Relato: De pareja a trio (I) La verdad que estas cosas suelen empezar poco a poco. Que si
un d�a mi esposa dice que se va por trabajo fuera del pa�s y empiezas a notar
como su hermana te mira de forma diferente, que si habla m�s con ella, que si
sale m�s con nosotros, que si nos vamos a Roma y dormimos los tres en la
habitaci�n...
Esos detalles que no sabes bien si vas, vienes, o como siempre, nada de nada.
Uno de esos d�as, vino a la piscina de casa, est�bamos hablando los tres, ellas
sentadas y yo tumbado en las piernas de mi mujer, con las gafas de sol y dejando
que el sol y el murmullo del agua acabaran con el estr�s de la semana, adem�s
hab�amos quedado con unos primos de mi mujer, muy buena gente, y quer�a estar
despierto y disfrutar de la noche, me apetec�a desconectar del mundo.
En uno de esos momentos abr� los ojos y enfrente de m� me encontr� la braguita
del bikini de mi cu�ada y como de ella sal�a un buen matojo de pelos. Tuve un
doble pensamiento, el primero que como llevaba varios a�os sin novio, la verdad
que no me extra�aba que descuidase su aspecto �ntimo y el segundo, �me dejar�a
arregl�rselo?, �y a mi mujer?, �y a los dos juntos?. Mi cabeza empez� a volar y
a imaginarse un afeitado de co�o con su posterior limpieza,... pero cuando
estaba metido en mis pensamientos algo me sobresalto, era mi pene que se estaba
hinchando y luchaba por salir del pantal�n. Avergonzado, me tumbe de espaldas y
me puse a leer una revista, pero sab�a que ese vello estaba ah� al lado,
acechando y no pod�a parar de mirar de reojo. Evidentemente mi pene, se
convirti� en polla y no hab�a ya forma de pararla, bueno realmente si hab�a,
pero digo all� en la piscina, o sea que me levante de un salto y me zambull� en
el agua. La verdad que no s� si ellas se dieron cuenta.
Eran las siete de la tarde cuando nos subimos a arreglarnos para salir a cenar.
Todos con nuestros ba�adores mojados, el aire acondicionado hizo que los pezones
de mi mujer y mi cu�ada se alborotasen. No pod�a dejar de mirarlos. Y mi pene
volv�a a despertar. Mi mujer se dio cuenta y me dijo que ser�a conveniente que
empez�semos a ducharnos. Eso era lo mejor una ducha fr�a, una buena paja,
cenita, unas copas y dejar de fantasear. Yo me met� en mi ducha, mi mujer en la
suya y mientras mi cu�ada esperaba fuera hasta que una de ellas quedara vac�a.
Yo acab� pronto. Estaba muy caliente y no tard� mucho en correrme. Un enjabonado
r�pido y ya estaba listo, sin embargo ya sab�is como son las mujeres, que si un
pelito por aqu�, que si el suavizante, la mascarilla del pelo, el secador, ....
Eternizante. Yo sal� muy pronto, tan r�pido que mi cu�ada no se lo esperaba. Al
entrar al sal�n me la encontr� jugando con su almejita, ten�a dos dedos dentro.
No sab�a que hacer, �era esta la oportunidad que siempre hab�a deseado?, �qu�
opinar�a mi mujer si nos pilla?, �querr�a mi cu�ada? En mitad de estos
pensamientos mi cu�ada se percat� de mi presencia.
- �desde cuando llevas ah�?, �estaba mirando que deber�a cortarme estos pelos?
Me hab�a pillado, no sab�a como reaccionar.
- Deber�as ducharte se hace tarde. La m�a ha quedado libre. Entretente dentro lo
que quieras, que nadie te va a molestar.
- Esta bien. Pero,....te ruego me comprendas llevo tanto tiempo sin,... me
entiendes.
- Yo no llevo tanto y me acabo de hacer una paja en la ducha. La piscina me ha
levantado los �nimos.
- A m� tambi�n se me ha despertado algo
En eso notamos que deja de sonar el secador.
