DE COMPRAS
La pareja de amigos empieza a estar tan arrepentida como
aterrorizada.
El chico - que responde al nombre de �l - ha pasado a buscar
a la chica � que llamaremos Ella � para ir de compras. Ella, una chica de
familia bien, de 1,75m de alto, pelo casta�o, fino y liso y media melena de
largo, lo esperaba deseosa de poder empezar a tirar de la tarjeta de cr�dito que
su papi le ha llenado, como cada final de mes.
Ambos tienen 22 a�os.
Ambos son buenos amigos.
Y nada m�s.
Ambos han entrado en una tienda de un centro comercial.
Es tarde. Est�n a punto de cerrar.
Ella ha decidido, para divertirse un rato, meterse una pieza
de ropa interior dentro de sus pantalones. Nada anormal si no fuera porque las
ha metido arrugadas y con la intenci�n de llev�rselas sin pagar.
�l ha re�do la ocurrencia de Ella.
Arrepentidos porque el guarda de seguridad � al que
llamaremos Hombre - la ha pillado de lleno cuando iba a salir de la tienda.
Aterrorizados porque el Hombre le pide a Ella que se baje los
pantalones.
Los dos se niegan a acceder a semejante idea.
El Hombre, un expolic�a retirado del cuerpo, ha observado
fijamente a la chica nada m�s entrar. No por su pinta sospechosa, sino por lo
bien buena que est�.
El Hombre y el Joven � dependiente de la tienda donde han
entrado �l y Ella � se miran entre ellos.
�l ya no r�e.
El Joven se separa del grupo y cierra la persiana del
recinto.
Nadie puede verles desde fuera.
El Joven le pregunta al Hombre si debe llamar la polic�a o
a�n no.
Por la cabeza de Ella pasan muchas cosas, pero la principal
es su padre. Un personaje p�blico lanzado a una carrera pol�tica imparable. En
su cabeza resuena las veces que su padre les ha inculcado a Ella y a su hermano
lo importante que es mantener impecable la imagen p�blica de la familia. Una
imagen de la que depende el alto ritmo de vida que llevan todos. En pocas
palabras, el padre ha comprado la vida p�blica de toda la familia. Ahora ella
est� a punto de echarlo todo a perder.
Mientras Ella da vueltas a su cabeza el Hombre vuelve a
insistir en lo de los pantalones.
�l sigue preguntando si est�n locos o simplemente son as� de
imb�ciles.
Sin que �l sepa bien bien porqu�, Ella empieza a
desabrocharse el bot�n de los pantalones.
A�n entiende menos cuando ella deja que, desliz�ndose por sus
largas y depiladas piernas, los pantalones caigan a sus pies.
�l, igual que el Hombre y el Joven, no puede evitar que sus
ojos se vayan a la entrepierna de Ella. �l siempre hab�a so�ado con verla as�.
Nunca se la ha dicho, pero �l la quiere, la ama y la desea. Muchas han sido las
noches que �l se ha masturbado pensando en Ella.
Alucinado, �l ni siquiera ve caer la prueba del delito: un
tanga negro. Otro tanga copa toda su atenci�n: el que lleva Ella.
Es un tanga de color rosa p�lido. Suficientemente
transparente como para poder entrever los pelillos de su co�o a trav�s de �l.
Una delgada mata rectangular perfectamente modelada.
El Hombre se acerca a Ella.
La chica se tapa el objeto del deseo de todos los hombres de
la sala.
El guarda de seguridad la rodea sin quitarle un ojo de
encima.
Piensa lo precioso que es el culo de Ella. La min�scula cinta
rosita ni siquiera se intuye une vez se introduce entre las dos redondas nalgas.
El Hombre piensa en el tiempo que hace que no ten�a ante sus
ojos una belleza semejante. El Hombre est� harto de la piel de naranja de su
mujer. Est� harto de las pieles colgando. Eso es firmeza pura. Juventud en
estado puro�
El Joven insin�a que puede haber otras piezas de ropa
sustra�das.
El Hombre asiente y le pide a Ella que se levante la
camiseta.
�l protesta en�rgicamente.
El Joven recuerda que a�n no ha llamado a la polic�a.
�l est� de acuerdo. Que la llame.
Ella habla por primera vez. Le pide al Joven que no lo haga.
