-Monique, en todos los bailes agarrados deber�a ser
obligatorio el nudismo. La sensaci�n de dos cuerpos desnudos bailando muy
juntitos es algo que nunca se olvida. �No has probado nunca, preciosa?.

-Ja,ja, Johnny, eres �nico para imaginar cosas. �Me ves a mi
bailando desnuda con alguien?.

-Pues habr� que probarlo, Monique. Estoy convencido de que
ese es un paso esencial en la busca del punto G. �No querr�s renunciar a �l tan
pronto?.

-Est� bien, cari�o, har� todo lo que tu quieras, todo, pero
me gustar�a que acabaras esta historia. No me gustan los suspenses. Antes o
despu�s siempre acabo por leer el final de los libros. No he conseguido
contenerme ni en los m�s aburridos. Asi que ya est�s contando.

Monique me bes�, coloc� bien la almohada bajo su cabeza y su
mano sigui� jugueteando con mi sexo que ya estaba empezando a levantar cabeza y
a otear el panorama del cuerpo desnudo de aquel mapa curvil�neo donde antes o
despu�s ser�a preciso localizar y poseer aquel nuevo territorio que los
sex�logos hab�an llamado el punto G. Me pregunto si "G" no significar� "gozo".
Una palabra muy pobre, mejor "E" de �xtasis o "M-O" de Morir de Amor. Pero ahora
me estaba esperando otro cuerpo, el de Mar�a que se hab�a pegado al m�o como una
lapa. Claro que era otro cuerpo. �Para que luego los materialistas hablen y
hablen de que no hay nada m�s!. Si as� fuera cada nuevo cuerpo tendr�a una
diferente personalidad y os aseguro que no me siento as�. Aquel Johnny era mucho
m�s t�mido, sab�a bastante menos de la vida y esperaba que el sexo le
descubriera una raz�n poderos�sima para no desear nunca morir. Y as� fue porque
mientras haya mujeres y las habr� siempre Johnny desear� vivir y gozar de la
vida.

"�Qu� sensaci�n m�s deliciosa, Monique!. Bailamos sin apenas
movernos del sitio, m�s atentos a sentir y explorar nuestros cuerpos que al
ritmo o a la m�sica. Los Beatles no me dec�an mucho. En realidad la m�sica no me
dec�a mucho, fue a partir de mi desvirgamiento cuando entre Mar�a y las que
fueron llegando me ense�aron a disfrutar de las canciones, especialmente de las
lentas. Ella no se cortaba un pelo, me tocaba el culo, pasaba su mano por la
espalda como buscando algo que no acababa de encontrar y finalmente con suavidad
empez� a magrear mi miembro y esas dos pelotitas adjuntas que no parecen tener
mucha importancia a la hora del masaje pero te aseguro que el de Mar�a puso las
pelotitas en �rbita sobre el techo de la habitaci�n.

Animado por su entusiasmo fui perdiendo tambi�n la timidez y
magre� su culo con la pasi�n con que hab�a deseado magrear tantos culos en
aquellos a�os de "miranda y no tocanda". Mar�a comenz� a agitarse con tal
inquietud que sub� mis manos hasta su nuca y la atraje para besarla hasta
saciarme. Confieso que estaba empezando a tener miedo de sus reacciones. A todo
reaccionaba como si el placer la inundase de pies a cabeza. Y especialmente el
culo era un sitio que la pon�a en �rbita. No me cansaba de exprimir sus labios.
El beso es realmente delicioso, la penetraci�n culmina una excitaci�n que no
puede acabar de otra forma, pero el beso es como vampirizar el alma de tu
pareja. Puedes seguir y seguir y cada vez descubres algo nuevo, cada vez
absorbes un poco m�s de su alma a trav�s del interior de su cuerpo que sube
hasta su boca y all� se transmite a trav�s de la saliva.

Tuvo que ense�arme a usar la lengua porque en las pel�culas
donde hab�a visto besarse las lenguas ni se imaginaban. Son los castos besos del
cine cl�sico en los que las bocas parecen cerrarse para que el amor no se
transmita de boca a boca. La lengua fue otro descubrimiento que me encant�.
Pod�a recorrer sus dientes, sus enc�as, buscar en lo alto de su paladar la
lampara de Aladino o entretenerme con su lengua en un juego sin fin. Creo,
Monique, que el beso es otro de los pasos esenciales hacia el punto G. En una
pr�xima noche tendremos que batir el record de besos a tornillo. �No te parece,
preciosa?.