- Vamos Carmen, que se te va a hacer tarde y no te va a dar tiempo a todo. Le
dije con un poco de sorna.
Mi cu�ada es cinco a�os mayor que nosotros y yo supongo que estaba curada un
poco de espanto. Vi como se met�a a ducharse en el ba�o de mi mujer. Mientras yo
me puse a ver un partidito de f�tbol en la tele mientras las mujeres acababan.
Al poco tiempo me acerque a la cocina a por una Coca-Cola y al pasar por la
puerta del ba�o, pude escuchar a las dos parti�ndose de risa. �se lo estar�a
contando?, �de que estar�an hablando?, �la habr�a cargado?,... Bueno, no era
tiempo de preocuparse por el futuro cuando todav�a no hab�a llegado.
Acabaron de arreglarse, las dos impresionantes, y salimos a cenar. Llegaron sus
primos, realmente era su primo y la novia de �l. Cenamos muy a gusto y nos
fuimos de copas. Mi cu�ada no hac�a m�s que beber, se acercaba a mi mujer,
cuchicheaban, me miraban y se re�an. De vez en cuando mi mujer me hac�a se�ales
como si me fuese a dar unos azotes. Yo sonre�a, por no salir corriendo.
La noche iba pasando hasta que su primo y la novia se retiraron a su casa y nos
quedamos los tres. Estaba acojonado.. Mi mujer, Bea, me mir� y dijo:
- Creo que debemos irnos nosotros tambi�n.
- Como tu quieras cari�o.
- Mi hermana esta muy mal, hay que llevarla a su casa.
- Pero si est� a 35 kil�metros de la ciudad. Mira es mejor que duerma contigo en
la cama y yo dormir� en el sof�.
Nuestra casa tiene dos ba�os y dos habitaciones, pero en la otra habitaci�n
hicimos un despacho, o sea que no hab�a m�s camas que la nuestra.
- Me parece bien, dijo Bea.
Lo dijo en un tonillo, que no supe descifrar en ese momento. La verdad es que
estaba acojonado.
Llegamos a nuestra casa, Carmen iba un poco borracha y yo sab�a que mi mujer la
tendr�a que desnudar. Entre a mi habitaci�n cog� un pantal�n corto del pijama,
me cambie en el ba�o y me tumbe en el sof� para dormirme. Tumbado desde el sof�,
te quedas enfrente de la puerta de la habitaci�n principal, y fue all� y no en
otro sitio donde mi mujer empez� a desnudar a su hermana. Carmen quedaba de
espaldas a mi y yo ve�a la cara de mi mujer. Primero la fue desabrochando los
botones de la camisa, despu�s el sujetador, quedando la espalda de Carmen
desnuda ante mi, Mi coraz�n empez� a bombear sangre a un ritmo infernal y mi
mente s�lo pod�a pensar en las vistas que mi mujer ten�a en ese momento. Se me
empez� a poner tiesa. Despu�s la desabroch� la falta, dej�ndola caer al suelo.
Estaba flotando, por qu� mi mujer me har�a sufrir as�. �Pensaba acaso que no su
hermana no era mujer ni yo un hombre? Otra vez su voz disperso mis pensamientos.
- � Me vas a ayudar?, �o tengo que hacerlo yo sola?
- Espera ya voy.
Todav�a no sab�a a que ten�a que ayudarla, a vestirla, a acostarla. Pero me
levant�, con la polla bien dura y me acerqu� a la espalda de Carmen
- �A que te ayudo?
- No te hagas el tonto, has dejado a mi hermana a medias esta tarde y ahora
tenemos que ayudarla a acabar lo que empez�.
- Eso, dijo Carmen, no pod�is dejar que me acueste en estas condiciones. Y se
ech� a re�r
No sab�a donde meterme, �me estaban vacilando?
Mi mujer se acerc� a mi y me empez� a dar un beso muy h�medo. Carmen estaba
aprisionada por nosotros dos y Bea empez� a meter la mano entre las bragas de su
hermana y el culo, roz�ndome mi polla.
