Relato: Mi �ltima acampada





Relato: Mi �ltima acampada


MI ULTIMA ACAMPADA:




Acept� r�pidamente la propuesta de Layla cuando me llam� por
tel�fono, un jueves por la noche, para ir de acampada a pasar el fin de semana
al campo. Era una zona situada en el centro de Gran Canaria, a unos 1200 metros
de altura y como os pod�is imaginar, se trata de un bosque de pino canario.




Los integrantes del grupo iban a ser aparte de nosotros dos,
otros dos chicos, mas amigos de ella que m�os. Sus nombres eran Pablo y Jonny.
Pablo era enfermero y para no estar andando con muchas descripciones, dir� que
se parece mucho al cantante del grupo "El canto del loco", aunque sin pendientes
ni nada de eso. Jonny en cambio, acababa de terminar la carrera de inform�tica y
mientras encontraba trabajo, ayudaba a su padre en la empresa familiar de
aluminio. Es un chico de lo mas normal, bajito, fuerte, moreno y con la
peculiaridad de que no pronuncia bien la letra "r". En cuanto a la descripci�n
de Layla ya la di en mi primer relato (El probador), as� como mi estrecha
relaci�n con ella. Lo digo para no estar siempre repitiendo datos y datos que al
fin y al cabo son necesarios pero no si son los mismos, verdad??




La idea era salir el s�bado por la ma�ana y llegar a la zona
sobre el mediod�a, para montar las casetas tranquilamente e ir preparando la
comida sin prisas. As� que quedamos, como siempre, en casa de Layla para pasar a
recogerla e ir en los dos coches, el de Pablo y en el m�o, ya que yo ten�a que
regresar el domingo m�s temprano por asuntos que no vienen al caso.




Mientras est�bamos en camino, Layla, que iba de acompa�ante
conmigo en la "folloneta" (como llamo cari�osamente a mi furgoneta, por motivos
obvios), me cont� que el domingo por la ma�ana iban a subir otros dos chicos,
Huascar e Inti. Eran primos y Huascar era un compa�ero de mi facultad que
precisamente conoc� un poco antes de principio de curso, pero que era amigo de
Pablo desde ni�o. Inti, tambi�n hab�a acabado la carrera de inform�tica (era
compa�ero de Jonny) y consigui� un trabajo en una empresa asociada a la
universidad.




Y era precisamente del primero de quien me estuvo hablando
casi todo el camino. Me confeso que en el viaje que hicimos a Gambia el a�o
pasado (y que ya contare en otro relato), Huascar se le hab�a declarado y que
estando solos en una playa, la intent� besar, gesto que Layla no respondi� y
par�ndole los pies. A ra�z de aquello, se sinti� un poco culpable por ese gesto
tan brusco de rechazo y empez� a relacionarse mas con Huascar hasta el punto de
convertirse seg�n palabras textuales "En mi segundo mejor amigo�"
(obviamente, el primero era yo), pero lo que me sorprendi� fue la manera de
decirlo, no se porque pero no me gusto mucho�




Insisto tanto en esta historia con Huascar ya que
precisamente la situaci�n en la que transcurre parte de la "acci�n" que est�is
esperando, tiene su propio significado�.



Aparte de esta historia, Layla me dio las gracias por haber
aceptado ir a la acampada, ya que hacia tiempo que no nos ve�amos por diversos
motivos personales entre ella y su novio David.




Cuando al final de una hora y pico de trayecto llegamos al
lugar deseado por todos, nos dimos cuenta de nuestra buena suerte, ya que a un
d�a esplendido de sol (para la �poca en la que nos encontr�bamos), se un�a el
hecho de que no hubiera mucha gente por all�. Alrededor nuestro no hab�a nadie,
salvo dos parejas en sendas casetas a unos 100 metros de distancia.




Como acordamos, montamos las casetas y una vez terminadas,
los chicos empezamos a jugar con un bal�n al volley y al f�tbol. Mientras, Layla
colocaba sus cosas en la tienda. Mencionar que armamos dos casetas, una para
Layla y para mi y otra para Pablo y Jonny. Esta fue una idea de ella, ya que
seg�n me cont� por tel�fono, le apetec�a pasar la noche conmigo, lo cual, claro
esta, yo acepte encantado� "Yo pongo la caseta y tu la cama�" le contest�
por tel�fono, al tiempo que nos re�amos los dos.




He de contar, para ir adelantando acontecimientos, que desde
que ocurri� lo de mi primer relato, en el probador, los "encuentros" con Layla
han sido mas o menos continuos y l�gicamente cada vez mas sexuales, hasta el
punto de convertirme pr�cticamente en su amante, a espaldas de su novio David.
Aunque, prefiero utilizar la expresi�n "amigos con con derecho a cama�", seg�n
escuche mencionar a una mujer mayor en un programa de cotilleos de la tele.




Una vez que nos cansamos de jugar, decidimos preparar la
comida. Por ser el primer d�a, no �bamos a cocinar con la bombona, sino mas bien
seria un almuerzo de bocadillos, s�ndwiches y cosas de esas. Mientras Pablo y
Jonny se sentaron en un tronco ca�do, yo me estir� en el suelo, sobre la
esterilla que hab�a sacado de mi mochila y apoyado sobre mi codo izquierdo.
Comenzamos a comer, excepto Layla que se entretuvo sacando sus cosas dentro de
la caseta. Cuando salio con su comida, vino directamente hacia mi, y se sent� en
la esterilla conmigo, pero de una forma que me gusto mucho. Se puso justamente a
la altura de mi cadera. Lo que hizo despu�s, me gusto aun mas, se pego hacia
atr�s, y puso su culo pegado a mi paquete, por lo que os podeis imaginar que
bien me estaba sentando el bocadillo�




De vez en cuando, Layla se mov�a de un lado para otro,
restreg�ndose mas aun contra mi, con lo que el bulto creciente en mi ch�ndal lo
tuvo que notar por fuerza. Mientras, ella estaba hablando tranquilamente con
Pablo. L�gicamente, yo no iba a ser menos, y aparte de moverme tambi�n como
pod�a para restregarme contra ella, cuando mi mano derecha dejaba el bocadillo
en la esterilla, la iba deslizando acarici�ndole la espalda. Cada vez mas, el
bulto de mi pantal�n iba en aumento y mis caricias hacia ella tambi�n, ya que
despu�s met� la mano debajo de su camiseta e introduje mis dedos entre su
pantal�n corto de lycra de color gris. Como supuse, Layla no solo no se molesto
por eso (no tenia motivos para ello) sino que de vez en cuando pasaba su mano
izquierda a su espalda, buscando mi polla, para notar in situ si yo estaba
excitado o no�y ya creo que lo estaba� Con la excusa de ir a coger la botella de
agua que estaba a la altura de mi cabeza, ella se inclin� hacia mi, me mir�
sonriente y sin decir ni una palabra, me gui�� un ojo, se coloco de nuevo en su
posici�n y como si tal cosa�En ese momento, supe que esa noche iba a resultar
ampliamente gratificante para mi. �




Despu�s de la comida, y para descansar un rato, empezamos a
jugar a las cartas, al ajedrez (juego que me encanta) o simplemente hablar de
cosas de la vida. Un poco mas tarde, y con la digesti�n hecha, como los ni�os
buenos, decidimos ir de paseo por la zona, que aunque la conoc�amos
perfectamente, siempre es bonito ir caminando en medio de un bosque y que al
final te encuentres un risco de piedra, con las vistas tan maravillosas que
tenemos en esta gran isla. Por un lado, el gran Roque Nublo, con su "ranita" y
su "monje" al lado. Por otro, todos los pueblos rurales en el valle y con la
puesta de sol al fondo, y reflejando todo su brillo en el mar�.




Mientras est�bamos los 4 viendo semejante paisaje, la mano de
Layla y la m�a se juntaron y entrelazamos los dedos, nos quedamos mirando
fijamente uno hacia otro y me pregunt� "A que es bonita esta vista?". Yo
me qued� callado, mir�ndola directamente a los ojos, all� de pie y cogidos de la
mano. Sonre�, puse cara de ni�o bueno y le contest� "Si es precioso, pero no
tanto como t��
".




Ella, al oir eso, mir� hacia el suelo sonrojada, busc� a
Pablo y a Jonny con la mirada, para asegurarse de que no nos vieran, ya que
estaban delante nuestro, distra�dos y no se percataban de la situaci�n. Layla
levant� la cabeza lentamente, se acerc� a m� y me dio el beso m�s suave y m�s
dulce que me han dado en toda mi vida. Apenas fueron dos segundos el tiempo que
sus labios estuvieron pegados a los m�os, pero suficiente para saber que ese
beso significaba mucho m�s que un simple gesto de cari�o. Despu�s del beso, nos
quedamos mirando un instante m�s y luego volvimos la mirada hacia el valle. Nos
soltamos las manos y ella paso su brazo por mi cintura, al tiempo que yo lo
pasaba por sus hombros. Y as� abrazados, permanecimos un buen rato, el tiempo en
que anocheci� lo suficiente y el sol se ocult� hasta la llegada de un nuevo d�a.




Respecto al significado de ese beso y la rapidez del mismo,
he de decir, que ten�amos que andar con cuidado de que no nos vieran bes�ndonos
ni en actitud comprometida, o excesivamente cari�osa, ya que como dije antes,
Layla tenia novio (aunque el problema que nombre antes con �ste, era que hab�an
roto despu�s de 10 a�os de relaci�n) y yo "respetaba" hacia cierto punto eso ya
que nunca le declar� mi amor, aunque imagino que ella lo sabia perfectamente.
Esto tambi�n explica porque me sent� tan mal lo que me cont� sobre Huascar�. Me
hab�a puesto celoso�




Dejando a un lado el tema sobre mis sentimientos, volvimos de
nuevo a las casetas y preparamos la cena. El tiempo cambi� radicalmente, ya que
si bien durante el dia habia hecho muy bueno, por la noche apareci� bastante
niebla y empezaba a hacer fr�o (est�bamos en febrero).




As� que decidimos hacernos las t�picas sopas de sobre, que
aunque no alimenten mucho, si que calientan el estomago r�pido y sobre todo
cuando el fr�o empieza a apretar. Nos colocamos en la misma posici�n que antes,
es decir, Pablo y Jonny sentados en el tronco, yo tumbado en la esterilla y
Layla sentada a la altura de mi pene, peg�ndose lo mas posible hacia mi, no solo
para "calentarme" como a ella le gusta, sino mas bien por el fr�o reinante. Ella
se hab�a cambiado de ropa. Se puso una camiseta de manga larga con un jersey y
unos pantalones largos de lycra de color lila claro, de esos ajustados que
protegen bastante del fr�o. Aparte, sac� una manta de la caseta y la ech� por
encima mia y de sus hombros, tap�ndole la espalda y mi cintura.




Mientras com�amos, Layla y yo hicimos pr�cticamente lo mismo.
Nos mov�amos para restregarnos lo mas disimuladamente posible y de vez en cuando
le frotaba la espalda, esta vez con la intenci�n de darle calor, ya que es muy
friolera y no era cuesti�n de que pillara un resfriado.




Cuando terminamos de cenar, lo t�pico. Los chicos sacaron las
botellas de ron y whisky, las cervezas, las cola-colas, el seven-up y los
hielos. Y empezamos a beber. Yo ya estaba cansado de estar en esa posici�n (ya
que se me dorm�a el brazo izquierdo), as� que me incorpor�, me sent�
normalmente, pegando la espalda contra un �rbol. Layla, me acompa�o en el
movimiento, y se termino sentando apoyando su espalda en mi pecho, con sus
piernas recogidas, con lo que su culo estaba totalmente pegado contra mi polla y
l�gicamente con el rozamiento de antes y el de ahora, se hab�a puesto mas o
menos animada. Me pase la manta por la espalda y al ser de gran tama�o, pude
taparla tambi�n completamente a ella, con lo que ahora mis manos estaban
totalmente libres�.




Segu�amos bebiendo, bueno, mas bien, segu�an bebiendo ya que
yo no bebo alcohol, as� que me iba tomando mis "copas" de cola o seven-up
tranquilamente. Se que ella no aguanta el alcohol muy bien, ya que sufre de
jaquecas y se emborracha f�cilmente, as� que sutilmente le suger�a entre
susurros que no bebiera mucho, que esa noche la quer�a para mi. Al susurrarle al
o�do desde atr�s, aprovechaba para besarla disimulada y tiernamente por detr�s
de la oreja, gesto que se perfectamente que le encanta, poni�ndosele la carne de
gallina�.




Mis manos, como dije antes, estaban libres as� que empezaron
a actuar acariciando los muslos de Layla, en un primer momento para que no se
enfriara y posteriormente ralentizando los movimientos no solo para el disfrute
de ella, sino el m�o, ya que me encanta la anatom�a femenina y mas sin ver lo
que estoy tocando, sino solo intuy�ndolo por el tacto, el contorno de las
piernas, la firmeza del m�sculo, el inicio de las nalgas�. Me encanta�.




