Popu V
De visita a unos amigos
Luego de la violenta sesi�n. Claudia y Laura fueron llevadas
a sus celdas. Arrastradas por largos y oscuros corredores llegaron a dos
cub�culos de 4 metros de lado cada uno. Dentro de sus celdas encontraron jab�n,
toalla, un conjunto nuevo de ropa interior blanca y un pantal�n gris. Ambas
fueron arrojadas sobre las camas y les cerraron las puertas con llave.
-�Estas bien mama?- pregunt� Laura
El silencio fue su �nica respuesta. Laura maldec�a la hora en
que hab�a escrito la fat�dica carta a su madre. Cada vez mas se daba cuenta que
estaba en manos de una perversa organizaci�n y que hiciera lo que hiciera, ya
nada la sacar�a de all�.
-�Estas bien ma ?- repiti�
-Ac� estoy Laura.- respondi� apenas audible la madre
-Mama...�estas bien?-
-Me duele todo Laura... y... creo ... creo que me
embarazaron.-
-No te preocupes por eso ahora. Tenemos que seguir vivas y
escapar de ac�.- respondi� Laura
-�Que te hicieron a vos Laurita? �No te habr�n tocado estos
hijos de puta no?-
Un nuevo silencio respondi� por si solo. Un par de lagrimas
corrieron por los ojos de las dos mujeres.
-�Como te metiste en esto hija? �Como te metiste con esta
gente?-
-Fue un error m�o ma. Algo que no voy a olvidar en toda mi
vida. Fuimos a la cancha con Mart�n y sin pensarlo desafi� a la barra brava de
Boca. Me violaron en la cancha delante de todos y despu�s aparec� ac�.
-��Ay Laurita!!... �y Mart�n?-
-El trat� de defenderme pero lo golpearon y se lo llevaron.
El quiso impedir todo desde el primer momento.- dijo Laura casi llorando
-�Donde est�?-
-No lo se... quiz�s ya lo mataron.- Dijo Laura entrecortado y
el llanto inund� sus ojos
Otro silencio cubri� la madrugada. Encerradas y sin poder ver
la luz del sol las mujeres no ten�an idea de la hora del d�a.
-Es mejor que aprovechemos a ba�arnos. Ayer ni siquiera me
dieron agua.- cambi� de tema Laura
-�No comiste nada desde que saliste de casa?-
-No. Lo �nico que tengo en el estomago es semen de estos
hijos de puta.-
-�Degenerados!-
-Y mejor que lo aprovechemos si no queremos morir de hambre.-
-Ya nos van a dar de comer hija. No podes pensar as�-
respondi� la madre
-Mejor vamos a ba�arnos y descansemos. Si conozco a estos
degenerados algo est�n preparando, y mejor que descansemos.-
No fue f�cil conciliar el sue�o para ninguna de las dos.
Laura preocupada por su madre y por Mart�n y Claudia dolorida y sin poder borrar
de su mente las im�genes de su reciente violaci�n.
El ruidoso sistema de cerradura de las puertas las despert�
al d�a siguiente. Vestidas con la ropa que hab�an encontrado las sacaron fuera
de sus celdas. Inmediatamente les esposaron sus manos a sus espaldas y las
cubrieron con capuchas.
-Ahora van a ir a entregar un mensaje. Lo van a leer cuando
lleguen a destino y despu�s vuelven.-
-�Cual es la trampa?- pregunt� Laura
-Vos debes ser medio pelotudita... �No entendiste lo que te
dije?- dijo Manguera pellizcando su pez�n
-Si entend�.- solloz� Laura
Con las capuchas puestas las llevaron por un largo camino
hasta una van. Sin sacarles la capucha les pusieron unos sweater y les volvieron
a esposar las manos.
