TROZOS DE CONVERSACI�N
Por Downing Street
Traducido por Sigma
Cuento 1
Raquel Renuncia
-Bien Raquel, entiendo que piensa dejarnos. Despu�s de s�lo
dos semanas. Estoy decepcionado.
-Pues, lo siento Sr. Amos, pero este trabajo... es s�lo que
no es lo que esperaba.-
-�Oh? �C�mo? �La compensaci�n es demasiado peque�a?
-No, la paga es grandiosa. De verdad.
-�No le gusta el horario? �El trabajo es demasiado exigente?
�No recibe apoyo?
-No, no, no es nada de eso. El trabajo est� bien, de verdad.
Es s�lo, la... atm�sfera aqu� es, pues, inc�moda.
-Hmmm, quiz�s ser� mejor que se explique. Pero primero,
cierre la puerta. No quiero que nos molesten. Tome asiento. Ahora querida,
d�game qu� es tan inquietante de esta oficina.
-Gracias. Pues, bien, si debe saber. Son cosas peque�as,
principalmente. La gente aqu� es como...simplemente raros.
-�Son poco amistosos?
-No, para nada. Son todos amistosos. Realmente amistosos.
Todos me tratan como una querida amiga de la ni�ez, y solo he estado aqu� desde
hace dos semanas. Siguen haciendo cosas por m�. Comprarme el almuerzo, llevarme
a tomar unas copas, me llevan de compras. Es casi vergonzoso.
-�Ciertamente no puede estar pensando en renunciar porque los
empleados son demasiado amistosos!
-Pues, esa es justamente la cosa. A veces parecen m�s que
amistosos, como, casi... no lo s�. Hay tanto tocar y abrazar todo el tiempo, me
pregunto si son... ya sabe. Parece que cada vez que me siento alguien tiene su
mano en mi muslo.
-Raquel, �me est� diciendo que unos abrazos bastan para
hacerla renunciar su trabajo?
-No, no, pero hay m�s que eso. Mire, para empezar, usted
tiene �Que? 12, 15 personas trabajando para usted �Cierto? Y son todas mujeres.
�Porqu� no hay alg�n hombre?
-Pues, a decir verdad, eso es deliberado de mi parte. Resulta
que las mujeres prefieren esta l�nea de trabajo. Hombres tienden a ser
demasiado... inquietos. No tienen la paciencia para las largas horas delante de
una computadora. Encuentro que obtengo un mejor desempe�o de un personal
femenino.
-�Eso es legal?
-Probablemente no. Pero alguien tendr�a que quejarse con las
autoridades para obligarme a hacer algo al respecto. Hasta ahora, nadie lo ha
hecho.
-Pues, yo podr�a. No pienso creer su autosuficiente
explicaci�n en absoluto. Adem�s, me he dado cuenta que todas las mujeres en su
oficina son solteras, sin hijos, y con una edad inferior de 30 a�os. Y cualquier
puede ver que son todas bellezas. Cada una de ellas. Es como, algo sexista.
-�Oh, alguien se siente amenazado? �Inc�moda por la
competici�n en la secci�n de la belleza? Pues, puede relajarse, querida.
Ciertamente debe saber que es la mujer m�s atractiva en toda la oficina, con la
mano en la cintura. Incluso con ese gesto primoroso en la cara.
-�Sr. Amos! �Ya es suficiente! No entr� aqu� para que pudiera
darme una ojeada. Comentarios sobre mi apariencia no son bien recibidos y son
incluso...impropios.
-S�, por supuesto, por supuesto. No pretend�a molestarla. A
prop�sito, ese es un encantador vestidito.
-Oh... pues, gracias. Me gusta. Un par de las chicas me
llevaron de compras ayer, y... �Espere un minuto! �Esto no tiene que ver con
nada de esto! Trato de explicarle porqu� estoy renunciando.
-En verdad. Hasta ahora, parece que el personal es demasiado
atractivo y demasiado amistoso. A mi me suena como las bases para una demanda en
mi contra.