Durante ese tiempo, �bamos hablando de temas generales, del
trabajo, la universidad, los amigos,� hasta que el alcohol empez� a hacerse
notar y desviamos la conversaci�n hacia el tema de las novias, los novios, la
guerra de sexos, las experiencias de cada uno y cosas t�picas que cuenta la
gente cuando esta "contenta"�.




Las horas iban pasando y yo me daba cuenta que la
conversaci�n no acababa para poder ir a la caseta y pasar una noche en compa��a
de la chica de mis sue�os. Mis manos la segu�an acariciando, hasta el punto que
las met�a por debajo de la camiseta y tocaba sus pechos, libres de sost�n,
rozando sus pezones con el exterior de mis dedos y notar como se iban poniendo
duros, al tiempo que ella se continuaba moviendo su culo, excit�ndome a�n m�s.




Eran ya las 4 y media de la ma�ana y segu�amos all� en medio
de las casetas, alrededor de la luz y deseando estar a solas con Layla para
darle y recibir besos y caricias, entre otras cosas, esta vez sin tener que
disimular ante nadie.




La noche transcurr�a entre conversaci�n y conversaci�n
tranquilamente, cuando de repente, ella gira su cara hacia mi, echa la cabeza
hacia atr�s y me susurra al o�do "Lo has notado?", yo me qued� extra�ado
y sorprendido por la pregunta ya que no sabia a que se estaba refiriendo. "Si
he notado qu�?
", respond� tambi�n en un susurro. Ella me volvi� a mirar,
sonri� y volviendo a repetir el gesto, contest� "Que no llevo bragas�",
al tiempo que me mord�a disimuladamente el l�bulo de la oreja. En cuanto escuch�
sus palabras, mi pene se puso mas duro aun, ya que esa es una de las cosas que
mas me excitan, el saber que no lleva ropa interior y la forma tan sensual de
dec�rmelo�




��� Como se me pod�a haber pasado algo as� !!!, Estaba tan
absorto en mis pensamientos de ir pronto a la caseta, que mientras le acariciaba
las piernas no note nada. Bueno, tengo que decir a mi favor, que tampoco es
sencillo darse cuenta, ya que suele usar unas braguitas bastante peque�as, no
tipo tanga, pero de las que no abultan demasiado.




L�gicamente, quise comprobar in situ si sus palabras eran
ciertas, y dirig� mi mano derecha directamente a su entrepierna. Pase los 3
dedos centrales por su vulva y sent� perfectamente sus labios vaginales
apretados contra la lycra. Al hacer este gesto, not� como ella se tensaba un
poco y emit�a un leve gemido que solo yo, por estar tan cerca, pude oir. Esto se
debi� no porque la pillara de sorpresa, sino porque ella l�gicamente tambi�n
estaba excitada debido al transcurso de la noche, los efectos del alcohol y a la
acci�n de mis manos bajo la manta.




En ese momento, ya no resist� mas y dije "Bueno, qu�, nos
vamos a dormir que es tarde?, que si no ma�ana no podemos aprovechar todo el d�a
".
Pablo respondi� que ten�a raz�n y finalmente, recogimos un poco y nos fuimos a
las casetas. �stas estaban separadas unos 4 metros, ya que con la excusa de
buscar un sitio llano y menos duro, la situ� lo m�s lejos posible de la de
ellos, para evitar que oyeran posibles "ruidos" durante la noche.




Ellos entraron en su caseta y mientras Layla y yo nos
dirig�amos a la nuestra, puse mi mano en su nalga y comenc� a apretarla. Ella
gir� la cabeza, me sonri� y dijo "No desesperes. Ya veras como la espera
tiene su recompensa
", yo respond� "S�?, pues ya estoy esperando a ver
c�mo me compensas�
". Entonces, se par�, puso una mano en mi cuello y otra
sobre mi polla, acarici�ndola fuera del ch�ndal, empez� a besarme de una forma
lenta, pausada, como calentando los labios para acciones posteriores. "Te
gusta el aperitivo?
", me pregunt� y sin decir nada m�s, se dispuso a entrar
en la caseta agach�ndose para quitarse las botas, ense��ndome su culo y como el
pantal�n de lycra marcaba sus partes mas intimas por detr�s. Yo la mir�, cerr�
los ojos y exclam� "Uffffffffffffffff", ya no pod�a m�s�.




Al fin entramos en la caseta, yo detr�s de ella y cuando al
entrar, como lo primero que encontr� fue su culo en mi cara, ni corto ni
perezoso, le pegu� un peque�o mordisco. Ella, al notar la fuerza de mis dientes
en su nalga, dio un peque�o "Ayyyy" y separ�ndose de mi boca, se tumb�
boca abajo. Me puse encima de ella y sin dejarla girarse, empec� a besarla el
cuello. Como casi siempre, ten�a el ese precioso pelo casta�o y lacio, recogido
en una coleta, por lo que pude besarla por toda la nuca sin ning�n problema. Le
hab�a agarrado las manos con las m�as por encima de su cabeza, y mientras le
daba caricias con mis labios, iba moviendo mi cadera lentamente para que
sintiera mi excitaci�n en su culo. Tenia su cabeza ladeada hacia la izquierda,
con los ojos cerrados y dejando que su cuerpo sintiera completamente las
sensaciones que estaba recibiendo. Se le notaba en la sonrisa de su boca y sus
peque�os gemidos "mmmmmmmm", era lo �nico que acertaba a decir.




Mis labios pasaron a su oreja y mordisquearon el l�bulo hasta
o�r un t�mido gesto de dolor. Le solt� las manos y empec� a subirle el jersey y
la camiseta por la espalda. A medida que iba descubri�ndola, iba bes�ndola
lentamente, pasando la mi lengua suavemente por su piel morena para terminar con
un dulce beso. Al llegar la ropa a la altura de su cuello, le dije que se girase
para quit�rsela completamente. Layla me obedeci�, sent�ndose y elevando los
brazos. Yo estaba de rodillas frente a ella, entre sus piernas y cogiendo la
camiseta con mis manos, tir� hacia arriba lentamente. No quer�a que se trabase
la ropa. Intentaba hacerlo como en las pel�culas, quit�ndolo todo despacito pero
de una vez. Lo consegu� y finalmente qued� vestida solamente con el pantal�n
lila de lycra.