-Mejor que se abriguen muchachas. Y no tomen fr�o.-
Al cabo de tres horas de largo viaje llegaron a destino. Un
ruido extra�o les hizo pensar que estaban cerca de alg�n colegio. La camioneta
se detuvo y una pesada y ruidosa puerta se abri�. Un largo pasillo los llevo a
donde el veh�culo por fin se detuvo. All� las hicieron bajar y caminaron por
varios corredores hasta llegar a destino. Una mano desconocida les dio las
llaves de las esposas y les coloc� un papel en el bolsillo del pantal�n. Luego
de eso ... silencio...
Las dos mujeres se quedaron paradas sin saber que hacer
durante diez minutos. Al fin Laura habl�.
-Me parece que nos dejaron solas.-
-�Si? �Estas segura?- respondi� Claudia
-Dame tus manos.- pidi� Laura
Gui�ndose por la voz Claudia se puso de espaldas a Laura y
sin soltar las llaves en su mano Laura abri� las esposas de Claudia. Con las
manos liberadas Claudia se quit� su capucha y la de su hija. La habitaci�n donde
estaban era un gran patio de deportes. Dibujado en el piso hab�a marcas de una
cancha de f�tbol y varios asientos alrededor. Con rapidez ahora con sus manos
libres Claudia le quit� las esposas a su hija.
-�Donde estamos?- pregunt� Claudia
-No se, pero no me gusta. Salgamos pronto de ac�.- dijo Laura
-�El papel!- dijo de repente Claudia -
-Es cierto. Damelo.- pidi� Laura
De repente, y antes de abrir el papel, la cara de Laura se
transfigur� de horror. Claudia no entend�a y miraba para atr�s tratando de
encontrar lo que su hija con el papel aun cerrado en la mano habia visto.
-�Ya se donde estamos!- dijo Laura
-�Donde estamos?-
-Mira mi buzo.-
Los buzos eran grises haciendo juego con los pantalones, pero
una franja adelante indicaba una serie de n�meros sobre la cual dec�a "Servicio
Penitenciario Federal". Claudia inmediatamente comprendi� la gravedad de la
situaci�n.
-Y seguro que no es de mujeres.- agreg� Laura
-Noo... por favor.. tenemos que escaparnos.- dijo casi
llorando Claudia
-Vamos a leer el famoso papel primero.- sugiri� Laura
Con sus manos temblando Laura abri� el papel donde dec�a.
***Deber�n encontrarse con El Morsa Flores. El las estar�
buscando media hora despu�s que las dejemos en destino. Una vez que lo
encuentren le dir�n la frase "La deuda esta saldada". Cuando terminen saldr�n
sigilosamente por el camino que les indiqu� en el plano. Habr� una camioneta
azul esper�ndolas. Suban y cierren la puerta. A prop�sito... no intenten
escapar, les puede ir muy mal a ustedes y Mart�n puede sufrir un accidente.***
-���Degenerados!!!- mascull� Laura en voz baja
-�Que pasa Laura? Vamos, hacemos eso y nos vamos.
-�No te das cuenta ma...? �Porque tenemos que venir nosotras
a una c�rcel de hombres a decirle eso? Nosotras somos el pago de la deuda. Nos
mando de prostitutas a una c�rcel...- dijo Laura con bronca -Y mejor que no se
enteren el resto de los presos o la vamos a pasar tan mal que ... no quiero ni
imaginarlo....- agreg�
-Apur�monos entonces.- dijo Claudia
Las dos mujeres caminaron hacia el costado del patio y
sentadas sobre la pared esperaron. Al rato se abri� la puerta y un grupo de diez
presos entr� en la habitaci�n. Laura se par� y pens� en huir.
-Preparate a correr ma.- le dijo en secreto
-Bueno-
Par�ndose las dos Laura tom� coraje y grit�
-���El Morsa Flores?!!-
-�Quien me busca?-
-Me manda a decir un amigo suyo que la deuda esta saldada.-
R�pidamente y a paso ligero Claudia y Laura se dirigieron a
la puerta. Abrieron y corrieron por el peque�o pasillo que continuaba. Cuando
fueron a abrir la otra puerta otros cuatro corpulentos hombres les cerraron el
paso. Estaban atrapadas. Con sus cabezas bajas y cuatro hombres mas en el grupo
las mujeres volvieron al patio.
