Ca� en tentaci�n.
Mi historia la escrib� hace tiempo, la escrib� con el �nimo de sentir que
platicaba a alguna que le contaba mi caso, es una parte de mi vida de la que me
siento muy avergonzada, pero que a la vez la veo con satisfacci�n experimente un
placer hermoso. Me promet� que nadie de sabr�a de mi caso pero , algo ocurri
Hace unos d�as le� otra historia, que me hizo cambiar mi forma de pensar. Vi mi
historia contada por Alberto
Mi historia�..
Dif�cil empezar, sintiendo lo grave de mi falta, me siento
desesperada, necesito de la ayuda de alguien, quiz� alg�n psic�logo, o alguien
que se haya enfrentado a un problema como el m�o.
Alberto, mi hijo naci� cuando cumpl� 16 a�os, un t�o, hermano
de mi padre me sedujo. Desde el principio recib� el apoyo de mis padres. Cuando
termine mi carrera consegu� un empleo y al poco tiempo me independice. Una
mujer, madre soltera como yo es acorralada por los hombres, con deseo, casados,
solteros, todo tipo de tipos. Antes de conocer a Eduardo tuve dos o tres
romances pensando en encontrar al hombre de mi vida, pero solo quer�an eso,
satisfacerse sexualmente.
Cuando conoc� a Eduardo, pens� que era el hombre de mis
sue�os, sent� su apoyo, sus atenciones, de buena solvencia econ�mica, de mayor
edad que yo. Sent� un apoyo que nunca nadie me brindo. me am�, nos divertimos,
fuimos felices, sin embargo poco tiempo me duro el gusto
Eduardo viaja mucho por su trabajo, la mayor parte de tiempo
estoy solita, en compa��a de Alberto claro, �l, ya es todo un hombre, guapo,
formal, pero demasiado t�mido, principalmente con las chicas, poco afecto a
salir y muy apegado a mi, a su madre. Sus relaciones de Alberto con Eduardo son
buenas pero fr�as, trate de acercarlos, pero no lo logre. Alberto es para
Eduardo su entenado, y Eduardo simplemente su padrastro.
Alberto llena mis espacios vac�os, nos acompa�amos a todas
partes, al cine, al club donde tenemos una membres�a. En vacaciones siempre nos
acompa�amos, Eduardo rara vez nos acompa�a. Desde peque�o lo cuide, siempre fue
el bebito de mam�, el consentido, conforme se volvi� hombre algunas cosas ya no
fueron igual, me di cuenta de sus cambios, lo v� crecer, hacerse hombre. Yo me
encargo su ropa, incluso su ropa interior, le encanta usar tangas que se ajusten
a su cuerpo, yo le comento:
---Un d�a vas a estar con una muchacha y debes verte sexy,
atractivo a la vista de ella.
Naturalmente el mismo me acompa�aba a todo, incluso a comprar
mi ropa, incluyendo mi ropa intima. Ya se imaginaran el tipo de comunicaci�n que
tenemos..Convivimos en todo, por eso se dieron varias situaciones, Mi intimidad
en mi cuarto es rota continuamente, Alberto entra a mi recamara sin anunciarse,
yo le ped� que se anunciara antes, pero siempre lo ha ignorado.
Con el tiempo yo misma lo mir� con esas trusas peque�itas
dibujando sus genitales, lo ve�a porque dejaba su puerta abierta, o porque
caminaba por la casa solo con sus trusas, Muchas veces por no decir siempre,
ve�a de forma diferente a como mira una madre a un hijo, su figura me
inquietaba, se v�a hermoso, provocativo, muchas veces le ped�a que fuera
cuidadoso, me dec�a que si, pero nunca hizo caso. me contestaba que deber�a
verlo ojos de madre sin malicia.