-Claro, cari�o, claro, pero me est�s poniendo enferma con
tantos rodeos. Cu�ntalo todo de una vez o mi venganza ser� terrible.

Monique se aferraba con tanta fuerza a mi instrumento que la
venganza me oblig� a ir recto hacia la meta.

"Al acabar la canci�n se desprendi� jadeando como una pantera
en la noche. Sus ojos, en la oscuridad, reluc�an como dos ascuas o as� me lo
pareci�. Hab�a apagado la luz para que nada nos distrajera del baile y ahora o�a
su jadeo angustioso y creo que imaginaba sus ojos porque es imposible que
pudiera verlos, aunque jurar�a que s�, que se acercaban a mi que iba
retrocediendo poco a poco. De pronto me empuj� entre risas hist�ricas y ca� en
la cama cuan largo era.

Encedi� la lamparilla de la mesita de noche y pude ver su
cuerpo sudoroso que se abalanzaba sobre el m�o. Comenz� a besarme en la boca, en
todo el cuerpo. Ya no jadeaba, gem�a como si le doliera algo en las entra�as.
Cre� que me iba a disolver en saliva. De pronto se apart�.

-�Sabes lo que es un preservativo, Larguirucho?.

Negu� con la cabeza, ten�a la boca seca y de buena gana
hubiera pedido un vaso de agua pero tem�a romper el hechizo.

-Es una goma que los hombres se ponen en la picha para no
dejarnos embarazadas. Tambi�n evita las infecciones. Yo estoy tomando la
p�ldora, por eso no hay cuidado pero nunca est�s segura del todo de no haber
pillado alguna infecci�n. �Tienes miedo de que te contagie algo malo?.

Volv� a negar con la cabeza. No me importaba lo m�s m�nimo lo
que me pudiera contagiar con tal de estar dentro de su cueva. No era capaz de
hablar porque mi voz resonando en la habitaci�n me har�a imaginar lo que estaba
sucediendo como real y quer�a que continuase el sue�o el mayor tiempo posible,
ya tendr�a tiempo de despertar.

-Creo que la primera vez debes disfrutar sin goma, con ella
me imagino que no ser� lo mismo, se pierde sensibilidad. Es mucho m�s excitante,
nos arriesgaremos. Ya habr� tiempo de utilizarla goma. Si coges unas purgaciones
las disfrutar�s con gusto. La primera vez es la primera vez. �Bah, qu� importa
lo que suceda!.

Ahora s� se arroj� sobre mi como una verdadera pantera. �C�mo
gem�a la condenada!. Se puso a horcajadas y manipulando en mi sexo introdujo el
drag�n dentro de su cueva. Y nunca mejor dicho porque mi verga era puro fuego.
Me sent� morir de gusto y gem� entrecortadamente. No quer�a que se notara mucho.

-�Maldita sea!. �No te ir�s a correr tan pronto?.

Se retir� y observ� el estado del drag�n. Debi� verlo
demasiado caliente porque me dio dos pellizcos tan brutales que ahora gem� pero
de dolor. A continuaci�n me dio dos bofetadas con tanta fuerza que apunto estuve
se sacudirla. La emoci�n del momento me hab�a bajo a los pies y el drag�n dej�
de echar fuego por la boca. La mir� asombrado.

-Es solo para que te controles. Tienes que aprender a hacerlo
por ti mismo. �Ves c�mo la polla ha disminuido!. Ahora vamos a empezar desde el
principio y con calma. Piensa en otra cosa, pero ni se te ocurra correrte antes
de que yo te lo diga. �Entendido, Larguirucho?.

Asent� otra vez con la cabeza. Se sent� sobre mi muy
suavemente manipulando el instrumento con cuidado como si fuera algo muy fr�gil.
Not� su mano coloc�ndolo dentro de su sexo con delicadeza maternal. Cerr� los
ojos y la dej� hacer. Lo que estaba sintiendo no ten�a nada que ver con la
masturbaci�n, era como la noche al d�a. Sigui� movi�ndose con suavidad
intentando sentir mi pene en cada parte de la vagina. Sus m�sculos lo aferraban
con fuerza impidiendo que intentara escapar. A pesar de mis ojos cerrados cre�a
percibir su mirada atenta en la expresi�n de mi rostro como si en ella pudiera
leer la intensidad de mi placer. Lo cierto es que me estaba muriendo de gusto
pero toda mi preocupaci�n era controlar aquel gusano maldito que se empe�aba en
explotar dentro de la cueva.

