Eran ya las 10 de la ma�ana del s�bado. Un d�a hermoso de
sol ba�aba la ciudad.

-Hola �Andrea?-

-Si, �quien habla?- respondieron del otro lado del
tel�fono

-Soy yo, Claudia, la mam� de Laura. �Laura esta con vos
ah�?-

-No..-

-�No ten�s idea de donde puede estar? Se fue ayer a la
tarde y no volvi�.

-Ni idea... �Que raro que no haya llamado!.- respondi�
Andrea.

-Bueno, si sabes algo llamame.-

-Esta bien, lo mismo digo, llamame as� yo tambi�n me
tranquilizo.-

-Esta bien.-

Claudia estaba desesperada. Hacia ya mas de 30 horas que
su hija no estaba en la casa. Realmente no sab�a si dar aviso a la polic�a.
Pero pensaba que ella pod�a estar con algunos amigos o amigas y despu�s
ser�a un problema explicar porqu� a todos. Definitivamente esperar�a a esa
noche para denunciar la desaparici�n.

(TOC) (TOC) tocaron la puerta

Claudia temerosa mir� por la mirilla de la puerta pero no vio a nadie.
Lentamente abri� la puerta y sigui� sin ver a nadie. Al darse vuelta para
volver a entrar a la casa vio en el suelo un sobre blanco cerrado.
R�pidamente lo levant�. Mir� por todos lados y vio que no ten�a
identificaci�n. Tratando de sacarse la curiosidad lo abri� y encontr� una
carta de pu�o y letra de su hija.

-�No!... �No puede ser! - dec�a mientras la le�a.

-Mi nena... no te vayas as�... - sollozaba

Busc� y rebusc� por todos lados del sobre pero en ning�n lado hab�a
tel�fono o direcci�n alguna.

-�Y ahora como hago para encontrarla...? �Tengo que hablar con ella! - se
dec�a a si misma.

Una y otra vez reley� la carta tratando de buscar alguna
pista. Finalmente la encontr�: Wipestuck. All� mismo ten�a indicado el
tel�fono y la direcci�n. Inmediatamente llam� al numero que le hab�an
pasado. El tel�fono sonaba largamente pero nadie del otro lado atend�a.
Finalmente luego de un rato una grabaci�n le dijo:

Claudia se sorprendi� pero se comenz� a preparar para ir
esa misma tarde. Pensando en que iba a visitar a su hija en su primer
trabajo decidi� usar su ropa mas linda para la ocasi�n. No deseaba
avergonzar a su hija.

-Hola Andrea. Soy yo, Claudia.-

-�Y..? �Alguna novedad

-Si, me escribi� una carta. Voy a ir a verla en un rato-

-La acompa�o.-

-No, gracias Andrea. Tengo que hablar temas muy personales con ella.-

-Esta bien, si Ud. quiere las dejo solas.-

-Gracias, yo se que me entend�s...-

Claudia se prepar� para ir a buscar a su hija como si se
tratara de una fiesta. Un vestido negro, su mejor cartera, sus mejores
zapatos. Enseguida pidi� un taxi por tel�fono y parti� hacia donde le hab�an
dicho.

Cuando subi� al taxi el chofer la mir� como sorprendido.

- �Adonde me dijo que iba?.-

- A la fabrica WipeStuck en calle .... y ....-

Por mas de una hora dieron vueltas y mas vueltas sobre la
ciudad. Finalmente, siendo las 19:30 llegaron a la direcci�n que le hab�an
dado. Sorprendida, Claudia mir� el derruido edificio y se lament� de como
iba vestida. Estaba en el medio de la nada. Igualmente decidida baj� del
auto y le pag� al chofer que inmediatamente se fue. Sentada en un banco
oxidado y viejo miraba su reloj mientras esperaba la hora.

De repente, r�pido como una luz, un muchacho pas�
corriendo y le arrebat� la cartera.

-���Hey !!!. ��Ladr�n !! grit�

Mir� a su alrededor pero no hab�a nadie que pudiera
ayudarla. En ese momento record� que dentro de la cartera ten�a sus
documentos y el dinero que le hab�a tra�do a Laura. Viendo que el ladr�n se
met�a en el edificio de WipeStuck se decidi� a correrlo. R�pidamente lleg�
adentro del edificio pero el ladr�n ya no estaba a la vista. Un pasillo
oscuro desembocaba en una vieja puerta de madera delante de ella. Un poco
por curiosidad y otro poco tratando de encontrar al ladr�n Claudia se
dirigi� a la puerta y la abri�. Lentamente camin� dentro de la todav�a
obscura habitaci�n forzando sus ojos tratando de ver un poco mas.

