Relato: SOLO UN BESO SOLO UN BESO
Siempre me supe diferente desde peque�a, aunque quisiera ocultarlo, o ser como todas.
Mis padres, como a todas las ni�as, sol�an regalarme juguetes para mujercitas aunque a m� no me llamaban la atenci�n.
Mi hermana mayor, me lleva un a�o, se pasaba el d�a entero jugando a ser mam�, con su cocinita, con sus sartencitos preparaba comiditas imaginarias, tom�bamos aire fingiendo que era te calentito, ten�a a �peluco� un beb� panz�n que lloraba si le sacabas el chupete y que no dejaba en ning�n momento, en su mundo de ni�a imaginaba que le dol�a la panza, que no se pod�a dormir, que lo llevaba al m�dico, y esto y lo otro en un mundo de fantas�a.
Los fines de semana nos junt�bamos con otras nenas vecinas y hac�amos grandes jornadas de ni�as, muchas veces le rob�bamos los zapatos a mam� y jug�bamos a ser grandes.
Pero yo no me divert�a en ese mundo, me aburr�a, yo sent�a una atracci�n especial a mi hermano menor, Lucas, y hacia el universo masculino, suspiraba atr�s de la pelota de f�tbol y cuando pod�a me escapaba hasta el predio donde se juntaban a patear un rato, era feliz con ellos, aunque raramente me dejaban jugar por ser mujer, solamente si la fortuna hac�a que fueran un n�mero impar y me necesitaran para cubrir un hueco, que bien me sent�a! y no me importaba volver magullada, � raspada, me sent�a parte de ese mundo.
M�s de una vez mam� ven�a a buscarme y me llevaba de los pelos a casa tild�ndome de �marimacho� y me pon�a en el rinc�n para que se me quiten esas ideas.
Fui creciendo y mi lado masculino se fue acentuando cada vez m�s, sol�a espiar a pap� o a Lucas cuando se ba�aban, era muy discreta y miraba encantada eso que ellos ten�an entre las piernas y a m� me faltaba, muchas veces, en la soledad de mi cuarto tomaba varias medias y haci�ndolas un ovillo las colaba bajo mi bombacha, ah� adelante, d�ndole la forma justa.
Luego me miraba al espejo y me gustaba verme as�, aunque sab�a que nunca tendr�a �eso� que quer�a tener.
Descubrirme como mujer fue muy angustiante, llor� mucho con mi primera menstruaci�n y el nacimiento de mis pechos fue algo que no pude evitar, al principio trataba de ocultarlos encorv�ndome, pero para m� desgracia crecieron demasiado, en mi familia somos mujeres de grandes senos�
Y tuve que ser mujer a la fuerza, porque los varones y las mujeres de mi edad sospechaban, por mis actitudes, por m� caminar, por mis amistades, por mi hablar, not� que empezaba a quedarme sola y murmuraban a mis espaldas, as� que quise ser lo que la sociedad me impon�a que sea, MUJER!
Pero los varones no me atra�an y siempre ten�a un pretexto para evitarlos�
Claire ser�a la mujer a la que le robar�a mi primer beso, ese beso que jam�s se olvida�
Era una vecina nueva que hab�a llegado al barrio, ten�a diecisiete a�os, uno m�s que yo y no sab�a nada acerca de m�, me gust� apenas la conoc� y abr� mi coraz�n hacia ella, nos hicimos compa�eras primero, amigas despu�s y �ramos muy confidentes.
Claire ten�a un complejo con su f�sico, una obsesi�n con su grasa abdominal, una joven que ser�a obesa en corto tiempo, por lo que se cuidaba demasiado para no pasar del l�mite.
As� hab�amos emprendido rutinas de entrenamiento, todas las tardes, cuando ca�a el sol �bamos a correr a una plaza cercana, siempre usaba un conjunto de calzas negras que deleitaban mis ojos, las curvas de sus amplias caderas me excitaban, aunque yo lo mantuviera en secreto. Por mi parte, me sent�a un tanto molesta porque mis grandes senos se mostraban muy saltarines con los trotes, pero con ella hubiera ido hasta el fin del mundo.
Siempre trot�bamos cerca de una hora y despu�s nos tir�bamos sobre el c�sped a hacer abdominales, tantas como ella quisiera, muchas veces no pod�a seguirle el ritmo y simplemente me quedaba observ�ndola.
Claire se hab�a puesto de novia con un chico mayor, del colegio, y me contaba en confianza todas las cositas que necesitaba contar, yo la escuchaba con atenci�n, pero �ntimamente lamentaba lo bien que la pasaba, me daba cuenta que ella sent�a por �l lo que yo sent�a por ella, hablaba de �l como yo hablar�a de ella, solo pensaba en �l como solo yo pensaba en ella.