Su excesiva timidez con las chicas me llego a preocupar, pero
luego descubr�, sus revistas de chicas lindas en ropa interior, as� como
material de alto contenido er�tico incluyendo pel�culas, de chicas, lesbianas,
gays, transvestis, de todo, Pens� que no era correcto que trajera ese material a
casa, pero, un joven a esa edad tiene curiosidad, quieres conocer, experimentar,
tiene sus propias necesidades, yo misma antes de conocer a Eduardo, siempre
estuve insatisfecha, deseosa, necesitando a un hombre, un hombre que llenara mis
espacios vac�os.
Analizando su actuaci�n, llegue a la conclusi�n que �l los
pon�a para que yo los viera. compart�amos la PC, por �l conoc� muchos sitios en
internet de alto contenido pornogr�fico, de esa forma fui cayendo en tentaci�n y
termin� aficion�ndome, me excitaba ver tipos bien dotados, chicas muy lindas,
chicas con pene. Fue as� como entre a todo relatos, he le�do toda clase
de historias, las he disfrutado, me han excitado siempre termino masturb�ndome.
.
Mi matrimonio con Eduardo me llevo un pleno goce de
relaciones sexuales satisfactorias, con el conoc� se puede decir el para�so
sexual, con Roberto el padre biol�gico de Alberto ni pensarlo, a mis 15 a�os,
nunca supe el verdaderamente disfrute del sexo, nunca una satisfacci�n
placentera. Despu�s con la vigilancia estricta de mis padres todo se me neg�
todo, cuando me independice trate de satisfacer mis necesidades sexuales, tuve
dos novios, pero solo representaron una frustraci�n.
Pero las satisfacciones sexuales con Eduardo duraron muy
poco, sus viajes de trabajo, me dejan mucho tiempo solita, me niegan el disfrute
del sexo, siempre insatisfecha, siempre esper�ndolo, el llegaba cansado,
fastidiado, o quiz� satisfecho por alguna aventurilla. Yo en blanco, con �l me
di cuenta de mi potencial como amante, se de lo que soy capaz, me se entregar,
se disfrutar del sexo, y proporcionar placer, darlo todo. Soy temperamental,
caliente, cachonda se entregarme, dar amor y satisfacci�n sexual en todas
formas.
Tantas noches solita, mi cama demasiado grande para mi, sola
con mi desesperaci�n, sola con mis deseos reprimidos. Eduardo en sus negocios,
mi Alberto en su cuarto, separados solo por un muro, por las noches escucho
encendido su televisor, el jadeo de las chicas fornicadas por hombres en las
pel�culas pornogr�ficas. Yo en mi cuarto desesperada, deseosa, esperando unos
brazos masculinos que me acaricien, que me estrujen, me abracen, que me
satisfagan.
Sucedieron tantas cosas, Alberto con acceso libre a mi
recamara, desde muy ni�o sol�a ir a refugiarse en mi cama, yo acostumbrada a
dormir solo con mis bragas, si acaso una batita transparente cubr�a mi cuerpo y
una sabana, a veces sin ella. La mirada de Alberto de curiosidad hacia que me
cubriera, en ocasiones tocaba mis chichitas, yo lo alejaba, pensando que no era
correcto, pero el insist�a hasta que con voz en�rgica lo calmaba, desde nos
besamos en la boca, con besos t�midos, �l mismo propicio un beso mas prolongado,
basta Beto, basta, no esta muy bien que beses a mamita de esa manera, pero el se
sent�a seguro y abra su boca ofreci�ndome su lengua, a partir de entonces lo
evite, ofrec�a solo mi mejilla, o evitaba de plano besarlo,
Una noche estaba por dem�s inquieta, no lograba conciliar el
sue�o, escuchaba el incesante tic, tac del reloj, me sent�a excitada, deseosa de
estar con un hombre, mas de un mes sin disfrutar del sexo. Antes de acostarme me
hab�a ba�ado, me vest� con una batita transparente, muy corta a las nalgas, una
peque�a tanguita de parchecito al frente e hilo dental atr�s. Al no poder dormir
me sent� frente a la computadora, viendo cosas de sexo, penes de hombres bien
dotados, entre a un sitio de chicas Transvestis con lindos senos y pene, me
excite, mis manos tocaron mis senos, estruj�ndolos, las baje suavemente tocando
cada parte de mi cuerpo, hasta llegar a mi sexo, abr� los labios, acaricie mi
cl�toris, mi peque�o botoncito necesitaba ser tocado, acariciado, mamado,
sentirme una mujer de verdad, Me sent�a h�meda por la excitaci�n, estaba
preparada para una penetraci�n profunda. Pero por ahora me encontraba sola.
