Romina, mi perra buscona, mi amor
Despu�s de muchos a�os de vivir la locura familiar de mi
madre y mi hermana compartiendo el novio de esta �ltima, m�s las dem�s locuras
vividas, a mis 25 a�os me pareci� que era el tiempo justo para tomar distancia.
Me lleve la moto que me regalo mi padre mucho tiempo atr�s y una plata que este
me habilito para alquilar un departamento en capital. Consegu� trabajo de
"motoquero" como decimos por este lado del mundo y empec� a tratar de rearmar mi
vida.
Conoc� a Romina que es la t�pica chica que me gusta, con un
culo hermoso y aires de perra buscona siempre buscando machitos. Ella acababa de
cumplir sus 22 a�itos y desde que nos conocimos nos empezamos a gustar y querer
cada d�a m�s. Despu�s de cuatro meses de salir decidimos probar a vivir juntos.
Estaba fascinado, ella se viste siempre muy provocativamente y a los dos nos
encanta y estamos pendientes de todo lo que genera.
Est�bamos viviendo a dos cuadras del parque Centenario,
segundo mes de primavera, Rominita vistiendo con sus shorcitos bien cortitos que
se le meten en ese culo hermoso y son la delicia de todo el que la mira. Domingo
a la tarde paseamos por el parque, algunos hombres la miran, otros aprovechan
las aglomeraciones para tocarlo aunque sea un rato. Volvemos caminando del
parque a casa con un ritmo pausado, tomamos unos mates y nos metemos en la cama
a hacer el amor como fieras. Mientras cogemos yo encima de ella:
-�Viste como me miraban la colita, mi amor? Con su hermosa
voz de putita.
-Si..., y te gusta �no perra?
-A mi sola no, a vos tambi�n te gusta perrito. Me encanto
cuando nos paramos a ver al chileno que cuenta chistes y el tipo ese de rulos me
empez� a acariciar el culo, no aguantaba m�s, �lo viste bien, no?. No me tenes
que dejar solita mucho tiempo.
-Porque, �qu� har�as si estuvieras sola?
-Y no se..., por ah� el tipo me invita a coger y como soy
calentita.... Explotamos los dos como cerdos y quedamos mir�ndonos a los ojos.
Sus ojos son de un verde profundo, pasada la calentura nos besamos y seguimos
abrazando, ella me dice que me ama y lo veo en sus ojos.
Vivimos casi seis meses de una hermosa convivencia, hac�amos
el amor todo el tiempo como animales, nos sent�amos plenos y enamorados, era un
tiempo hermoso y nada pod�a hacernos sentir mal. Est�bamos felices.
La empresa en la que trabajaba cerr� por lo que tuve que
buscar una nueva empresa de motos me recomendaron a un flaco Osvaldo, que era
due�o de una y todos lo quer�an como a un padre. Osvaldo ten�a treinta a�os,
como yo estaba empezando era uno de los pocos que estaban en la empresa, la
mayor�a de los pibes ya ten�an algunos clientes fijos por lo que poco pasaban
por la empresa.
La empresa era un departamento de dos ambientes, en uno
estaba la entrada con unos sillones donde nos tir�bamos los motoqueros y en la
otra la oficina de Osvaldo que trabajaba con Daniela que era un bombonazo de
unos veintipico tambi�n, que tomaba los pedidos y dem�s. Cada vez que charlaba
con Daniela se quejaba que Osvaldo la trataba mal, era la �nica a la que hab�a
escuchado quejarse, pero siempre que la ve�a lo criticaba. Con el tiempo empec�
a notar algo raro, se encerraban en la oficina y empec� a escuchar los gemidos
cl�sicos, crec�an cada vez m�s y era obvio lo que estaba pasando ah� adentro, me
sent� caliente y me empec� a pajear acabando adentro de mi propia ropa. La
situaci�n empez� a hacerse rutinaria, pero no dejaba de producirme cada vez m�s
calentura, Daniela sal�a muchas veces terminando de arreglarse, toda colorada y
directo al ba�o.
Muchos mediod�as Osvaldo me invitaba a comer a un coto que
siempre estaba lleno de gente y se volv�a loco mirando las chicas, que mirara la
tanguita de una, que la otra era una perra, que no pod�a ser tan puta y vestirse
as�, en fin, obsesionado total con el tema.
La mayor�a de las tardes le pegaba sus buenas cogidas a
Daniela, que se iba con el novio que muchas veces la pasaba a buscar.
Cada vez que hac�a el amor con Romi, le contaba lo del jefe y
como me calentaba saber que se estaba cogiendo a la perrita esa ah� y yo
escuchando como un pajero. Cabe aclarar que nuestras charlas de sexo siempre se
daban cuando est�bamos haciendo el amor, en plena faena, y a los dos nos volv�an
locos:
-Que guacho que es tu jefe..., y que perrita la guacha esa.
-Si no sabes como me calienta saber que est�n cogiendo ah� al
lado sin importarles nada y a veces la viene a buscar el novio y se van
abrazaditos como si nada y la puta reci�n cogida.
-Que... �te da envidia?. �te gustar�a que fuera yo la putita
esa y que tu jefe me cogiera?
Acabamos como cerdos los dos y nos quedamos abraz�ndonos y
acarici�ndonos dici�ndonos que nos am�bamos.
Sobre el final de Noviembre Daniela discuti� mal con Osvaldo
y le dijo que no laburaba m�s y que se iba a la mierda. Fuimos a comer al
mediod�a y Osvaldo estaba que volaba, se acercaba fin de a�o y con la cantidad
de laburo que ven�a no sab�a que iba a hacer. Me pregunto si no conoc�a a nadie.
Sent� que me temblaba todo el cuerpo y le dije que mi novia no ten�a trabajo,
que si �l quer�a le pod�a preguntar. Y aunque el no lo noto la voz se me quebr�
en un momento, del nerviosismo. Esa noche mientras cen�bamos le comente a Romi
lo del laburo y me dijo que le encantar�a ganar algo de guita y sentir que ella
tambi�n aportaba a nuestro hogar. Esa noche cuando cog�amos le dije que iba a
tener que tener cuidado con Osvaldo, que iban a pasar mucho tiempo juntos.
-�Vos dec�s..., que no lo haga calentar....? dijo poniendo
voz de perrita, ...pero vos viste que no lo puedo evitar..., los hombres se
calientan cuando me ven... Acabamos como bestias los dos, me miro con sus ojos
verdes y me dijo que era maravilloso que nunca crey� que iba a encontrar a
alguien como yo. Nos quedamos acariciando y charlando hasta muy tarde en la
noche. Continuar�
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