Relato: Cobrando un a�o de gritos e insultos
La venganza es dulce, mas cuando se le demuestra a una mujer que no puede tratar mal a todo el mundo solo por tener dinero�
Empezare diciendo que tengo un a�o de trabajar como conserje en un edificio de apartamentos. Me gusta mi trabajo, la verdad los inquilinos son muy amables y educados por lo general al final de mes logro duplicar mi sueldo gracias a las propinas que me dan al ayudar en las compras o realizar alg�n favor especial de algunos de ellos, pero como en todo siempre hay un pelo en la sopa. Para mi esa piedrita es Do�a Raquel.
Una mujer de familia muy adinerada, nacida en cuna de oro y acostumbrada a que la gente tiene que hacer lo que ella diga, seg�n me entere en los pasillos su matrimonio fue producto de un �tierno amor� (sali� embarazada, pero al final perdi� el ni�o) y su familia le corto la ayuda econ�mica, su esposo es mayor por 10 a�os creo, es mucho mayor que ella y viaja muy seguido trabaja en el tema de la construcci�n.
Do�a Raquel es una mujer elegante, muy atractiva, esbelta de pechos grandes y unas nalgas encantadoras, pero de un genio de los mil demonios. Siempre me trata con gritos y burlas, en general me trata como un perro. Esa situaci�n siempre me hab�a incomodado, pero hace un mes llego a su l�mite, el s�bado por la ma�ana como siempre fui de compras y al entrar a su apartamento para dejar los alimentos me tropec� y deje caer los huevos sobre la alfombra, ella estaba en la cocina y al ver lo que paso me lanzo una sart�n que me dio en la espalda por un movimiento que hice sino me mata, continuaron los acostumbrados gritos e insultos y comenz� a darme con un peri�dico que encontr� en la sala, como pude sal� corriendo del apartamento porque no aguantaba tantos golpes.
Como su esposo estaba de viaje, esa misma noche sali� con unas amigas, yo estaba parado en la puerta y ella ni siquiera me mir� mucho menos me pidi� perd�n, como si para la Reyna yo era un simple sirviente, eso me calent� el alma. Esa noche me quede cubriendo una horas al guardia del edificio, yo necesitaba dinero extra y �l ten�a una cita con una chica, un favor de amigos.
Ya entrada la noche lleg� Do�a Raquel, yo hab�a cerrado la puerta y por lo borracha que ven�a no la pod�a abrir, as� que me levante de mi puesto de guardia y le abr� la puerta, sin decir nada me tir� la cartera y el abrigo que llevaba y continu� caminando, me quede parado con las cosas en la mano como esperando una explicaci�n, cuando ella me grito �te tengo que ir a traer de la mano para que me lleves las cosas a mi apartamento, est�pido� y se subi� al ascensor. Cerr� la puerta del edificio y me fui a su apartamento por las escaleras, necesitaba quitarme la c�lera que sent�a.
Cuando llegue a su apartamento la puerta estaba semi abierta, al entrar la vi acostada boca abajo en el sill�n de la sala, con un brazo y una pierna en el suelo, como si se hubiese tirado de la borrachera que tra�a, se le miraba su lindo trasero, ese par de nalgas que fueron objeto de mi imaginaci�n muchas veces, al acercarme m�s note la tanga blanca que tra�a puesta, me puse a mil, eso me calent� much�simo, as� que regrese a la puerta y la cerre con llave ....
Al regresar donde ella, y para no tener problemas le grite � Do�a Raquel sus cosas� sin tener ninguna respuesta, luego me acerque y le puse mi mano en sus nalgas y la toque como queri�ndola despertar y nueva mente le grite � Do�a Raquel sus cosas� pero no tuve mas que un balbuceo sin sentido.
Viendo que estaba a mi merced, decid� cobrarme un a�o de gritos e insultos con su cuerpo, me quite la ropa quedando desnudo, mi chile estaba a mil la miraba una y otra vez ah�, recostada en el sill�n, indefensa, calladita toda para mi. Le comenc� a masajear sus nalgas subi�ndole la falta que llevaba para ver ese pedazo de tanga blanca que se perd�a entre sus nalgas, con mi dedo le empece a rozar la raya del culo y le meti un par de dedos en su vagina estaba mojadita (no se si la puta hab�a cojido con alguien antes de llegar al edificio, pero estaba mojadita), le met�a los dedos una y otra vez sin que ella se moviera siquiera.
Como pude le quite todo el vestido de noche que tra�a puesto, dej�ndola con el sosten y la tanga, la tire al suelo y empece a besarle los pechos encima del sosten, note que empez� hacer gestos de placer con su cara, asi que le meti de nuevo los dedos en su panochita, yo no aguantaba mi verga, estaba colorada y caliente pero no se la iba a meter todav�a quer�a disfrutarla�
Le quite la tanga y me dispuse a comerle las mieles de su vagina, estaba saladita, con mis manos acariciaba sus pechos, ese par de monumentos, firmes y de un buen tama�o, ella empez� a gemir pero sin moverse, continu� succionando sus mieles hasta que sent� como su cuerpo tembl� de placer acompa�ado de unos gemidos ya en ese momento sus manos estaban sobre las mias en sus pechos, hab�a tenido su primer orgasmo.
Subi y le quite el sosten, aquel par de pechos saltaron como queriendo estar libres, tenia los pezones paraditos y duros, se los empec� a lamer uno a uno, ella me ara�aba la espalda y entre gemidos me dec�a �. basta ya no siga por favor�.. pero no pod�a dejar de lamer esos pezones, pero ya no aguantaba mi verga, estaba que no la resist�a de lo tieza que estaba.
Me acomod� y se la deje ir de un solo, ella se arqueo y se mord�a los labios, cuando empece a bombearla con fuerza sent� como sus manos me tomaban de los brazos y con la voz entrecortada me dec�a � basta por favor d�jeme, por favor, no mas�. �. Usted no es mi esposo su�lteme, por favor� esas palabras mas me calentaban y mas duro la bombeaba hasta que empez� a llorar, la estaba haciendo m�a, cuando sent� que me iva a venir le saque la verga de su vagina y termine en su cara�
Fue el mejor sexo de mi vida, al terminar ella se acurruco en un costado del sill�n pero siempre en el piso, con los ojos cerrados y llorando, con mi celular le tome un par de fotos y me fui..
A la ma�ana siguiente ella sali� con una blusa de seda escotada y sin sost�n, que dejaba ver la figura de sus pezones, una falta larga pero bien ce�ida con unos tacones altos, unos lentes oscuros y un sombreros grande, al verla y recordar la noche anterior me puse a mil y como puede disimule mi erecci�n, me sent� con miedo, porque pens� que me iba a denunciar pero no, paso a mi lado como si nada, pero ahora con una peque�a sonrisa.
Espero con ansias volver a repetir esa noche, pero esta vez le partir� el culo�.