Nadie podr�a consolarme, abr� mis nalgas acaricie a mi anito, que delicia, que
sabroso, necesitaba una satisfacci�n hasta que con mucha dificultad llegue al
orgasmo.
Completamente insatisfecha, caliente, con mi conchita h�meda
y palpitaba, al no haber manera de tranquilizarme, decid� bajar a la cocina por
un vaso de leche, me puse mi tanguita, tome un vaso, abr� el refrigerador, me
agache para alcanzar el bote de la leche que estaba en la parte inferior, fu� en
ese momento sent� su mirada, parado tras de mi, ah� estaba, cubierto solo con su
tanguita, y mostrando su bulto..
--- Mamita preciosa, que haces levantada a estas horas.?
--- No pod�a dormir cari�o, vine por un vaso de leche.
--- Estas hermosa, preciosa, no entiendo como ese hombre te
tiene tan abandonada, no te lo mereces, me doy cuenta, veo tu desesperaci�n,
siempre pienso en ti, en lo solita que debes sentirte, solita en esa cama tan
grande, con tu nerviosismo, con tus deseos insatisfechos.
Me qued� helada de susto, nunca me hab�a hablado as�, me
extra��, siempre tan t�mido con las chicas, ahora, su comportamiento hacia mi
persona hab�a cambiado totalmente, expresaba lo que sent�a, expresaba sus
verdaderos pensamientos. Y sus pensamientos eran de deseo. Pero no� deber�a
estar confundida, no era as�, no podr�a sentir deseo malsano por su madre.
Pero ah� estaba, parado frente a mi, con su vista sobre mi
cuerpo, recorriendo mi cuerpo desde la punta de los dedos del pie hasta mi
cabeza, sus ojos se fijaron sobre mis tetas, me tomo de una mano he hizo que me
diera la vuelta, sent� su mirada en mi, en mis nalgas, en toda mi anatom�a. Yo
tambi�n lo mire a �l, su trusa se hab�a tensado, su pene se estaba erecto. Una
erecci�n por mi, Por ver la desnudez a su madre.
---- Te lo vuelvo a repetir, mamita estas preciosa, si tu
quisieras?
Se acerco a mi, me tomo entre sus fuertes brazos apret�ndome
contra su pecho.
Mamita hermosa, que linda estas.
Se acerco a mi cara, pego su boca en mi cuello, sent� un
reflejo de deseo en todo mi cuerpo, luego la uni� a mi boca su lengua se
introdujo, busco mi lengua, ambos nos unimos en un beso apasionado, prolongado,
intenso, con verdadero deseo. Sus manos me aprisionaban, acariciaron mi espalda,
luego la bajo lentamente tocando cada parte de mi espalda, mi cintura, mis
nalgas, sent� su erecci�n pegarse a mi, me, nuestras bocas segu�an unidas.
Nuestros lenguas se buscaban fren�ticas. Sus manos abrieron mis nalgas, y
exploraron llegando al centro mismo de mi intimidad.
Me sent� fren�tica, mi deseo se avivo, mis ansias renacieron,
mi pasi�n se avivo con pasi�n.
Que rica sensaci�n la de sentir unas manos de hombre hurgando
en mis partes mas intimas. Un hombre fuerte fogoso, con olor a verdadero hombre,
Despu�s de tantas noches solita en esa cama tan grande, tan fr�a que hermosa
sensaci�n casi olvidada. No se que cosas mas pasaron por mi mente, o quiz� ese
deseo despertado en mi cuerpo no me permit�a pensar.
