Hola una vez mas queridos lectores, para los que no me
conocen, me llamo Carlos y esta es la segunda parte de mi historia "la escuela
del placer". Quien no halla le�do la primera parte no sabr� de que trata esta
segunda entrega, por lo que les pido que la lean. Por ultimo, les recuerdo mi
direcci�n de correo electr�nico
o
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO, y recuerden escribir sus comentarios sobre mi obra ya
que de eso depende que un servidor siga con las historias, sin mas que decir,
comencemos.
Era ya el segundo d�a de clases que iba a tener en aquella
prestigiosa escuela para se�oritas y como siempre, mi bella esposa me levanto
con una visi�n de lo mas acogedora. Su vagina depilada escurr�a sin cesar litros
y litros de su delicioso sexo mientras mi verga se pon�a cada vez mas dura y
gruesa a pesar de que no tubo descanso hasta ya muy entrada la noche, le habia
hecho el amor a mi esposa de una forma bastante exagerada tapando todos y cada
uno de sus agujeros, pensando en cada momento en mi linda alumna Melody. La
noche de aquel d�a, mi esposa me encontr� totalmente desnudo en la cama y con
una erecci�n de lo mas excitante, esperaba a que ella llegara para poder
satisfacer mi deseo de penetrar una conchita apretada y la de mi esposa no
estaba nada mal. Le quite las bragas r�pidamente haciendo a un lado su falda y
apunte mi pistolon justo a su sabroso ano, ella solo gritaba de placer pidiendo
por mas mientras yo me imaginaba que era la dulce Melody a la que estaba
atravesando. Al terminar, nos quedamos dormidos con una sonrisa de satisfacci�n
mientras mi mente trataba de imaginar que seria lo que pasar�a el dia de ma�ana
en aquella estupenda escuela.
Al momento de llegar a la escuela me encontr� en la entrada a
la que seria mi alumna preferida, Melody, vestida con su hermoso uniforme y con
unas hermosas coletas que desbordaban ternura a todo el que la viera.
-buenos d�as papi- me saludo con la mayor naturalidad que se
pudiera ver.
-silencio Melody- le dije mientras volteaba de un lado a otro
para ver que nadie nos halla escuchado- te dije que me dijeras asi solo cuando
estemos solos- termine diciendo un poco aliviado al ver que nadie nos habia
escuchado.
-lo siento pa...profesor- me contesto instintivamente al ver
que una de sus compa�eras se nos acercaba.
Melody se alejo un poco para conversar con su compa�era,
supuse que era una de las amigas que habia hecho en el grado anterior y entonces
me retire para dejarlas platicar mientras ve�a como Melody me segu�a con la
vista perdi�ndome entre los arbustos.
Las primeras horas pasaron sin pena ni gloria mientras
esperaba a que la campana que anunciaba el receso tocara con su ya muy
acostumbrado tintineo ruidoso y yo pudiera salir inmediatamente a mi lugar
favorito para esperar a mi ya muy favorita alumna.
Son� la campana y todas las ni�as sal�an r�pidamente a
disfrutar de aquel merecido descanso que se les proporcionaba todos los d�as,
todas menos Melody. Al parecer ella esperaba a que todas se fueran para poder
charlar conmigo y tal vez, algo mas.
-�por que no sales princesa?- le dije sabiendo que no habia
nadie que nos escuchara.
-quisiera hablar contigo papi- me dijo recordando como me
deb�a llamar cuando no hubiera nadie.
-�de que quieres hablar princesa?- le pregunte mirando sus
lindas piernas que sobresal�an de aquella falda tan corta.
-quer�a...-me dijo t�midamente- si me podr�as hacer lo mismo
que ayer, es que me gusto mucho, y tambi�n quisiera saber si me dejas chuparte
la verga de nuevo- termino poni�ndose totalmente roja de verg�enza mientras
hacia nudos con su falda levant�ndola hasta dejar ver sus lindas bragas rosas.
Yo me acerque lentamente hacia ella, le levante la cabeza y
acerque mi boca a sus labios abri�ndolos lentamente con mi lengua y metiendola
hasta saborear cada parte de aquella suave lengua que ayer me habia lamido la
verga.
-pero no tienes que avergonzarte princesa- le dije despu�s de
sacar mi lengua de entre sus labios.
-no, es que me acorde de cuando me lami� aqu� abajo- me dijo
se�alando con su mirada aquel conejito virgen que tenia entre sus piernas- y
entonces me empec� a calentar un poquito y creo que se me mojaron mis bragas-
termino pasando sus linda manita por encima de sus bragas y sac�ndola un poco
h�meda.
