Lunes 12:
Cada vez voy bajando m�s en la escala de la humillaci�n y
de mi amor por ella. Y del placer a�adido, para qu� nos vamos a enga�ar. Ella
se ha adue�ado de m� con mi anuencia, con mi pl�cet, y los dos disfrutamos de
la situaci�n.
Todo empez� aquel d�a en el que me at� a los barrotes de la
cama. Jugando, claro. Yo siempre hab�a ejercido con ella el papel de dominante
porque mi fuerte personalidad se hab�a impuesto, de forma natural, a sus modos
cari�osos, tiernos y sumisos. Sin saberlo, ejerc�amos el papel de amo y de
esclava, aunque de una forma edulcorada, ligth.
As� es que cuando aquella noche, despu�s de follar varias
veces y al ver que el cansancio hacia mella en mi polla, ella me dijo que le
gustar�a atarme a la cama, no puse inconvenientes, me dej�, asent�, porque
despu�s de todo era excitante eso de pasar al otro lado, de cruzar al otro
lado del espejo.
Ella me at� entonces con pa�uelos a los barrotes de la
cama, me meti� sus braguitas en la boca y me las aprision� con otro pa�uelo
atado a mi nuca. Luego se encabalg� sobre mi barriguita y comenz� a rozarme
los pezones con las yemas de los dedos, pues sab�a que los ten�a muy
sensibles, con el fin de excitarme, de ponerme la polla dura y poder as�
clavarse de nuevo. Sin embargo, no lo consegu�a con la suficiente dureza como
para volver a penetrarse y por mucho que se esforzaba no consegu�a que se
mantuviera firme. Llevamos ya tres polvos, creo recordar y costaba. Pero fue
entonces cuando sonr�o y me dijo que si yo no "funcionaba" tendr�a que
recurrir a un chico de la oficina en la que trabajaba, que no dejaba de
mirarla y de proponerle cosas con la mirada. Lo dijo de broma, claro, pero
algo not� en m�. En mi polla, porque insisti� en lo del chico y me dijo que le
gustar�a saber c�mo follaba, si era un buen macho y que le gustar�a tir�rselo.
"Con mi permiso, por supuesto", me aclar�.
Yo dije que no, dando cabezazos.
- �Y entonces por qu� tu polla se ha puesto dura? �me dijo.
Era verdad. Estaba dura, muy dura, pero yo segu�a negando
con la cabeza.
- Tu polla est� m�s dura a�n �me dijo.
Y yo negu� con la cabeza.
- As� es que te gusta ser cornudo. �Vaya!, no me esperaba
eso de ti, pero me viene de perlas �me dijo
Y yo negando con la cabeza, dando cabezazos.
- S�, t� di que no, pero ella dice que s� y con mucha
fuerza, parece que tu polla me grita que te haga cornudo.
Y yo negando con la cabeza, pero mintiendo: Mi polla me
dejaba como un mentiroso y ya con ella muy dura, echamos un polvo bestial.
Aquella noche no paso nada m�s, ella call�, no volvi� a recordarme nada pero
poco a poco he pasado de macho dominante a cornudo sumiso. Y tan feliz, porque
desde entonces ella se ha ido apoderando de m�, volvi�ndome consentidor y con
gusto, porque no ha cejado hasta convertirme en un cornudo que suspira y
suplica todos los d�as serlo.
Mi�rcoles 14:
Ayer fuimos a un Club de Intercambio y cuando llegamos y
anduvimos por la barra, ella se sent� en una butaca alta, me coloc� a m� entre
sus muslos d�ndole la espalda, y se puso a rozarme los pezones bajo el polo
con las yemas de sus dedos hasta que los noto erectos, sinti� mi pito duro y
entonces le hizo gui�os a un t�o para que se acercara.
- Dile que eres mi novio y que quieres que me folle
Y cuando estuvo frente a nosotros, frente a m�, le dije que
era el novio de ella, su novio cornudo y que le suplicaba que se la follara,
porque me gustaba mucho ser cornudo y que ella me humillara.
Pero esto para mi es normal desde que me sorprendi�
excitado, con el pito duro, despu�s de decirme que le gustaba un compa�ero de
oficina. Desde entonces esto es normal en mi vida, porque despu�s de aquello,
ella fue excavando m�s y m�s en mis deseos ocultos y se fue apoderando de m�
casi sin darme cuenta. Porque despu�s de sorprenderme con el pito duro, un d�a
llegu� a su casa por la noche, abr� la puerta con la llave que ella me hab�a
dado y no la encontr� en la sala de estar que se ve nada m�s cruzar la puerta
de la calle. Mire a la derecha, en la cocina, pero tampoco estaba. Fui hasta
el fondo de la sala, busqu� el pasillo al final, a la izquierda que conduce a
su cuarto y all� si o� murmullos. El pasillo que conduce a su habitaci�n es
largo y en medio, m�s o menos, se encuentra el cuarto d ba�o y despu�s una
peque�a habitaci�n, dormitorio de los ni�os. Pas� ambas puertas y me acerqu� a
la de su dormitorio que estaba entreabierta. Y la vi sobre su cama follando
apasionada con un t�o, con el compa�ero de trabajo, supongo. Me entr� algo as�
como un dolor en el pecho, por los celos, y un hormigueo en mis partes que me
puso el pito duro, sobre todo despu�s de comprobar que era ella la que se lo
follaba a �l.
