Relato: El lado interesante de vender casas Esta es la historia del evento m�s fascinante que he vivido,
al paso de estos meses cada vez que lo he analizado he llegado a la conclusi�n
de que las coincidencias no existen, todo lo que me ha pasado ha sucedido por
algo.
Antes de seguir me puedo describir como un tipo normal,
aunque me preocupo mucho por siempre estar un poco m�s que presentable, mido
1.80 y peso 78 kilos, no soy muy regular en el ejercicio, pero procuro
mantenerme en forma m�s por salud que por vanidad, soy divorciado desde hace 3
a�os, sin hijos y tengo 36 a�os. Durante este tiempo he sostenido algunas
relaciones serias y otras realmente muy poco serias.
Parte de esta historia empez� hace varios a�os, cuando yo me
desempe�aba como Gerente de una sucursal bancaria en la Cd. de M�xico, mi
sucursal se encontraba en una de las zonas m�s concurridas de la ciudad, en la
zona centro, era una zona tur�stica, hab�an muchas embajadas, hoteles y
restaurants de lujo y sobretodo uno de los m�s exclusivos corredores de oficinas
de la ciudad.
Gracias a esto y a que procuraba dar un trato grato y
personalizado a los clientes, pude hacer muy buenas relaciones y conexiones que
a la postre resultar�an ser muy �tiles, durante ese tiempo conoc� a mucha gente,
muchas veces recib�a oportunidades de trabajo que la verdad yo ni siquiera hab�a
buscado, pero que sin embargo, a veces eran atrayentes, hace 2 a�os decid�
aceptar una de estas propuestas, yo todav�a no me hab�a repuesto del todo del
divorcio y ya quer�a cambiar de actividad para ver si lograba dar as� un cambio
a mi vida e ir dejando atr�s el pasado. Tambi�n decid� aceptar este trabajo por
que era la forma de sacar provecho de la red de contactos que ya hab�a
establecido en mi trabajo en el banco. Me integr� a la fuerza de ventas de una
mediana agencia inmobiliaria de la zona. Dado que era una zona muy mezclada, lo
mismo promov�an casas, departamentos, oficinas, locales comerciales, etc.
La primer recomendaci�n que me hicieron mis jefes fue ponerme
en contacto con todos mis conocidos e informarles donde trabajaba y a que me
dedicaba, gracias a esto al poco tiempo de entrar pude vender un local para un
peque�o restaurant en la zona rosa, pude rentar una oficinas para una empresa
mediana, en fin, creo que mejor no puedo estar. Parte de lo que me m�s me gusta
es que mantengo cierta independencia en cuanto a mi horario, yo puedo arreglar
mis citas de la mejor manera, voy a la oficina todos los d�as pero sin necesidad
de checar tarjeta y como en este tiempo soy de las personas m�s productivas de
la oficina tengo un trato preferencial de los due�os y el reconocimiento de mis
colegas que en su mayor�a son mujeres.
Hace unos meses recib� una llamada de un antiguo compa�ero
del banco con el cual todav�a mantengo una buena relaci�n, �l me estaba
recomendando con un cliente suyo, me platic� la urgencia del cliente ya que se
le hab�a autorizado un cr�dito hipotecario para formalizar la compra de una casa
y a �ltima hora se deshiz� el trato con el vendedor, el problema no era s�lo
ese, sino que �l ya hab�a vendido su casa y ten�a que entregarla en 30 d�as, por
lo que en ese lapso de tiempo yo le tendr�a que buscar una casa, llegar a una
buena negociaci�n, cerrar el trato y apresurar todo el tramite y papeleo para
que todo estuviera listo en ese lapso de tiempo. Me dio el nombre del cliente y
el tel�fono de su oficina, tambi�n me dio el de su casa pero me insisti� en que
intentar� primero en su oficina, ya que al parecer no le gustaba tratar estos
asuntos en su casa, pero sobretodo me dio a entender que era un tipo medio
celoso y que no le gustaba que cualquier persona tuviera contacto ni siquiera
telef�nico con su querida esposa. Tambi�n me dijo que a este tipo le encantaba
cerrar negocios en los llamados "table-dance", dentro de m� me empezaba a formar
una imagen de �l como la de cualquier macho que no deja ni asomar a su esposa a
la ventana, pero que se da la gran vida por su cuenta.
