* UN OBRERO ENCANTADOR*
Me levant� una ma�ana m�s con el maldito ruidito centelleante
que hac�an los hombres que trabajaban en mi jard�n, desde hac�a semanas estaban
construyendo una bonita piscina en el mismo, supongo que no faltar�a mucho para
que llegaran a terminar con el su trabajo. Habitualmente ven�an s�lo tres
hombres , uno de ellos era bastante corpulento, con una barriga enorme, t�pica
barriga cervecera que me resultaba totalmente repugnante. El segundo era un
hombre de origen ruso, bastante madurito pero atractivo a la vez , y , el �ltimo
era al parecer un chico cubano, y digo chico porque aparentemente era el m�s
joven de ellos. La verdad es que estos individuos no despertaban para mi mucho
atractivo que digamos, por lo que jam�s se me pas� por la cabeza, ni siquiera en
mis fantas�as, acostarme con ellos.
Al fin la piscina comenzar�a a parecer eso, una piscina, pues
esa ma�ana del mi�rcoles llegar�an los hombres que pondr�an los peque�os
azulejos que cubren ahora mi piscina. Al parecer la cosa iba a ir de
extranjeros, porque eran rumanos, el primero era un sujeto insignificante, bajo,
flacuchento y con pinta de maricons�n. Pero el otro�la verdad es que nada ten�a
que ver con su compatriota, era alto, pelo oscuro, con un cuerpo normal pero
interesante y con unos profundos ojos azules. Al menos despu�s de tantas semanas
viendo a hombres totalmente antiatractivos llegaba uno con el que te podr�as
estimular la vista. Esa ma�ana deb�a irme a hacer unas cosas, me desped� de mi
madre, cog� el coche y me march�.
Cuando volv�, sal� al jard�n para ver como iba quedando la
piscina, ya que me gustaba supervisar todo en mi casa, y entonces fue cuando lo
vi por primera vez. Llevaba la t�pica camiseta obrera, un mono de trabajo
completamente cubierto de manchas de cemento y una gorra que cubr�a parte de su
rostro. Escuch� la voz de mi madre que me reclamaba desde la cocina, quer�a que
yo misma les llevara un refresco a los obreretes, ya que hac�a bastante calor
ese d�a. Entonces es cuando se dio cuenta de mi presencia, cuando me vi� qued�
realmente como hipnotizado, tanto que hasta que regres� al interior de mi casa
no me quit� ojo de encima. Cuando me introduje en ella, o� que �l le comentaba
algo en rumano en voz muy baja a su compa�ero, estaba claro que yo le hab�a
encantado.
No volv� al jard�n hasta pasadas varias horas, esta vez en
lugar de vestir unos vaqueros y una camiseta de tirantes color negro, llevaba mi
camis�n favorito, en forma de Kimono. Era de color blanco, por lo que mis
braguitas de color negro se hac�an visibles a trav�s de la fina y clara tela.
Reconozco que iba demasiado provocativa, que no era plan de salir con esa pinta
inmoral sabiendo que estaban ellos all�, incluso mi madre me llam� la atenci�n y
me pidi� que cambiara mi camis�n por algo m�s decente para la ocasi�n .Pero sal�
sin importarme mi vestimenta, para ver de nuevo como marchaba la piscina. De
nuevo el hombret�n me mir�, esta vez m�s detenidamente, mientras beb�a
lentamente lo poco que quedaba de aquel refresco que antes le hab�a dado. Me
recorri� de arriba abajo, deteni�ndose en mis largas piernas y posteriormente en
mis ojos ,mis grandes ojos.
Son� el tel�fono, mis ojos se apartaron de los suyos, hasta
el d�a siguiente no le v� m�s. Esta vez sal� con otro camis�n color blanco y con
un tanga negro, sab�a que el me observar�a y eso me motivaba para ponerme cada
vez m�s sexy para �l. Cada vez que regresaba al interior de mi casa giraba mi
cara y le sorprend�a mir�ndome. Era m�s que evidente que atra�a bastante a este
rumanito y yo no estaba dispuesta a dejar pasar esta oportunidad, pues �l
tambi�n me atra�a.
