Relato: Dominaci�n con estilos propios En la mayor�a de los relatos de dominaci�n las mujeres y/o
los hombres se convierten en seres abyectos que se someten a los m�s bajos
instintos de sus y pierden toda voluntad en funci�n del placer de quien
domina.
Hoy quiero que sepas que existe cierto tipo de dominaci�n que
quiz�s para pueda no parecerlo, pero quien las sufre o las practica, sabe
muy bien el placer que se experimenta�
Como nos conocimos t� y yo no viene al caso, pero lo cierto
es que en muy poco tiempo te convertiste en una presencia indispensable en mis
d�as, ma�ana, tarde y noche, incluso en la madrugadas; eres tan especial, es tan
especial la forma como te metes en la vida de quienes te conocemos, que te
bastan pocas conversaciones para hacerte desear con locura, m�s que eso, te
haces amar con una facilidad que asombra; recibes gustosa el amor que te brindan
e incluso llegas a dar amor, al menos eso es lo que parece y, sinceramente, si
es fingido, solo se sabe cuando lo dices de forma cruda y directa, sin
cortapisas ni medias tintas lo sueltas a boca jarro: "No te am�, no te amo ni
creo que pueda llegar a amarte jam�s�"
Nada puede ser m�s doloroso para quien se ha enamorado
perdidamente de ti, pero antes de llegar a decir eso, ya te has entregado, has
consumado el amor o el sexo, no calificaremos eso ahora, de una forma total, con
ternura, con frenes�, con una entrega en la cual dejas salir todo el placer, la
pasi�n y la emoci�n de ese momento y cr�eme, lo haces tan deliciosamente, que
justo en ese instante se consuma tambi�n el proceso de dominaci�n que ya hab�as
iniciado y que luego ejercer�s a placer sobre quien te ama a muerte�
Como la conoc� a ella tampoco viene al caso, lo cierto es que
una tarde, en su propia oficina, la tuve desnuda sobre el escritorio de su jefe
ofreci�ndome lo que ingenuamente ella pensaba que era patrimonio exclusivo de su
esposo; me hablaba de c�mo se hab�a enamorado de m� por la forma como yo la
trataba, por mi aspecto f�sico y mi varonilidad, creo que ese fue el t�rmino que
us�, pero yo insist�, sin dejar lugar a la m�s m�nima duda, que solo se trataba
de sexo: "Olv�date de la palabra amor, eso est� prohibido entre nosotros, as�
que si lo deseas te vistes y olvidamos esto, de lo contrario, entiende de una
buena vez que jam�s habr� otra cosa que no sea sexo entre nosotros�"
Que yo soy m�s directo o m�s sincero que t�, eso ser�a
llamarte hip�crita y no pienso hacerlo, creo que es solo cuesti�n de estilos,
pero los efectos son de una similitud impresionante; ella se convirti� en objeto
de mi dominaci�n al igual que yo lo soy para ti.
Colgu� el tel�fono despu�s de haber recibido tu m�s reciente
negativa a recibir de m�, expresiones amorosas, claro que yo colgu� segundos
despu�s de que me dejaras hablando solo, me permitir�s llamarte siempre y cuando
no te hable del amor que siento por ti y yo, sumiso al fin, Tu Sumiso, para ser
m�s exacto, pues solo t� eres capaz de semejante dominio sobre alguien como yo.
Me qued� adolorido, dolor que llega a ser hasta f�sico, termin� mi cigarrillo y
levant� el tel�fono; ella respondi� con su melodiosa voz que se hace
acariciadora cuando identifica mi n�mero en el Caller ID: "eres t� mi vida!";
"Si, soy yo y voy subiendo ahora mismo a tu oficina, prep�rate�"
Se esmera en satisfacerme con su boca, no he dejado orificio
de su moreno y bien formado cuerpo que no haya invadido con mi dureza ya que yo
mismo la ense�� a usarlo todo y debo reconocer que lo hace de maravilla. Logra
sus orgasmos, como si no estar�a tan sometida a mis caprichos que surgen tan de
improviso como la tos, pero apenas me desahogo en su cuerpo, comienzo a vestirme
mientras ella me colma de besos y agradecimientos por el placer recibido; yo por
mi parte, la insto a vestirse de inmediato para evadir esas manifestaciones de
amor que me resultan tan inc�modas viniendo de ella y que dar�a mi vida por
recibirlas de ti.