Desde luego mi amigo me hab�a dado sus datos con autorizaci�n
suya, ya que era una forma de ayudarlo a solucionar el problema en el que se
encontraba. Muy grata fue mi sorpresa cuando despu�s de terminar la llamada con
mi amigo record� que yo ya conoc�a a esa persona, hab�an sido cliente m�o en el
banco y seg�n recuerdo qued� muy satisfecho con mi servicio ya que le apoy� para
conseguir un financiamiento para su empresa, �l se dedicaba al desarrollo de
software, por lo cu�l viajaba mucho al interior del pa�s y uno que otro viaje al
extranjero.
Inmediatamente me puse en contacto con �l para atender este
asunto, hablamos por tel�fono por espacio de 25 minutos, tiempo durante el cual
me platic� m�s de la situaci�n y recordamos la relaci�n de trabajo que hab�amos
tenido hace alg�n tiempo, por lo mismo creo que le inspire m�s confianza. Ese
d�a era Lunes y acordamos una cita en mi oficina para el Mi�rcoles en la tarde
ya que era la hora en que su esposa pod�a.
Ese d�a transcurri� como todos y a la hora se�alada llego con
su esposa, se llamaba Silvia, me sorprendi� gratamente, el rondar�a casi por los
50 a�os y su esposa era mucho m�s joven que �l, seg�n mis c�lculos ella no deb�a
pasar de los 35 a�os, era muy guapa; por lo que se ve�a ella no era la cl�sica
ama de casa, se notaba que era ejecutiva, ese d�a aunque vest�a de manera
discreta se ve�a muy bien, vest�a un traje gris Oxford, la falda le llegaba
apenas encima de la rodilla, tr�a medias negras de las transparentes, no se
pod�a ver bien del todo pero se le dibujaban unas deseables, hermosas y bien
contorneadas piernas, una blusa blanca ligeramente ajustada y encima un saco
corto, por lo anterior aunque su forma de vestir era muy sobria no dejaba lugar
a dudas que ante mis ojos desfilaba una exquisitura de mujer, ella deb�a de
medir 1.65 mts, estaba muy bien proporcionada, no era ni gorda ni delgada, m�s
bien parec�a que todo estaba en su lugar. Dentro de mi no dejaba de pensar en lo
afortunado del Sr. X (prefiero omitir su verdadero nombre y lo seguir� llamado
el Sr X en este relato), ella ten�a el cabello negro muy bien cuidado y suelto,
usaba muy poco maquillaje, pero ten�a una gran belleza natural. Ahora entend�a
por que la celaba su esposo, ella s�lo me despertaba deseos de tenerla y no creo
ser el �nico hombre a quien le provocaba esos deseos.
El motivo de la reuni�n era conocer m�s acerca de sus
necesidades, mostrarles aunque sea en foto algo de lo que m�s les interesara y
si se pod�a llevarlos a conocer alguna de las propiedades que m�s les hubiera
interesado. Les ofrec� pasar a una sala de juntas para poder platicar, le mesa
era de cristal con centro de cantera en una columna ancha, lo cual me permiti�
de manera discreta, pero efectiva recrearme viendo un poco de sus atractivas
piernas, al sentarse se le subi� un poco la falda al cruzar de manera elegante
sus piernas por lo que pude apreciar un poquito m�s, pero no lo suficiente como
para que mi deseo disminuyera, de hecho fue todo lo contrario. Me comentaron que
ten�an 2 hijos, un ni�o de 7 a�os y una ni�a de 6, por lo cual quer�an que cada
uno tuviera su propia rec�mara y que cada una tuviera su propio ba�o. Algo
dif�cil la petici�n, pero nada que fuera imposible. Les mostr� la ficha t�cnica
y la fotograf�a de 6 casas que se aproximaban lo m�s posible a sus necesidades,
mientras tanto yo no dejaba de mirar de reojo a esa hermosa mujer, poco a poco
se fue soltando m�s y descuido un poco su posici�n, le falda se le trep� un
poquito m�s y cuando menos me di cuenta ya hab�an terminado de ver las fotos.
Afortunadamente para m� quer�an ver todas las casas, pero como algunas de ellas
estaban ocupadas hab�a que pedir cita con un d�a de anticipaci�n y ten�a llaves
en la oficina de otras 2 casas, las cuales podr�amos visitar en cualquier
momento, yo les recomend� que mejor las vi�ramos en otro momento ya que empezaba
a atardecer y ya nos quedaba muy poca luz de d�a y la verdad as� no se puede
apreciar muy bien.
