El grupo reunido como otras veces obten�a jugosos relatos y
an�cdotas de la vida de estas mujeres, tan liberalizadas de contarse las cosas
que le han sucedido o utilizando la muletilla de "le paso a una amiga", cuando
Clara cont� lo de Mar�a Emilia fue una de la veces que tuve que creerle que era
real, por conocerla a ambas.
M.E. es una chica de 21 a�os de edad, que en reuniones cont�
como "enamor�" a su padrastro utiliz�ndolo de goce desde sus 15 a�os hasta los
18 aproximadamente, buen cuerpo algo flaca, buena estudiante, su madre
divorciada y otras variantes la hac�an ver el sexo como un juego o diversi�n y
crey� sentirse enamorada de su actual pareja 10 a�os mayor que ella, quiz�s
buscando esa imagen paterna , su liberalidad no estaba en dudas, puede decirse
que es una an�cdota que muestra como algunas mujeres tienen disparadores en su
conducta que est�n en la ant�podas de las considerados normales.
Su cuerpo ya tenia las marcas del embarazo de m�s de cinco
meses, sus ganas de sexo con su marido no pod�an satisfacerse por estar viviendo
en la casa de la suegra, durmiendo dos o tres veces por semana en la misma pieza
con su cu�ado, el embarazo fue el efecto de dos a�os en pareja , no pod�a creer
estar sola en la ducha y ponerse los dedos en su vagina para sentir esa lujuria
perdida.
Al irse caminando al centro para cumplir con el mandato del
m�dico que deb�a caminar, se encontr� con su exprofesor quien hab�a sido el que
le dio las posibilidades de trabajo, el cual en su cara vio reflejada las ganas
de tirarse m�s de un lance, acepto la invitaci�n a tomar un caf�, sabiendo que
su marido desde que est� embarazada, no la cela, (no va a quedar embarazada de
otro) y m�s de una vez la encontr� sentada con amigos y conocidos , las
invitaciones que recibi� en otros momentos de su parte le parec�an absurdas y
las hab�a tomado en bromas, no paso mucho tiempo para que escuchara, una
proposici�n que la hizo aflojarse:
Si quieres te alquilo un departamento y sos mi amante?
Al mirarlo a los ojos se dio cuenta que lo estaba diciendo en
serio, eso no le extra�o, como las ganas de tener sexo que le vino , se sinti�
en un torrente arrastrada irremediablemente, esa persona no le importaba verla
embarazada y la avanzaba , ella que hab�a cre�do que estando gr�vida lo
importante solo era el bebe, dudaba de abandonar a su hombre para ser una
mantenida, pero record� su necesidad de sexo y esa era una oportunidad .
Sus palabras iniciaron el rito del apareamiento:
� Vamos a ver como nos llevamos?
Quedaron en encontrarse en media hora en una calle y lugar
determinado, tiempo para avisarle a su marido que iba a ver a una amiga a la
ciudad vecina (que no tiene tel�fono), subi� al auto , al entrar a la habitaci�n
del motel, sus ganas de sexo explotaron, lo desnudo al mismo tiempo que el lo
hac�a con ella, se puso en la cama en posici�n fetal, (su panza le dio miedo de
abrirse de piernas y entregarse), levanto su pierna y bajo sus cachas fue
entrando ese falo, mientras le abrazaba sus senos, sinti� el semen en sus
entra�as y acabo, escuchando sus propias palabras de !quiero m�s! , el sentado
sobre el borde y ella sobre su pene jugaban en el entre y saca con un frenes�
que al acabar nuevamente hundi� el falo hasta el tope de sus test�culos.
Se ducharon abrazados y ante el comentario de ella de que era
una puta total, el le dijo que no se castigara por ser una mujer sensual y
necesitada de cari�o, acarici�ndole la panza con jab�n meti� sus dedos en la
vagina, ella le tomo su falo que erecto era una barra irresistible que ella mam�
arrodillada en los toallones del establecimiento, al tragar su semen y
limpiarlo, imagin� a las embarazadas que se sacan fotos pornogr�ficas,
comprendi�ndolas un poco, es posible gozar el sexo, es posible sacarse esas
ganas.
No acepto la invitaci�n de ser una mantenida, pero
continuaron gozando de la infidelidad , con sexo en el embarazo, dos a tres
veces por semana.
No se animo a sacarse fotos haci�ndolo, pero tuvo ganas y
muchas m�s el �ltimo d�a de ese juego, terminado el s�ptimo mes de embarazo .
Ahora que pasaron ocho meses del nacimiento, sonr�e de cada
acto de infidelidad con el bombo, m�s cuando puede hacerse una escapada con su
amante y practicar poses normales.