidos de mi amiga dejaron de hacerse esperar, entre ella
misma y Quique lograron subirle la temperatura a su cuerpecito y sacarle
gemiditos acompa�ados de suspiros. Fue ella quien tom� la iniciativa, y
arqueando su cuerpo tom� la pantie del el�stico y la baj� hasta media nalga,
Quique termin� con el trabajo de sacarsela y arrojarla a un lado del sill�n. Una
vez m�s me sorprend�a esta chica. Su rajita estaba perfectamente depilada, los
labios eran rositas y abultados y mientras con su mano los acariciaba, pude ver
un poco de su rosada vagina cuando los abr�a con sus dedos. Yo estaba comenzando
a sentir la necesidad de masturbarme por ver aquello, pero ten�a que permanecer
en silencio. No me hab�a dado cuenta por estarle viendo la entrepierna, pero
Quique se hab�a encargado ya de zafarle el bra y estaba ya terminando de
sacarselo por uno de sus brazos. Ahi estaba la ni�a cerebrito de la escuela,
desnuda y completamente a merced de su compa�ero de la clase de contabilidad.
Envidi� tanto a Quique en ese momento que creo que pod�a haber hecho que su
cabeza reventara con las vibras.
Despu�s de unos segundos de acariciar los casi perfectos
senos de Dany, y jugar con sus rosas pezones mientras ella segu�a dandose placer
en la entrepierna solita. Quique comenz� a darle peque�os empujones a Dany como
pidiendole que se levantara del sill�n. Asi lo hizo, pero no se puso de pie,
sino que se hinc� sobre el sill�n dandome la espalda a mi y recargando su
est�mago en el respaldo del mismo. Ese par de hermosas nalguitas se ve�an mil
veces mejor de lo que siempre me hab�an parecido, frente a mi y desnudas,
parec�an gritar que necesitaban un pene entre ellas, pero una vez m�s Quique
permaneci� tranquilo y continu� excitando a la chica. Sin moverse de lugar
comenz� a sobarle las nalgas a Dany, primero las cubr�a todas con sus caricias y
despu�s met�a un poquito sus dedos entre ellas para acariciar su rajita por
detr�s. Cada vez que lo hac�a, Dany lanzaba un profundo gemido que a mi ya me
ten�a ardiendo de calentura detr�s de la cava. Poco a poco fue metiendo m�s la
mano y acariciando m�s el chochito para que la chica se pusiera aun m�s caliente
de lo que ya estaba. Pronto incorpor� su otra mano a la acci�n y le abr�as las
nalgas dejandome ver claramente el culo de Dany, le pasaba suavemente un dedo y
luego continuaba con su trabajo sobre la h�meda rajita de mi amiga. Dany comenz�
a mover su cuerpo como simulando una relaci�n sexual mientras Quique parec�a que
comenzaba a perder la tranquilidad, ya que sus movimientos en el cuerpo de Dany
se hac�an m�s violentos y pervertidos meti�ndole profundamente uno de sus dedos
en la rajita y luego haciendole como ligeras cosquillas en el culo. Cuando no
soport� m�s inclin� su cuerpo sobre el de la chica y comenz� a lamerle las
nalgas sacando la lengua lo m�s que pod�a, la mord�a, met�a la boca entre sus
nalgas y le pasaba la lengua por la rajita y por el culo con soberbia libertad.
Yo ya no soport� m�s y me desabroch� el pantal�n de mezclilla que tra�a y met�
la mano para agarrarme firmemente el pene que ya estaba con una erecci�n
bastante prominente.
Entre los gemidos de ambos Dany se retir� del respaldo del
sill�n y muy r�pidamente se incorpor� en el suelo para luego dejarse caer
hincada frente a Quique llevando sus manos directamente al cierre de su
pantal�n. A pesar de que mi vista ya no era buena, pues solo ve�a la espalda de
Dany y una parte de sus nalgas. pude notar que se lo desabroch� y comenz� a
bajarselo hasta que se lo dej� en los tobillos. Se inclin� a meterselo a la boca
y ahora fue el quien peg� tremendo gemido cuando ella se lo empez� a lamer. - Mi
siguiente paso fue bajarme los pantalones hasta la rodilla y quedarme ya con el
pene en el mano corriendo el riesgo de ser descubierto si se me escapaba algun
ruido - Los movimientos de cuello de Dany eran perfectos, r�pidos y concisos,
casi pude imaginar que era capaz de meterse todo el pene en la boca y aceptarlo
en su garganta. Quique continuaba gimiendo mientras apretaba el respaldo del
sill�n con una mano y le jalaba el cabello a Dany con la otra. - Yo perd� toda
compostura y tratando de mantener mis movimientos silenciosos comenc� a jugarme
el pene viendo aquel espect�culo - Dany continu� mam�ndosela por un par de
minutos, Quique gimiendo, y yo masturbandome atr�s de la cava. De pronto Quique
jal� el cabello de la chica fuertemente indicandole que le quitara la boca de
encima, e incorpor�ndose tom� a la chica de la cintura y la lanz� para que
cayera sentada en el sill�n. En el instante en que �l qued� frente a mi pude
notar que su pene era bastante grande, y no pude evitar pensar que esa ser�a tal
vez la raz�n por la cual Dany lo escogi� a el para darle placer.