El Sr X me comento que el saldr�a de viaje al otro d�a y que
ten�a pensado regresar hasta el s�bado en la tarde, pero que iba a hacer todo lo
posible para adelantar su regreso al viernes y as� poder disponer del s�bado
para ver las casas en la ma�ana. As� quedamos y se despidieron, los acompa�� a
la puerta de la oficina y me qued� parado un momento ah� como viendo a otro
lado, en realidad lo que quer�a era admirar un poco m�s a ese rico manjar y en
eso estaba yo cuando sin darme cuenta ella como a 20 pasos de distancia volteo
de espaldas hacia mi, su esposo no se dio cuenta por que hab�a recibido una
llamada por su celular y para mi desgracia la intenci�n de mi mirada no dejaba
lugar a dudas, pero fingi� que no hab�a pasado nada y sigui� caminando hacia su
coche de una manera exquisita. Ese d�a no pude despejar de mi mente la
majestuosa imagen de Silvia, su magnetismo y sensualidad eran �nicas.
El jueves por la ma�ana tuve un par de citas fuera de la
oficina y llegu� a la oficina como a eso de las 12:30, cuando llegu� me pasaron
mis recados y entre ellos me llam� la atenci�n que Silvia me hab�a buscado hac�a
una hora, me dej� el tel�fono de su oficina y s�lo ped�a que le devolviera la
llamada ya que ten�a que hablar conmigo. Eficiente y servicial como soy (y quien
no lo iba a serlo con ese bomb�n) inmediatamente le habl�, su voz era firme,
pero sensual, me coment� que ayer hab�an tenido poco tiempo de platicar m�s,
pero que a ella se le hab�a cruzado por la cabeza hace tiempo la idea rentar una
peque�a oficina, me dijo que ella se dedicaba de manera independiente al dise�o
gr�fico y que hasta el momento trabajaba desde una oficina que ya le estaba
empezando a quedar chica, no necesitaba mucho espacio, dos privados, una sala de
juntas y una peque�a recepci�n, ella trabajaba con una dise�adora, una
secretaria y un mensajero, platicamos acerca de las posibilidades en la zona, de
los precios, y de las condiciones. La exhorte a ver las oficinas que ten�amos
disponibles cuanto antes ya que hay una gran demanda y nos duraban muy poco
tiempo disponibles, me dio la direcci�n de su oficina y quedamos en que yo
pasar�a por ella ese mismo d�a a las 4:00 de la tarde para ir a ver 2 oficinas,
una por cierto estaba muy cerca de donde yo trabajaba.
Decid� irme a comer a mi casa m�s temprano de lo normal, yo
vivo a 8 minutos en coche de mi oficina, me prepar� algo de comer r�pido, me
lav� los dientes me volv� a poner un toque de loci�n refrescante, incluso me
cambi� de camisa y escog� una corbata menos simple que me chuleaban todas mis
colegas cada vez que la usaba.
Llegu� a un viejo edificio en la colonia Cuauht�moc, toqu�
por el intercomunicador, me anuncie con su secretaria y me dijo que ella bajar�a
en 1 minuto, me qued� esper�ndola afuera, pasaron 10 minutos, cuando la vi
aparecer por la puerta (era notorio que ella hab�a aprovechado estos minutos
para darse una retocada que ni falta le hac�a) me qued� estupefacto cuando la
vi, se ve�a sensual�sima, vest�a una minifalda gris claro y con una abertura de
en la pierna izquierda le resaltaban unas nalgas muy bien logradas, nuevamente
sus bellas piernas eran presa de unas medias negras de apariencia suave,
delicada y acariciable, usaba zapatos de tac�n alto, vest�a tambi�n una blusa
sedosa de tonalidad azul, era un poco ajustada por lo que se le ve�a una cintura
bien trabajada y sus tetas no eran de dimensiones astron�micas pero igual eran
apetecibles. Ella me sonr�o y de manera m�s c�lida que el d�a anterior nos
saludamos de beso; la invite a subir a mi coche para irnos, como todo caballero
no perd� oportunidad de abrirle la puerta y gozar viendo como al sentarse la
falda se le sub�a m�s de media pierna, al dar la vuelta hacia el lado del
conductor ella ya se hab�a estirado para abrirme lo cual me complaci�,
afortunadamente hab�a mucho tr�fico, de camino �bamos conversando de manera muy
c�lida, me dijo que apenas hace poco hab�a retomado su carrera a pesar de que su
esposo se negaba y que le estaba funcionando muy bien, me dijo que sus hijos ya
estaban en la primaria y que ya se pod�a dedicar un poco m�s a ella, al trabajo
y al ejercicio (no hab�a duda de ello) nos ca�mos muy bien, ella se mostraba
tranquila pero sus movimientos eran un poco inquietos, yo le platiqu� de mi vida
y ella de la suya.
