Esta historia ocurri� hace un mes, durante mis vacaciones.
Estaba pasando quince d�as de vacaciones en la playa, cuando llevaba all� quince
d�as, aparecieron mi mejor amigo. Manuel, acompa�ado de su esposa Carmen. Yo
estaba en la piscina, cuando me top� con ellos y me dijeron que hab�a alquilado
un apartamento por una semana.
Estupendo, pens� para mi, la verdad es que no me lo estaba
pasando muy bien, as� que pense que con su compa��a, las vacaciones se animar�an
un poco, lo que todav�a no pod�a imaginar, es que acabar�a haciendo el amor con
la mujer de mi mejor amigo.
Los d�as los pas�bamos en la playa, y por las noches �bamos a
cenar , tomar algunas copas en las terrazas de verano. Yo hab�a empezado a notar
que Carmen se mostraba muy cari�osa conmigo, no le daba importancia, al fin y al
cabo, �ramos buenos amigos.
Pero a partir del tercer d�a, todo empez� a cambiar, ella se
fijaba mucho en mi, y cuando la sorprend�a mir�ndome, r�pidamente desviaba la
mirada disimulando. Por mi cabeza pas� la idea de que quiz�s , se sintiera
atra�da por mi, idea que desech� totalmente, hasta que durante un ba�o en el mar
y mientras jug�bamos con las olas, not� que Carmen, siempre buscaba rozar su
cuerpo con el m�o.
Cuando quise darme cuenta, me encontraba totalmente cachando
y mi miembro en plena erecci�n. Ella no era una mujer llamativa, ten�a poco
pecho, piernas largas pero nada excepcionales...., en definitiva una mujer de
las que no llaman la atenci�n, pero hab�a algo en ella que la hac�a muy
atractiva.
Desde que la conoc�a, nunca me hab�a planteado ni siquiera
una fantas�a con ella, pero ahora, mi cuerpo ped�a unirse al de ella, no
estend�a bien por que raz�n, pero deseaba poseerla, al tiempo que la raz�n me
dec�a que lo olvidara, que era una amiga y la esposa de mi mejor amigo.
A duras penas consegu� desterrar la idea de mi cabeza, pero
esa mientras esperaba por ellos para ir a cenar y al verla aparecer, volvi a
arder en deseos de hacerla m�a. No se c�mo , pero esa noche me pareci� mas
hermosa que nunca. Luc�a una traje r�jo muy escotado, y tan corto, que hac�a que
sus piernas parecieran interminables. Permanec� mir�ndola atontado, ella se dio
cuenta y me sonri� p�caramente.
Durante la cena ,nuestras miradas se cruzaban, mientras me
imaginaba como podr�a conseguir tenerla aunque solo fuera por una noche.
Terminada la cena, Manuel dijo sentirse cansado, que el prefer�a irse a dormir,y
que si nosotros quer�amos, pod�amos seguir aprovechando la noche.
Nos despedimos de el, luego Carmen me pidi� que di�ramos un
paseo por la playa, acept�. Estuvimos caminando como una hora hasta que llegamos
a un lugar apartado, pero donde hab�a una gran cantidad de hamacas donde
sentarse a charlar. Estabamos totalmente solos.
Carmen intent� decirme algo, pero sin pens�rmelo, la
interrump� plant�ndole un beso en los labios. Ella inmediatamente respondi�
rode�ndome con sus brazos y ofreci�ndome toda su boca.
Estuvimos durante un largo rato bes�ndonos, hasta que ella se
apart� de mi, y poco a poco se fue desnudando, hasta quedar solo, con un
diminuto tanga de bikini. Luego se acerc� hasta mi, y empezo a desnudarme,
mientras besaba cada parte de mi piel que quedaba al descubierto.
Cuando me tuvo totalmente desnudo y con mi miembro
apunt�ndola deseoso de gozar de ella, se tumb� en una de las hamacas y me orden�
que la penetrara.
No me hice de rogar, me puse frente a ella, separ� sus
piernas y coloque mi polla a la entrada de su sexo. Ella me rode� con sus
piernas, tir� de mi y la penetr� de un solo golpe. Un t�mido grito salido de su
interior, hizo que me pusiera a mil. La bes� mientra empezaba a penetrarla
lentamente, recorriendo todo su sexo desde la entrada hasta lo m�s profundo.
Que inmenso placer me produc�a estar dentro de ella, sentir
su calor, oir sus gemidos, saborear su boca, sus pechos, y sentir como sus
piernas me aprisionaban impidiendo que dejara de penetrarla.
En seguida, lleg� su primer orgasmo, en una mezcla de sonrisa
y expresi�n de lascivia, me pidi� mas. Aceler� el ritmo de las embestidas y ella
el volumen de sus gemidos, me costaba concentrarme para no correrme y poder
darle todo el placer que me solicitaba.
Por segunda vez, volvi� a estremecerse bajo mi cuerpo,
mientras yo continuaba bombeando, extasiado por el placer y luchando por no
abandonarme a el, hasta que ella me lo pidiera.
As� permanecimos durante largo tiempo, hasta que despu�s de
un largo suspiro, me pidi� que parara, me bes� y al o�do me agradeci� todo el
placer que le hab�a dado.
Sal� de su interior, mi polla estaba a punto de estallar,
Carmen la cogi� entre sus manos con mucho cari�o, y luego dirigi� su boca hasta
ella.
Poco a poco se la meti� en la boca, y empez� una apasionada
mamada, al tiempo que masajeaba mis test�culos. Yo no pod�a aguantar m�s, y
acab� llen�ndole su boca con todo mi semen, para luego caer rendido sobre la
arena. Despu�s de un peque�o descanso, nos dimos un chapuz�n a la luz de la
luna, luego elle volvi� junto a su marido y yo a mi soledad.
Nunca hemos vuelto a hacerlo, y nuestra amistad ahora es
mucho mas fuerte.