Relato: Alicia y su chiquito Alicia es una amiga que conozco desde la secundaria, as� que
crecimos junto en esta ciudad de M�xico. Yo siempre quise tener algo con ella,
pero aparentemente ella me maldijo clasific�ndome como solamente-amigo. Yo soy
alto y feo, lo ultimo era su justificaci�n para no cambiarme de categor�a. De
cualquier forma, disfrutamos mucho de nuestra compa��a, e inclusive hemos salido
solos sin toda la pandilla. Me invito a su boda y fui padrino de m�sica.
Actualmente ella esta felizmente divorciada y tiene 1 ni�o de 4 a�os. A pesar de
ello, se conserva muy bien, manteniendo unas piernas torneadas y una figura
bastante decente. Mide 170 y actualmente tiene el cabello casta�o. Es de
facciones regulares, con la piel api�onada. No ser� una top modal, pero se
esfuerza en mantenerse atractiva.
Lo que les voy a contar pas� hace 2 a�os. Ella me llamo un
s�bado a mi celular para pedirme que le cuidara a su bebe. No es que yo sea
especialista en ni�os, pero al parecer no hab�a nadie disponible y de confianza
para hacerlo. Como el bebe me agradaba cuando iba de visita, acepte. Paso a
dejarlo a mi depa, y ah� empez� un peque�o suplicio que durar�a toda la tarde.
Casi inmediatamente empez� a llorar, de tal forma que intente consolarlo, lo
revise, trate de alimentarlo, de jugar con el, en fin, de hacerlo que se callara
infructuosamente. Por fin, movido por la desesperaci�n acud� a alguien con
experiencia en bebes y pudimos calmarlo un poco. Para esas alturas yo
refunfu�aba por haber aceptado, pero ya estaba comprometido, ten�a que cuidar al
monstruo hasta el regreso de su mama. Afortunadamente, parece que se fatigo
mucho por el llanto inicial y pudimos dormirlo un par de horas. No les contare
como fue el resto de la tarde, solo dir� que me hizo pensar seriamente si quer�a
tener hijos propios.
Alicia llego por su ni�o, para mi gran alivio. Seguramente
vio en mi cara que no la hab�amos pasado bien, pero yo no me explaye d�ndole
explicaciones. Pero al s�bado siguiente que me volvi� a pedir el mismo favor, lo
pens� un poco m�s, aunque termine aceptando. Para mi fortuna, el ni�o no se
asusto de m� y a pesar que si fue muy absorbente, pasamos una mucho mejor tarde
que la semana anterior. La tercera vez que lo cuide ya hasta comenc� a recuperar
la simpat�a que le ten�a. En esa ocasi�n yo lleve el ni�o de regreso al depa de
Alicia. Lo acostamos a dormir y despu�s pasamos a platicar a la sala. Me cont�
que durante esos fines de semana hab�a estado ocupada tomando un curso, y que
necesitaba que le ayudara otros 2 s�bados. Acepte, ya mas conciente de lo que
era el cuidado del ni�o, lo cual estoy seguro me ayudo a ganar puntos.
- �Te invito algo de tomar? Ya sabes lo que tengo. Le acepte
un tequila, as� que trajo la botella y sirvi� dos caballitos. Y seguimos
platicando y bebiendo moderadamente, hasta que sent� la necesidad de orinar. As�
que me excuse y cuando regresaba, me di cuenta que estaba cambi�ndose de ropa en
su recamara. No dije nada, me deleite observando su cuerpo. Y no es que quedara
desnuda, o que se estuviera poniendo ropa mas atrevida para incitarme, al
contrario, se puso una sudadera y se agacho para sacar de un caj�n un pants gris
y holgado, permiti�ndome ver como su pantaleta se estiraba sobre sus carnosas
nalgas. En alguna ocasi�n hab�amos ido en grupo a la playa, as� que ya la
conoc�a en traje de ba�o. Pero esto de espiarla causaba mucho morbo en m�.
Regrese a la sala antes de que ella notara mi presencia, y fing� sorpresa al
verla cambiada.
- fui a ponerme c�moda, espero no te importe - Estas en tu
casa, no tienes que pedirme permiso. - No, si no necesito tu permiso, si
quisiera patr�n no me hubiera divorciado - Ojala yo tambi�n pudiera cambiarme,
pero dudo que tengas ropa de mi talla
Y con esto y otras bromas comenzamos a re�r. La est�bamos
pasando muy bien, aunque yo tra�a clavada la imagen de ella en ropa interior.