-eso es normal princesa- le dije mientras tomaba su delicada
mano y lam�a los dedos humedecidos por su n�ctar.- ahora dir�gete donde me
encontraste ayer y qu�tate las bragas, esta bien.
-esta bien, papi- dijo mientras se levantaba y se retiraba
mir�ndome con una sonrisa infantil muy hermosa.
Despu�s de que sali�, instant�neamente cerr� la puerta del
sal�n, me quite el pantal�n y los calzones dejando al descubierto mi enorme pene
que se encontraba totalmente endurecido y parec�a querer explotar d�ndome una
sensaci�n un poco dolorosa debido a la gran presi�n que tenia en esos momentos y
que no quer�a descargar. R�pidamente tome mis calzoncillos y los met� en mi
portafolios para luego ponerme una vez mas mi delgado pantal�n que dejaba notar
muy bien mi gran verga.
Cuando llegue al lugar pactado observe entre los arbustos a
la peque�a Melody sentada sobre el c�sped con las rodillas dobladas y dejando al
descubierto aquella dulce y suave vagina que ya habia saboreado el otro dia; se
ve�a preciosa, mirando al cielo con la inocencia que la caracterizaba y con sus
rizos color miel cayendo en sus hombros, sus hermosas piernas que contrastaban
con el color tostado de su piel y que pod�a apreciar gracias a la peque�a falda
de su uniforme. La visi�n que tenia era asombrosa, ya quer�a tocar su lindo
cuerpo delgado y rozar su vagina con mi verga, quer�a lamerle su cl�toris,
quer�a hacerle de todo. R�pidamente me quite el pantal�n y aparec� frente a ella
con la verga totalmente petrificada tambi�n mirando hacia el cielo; Melody no
dijo nada, se quedo observando mi pene como si una fuerza desconocida la
estuviera hipnotizando y como no recib�a ninguna respuesta me acerque lentamente
a ella y con mi mano apunte mi verga hacia su boquita; la peque�a levanto la
vista, sus ojos mostraban el entusiasmo de una ni�a al recibir un regalo,
lentamente se acerco hacia mi y empez� a lamer suavemente mi verga haciendo
�nfasis en el glande como si ya supiera que es la parte mas sensible de los
hombres. Su lengua h�meda me calentaba de una forma casi inexplicable, ni
siquiera mi esposa me hacia sentir asi. Melody era una de esas peque�as nacidas
solo para el sexo: con un hermoso cuerpo, piel suave y tersa, una carita
angelical, una lengua suave y h�meda y lo mejor de todo era la inocencia que
irradiaba a todo aquel que la mirase. No pod�a aguantar mas y fue cuando una vez
mas me corr� a borbotones sobre la linda carita de la peque�a dej�ndole
totalmente empapado el su�ter escolar.
-ay, mi su�ter esta cubierto de esta cosa pegajosa- me dijo
mientras se embarraba, sin pensarlo, mi semen en su su�ter.
-dime princesa- le dije- �tu sabes como se llama lo que te
acabo de echar?.
-nop- me respondi�- y se me olvido preguntarle ayer, jijiji.-
me dijo mientras me sonre�a alegremente.
-bueno mi amor-dije- lo que tienes en el su�ter se llama
leche.
-�esto es leche?- pregunto mientras tomaba un poco con su
mano y lo probaba- no sabe a leche.
-es leche de hombre mi amor, pru�balo bien y le agarraras
sabor- le dije.
El ver a Melody tomar mi semen con sus manos y llev�rselo a
la boca me hizo recuperar las fuerzas de mi verga, pareciera que la tenia aun
mas hinchada que la ultima vez y palpitaba como si en lugar de verga fuera mi
coraz�n.
-no sabe a na...- quiso hablar pero se quedo callada mirando
fijamente como mi pene retumbaba como loco- �que le pasa a tu verga?- me
pregunto con un poco de preocupaci�n mientras me agarraba el pene con sus lindas
manitas.
-no te preocupes princesa- le dije- lo que pasa es que ya
quiere cojerte y sentir tus jugos sobre ella- le dije de la forma mas descarada
que se puedan imaginar.
-�que..?- me pregunto totalmente confundida con lo que le
habia dicho.
-�sabes para que sirve tu vagina mi amor?- le pregunte
pensando que ya sabia que era una vagina pero...