Llegamos a la primer oficina y no le desagrad� del todo, el
inconveniente es que no ten�a estacionamiento y estaba en una zona un poco
complicada, hab�an negocios en la calle y eso no era buena apariencia, aparte de
que al dirigirnos caminando a la oficina los comerciantes y uno que otro
transe�nte se la com�an con la mirada lo cual ella parec�a ignorar. Como yo
ten�a las llaves abr� la puerta y me hice a un lado para dejarla pasar, sin
embargo por lo estrecho ella pas� muy cerca de m� d�ndose una leve fricci�n
entre mi miembro y sus ricas nalgas, ni ella ni yo le dimos importancia y ni
siquiera le ped� perd�n, su indiferencia me agrad�, ya que al salir despu�s de
haber visto la oficina tuvimos el mismo "accidente" aunque sent� un poco m�s
lento su andar.
Nuevamente nos dirigimos a la otra oficina, est�bamos
circulando cuando son� su tel�fono celular, solo escuche que ella le dec�a a su
interlocutor que se encontraba haciendo unas compras de papeler�a del negocio y
que ella se comunicar�a con determinada persona cuando regresara a la oficina;
en cuanto colg� me dijo que era su esposo y que de hecho el motivo de la llamada
era para que me hablara y me dijera que �l no podr�a adelantar su regreso y que
mejor ella se adelantara y viera las casas conmigo el mismo viernes y que
despu�s s�lo volver�an a ver las que finalmente a ella le hubieran gustado. La
primer interrogante que me lleg� fue la doble mentira que ella acaba de decir,
en primera no se encontraba haciendo compras, estaba conmigo en mi coche,
est�bamos viendo oficinas para ella, y segundo, esa persona a la que se refer�a
que ella le hablar�a era yo, yo estaba a su lado no hab�a que regresar a la
oficina para comunicarme nada, ya lo hab�a hecho. Me encant� la idea de que le
mintiera a su esposo por m� causa. Terminado esto me explico que su marido era
demasiado celoso y que cualquier cosa por "inocente" que fuera pod�a acabar con
la b�squeda de casa, por lo menos conmigo.
As� transcurri� la tarde, llegamos a la otra oficina que
estaba cerca de la m�a (a 3 cuadras) era una mejor zona, ten�a disponible un
estacionamiento, las escaleras eran estrechas y solo pod�a pasar una persona a
la vez y como siempre le di el paso, la oficina estaba en un tercer piso y en
todo ese trayecto me recree la vista viendo paso a paso unas deliciosas nalgas a
la altura de mi cara, me las quer�a comer todas, ella desde luego sab�a que yo
iba a escasos pasos detr�s de ella y como si nada segu�a platicando de cualquier
cosa.
Ya eran como las 6:30 de la tarde y despu�s de ver las
oficinas nos dirigimos de regreso a su actual oficina, dentro de la animada
platica que hab�amos tenido yo sab�a que sus hijos se encontraban en casa de su
mam� y que sus empleados salen de trabajar a las 5:30 por lo que ya ten�an una
hora de haber salido; me invito a pasar para platicar acerca de una posible
propuesta de renta de la oficina.
No hab�a nadie en su oficina y al parecer tampoco en el
edificio que por dem�s era muy tranquilo, la chapa de entrada a su despacho
estaba un poco dura por lo que sin quitarse ella de delante de m� me ofrec� a
ayudarle con la llave, pr�cticamente la ten�a abrazada por detr�s, le di uno o
dos leves rosones por detr�s y por respuesta �nicamente recib� un leve empuj�n
de ella hacia m�, empezaba a tener indicios de que est�bamos por cerrar algo m�s
que un negocio.
Ya adentr� me pas� a su oficina, era peque�a, pero ten�a
incluso un peque�o sof� (que por cierto se hac�a cama) me invit� a tomar algo de
su minibar que ten�a ah� mismo, le ped� un refresco y ella tambi�n quer�a uno,
al agacharse se puso en cuclillas y pude apreciar la magnificencia de sus
hermosas piernas, despu�s en lugar de sentarse en frente de mi en su escritorio
prefiri� sentarse a un lado de m�, cruzo su pierna de manera sensual y lenta, la
minifalda se le subi� m�s de la cuenta, pero parec�a no importarle, era obvio
que quer�a regalarme una vista de si misma divina. El paisaje que ten�a ante mi
provoc� una erecci�n dif�cil de esconder, creo que ella lo notaba. La verdad yo
no me pod�a concentrar en hablar de negocios y viendo que ten�a cierta entrada
le dije que la consideraba una mujer muy guapa y atractiva. Ella me lo agradeci�
con sonrojo y alzando un poco m�s su pierna izquierda que ten�a cruzada, ella me
dijo que no acostumbraba vestir as�, que solo lo hac�a cuando su esposo no
estaba, ya que le enfurec�a verla salir as� de su casa, por lo cual ella
aprovechaba estos d�as para vestir como le diera la gana y que ante tanta
represi�n lo hac�a por despecho cuando �l no estaba.