Comenc� a guiar la charla hacia bromas sexuales, y de ah� directamente al sexo
ya sin bromas. No hab�amos bebido mucho, as� que no pod�a culpar al alcohol de
lo que sucedi�. Ambos nos excitamos en forma creciente, y lo que durante a�os
fue mi anhelo se me concedi�: Nos besamos, primero como t�midos adolescentes, y
luego ya con m�s seguridad. La abrace y continu� bes�ndola, haciendo breves
incursiones hacia su cuello. Deteni�ndome, puse mi mano en su mejilla y la
acaricie con ternura mientras le dec�a - �Sabes que tenia mucho tiempo esperando
por esto? - Y t� sabes que la paciencia es una virtud que cosecha sus propias
recompensas
Me mir�, me cogi� la mano que ten�a en su barbilla y
levant�ndose la sudadera me la llev� hacia uno de sus pechos, estaba duro,
terso, y su pez�n ya marcaba a trav�s de su sost�n, su otra mano fue a parar a
mi paquete que estaba a punto de reventar. As� que la acaricie por encima del
sost�n, pero como era de esos dise�ados para ser c�modos en vez de sensuales, se
interpon�a en mi camino.
Puse mis manos en su espalda de nuevo, en esta ocasi�n para
quitarle el sujetador. Mi lengua busc� sus l�bulos para mordisquearlos, mientras
nuestras manos avivan el fuego. Met� mi mano en su pants y no llevaba
pantaletas. - me las quite en la recamara, te vi espi�ndome y me puse cachonda,
tengo mucho tiempo sin hacerlo. - pues para que son los amigos, me hubieras
dicho - tonto, si no te quisiera y confiara en ti, crees que estar�as aqu�
ahora?
Y me ofreci� sus labios para dejar de hablar. Nuestras
lenguas se trenzaron en un duelo, donde en realidad ambos gan�bamos. Sent� como
se aceleraba mi coraz�n cuando se separo para quitarse la ropa. Ante m� surgi�
un monumento de belleza y lujuria, para hacerlo mas er�tico en alg�n momento se
acariciaba un pecho o las caderas. Naturalmente, la ropa deportiva no es la m�s
sexy del mundo, pero la contundencia de su desnudez compensaba esas minucias.
Para igualar la situaci�n, yo no le hice strip tease o algo parecido, sino que
me desnude como si mis ropas estuvieran en llamas. Nos dirigimos a su cama,
donde la recost� y me apodere de sus tetas, lamiendo con avidez sus pezones,
mamando suavemente hasta que alcanzaron la consistencia de borradores. De ah�
continu� el descenso por su abdomen, hasta que quedaron exhibidos a mi vista con
un poco de ayuda suya los labios mayores y menores, su rosado cl�toris, sus
vellos crespos sirviendo como coj�n para mi verga. Segu� descendiendo con mi
lengua y mis manos al un�sono oprim�an su culo bien formado. Introduje mis dedos
dentro de su vagina y con movimientos verticales los met�a y sacaba.
Comenc� a brindarle mi admiraci�n por su cuerpo con mi boca,
pasaba la lengua por sus labios vaginales, introduci�ndola en el interior de su
orificio, buscaba el cl�toris y lo rodeaba con mis labios o le daba toques con
la lengua, ella se retorc�a de placer. Sent� como crec�a la tensi�n en ella,
como vibraba y gozaba con mis caricias combinadas. Y por fin, se vino no con
gritos, pero si de forma contundente. Sus jadeos retumbaban en las paredes de la
habitaci�n. Me ahorro los "que rico", cr�anme que si los hubo. No se como es que
no se despert� su ni�o, seg�n yo hizo bastante ruido. Descanse un poco mi boca y
cuello, me recost� junto a ella y la vi, con el pecho enrojecido, sus labios
rosados h�medos de saliva y la mirada p�rdida. Mi verga estaba dura como piedra
exig�a satisfacci�n, as� que busque un cond�n en su mesita de noche. No hab�a,
tuve que ir a la sala por mi pantal�n y saque el cond�n de las emergencias de mi
cartera. (Ya se que no es buena idea traerlos ah�, pero era eso o no usar nada)
Alicia sonri� satisfecha y me miro con lujuria. - No te preocupes, ahora te
atiendo como mereces, te voy a compensar por haber sido bueno con nosotros. -
Con gusto te cuido el chiquito cuando quieras En M�xico "chiquito" es un modismo
para referirse al ano. - �Tienes ganas de eso? - pregunto comprendiendo
perfectamente a que me refer�a - claro que si, me encantar�a disfrutar de tu
culo - mmm, h�zmelo suave por favor, tiene mucho que no me la meten por ah� y
siempre me duele.