Tenia la piel un poco erizada por el fr�o y debido a ese
mismo motivo y a la excitaci�n, los pezones estaban completamente duros. Al
quitarle la ropa, me sent� sobre mis rodillas y me qued� mir�ndola un instante,
al tiempo que ella pregunt� "�Qu�?", "Nada", respond� yo, "Que
eres preciosa�
" y al terminar de decirle eso, me puse de nuevo sobre mis
rodillas, me quite la camisa y mi pecho descubierto qued� a la altura de su
cara. Cog� su cara con ambas manos, le eche la cabeza hacia atr�s y comenc� a
besarla. Nuestros labios empezaron a jugar suavemente, mordisque�ndose sin
cesar. Ella se fue tumbando hacia atr�s mientras yo hacia lo propio sobre ella.
Ahora eran nuestras lenguas quienes jugaban. Notaba sus pezones erectos
clav�ndose en mi pecho y l�gicamente ella notaba mi pene totalmente empalmado
sobre su vulva.




Empec� a besarle la barbilla, bajando poco a poco hasta el
cuello. Mis manos se hab�an dirigido hacia sus pechos, acarici�ndolos levemente
y rodeando con mis dedos sus pezones. Segu� bajando lentamente hasta que mi boca
se detuvo entre sus tetas. Besaba su contorno, lamiendo con la punta de mi
lengua la aureola de sus pezones, para despu�s soplar sobre ellos. Ese
contraste, hac�a que se pusieran aun m�s duros. Empec� a mordisquearlos, sin
fuerza, solo cogi�ndolos con mis dientes. Layla mientras, pon�a sus manos sobre
mi cabeza e iba moviendo su cadera, apret�ndose cada vez mas contra mi polla,
que ya ped�a salir al exterior del ch�ndal.




Despu�s de jugar con sus pezones, mi boca continu� con su
recorrido descendente, besando cada tramo de piel que encontraba por su camino,
hasta llegar al ombligo donde se detuvo de nuevo. Tras una breve pero intensa
pausa en esa zona, segu� bajando hasta dar con el borde del pantal�n de lycra.
Pasaba mi lengua justo por el borde superior, cosa que ella agradec�a soltando
mas gemidos cortos de intenso placer.




Pens� en ir baj�ndole el pantal�n poco a poco, para
encontrarme con esa cuevita que tanto me gusta, pero lo dej� para m�s tarde.
Quer�a disfrutar al m�ximo y, por supuesto, que ella tambi�n lo hiciera. As� que
continu� besando la fina tela y bajando justo hasta sus labios vaginales. Cuando
mi lengua lleg�, lo primero que recuerdo es la sensaci�n de humedad que invadi�
mi boca. Yo estaba completamente excitado, pero Layla no era menos. Empec� a
lamer esos tiernos labios, pero la lycra me dificultaba a veces la tarea.
Entonces le dije "S�bete la lycra". Ella se me qued� mirando, sin saber
muy bien a que me refer�a. Como no hizo nada, le repet� "Venga, s�bete el
pantal�n
". Solt� la manta que ten�a agarrada fuertemente con sus manos y
cogiendo la lycra por sus bordes, a los lados de su cadera, comenz� a estirar
aun m�s la tela. A medida que ella hacia fuerza hacia arriba, el pantal�n
presionaba aun m�s su sexo, con lo que sus labios se marcaban descaradamente y
dejaban una visi�n muy excitante y a corta distancia de mi boca.




Sin dejar que terminara de sub�rselos, mi lengua volvi� de
nuevo a recorrer esa parte h�meda y c�lida a la vez que tanto nos gustan a los
hombres. Ahora s� que notaba perfectamente el tacto de su piel sensible bajo la
lycra y empec� a lamerle lo mejor que pude el cl�toris. Y cada vez le iba
humedeciendo m�s la tela por lo que finalmente se le form� una mancha de humedad
en esa parte.




Me incorpor� nuevamente y agarr� a Layla por la cintura. Le
di la vuelta, dej�ndola de nuevo tumbada boca abajo. Le sub� la cadera, por lo
que se apoy� en sus antebrazos para mantener el equilibrio. En esta posici�n, yo
de rodillas detr�s de ella, pas� mi mano por su sexo y not� claramente lo
excitada que estaba. Quer�a penetrarla, pero analmente�




Me cambi� de posici�n y sent�ndome detr�s de ella, poniendo
mis piernas estiradas debajo de su cuerpo y dejando su culo frente de mi cara.
Mis manos empezaron a bajarle la lycra y poco a poco su piel fue apareciendo
ante mis ojos, justo hasta el lunar que me trae por la calle de la
amargura�..del placer. Est� en su nalga derecha, es redondito y con un color
natural. Cuando se pone un bikini, queda justo por debajo de la tela, lo que
hace que su culo parezca mucho m�s bonito y ex�tico.




Dej� a la vista el lunar e inici� el contacto con su ano.
Besaba sus nalgas, d�ndole peque�os mordiscos que ella aceptaba de buen grado.
Me humedec� el dedo �ndice carg�ndolo de saliva. La misma que iba a usar para
facilitar la entrada por la "puerta de atr�s". Mi dedo estuvo jugando un rato
alrededor de su ano, mientras yo segu�a bes�ndole las nalgas. Poco a poco fui
acercando mi dedo a su esf�nter e iba trabaj�ndolo lentamente, ya que al cuando
la penetrara no quer�a provocarle ning�n desgarro.



Layla me hab�a contado, en otras ocasiones, que con su novio
David practicaban de forma habitual la penetraci�n anal, pero yo se que �sta
siempre tiene que ser suavemente, nunca de forma brusca, ya que pueden
producirse desgarros y de hecho David, por impaciencia o ganas o lo que sea, ya
se los hab�a provocado en un par de ocasiones. Mi intenci�n con ella era que
disfrutase plenamente, no hacerle da�o en absoluto.




As�, fui introduciendo poco a poco el dedo en su culo,
dej�ndolo introducido un rato, para que se adaptara a la situaci�n. No me cost�
tampoco tanto trabajo, debido a la excitaci�n de Layla. Continu� un rato m�s,
penetr�ndola con otro dedo, hasta que cre� conveniente empezar con algo m�s
serio.




Despu�s preparar el terreno, le quit� completamente la lycra,
haciendo ella lo propio despu�s con mi ch�ndal y ropa interior. Me tumb� boca
arriba y Layla se puso encima m�a, acercando su sexo hacia mi boca, al tiempo
que ella empez� a chuparme la polla y ponerla dura de nuevo para la penetraci�n.