Sent� su boca sobre mi cuello, luego poco a poco, sobre mis
tetas, y fue barriendo con su boca cada parte de mi cuerpo, fue bajando hasta
que cay� hincado frente a mi, sent� sus manos posarse sobre mis nalgas, y su
aliento directamente sobre mi peque�as bragas. Sus manos me jalaron sent� su
lengua, sobre mi cosita, que rico, que sabroso, que rico, ufffffff. En ese
momento recapacite.
---- No, hijo, no pude ser. D�jame, no podemos hacer algo de
lo que tarde o temprano nos vamos a arrepentir.
Me separe, violentamente, Alberto se quedo hincado mir�ndome,
sub� apresuradamente las escaleras, todav�a volv� la vista para verlo, el se
hab�a parado y me segu�a, r�pidamente entre en mi cuarto cerr� la puerta, me
tire sobre mi cama y me solt� a llorar desconsoladamente. �Como me hab�a
sucedido esto?..... �Porqu� hab�a sido tan d�bil?...... �Por qu�? No me lo
explicaba�..
Mi coraz�n lat�a con fuerza, mi mente buscaba una
explicaci�n, mi cuerpo se sent�a un deseo perverso, la excitaci�n de mi cuerpo
de mi mente estaban vivos, mi sexo h�medo, palpitaba, toda yo era como una
cuerda de viol�n estirada al m�ximo a punto de romperse, necesitaba de un
hombre, y ah� estaba tras mi puerta, pero de todos los hombres del mundo, era el
�nico prohibido.
Toque mi sexo, mis tetas, mis manos recorrieron todo mi
cuerpo, talle mi sexo con desesperaci�n, me met� uno, dos, tres dedos, me
masturbaba con desesperaci�n, con esto lo �nico que logr� fue un insipiente
orgasmo. No se a que hora me dorm�, so�ando cosas excitantes, Eduardo estaba
conmigo, me besaba toda, mord�a mis tetas, lam�a mis pancita, luego llegaba a mi
h�medo sexo, pero su cara se transformaba en la cara de Alberto, mi hijo, met�a
la lengua en mi ardiente pucha, acariciaba mis nalgas, mord�a mi sexo. Luego
apuntaba su erecto pene hac�a mi entrada anhelante, deseosa y la internaba en mi
vagina� Despert� agitada, sudorosa, todo mi cuerpo temblaba.
Nuevamente trate de dormir ma�ana me esperaba un d�a muy
ajetreado, tome el libro que estaba leyendo, le� unas cuantas paginas, no logre
conciliar el sue�o, me levante, hacia un calor insoportable, me met� bajo la
regadera abr� la llave del agua fr�a, intentaba calmarme.
Al d�a siguiente, me levante muy aturdida por la desvelada.
Cuando tuve conciencia de lo que hab�a sucedido, recapacite y me dije a mi
misma. Esto no sucedi�, no voy a tratar el asunto con Alberto, el no fue
culpable ni yo pens� hacerlo, fue el momento, en lo sucesivo ser�a cuidadosa con
mi forma de vestir.
Por un momento pens� en llamar por tel�fono para romper mi
compromiso, pero pens� que lo mejor ser�a alejarme de casa, pensar en otras
cosas platicar con mi amiga Yolanda de cosas muy diferentes, Me met� bajo el
agua fr�a de la regadera como si eso me trajera la lucidez que necesitaba, que
me vest� me maquille, mas o menos hab�a despertado, baje a la cocina a tomar
algo, aunque era el fin de semana, ese d�a tendr�a un d�a muy ocupado, cuando
entre a la cocina ah� estaba mi hijo.
Hola mamita preciosa, se ve que pasaste muy mala noche, aun
as�, te ves preciosa,
Hola hijo, si, pase muy mala noche, mira mi facha.
No, mamita estas hermosa, a prop�sito, mamita, te tengo una
sorpresa, hoy por la noche, reserve en el campestre una mesa, quiero festejarte,
recuerdas? Hoy es tu cumplea�os.