Encantado por su aceptaci�n inmediatamente me puse a preparar
su retaguardia, tal vez con demasiado entusiasmo volv� a sumergir mi cabeza
entre sus piernas. Nuevamente su perlita y mi lengua se hallaron, quer�a
excitarla y mantenerla caliente mientras lleg�bamos al acto en si. Comenc� a
acariciarle los pezones mientras mi boca beb�a sus jugos. Ella bajo sus manos a
mi cabeza y me apretaba contra su entrepierna, me hacia estar pegado a ella.
Como el objetivo era su roseta anal, y seg�n mi costumbre, empec� a recorrer mi
lengua hasta llegar cerca, d�ndole lametazos largos. Cuando hice contacto por
fin con su esf�nter, aunque no lo vi sent� como lo contrajo de la impresi�n. Me
separe un momento - No te pongas tensa, as� te va a doler - Siempre me ha dolido
cuando me lo hacen - contesto mir�ndome a los ojos. - Ok, trata de relajarte,
d�jate llevar por la sensaci�n - mmm, no te lo dije, pero siempre me quedo con
dolor y una sensaci�n horrible. Si de verdad quieres hac�rmelo, por favor se
delicado.
Pens� en dejarlo para otra ocasi�n, pero como no ten�a la
seguridad de que hubiera OTRA ocasi�n, me decid� a jugar mis cartas cautamente.
As� que le ped� que estrujara y jugara con sus pechos, y regrese a estimular su
cl�toris. La sent� reaccionar y ahora met� nuevamente a su puchita un par de
dedos, y empec� a "acariciarla" por dentro. Sent� como se comenz� a derretir en
mis manos, de nuevo busque su arandela con la lengua, ahora no se tenso. Le di
de "besitos" a su agujerito, no dejaba de usar mis dedos. Con la otra mano
acariciaba su muslo, y lentamente fui acerc�ndome a la raja de sus nalgas. Deje
bastante saliva en su esf�nter y empec� a usar ah� mi lengua y un dedo
simult�neamente. Inicie una leve presi�n con la yema sobre su ano, y cuando
notaba que avanzaba un poco, acercaba mis labios para agregar mi saliva como
lubricante. As� met� mi dedo hasta la u�a, pero me detuve porque la saliva no
era suficiente para lubricarla adecuadamente. Me levante r�pido y fui al ba�o,
regrese con un frasco de crema.
- Ven papi, quiero probar tu verga - Claro, ponte de lado
para hacer un 69
Me puse el cond�n, nos acomodamos y de inmediato ella empez�
a dedicarse como colegiala estudiosa a mi pene. Para esas alturas empezaba a
perder presi�n, pero su lengua y sus labios se encargaron de recuperar la dureza
de mi erecci�n. Yo le correspond�, haciendo una mini-repetici�n de los
movimientos de su boca en su cl�toris. Tome un poco de crema y unt�ndola en mis
dedos recomenc� la invasi�n digital de su traserito. La pausa que efectu� me
hizo perder el terreno ganado, pero ahora la sent� m�s receptiva, as� que en
solo 5 minutos ya ten�a mi dedo hundido hasta el nudillo. Mi lengua se estaba
agotando de chupar, aunque era obvio que lo hacia muy bien. Alicia intento
contrarrestar tanto placer, moviendo su boca fren�ticamente. Unte crema en mi
dedo medio y reemplace al �ndice, pero para esa altura ya sufr�a los efectos de
sus labios. Sent� que estaba a punto de venirme, as� que me separe de ella y le
ped� - ponte en 4 patas - lo que mandes papi, soy tuya
Tome m�s crema y reintroduje el �ndice, la sent� mas abierta
y decid� introducir otro dedo. Mis dedos entraron con facilidad en su culo,
lubricaban el esf�nter y a su vez lo dilataban. Empuje mis dedos con fuerza y
rapidez, su cuerpo se estremec�a, empec� a girarlos en su interior, la sent�
temblar. Como yo estaba que ard�a, tome por �ltima vez la crema y despu�s de
ponerle una generosa capa a mi pene, lo centre en su esf�nter.