Que ella cooperar�. Si no se lo dicen a nadie. El Hombre y el Joven se cruzan
una mirada c�mplice. �l est� desesperado. No entiende porqu� Ella accede a todo
lo que le piden esos dos degenerados.
Ella levanta la camiseta por encima de su cabeza.
Al superar los pechos, estos caen hacia abajo y rebotan al
sentirse libres de la opresi�n de la ajustada camiseta.
Los ojos de los tres machos rebotan con ellos.
Al quitar la camiseta Ella deja a la vista un sujetador a
juego con el tanga descrito anteriormente. La transparencia muestras unas
aureolas y unos pezones que coronan unas preciosas tetas de la talla 90.
Sin sacarle un ojo de encima, el Hombre coge el bolso de
Ella. Sin preguntar, lo abre y lo vac�a sobre el mostrador de la tienda. Del
bolso cae el monedero de Ella, un paquete de kleenex, las llaves de su casa, un
tampax, un encendedor y un par de condones.
Una vez comprobado que no hay nada robado en el bolso, el
Hombre le pide a Ella que la acompa�e a un probador.
�l la pide que no acceda.
Mientras sus pies siguen al expolic�a, Ella se gira y le
dirige una mirada a �l. Con la mirada Ella intenta decirle que est� tranquilo,
que no le pasar� nada. Son gente honrada a la que Ella ha enga�ado. Y si ha de
sufrir alg�n castigo, ella acatar� la condena pero que no se entere nadie m�s.
Pero claro, �l no lo entiende as�. �l, como poseedor de una,
conoce bien la mentalidad masculina. No se f�a un pelo.
Una vez los dos encerrados en el probador, el Hombre le pide
a Ella que se desnude.
Ella le dice que todo lo que ha robado est� con sus
pantalones, en el suelo de la tienda.
El Hombre la dice que no le pagan por creer a ladrones.
Viendo que el tema de la polic�a no le gusta demasiado a Ella, le recuerda la
llamada que tienen pendiente.
Ella, pensando que antes acaba lo que antes empieza, decide
acceder.
No ser� la primera vez que se desnuda ante un hombre, pero s�
ser�a la primera vez que deshonra a pap�.
Primero la camiseta que hab�a vuelto a colocar en su sitio.
El Hombre le indica que contin�e.
Sus manos se unen en su espalda y desabrochan el corchete del
sujetador. Lo deja caer al suelo.
Las tetas emergen esplendorosas. Un perfecto y redondo c�mulo
de grasa coronado por unos peque�os y rosados pezones en incipiente erecci�n. La
piel que las forma parece infinitamente suave y lisa. La falta de marca de
bronceado indica la pr�ctica de top-less.
El Hombre empieza a sentirse tremendamente excitado.
Pudorosamente, Ella se tapa los dos pechos con las palmas de
sus manos. No llega a taparlos completamente pero, al menos, sus pezones quedan
cubiertos.
El Hombre, casi babeando, le recuerda que ha de quedarse
completamente desnuda.
Reprimiendo una incipiente excitaci�n concentrada entre sus
piernas, Ella prosigue con la orden.
Con el tanga en sus pies, Ella levanta primero el pie
izquierdo y luego el derecho. El antebrazo izquierdo cubre, como puede, sus
tetas y la palma derecha su co�ito.
El hombre se sienta en el �nfimo asiento del probador y le
pide que le acerque el tanguita. Ella lo hace con el pie. Sin acercarse al
Hombre para nada.
El Hombre recoge el min�sculo tanga reci�n extra�do.
Con sus dedos lo va abriendo.
Ante el pavor de Ella, el Hombre estampa el tanga contra su
nariz. Una sensaci�n de asco la recorre cuando el Hombre aspira con todas sus
fuerzas.
El Hombre observa el desnudo cuerpo de Ella.
El Hombre le dice que Ella est� en un verdadero aprieto y que
tiene dos opciones: la primera es no acceder a lo que le va a pedir y entonces
eso significar� que tendr�n que llamar a la polic�a. Una polic�a donde el Hombre
a�n conserva buenos amigos y que seguro le creer�n, o la segunda, acceder a lo
que le pida y todo quedar� entre ellos cuatro.
Ella le pide que no le hagan da�o.
El Hombre le da su palabra de honor que nadie le har� da�o
alguno. Y adem�s que el Hombre no piensa tocarle ni un pelo. Ning�n tipo de
pelo.