Quique se abalanz� sobre la chica apoyando sus brazos en el
respaldo del sill�n. De mi perspectiva pude ver el momento en que ella abri� sus
piernas y el par de intentos fallidos de mi amigo por ensartarlo sin ayuda de
las manos. Fue la misma Daniela la que baj� una de sus manos para tomar el pene
de Quique y acomod�rselo en la entrada de la vagina. - Sin soltarme el pene
comenc� poco a poco a bajar mi cuerpo para quedar sentado en el suelo atr�s de
la cava y continuar mi trabajo. Fue la mejor decisi�n que pude haber tomado -
Desde esa nueva perspectiva mi cabeza qued� justo a la altura donde sus regiones
p�bicas se estaban juntando, pude ver el momento mismo en que el pene de Quique
penetr� completamente la vagina de la angelical chica mientras ella amenizaba el
momento con un fuerte gemido de dolor. Justo en ese momento fue cuando los tres
parecimos ponernos de acuerdo para disfrutar de todo.
Quique comenz� a bombearla golepando fuertemente su cuerpo
contra el de ella. Cada golpe pod�a ver como el pene se le iba hasta el fondo y
despu�s sal�a m�s de la mitad. Cada golpe pod�a ver como los test�culos de
Quique se mov�an de arriba a abajo. Cada golpe Dany lanzaba un "ayy" doloroso, y
cada vez que su pene sal�a del cuerpo de la chica, Quique lanzaba un gemido de
esfuerzo para seguir satisfaciendo a la cerebrito de la facultad. Dany sub�a y
bajaba las piernas, se aferraba fuertemente al sill�n, y despu�s lo soltaba para
aferrarse a la espalda de su amante. El ritmo de gemidos y gritos continu� con
uno por segundo durante algunos minutos m�s, y mientras tanto yo decid�
olvidarme del ruido que pod�a hacer casi por completo y manteniendome solamente
callado, comenc� a jalarmela tan fuerte como si estuviera yo solo en mi casa.
Parec�a que en cualquier momento uno de los tres terminar�a por desahogarse con
un orgasmo y en mi mente hac�a apuestas conmigo mismo para ver quien de los tres
ser�a el primero en venirse. Pronto el ritmo de ambos comenz� a hacerse mucho
m�s r�pido, Quique gem�a aun m�s fuerte y Dany hab�a pasado de unos gritos
ahogados a unos gritos que duraban varios segundos, mientras yo ya no soportaba
m�s y estaba a punto de disparar mi leche sobre las botellas de vino del paddre
de la chica.
No pasaron m�s de 30 segundos cuando los gemidos de Quique se
convirtieron en un grito de dolor, seguidos de inmediato por un grito muy agudo
de Dany, y poco a poco su ritmo fue bajando. El gritito de la chica pareci�
haberme sacado la leche de golpe pues en ese momento ya no pude contener los
disparos y aprovechando el fuerte sonido que Quique emit�a, comenc� a disparar
sobre las botellas de vino que estaban en la parte m�s baja de la cava soltando
solo un ahogado "hmmmmm" en el momento que lanc� el primer chisguete. Los
t�rtolos comenzaron a acariciarse entre ellos y a decirse cosas tiernas que en
este momento no recuerdo. Yo aprovech� el momento de desatenci�n de ellos para
levantarme sigilosamente y vestirme quedandome nuevamente de pie atr�s de la
cava. Ambos se vistieron delante de mi, Dany sali� del estudio y regres� con una
falda holgada abajo de las rodillas de las que normalmente usaba y poni�ndose
una blusa de botones negra. Mientras tanto Quique, ya vestido, limpiaba el
tiradero de leche que Dany hab�a hecho en el suelo del estudio cuando se
levant�. Ambos se dieron un beso en la boca y r�pidamente Quique mir� su reloj y
le dijo que ten�a que ir a clase, misma que yo ten�a con �l, pero ya me ser�a
imposible llegar. Desde mi posici�n escuch� como se desped�an en la puerta como
los amigos que siempre hab�an sido, el coche de Quique arrancaba, y Dany se iba
a la cocina a ver televisi�n.
Baj� muy sigilosamente cuidando que ella no se diera cuenta,
fui a la puerta de entrada, la abr� y le di un portazo para que me escuchara.
Dos segundos despu�s Dany lleg� al pasillo saliendo de la cocina y me salud� tan
normal como todos los d�as. Le dije a lo que iba, me entreg� la libreta y me
ofreci� de la limonada que estaba tomando. Muchas veces antes hab�amos estado
solos, pero despu�s de lo que hab�a visto, me qued� esperando el momento en que
Dany se me insinuara para demostrarle de lo que era capaz. Pero ese momento
nunca lleg�.
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Relato: Lo que nunca imaginamos de Daniela
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