Repentinamente se par� y se dirigi� a cerrar la ventana que
daba a la calle y a cerrar sus persianas, mientras ella me daba la espalda no
perd� la oportunidad de dirigirme hacia ella y estando de espaldas la tome por
la cintura y le restregu� mi aparato a su culo, ella no hizo ning�n movimiento,
se dej� hacer con tremenda lujuria, estando en esa estrat�gica posici�n empec� a
besarle el cuello y a apretujar de manera suculenta sus tetas, ella se volteo y
estando de frente se peg� a mi anhelante miembro viril, se lo restregaba encima
de la ropa, nos d�bamos tremendos y lujuriosos besos, le pasaba mis manos de
manera golosa por sus nalgas, las apretujaba, las gozaba, me tom� de la mano y
de manera delicada me invit� a sentarme al sof�, ella se sent� sobre m� de
frente, la falda ya se le hab�a subido por completo y yo segu�a acarici�ndole
con una mano las piernas prisioneras se esas delicadas medias y con la otra
hacia esfuerzos para despojarla de su blusa, la cual cedi� ante mi repentina
habilidad, quedando ante mi dos hermosas tetas a punto de explotar debajo de un
fino brassiere, hecho esto ella se mov�a hacia atr�s y adelante sintiendo debajo
de su v�gina la erecci�n que ten�a preparada para ella, la temperatura se hab�a
hasta arriba y ella echo ambas manos a su espalda para desabrochar su fino
brassiere, me com� de manera golosa ese par de tetas, las chupaba, les daba
peque�os mordiscos, las manoseaba h�bilmente, mientras yo hac�a eso ella
empezaba a buscar la manera de acercarse al cierre de mi pantal�n, una vez que
lo encontr� lo bajo y busco de manera desesperada tener entre sus manos a mi
pene, su b�squeda hab�a sido exitosa y entre beso, jadeo y manoseo le dije que
me gustar�a que me lo mamara.
Silvia ni tarda ni perezosa se aparto de encima de mi, se
dirigi� hacia mi pene y de manera delicada empez� por darme lenguetazos en el
glande, luego a recorrer con su lengua desde mis bolas hasta arriba, termin�
metiendoselo hasta donde alcanz�, lo besaba con devoci�n y entrega, con una mano
me acariciaba las bolas mientras la otra la pas� por detr�s de m� como queriendo
que me acercara m�s su boca, as� estuvimos unos minutos mientras yo le
acariciaba su cabeza y sus tetas que ya estaban dur�simas, creo que ni yo ni
ella quer�amos corrernos en esta primera ocasi�n en su boca por lo que se apart�
y sigui� besandome hacia arriba mientras yo me iba desabrochando la camisa, los
pantalones cayeron por su propio peso una vez que me par�.
Parados nos seguimos besando y le ayude a aflojarle su
exquisita minifalda, qued� en medias y unas bragas negras mismas que ayude a
despojar, acto seguido me volv� a sentar y ella ya sin nada encima se clavo
sobre m� primero lentamente y luego de manera en�rgica como pose�dos, los
movimientos aunque fren�ticos eran bastante r�tmicos cada embate que le
proporcionaba contra su pelvis lo goz�bamos al m�ximo, ella estaba dando unos
gemidos cada vez m�s intensos los cuales eran alternados con la mordida de
labios que se estaba dando, entre gemidos me ped�a que se la metiera toda, me
dijo que ser�a mi esclava que le pidiera cualquier cosa, que yo mandaba, que
quer�a regalarme la mejor cogida de su vida, que le encantaba sentirme dentro,
me ped�a que me viniera con todo y de pronto se contorsion� hacia atr�s
arqueando su espalda y dando un grito de goz�, producto de un magn�fico orgasmo
que tuvo, sent� unos chorros calientitos bajando por mis bolas y despu�s de eso
me vine dentro de Silvia con unos chorros de semen calientes y espesos.
Terminamos abrazados y en un rico cachondeo. Antes de
vestirse le ped� me regalara sus bragas muy mojadas por cierto como recuerdo,
una vez vestidos quedamos en vernos al otro d�a para ir a ver las casas, pero lo
que sucedi� ah� es tema de otro relato.
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Relato: El lado interesante de vender casas
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