Comenz� haci�ndome una peque�a paja, para m�s tarde meterse
todo mi fl�cido pene en la boca, mamando y estir�ndolo como si de un chicle se
tratara. No tard� mucho en reaccionar y not� como mi miembro fue creciendo
dentro de su boca, con lo que empez� a acariciarme los huevos y tambi�n a
chuparlos. Mientras, yo jugaba con mi lengua en su cl�toris, aunque debido al
"trabajito" oral que Layla me estaba haciendo, la verdad es que me costaba
concentrarme en otra cosa. Ella iba pasando la lengua por la longitud de mi pene
y al llegar a la punta, rodeaba el glande con sus labios y lo succionaba,
realizando movimientos r�pidos con su lengua en c�rculos, meti�ndosela
finalmente lo m�s que pod�a en su boca. Estuvimos en la conocida postura del 69
un buen rato, ya que ninguno de los dos quer�a dejar de dar y recibir placer al
mismo tiempo.




Finalmente, Layla se separo de m�, coloc�ndonos en la
posici�n inicial, es decir, ella tumbada boca abajo, con las piernas
semiabiertas, y yo de rodillas, paje�ndome para no perder la erecci�n y empezar
a penetrarla.




Gir� la cabeza, me mir� a los ojos primero y a la polla
despu�s y dijo "Venga, reclama tu recompensa�" y volvi� a sonre�r con
esos labios que me tienen a su merced. Yo tambi�n sonre�, me inclin� hacia
delante y me coloqu� encima de ella, dejando la punta de mi pene justo en la
entrada de su culo. Le di un beso en el hombro y le dije "Con todo el derecho
del mundo, reclamo este premio�
" y acto seguido la penetr� lentamente,
sintiendo como iba abri�ndole su peque�o agujero y notando como mi pene se
sent�a presionado en su interior. Ella cerr� los ojos y baj� la cabeza. Solt� un
peque�o gemido de dolor, pero enseguida solt� otro que era de puro placer. A
ella le gustaba el anal y lo demostraba�




Poco a poco fui foll�ndola mas r�pido. Apoy� mis manos al
lado de su cabeza y todo el peso de mi cuerpo, serv�a de impulso para
penetrarla. Besaba su hombro y d�ndole a veces ligeros mordiscos. Acerqu� mi
boca a su o�do para que sintiera mi aliento caliente y los gemidos de placer que
yo tambi�n emit�a. "Mmmmmmmm, as�, as�, sigue as�", dec�a Layla con la
voz jadeante.




Estuvimos follando as� un rato, cambiando de posici�n unas
cuantas veces y penetr�ndola vaginalmente tambi�n y, finalmente, la ultima
posici�n fue la del misionero. Me gusta acabar as� y a ella tambi�n ya que
podemos mirarnos directamente a los ojos, bes�ndonos estando a punto de acabar.
Ella ten�a las piernas cruzadas por detr�s de m�, apoyadas en mi cadera y cuando
estaba a punto de correrme le dije "Aqu� voy mi amor�". No se porqu� le
dije eso, simplemente me sali� as�. Pero tanto ella como yo nos sorprendimos de
la frase (repito que nunca me hab�a declarado). Al o�r esto, ella me acerc� con
sus manos y me beso tiernamente, justo en el momento en que me corr�a en su
interior.




Y no, no hab�amos usado preservativo, pero no importaba, ya
que Layla desde los 17 a�os toma la p�ldora. Les recuerdo que ella ha estado con
su novio David desde los 15 a�os.




Finalmente, descans� sobre ella, extasiados, sudorosos y
jadeantes. Le bes� la mejilla y le dije "Gracias�", y me puse a su lado,
abraz�ndola y bes�ndole la frente. Ella no dijo nada. Solamente me miraba, me
acariciaba el pecho con su mano y me besaba tiernamente en los labios.




Finalmente respondi� "No me des las gracias. Yo tambi�n he
disfrutado mucho. Ha sido cosa de los dos
". "Ya lo se. Pero me apetec�a
darte las gracias�.por ser como eres�
", volv� a decir yo. Y la bes� en los
labios, mientras la apretaba contra m�queriendo sentirla lo mas cerca que fuera
posible.




Me tumb� boca arriba y ella se acerc� a mi, puso su cabeza
sobre mi brazo izquierdo y nos quedamos dormidos as�, abrazados�.




No se cu�nto tiempo despu�s, me despert� una musiquilla,
aunque no sab�a muy bien ni lo que era ni de donde proven�a�.descubr� despu�s
que se trataba del m�vil de Layla. Ella segu�a dormida, ahora acurrucada de
espaldas a m�. Me incorpor� como pude para alcanzar el tel�fono y mirar que era
Huascar. Eran las 9 de la ma�ana�. Acababan de llegar al punto donde
supuestamente tenia que ir a recogerlos, a unos 15 kilometros carretera abajo. "Vale,
ahora voy
", fueron mis ultimas palabras antes de colgar.




Al volverme, Layla me estaba mirando con los ojos medio
abiertos, con una sonrisa de felicidad y con su pelo lacio que estaba ahora
revuelto por lo ocurrido durante la noche. "Quien era?", pregunt�. "Huascar,
que acaban de llegar
", respond�. "Joooooooooooooo, yo quiero dormir mas�",
rechist� ella, cruzando los brazos en se�al de impotencia y de cansancio. "Duerme
tu tranquila lo que quieras, que yo me encargo�
", le dije, mientras le
acariciaba la mejilla y la besaba en la frente. Me vest� tranquilamente mientras
ella se recostaba de nuevo. "Y no me das un beso de buenas noches??",
pregunt� ella poniendo cara de ni�a buena, pero con p�cara sonrisa�"Claro,
los que quieras�
", y la bes� nuevamente, esta vez en los labios,
acarici�ndole la cara. "Me voy�y v�stete, no vaya a ser que se encuentren un
regalo que no se merecen�
", le dije, gui��ndole un ojo y sonri�ndole. Ella
se empez� a re�r, busc� en su mochila y se puso una camiseta de tirantes blancas
"As� estoy presentable??", pregunt� y se volvi� a re�r, mientras yo abr�a
la cremallera de la caseta.




Hac�a un d�a espl�ndido, aunque algo fr�o. Me dirig� hacia mi
furgoneta, la puse en marcha y estuve 10 minutos esperando a que se calentara,
ya que es un coche mas o menos viejo y es recomendable que caliente bien.
Aparte, hac�a tiempo para que Layla pudiera descansar un poco m�s. Fui
conduciendo lentamente durante todo el trayecto para hacer aun m�s tiempo. Tard�
una media hora en llegar a Cruz de Tejeda, el punto donde hab�amos quedado.
Salud� a los chicos, se montaron y volv� a conducir un poco mas r�pido, ya de
vuelta.