Efectivamente, lo hab�a olvidado, y pens� que estar�a bien,
as� de esa manera estar�a lejos de la tentaci�n, rodeados de mucha gente, cuando
regresara ya estar�a Eduardo en casa, me hab�a prometido que hoy llegaba, ahora
si, llegara como llegara lo obligar�a a cumplir conmigo.
El d�a la pas� estupendamente con mi amiga, trabajando,
bastante pesado, pero me sent� liberada de la carga emocional, me re�, por un
momento pens� platicarle, pero no lo cre� conveniente, eso no hab�a sucedido,
hoy llegar�a Eduardo y me quitar�a mi excitaci�n. Y todo arreglado.
A mi regreso por la tarde, entre a mi cuarto, deseaba
descansar, pero�.. en mi cama estaba un vestido nuevo, muy atrevido, escotado,
corto de la falda, de tela delgada, muy lindo, adem�s un juego de ropa interior
de un color rojo con encaje negro, de bra, tanguita, liguero y medias, todos
debidamente acomodados, y un arreglo de rosas que son mi pasi�n acompa�ados con
una notita,
Con todo el cari�o para la madre la mas linda en su
cumplea�os, Recuerda que hoy por la tarde tenemos un compromiso. Tu hijo amado.
Me entere que hab�a ido a la boutique a donde hago mis compras, y en complicidad
con el jotito que me atiende, escogieron la ropa.
Yo estaba demasiado cansada, no ten�a deseos de salir, mejor
me iba a disculpar, y otro d�a saldr�amos, me di un ba�o de agua tibia, me seque
perfectamente, me vest� con un camis�n largo, transparente y solamente unos
calzoncitos. Pero cuando me dispon�a a acostarme, ah�, sobre la cama la ropa que
mi hijo me hab�a comprado, como iba a despreciar su ofrecimiento, todav�a ten�a
3 horas, as� es que me acost� a dormir para reponerme un poco y luego me
vestir�a.
No se cuanto tiempo dorm� hasta que el tel�fono llam�, era
Eduardo, comunic�ndome que hoy no regresar�a. As� es mejor, as� tendr�amos
Alberto y yo campo libre para divertirnos, nadie nos ver�a, Poco despu�s llam�
mi hijo,
Mamita linda, habla tu adorado hijo, prep�rate, nos vemos
dentro de una hora, te agrad� tu regalo?. te vas a ver divina, como le gustas a
tu amor.
La siesta me hab�a bastado para reponer fuerzas, volv� a
tomar otro ba�o, y comenc� a arreglarme. Dud� de ponerme ese vestidito, esta muy
escotado de la blusa y muy corto de la falda, pero al menos pero si vestir�a mi
ropa interior, muy linda, tan seductora, buen gusto el de Alberto, unas hermosas
bragas peque��simas, un bra apenas sosten�an mis tetas y liguero, del mismo
color, adem�s un par de medias transparentes. Me puse el vestido, para v�rmelo
puesto. Me sentaba de maravilla pero demasiado provocativo.
Busque algo mas cubierto, escog� un juego de falda y blusa,
pero no, este es demasiado formal� y otro, y otro, no nada me agradaba, fue
entonces que decid� usar el vestido, que podr�a suceder, una vez arreglada me
mire al espejo, efectivamente muy provocativo, pero no todos los d�as es mi
cumplea�os, si, as� estoy bien, y me siento bien. Con la firme decisi�n de
mantenerme firme, nada tendr�a que suceder, una simple cena y nada mas
Al llegar al descanso de la escalera, lo mir�, estaba ah�,
esperando por mi, not� su cara, su mirada se pos� en mi, me vio, con esos ojos
libidinosos, de lujuria, me sent� desnuda con el vestidito, de falda muy corta y
muy descubierta de arriba. Me detuve a�n dudando, pero ya estaba decidido, as�,
que comenc� a bajar los escalones que me faltaban. Adem�s hab�a mi hijo hab�a
organizado todo, Eduardo ni siquiera hab�a recordado el d�a, ninguna llamada,
ninguna tarjeta. Nada� solo alberto..