Ella acepta la segunda opci�n.
Sonriendo le pide que empiece a jadear. A jadear como si la
estuvieran follando y Ella se estuviese muriendo de placer.
Ella lo mira aturdida. Ella piensa que es un Hombre con
gustos extra�os. Un Hombre que le ha prometido que no le tocar� ni un pelo. La
sustanciosa paga de fin de mes bien vale contentar al pobre Hombre.
Ella empieza a jadear. El primer jadeo suena tan alto como
falso.
El Hombre le pide que lo haga m�s bajo y con m�s sensualidad.
Le dice que si contornea las caderas mientras gime, ella misma se ir� metiendo
en el tema.
Ella piensa que el Hombre s�lo quiere hacer creer a los de
fuera, a �l y al Joven, que se la est� follando.
Ella piensa en lo que pensar� �l.
Ella piensa en lo que pensar� el Joven.
Ella piensa en lo que pensar� su pap�.
Ella empieza a jadear con los ojos cerrados.
Son jadeos cortos, llenos de lujuria y deseo contenido.
Ella mueve sus caderas de lado a lado.
El Hombre asiente y le pide que le diga S�, S�, M�s, M�s y
Que bien lo haces.
Ella accede, entre jadeo y jadeo, a sus peticiones.
Fuera, �l est� hecho polvo. No se cree lo que est� oyendo. No
se puede creer que Ella haya accedido a follarse al viejo segurata. �l no puede
evitar excitarse al o�rla a Ella jadear y pedirle m�s al viejo. �l se averg�enza
del despertar que nota en su entrepierna.
El Joven recuerda lo que ya le hicieron a otra pareja en
situaciones similares.
El Joven le susurra a �l que pronto se podr� follar a su
novia.
�l le dice que Ella no es su novia.
El Joven sonr�e maliciosamente.
Los dos quedan en silencio mirando unas cortinas cerradas. �l
imagina lo que est� pasando dentro. El Joven, como ya sabe lo que pasa dentro,
se imagina como tentarle a �l.
El Hombre le pide a Ella que incline su cuerpo hacia delante,
manteniendo las piernas rectas.
Ella lo hace, recordando al Hombre que le ha prometido que no
le tocar�a un pelo. El Hombre le dice que cumplir� con su palabra.
Ahora le pide que se tire hacia atr�s.
Un poco m�s.
Y m�s.
Ella nota las cortinas del probador rozando la fina piel de
su trasero.
El Hombre le pide que d� un paso atr�s.
Ella lo hace.
Las cortinas se separan por el centro.
El contacto de las cortinas pasa de su trasero a ambos lados
de su cintura.
Ante �l y el Joven aparece, bien abierto, el culo desnudo de
Ella. Resiguiendo la raja del trasero, se ven los pelitos del pubis. La rajita
est� completamente depilada. Sobre los carnosos labios que crean la raja queda,
perfectamente a la vista, el arrugado ano de Ella.
El Hombre se desabrocha los pantalones y saca una verga
considerable.
Empieza a masturbarse ante Ella mientras le pide que diga que
quiere sentirla en su boca.
Ella niega con su cabeza.
El Hombre le dice que s�lo le pide que lo diga, que no piensa
hacerlo.
Ella lo dice con voz potente y sin vacilar.
Las palabras retumban en la cabeza de �l como martillazos. A
lo lejos oye como el Joven le pregunta si quiere follarse ese lindo co�ito que
tan apetitoso se abre para ellos. �l casi ni oye las palabras. Se est�
imaginando a Ella comi�ndole el miembro al Hombre.
Ella observa deslumbrada el tama�o de la verga del Hombre.
S�lo ha visto alguna igual en las pel�culas porno que le pill� un d�a a su
hermano y que, algunas veces, Ella miraba en su habitaci�n mientras se
masturbaba. Ver semejante falo a pocos cent�metros de su cara le produce unos
pensamientos demasiado oscuros que Ella no quiere ni reconocer como suyos. La
mano del Hombre sube y baja abarcando menos de media polla. El enorme capullo
que sale bajo la piel del prepucio seguro que ni le cabria, piensa Ella.
El Hombre, sin parar de mene�rsela, le pide que se toque el
co�o para los espectadores de fuera.
Ella, muy a su pesar, empieza a estar excitada.