Cuando llegamos, aun no se hab�an levantado ninguno de los
tres, ni Pablo ni Jonny ni Layla. Huascar pregunt�, por supuesto, que donde
estaba ella. Le dije que en mi caseta, pero que no entrara, que a�n estaba
dormida. Puso una cara de cabreo al o�r mis palabras, pero no dijo nada m�s y
nos alejamos un poco para poder hablar sin despertar a nadie. Ahora, el que
estaba celoso era Huascar y se le notaba bastante. Empezaron a preguntar que tal
hab�amos pasado el d�a anterior, a donde hab�amos ido, que hab�amos hecho�.cosas
t�picas.




Una media hora despu�s de estar charlando, vimos como sal�an
Pablo y Jonny y se acercaban a saludar a los dos reci�n llegados. Seguimos
hablando y decidimos esperar a que Layla se despertara para empezar a desayunar.
No tard� mucho, ya que al cabo de unos 15 minutos, asomaba su linda cara por la
entrada de la caseta. R�pidamente, Huascar se acerc� para saludarla con un par
de besos en las mejillas y despu�s la salud� Inti.




Mientras desayun�bamos, Huascar solamente hablaba con ella,
pregunt�ndole lo mismo que a m�, que hab�amos hecho, y esas cosas. Tras el
confortable desayuno, decidimos realizar un nuevo pateo, esta vez mas largo,
hacia una nueva zona.




Para no perder tiempo, nos pusimos en marcha y comenzamos a
caminar. Ibamos todos juntos, salvo la nueva "parejita" que iban mas retrasados
y hablando todo el rato. El sendero se llama "Camino de la plata", un camino
rural utilizado por los antiguos pobladores canarios para transportar madera
hacia la costa. El camino original dura unas 8 � 10 horas, seg�n el ritmo que se
lleve, por eso nosotros s�lo hicimos una parte, de unas 3 horas de duraci�n
total (ida y vuelta).




Ya de regreso hacia las casetas, llegamos sobre las dos de la
tarde, hora perfecta para comer. Nos pusimos manos a la obra y en una media hora
ya est�bamos todos con el tenedor en la mano.




El tiempo hab�a empeorado r�pidamente. Ya llegando de la
caminata, el fr�o hab�a hecho acto de presencia e iba aumentando su intensidad.
Adem�s, la niebla volvi� a aparecer, con lo que la humedad se dejaba sentir al
contacto con la ropa. Aqu� es lo que solemos llamar la "lluvia horizontal",
debido al grado de humedad relativa tan alto que existe en estas maravillosas
islas.




Despu�s de comer, decidimos entrar en la caseta de Pablo, que
aunque no era muy grande, si lo suficiente como para estar todos juntos
sentados. Empezamos de nuevo otras conversaciones, sobre todo de pol�tica, ya
que Huascar es de ideolog�a comunista y yo para cabrearlo, empec� a meterme con
los partidos pol�ticos de izquierda�.sin m�s intenci�n que el verlo alterar
(ten�a en mente las palabras que Layla me hab�a dicho sobre �l, el d�a
anterior).




Tras un rato de intenso debate en el que ninguno de los dos
llegamos a un acuerdo, ni tampoco nadie que participo en nuestra conversaci�n
(obviamente, exist�an 2 o 3 conversaciones distintas dentro de la caseta), dije
que me iba a echar una siesta a mi caseta, que estaba cansado porque no hab�a
pasado buena noche (mirando con cara p�cara a mi "compa�era" mientras
pronunciaba estas palabras) y que de paso me iba a cambiar de ropa, ya que la
tenia m�s o menos mojada y era la que use en la caminata.




Entr� en mi caseta, cerr� la cremallera, me cambi� de ropa y
me acurruqu� en las mantas para no pasar fr�o. No pasaron ni dos minutos, cuando
siento que alguien abre de nuevo la cremallera. Me incorporo y veo a Layla
entrar r�pidamente, para no pasar tanto fr�o. "Que pasa, no quieres estar en
la otra caseta hablando??
", le pregunt�. "Si, pero quiero cambiarme de
ropa tambi�n y adem�s�..prefiero estar contigo�
", me dijo. "Mejor para
mi�
", volv� a decir, mientras le sonre�a.




Layla empez� a desnudarse y a vestirse con otra ropa. Se puso
una camiseta de tirantes, de color rosa, sin sujetador. Unas bragas rojas
peque�as, pero no tipo tanga, un pantal�n corto amplio de color gris y por
supuesto un buen par de calcetines blancos. Cuando termin� de vestirse, me mir�
y dijo "Hazme sitio", al tiempo que levantaba una parte de la manta, para
tumbarse junto a m�. Cuando se coloc�, saco de su mochila un libro que le hab�a
devuelto Huascar y que trataba sobre el poder de la mente y no se qu� sobre las
posibilidades de uno mismo o algo as�. Dijo que el libro era muy bueno y que le
gustar�a leerme algunos cap�tulos, para ver si me gustaba. "De acuerdo, lee
lo que quieras
", le dije.




Comenz� a leer, mientras estaba tumbada boca arriba. Yo, que
estaba al lado, estaba apoyado sobre mi brazo izquierdo, de perfil, mirando y
escuch�ndola mientras le�a. La verdad es que el libro si parec�a interesante,
pero en ese momento, la dulce voz de Layla leyendo s�lo para mi, aparte de su
preciosa cara mirando con detenimiento las letras del libro, volvieron a ejercer
sobre mi el poder de atracci�n que siempre han tenido desde que la conozco.
Adem�s, la situaci�n de estar all� los dos solos, con los cuerpos junt�ndose y
buscando calor mutuo, con el recuerdo de una noche maravillosa a�n cercana en mi
memoria, hicieron que mi excitaci�n volviera a reavivarse.




Mientras ella continuaba leyendo, yo mesaba tu pelo
suavemente, dejando que cada mech�n se deslizase entre mis dedos, al tiempo que
mis ojos no apartaban la vista de sus delgados labios, deseando volver a
sentirlos junto a los m�os y escuchando atentamente cada palabra que Layla
soltaba por esa boca, anhelada ser o�da por alguien interesado en el tema en
cuesti�n.