Yo cog� a mi mujer por el culo y empec� a bajarla su pantaloncito del pijama.
- Las braguitas de mi hermana son feas, hazla lo que haces con las m�as.
Estaba claro lo que quer�a. Introduje mis manos entre las bragas y su co�ito.
Las ten�a empapadas. Fue muy f�cil romperlas por la costura y dejarla s�lo los
tres el�sticos, uno en la cintura y los otros en cada uno de sus piernas. En ese
momento empez� a respirar m�s intensamente. Estaba tan expuesta que no dude en
agacharme y empezar a mordisquearla el culo. Ten�a las dos manos en sus caderas
y empec� a notar que las estaba moviendo lentamente. Quer�a que me la follara.
Pero despu�s de tanto tiempo esperando algo as� ten�a que aprovecharlo lo m�ximo
posible. �Hasta donde estaban dispuestas a llegar? Esa era mi pregunta en ese
momento y deb�an de responderla.
Desplace mis manos hacia mi mujer y la quite las bragas, ella entendiendo mis
actos se quito la camisetita de tirantes del pijama. S�lo quedaba yo vestido con
el pantal�n corto y mis shorts. Introduje la mano derecha entre las piernas de
Carmen y empec� a masajear los labios a mi mujer. Con el antebrazo notaba la
humedad del co�ito de mi cu�ada. Era un roce premeditado pero que no quer�a que
fuese directo. La otra mano agarraba fuertemente el culo de mi cu�ada mientras
la mord�a. Poco a poco empec� a desplazar mis dedos hasta que uno de ellos se
paro en la entrada de su ano. Carmen lo noto y dio un respingo.
- Metelo. No te pares ah�.
Me dijo mientras se frotaba contra mi antebrazo. Me chupe el dedo gordo y se lo
met� en el culo.
- Dios. Tienes otro agujero. �aprov�chalo!
- Carmen �qu� pasa?
- Tu marido que es un cabr�n y me esta metiendo un dedo en el culo. No sabes
como me gusta.
- Pues a mi nunca me ha apetecido pero viendo tu cara lo voy a probar. Metemelo
a mi tambi�n Carlos.
Iba a ser la primera vez para mi mujer, si quer�a volver a repetirlo no tenia
que hacerla da�o. Met� el dedo coraz�n en el co�o de Carmen. Vi�ndose masturbada
empez� a moverse de un lado para otro, yo segu�a agachado a su espalda, oliendo
sus fluidos y notando que se iba a correr. Empez� a correrse entre unos espasmos
que la daban y pude ver como sal�a como una bocanada de jugos de su co�o,
manchando el suelo, dej�ndolo pringoso no dejada de jadear. Saque mis dedos,
arrugados por la humedad, y le introduje uno a mi mujer en el ano. Carmen se
apoyo en los hombros de mi mujer qued�ndose inclinada y ofreci�ndome su
chorreante co�o. Empec� a chuparselo, mientras estrenaba el culo de mi mujer con
uno de mis dedos humedecido por su hermana. Prefer�a no pensar en lo que estaba
ocurriendo.
- T�mbate en la cama. Te vas a dislocar el cuello. Adem�s quiero que me
mordisquees el cl�toris y as� no llegas bien. Dijo Carmen
Me tumbe en la cama, comi�ndole aquel manjar a mi cu�ada que no paraba de
humedecerse. Mi mujer se puso enfrente de ella y empez� a restregar sus pechos
con los de Carmen. Y yo la introduje un dedo de cada mano en el culo, la notaba
muy excitada, por lo que cambie de co�o y le di a mi mujer un masaje con la
lengua. Se retorc�a cada vez me le hac�a c�rculos alrededor del cl�toris. Carmen
lo notaba y empez� a chuparla los pezones. Beatriz empez� a masturbar a Carmen
por lo que me centre el co�o de mi mujer. Nunca lo hab�a notado as�. Iba a
cumplir otro de mis deseos y mi mujer lo sab�a.
- Cari�o, prep�rate que este va por ti.