Mientras el Hombre le habla a Ella, el Joven sigue
insistiendo a �l.
Ahora �l ya ha o�do y entendido lo que le propone el Joven.
Le est� pidiendo que se la folle a Ella.
�l, un chico recto, serio, nunca podr�a hacerle algo
semejante a Ella. A una amiga. A una colega.
A la persona que tanto desea y ama.
A la persona que hasta ahora, lo m�s sexy que hab�a
conseguido era ver la tira de sus bragas asomando por encima de los pantalones.
A la persona que ahora le est� ense�ando el culo en pompa.
El Joven se reafirma en sus palabras. Le recuerda que, si se
la folla, ella no sabr� nunca quien ha sido. Siempre creer� que ha sido el
Joven.
�l sabe que el Joven tiene raz�n. No tiene porqu� enterarse
que ha sido �l. Es una ocasi�n para follarse un conejito en el que siempre ha
pensado pero nunca ha conseguido.
El Joven le insiste a �l, que si se la folla bien, Ella misma
le pedir� que se lo haga por el culito.
El muro que representar�a la resistencia de �l empieza a
temblar. Si Ella ha accedido a chup�rsela al viejo, porqu� �l, un amigo de toda
la vida, no puede foll�rsela. Es injusto.
No puede ser que �l piense semejante barbaridad. Freg�ndose
los ojos, intenta alejar esos pensamientos de su cabeza.
Entre las piernas de Ella, aparece su mano. Con sus dedos
centrales se frota el cl�toris.
Claramente �l y el Joven ven los dedos moverse en c�rculos en
la parte superior del sexo de Ella.
No hay duda que las caderas se mueven en c�rculos contrarios
a la mano. Eso no la har�a una persona que est� sufriendo.
Ambos dejan de hablar.
Ahora los dedos de Ella suben un poco m�s y tocan los labios
de su rosado co�o.
Los dedos se separan.
Con ellos tambi�n los labios.
La obertura muestra las rosadas interioridades de su co�o,
con el agujero negro en el centro de todo.
Un agujero negro por donde cae el m�nimo resto de resistencia
que a �l le quedaba.
�l agarra el cond�n que el Joven le tiende y se acerca a
Ella.
Evidentemente Ella no lo ve. Tampoco se imagina lo que se le
viene encima.
El Hombre llega a ver, por encima del culo de Ella, como �l
se acerca cond�n en mano. El Joven ha vuelto ha hacer su trabajo a la
perfecci�n.
Tambi�n llega a ver como tira sus pantalones hasta los
tobillos.
Ahora deja de mirarle a �l y se fija en Ella. No quiere
perderse las caras que pondr� Ella.
El Hombre le pide a Ella que diga que quiere que la follen.
Ella lo dice en voz alta y clara. Sigue creyendo que el
Hombre s�lo pretende alardear.
Cuando �l oye como Ella pide que se la follen, se vuelve
loco. El cond�n se le escapa entre los dedos y le cae al suelo. Lo recoge al
instante y rompe el pl�stico protector con los dientes. Con los dedos temblando
consigue enfundar su erecto miembro.
�l, con la polla en una mano, se acerca a Ella.
�l flexiona un poco sus rodillas y levanta la polla, situando
la punta entre los brillantes e hinchados labios vaginales de Ella.
Ella da un respingo cuando nota el contacto puntual que le
viene por detr�s.
Ella abre los ojos y mira al Hombre.
El Hombre, sin parar de masturbarse, le dice que calle y
acepte.
Ella a�n mantiene el co�o abierto con sus dedos.
�l pasa una mano por su rajita.
Ella est� completamente empapada.
�l aprieta su culo hacia ella.
�l ya nota el calor rodeando su capullo.
�l mueve su mano arriba y abajo buscando la entrada a Ella
con la punta de su verga. La entrada al para�so.
�l est� tan nervioso que no acierta a dar con la entrada.
Ella, sin poder evitarlo, agarra la polla con la mano que
abre sus bajos.
Ella da un respingo. Ni siquiera puede juntar las puntas de
los dedos alrededor del di�metro que tiene el cilindro de carne.
�l resopla al notar como Ella le agarra su palpitante polla.
