Alrededor de las 2 de la tarde se retiraron mis compa�eros de
trabajo, yo ten�a que esperar la llamada del jefe as� que no me pod�a ir, me
dijeron que me dejaban las llaves de la camioneta por si hab�a necesidad de
moverla ya que en la zona se realiza cierta actividad en las horas de salida de
las otras empresas ubicadas en la zona y como la calle es estrecha en ocasiones
nos piden el favor de moverla para despejar la entrada y salida de camiones de
transporte de personal.

A eso de las 4 de la tarde suena el tel�fono, el jefe me
avisa que no van a legar a la empresa, que cerrara bien y que pod�a retirarme,
como ya era su conocido de hace tiempo me tenia confianza, ya sin algo mejor que
hacer tom� las llaves de la camioneta y fui a comprar cerveza, regres� a los
laboratorios y mientras me embriagaba visitaba p�ginas con pornograf�a en
Internet.

Ya mas tarde a eso de las 9 � 10 de la noche sal� a comprar
mas cerveza, como ya sab�a que no llegar�a nadie y los s�bados no trabajan
decid� quedarme e irme el s�bado temprano, en la tienda mas cercana se hab�an
terminado las cervezas fr�as, entonces fui a buscar otra tienda a la colonia
vecina, ya rearmado y de regreso quiz� serian las 11 de la noche yendo por la
carretera observo que debajo de un puente hay una chica esperando el transporte
colectivo, ella delgada, morena, bonita a primera vista, de unos 15 � 16 a�os,
preciosa.

Una idea pas� por mi mente y me orill� situando la camioneta
a unos 10 metros de ella en donde hab�a una caseta telef�nica, baj� de la
camioneta y simulaba estar hablando al mismo tiempo que observaba que no hubiera
gente en la calle, ella obviamente noto mi llegada pero como baj� y estaba en la
caseta telef�nica no me puso mas atenci�n, como vi que la calle estaba desierta
me acerque a la muchachita sacando mi navaja y coloc�ndosela en la espalda le
indiqu� que no se moviera, ella con evidente miedo me dijo:

-Que quieres? Dinero? no traigo.

-No, no quiero dinero.

Acto seguido la empujo hacia la camioneta a lo que me pone
resistencia, a pesar de su edad y su complexi�n delgada, ten�a cierta fuerza, ya
teni�ndola cerca pude apreciar que hacia ejercicio pues sus brazos eran duros,
sus piernas tambi�n, adem�s cuando se defendi� solt�ndome varios golpes y
patadas apreci� que era muy el�stica, aunque no soy muy alto, mido 1.68m, peso
84 Kg, siempre he hecho ejercicio y mi peso no es precisamente por grasa
corporal, aunque era buena peleadora no le bast�, le apliqu� un golpe en el
abdomen dej�ndola sin aire, ella cay� al suelo, aprovech� esos instantes para
cargarla hacia la camioneta, donde sabia que hab�a cinta para sellar cajas de
cart�n, con esta cinta le amarre las manos a la espalda, le amarr� los pies y
dobl�ndole las rodillas le amarr� los pies y las manos juntos, un trozo de cinta
me sirvi� para taparle la boca, entonces cerr� la caja de la camioneta y me
dirig� hacia la empresa.

En este laboratorio hay un cuarto de refrigeraci�n que se
encuentra descompuesto y solo sirve de almac�n, hay ganchos para colgar varias
cosas, cuerdas, una mesa de trabajo, este cuarto tiene la ventaja de estar
forrado de unicell, la puerta de entrada es gruesa.

Al llegar cuidando que nadie me viera la baje de la
camioneta, a esa hora era poco probable encontrar a alguien en la calle y menos
siendo una zona industrial.

Ella estaba llorando, mientras la cargaba respiraba el
delicioso aroma de su perfume, su cuerpo al tacto era duro, la recost� sobre la
mesa de trabajo y como segu�a amarrada no pod�a moverse, cerr� la puerta, le
amarr� las manos y pies a 4 cuerdas las que coloqu� en cuatro ganchos ubicados
en las cuatro esquinas del cuarto haciendo las veces de poleas, cuando cort� la
cinta que manten�a unidas sus manos y sus pies y luego la cinta que manten�a
unidos sus pies ella comenz� a forcejear al tener los pies libres, pero cuando
jal� de las cuerdas sus piernas se abrieron y asegur� las cuerdas en otros
ganchos, luego cort� la cinta que manten�a unidas sus manos y tambi�n las tens�
de modo que su hermoso cuerpo adolescente form� una preciosa x en la mesa de
trabajo colocada en el centro del cuarto.

Cuando le quit� la cinta de la boca despu�s de dar un grito
de dolor por la posici�n en que estaba y por despegarse de su boca el trozo de
cinta, entre sollozos me pidi� que no le hiciera nada, que ella no dir�a nada si
la dejaba ir, que ella no me hab�a hecho nada, que porque le estaba haciendo
esto, al escucharla me excit� demasiado.