-Muy gracioso. Mire, la oficina entera simplemente me da
escalofr�os, �OK? Como, todas esas mujeres obsesionadas con su apariencia. Juro
que gastan la mitad de su tiempo retoc�ndose y la otra mitad comprando. Son como
un manojo de adolescentes locas por los chicos. La moda, el f�sico y fela--uh,
relaciones con chicos es de lo que siempre hablan.
-Bueno, sea razonable, Raquel. Las mujeres j�venes tienden a
preocuparse por esas cosas. Usted misma coment� que los empleados son
predominantemente mujeres j�venes y solteras.
-S� pero esto va m�s all� de lo normal. Vamos, se debe de
haber dado cuenta de c�mo todas se visten por aqu�. El lugar entero es como un
espect�culo de modas dirigido por un voyeur. No creo que haya visto nunca a
alguien con pantalones. Todos son su�teres apretados y micro-minifaldas y...
-�Hablando de lo cual, esa cosita que tiene puesta
calificar�a ciertamente como una mini, verdad? Estoy disfrutando de una vista
grandiosa de sus encantadores muslos, querida.
-Pues, s�... pero...esto es diferente. Apenas compr� este
ayer, y, no vestir�a as� cada d�a. Quiero decir, esto es s�lo por... y no
deber�a haber cruzado mis piernas de ese modo. Mire, �podemos por favor volver
al tema?
-Lo siento. Admito que encuentro sus piernas una distracci�n
muy agradable.
-Oh, gracias. Que dulzura--no, espere. Eso esta mal.
�Olv�dese de mis piernas! Habl�bamos de esta oficina. Tiene cerca de una docena
de j�venes mujeres trabajando aqu�, todas ellas vestidas como si estuvieran en
camino a un club fetichista. Y por lo �nico que parecen preocuparse es por su
trabajo.
-Raquel, acaba de decir que lo �nico que les importa es la
ropa y los hombres.
-Pues, adem�s de eso. Est�n tan consagradas a sus trabajos
que produce escalofr�os. Hasta los m�s bajos empleados act�an como enamorados de
la compa��a. Murmuran de ello cerca de la maquina de agua. Act�an como si fuera
alg�n tipo de gran honor trabajar aqu�.
-Damita, no hay ninguna verg�enza en estar feliz con su
trabajo. Dedicaci�n es una virtud que valoro altamente. A menudo tenemos
estrictas fecha tope en esta l�nea de trabajo.
-S�, seguro, lo s�, pero de nuevo, esta oficina es
simplemente rara. Son casi fan�ticos. Lo tratan como si fuera la profesi�n m�s
alta. El otro d�a, en el bar despu�s de trabajo, pregunt� a un grupo de ellos si
se pasar�an a otro trabajo si la paga fuera mejor. Ni uno de ellos dijo s�.
�Parecieron insultaron por la sugerencia!
-Como yo lo estar�a. Cuido bien de mis empleados y no veo
nada malo en el hecho de que lo aprecien. Por eso estoy tan decepcionado de que
usted haya escogido dejarnos.
-Bueno, lo siento, Sr. Amos pero este lugar es simplemente
demasiado extra�o. El nivel de compromiso de estas mujeres es--mire, vine en el
fin de semana, s�lo para arreglar unas cosas. �Puede creer que casi la mitad de
las empleadas estaban aqu�? Estaban todas brincando alrededor, trabajando en sus
proyectos y asuntos, como si fuera la tarde del martes en lugar de ma�ana del
s�bado. Todas estaban tan felices como se puede ser. Todas vestidas en las
mismas prendas salvajes, sexys que llevan durante la semana. O quiz� incluso
m�s. Quiero decir--
-Raquel, de verdad. Acusa mis empleados de dedicaci�n
excesiva, como si pudiera haber tal cosa. No obstante no vino usted a trabajar
el s�bado tambi�n?
-Uh, pues, s�, yo, supongo que si. Pero, pero estuve all�
solo por unas horas, ya sabe, para terminar unas cosas. No estaba zumbando
mientras trabajaba. Y hay otra cosa.
