Cog� el Subaru Impreza de mi padre; antes de salir del
parking le di unos cuantos cabeceos al cuentavueltas del tac�metro, me sent�a
muy bien haciendo eso; jugando con las revoluciones lograba al fin canalizar mi
furia en el coche nuevo (o "el nuevo integrante de la familia" como mi padre
suele llamar a su WRX) que sufr�a todo el castigo de ello sin siquiera
inmutarse, en un vicio que invitaba a reventar su motor.

Me hice un b�lido y no tard� hasta su casa, a ver si pillaba
a Daniela antes que le saliera un rollo. Llegu� a su puerta, toqu� su timbre,
una, dos, tres veces, pasaron cinco minutos, diez minutos y yo me ve�a all�
parado e impaciente: nada, no contestaba. Sub� al coche, accion� el encendido e
irrump� la tranquilidad del vecindario con el estruendo de los escapes, y creo
que funcion� pues en el acto se hizo una luz en la entrada y tras eso Isabel,
madre de Daniela, sali� desde el balc�n.

-Buenas noches, Isabel, disculpe usted�

-�Hola hijo!... �Qu� es eso de usted, eh? Estate all� que ya
te abro �baj� desde su habitaci�n y al estar frente a m�, algo le tuvo que decir
mi semblante ya que de inmediato pareci� adivinar mi visita y no hubo necesidad
de palabra- Vienes por Daniela, �no es as�? Pues ella no se encuentra, se ha ido
hace ya una hora, su novio le ha invitado y pues han salido.

-�El qu�? �Ha dicho NOVIO?

-Pues s� -dijo como lament�ndose por m�- han salido juntos
seguramente de juerga, y debo ser sincera hijo, hombre s� que no te gustar�,
pero a ellos les he visto muy entusiasmados.

-Ya. S�lo quer�a charlar con ella sobre lo que me llevo
dentro, me voy sintiendo muy mal desde que rompimos� necesito desahogarme (Quise
mantener la calma, aunque no pude evitar dejar escapar una l�grima).

-S�, no te veo bien� Bueno chico, que si gustas puedes entrar
y charlamos con tranquilidad, �te parece?

-Vale, se lo agradezco mucho, enhorabuena.

Cruzando el umbral de la puerta me sorprend� con la inusual
luminosidad del lugar. Sin dudas hab�a algo especial que me inspiraba una
sensaci�n de bienestar incre�ble y me volv�a a la calma. Con ese resplandor
nublando mi mente, me acomod� en el sof�. Para entonces, todos mis problemas y
esa pena, junto a esa rabia que me brotaba por el ce�o fruncido, parec�an
desaparecer del todo en esa tranquilidad. As� como estaba, respirando toda esa
sensaci�n en el ambiente, aparece ella, Isabel.

Se tumb� a mi lado y tuvimos una charla muy animada. No es
que costara mucho volver a la risa y disfrutar con Isabel, una mujer encantadora
que r�e de la vida y la disfruta al m�ximo. A sus 45 a�os era a�n una mujer muy
guapa, a decir verdad guap�sima. Como no muchas se conservaba excelentemente y
su cuerpo era de impresi�n.

La charla obligaba a mirarle toda y ella ten�a un magnetismo
especial, como la casa misma. A�n guardando pena en mi coraz�n, su magia de
hembra en celo no me pasaba desapercibida. Contemplar sus ojos verdes
encantadores, de una mirada muy chispa tras las gafas, su cabello rubio rizado,
sus bellos labios, sus tetazas imponentes, erguidas, que parec�an forcejear por
salirse del escote, un hermoso vientre contorneado por unas curvas que marcaban
cintura, cadera y muslos, me estaba volviendo loco. Era en pocas palabras una
monada, me asombraba que por primera vez yo despertara y le mirase como la mujer
que era y no como "mi ex suegra". Ella se daba cuenta de la situaci�n pero ello
no le incomodaba en absoluto, cosa que daba mucho por pensar� La situaci�n
comenzaba a calentar, al menos en mi imaginaci�n.

Ella me ofreci� algo de beber, me pidi� para esto que le
acompa�ase al minibar como acostumbraba hacer en fechas especiales. Una vez all�
ya no pude m�s y me permit� una mirada hacia su culo apenas tuve oportunidad.
Ella, que al estar arqueada limpiando la basura me encaraba con sus bellas
nalgas, termin� por dejarme embobado y no pude hacer m�s que deleitarme del
gusto frente a lo que se me ofrec�a a los ojos, asomado sobre los vaqueros: una
braguita negra con forma de T, que le cruzaba hasta perderse. Le quedaba de
maravilla. En eso estaba y ella se volte�, viendo mi cara de satisfacci�n...
pero continuaba habl�ndome como si mirarle las tetas o el culo fuese mirar nada.
Eso me ten�a muy excitado porque me daba para crear las m�s exquisitas
fantas�as.