Se apresur� a tomarme de la mano y a conducirme por los
�ltimos escalones Sent� que sus brazos fuertes alrededor m�o,
----- Felicidades mi reina. Que cumplas muchos a�os.
---- Gracias hijo. Gracias por todo.
Me recibi� con un ramo de rosas y un beso en la mejilla,
apenas perceptible, tomados de la mano llegamos hasta el auto, abri� la puerta y
ocup� mi lugar, sent� su mirada puesta sobre m�, al subir abr� las piernas mi
corto vestido no me permit�a cubrirme seguramente ense�e mis piernas o mis
calzones, no lo se.
Condujo entre el transito, atento a lo que hac�a, al cambiar
de velocidad, sus manos tocaban mis piernas, las retire, con pudor. Al llegar al
restaurante, entrego las llaves al valet parking y se apresuro a abrir la
puerta, trate de cuidar mis piernas, pero�� pues de todas maneras algo deb�
haber ense�ado, Alberto no perd�a detalle.
Cogidos de la mano entramos, el capit�n de meseros nos
condujo a la mesa, situada en un lugar discreto, una chica me recibi� con flores
rojas, y en cuanto ocupe mi lugar, un conjunto de cuerdas inundo con su m�sica
el peque�o lugar, todo a media luz, con m�sica rom�ntica, un mesero se acerco a
encender las velas, vino de mesa del mejor, una cena estupenda. Hablamos,
platicamos muy amenamente, nos re�mos como hac�a mucho tiempo no lo hac�amos. Un
mesero siempre se apresur� a rellenarme mi copa, de un magnifico vino chileno
que tanto me gusta.
No se cuanto tiempo trascurri�, mi mente estaba nublada por
el vino. De momento solo quedamos los dos, brindando, Alberto me retiro la silla
para que me parara a bailar, me tomo entre sus brazos sent� su cuerpo, sus manos
recorrer lo desnudo de mi espalda, bajaron hasta mis nalgas, su boca busco la
m�a, nuestras lenguas se juntaron, mis brazos cubrieron su espalda. Estaba fuera
de mi, mi raciocinio se hab�a perdido. Mi cordura se hab�a quedado en las copas
de vino. Sent� su cuerpo muy pegado al m�o, su pene estaba erecto, mis bragas
mojadas.
Cuando nos sentamos, acerc� su silla a la m�a. Me tomo entre
sus brazos, yo fui la que busqu� su boca, yo misma introduje mi lengua en su
boca y busque la de �l. Sus manos buscaron un camino entre mis piernas, las
sent� sobre la licra de mis medias, luego llego a mi carne desnuda, y por �ltimo
al centro m�ximo de mi placer cubierto con la delgada tela de mis bragas. Abr�
mis piernas, sent� sus manos. Su boca, toda su pasi�n, volcada sobre.
Momentos despu�s pagaba la cuenta, y abrazados los dos
salimos, ah� estaba el autom�vil, cuando tome conciencia de mi, nos
encontr�bamos, en un lugar ruidoso. Al o�do le dijo algo a un tipo, este nos
condujo a una mesa, bebimos una cervezas, nos besamos, sent� sus manos sobre mi
cuerpo, acerc� uno de sus dedos a mi boca, comenc� a chup�ndoselo, lamerlo, mis
manos acariciaron sus piernas, inevitablemente llegaron a su entrepierna.
Sabrosa, bien puesta, deliciosa.
Pago la cuenta, y salimos, abrazados, y bes�ndonos a cada
momento, ocupamos nuestros lugares, y sent� que las luces de la ciudad ba�aban
mi cara, Yo me sent� muy juntita a el, su manos se posaba sobre mis rodillas,
sobre mis piernas, y entre ellas, al detenerse por la luz roja de un alto nos
bes�bamos ardientemente y su mano entraba palpando todo, yo lo permit�a abriendo
mis piernas. Por fin llegamos a un lugar, no lo identifique, otra vez acudi�
prontamente a abrirme la puerta, entrego las llaves del carro al valet parking y
entramos muy abrazados, nos dieron una mesa, confundidos entre la multitud, nos
abrazamos, sent� su boca posarse en la m�a.