Llego a mi oficina y encuentro un mensaje titilando en el
Messenger, abro y apenas leo un hola escrito por ti, ya mi dolor se esfuma y
vuelvo a ser el amoroso y dominado hombre que se rinde a tus encantos con una
sola palabra y empieza el juego de dominaci�n, ese que tan bien juegas conmigo y
ante el cual me rindo solo por no perder el contacto contigo.
Pasas de las palabras dulces y mimosas, a los insultos
repentinos para luego hacerme ver que es tan solo una de tus acostumbradas
bromas y yo, simplemente me alegro que sigas all� a pesar de lo mal que me haces
sentir a veces, pero soy tu dominado y no me averg�enzo al decirlo; luego me
sorprendes con una llamada telef�nica en la cual me llevas al cielo con tu
melodiosa y cantarina voz para terminar la conversaci�n de forma abrupta sin tan
siquiera un hasta luego, otra vez hablando solo, pienso y me arrecho (todav�a
soy capaz de arrecharme algunas veces cuando me lo haces) hasta que vuelve a
sonar el tel�fono y eres t� de nuevo y mi coraz�n salta de nuevo y mi amor surge
de nuevo y mi incondicionalidad hacia ti arrolla a mi arrechera, vuelvo a estar
en el cielo por en�sima vez hasta que se corta de nuevo la comunicaci�n.
Sabes algo?; me gustar�a hacerlo de nuevo hoy, esp�rame�
Subo y all� est� ella esper�ndome nuevamente; "que te pasa?",
me pregunta, "te noto molesto"; "y lo estoy, me lo hizo de nuevo�"; le contesto
y sabe que hablo de ti, pero no le importa, simplemente me ofrece su boca y su
cuerpo porque sabe que es lo �nico que deseo de ella, sabe que mi dominio sobre
ella no requiere de maltratos f�sicos, es peor y m�s efectivo cuando es
emocional y lo acepta, entonces se desparrama cual rosa abierta y me ofrece el
solaz que solo una buena sesi�n de sexo me puede brindar, pero estoy tan molesto
contigo que deseo entrar en ella con violencia, la pongo de espaldas y all�, de
pie, penetro su trasero sin miramientos, le duele horrores pero ha aprendido a
gozar incluso de ese dolor inicial�; "se lo est�s haciendo a ella, cierto?";
"puede ser, pero ahora solo mu�vete y goza porque s� que te encanta cuando vengo
impetuoso!"; "claro mi rey, me fascina, anda, dame as� mientras piensas en ella,
mi amor por ti me permite aceptarte eso y m�s si me lo pides�", claro que se lo
pido, sin palabras pero el pedido es t�cito, luego de embestirla con suficiente
fuerza como para que se envicie disfrutando con mis �mpetus, la hago recibirme
en su boca que , golosa como siempre, no desperdicia ni una gota del n�ctar que
alimenta su "amor" por m�; "tranquil�zate mi rey, ya te llamar� de nuevo, no te
preocupes�"; y yo me voy tranquilo a esperar nuevas comunicaciones contigo
porque, desde aquella vez, nunca m�s hemos tenido contacto f�sico, no es
necesario, tu dominio se materializa a�n en la distancia y yo lo acepto como
ella acepta ser dominada por m�; la diferencia sigue siendo de estilos, tu
dominas con una sutileza que lastima y al mismo tiempo acaricia, yo al
contrario, domino de forma directa y sin tapujos, ella lo acepta o se pierde del
placer que solo yo le hago sentir, modestias aparte, disculpa, pero son palabras
de ella, no m�as.
Me has contado del dominio que ejerces sobre otra persona y
nos hemos re�do a mares al darnos cuenta que est�s usando mi estilo en este caso
tan singular, incluso me he sometido al dolor de saber que otro hombre ocupa tu
atenci�n y tus sentimientos, pero lo acepto como ella acepta mis sentimientos
por ti, por algo nos asumimos dominados, ella por m�, yo por ti, los nombres no
tienen importancia.
Despu�s de esto, quien desea someter a maltratos f�sicos o
caprichos aberrantes a otra persona, el placer que t� yo sentimos al saber que
podemos dominar de esa forma tan especial, es mayor a cualquier otro, es que nos
parecemos tanto!...
La pregunta que me surge ahora es: quien te domina a ti y de
que estilo se sirve?, porque todos, sin excepci�n de personas, somos dominados
por alguien, solo espero que su estilo no sea la violencia porque ya de eso
tenemos suficiente en otros relatos de dominaci�n que ambos desechamos leer
justamente porque carecen de estilo, o no?
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Relato: Dominaci�n con estilos propios
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