Ya a esas 3 copas de cava que llevaba yo en el cuerpo me
hab�a desconectado del mundo (aunque sin estar plenamente ebrio) y comenc� a
sacarme encima ese nudo que ten�a. De pronto me vi confes�ndole mis problemas
m�s �ntimos con Daniela, que la relaci�n comenzaba a sostenerse s�lo por
nuestros encuentros sexuales, mismos que s�lo se daban los fines de semana por
lo que la relaci�n se fue desgastando en lo amoroso hasta volverse un tedio
insoportable.

Sorprendida, Isabel dijo comprenderme muy bien pues ella
hab�a tenido un problema similar con el padre de Daniela, "pero a diferencia
tuya esto ha sido su culpa, no la m�a... mi marido dec�a entregar Amor, pero en
la cama las cosas no eran as�"(no os ocultar� que no tuve m�s ocurrente
pensamiento que satisfacer sus deseos, pero esta idea se enfrentaba con el "muro
de la edad"; ella nunca mostr� otro sentimiento hacia m� que el de una madre por
su hijo, cerrando mis esperanzas). En un momento no pudo contener el llanto y,
entre sollozos, encontr� en m� un buen oyente para contar su desgracia. Me
revel� que se hallaba en un mundo de rutina, sola, muy sola, enfrent�ndose a la
vida s�lo para entregar lo mejor a sus hijas como �nica inspiraci�n, que no
ten�a otra motivaci�n en el mundo y ella buscaba necesitar tener alguna.

Yo escuchaba muy atento y me conmov�a el verle as�, no pude
evitar lo que me dictaba mi humanidad y le estrech� un sincero y largo abrazo,
entreg�ndole mi comprensi�n y apoyo, deseando que ella me sintiese como su
compa�ero... me bes� en la mejilla y no tard� en recomponerse, alegre y risue�a
como siempre... Isabel no se quedar�a as�, no deseaba terminar as� la noche y
decidi� hacer algo al respecto.

-Ahora mismo he tomado una decisi�n chico, debemos salir de
aqu� a relajarnos y a olvidar la pena, �te animas? � Y sin darme tiempo de
responder, continu�- �O acaso te crees que Isabel Encinas es una vieja aburrida?

-�No!, no... jeje por supuesto, ni hablar, que usted no es
una vieja� me ha cogido por sorpresa, pero vamos, ya comienzo a ver la noche con
otros ojos (y al decirlo le mir� con descaro su hermoso escote, aprovechando que
aparentemente no se fijaba). �Venga!

Subi� a su habitaci�n y en 20 minutos estuvo de regreso,
dichosos minutillos que s� merecieron la pena. Vest�a un top blanco muy hermoso
que dejaba ver ampliamente el sujetador del mismo tono. Su panza, plana y
exquisita como de quincea�era, luc�a soberbia un ombligo de encanto, y por
debajo de �ste comenzaba lo mejor: un pantal�n blanco, ajustad�simo y de telilla
fin�sima, que dejaba al tanga a�n m�s visible, revelando unos muslos m�s bien
rellenitos, muy apetecibles.

Ofrec� llevarla en mi coche. Tras tumbarse sobre el asiento
envolvente del deportivo, sent�a yo que llevaba conmigo un tesoro de mujer, en
todos los aspectos, una mujer completa... y sacaba conciencia pensando cu�n
diferente era a su pobrecita hija. El motor de mi coche nuevamente ped�a marchas
y revoluciones, y si bien ahora no llevaba una rabia por descargar, s� me tra�a
un deseo que me pon�a la piel de gallina y que necesitaba saciar como me fuese
posible cada vez que miraba a mi bella acompa�ante.

Llegamos al fin a una Disco que yo muy bien conoc�a, muy
cerca del centro de la ciudad. Bailamos hasta el sudor, y a menudo toc� bailar
muy abrazados, yo no quer�a hacer expectativas de ello pero no me cortaba en
pegarme a ella, mir�ndole sin chistar mientras me pegaba a sus tetas y me tomaba
de su cintura cada vez que daba la ocasi�n, cosa que a ella no le molestaba y
segu�a as� muy alegre.