-�Se van a ir chicas..? �No se quedan a la fiesta?-
-�Que fiesta? Nosotras ya nos �bamos ...- respondi�
tontamente la madre
-Por lo que veo no les avisaron nada �no?-
-No.- respondi� secamente Laura
-��Este Manguera!! ��No cambia mas!!- dijo uno de los hombres
-�Y Uds. de donde son chicas?- pregunto El Morsa
-Nosotras estamos secuestradas. Nos tiene atrapadas un grupo
de degenerados.. Tienen que ayudarnos.-
-�Si? �En serio? �No son prostitutas del Manguera?- pregunt�
El Morsa
-No. Y nos queremos ir.- reiter� Claudia
-Quiere decir que si nosotros quisi�ramos algo con Uds.
habr�a... digamos... un peque�o forcejeo... �no?-
-Si, eso se llama violaci�n y en cuanto empiece a gritar y
vengan los guardias ya van a ver�.- amenaz� la madre
-No creo que grites.- desafi� El Morsa
-�Porque no?-
-Porque si gritas primero te van a o�r los otros 120 presos
de este pabell�n, pero los guardias no le dan importancia a los gritos.
-�Sabes cuantos maricas que les rompen el culo gritan ac�?-
Claudia la miraba a Laura y las dos pronto miraban al suelo.
No resist�an el pensar lo que estaba a punto de sucederles. Sus fuerzas las
abandonaron junto con sus esperanzas y pronto desearon no estar ah�.
-Ahora chicas ... a sacarse ese uniforme y a mostrar las
carnes.- dec�a El Morsa
Claudia se tomaba el rostro entre las manos llorando,
mientras que Laura, ya resignada comenzaba a sacarse el buzo primero y el
pantal�n despu�s.
-�Y...? �Que esperas... ? �Sos sorda o sos medio boluda?- le
pregunt� uno a Claudia tom�ndole el brazo y sac�ndoselo de la cara
-Si no te apuras, tu amiga va a tener mucho trabajo.- dijo
otro
-No es mi amiga, es mi hija.- respondi� ofendida
Laura le ech� una furibunda mirada. No pod�a entender que su
madre fuera tan lenta para ciertas cosas.
-�Ahhh.. si...?- se sorprendi� El Morsa
-Veo que Manguera se porto con el regalito.- agreg�
-�Y tu hija es virgen?-
-No pelotudo, tu amigo ya se ocup� de eso.- respondi� con
odio Laura
-�Tiene car�cter la nena!.-
Un sonoro sopapo en la cara de Laura se escuch� en todo el
estadio. Tom�ndola de los brazos con fuerza la hicieron arrodillarse delante de
manguera
-Ped� perd�n.- le indicaron
-Perd�n.- dijo Laura sabiendo que estaba en desventaja
-Ya sabes como sigue.- le indicaron
Con sus dedos temblando Laura tom� el cierre del pantal�n de
Morsa y lo baj� lentamente. Luego meti� su mano entre la ropa y busc� su pene.
Con suavidad lo sac� del pantal�n y comenz� a masturbarlo con la mano tratando
que eso alcanzara.
-As� no. Vos sabes como.-
Laura mir� a su madre aun vestida y abri� sus labios
aguantando el fuerte olor a falta de higiene que emanaba del miembro dej�ndolo
apoyado sobre su lengua.