-�Ahora que? �Los empleados son tambi�n demasiado corteses?
-Adelante y bromee mientras pueda. Estaba hablando con
Ang�lica, esa rubia deliciosa que lleva sus libros. La conoce, �Verdad? siempre
engalanada con licra y esas botas de plataforma con los tacones s�per altos.
-Como las que usted usa.
-Pues, uh, s�, ahora que lo menciona son un poco similares.
�Pero la cosa es que Ang�lica lleva botas como estas cada d�a! Est�s son s�lo
por hoy... bueno, esta semana; �Yo s�lo compre--mire, quiere dejar de tratar de
cambiar de tema!
S� que Ang�lica esta follando con sus botas. �Odiosmio, que
dije! Quer�a decir, jugando con sus libros. Ella as� me lo dijo. Dice que guarda
dos juegos de archivos, uno para usted, uno para el de hacienda. Y lo raro es
que, no parec�a molesta en lo m�s m�nimo por eso. Creo que estaba orgullosa del
buen trabajo que est� haciendo acariciando mis tetas--quiero decir, follando los
libros, er, como sea. �No me diga que esto es normal!
-No, ciertamente no lo es. No deber�a hablar de eso en
absoluto. Tendr� que aumentar la seguridad. Disculpe mientras hago una nota.
-�Sr. Amos! �No estoy aqu� para ayudarlo con su evasi�n de
impuestos! Mire, s�lo porque todas las otras mujeres de aqu� le rindan culto
como un sult�n no significa que yo lo haga. Oh, esa es la cosa que
verdaderamente me pone nerviosa. �Es como si cada muchacha en la oficina
estuviera enamorada de usted! Todo lo que hacen es por usted. Se arreglan para
que usted se d� cuenta, trabajan muy duro para ganar dinero para usted, se
aferran a cada palabra que dice. Parecen basar su percepci�n entera de la
felicidad en su aprobaci�n.
Y eso no es todo. Su devoci�n va m�s all� de la servidumbre
�vida a su compa��a. Todas ellas quieren servirlo. Como esclavas sexuales. Darle
sus cuerpos para su satisfacci�n. Aparece en la conversaci�n. Oh, nadie le dice
algo sincero a la muchacha nueva, pero no soy tonta. Veo las miradas so�adoras y
los labios humedecidos. �Estas muchachas se excitan cada vez que camina cerca! Y
no piense que no me he dado cuenta de los primores enamorados que desaparecen en
su oficina, o las tontas y saciadas sonrisas en sus caras cuando salen. Algunas
de las chicas hasta lo llaman Amo.
-Amos es mi nombre.
-Dije Amo. Sin la s. Como si fueran tontas y sexys esclavas
en su excitado har�n. Parecen disfrutar decir la palabra. Lo siento, Amo...er,
Sr. Amo, pero he tenido bastante de esto. Me voy de aqu�.
-Espera s�lo un minuto, querida. No se vaya todav�a. Es muy
perceptiva sobre c�mo opera mi compa��a. Creo que merece una explicaci�n. Tiene
raz�n, mis muchachas son muy dedicadas.
-Eso es porque est�n hipnotizadas.
-�Que? �Hipnotizadas?
-Exacto. Hipnotizadas. Todas ellas. Bueno, t�cnicamente es
sugesti�n subconsciente junto con recompensas por placer, pero sale la misma
cosa. Hipnotizo a mis empleadas.
-�Porqu�? �As� puede hacerlas arrastrarse a cuatro patas y
ladrar como un perro?
-Ho ho. Dif�cilmente. No, originalmente lo hice para mejorar
la productividad. Ver� querida, es dif�cil conseguir buena ayuda estos d�as, e
igual de dif�cil de conservarla. Sobre todo en una industria basada en
computadoras. Hay tanta competici�n. Tanto cambio de personal. Los empleados
siempre corren tras mejores trabajos, o se casan y se van, o renuncian sin
ninguna buena raz�n, como t�. As� que empec� a pensar en mejores modos para
motivar, para impulsar un poco de dedicaci�n en mis empleados. Me encontr� con
el hipnotismo.