Entre bailes se nos acerc� una pareja de la edad de Isabel;
�l, un t�o muy alto, corpulento y de unas facciones que no me inspiraban la m�s
m�nima confianza, invit� a mi acompa�ante a la pista y �sta acept� de buena
gana, yo mientras tanto bail� un par con la compa�era del se�or y tras eso, la
aburrida se�ora se disculp� que algo ten�a que hacer y se retir� del lugar. Yo,
solo como estaba, miraba c�mo bailaban Isabel y ese inoportuno, la situaci�n me
ten�a como un perfecto infeliz. Pas� una hora de aquello y el afortunado
compa�ero de baile invit� a Isabel a charlar a una mesita perdida entre la
multitud. La situaci�n para m� no pod�a ser m�s irritante, no quise perderme
detalle de su conversaci�n y me acerqu� con disimulo. Les espiaba con un celo
por Isabel que hasta esa noche no me conoc�a. La charla entre ellos parec�a
seguir un curso por lo visto bien encaminado. El t�o se incorpor� de la mesa y
�l se la llev� de la mano, de un modo que me pareci� forzado, hasta la salida,
entonces me hizo sospechar. Ella se notaba muy ebria y al ver la escena no tard�
en adivinar lo que ese tipo se ten�a en cabeza. Les segu� hasta la salida, ve�a
impotente c�mo �l la acomodaba dentro de su coche y me present� lo peor. Sub� a
mi coche, �l arranc� el suyo y as� se dio inicio a una persecuci�n para pillar
al pringao, me sent�a como un aut�ntico "cuernos" y har�a todo a mi alcance para
sacar de ese l�o a Isabel. Sab�a que ella es ante todo una mujer de principio y
que no se ir�a con el primer hombre que se le cruzara entre ojos� convencido de
esto me di por completo a sacarle de esa situaci�n.

En la general pude ver c�mo mi Impreza aceleraba como el
demonio que era y ganaba enteros rugiendo motor y acerc�ndose poco a poco al Z3
de ese mierda, que se dio cuenta de que le segu�a y aventaj� desviando hacia
unas callejuelas secundarias. Le perd� por un segundo pero luego buscando y
buscando pude ver su BMW en una esquina, por lo visto ese era el lugar escogido
para desvirgar a Isabel y, qui�n sabe si antes lo fue para tantas otras.
Estacion� mi coche de forma que no pudiera verle.

Me acerqu� sigiloso, armado con un bast�n. Me hice aparecer
frente a �l desde fuera como una sombra, el hijoputa se encontraba muy
concentrado forcejeando con Isabel quien gritaba por zafarse de sus manos, por
lo que pude ver ella no se dejaba y fue motivo para que mi impaciencia
estallara� alc� el bast�n con impulso de ambos brazos, �l mir� y no alcanzaba a
decir "oye t�, gili�" cuando le lleg� un menudo golpe en todo el cristal que le
volvi� la cara ensangrentada y le dej� tendido sobre el coche. Isabel, asustada
y con una cara ruborizada m�s por la situaci�n que la embriaguez misma, parec�a
recuperar la lucidez. Luego se volvi� a m� para llorar en mis brazos. As� como
estaba s�lo me dijo "gracias, has llegado justo a tiempo�" y se incorpor� como
pudo d�ndome un suave beso en los labios. Ambos miramos a un tiempo al bastardo,
que yac�a inconsciente. Ayud� a Isabel hasta el coche y me sonre� en se�al de
triunfo.

Ya de camino a casa por la general, recompuesta ella y yo
satisfecho por mi logro en esa loca haza�a aquella noche, ignoraba que ser el
salvador de la misma me comenzar�a a favorecer a un l�mite insospechado.

-Oye h�roe, te debo una pieza de baile y algo m�s (dec�a
Isabel con algo de embriaguez brotando a�n en el aliento y la voz)

-No bromees Isabel, que te he librado de una que ni te veas�

-Mmmm� veo que comienzas a aprender de esta vieja, tut�ame
que as� es mejor (el estado de Isabel como quien no quiere la cosa me estaba
provocando una erecci�n al conducir, parec�a m�s indefensa, si me propusiera
cogerle ser�a m�s f�cil as�, pero mi cordura y formalidad segu�an venciendo
frente a este deseo en el que ella no ayudaba a controlar en lo absoluto) �
hombre no te lo tomes as�, no crees lo que te ofrezco-sigui� en plan de
cachondeo- si quieres te puedo bailar todo lo que resta de esta noche para
agradeceros� h�roe.

-Espero que pronto puedas recuperar la lucidez (dec�a yo con
una seriedad nada convincente)

-�Por qu� ser� que te ha crecido as�? Pues yo no soy ninguna
tonta, capullo (no di importancia a su comentario, pens� "estar� tocada por las
cervezas y ya", hasta que sent� en mi entrepierna un fr�o� ���un fr�o
proveniente de su mano!!!)