Vamos a la barra por una cerveza, cuando estuvimos ah� el se
quedo tras de mi subi�ndome a un escal�n, mientras esper�bamos por las cervezas
me abraz� por detr�s, sent� su erecci�n, entre lo delgado de la tela de mi
vestido, entre mis nalgas, volv� mi cara y me recibi� con beso al que yo
correspond� con la boca abierta�. No espero mas, me dijo
---- Es hora de irnos mi reina��
---- Si, papito, yo tambi�n tengo mucho sue�o, la camita me
espera.
Nuevamente lo mismo, sus manos acariciando mi cuerpo, sus
besos , su deseo, yo me encontraba exacerbada de pasi�n, de deseo, loca,
deseosa, no era para menos. Cuando llegamos a casa se acerco a mi, me tomo entre
sus brazos, nos besamos, sent� sus manos, calientes, ardorosas, tocar mis tetas,
mi espalda�. Estaba tan deseosa, tan caliente, tan necesitada. Subimos a mi
cuarto, entramos, lo sent� deseoso, su mirada puesta sobre mi cuerpo.
Tendida sobre la cama, con los pies sobre la sabana blanca,
cerr� mis ojos y abr� mis piernas, Alberto parado frente a mi, mir�ndome, te
hinco entre mis piernas, y lami� mi pubis sobre mis peque�as bragas. Luego me
las retiro, yo alce mis caderas para facilitarle la maniobra.
----- Cari�o que hermosa eres, que rica te miras. Tanto
tiempo dese�ndote. Mir�ndote todos los d�as, muy cerca de mi pero a la vez tan
lejos.
Permanec� callada, animada por mi exagerado deseo. No pensaba
en otra cosa, sino en mi satisfacci�n, Ya sin calzones lami� el estomago, sent�
su aliento, lentamente bajo a mi bello p�bico, por fin abri� mis labios con su
lengua y la sent� en mi cl�toris. Lami�ndome bien rico, muy sabroso.
Acostada como estaba, se coloc� entre mis piernas, sent� sus
manos, su boca, recorrieron mis piernas, mis muslos, ambas manos tomaron los
labios de mi sexo y jugaron con el
---- Cari�o, tengo tentaci�n de algo, alcance a decir�..
---- Lo que tu desees mi reina. Hazlo o dime que deseas que
te haga.
No conteste, me sub� gateando, bese sus piernas y tome con
mis manos su rico pene, lo mir�, con mi mano descubr� el prepucio y percib� el
olor a macho caliente, lam� su cabeza, una y otra vez, luego la met� a mi boca,
disfrute del sabor a macho, con una mano me daba masaje en el cl�toris la otra
la ten�a ocupado en su hermoso pene. Que rica mamada, que sabroso pene.
Me cogi� por la cintura, me tendi� sobre la cama, abri� mis
piernas, y zassssss la coloco ah� en la entrada, y lentamente sent� como iba
entrando, tanto tiempo sin sentir una verga, rico. Hasta que entro, toda,
sabrosamente, ah� permaneci� un momento cogi�ndose de mis nalgas, disfrut�ndome,
satisfaciendo mis ansias, luego se movi� con un movimiento lento, agradable,
sabroso, rico, hasta que sent� mi orgasmo,
---- Hoo papito, que rico siento, que satisfacci�n me das.
----- Mi reinaaaaaa, que ricoooooooo, sabroso.
As� terminamos rendidos sudorosos, satisfechos. Sent� su
semen derramarse dentro de mi, y un beso sellaba nuestro pecado� Soy Margarita��
escr�banme sobre todo personas que conozcan de estos problemas�� me siento.