-��No Laura!! - exclamo la madre
Laura no se detuvo, sab�a que si no quer�a mas castigos ten�a
que complacerlo. Sus comisuras arqueadas de asco aguantaban la sucia sensaci�n y
sus labios ya rodeaban la piel del fl�cido miembro. En cuanto lo meti� en su
boca sinti� que la punta que se apoyaba en su lengua crec�a hacia adentro de su
boca. Poco a poco el miembro fue poni�ndose mas y mas tieso y ya comenzaba a
sentir el latir de su burbujeante sangre. Por un momento pens� en arrancarle el
miembro con los dientes, pero la cantidad de hombres a su alrededor la advirti�
que si lo hiciera quiz�s ser�a lo ultimo para ella y su madre antes de morir.
Tom�ndola de sus cabellos el hombre mov�a su cabeza hacia atr�s y adelante
literalmente cogiendo su cara.
-Uhhh... es buena...- murmuraba
Claudia paralizada miraba como ese hombre disfrutaba de la
boca de su hija. Lentamente el Morsa fue bajando hasta acostarse en el suelo.
Sin dejar de mover la cabeza de Laura segu�a su s�dico sexo oral. Laura
arrodillada en el piso ten�a su cuerpo inclinado hacia adelante obligada por la
posici�n. Sin que se diera cuenta, otro hombre se hab�a puesto detr�s de ella y
con un simple corte de cuchillo se llevaba su bombacha. Inmediatamente Laura
sinti� la presi�n de otro pene en su vagina. Antes que pudiera reaccionar estaba
penetrada por los dos lados.
Durante dos o tres minutos continuaron abusando de ella en
esa posici�n. Luego intercambiaron lugares y Laura pudo sentir asqueada el gusto
de su propio sexo en su boca. La sensaci�n no dur� mucho. Pocos segundos despu�s
el hombre acababa en su boca. Era evidente que hacia tiempo que estos hombres no
ten�an sexo. El torrente se semen en su boca era interminable. La primera
eyaculaci�n fue tan fuerte que la tom� por sorpresa saliendo por sus narices.
Luego vinieron la segunda y la tercera. Laura intentaba tragar lo mas r�pido que
pod�a pero pronto sinti� ahogarse y el caliente liquido ba�� sus mejillas y su
cuello.
-���Nooo!!!- protestaba Claudia
La imagen de su hija sometida y chorreando semen la hizo
volver a la realidad. All� estaba, inm�vil viendo como su hija era objeto de la
humillaci�n en la que ella se supon�a deb�a ayudarla.
-No voy a dejar que seas vos sola la victima. Entre las dos
vamos a sufrir menos.-
Con lagrimas corriendo por sus mejillas Claudia se quit� la
ropa y la dej� a un costado quedando solo en su ropa interior.
-�Vamos, degenerados! �Ac� tienen otro pedazo de carne!-
Cinco hombre enseguida la rodearon manose�ndole sus pechos,
sus nalgas y su pubis.
-Sacate la bombacha y esa porquer�a que ten�s en los pechos
puta.-
Claudia obedeci� y arroj� nuevamente la ropa en el mont�n.
Los hombres r�pidamente se quitaron tambi�n sus ropas y Claudia pudo ver enormes
penes aun fl�cidos esper�ndola. Uno de los hombres se acost� al Lado de Laura y
palme�ndole el culo a su hija la mir� a ella
-Vos sola vas a venir ahora y te vas a sentar arriba m�o.-
Claudia se acerc� y se sent� sobre el hombre pero como estaba
aun fl�cido solo resbal� en su sexo y qued� afuera
-As� no. Primero ten�s que hacer que se pare, con tu boca
puta-
Tratando de disimular el asco Claudia tom� el miembro con las
manos y lo engullo sorbi�ndolo lentamente. Un par de minutos despu�s el pene
estaba duro como piedra y era enorme casi como su brazo.