De vez en cuando, ella comentaba su punto de vista sobre lo
que acababa de leer y preguntaba mi opini�n, siendo por supuesto, contraria a lo
que ella dec�a, para tener oportunidad de seguir discutiendo el asunto y
deseando que el tiempo no pasase de ese instante. Esta era una de las cosas que
mas me gustaban de ella. La capacidad de elocuencia y conversaci�n que ten�a.
Pod�amos, bueno, y podemos, hablar horas y horas sobre cualquier tema, ya que en
muchas ocasiones ella es de una opini�n y yo casualmente defiendo la contraria.
Estoy de acuerdo en ese famoso dicho que reza que "los polos opuestos se
atraen".




Layla cada vez le�a de una manera mas sensual, con un todo de
voz que me dejaba ensimismado al escucharla y al mirarme, notaba como sus ojos
quer�an decirme otras palabras que en esos momentos sus labios no dejaban
escapar. En un momento determinado, ya no aguant� m�s y mientras ella estaba
leyendo otro p�rrafo, apart� el libro de sus ojos, le gir� la cara con mi mano y
la bes�. Ella, nada sorprendida por este hecho, respondi� acomodando su cuerpo
para recibir m�s f�cilmente caricias de mi parte, caricias que no tardaron en
producirse ya que inmediatamente, coloqu� mi mano en su vientre y comenc� a
acariciarlo suavemente, pasando despu�s a su pecho, acariciando sus tetas sobre
la min�scula camiseta de tirantes que se hab�a colocado un rato antes.




Not� como sus pezones se volvieron a erizar debido a la
excitaci�n, al igual que en mi pene tambi�n empez� a fluir mayor cantidad de
sangre en su interior para aumentar su volumen. Layla desliz� una mano hacia ese
bulto oculto por las mantas y comenz� a tocarme la polla, deseando que no
tardara mucho en adquirir el tama�o apropiado. Yo me incorpor� un poco, y me
apoy� ahora sobre mi codo, con lo que pod�a besarla de una forma mas c�moda para
ambos, al tiempo que mi mano se introdujo bajo su camiseta y empez� a ir
subi�ndola lo mas r�pidamente posible, para poder dejar al descubierto los ya
duros pezones, que mi boca empezaban a anhelar.




Tras un breve instante, pude lograr mi objetivo y mis labios
empezaron a succionar esos peque�os montes que tan ansiosamente buscaban mis
manos tiempo atr�s. Layla por su parte, introdujo su mano en mi pantal�n y ya
directamente, me estaba haciendo una paja, subiendo y bajando su mano con
rapidez para conseguir darme mayor placer. La mano con la que sub� su camiseta,
baj� apresuradamente hacia su corto pantal�n y con la misma alegr�a, empec� a
rozar mis dedos sobre su sexo por encima del pantal�n.




No tarde m�s de 30 segundos en cambiar la ubicaci�n de mi
mano, esta vez, en el interior del pantal�n y bajo sus rojas bragas, no sin
antes haber humedecido mis dedos en mi boca. Le acariciaba el cl�toris, haciendo
c�rculos con mi dedo �ndice, mientras nos bes�bamos, ya de una forma mucho mas
apasionada, juntando nuestras lenguas en el interior de una u otra boca. Mi
excitaci�n me llev� al punto de introducirle el dedo coraz�n en su ardiente
vagina, cosa que ella agradeci� por medio de un ligero gemido.




De pronto, sentimos que la cremallera de la caseta se abr�a
de nuevo, haciendo instintivamente que nuestros cuerpos se separasen, d�ndome
tiempo a bajarle la camiseta y a ella tiempo para darse la vuelta, volver a
darme la espalda y coger el libro como si estuviera leyendo. "Que est�is
haciendo??
", son� la voz de Huascar asomando la cabeza por la entrada. "Nada
especial, le estoy leyendo a Juan el libro que te prest�
", respondi�
r�pidamente Layla con inteligencia.




"Ah, vale. Es que ten�a fr�o y estaba inc�modo all� y esta
caseta parece m�s confortable
", dijo Huascar. As� que ni corto ni perezoso,
se tumb� la lado de Layla, aunque separado medio metro y se tap� con las mantas
que nos sobraban. Dijo que estaba cansado y que quer�a dormir un rato, porque
ayer hab�a trabajado hasta tarde en El Corte Ingles, ya que aparte de estudiar
conmigo, trabajaba de vez en cuando. Yo me qued� asombrado con la jeta de
algunos, pero bueno, as� son las cosas. Menos mal que se puso de espaldas a
nosotros, porque desde luego yo iba a seguir con la "fiesta" que ten�a entre
manos (y nunca mejor dicho), estuviese �l o no.




As� que mientras Layla empezaba a leer de nuevo en voz baja
(para no molestar a Huascar), yo volv� a meter mi mano bajo el pantal�n de
Layla. Esta vez, ella si se qued� sorprendida por mi actitud porque aunque no
nos viese, solamente estaba a medio metro de distancia y quiz�s pod�a escuchar
algo. As� que ella con su otra mano (ten�a en la izquierda el libro), intent�
quitar la m�a, pero yo me resist� y le hice un peque�o "Shhhhhhhh", como
queriendo decir que estuviese tranquila.




Empec� de nuevo a frotar mis dedos contra su sexo, a�n h�medo
aunque la interrupci�n nos hab�a cortado todo el rollo. Ten�a que empezar desde
el principio a excitarla. Mientras mi mano hac�a el trabajo por abajo, mis
labios comenzaron el trabajo superior, dando suaves y silenciosos besos por su
cuello. Estas caricias hicieron que la voz de Layla sonara entrecortada, con lo
que comprend� que mis gestos estaban surtiendo el efecto por m� deseado.




Segu� con el mismo ritmo de masturbaci�n de mi mano, a la vez
que mi boca acomet�a nuevos objetivos, esta vez, el l�bulo de la oreja, a la que
mordisqueaba sigilosamente. De vez en cuando, levantaba la vista para observar
que Huascar no se hubiera movido un �pice de su posici�n.




Una vez not� como Layla respiraba mas apresuradamente, volv�
a meter mi mano bajo su pantal�n, por debajo tambi�n de sus bragas e inici�
nuevamente el movimiento que tanto deseaba ella. Las caricias de mis labios
sobre su cuello, se tornaban ahora en c�lidos besos, humedeciendo su nuca o la
parte posterior de su oreja con la punta de mi lengua, para posteriormente
soplar delicadamente y hacer que la sensaci�n de diferencia t�rmica generara en
ella mayor excitaci�n.