Era domingo y el trabajo de los azulejos qued� terminado, eso
significaba que se marchar�an esa misma tarde. Antes de marcharse se cambiaron
de ropa en una parte del jard�n donde no se les pod�a ver, pero si pude apreciar
su pecho al descubierto mientras se refrescaba con la manguera, �l al pillarme
in fraganti me sonri� sin m�s y yo le dediqu� la mejor de mis sonrisas. Al
marcharse se detuvo unos segundos para dedicarme una larga mirada y se fue. As�
que me decid� a seguirle antes de que saliera de mi casa y tras ver salir a su
amigo hacia el coche le sorprend� por detr�s, cerr� la puerta y le cog� de la
espalda. Me volvi� a sonreir y nos fundimos en un dulce, largo y apasionado
beso, momentos despu�s se fue.
Pens� que no volver�a a verle m�s, ya hab�a terminado su
trabajo y no ten�a nada m�s que hacer en mi casa. Pero una vez m�s el destino
decidi� que nos encontr�semos y en mi casa, por supuesto. Unos problemas
surgidos repentinamente con los azulejos, lo obligaron a volver junto con su
compa�ero para solucionar los inconvenientes de la piscina. Estaba dentro de mi
casa cuando me asom� a la ventana del sal�n y le vi ah�, en la piscina como
hac�a varios d�as. Me acical� lo m�ximo posible, pintalabios, un poco de
delineador negro y ya estaba lista para mi exquisito hombre rumano.
Cuando me adentr� en la terraza cercana al jard�n, me mir�
sorprendido y me salud� mientras me sonre�a de nuevo. Estuvieron unas horas,
sab�a que a�n les faltaba un rato, llegaron los otros obreretes que estaban
construy�ndola. No ve�a el momento adecuado para pillarle por sorpresa, hab�a
demasiada gente alrededor del jard�n. Decid� irme un rato al garaje, que estaba
cercano a la puerta de la calle,y puse un poco de m�sica. Sab�a que tal vez si
sal�a y me ve�a sola all� entrar�a seguro.
Comenzaba a sonar Bang bang de Nancy Sinatra cuando o� la
puerta de la calle, hab�a salido al coche a buscar algo. Al volver le esper� en
la puerta del garaje, cerr� la puerta de la calle, nos miramos fijamente, me
acerqu� a �l y le cog� de la mano. Entramos dentro, cerramos la puerta del
garaje y nos volvimos a besar ahora con m�s pasi�n. Me empuj� contra el viejo
mercedes de mi padre mientras sujetaba mi cintura y me segu�a besando, cuando me
quise dar cuenta ya estaba totalmente tumbada en la parte trasera del auto. �l
se aventur� a besar todo mi cuerpo por encima de la ropa, desde mi cuello,
pasando por mis pechos, en los que se detuvo a mordisquearlos suavemente y
terminando por mi est�mago y mi cueva, en la que tambi�n se detuvo para besar
cada rinc�n de ella. El ambiente era sensual y c�lido, Bang bang sonando, una
suave oscuridad y �l besando mi cuerpo �nicamente por encima de la ropa. Me
incorpor� y Arturo comenz� a besarme esta vez de una forma m�s brusca que la
anterior, continu� bes�ndome la mejilla de una forma muy tierna y suave, fue
descendiendo por mi cuello con besos pausados y muy h�medos, bajando por mi
cuello lleg� hasta mi clav�cula y sigui� bajando hasta mis pechos. Empez� a
besarlos como anteriormente, s�lo por encima de la ropa y posteriormente me
subi� la camiseta de una forma muy lenta.