-Ahora si, sentate encima m�o, pero con la carne adentro.-
Claudia lo mir� con odio. Ella misma se iba a empalar, pero
no ten�a otra salida. Par�ndose con una pierna a cada lado del abdomen del
hombre comenz� a bajar lentamente su cuerpo hasta que sinti� el tieso y tremendo
miembro en la puerta de su vagina. De repente sinti� que su cuerpo se abr�a en
dos. Cuanto mas bajaba mas ancho era el pene y mas se esforzaba su vagina en
rechazarlo, el dolor era penetrante. El hombre debajo de ella gem�a de placer y
tomaba sus pezones pellizc�ndolos dolorosamente.
-Aughhh.- gem�a Claudia tratando de no gritar
Movi�ndose hacia arriba y hacia abajo Claudia recorr�a solo
los primeros cinco cent�metros del miembro sin poder ir mas all� de eso por el
dolor que la frenaba. Traicioneramente un hombre detr�s de ella se apoy� en sus
hombros oblig�ndola a descender hasta el fondo del pene. Claudia pens� que su
cuerpo se hab�a abierto al medio y un alarido de dolor invadi� el recinto.
-���Aaaaahhhhhyyyyyy!!!-
-Mama... no grites... van a venir mas...-
Las lagrimas en el rostro de Claudia y sus ojos enrojecidos
daban cuenta de que hab�a hecho lo posible por evitarlo. Sus piernas temblaban y
las paredes de su sexo se estiraban al m�ximo. sobre su sexo pod�a sentir el
vello p�bico del hombre enred�ndose con el de ella.
-Por favor... mas despacio... me duele.- ped�a Claudia
-Esta puta esta hablando demasiado. Fierro, tapale la boca.-
-No, por favor.- respondi� ella
-Nadie te pidi� tu opini�n puta. Abr� la boca.-
Sin poder resistirse Claudia abri� la boca y el hombre meti�
su pene en ella. Ya era el segundo y faltaban muchos mas hombres. El preso
debajo de ella la hab�a tomado de la cintura y se aseguraba de empalarla hasta
lo mas hondo que pudiera. El otro la tenia tomada de sus cabellos y usaba su
boca como una vagina para su miembro. Pocos minutos fueron suficientes para que
el hombre en su boca explotara en orgasmo. Tal como a su hija la eyaculaci�n la
tomo de sorpresa, llenando su boca, atragant�ndola, desbordando sus narices y
sus labios. La segunda y tercera fueron menos r�pidas pero mas voluminosas.
Desacostumbrada a tragar el semen y sorprendida por la cantidad, pronto su boca
no pudo contener mas el liquido que se derramaba por su cuello sobre sus pechos
y su abdomen. Mientras tanto sent�a el pene en su vagina llegar hasta el fondo
de su sexo. Empapada en semen Claudia vio como se retiraba el hombre de su boca
y lo reemplazaba otro.
En la puerta del estadio aparecieron cinco hombres mas
atra�dos por los gritos. Laura ya estaba en un estado lamentable. Su pelo y su
cuerpo brillaban en el pegajoso perlado de la piel cubierta de semen. Varios
chorros blancos se dibujaban sobre su cara y sus pechos. Ya hab�an acabado cinco
hombres en diferentes partes de su cuerpo. Sus muslos ten�an varias chorreaduras
frescas del semen que expulsaba su vagina por exceso.
-Esta es un desastre. Tiene la concha llena-
-No importa. Ahora lo solucionamos.-
Cuando ambos hombres hubieran eyaculado dentro de Claudia,
ella sinti� su sexo inundado y su caliente invasi�n la humill� aun mas.
-Ahora a limpiarse entre ambas.-
Tom�ndola de brazos y piernas Claudia fue elevada y puesta en
un perfecto 69 con su hija. Claudia y Laura sent�an el pegajoso liquido ente sus
pieles que las adher�a mas y mas y desparramaba el semen por ambos cuerpos.
-Limpiala a tu hija.- le ordenaron
Claudia no entend�a el prop�sito de esa posici�n, y se gan�
una buena nalgada que dej� los cinco dedos marcados en su gl�teo.