De repente la puerta se cerr� y una p�lida luz se
encendi� sobre el escritorio en el medio de la habitaci�n. La luz era tan
suave que solo iluminaba a menos de un metro alrededor. Sin ver otra cosa, y
enceguecida por la oscuridad Claudia decidi� acercarse a la luz para poder
orientarse. Cuando finalmente lleg� al borde de la mesa, y tan
repentinamente como antes, todas las luces de la habitaci�n se encendieron.
Encandilada por la diferencia de luz, Claudia miraba a su alrededor sin ver
nada. Cuando la vista se le fue aclarando sus ojos se abrieron de par en
par. Mas de una docena de hombres alrededor de ella se le acercaban con
intenciones dudosas.

-���Que pasa?!!- pregunt� Claudia

-�Sra. Claudia Emocal? - pregunt� uno

-Si... �C�mo saben mi nombre?-

-Sabemos eso y mucho mas... ahora vas a venir con
nosotros ... si es que quer�s ver a tu hija viva.-

-��Socorro!! ��Secuestro!!.- grit� tratando que alguien la oyera.

-Grit� tranquila... ac� nadie te va a escuchar. Nadie mas que nosotros.-

Luego de esto la tomaron del brazo y la encapucharon
hasta llevarla a otra habitaci�n. All� la sentaron en una silla y le ataron
los brazos por detr�s sostenidos a su vez por el respaldo de la silla. Una
vez All� le sacaron la capucha y Claudia pudo ver une enorme habitaci�n muy
iluminada con un colch�n en el piso en el medio de la misma

.

-��Donde esta Laura?! �Donde esta mi hija?.- preguntaba insistente
Claudia.

-Tr�iganla.- dijo Manguera

Un rato despu�s apareci� Laura. Cansada y abatida por la
noche anterior Laura se dejaba llevar sin oponer resistencia. Mientras dos
hombres colocaban unas cadenas en la pared a escasos 3 metros frente al
colch�n los otros llevaban a Laura en esa direcci�n. En pocos segundos Laura
estaba colgada de las cadenas. Con sus brazos levantados y sus piernas
abiertas en forma de X, desnuda miraba sin darse cuenta de que en la misma
habitaci�n estaba su madre.

-�Laura! �Laura...! �estas bien hija?.-

Laura no respond�a. Su mente estaba tan golpeada con todo lo que le hab�a
pasado que no reaccionaba.

-�Laura! �Que le pasa a mi hija? �que le hicieron?- vociferaba Claudia

-��Su�ltenme!! ��Quiero ir con ella!!-

Manguera hizo una se�a imperceptible y dos de sus hombres
soltaron a Claudia. La mujer se par� tan r�pido como pudo y corri� al lado
de su hija. Mir�ndola de frente sinti� el olor que ella ten�a encima.

-Laura ... mi amor... �Que te paso? �Que haces ac� con esta gente?-
preguntaba angustiada la madre

-Cuidado mama... andate..- susurraba Laura con su ultimo esfuerzo.

La madre se acerc� un poco mas a su hija. Su mente no
comprend�a bien lo que estaba pasando. Instintivamente Claudia acariciaba a
su hija y sent�a su piel pegajosa. Cuando se dio cuenta que todo su cuerpo
estaba h�medo y pegajoso vio que en su rodilla chorreaba un liquido.
Acercando su cara al lugar para ver mejor pas� la mano por all� y se dio
cuenta que el liquido proven�a de su entrepierna. Y All� fue cuando vio a su
sexo chorreando el blanco semen sin remedio.

-�Estas lastimada? �Que es esto? - dijo oliendo el semen.

-�Mama... corr�... escapate antes que te agarren!.- dec�a ya en voz mas
fuerte Laura.

-�Escaparme?-

Un par de gruesas manos tomaron los brazos de la mujer y la tiraron hacia
atr�s llev�ndola hacia la cama.