Ella da gracias por que el Joven - Si supiese que es �l el
que la va a follar - se ha puesto un cond�n. Le gusta m�s notar una polla sin
protecci�n, con sus venas apretando contra su chocho, con la piel subiendo y
bajando dentro de Ella, notando su calor.
Ella misma la pasea a lo largo de su raja.
A Ella le encanta eso.
Ella misma se enfoca la h�meda punta del miembro en su
agujero vaginal. Ella ha hecho miles de veces algo parecido cuando tiene la
regla.
�l nota como su polla se hunde un poco.
�l ya est� en la entrada a Ella.
�l empuja.
El conducto venoso pasa a trav�s de la palma de Ella y se
aloja en sus profundidades.
Ella gime por la violenta y s�bita penetraci�n.
�l vuelve atr�s. Y la vuelve a empotrar.
Ella siente como su co�o se abre ante el inexorable paso de
la polla.
Ella nota como su co�o se abre como nunca lo ha hecho antes.
Ella nota como el calor y la humedad invaden su co�o.
Ella nota como unos huevos rebotan contra su co�o.
Ella siente que ha de gritar.
Ella grita.
Ella se gira para ver la cara de su follador. Las cortinas se
lo impiden.
Los continuos envites la obligan a soltar la descomunal polla
y apoyarse en las endebles paredes del probador y dejarse llevar por la follada
a la que se ve sometida.
El Hombre observa las tetas de Ella yendo de delante a atr�s
con los pezones completamente hinchados y erectos.
El Hombre observa la cara de contenido placer que pone Ella.
El Hombre aumenta el ritmo de su paja al tiempo que se
masajea los huevos.
El Joven, sentado en el mostrador, y sin despegar los ojos de
un monitor, imita al Hombre. Su miembro es bastante m�s modesto pero lo trabaja
con igual eficacia.
�l tira de Ella agarr�ndola por la cintura, haci�ndola gemir
cada vez que se hunde en Ella. �l gime cuando nota las nalgas de Ella rebotar en
su bajo vientre.
Ella piensa en �l. Se pregunta que pensar� �l al ver como se
deja follar por un simple dependiente y un viejo y, adem�s, que se lo est�
pasando bien.
Un forcejeo en la entrada a su culo provoca que se olvide de
�l al instante.
Ella pide a gritos que por ah� no.
El dedo consigue entrar en su culito.
Ella dice que es virgen de ah�.
Grave error.
�l aprieta con un poco m�s de fuerza.
El Hombre le ordena que no ponga pegas y que se relaje. Que
si no, le puede hacer da�o.
�l ya hunde medio dedo.
Lo mueve en c�rculos.
�l lo saca y lo mete en su propia boca hasta el nudillo.
�l piensa lo bien que sabe el culo de Ella.
�l piensa lo bien que se debe estar dentro de un sitio que
tiene un sabor tan incre�ble.
Saca la polla de su co�o.
Ella emite un leve quejido. No le gusta el vac�o en su co�o.
Ahora no.
El cond�n que se hab�a puesto �l, acaba a sus pies. Se lo ha
puesto para no tener problemas de embarazos. �l sabe que Ella es una chica sana.
�l sube un poco su objetivo, apuntado con su polla libre de
pl�stico a la arrugada diana de su culo.
Presi�n en el culo de Ella.
Algo lucha por entrar por un sitio considerado, hasta hoy,
solamente una salida.
Un nuevo empuje de caderas.
Ella siente un descosido atr�s.
�l nota como su polla realiza un s�bito movimiento adelante.
Un gru�ido.
Un grito.
�l acaba de sodomizar a su amiga.
Y Ella nunca sabr� que ha sido �l. Ahora le puede hacer lo
que quiera.
Ella pide que se la saque.
�l le responde con un nuevo apret�n hacia el interior de su
ojete.
Un nuevo ruego pidiendo que se retire.
�l, completamente ido, le da un cachete en la nalga derecha.
�sta responde con la firmeza natural de toda juventud.
Separando las nalgas puede observar como el enrojecido ano se
deforma alrededor de su polla, haci�ndole una presi�n que el co�o ya no ofrec�a.
Ella ruega que se la saque de ah�. Le duele.
Le duele sobretodo cuando saca la polla hasta la entrada y
vuelve a clavarle el capullo en su culo. Notar el pliegue de la punta del falo
separarle el ano le hace ver las estrellas.