-Pero pens�...
-S�, tiene raz�n, el hipnotismo solo puede obligar a la gente
a hacer lo que quieren hacer. Tuve suerte. Tropec� con una manera de acoplar
sugestiones hipn�ticas con est�mulos visuales y auditivos que promueven el
placer en el cerebro. Es maravillosamente eficaz. Muy r�pido la mente comienza
asociar las sugestiones con la felicidad.
Ya lo ve, las chicas en mi oficina no s�lo piensan que
complacerme las hace felices, verdaderamente las hace felices. El personal
todav�a sigue haciendo s�lo lo que quieren hacer, incluso mientras est�n
recostadas en mi escritorio siendo folladas hasta quedar inconscientes.
-�Amo! �Esto es horrible! �C�mo lo hace?
-Oh, todo se hace con im�genes subliminales en las
computadoras, querida. Las que ha usado desde que comenz�. Siempre le doy mucho
tiempo con la computadora a mis chicas nuevas.
-�Cu�nto...cu�nto tiempo?
-Depende del individuo. Usted parece un poco m�s obstinada
que las dem�s. Pero nadie ha resistido pasadas las dos semanas aproximadamente.
-�Dos semanas! Pero, pero, no me siento diferente.
-�Est� usted segura? Porqu� no intenta pensar en mi por un
momento. Piense en hacerme feliz.
-Esto es rid�culo Amo. No veo c�mo... �oh, oh Dios!
-�Dec�a?
-�Oh! Oh Dios m�o, se siente tan... tan...me hace sentir
caliente y vibrante.
-�Bien, verdad? Apuesto que se hace m�s fuerte.
-�Ohdiosohdiosohdios es tan...mmmmmm, tan.... rico!
-Es la realimentaci�n, sabe. Mientras m�s piensa en
complacerme, mejor se siente y eso la hace querer complacerme m�s aun.
-�Mmmmmm, Amoooo!
-�Porqu� no se da un poco de alivio? Seguro que se est�
muriendo por tocarse justo ahora.
-�No, Amo, no podr�a! No aqu�, no justo frente a...aaaahhhh.
-Adelante. Para este momento probablemente no esta usado ya
pantaletas, eso lo har� m�s f�cil.
-�Sin p-pantaletas? �Que, porqu� no estoy usando?... oh
mierda, esta falda es tan corta y no llevo... ah joder se siente tan bieenn.
-Disfr�talo, querida. A prop�sito, �no esta pensando en
renunciar ahora verdad?
-�Que? �Re-renunciar? �Oh Amo no podr�a! �Quiero este
trabajo! �Lo necesito! Por favor, amorcito, no me obligue a irme...mmmmmm esto
se siente rico rico, bieeeen!
-No s�, fue bastante grosera hace pocos minutos. Me pareci�
que no quer�a el trabajo.
-�Por favor! �Lo siento, Amo! Quiero mi trabajo. �Lo quiero!
Quiero complacerte. Ser� buena, Amo, lo promeeeto. �Har� cualquier cosa que
digas, cualquier cosa! �Por favor, por favor, por favor solo d�jame conservar mi
empleo!
-Hmmm, ya s�. Si contoneas ese cuerpo tuyo tan fant�stico
hasta aqu� y me haces una mamada realmente especial, podr�a reconsiderar
permitir que te quedes.
-�Oh, gracias Amo! �Gracias! Por favor, d�jame mamarte. Dios
estoy tan excitada, lo chupar� como nunca nadie lo ha hecho antes. �Dame dame!
-Ahem. Raquel, �no est�s olvidando algo?
-�Yo--estoy? �Olvidando? Oh, s�. Yo, deber�a estar...aqu�
abajo, en el suelo... as�... s�, eso se siente mejor.
-�Y?
-�Arf! �guau! �guau! �auu!
-Que buena chica. Ahora si�ntate, ruega, y te dar� un buen
hueso.