-�que es vagina?- me pregunto con inocencia y un poco de
confusi�n.
-�no sabes que es la vagina?-le dije bastante sorprendido.
-nop- me dijo confundida todav�a.
-es por donde te sale tu pipi princesa- le dije cari�osamente
mientras pensaba en su inocencia infantil.
-que chistoso nombre, jijiji- me dijo riendo mientras se
recog�a la falda y se miraba su conchita.
-bueno, pero �sabes para que sirve?- le pregunte agarrandome
mi pene que ya quer�a entrar en aquella preciosidad.
-pues para hacer pipi, papi tonto, jijiji- me contesto.
-jajaja, tienes raz�n mi amor- le dije con risas fingidas-
�pero sabes para que mas sirve?- le pregunte.
-no- me dijo mientras me miraba con una cara de "quiero
saber".
-pues sirve para guardar las vergas de los hombres- le dije
mientras me sobaba mi muy hinchado paquete.
Melody se volvi� a alzar la falda y se miro fijamente su
vagina, despu�s de unos segundos simplemente me dijo "no te creo".
-es en serio- le dije- te lo voy a demostrar, acu�state sobre
el c�sped con tus piernitas abiertas.
Ella no dijo nada, solo tenia dos d�as de conocerme y me
hacia caso en todo y para todo lo que le dijera. Se acost� sobre el pasto y
suavemente abri� sus piernas mostr�ndome su lampi�a hendidura que se ve�a aun
mas apetitosa que la ultima vez que se la lam�, la contemple durante varios
segundos y acerque r�pidamente mi lengua a su vagina lamiendo mas suave y mas
lentamente que el dia anterior. Melody lanzaba peque�os suspiros mientras su
respiraci�n se agitaba a cada segundo, sus mejillas estaban completamente rojas
y se aferraba al c�sped con tal fuerza que lo arrancaba. Cuando le di la ultima
lamida, sent� como sus piernas se cerraban sobre mi cabeza atrap�ndome entre
ellas a la vez que sent�a su n�ctar esparcirse por mi cara mientras trataba de
cubrir su boca para que nadie la oyese. Despu�s de liberarme, decid� que ya era
hora de que le fuera metiendo mi pene y la hiciera sentir una mujer.
Melody segu�a acostada sobre el c�sped y yo tenia una
erecci�n incontrolable, tiernamente le separe las piernas dejando al descubierto
aquel conejito h�medo que parec�a llamarme a gritos y entonces empec� mi faena.
Con mi mano derecha apunte mi garrote hacia aquel peque�o bot�n de rosa,
acerc�ndome cada vez mas hasta lograr hacer contacto con aquella suave y
humectada conchita y quebrantar la muralla virginal que la peque�a conservaba
desde hace diez a�os.
Como habia dicho anteriormente, Melody era de aquellas
peque�as que por su cuerpo eran perfectas para el sexo y pude comprobarlo cuando
mi glande entro en aquella cavidad. No estaba apretado pero tampoco flojo,
justamente perfecto para mi pene pues se amoldaba como anillo al dedo. Sent�a
una ligera presi�n sobre mi glande y una dulce humedad que me hac�an continuar
con mi faena; fue entonces que logre palpar la ligera y suave muralla que me
imped�a el paso hacia el para�so.
-ay, papi, �qu� me haces?- me pregunto mi peque�a princesa al
sentir mi animalote dentro de ella.
-nada princesa, solo te muestro para que sirve tu vaginita-
le conteste mientras sacaba lentamente mi verga- �te duele?-le pregunte.
-no...pero-dijo.
-�qu� pasa coraz�n?- le pregunte mientras met�a mis manos por
debajo de su blusa y le acariciaba sus peque�os pezones.
-�aaahh!, me siento extra�a- me contesto mientras me miraba
fijamente con las mejillas rojas.
-�te gusta?- le pregunte aun sabiendo la respuesta.
-�aaahh!, si- me contesto entre suspiros.
-princesita- le dije- ahora te mostrare que tu vagina sirve
para guardar mi verga, solo cierra los ojos y rel�jate mientras meto mi verga en
tu conchita- termine dici�ndole mientras volvia a meter mi pene hasta tocar su
himen. Sin duda, Melody estaba dise�ada solo para sentir placer al momento de
penetrarla, solo esperaba que al quitarle su virginidad no sintiera tanto dolor.
-�qu� es...�aaahh!...conchita?- me pregunto antes de que
pudiera atravesarla completamente, arruinando mi oportunidad de desvirgarla.