Empez� a contraerse y expandirse sus paredes, saque la lengua, abr�a la boca y
empec� a degustar los jugos de mi mujer. Eran impresionantes, saque la lengua
para chupar mi cara. Las dos se pusieron a mirar mi cara de placer.
- Ahora te vas a follar a mi hermana. Necesita una polla. Dijo Bea.
Me quitaron la ropa me tumbaron boca arriba y Carmen se meti� la polla entre
suspiros. La muy cabrona segu�a empapada. Mi mujer se sent� detr�s de ella
rozando su pubis contra el culo de su hermana. Si hubiese tenido polla se la
hubiera metido, s�lo hab�a que verla la cara. Bea cogi� los pechos de su hermana
desde abajo, como si los sujetase y empez� a rozar sus pezones con los dedos
gordos. Estos estaban bien duros. Carmen para no caerse, se sujetaba en el culo
de Beatriz. Mi mujer la dijo algo al o�do que yo no pude escuchar. Carmen echo
para m�s hacia atr�s uno de sus brazos, al rato mi mujer dio un respingo. Creo
que la estaba metiendo el dedo por el co�o. El otro brazo lo levanto, agarro a
mi mujer por el cuello y empez� a besarla. Sus lenguas se sal�an de la boca.
Carmen empez� a acelerar mas el ritmo, y mi mujer tambi�n. Bea estaba estirando
uno de los pezones de su hermana. Estaba seguro que se iban a correr cuando
Carmen se saco mi verga, totalmente lubrificada y se la meti� por el culo. Mi
mujer lo vio y meti� uno de sus dedos en el co�ito que acababa de estar vac�o.
Me iba a correr. No pod�a aguantar m�s. Mi cuerpo se estaba tensando. Hab�a
llegado al punto sin retorno y me vaci� en el culo de mi cu�ada, al notarla la
muy cabrona cogi� la mano de mi mujer para que se esforzase m�s en su labor. Mi
mujer ya la ten�a tres dedos dentro y no paraba de chuparla las tetas. Carmen se
corri� otra vez. Moj�ndome mi ombligo, se saco la poya y empez� a chuparmela.
Mientras mi mujer empez� a comerse el semen que chorreaba del culo de Carmen. Me
quer�a morir, jam�s en mi vida hubiera imaginado que mi mujer era as� de guarra.
Me encantaba esta faceta descubierta.
Cuando acab� se sent� en la espalda de su hermana, que parec�a que quer�a
desgastarme la polla a lametazos.
- Carmen, creo que deber�amos dejarlo ya, echar un pis y dormirnos.
- Como quieras
Carmen dejo de chuparme la polla y se quedo fijamente mir�ndome a los ojos, con
una sonrisilla mal�vola. De repente empec� a o�r un sonido, un fuerte olor se
apoder� de la habitaci�n y algo caliente ca�a sobre mi pene y mis piernas. Mire
la espalda de Carmen y estaba llena de orina cayendo por sus costados,
resbalando por los pechos y saltando desde los pezones. Sin apartarme la mirada
me dijo:
- �Y t�?�no tienes ganas?
Me cogi� de la polla y apunto a su estomago.
- Meame, hum�llame y dejare que me des por culo cuando quieras.
La verdad, es que no pod�a aguantarme, entre la bebida de la cena, las copas y
el sexo ten�a la vejiga a estallar. Vi como sal�a de mi y como Carmen la mov�a
para que la regase. Mi mujer aplaud�a y las sabanas se iban empapando. Yo notaba
como ca�a mi orina sobre mi tras rebotar en los pechos de Carmen.
- Eso es, sigue as�, no dejes nada dentro. Y ahora me toca a mi. T�mbate
hermanita que esto te lo dedico por dejarme a tu maridito. Empez� a mamarla
mientras intentaba masturbarme de nuevo. Pero si os soy sincero ya era demasiado
para mi. Recogimos las sabanas. Pusimos unas limpias en el suelo y nos quedamos
dormidos.
Autor
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Relato: De pareja a trio (I)
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