Acarici� mis senos a trav�s del sujetador y se dispuso a
com�rselos como un poseso, los pezones de mis peque�as tetitas comenzaron su
erecci�n. Cogiendo cada seno con una mano lam�a y relam�a cada parte de mis
pechos. Not� como mis braguitas comenzaban a mojarse. Volv� a sentarme en la
parte trasera del mercedes y Arturo sigui� su descenso hacia mis partes m�s
nobles, volviendo a besar mi cuerpo, mi est�mago, mi ombligo� hasta llegar hasta
mi cuevita. Separ� su cara de la misma y con su mano empez� a acariciarla a
trav�s de mi pantaloncito corto, lo baj� suavemente mientras una de sus manos
tocaba fuertemente mi trasero.
Cuando ya qued� �nicamente en bragas y en sujetador, invit� a
Arturo a que se desnudara tambi�n y nos meti�ramos en el coche, le ped� que se
tumbara boca arriba en la parte de atr�s y me coloqu� encima de �l. Le volv� a
besar primero los labios muy lentamente, notando como su lengua jugaba con la
m�a entrelaz�ndose cada vez m�s, besando su cuello llegu� hasta sus pezones, en
los cuales hice un alto para mordisquearlos delicadamente y segu� recorriendo el
camino con mi lengua hasta su est�mago, continu� bajando por su ingle derecha
deteni�ndome un buen rato, rode�ndola con mi lengua y notando como su bulto iba
creciendo descontroladamente.
Segu� bajando por su pierna lami�ndola poco a poco y salt� a
la otra pierna donde hice lo propio hasta llegar de nuevo a la ingle. Not� los
continuos suspiros de Arturo, estaba muy excitado al notar mi lengua pasando una
y otra vez por su ingle, una zona tan cercana a su verga�Era la hora de
premiarle, le fui bajando los calzoncillos con mi boca y su polla empez� a
asomar poco a poco, era m�s bien normalita y con poco vello, perfecta para mi.
Estaba completamente erecta y muy dura. La cog� y recorr� con mi lengua los
laterales de la misma, luego chup� la puntita y me met� s�lo la mitad de su
verga en la boca. Tras haberla lamido perfectamente, los gemidos de Arturo me
indujeron a introducirme su pene completo en la boca y a chuparlo con un ritmo
fren�tico, los grititos se hicieron cada vez m�s continuos, era evidente que se
iba a correr, y yo me iba a beber todos sus jugos�
Una peque�a cantidad asomaba por la punta de su verga, cada
vez sal�a m�s y yo lam�a como una perra hambrienta, acab� totalmente perdida de
su leche, mi boca qued� cubierta con una peque�a capa de l�quido blanquecino.
Arturo me volvi� a besar y se mezclaron sus jugos con la saliva dando como
resultado un sabor delicioso. Me sent� encima de �l acercando mi co�o a su bulto
s�lo un poquito, �l con su mano sudorosa comenz� a estimular mi cl�toris con el
dedo �ndice, haciendo movimientos de izquierda a derecha y movimientos
circulares.
Cuando estaba a punto, acerqu� su polla a mi cueva y segu�
estimulando mi cl�toris con la punta, tras haberme corrido una vez me met� de un
solo golpe su verga y comenc� a cabalgarlo, primero a un ritmo lento, luego
aumentandolo progresivamente hasta que notamos que el coche se mov�a de arriba a
abajo fuertemente. Nuestros cuerpos sudorosos ya eran s�lo uno, sent�a como su
polla me pose�a completamente y �l ya estaba llegando el cl�max mientras
acariciaba de manera violenta mis tetitas tambi�n sudorosas, mientras las m�as
secaban el sudor de su pecho.
Cuando terminamos ca�mos rendidos en el asiento, sal� de su
interior y me qued� tumbada encima de �l con mis manos junto a su cara y a su
pecho. Me vest� un rato despu�s y comprob� que su compa�ero no se hab�a marchado
a�n, pero lo m�s conveniente era que volviera porque llevaba casi una hora
ausente. Despu�s de una hora continuando con su labor y tras varias preguntas
sobre su misteriosa desaparici�n, Arturo, mi Arturo se fue para siempre de mi
jard�n, de mi casa y de mi vida. No le volv� a ver m�s, pero le recuerdo, le
recuerdo a�n en el viejo mercedes de mi padre.
MUJERFATAL