-Isabel, �qu� haces joder!

-Pues decidid ahora cari�o, F�LLAME O D�JAME

-�Qu� dices!

-Ya est� dicho, quieres tu recompensa o no, �h�roe!

-Lo siento, no te estoy entendiendo� (dije fingiendo estar
fuera de lugar, pero muy caliente)

-Pues yo creo que s�, no le puedes mentir a una chica cuando
�sta tiene tu rabo creciendo en su mano (no dejaba de tener argumentos su
comentario) �Anda, detened el coche y termina ya de hacer lo que �l no pudo. Te
lo tienes ganado hijo (reconozco que el trato de "hijo" me excit�, mi morbo
estallaba y sent�a como si Isabel fuese una madre muy puta invitando a follar a
su hijo. Cogi� mi mano desocupada y la llev� a una de sus tetas, por debajo del
sujetador. Y sigui� diciendo inocente). �No quieres?

Detuve el coche en seco. Aparqu� cercano a una ladera, la
vista era fenomenal y me pareci� buen lugar para recibir mi premio. La mano que
sent�a fr�a bajo mis pantalones ahora ten�a una temperatura m�s bien agradable,
con ella me ten�a la polla bien cogida al tiempo que yo iba jugando con su duro
pezoncito.

Su otra mano fue sobre la m�a y me la dirigi� hasta su
ombligo� sent�a que su vientre estaba muy caliente y ello no pudo ser mejor para
m�. Mi mano se pasaba suavemente sobre ella, Isabel cerraba los ojos y respiraba
e instintivamente, como si ella me lo estuviera ordenando, llev� mis dedos bajo
su pantal�n para llegar hasta su sexo. Not� que mis dedos no entraban por lo que
baj� su cremallera y tras eso, sent� ese calor sobre mi cabeza que experimenta
todo quien se saborea su premio, mi mano adivin� la pita de sus bragas y la
sigui�, hasta ver triunfal ese merecido espect�culo que era ver a Isabel en esa
pinta de top y tanga. Su conejito depilado se dejaba ver bajo su lencer�a, en
verdad eso era una delicia y quise comerle todo su co�o en el mismo instante.
Apart� el tanga a un lado y llev� mis dedos sobre su suave monte, ello le
causaba un placer que me transmit�a con agudos gemidos y una mirada muy lasciva,
sin hablar la verdad es que ya me estaba diciendo mucho pero de un momento a
otro rompi� el silencio:

-Esteban, ya estoy con prisa hijo, lleva tus deditos dentro�

-Isabel� me tienes loco, guarra� (estaba muy h�meda, le abr�
sus labios buscando su cl�toris

-S�iiii� me toc�is muy rico, pero d�jate de juegos y comienza
a moverme el botoncito ya!!

-Te lo tienes escondido, estoy buscando�

-M�s arriba� s�, lo has conseguido� ahora mueve tu dedo
rapidito y me lo pasas sin parar, ahhhhhhhh�. Mmmmmmhhhhh�

-Eres una buenorra, una t�a muy buena�

-Mmmmm�tus dedos son una pasada Esteban� nunca me los
apart�is de ah� que me gusta...

-Nunca te los apartar� de tu co�ito, cari�o� (me sorprend�a
al hablarle as� a la que fuera mi suegra, pero no me cortaba porque era lo que
ella quer�a escuchar)

-Ohhh� sigue dici�ndome lo que te piensas de m� �me excita
que lo digas co�o!�

-Pues eso, QUE ERES UNA BUENORRA

-MMMM� sigue moviendo los dedos, no te detengas por nada,
comienza a hacerlo m�s r�pido que siento que ya me corro..

-Joder� eres la ostia Isabel, nunca cre� que fueras una
putita para m�, finalmente tengo una mujer� ohhh� ��joder te est�s corriendo!!
(sus flu�dos chorreaban en mi mano y sus piernas, yo por entonces brotaba humo
por mi cabeza y ni qu� decir mi m�stil).

-Mmmmhhhhh�. Venga, �quieres zumo de buenorra? T�matelo todo,
h�roe cabr�n�

Reclin� los asientos hacia atr�s y la acomod� con el culo
puesto frente a m�, levant� sus piernas como si mudara a una beba y ella las
separ� para ayudar a comerme su chocho. Llev� mi cabeza hasta su entrepierna y
una vez all�, con aquella maravilla a mi alcance, beb� de mi premio que result�
ser el m�s exquisito de los manjares, sus jugos entre el sudor de su ingle
ten�an para m� un precio impagable, abr� con ambas manos sus labios y repas� mi
aliento y mi lengua sobre su rajita que se estremec�a y produc�a unas
contracciones exquisitas, con un movimiento de mi lengua repasaba su co�o hasta
el fondo, de arriba abajo entre sus pliegues, hasta que le dej� limpia. No
llegu� muy dentro, quer�a que estuviese bien lubricada para desvirgarla de una
buena vez.