Me baj� los pantalones y me masturb�, aunque no mucho
porque de pronto se abri� la puerta del todo y apareci� ella. Me cogi� del
cuello y me llev� dando traspi�s debido a mis pantalones ca�dos, a los pies de
la cama en la que estaba su macho.
- Este es el cornudo de mi novio �le dijo a �l.
- Y este es mi macho, el que me hace gozar, el que me gusta
y el que me trata como la mujer que soy y me merezco, porque mientras t� me
das cari�o y ternura, �l me hace mujer al comportarse como un macho y al
hacerme sentir como una verdadera hembra �me dijo a m�,
Luego me mir� el pito duro, sonr�o y me dio una hostia que
me volteo la cara.
- Arrod�llate �me dijo
Y lo hice.
- Y que sea la �ltima vez que al verme follar con otro no
te arrodillas.
Y me dio otra hostia con la otra mano.
- Y ahora, mira y disfruta
Y se abraz� de nuevo a su macho en la cama y se dispuso a
foll�rselo, porque es ella la que se los folla, la que les mete mano, la que
se monta sobre ellos y la que se mueve desenfrenada cabalg�ndolos o
espole�ndolos con sus talones en las caderas y en el culo, para que aceleren
el ritmo, si es ella la que est� de bajo. Antes fue mi esclava, la que me
esperaba desnuda a cuatro patas en el sal�n de la casa moviendo el culito en
c�rculos como una perra en celo, mientras me dec�a: "Soy tuya, golfo, haz
conmigo lo que quieras". Ahora se ha hecho due�a de m�. Por completo. Y con mi
consentimiento, porque cada vez voy a m�s en mi amor y sumisi�n a ella.
Jueves 15
Ayer me oblig� a rehacer y rehacer la cama, a que alisara
las arrugas, estirara las s�banas y las doblara correctamente.
Esta noche viene mi macho �me dijo con un moh�n-, y
follaremos en tu cama, en nuestra cama, para humillarte m�s, mientras que t�
pasas la noche en la alfombra o en sill�n, viendo como dormimos abrazados y �l
deja su polla toda la noche dentro de ni co�o, dentro de m�, como dos
enamorados.
S�bado 17
Ella me ha dicho esta tarde que lo que m�s le gusta y
excita de m� es que cuando me humilla se me pone el pito duro. Y que eso la
hace enloquecer, casi sin tocarse, sin acariciarse. S�lo ver que el pito se me
pone duro cuando me humilla, la hace correrse de gusto o excitarse. Quiz�s sea
por eso por lo que cuando estaba sentada en el sof� y yo me encontraba sentado
en el suelo entre sus pies, con mi cabeza apoyada en su regazo, cerca muy
cerca de las braguitas que traslucen su sexo, ha acercado su cara a mi cara,
ha sonre�do y me ha besado en los labios con una ternura infinita, como suele
hacer cuando quiere que le haga el amor, cuando me permite por fin que la
penetre y le d� placer con mi pito. Y me he puesto muy contento, sobre todo
cuando me ha cogido de la mano y me ha llevado a nuestro dormitorio, a nuestra
cama.
Pero all� me he quedado pasmado porque ella ha sacado un
pene de pl�stico hueco, lo ha atado a mi cintura y ha metido en �l mi pito,
por lo que cuando poco despu�s la he penetrado y me he movido en el habitual
metisaca para darle a ella placer, yo no he sentido ninguno porque el pene de
pl�stico que cubre mi pito me impide el roce, el sentirla y la caricia. Y as�
la he follado, le he hecho el amor hasta que he conseguido que ella se
corriera. Luego me ha llamado a sus brazos, me ha apretado fuerte entre ellos
y me ha tenido as�, abrazada a ella, mientras me besaba y me consolaba por no
haber podido gozar.
- S�lo puedes met�rmela cuando antes me haya follado antes
otro macho �me ha dicho al odio para consolarme-- Ya lo sabes, cari�o, y no
pongas esa cara porque eres consciente de que s�lo puedes follar sobre mojado,
sobre lo que otro hombre ha follado previamente. Es tu sino.
As� que he tenido que llamar a su amante, suplicarle que
venga a follarla con el fin de poder meterla yo luego, una vez follada y poder
as� gozar de mi mujer, la hembra que me quita el sue�o y me tiene dominado,
sumiso y cornudo. Y feliz.
Y luego he volcado este diario, como todos los d�as, en la p�gina web que
ella me oblig� a crear en
para exponer en p�blico a todo el mundo su
poder sobre mi y mi humillaci�n permanente a ella.