Cuando miraba sus ojos pod�a notar como lo miraba a �l, note que era la misma forma en que yo la miraba a ella, y not� que jam�s me hubiera mirado a m� de esa forma.
Me clavaba pu�ales en el coraz�n, me angustiaba demasiado, lloraba en la oscuridad y cerraba ese amor en el cofre de mi coraz�n, lo ataba fuerte con cadenas, lo ocultaba y al d�a siguiente volv�a a ser la mujer que todos quer�an que fuera.
Una tarde de oto�o corr�amos como de costumbre, ella estaba demasiado callada ese d�a, como encerrada en sus pensamientos, cuando comenzamos con la rutina de abdominales ella rompi� en llanto, su novio la hab�a dejado por otra chica, estaba destruida, trat� de consolarla, acariciaba su cabello y mis l�grimas rodaban por mis mejillas, no soportaba verla con el coraz�n roto, no ten�a consuelo y mis palabras no eran suficientes.
Fue entonces que cambi� de t�ctica, comenc� a hacerle cosquillas en el vientre y ella empez� a retorcerse, segu�, empez� a re�r y avanc� sobre ella, como peleando a ver qui�n ten�a m�s fuerza me sub� sobre ella y sujet� sus manos, contemple bello rostro a�n h�medo por las l�grimas derramadas, el viento arremolinaba las hojas secas en nuestro alrededor�
Sin m�s, me inclin� sobre ella y apoy� mis labios contra los suyos, sent� su humedad, su delicada piel, ella me esquiv� sorprendida y recrimin�:
- Par� nena! qu� te pasa?
Pero volv� a la carga decidida, con fuerza, esta vez met� la lengua en su boca para ir en busca de la suya, sent� su hermoso sabor, fueron los segundos m�s hermosos que recuerde�
Claire reaccion� tir�ndome a un costado y mientras escup�a con asco recrimin�:
- Pero qu� te pasa? est�s loca?
Supe que hab�a dado un paso en falso, volvimos a nuestros domicilios en silencio, cada una encerrada en sus pensamientos�
Pero esa noche ser�a m�a, luego de cenar nos acostamos, aun compart�a el cuarto con mi hermana as� que esper� pacientemente en la oscuridad hasta sentirla roncar, siempre roncaba, mis ojos estaban bien abiertos mirando el negro del cuarto, entonces empec� a besar mi mano, imaginando que besaba a ella y ella me correspond�a, devolv�a mis besos y mordisqueaba mis labios, me dec�a que me amaba, que al fin me hab�a decidido a declarar sus sentimientos, nos revolc�bamos en la plaza, en el c�sped, las fr�giles hojas cruj�an bajo nuestro peso, las yemas de mis dedos acariciaban su rostro y secaba las �ltimas l�grimas por ese amor perdido, mis manos trajeron paz a su alma desplaz�ndose por los largos rulos de su cabellera.
Mis pezones estaban duros bajo mi corta remera, ensaliv� mis dedos y los conduje hacia ellos, acarici� mis enormes pechos, como si ella me los estuviera acariciando, imagin� sus rosados y suaves pezones acariciando los m�os, le daba a mis botoncitos peque�os pellizcos como si fueran sus labios que jugaran con ellos, sent�a mi vagina mojarse y mi cl�toris hincharse, todo era muy real en mi mente, ahora yo la ten�a de espaldas contra el c�sped, sus peque�as tetas se hund�an en su pecho, respiraba excitada, el fr�o de la noche hac�a erizar sus pezones, pasaba mi lengua en ellos, sab�an sabrosos, Claire rogaba porque no parara, quer�a que la hiciera suya, le preguntaba si me amaba, le dec�a que me repitiera una y otra vez y mis o�dos se llenaban con sus dulces palabras
- Te amo, te amo mi dulce amiga, te amo como nunca am� a nadie�
Paso una mano por mi abdomen, como si fuera su mano, vuelvo a besar la otra, como si fueran sus labios, imagino la fragancia de su perfume en mi nariz, giro sobre el colch�n, me pongo boca abajo, la mano que est� sobre mi abdomen recorre ahora el el�stico de mi bombacha, bajo lentamente, llego a los bellos de mi vagina, los acaricio suavemente, me enciendo como una braza, cierro los ojos con fuerza, Claire y yo nos hemos desnudado en el parque, no hay nadie, apenas la luz de una farola entrecorta nuestras siluetas, toco los labios de mi amada, su vagina es regordeta, impregnada en flujos, la apoya contra la m�a, nos refregamos calientes, mi cl�toris hinchado recibe el excitante roce del suyo, es exquisito.