-�Vas a chupar y sacarle todo de adentro? �o te tenemos que
explicar?.- pregunt� un preso
Claudia mir� la entrepierna de su hija. Una espesa mancha
blanca enredaba sus vellos y tapaba sus labios vaginales. Un penetrante olor
hacia la tarea repulsiva, pero una segunda nalgada mas fuerte que el anterior la
oblig� a vencer su asco. Suavemente Claudia pasaba su lengua y recog�a gruesas
capas de semen trag�ndoselas. Poco a poco fueron apareciendo los labios del sexo
de su hija. Enrojecidos por la tarea los p�talos del sexo eran suaves y
calientes.
-Vos tambi�n, limpiala a tu madre.-
Pronto no quedaba mas nada en sobre los labios de Laura y
Claudia se concentraba tratando de reprimir esa fuerte sensaci�n de placer que
sent�a cuando su hija le lam�a su sexo, especialmente cuando lo hacia sobre su
cl�toris.
-Adentro tambi�n puta.- le indicaron a Claudia
Claudia resignada tom� con sus dedos los labios de Laura y
los abri� introduciendo la lengua dentro de la vagina de su hija. El hondo
suspiro de Laura les dio una nefasta idea a los violadores.
-�Muy bien chicas! Hora del concurso.- dijo Morsa
-Tienen 5 minutos. La primera que tenga un orgasmo se va a
llevar de premio una rotura anal de Bul�n. Pero si ninguna llega el premio es
para las dos.- agreg� riendo
Claudia mir� al hombre en cuesti�n. Su tremenda verga era mas
gruesa que su mu�eca. No pod�a pensar en la tortura de ser penetrada por
semejante pene analmente. Inmediatamente comenz� a poner mas vigor en su lengua
y con sus dedos acariciaba el cl�toris de Laura
-No mama. No me hagas esto... uhhh... uhhh.-
Laura, decidida a no dejarse vencer comenz� tambi�n a
introducir la lengua dentro del sexo de su madre y d�ndole peque�os mordiscos a
su cl�toris arranc� los primeros gemidos de placer.
-No Laura... ahh... ahhh.. Yo no puedo...uhhh.... Me va a
romper al medio el orto.-
Hab�an pasado 3 minutos y ambas gem�an desesperadas como
animales en celo. Ya no solo se lam�an sino que ambas ten�an insertados varios
dedos dentro del sexo de la otra. Tratando de controlarse ambas llegaron a los
cuatro minutos y los estados eran insostenibles
-No doy... mas... mama.. por favor... par�.-
-Vos tambi�n Laura...-
Laura comenz� a dar peque�os mordiscos al cl�toris de Claudia
mientras insertaba otro dedo mas dentro de ella. Faltaban treinta segundos y
Claudia estaba al borde del orgasmo pero r�pidamente reaccion� y tambi�n comenz�
a morderla a Laura e insert� tambi�n su tercer dedo dentro de su vagina. Un coro
de gemidos retumbaban en la habitaci�n con sus caras y pechos brillantes en
semen y secreciones vaginales. Ambas hab�an llegado al orgasmo al mismo tiempo.
-�Muy bien...! �Son tan putas las dos... tanto una como la
otra!.-
Dos hombres se acostaron en el suelo, uno al lado del otro en
sentido invertido, de forma tal que la cara de uno quedaba a la altura de la
pelvis del otro. Inmediatamente las mujeres fueron levantadas y ensartadas en
los miembros de los hombres boca abajo. Los hombres le giraron las cabezas de
costado para que pudieran verse una a otra. En ese preciso momento dos hombres
mas se acercaban a sus nalgas abri�ndolas y aproxim�ndose con sus duros penes a
sus rectos.
-��No... por favor por ah� no.!!- ped�a Claudia
Mientras dos hombres mas abr�an obscenamente sus piernas
ambos orificios quedaban a la vista de la otra pareja. Claudia pudo ver entonces
hundirse un tremendo pedazo de carne en el rosado ano de su hija mientras sent�a
hundirse dentro de ella otro similar. Obligadas a mirar parec�a que el
presenciar la penetraci�n la una de la otra aumentara la sensaci�n de dolor.