-�Es semen mama! �Me violaron todos!.- logro decir Laura

-���Nooooo!!! ���Su�ltenme!!! - grito con desesperaci�n la madre

Un par de sopapos le dieron a entender a Claudia que no
estaban bromeando. La ropa interior de uno de ellos que ya se hab�a
desnudado sirvi� de mordaza para la boca de la mujer.

-Ayer a la noche trabajaste bastante Laura- dijo Manguera

-Hoy te trajimos alguien para que te reemplace. �que te parece?.- agreg�

-���La puta que los pari�... !!! ���Dejen a mi madre!!!. Agarrensela
conmigo.-

-No putita. Te dejamos descansar un rato, ma�ana vas a estar otra vez
sabrosa como ayer.-

Tomando el vestido de Claudia con la mano, Manguera lo
abri� al medio como si fuera un papel. Laura quer�a no estar ah�. Delate de
ella su madre, tomada de brazos y piernas estaba siendo desvestida
brutalmente para una sesi�n de sexo no menos violenta que la que ella misma
hab�a sufrido. Poco a poco, pese a su insistente bamboleo de piernas y
manos, Claudia fue perdiendo a pedazos su hermoso vestido de fiesta, luego
su corpi�o de encaje negro y finalmente tom�ndola del borde Manguera arranc�
su bombacha dej�ndola completamente desnuda.

- A ver si sos tan sabrosa como tu hija.-

Desesperada, Claudia hacia se�as con su cabeza tratando
de que entendieran que ella no quer�a ser penetrada. Poco les importaba a
ellos que muy a pesar de ella se hab�an reunido a su alrededor y ya
comenzaban a desearla

-No est� mal la vieja... tiene las carnes firmes.- dec�a uno de ellos

-Vamos a ver si aguanta tanto como aguanto la perra de la hija.- se re�a
el otro

-Te quiero escuchar como gritas morocha prostituta.- le dijo Manguera a
Claudia sac�ndole la mordaza de la boca

-No te voy a dar el gusto, animal.- le respondi� ella

-Eso lo vamos a ver.- dijo Manguera acomod�ndose sobre ella y tomando su
pene entre sus manos

Claudia observ� de reojo el miembro carnoso del muchacho
y sus ojos saltaron de sus orbitas. Jam�s hab�a pensado que un hombre
pudiera tener un pene de ese tama�o. Sin darse por vencida, Claudia hacia
fuerza para cerrar sus piernas, pero los fuertes brazos de los otros
muchachos ya dejaban marcas azuladas en sus doloridos tobillos sin que ella
pudiera cerrar por completo el acceso a su sexo. Finalmente y sin mas
tramite Manguera apoy� la punta de su enrojecido miembro sobre los labios
vaginales de la mujer. Con desagrado Claudia sinti� como los gruesos dedos
de sus manos abr�an el vello p�bico y comenzaban a acariciar sus labios
suavemente. Claudia continuaba luchando contorsionando su cuerpo mientras
sent�a las caricias en su zona er�gena tratando de bloquearlas. Sin que
pudiera evitarlo suavemente los labios se abrieron y su vagina qued�
expuesta.

-��Noo!!.. ��D�jenme!! ��Animales!!...- gritaba ella

-Yo te dije que ibas a gritar �viste?- le sonre�a Manguera sobre su cara

-Y ahora prepar� aliento porque vas a gritar mas todav�a.-

Tomando el pene entre sus manos Manguera lo apunt� con precisi�n sobre la
apretada entrada de la vagina y de un solo empuj�n meti� quince cent�metros
dentro de ella

-����Aaaaaaayyyyyy!!!! ��Noooo!! ���Violaci�n!!! ��Ay�denme!!.- gritaba
Claudia

Colgada de la pared Laura sent�a arder en su vagina al
recordar los dolorosos momentos de las primeras penetraciones y lloraba en
silencio por su madre. Claudia, por su parte hab�a perdido todo en control
de su persona. Un intenso dolor que abr�a su sexo al medio recorr�a su
cuerpo como nunca hab�a sentido.