-Cuando te vayas a correr d�melo. �Por Dios no te lo calles!.

-Ya no puedo m�s.

Eran mis primeras palabras y salieron entrecortadas porque el
placer se me ven�a a la boca y sent�a unas enormes ganas de gritar. Entonces
ella no se contuvo m�s se puso a galopar fren�ticamente, como si le fuera en
ello la vida.

Explot� como si tuviera una bomba en las entra�as. Todo en mi
interior se qued� vac�o y perd� contacto con el mundo. �Puedes creerlo,
Monique?. Me desmay�, me fui de este mundo con el placer en el grito y mi cuerpo
agit�ndose en estremecimientos incontrolables.

Al volver en mi Mar�a segu�a sobre m�, ronroneando como una
gatita en celo. Se fue calmando poco a poco. Se mov�a hacia delante y hacia
atr�s con suavidad aprovechando los �ltimos estertores del drag�n. Not� la
�ltima bocanada de fuego saliendo disparada hacia las paredes de su vagina y
luego el gusano dej� de estremecerse y se qued� pl�cidamente dormido en su
interior. Su dolorosa rigidez iba disminuyendo para mi alivio. Ella dio un
fuerte suspir� y desprendi�ndose de mi se tumb� al lado.

-�Lo has pasado bien?.

Asent� de nuevo con la cabeza.

-Cre� que me mor�a. Mar�a, te lo juro. Cre� que me mor�a. He
debido desmayarme unos segundos.

-�En serio?. Eso es buen�simo. Genial. Creo que os sucede
pocas veces pero cuando pasa es como si os fuerais a morir. Me ha pasado solo un
par de veces pero estuve a punto de salir corriendo a llamar a una ambulancia.
En nuestro caso o no te enteras o lo pasas bien sin m�s o quieres seguir
haci�ndolo hora tras hora sin parar. En mi caso me cost� un poco, pero cuando
sent� un orgasmo-orgasmo ya no quise parar. No hay nada mejor en la vida. Ja,ja.
Te lo digo yo.

Se re�a con ganas la condenada. Estaba m�s contenta que unas
pascuas. No quise preguntar c�mo hab�a sido conmigo por miedo a que su respuesta
me decepcionada pero imaginaba que no pod�a haber ido muy mal la cosa a la vista
de su alegr�a y de sus gemidos.

-Vas a ser el ni�o de mamaita durante mucho, mucho tiempo.
Luego me dejar�s como hacen todos, pero entretanto voy a disfrutar como hac�a
tiempo que no disfrutaba, te lo prometo.

-No, no lo har� Mar�a, te lo juro. Te quiero.

Lo acababa de decir. Me hab�a salido del alma porque era lo
que realmente estaba sintiendo en aquellos momentos a pesar de no tener ni idea
de lo que pod�a ser el amor. El juramento era tan sagrado como ante una biblia.
Al menos yo lo sent�a as�.

-Lo haras, como todos, pero no te preocupes. Antes te sacar�
todo el jugo que pueda y va a ser mucho. Las mujeres se te van a rifar, eres un
amante nato, Larguirucho, a pesar de que no tengas la menor experiencia. Pero
eso se aprende y yo voy a ser una buena maestra, cari�o, ya lo ver�s. Mira, te
voy a contar como soy para que ese sentimiento que tienes en la boca como un
caramelo se deshaga. No es amor, es agradecimiento por el placer que has
recibido y que esperas recibir porque esto no ha sido nada, ya ver�s. No quiero
que te enamores de mi, no lo merezco. Tienes que prometerme que no lo har�s, �me
oyes?. �J�ralo!.

-No, no puedo. Te quiero. Mar�a.

-Bueno eso es normal la primera vez. No puedes evitarlo pero
ya se te pasar�. Vamos a darnos una ducha y luego te cuento. �Vale cari�o!.

Estaba a punto de asentir con la cabeza pero al abrir los
ojos -los hab�a cerrado para rememorar mejor la escena- pude ver c�mo Monique,
incapaz de controlar su excitaci�n, estaba ya a horcajadas sobre mi e intentaba
galopar como Mar�a. Era una sorpresa agradable que tomara la iniciativa. Ten�a
la sensaci�n de que en un par de noches aquella mujer cohibida y bastante
puritana iba a perder todas sus inhibiciones. Dej� de hacerme preguntas y me
concentr� en la galopada.

Continuar�.