Su mano en mi entrepierna se mantuvo casi inm�vil ante el
placer que yo le estaba propinando, hac�a nada m�s que acariciar la polla y mis
huevos, con el placer que mis manos le hab�an dado ten�a todos los sentidos
enceguecidos. Pero me ten�a muy cachondo el saber que Isabel se hab�a corrido en
mi mano, mi amigo ah� abajo se ergu�a con la misma furia de la que al fin me
hab�a librado, tal parece que ahora el de cuidado era mi ca�oncete erguido,
listo para disparar� ella se dio cuenta y me suplic� entre los gemidos que le
causaba mi lengua que ella tambi�n quer�a disfrutar de mi polla, me acomod� como
pude para que ambos disfrut�semos de nuestros sexos, que dentro de un coche que
tampoco es una limosina no es nada f�cil. Apenas la tuvo al alcance la muy
golosa se la llev� toda a la boca, pese a ser experimentada y saber las
molestias al sentir las horcadas, estaba deseosa, como es natural, de sentir
sexo despu�s de tanto tiempo sin saborear nada m�s que la soledad. La frotaba
dentro de ella de tal forma que yo sent�a follando, verdaderamente le estaba
follando la boca. Mis ojos llevaban la mirada perdida, imagino que los hab�a
puesto en blanco del inmenso e indescriptible placer que me daban esas mamadas�
la madre de Daniela result� ser la mejor amante que pudiera desear, una madurita
deseosa, que nunca terminar�a de implorar por cogerle.

El �nico problema era el reducido espacio en mi Subaru� con
tantas modificaciones que mi padre le hab�a hecho a la butaca, Playstation,
pantalla y una preparaci�n Car Audio verdaderamente bestial, realmente iba muy
inc�modo hacer el 69 all� dentro. Y ser�a peor a�n follar en medio de todo, ni
hablar. Advert� a Isabel al ver que ella tambi�n se sent�a como yo:

-Creo que el premio tendr� que esperar� la verdad es que no
me quiero apartar, pero ya ves que no logramos nada aqu� dentro� (dije sin
ocultar mi molestia)

-Tienes raz�n, tampoco deseo cortar lo que llevamos, pero
tendr� que ser en otro lugar, esto est� estrech�simo.

-S�. �Alguna idea?

-Pues ya que estamos cerca de casa� no ser� necesario un
motel. Me tienes desesperada "hijo"� (me dio un besazo en mis labios y se , yo
s�lo me sub� el pantal�n y ayud� con lo suyo a Isabel, por supuesto en el tanga
tard� un tanto para pasarle mis manos sobre su entrepierna. Una vez puesto, pas�
mi dedo por sobre sus labios e hice que se le metiera un poco. As� comido como
se lo ten�a le quedaba muy sexy, le di una �ltima caricia, pasando mis manos por
sobre sus rubios cabellos rizados, y le devolv� un ardiente beso, arranqu� motor
y en menos de un suspiro estuvimos en la entrada de su chalet.

-Tal parece que mi hija no est�, las luces estar�an
encendidas. No parece haber nadie.

-No� yo no estar�a tan seguro. No podremos saber hasta
entrar.

-Pues entra t�, a�n estoy toda coloradita y si ella me ve as�
sospechar�a.

-Bueno Isabel, como quieras. Las llaves�

Sal� llave en mano, hac�a un fr�o terrible porque ya eran las
6:20, abr� la puerta de la entrada, me asom� por entre las ventanas a ver si
ve�a alguien dentro, y nada. Pero record� que Daniela y yo acostumbr�bamos ir a
su habitaci�n, fui desde fuera a echar un vistazo�antes de poder asomarme tuve
una punzada en el est�mago que me avis� de lo que confirmar�a al mirar hacia
dentro: la silueta inconfundible de Daniela, sobre la cama, follada como una
perra mientras su "nuevo novio" le ensartaba una polla terrible.

"Pues nada, a divertirse" pensaba para m�, con un dolor en el
pecho que me volv�a a llenar de odio. Mir� hacia atr�s, a Isabel, quien no tard�
en adivinar lo que ocurr�a.

(CONTINUAR�)