Me retir� un poco para poder apreciarla a detalle con
tranquilidad, en realidad era hermosa, su cara indicaba un buen cuidado rostro y
su cabello era largo, negro, lacio, y con un olor delicioso, me acerque y se
sub� sobre ella, comenc� a besarla, ella lloraba y mov�a la cabeza, pero
haciendo uso de la fuerza la bes�, sent�a deliciosa su saliva y sus dientes
mientras les pasaba mi lengua, comenc� a pasar mis manos sobre su playera azul
marino tocando sus senos que cab�an perfectamente en mi mano, eran duros,
deliciosos al tacto, tocando sus piernas, sus nalgas, haciendo presi�n con mis
dedos por encima de su pantal�n de mezclilla negro a la altura de su vagina,
estaba sumamente excitado, saque mi navaja a lo que ella dio un grito pidiendo
ayuda, le dec�a �grita perra, que aqu� nadie te va a escuchar- hice que sintiera
el fr�o de la hoja de acero desde su cuello hasta su blusa que con un movimiento
se rasgo dej�ndome apreciar su brasier blanco, no pude contenerme mas y lo corte
tambi�n, haa, sus senos a mi vista, sus pezones negros y peque�os, comenc� a
besarlos, a succionarlos, a darme gusto con ese par de joyas que el destino
hab�a puesto a mi alcance, los bes�, mord�, succione, hasta que la excitaci�n
que sent�a me incit� a romperle su pantal�n con la navaja.

Ella no dejaba de gritar, cuando le desabroch� el cintur�n y
cort� su pantal�n dej�ndole solo jirones de tela a la altura de sus tobillos
observ� su lindo cuerpo solo en una pantaleta blanca muy coqueta, con mo�ito,
mord� su cl�toris sobre su pantaleta, ella comenz� a orinarse, lo cu�l me �xito
mucho, sobre todo la sensaci�n de tenerla muerta de miedo frente a m�, sin
poderse mover, con la navaja corte su pantaleta y comenc� a darle lengua en su
vagina, lamiendo su ano y dej�ndole mojados sus vellos p�bicos con mi saliva y
sus orines.

Como no ten�a lubricante a la mano sal� por un frasco de
vaselina, ya fuera del cuarto comprob� que no se escuchaban sus gritos, cuando
regres�, a ratos me maldec�a, a ratos me suplicaba que no hiciera lo que me
propon�a, pero eso lejos de hacerme sentir remordimientos me calent� mucho mas,
le puse un poco de vaselina en la entrada de su vagina y colocando la punta de
mi pene en ella comenc� a hacer presi�n, su rostro mostraba una expresi�n que
evidenciaba la angustia y sufrimiento que sent�a al perder su virginidad de esa
forma, logre introducirme un poco y sus l�grimas salieron de manera mas
abundante, para ese momento solo pensaba en satisfacerme con ese cuerpo amarrado
frente a m�, conforme me fui moviendo fui entrando mas hondo, ella hab�a dejado
de hablar, solo lloraba, no me miraba, tenia los ojos cerrados, apretados,
mientras estaba bombeando en su interior regres� a besar esos lindos senos que
en ese momento me pertenec�an, los mord�a al grado de casi sangrarlos, me corr�
en su interior, lo cu�l fue delicioso, la abrac� y me recost� sobre ella sin
sacarle mi pene.

Despu�s de un rato sent� como mi miembro volv�a a crecer en
su interior, se lo saqu� y le unt� vaselina en su ano, le introduje primero un
dedo, luego dos, ella hac�a presi�n para evitar que introdujera mis dedos,
cuando sent� que estaba un poco dilatado y aunque la posici�n era inc�moda
consegu� introducir mi pene no sin algo de esfuerzo y comenc� el bombeo, ella
gritaba de dolor, las l�grimas volvieron a sus mejillas, ten�a los ojos muy
hinchados, tambi�n me corr� en su interior, luego saque mi pene y le puse la
navaja en su boca para que la abriera y no pudiera cerrarla, con mucho cuidado
le hice saborear el sabor de mi pene untado de semen y su propia mierda, sent�a
delicioso el tacto de su lengua tratando de sacar mi pene de su boca, entonces
comenz� a ponerse erecto de nueva cuenta, segu� el trabajo con mi mano hasta que
le salpiqu� la cara y la boca con otra descarga.

Le dije � eres una zorra � ella solo lloraba y hac�a
movimientos de asco, le di un golpe en el abdomen para dejarla sin aire, la
desat� y la volv� a amarrar como la traje, la sub� a la camioneta y la fui a
tirar desnuda y amarrada a un terreno bald�o en una de las colonias vecinas,
para esto eran alrededor de las tres de la ma�ana, a�n as� tome precauciones
para no ser visto, ten�a la ventaja de que la camioneta no est� rotulada con el
logotipo de la empresa y en esta zona esas camionetas de carga son de uso com�n.

Regres� y dorm� con una satisfacci�n enorme, aunque sent�a
cierto sentimiento de p�rdida, pues me ser�a dif�cil volver a hacerle lo que le
hice esa noche, me qued� con los trozos de sus ropas, con su mochila donde
encontr� sus credenciales de la escuela, y a veces me dan ganas de buscar donde
vive y tratar de repetirle la dosis porque en serio lector que ella es hermosa.