Conseguido el prop�sito, humedec� nuevamente mi dedo coraz�n
para comenzar a penetrarla. Layla al notar mi intenci�n y presa del profundo
placer me facilit� la labor colocando su pierna derecha sobre las m�as y
posibilitando un mejor acceso de mi mano, ya que sus labios mayores se abr�an al
separar sus piernas. Mi dedo fue introduci�ndose lentamente en su vagina, no sin
antes haber estimulado el cl�toris para conseguir un mayor grado de lubricaci�n.
El ritmo de penetraci�n fue inicialmente lento, para evitar posibles ruidos que
pudieran alertar a Huascar de que algo raro ocurr�a bajo las mantas.




Posteriormente, fui aumentando dicho ritmo para despu�s
humedecer un segundo dedo (el �ndice), y realizar la misma operaci�n anterior.
Layla cada vez le�a con una voz m�s tenue y plausible. Era casi imposible
entender lo que dec�a. Al darme cuenta y para evitar sospechas, empec� a leer lo
que mis ojos acertaban a ver del libro, ya que entre mis atareadas manos y el
meneo de Layla, el libro no se sujetaba firmemente.




Al aumentar el ritmo de mis dedos, ella baj� de nuevo su mano
derecha para apretarme la mu�eca, indicando que estaba a punto de alcanzar el
cl�max. Yo insist� en ese ritmo un poco m�s, hasta que ella cambi� de posici�n y
se tumb� boca arriba completamente. Sus ojos se encontraron con los m�os y pude
entender un estado de excitaci�n m�xima, con lo que me indicaba que deseaba que
continuase masturb�ndola. Ella apretaba sus dientes y sus labios, ya que en la
situaci�n en la que est�bamos, no pod�a emitir ning�n gemido de placer por
bajito que fuese.




Al cambiar de postura, ya no pude leer m�s, ya que el libro
se encontraba boca abajo, apretado contra el pecho de ella. Por eso, aprovech�
ese instante, para humedecerme el tercer dedo (el anular) y susurrarle al o�do "Quiero
que te corras�
", aprovechando tambi�n la posici�n de mis labios para
morderle de nuevo el l�bulo de la oreja. Dicho y hecho, empec� a penetrarla
nuevamente, esta vez con los tres dedos, estimul�ndole previamente el cl�toris y
al principio, igual que en ocasiones anteriores, despacio para evitar posible
sobresaltos.




Ella cerr� los ojos, se llev� el libro a la boca, y lo mordi�
de una manera que casi arranca el trozo de papel que ten�a en la boca. Elev� la
cadera debido a la excitaci�n y se abandono completamente a mi antojo. Ya todo
le daba igual y sus ojos lujuriosos as� lo expresaban al mirarme de nuevo
profundamente, salvo por el peque�o detalle de evitar soltar ning�n ruido que
pudiese delatar nuestra �ntima relaci�n.




No tard� m�s de un minuto en tener los tres dedos chorreando
de sus flujos vaginales, ya que increment� el ritmo de masturbaci�n debido a que
ella no pod�a leer por razones obvias y yo tampoco ya que estaba concentrado en
proporcionarle el mayor placer posible y ese silencio resultaba sospechoso para
Huascar que pod�a girarse en cualquier momento y pillarnos in fraganti.




Al tiempo que ella me mojaba los dedos con sus fluidos, no
pudo resistirse mas y solt� un leve gemido, que por supuesto llego a o�dos de
nuestro "vecino" que se apresur� a girarse y preguntarle a Layla que pasaba. "Nada,
que le he dado un golpe con la rodilla�
", respond� yo, mientras interpon�a
el libro entre la mirada de Huascar y la cara de Layla, para que no se diese
cuenta del estado de excitaci�n en el que se encontraba. Creo que no se dio
cuenta que la mano que sujetaba el libro era la misma que instantes antes hab�a
hecho gozar tanto a la chica que se encontraba entre nosotros y que por supuesto
a�n mostraban restos de los fluidos vaginales de ella.




"Es que como no escuchaba nada, pens� que se quedaron
dormidos
", volvi� a insistir �l. "No, es que est�bamos leyendo para
nosotros mismos, para no molestarte
", le volv� a responder. Se gir� de
nuevo, contrariado por no habernos pillado (aunque sospechaba y con raz�n) y se
tumb� de nuevo a seguir "durmiendo".




Mientras, Layla estaba temblando, nerviosa, no porque tuviera
miedo de ser pillada, sino porque acababa de tener el mejor orgasmo que yo le
recuerdo. Se gir� hacia m�, y apoy� su cabeza contra mi pecho, al tiempo que
trataba de calmar su respiraci�n. Yo la bese suavemente en la frente y la abrac�
fuertemente con mi brazo.




Digo que creo que fue el mejor orgasmo, porque aunque ya la
hab�a masturbado otras veces, nunca la hab�a visto tan excitada, ni se hab�a
corrido de esa forma, ni tenia esa mirada de placer infinito en sus ojos. Se
perfectamente, que es dif�cil que una mujer alcance el orgasmo solamente con el
coito, desde luego, puede suceder y de hecho sucede, pero no tan a menudo. Pero
con la masturbaci�n, es bastante m�s f�cil que llegue al cl�max. La verdad es
que no se exactamente la raz�n, pero he podido comprobar que es bastante
acertado ese comportamiento.




Tras una media hora de relajaci�n, en la que Layla volvi� a
su estado normal, avis� que me ten�a que ir, antes de que anocheciera del todo,
como advert� antes de venir. As�, mientras termin� de recoger mis cosas y fui
llev�ndolas al furg�n, ellos tambi�n empezaron a recoger para no dejarlo todo a
�ltima hora.




Despu�s de despedirme de todos, Layla me acompa�� hasta el
coche y una vez all�, le pregunt� si se encontraba bien, despu�s de lo
acontecido en la caseta. "Mejor que nunca", me respondi�, acerc�ndose a
m� y bes�ndome en los labios mientras una mano se apoyaba en mi hombro y la otra
me acariciaba el pecho. Nos despedimos y quedamos en vernos en otra ocasi�n en
que la pudi�ramos coincidir.



Por la noche, ya una vez en mi casa, recib� un mensaje que
dec�a "Gracias x este fin de semana tan maravilloso. Nunca lo olvidar�. Te
quiero�
".



A pesar de esa �ltima frase, que de verdad me impact�
emocionalmente, ya que nunca antes se hab�a expresado de ese modo, ese mensaje
fue lo �ltimo que supe de ella, salvo que regres� con su novio David y ahora
est�n viviendo juntos en casa de �l. Cosas de la vida. Aunque desde luego, se
que m�s tarde o m�s temprano vamos a tener la oportunidad de protagonizar otro
encuentro �ntimo�


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Relato: Mi �ltima acampada
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