Empuje y pronto el glande entro en su delicioso culo. Me
recibi� deseosa, sino no me explicar�a el deslizamiento perfecto y sin traba que
tuvo mi verga hacia su interior. La o� gemir debajo mi�, - �te duele? �Estas
bien? - me arde un poco, h�zmelo suave
As� que permanec� quieto para darle la oportunidad de
acostumbrarse a mi presencia. Luego comenc� un peque�o movimiento, suave y
lentamente sacaba un par de cent�metros para regresarlos de la misma forma. Para
ayudarla a sentir m�s placer, met� en su vagina un par de dedos y comience a
seguir el ritmo que tiene mi verga en su calido y receptivo interior. De hecho,
sub� mis dedos para hacer presi�n sobre esa delgada pared que separa su puchita
de sus intestinos, sintiendo claramente como penetro en ella, y acompa�ando su
movimiento, escuche como gem�a arrebatada de pasi�n. Continu� introduci�ndome en
ella, hasta que por fin mi vientre se apretaba contra sus nalgas. Suspire
satisfecho, con la totalidad de mi verga dentro de sus tripitas. Al sentir esto,
ella movi� las caderas en c�rculos peque�os. Mi excitaci�n debi� de
contagi�rsele, porque me pregunto - �Como se ve? Me enderece y retire mi mano de
su vagina, para abrirle las nalgas en su totalidad - No se ve ning�n pliegue, de
hecho solo se ve un bordecito circular que engulle a mi verga. Estas toda
brillosa por la crema, los pocos vellitos que est�n cerca parecen apelmazados,
tus nalgas se ven ansiosas de que siga. �Quieres que siga? - Si pero suavecito,
�si?
Y comenc� a sac�rsela lento, casi hasta salir el glande, para
regresar y met�rsela hasta los huevos. De a poco aumente el ritmo, le solt� las
nalgas para agarrarla por la cadera, y empec� a empujar hacia abajo. - Que me
haces, no, es demasiado, para. - �te duele? - no, s�guele, me esta gustando
No debi� dec�rmelo, yo estaba muy excitado y empec� a
acelerar. Afortunadamente ella tambi�n estaba dispuesta, aunque siento que no le
di el tiempo para acostumbrarse a la rapidez de mi movimiento. Para ese entonces
la met�a como si estuviera dentro de su vagina, y la escuche sollozar. Tenia
ocupado su ano en carne viva, estirado y abierto para mi placer, con mi verga
bombe�ndola inclementemente y me mov�a cada vez con mayor velocidad. Sent� como
ella estaba estimulando digitalmente su vagina. Disfrutaba enormemente como
entraba y sal�a mi pene y el roce de su esf�nter me hizo venir pronto, ya tenia
demasiado rato que trataba de resistirme y ahora me embriagaba la sensaci�n. As�
que incremente mi ritmo y explote en su orificio mas intimo.
Cuando me recupere de mi orgasmo me pidi� que sacara el pene,
la obedec� al momento. En cuanto lo hice me recost� junto a ella para abrazarla
y besarla, d�ndome cuenta en ese momento que hab�a llorado. Pens� que la hab�a
lastimado, as� que se lo pregunte. - Estuvo muy bien hasta que empezaste a
volverte loco, ah� si me doli�. - �Mucho? - No te preocupes, si me gusto como lo
hiciste
Ella no logro un orgasmo, lo reconozco, pero al menos empez�
a considerar el sexo anal como placentero. Fue una experiencia maravillosa,
llena de ternura, excitaci�n y lujuria. Y no fue la ultima, es algo que todav�a
tengo la oportunidad de vivir. Aunque nuestras ocupaciones a nos impiden
reunirnos seguido, nos esforzamos por vernos, as� que mas adelante les contare
otras vivencias nuestras.
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Relato: Alicia y su chiquito
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