Sin apenas o�rla, �l piensa que es la primera vez que la mete
en un culo�.Y espera que no sea la �ltima.
El Joven, una vez ha comprobado que el video de seguridad
funciona y registra perfectamente toda la escena, se acerca al lugar de la
sodomizaci�n, sin pantalones y la polla totalmente tiesa.
Le grita al Hombre que se la meta por la boca a Ella a ver si
as� calla de una vez. Continua con lo suyo mirando la enculada a escasa
distancia.
El Hombre se levanta.
Y le sonr�e a Ella.
Ella intenta decirle, entre grito y grito cada vez que la
polla entra m�s en su culo, que le hab�a prometido que no la tocar�a�.
Ella no puede acabar la frase.
La boca es inundada por algo l�quido y caliente.
El Hombre se aprieta la polla, logrando retener parte de la
corrida.
Ella cierra la boca. Con el acto reflejo no puede evitar
tragar algo de semen.
El Hombre se suelta la polla.
Un caliente y abundante chorro de esperma contenido choca
contra la cara de Ella. Labios, nariz y p�rpados completamente embadurnados.
Cuando Ella nota que la lluvia amaina, abre la boca y escupe
lo que ha conseguido no tragarse.
Se mancha parte del pelo que le cuelga ante la cara.
Un pelo que sigue yendo y viniendo al ritmo de la inacabable
enculada.
Una estalactita de esperma se le forma en los labios y se va
agrandando en su natural camino hacia el suelo.
�l nota un calor creciente, cercano al dolor, desde los
huevos y creciendo hacia la punta de su polla.
�l presiona con todas sus fuerzas hacia las profundidades del
ojete de Ella.
Sus ojos se cierran.
Las bocas se abren.
Un gemido cruza el aire.
Las manos de �l se aferran con fuerza en la cintura de Ella.
�l llena el culo de Ella con todo el contenido de sus huevos.
Una gran corrida desatada con virulencia despu�s de tantos
a�os de espera.
�l cierra los ojos intentando alargar la org�smica sensaci�n.
Fall�ndole las fuerzas, �l se deja caer un poco. Se le doblan
las rodillas.
Un poco de saliva le cae en el culo de Ella.
�l mira el culo de Ella.
�l se siente mal. Quiere desaparecer ahora mismo de all�.
�l saca su fl�cida polla de dentro de Ella.
Ella gotea esperma por dos de sus orificios.
Ella gimotea.
Son l�grimas de rabia. No ha podido contener un orgasmo
cuando ha sentido el semen cuajar en su recto.
Ella se recompone enseguida. No quiere darles el placer de
verla llorar.
Adem�s, no quiere preocupar a �l�
Ella se queda sola en el probador.
Se enfunda la ropa que tiene y sale. Sin mirar a los ojos de
nadie, recoge los pantalones del suelo y se los pone.
Siente asco al notar la humedad de su entrepierna que,
naciendo desde el culo, llega a meterse en plena raja vaginal.
El Hombre dice que ya pueden irse.
Ella se abraza a �l y empiezan a caminar.
�l los mira por encima de la cabeza de Ella. Su mirada es de
culpabilidad. No podr�a ser de otra forma. El Hombre y el Joven le acompa�an la
mirada con unas sonoras carcajadas.
�l se siente mal. Se ha dejado llevar por su lado m�s oscuro.
Los dos llegan a la puerta.
El Hombre la dice a Ella que se deja algo.
El Hombre le lanza el tanga negro que ha intentado robar.
La prenda rebota contra el cuerpo de Ella y cae a sus pies.
Ah� se queda mientras �l y Ella se van por la puerta.
Al verlos desaparecer, el Joven se va detr�s del mostrador y
saca una cinta del video de las c�maras de seguridad. La etiqueta con el t�tulo
de "�L Y ELLA". La guarda en un armario del almac�n. Le dice al Hombre que
pronto tendr�n que comprar un nuevo armario. Casi no cabe ninguna cinta m�s.
�.
�l aparca ante la casa de Ella.
Ella sale sin despedirse.
Est� avergonzada por lo que �l ha visto.
Est� avergonzada por haberse excitado.
Necesita una ducha.
�l tampoco se atreve a decirle nada.
Est� avergonzado por haberse aprovechado de Ella.
S�lo puede pensar en el culo de Ella siendo penetrado por su
polla.
Necesita hacerse una paja.