Mientras esas im�genes se suceden en mi cabeza, mis dedos han ido m�s abajo todav�a, comprimiendo el cl�toris y acarici�ndolo con firmeza, no pude m�s, mi cuerpo se contrajo una y otra vez, apret� con fuerzas mis labios, una oleada org�smica invadi� mi ser, fue maravilloso�
No ten�a noci�n completa de lo que suced�a, ten�a dudas si algunos gemidos hab�an escapado o era solo mi imaginaci�n, sea como fuere la tos de mi hermana me puso en alerta, tal vez la hab�a despertado, tal vez era solo coincidencia, la sent� balbucear algunas palabras incongruentes y rechinar los dientes, luego acomodarse en la cama para que reinara el silencio nuevamente.
A�n no estaba satisfecha, Claire segu�a en mi mente, a�n est�bamos sobre la hierba, a�n lat�an nuestros corazones con fuerza, baj� mi bombacha y me puse de costado en mi lecho, otra vez llev� la mano a mi conchita, solo que ahora met� dos dedos en ella, hasta el fondo como si se los hubiera metido en la suya, como si ella los hubiera metido en la m�a.
Jugaba en mi sexo, acariciando mi interior, rasg�ndome son ternura, me imaginaba lamiendo su vagina, besando sus labios, probando su sabor, sacaba los dedos de mi agujero y me los met�a en la boca, hasta la garganta, jugaba a que mi flujo era su flujo, sab�a exquisito.
Al poco tiempo cataratas de peque�os orgasmos invad�an mi cuerpo, no pod�a detenerme�
Mientras no dejaba de jugar en lo profundo de mi ser, abr� un poco mis piernas y llev� mis dedos mojados por detr�s, llegu� a mi esf�nter, jugu� con �l, lo acarici� dando vueltas en derredor, como si pasara mi dedo por el borde de una copa, una y otra vez, una y otra vez, dec�a para m� misma
- Dale mi amor! mi culo es tuyo, no me hagas desear!
Porque ahora era Claire la que me avanzaba y me com�a, al fin met� solo la primera falange en mi huequito trasero, como si fuera su lengua, entrando y saliendo, entrando y saliendo, hasta quedar exhausta.
Cuando volvi� la calma mi cuerpo a�n temblaba, acomod� mi bombacha y baj� la remera ocultando mis grandes tetas, r�pidamente me qued� dormida.
Al d�a siguiente las cosas no ser�an como en mis sue�os, Claire acostumbraba a pasar por mi casa ya que quedaba de paso hacia el parque, pero extra�amente se hab�a retrasado, y ella era bastante puntual, as� que media hora despu�s la contact� por whatsapp y me dijo que estaba descompuesta, que la perdone pero que no ir�a a correr, le pregunt� si podr�a ir a hacerle compa��a, pero me dijo que no me preocupara, que pronto estar�a bien.
Esa descompostura dur� una semana y ante mi insistencia volvimos a juntarnos en el parque, not� su fr�o hacia m�, su distancia, me di cuenta que estaba ah� por compromiso, que algo se hab�a roto entre nosotras, que yo hab�a cruzado los l�mites, as� que cuando hac�amos abdominales romp� el silencio
- Claire, sobre lo de la otra noche�
- Est� bien, ya lo he olvidado�
- No� es que yo necesito que sepas�
- Esc�chame vos a mi, yo te quiero, pero como amiga, yo no puedo ofrecerte amor, no te juzgo, pero comprende que soy mujer y no me gustan las mujeres�
La realidad marcar�a que ya en verdad Claire no me aceptar�a ni como amiga, al poco tiempo dejar�amos de correr juntas, me invent� un problema en una de sus rodillas por lo cual el m�dico le habr�a prohibido correr, no dije nada, poco a poco dejamos de vernos, dos meses despu�s terminar�a mis contactos con ella. De casualidad pas� con mi hermana caminando por la plaza, Claire estaba corriendo con una nueva compa�era, una gordita de cabello corto.
Cruzamos las miradas, se encontr� sorprendida, sonre�, corr� mi vista de ella, era mi pasado�
Si bien a Claire solo le rob� un beso, y lo dem�s fue solo producto de mi imaginaci�n, fue suficiente para asumirme como soy y saber por qu� lado de la vereda caminar�a el resto de mis d�as�
La historia que terminas de leer es ficticia
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Relato: SOLO UN BESO
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