-��Ahhhh!!! ��Por favor basta!!-

-Reci�n empezamos puta llorona.-

La sensaci�n era inaguantable. Dentro de ella su carne se
desagarraba al paso del grueso miembro que cada vez ingresaba mas adentro de
su cuerpo. Aun cuando le hab�an soltado las piernas, el dolor era tan
intenso que no pod�a hacer fuerza y el peso de Manguera sobre ella ayudaba a
que cada vez el miembro penetrara mas hondo. De repente Claudia sinti� que
el miembro temblaba dentro de ella y un chorro de semen caliente inundaba
por contra su voluntad su sexo. Sorprendida no pod�a creer que le hubieran
eyaculado dentro de ella sin protecci�n.

-Me...me acabaste... me acabaste adentro...- dec�a
sorprendida

Sin decir nada, Manguera se levant� de arriba de ella y dej� paso a otro
muchacho que inmediatamente se abalanzo sobre Claudia. En menos de dos
segundos la punta de su miembro apretaba los mojados labios de la mujer.

-No... basta... otro mas no...-

Un par de sopapos sobre sus pezones desnudos la hicieron gritar de dolor.
Nuevamente con los tobillos agarrados Claudia se arqueaba tratando de
sacarse de su intimo orificio el miembro de su agresor.

Mientras que Claudia peleaba, Laura pudo ver a Manguera como se dirig�a a
la nefasta caja de implementos y la tra�a apoy�ndola con toda malicia
delante de ella.

-Hmmmm... �vos crees que este le gustara a tu mama?.-

-Por favor... no la lastimes... tenele piedad, ya se va a calmar.-

-��Pero yo me quiero divertir un rato tambi�n!!.- dijo con una sonrisa en
la boca

-Vos mir� y aprende lo que te pasar�a si no cooperas. ��Sost�nganla!!.-

Como si todo se hubiera detenido, los hombres sosten�an a
Claudia tan quieta como pod�an. Con el pene aun dentro de ella, la mujer vio
como Manguera se acercaba trayendo algo entre sus manos. Cuando lo vio mas
de cerca percibi� que era algo met�lico, pero aun no sab�a de que se
trataba. Tapando con su propio cuerpo la visi�n de Claudia, Manguera abri�
la pinza y la coloc� sobre el pez�n derecho de la mujer.

-���Ahhhhhh.... ahhhh... me dueleeee!!!-

Luego de esto coloc� la otra pinza sobre el otro pez�n
con no menos dolor para ella. La peque�a cadena que los un�a tenia a su vez
otras dos cadenas unidas que Manguera pas� por un par de orificios del
colch�n y llev�ndolas por el costado las pas� por debajo de sus muslos hacia
su entrepierna. Separ�ndose un poco de ella, su violador dej� paso a
Manguera para que actuara.

-Esto te va a doler un poquito Claudia, pero mejor quedate quieta si
sabes lo que te conviene.-

-Ayyy... me duelen los pechos.. su�ltenme por favor... - lloraba Claudia

Sin ver lo que suced�a, Claudia sinti� de repente que alguien tomaba sus
labios vaginales y el dolor fue incre�ble. Manguera coloc� otro par de
pinzas en el otro labio y Claudia saltaba como enajenada.

-Nooooooooooo... ah� nooooooo... duele.... duele.... s�quenmelo...-

-Quedate quietita que duele menos.- dec�a Manguera.

-Se pone estrecha cuando le duele esta puta. Me lo esta exprimiendo.-

Laura miraba a su madre con su rostro ba�ado en lagrimas
y sus ojos se humedec�an de impotencia. Poco a poco Claudia fue calmando sus
movimientos. El hombre dentro de ella ya estaba eyaculando nuevamente. Pese
a que no era el primero la mujer segu�a sobresalt�ndose con el caliente
legado que le dejaban en su vientre. Otro hombre mas se coloc� en posici�n y
Claudia mir� impotente como el hombre apuntaba su miembro a su vagina
empuj�ndolo y enterr�ndolo poco a poco en su castigada entrepierna.

-Eeeso. As� quietita como una buena prostituta.-

-��Los odio... los odio a todos!! ��Degenerados!!- repet�a entre dientes
Claudia

-Ahora vas a aprender la lecci�n numero 2.-

Con su mano, el hombre tom� el manojo de cadenas en su mano y la mir� a
los ojos.

-Ahora vas a abrir bien grande la boca para que mi amigo te la meta hasta
la garganta �si?.

