Relato: El se inicio con su tia

Con mi hermanastro somos amantes, la pasamos muy bien, y para cachondearnos comenzamos por contarnos como fueron nuestros inicios.
Aqu� relato como el comienza a contarme su inicio.

D�jame decirte que te quiero. A�n m�s despu�s de lo que me has contado, que aclara muy bien, por que eres tan deliciosamente pervertido.
Creo que he nacido para ser tuya, por tu historia tan singular y tan atrevida como la m�a.
Tu tierna madre, que perdi� su esposo, tu padre, cuando tu eras aun un chico, debi� luchar para seguir adelante como muchos.
As� fue que se cas� con quien es hoy tu padrastro, o sea mi padre. Tanto tu madre como tu, debieron prodigarse ese cari�o ante la falta de vuestro progenitor.
Tuvo sin dudas la suerte de haber encontrado ese hombre mayor, de buen pasar econ�mico que los albergo a ambos y te trajo junto a mi para que seamos una familia.
El con una hija, que soy yo y tu mama, contigo. As� formaron una pareja cl�sica, bueno, no tan cl�sica, porque en realidad tu hermana no es tu hermana, sino la hija de tu padrastro. Sos mi querido hermanastro.

Pero soy tu hermana igual, hemos crecieron juntos, han sido esos juegos que aprendimos que nos ense�aron a querernos y a ser confidentes y compinches.
Tu eres de los mas lindos ejemplares masculinos que he conocido, yo una que no se queja de lo que tiene, pero sabe que hay muchas mujeres mucho mas lindas y hermosas que yo.
Cuando comenzamos a descubrimos, nos ba��bamos juntos, aquel juego de enjabonarnos entre nosotros era descubrirnos en lo m�s intimo de nuestros cuerpos.
Yo me entregaba a tus caricias que lograban siempre llevarme al m�s all� de mis sentidos e intentaba devolver tus regalos con miles de fiestas sobre tu hermoso cuerpo.
As� es que no me averg�enza desnudar mis senos y refregarme contra tu pecho viril, pues aprend� a dejar que tus manos gu�en mi trasero apretando mi pubis contra el tuyo para sentir tu, una sensaci�n apretada y placentera y que sienta yo una cosa dura que roza mi cochita, la calienta y calienta hasta hacerme desparramar en goces miles.
As� es que te ped� que me contaras tu primera experiencia sexual�. Para conocerte un poco mas, para comenzar a contar nuestras experiencias mientras reponemos fuerzas antes de besarnos como cachorritos jadeantes.
Como fue�.

Cuando quedamos solos, al faltar papa, comenz� a visitarnos peri�dicamente Leticia, la hermana de mama.
Era jovial, simp�tica y su presencia era buena para nuestro hogar.
Mama se iba a trabajar temprano y cuando estaba Leticia, era esta la que me hacia levantar temprano para estudiar, mientras yo me daba una ducha, ella me preparaba el desayuno.
Cierta ma�ana entre al ba�o, donde aun estaba el ambiente tibio de la ducha que ella se hab�a dado. Como yo ya sabia, ella dejaba sus prendas �ntimas sobre un banquito, para luego llevarlas al lavadero� yo ya hab�a estado en presencia de esas atrayentes prenditas que me gustaba olerlas para sentir ese atrayente olorcito a hembra sabrosa.
Mi t�a, es algo mas rellenita que mama, pero tan bella como esta, tan atractiva, tan apetecible que aun siendo mi t�a, me atra�a enormemente, mas siendo yo un joven sin debut, pero que si, ya sabia arregl�rmelas con las manos.
Ese dia, aspire esas aromas de sexo, entrecerr� los ojos y me la imagine a Leticia, poni�ndome en camino a lo que seria una paja bajo el agua�� pero grande fue mi sorpresa cuando ella, que hab�a venido por su ropa, me pesco justo en esa actitud tan intima y osada.
Me miro, tomo sus prendas, sonri� y se fue.
Me quede helado, y esa ma�ana no hubo paja, por miedo y pensando que podr�a ofenderla.
Fue al otro d�a, cuando me llam� para que me levantara. Venia ya de su ducha con su rosadita salida de ba�o y sonriendo me tiro su prendita intima�. Una peque�a bikini � tambi�n sonriendo, me pregunto�.. te gusta el perfume?
-Si dije,� me atrae.
Ella solo mostr� su bella alegr�a y se fue sacudiendo su bello trasero.
Yo aspire aquel regalo y all� mismo me di un gusto a dos manos.
No hubo comentarios, porque si ella no dec�a nada, yo no me animaba a tocar el tema.
Ya al otro dia, me volvi� a llamar y repiti� el regalito.
Pero al siguiente, no me dio nada, pero si me volvi� a preguntar si me gustaba sentir sus perfumes�.
�Si!!, volv� a repetir, tus olorcitos me atraen�.
Dicho esto, su sonrisa amplia y picara, dieron paso a que se acercara desprendi�ndose su rosadita salida de ba�o para dejarme ver sus redondeados pechos que hicieron me doliera la vista queri�ndomelos comer instant�neamente.
Quieres sentir bien los olorcitos dijo�.. Sent�ndose en mi cama�. H�bilmente condujo mi cabeza a su entrepierna, y al mismo tiempo que me acercaba a su sexo, abr�a sus hermosas piernas�..
Fue algo r�pido y sin mayor explicaci�n, porque la v� abrir sus piernas, vi su rosada rajita, y pronto estuvo con mi boca en contacto con aquellos labios vaginales carnosos, hasta dir�a, sabrosos, que fueron mi primer manjar de hembra.
Me gui�. Fue maestra ense��ndome a darle placer y saborear sus jugos.
Temblaba como vara verde, porque desconoc�a yo ese terreno tan fant�stico.
Me prend� de su impresionante cuerpo de diosa. M�s me prend� aun, cuando fue ella la que me agasaj� d�ndome la primera lamida que recibiera mi pija. Ella se hab�a acabado con lo poco que pude hacerle, yo acabe tambi�n con lo poco que necesite para explotar.
Recuerdo que ese dia, me dejo chuparla toda. Hubiera pasado toda la ma�ana sabore�ndola, si ella no hubiera puesto fin a aquel primer fest�n de mi vida.

Aquel relato de mi hermanito postizo, me puso caliente y sin darme cuenta siquiera estaba lami�ndole su m�sculo viril, el pareci� reconstruir aquel dia con su t�a, porque me lami� toda tan rico, que tuve dos hermosos cl�max como los que tanto me gustan, supongo que lo que yo llamo cl�max, otras llaman orgasmo o acabadas.
Entre jadeos quer�a saber mas de su historia, pero el, perverso y degeneradito quer�a saber y sondear sobre mis inicios.
As� que fui poco a poco cont�ndole�.. y aprend� que eso de recordar y contar tambi�n calienta bastante, ahora entiendo eso de los relatos.

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