Laura solo intentaba controlar el dolor respirando entrecortadamente mientras
sent�a sus nalgas abrirse mas y mas mientras el hombre se met�a mas y mas dentro
de ella. Diez minutos despu�s los hombres estaban a punto de estallar. Casi
coordinados quitaron los penes de los orificios anales embuti�ndolos en las
bocas entreabiertas de dolor de las mujeres. El asco del nauseabundo sabor de
sus propios culos revolvieron los est�magos de las mujeres, pero no les dieron
tiempo suficiente. Diez segundos despu�s ambos eyaculaban dentro de las bocas de
las mujeres. Mientras que ellas trataban de sobreponerse a esa asquerosa
sensaci�n sintieron que dentro de sus vaginas sendos volcanes estallaban
inund�ndolas de esperma caliente como nunca hab�an sentido.
Cuatro horas despu�s, y luego de que medio pabell�n y algunos
guardias pasaran por sus cuerpos, los cuerpos de Claudia y Laura eran una
viscosa y pegajosa masa brillante. Cansadas y casi sin poder levantarse las
dejaron en el estadio.
-Tenemos que irnos..- dec�a murmurando Laura
-No me puedo ni mover.- respondi� Claudia
-Pero si seguimos ac� nos van a dar mas todav�a.-
Con sus piernas temblando las dos mujeres se incorporaron.
Les cost� mucho trabajo ponerse la ropa. Sus pelvis doloridas hac�an una tortura
el movimiento de sus piernas. Su ropa se pegaba a sus cuerpos ba�ados en semen y
pronto se humedecieron tambi�n. Sus pelos pegoteados en mechones drenaban el
blanco fluido de los cientos de desconocidos. Sigilosamente, casi arrastr�ndose
salieron del lugar. Efectivamente y tal como lo hab�an prometido una van
esperaba con sus puertas abiertas a las sufridas mujeres. Dentro de la van
Manguera y tres hombres mas las esperaban. Cuando subieron cerraron las puertas
y el veh�culo comenz� a moverse. Los vidrios no dejaban ver afuera por lo que
nunca supieron donde se dirig�an.
-�Bien! Veo que pagaron la deuda.-
-���La puta que te pari�!!!- respondi� Laura
Un certero pu�etazo a su pecho derecho la hizo cambiar de
parecer. El dolor la doblaba en dos.
-Me gustan las chicas con car�cter. Esas que cada vez que las
coges las violas. Pero vos todav�a ten�s que aprender quien manda ac�.-
Desde su agon�a Laura comprend�a que si quer�a dejar de
recibir golpes deb�a cuidar su car�cter en el futuro, y obedecer, sobre todo
obedecer.
-Hicimos una apuesta �saben?. Apostamos cuantas veces se las
iban a coger esta vez, �cuantos fueron?-
Ambas se quedaron atontadas con la pregunta. No pod�an creer
que fueran tan perversos como para apostar sobre eso.
-�Dije que quiero saber cuantos fueron!.- grit� Manguera
-Cuarenta y siete- respondi� con verg�enza Claudia
-Cincuenta y seis... creo.- agreg� Laura
-As� me gusta mas. Como debe ser, dos putas y sumisas
esclavas siguiendo la voz del amo.-
-�Que pas� que fueron tantos?. Yo no hubiera cre�do que
Manguera iba a ganar la apuesta con un numero tan alto.- pregunt� otro
-Algunos de los otros presos aparecieron atra�dos por los
gritos.- respondi� Laura
-Y yo descontaba eso... �no es cierto Claudia?- agreg�
Manguera
Agotadas y ya sin fuerzas para nada, las dos mujeres se
durmieron el resto del largo viaje de regreso.