-No. Me da asco, por favor. Jam�s nadie me la puso en la boca.-

-Es hora de aprender, abr� te digo.- dijo tironeando de las cadenas

-���Ahhhyyy ... si, si, no tires... aaaaa!!!.- respondi� Claudia con la
boca abierta todo lo que pod�a y un par de lagrimas en sus mejillas.

Parado justo detr�s de ella hab�a otro hombre que tomando
su miembro lo incrust� en la boca de la mujer. Claudia sinti� el nauseabundo
aroma de un miembro sin lavar y aguant� su reflejo de arcadas mientras el
pene se enterraba mas y mas dentro de ella apret�ndole la lengua y llegando
hasta su garganta.

-Ahora vas a respirar profundo... 1... 2...�3!- dijo el muchacho mientras
empujaba su pene mas adentro de su vagina.

Con ojos desorbitados Claudia sinti� como la verga del
hombre pasaba su campanilla adentr�ndose en su garganta. La sensaci�n era la
de un empalamiento por ambos lados. Su sexo y su garganta estaban siendo
penetrados al mismo momento sin que ella pudiera evitarlo. Luego de un
minuto la cara de Claudia se transform� en desesperaci�n. No pod�a respirar.
Sent�a como el hombre tranquilamente frotaba el carnoso pene en su garganta
y no ve�a el momento de que lo quitara. Un minuto y medio, dos minutos...
finalmente el muchacho lo sac� de su garganta y Claudia comenz� a toser.

-Te dije que respiraras. Vas a aprender a hacerlo como una profesional.-

-Otra vez.. vamos 1, 2 y ... 3.-

Esta vez Claudia tom� una gran bocanada de aire antes que
el miembro cerrara una vez mas su garganta. Con sus ojos clavados en los
test�culos del hombre pas� dos minutos y medio antes de notar que le faltaba
el aire. Esta vez fueron tres minutos de penetraci�n en su garganta.

-Vas aprendiendo.�viste?-Otra vez... 1, 2 y 3.-

Una nueva bocanada de aire y nuevamente sent�a el pene
frot�ndose asquerosamente contra las paredes de su garganta. Los test�culos
del hombre bailaban fren�ticamente pegando contra su nariz en la creciente
violencia que el hombre pon�a a su penetraci�n. Esta vez Claudia vio como
los test�culos se encog�an y repentinamente record� que era lo que iba a
suceder. Por mas que quisiera evitarlo no pod�a. Un espeso y caliente mar de
semen pegaba contra su garganta bajando suavemente hacia su estomago. La
primera eyaculaci�n fue violenta y r�pida, adentr�ndose en las profundidades
de su es�fago. El hombre ya sacaba el miembro de su garganta mientras la
tomaba fuertemente de sus mejillas.

El segundo chorro fue mas lento y de mayor cantidad, y
esta vez impact� de lleno en su lengua. Claudia sent�a el palpitar del pene
en su boca, espasm�dico, fren�tico, violento. Como una catarata el tercer
espasmo inund� su boca cayendo por gravedad en su nariz. Claudia ya
comenzaba a sentir que el caracter�stico sabor del esperma se impregnaba en
su boca escurri�ndose en su lengua mientras ve�a como el liquido se esparc�a
en su cara chorreando de su nariz y de sus comisuras. Una sensaci�n de asco
la invad�a casi al punto del vomito. Repentinamente un nuevo tir�n de las
cadenas en sus pezones y labios la llam� a obedecer.

-Tragate todo. No se te ocurra escupir porque te vas a arrepentir.- dec�a
el muchacho

Sacudiendo su pene sobre su cara con una mano y tirando
las cadenas con la otra el muchacho se re�a de las muecas de asco de
Claudia. Haciendo un esfuerzo Claudia trag� lo que ten�a en la boca. Espeso
y pegajoso se hac�a dif�cil de manejar, pero finalmente pas� su garganta
mientras ella sent�a como se deslizaba lentamente por su es�fago rumbo a su
estomago.

Luego de tres horas, Claudia era una h�meda masa de
carne. Sus mand�bulas y su sexo le dol�an y sent�a su vientre lleno de
esperma, tanto en su sexo como en su estomago. Rendida, yac�a tendida sobre
la mesa luego de 14 contactos con los hombres que la rodeaban. Finalmente
hab�a acabado con todos y solo pensaba en descansar.