-asi tambi�n se le dice a la vagina- le conteste bastante
frustrado mientras intentaba no enojarme por aquella est�pida pregunta.
Ya no pude recibir respuesta de su parte, la campana que
anunciaba el fin del descanso son� y no me quedo mas remedio que sacar mi pene
de la vagina de Melody. Nos levantamos y le quite el su�ter para que nadie lo
viera mientras le dec�a que no le dijera a nadie lo que habia sucedido ah�; ella
solo me miro con sus lindos ojos verdes y r�pidamente tomo mi verga, la lami�
lentamente desde los test�culos hasta el glande y me hizo correrme sobre las
rosas que estaban ah�. Le puse sus bragas y me coloque nuevamente mi delgado
pantal�n para volver al sal�n sin que nadie nos descubriera.
Ese dia termine mi clase normalmente. Mi pene se adher�a a mi
pantal�n por lo pegajoso que se encontraba y yo solo quer�a llegar a mi casa
para darme un buen ba�o y tal vez cogerme salvajemente a mi esposa.
-si, me hace falta una ducha- dije en voz baja mientras me
bajaba el cierre de mi pantal�n creyendo que todas mis alumnas se hab�an ido.
-profesor...- me dijo una delicada voz cerca de mi.
Cuando voltee me di cuenta de que la dulce voz que escuchaba
era de otra de mis alumnas, una beldad de pelo rubio y piel clara, ojos azules y
dientes blancos, con un cuerpo casi comparable con el de Melody pero vestida
pulcramente con una falda hasta la rodilla y con un su�ter de cuello de tortuga
que aun asi mostraba su delgada figura.
-�qu�...que...?- no supe que responder, me levante
instant�neamente y me le quede mirando.
-espero no molestarlo- me dijo con total respeto.
-�eh...? no, no, �qu� deseas?- le pregunte ya un poco
aliviado.
-quer�a saber si...- se detuvo un momento mirando hacia mi
cintura y r�pidamente se cubri� la cara con sus manos- disculpe, disculpe- me
dijo un poco agitada.
-�qu� pasa?- pregunte algo confundido hasta que me di cuenta
de que mi pene sal�a de mi pantal�n algo excitado por el susto y medio erecto.
R�pidamente me guarde mi enorme verga, me sub� la bragueta y
me decid� a darle disculpas a la peque�a que, en lugar de estar asustada por mi
pene, tenia una cara de curiosidad que se le pod�a notar. Claramente me di
cuenta de que esta ni�a era muy respetuosa pero a la vez tenia ganas de
descubrir los placeres del sexo. Justo cuando le iba a decir algo a la peque�a,
llego Melody.
-Lolita, �qu� haces aqu�?, te estuve esperando- le dijo mi
princesa a la peque�a ni�a que al parecer era su amiga.
-es que...-dijo pausadamente mientras me miraba sonrojada- le
quer�a preguntar al profesor sobre los ex�menes- termino diciendo mientras
agachaba la mirada.
-pero...acabamos de comenzar el a�o- dijo un poco confundida.
-si, bueno... es que...- no logro terminar la frase mientras
fijaba su mirada a mi paquete.
-si- grite efusivamente- le dec�a a tu compa�erita que los
ex�menes no van a ser dif�ciles y que ser�n dentro de dos meses, asi que pongan
mucho empe�o en clases- le dije algo nervioso.
-bueno, vamonos ya- le dijo Melody a su amiguita.
-si..., vamonos- contesto la peque�a rubia.
-hasta luego profesor- dijeron las dos al mismo tiempo en que
sal�an del sal�n.
Cuando las dos se fueron, r�pidamente abr� mi portafolios,
saque la lista y comprob� que el nombre de aquella rubiecita era efectivamente
Lolita. No era diminutivo de Lola ni de Dolores, su verdadero nombre era Lolita.
Que emoci�n, no conozco a ninguna de mis alumnas por ser apenas el segundo dia
de clases, pero ya sabia el nombre de dos bellezas que parec�an estar
predestinadas para complacer fantas�as, mis fantas�as.
Como siempre, al llegar a mi casa me ba�e y me empec� a
preparar para la llegada de mi deliciosa esposa. Me acost� en la cama y cuando
por fin llego mi esposa me lance sobre ella sin darle tiempo de quitarse la
ropa, se la arranque y r�pidamente me la empec� a follar por todas partes con el
recuerdo en mi mente de aquellas dos preciosidades que ya me hab�an visto mi
verga.