Relato: Crimen & Castigo



Relato: Crimen & Castigo


Crimen & Castigo



Hola, lo que me paso fue terrible, todo comenz� cuando esa
ma�ana, para caer bien en el colegio nuevo, decid� usar el auto de papa y esto
sin ped�rselo prestado.


Se que estuvo mal sacarle el auto sin pedirle permiso, pero
realmente quer�a causar una buena impresi�n a mis nuevos compa�eros.


El d�a marchaba bien y mis nuevos compa�eritos y compa�eritas
me recibieron de maravilla, todos muy atentos y cordiales. Al medio d�a, una vez
finalizado el primer d�a de clases me marche a mi casa y para redondear una
buena impresi�n acerqu� a un par de nuevas amigas a sus casas, y all� comenz� el
d�a que nunca olvidar�.


Llegando a mi casa volv�a distra�da pensando en la lindo que
hab�a sido el d�a y en como impresionar�a al d�a siguiente, y as� fue como
doblando a la esquina no puse suficiente atenci�n y me lleve puesto un auto que
estaba estacionado. No pod�a creer lo que hab�a hecho, me baje del auto y me di
cuenta que la hab�a roto un farol y rayado el guardabarros.


R�pidamente reaccion� y me di cuenta que si aparec�a el due�o
del auto al que hab�a chocado las cosas se pondr�an aun peor, claro esta por que
aun no tenia el registro ya que tengo solo 16 a�os, y adem�s mis padres no
sab�an que me hab�a llevado el auto, cosa que no me hubieran permitido hacer
jam�s y motivo por el cual me lo lleve sin pedir.


As�, me sub� r�pidamente al veh�culo y arranque. Minutos
despu�s hab�a metido el auto en la cochera y aun temblando comenc� a pensar como
lo solucionar�a. Lo primero que se me ocurri� fue mentir o desaparecerlo para
que crean que lo hab�an robado, pero seguramente alguien me habr�a visto y, a
pesar de que somos nuevos en el barrio por lo cual ning�n vecino se acercar�a a
preguntar a mis padres como me encontraba, seguramente con la investigaci�n
policial saldr�a todo a la luz.


De este modo, llegue a la �nica soluci�n posible. Como mis
padres no llegar�an sino hasta el d�a siguiente por la ma�ana y como el da�o no
hab�a sido tan grande como en un comienzo cre�, se me ocurri� llevarlo a un
taller mec�nico y pedirles que lo arreglen lo m�s r�pido posible sin importar el
dinero. Como no tenia dinero para pagar siquiera los repuestos o la mano de obra
y menos aun pidi�ndoles que lo hicieran en tan poco tiempo se me ocurri�
pedirles que lo arreglasen para primera hora del d�a siguiente sin importar lo
que cueste. As�, suponiendo que lo dejar�an arreglado desde la noche anterior
para entreg�rmelo en cuanto llegue a la ma�ana siguiente, yo entrar�a en la
noche para llev�rmelo sin pagar el arreglo, por lo menos hasta que juntase el
dinero.


Planifiqu� todo, mire el reloj y me dispuse a llevar el coche
hasta un taller mec�nico que hab�a visto ya alguna vez al pasar. Llegue hasta el
lugar y mientras esperaba a que me atendiesen me dedique a mirar como y por
donde entrar�a esa noche, el lugar era un gran galp�n situado entre medio de dos
fabricas que nunca supe a que se dedicaban, pero si sabia que dejaban su
maquinaria funcionar durante toda la noche. Esto en un comienzo me preocupo por
miedo a que hubiera trabajadores cerca a la hora en que pensaba entrar, pero
luego me tranquilice e incluso me alegr� pensando que no est�n las salidas por
la misma calle, por lo que no me cruzar�a con nadie y adem�s el constante ruido
de los equipos me permitir�a llevar a cabo mi plan sin preocuparme por el ruido
que pudiera hacer.


Luego de que me atendiera un mec�nico y le explicara lo
urgente del trabajo, logre que dejara de mirarme con cara de depravado y que
coordin�ramos en que horario temprano de la ma�ana pasar�a para buscar el auto
el d�a siguiente. Ya a esa altura me sent�a sumamente intimidada por que la
�nica cliente que quedaba en el garaje era yo, y todos los mec�nicos me miraban
de un modo muy obsceno, por lo cual, trate de dejar en claro todo lo m�s
r�pidamente posible y me retir� casi a las corridas.


Al anochecer, comenc� a prepararme para mi primer delito, la
verdad estaba comenzando a arrepentirme pero ya era tarde, tenia que seguir
adelante. Tom� la ropa interior deportiva que tenia pensado usar la cual
consist�a en una tanga elastizada que, t�pico de la ropa interior deportiva, la
parte de abajo era bastante calada en el frente y casi "cola-less" atr�s
para que no se marque la sombra en las calzas y la parte de arriba no tenia
breteles. Luego me puse un pantal�n deportivo para moverme con facilidad, ya que
adem�s de estirarse me quedaba bien entallado, a pesar de que soy delgadita, y
as� adem�s no me enganchar�a con ning�n alambrado o reja. Luego me puse un top
de gimnasia que tambi�n me quedaba ajustado, por un lado por ser de lycra y
adem�s por que tengo una delantera bien dotada. Me coloque una campera
deportiva, me anude mi cabello largo y casta�o y sal� a cumplir con mi plan.


Ya eran m�s de las doce de la noche y me encontraba caminando
por m�, a estas horas, solitario barrio. Llegue hasta el taller, mir� a mis
alrededores y al no notar movimiento alguno ni en las calles ni en el interior
del taller me decid� a entrar. Mientras ingresaba, bastante despreocupada por
llamar la atenci�n ya que el ruido de los talleres lindantes parec�a
magnificarse en el silencio de la noche, observe como el port�n de entrada
estaba entreabierto. No pod�a creer la suerte con la que estaba corriendo,
suerte que por cierto se acabar�a pronto. Entr� al garaje e inmediatamente pude
ver mi auto, me acerqu� y note lo impecable que hab�a quedado. Lo primero que me
vino a la mente fue que si lograba sacarlo r�pido de ah�, mi travesura no
tendr�a mayores consecuencias, y lo segundo fue que cuando juntase alg�n dinero
seria correcto volver al taller para agradecer al tan bien hecho trabajo de
estos hombres.


Mir� en el interior del coche y pude ver que las llaves se
encontraban colocadas en el arranque. Mire en los alrededores y al no encontrar
a nadie, tom� valor y me sub�. Puse en marcha el motor y lentamente comenc� a
salir del galp�n.


Al llegar al port�n me encontr� con la novedad de que el
port�n, que hasta hace instantes se encontraba abierto, ahora estaba cerrado.
Sorprendida, me baj� r�pidamente del auto y me dirig� hacia el. Cuando quise
volver a abrirlo no lo logre, un nuevo intento me hizo caer en la cuenta de que
estaba cerrado con candado.


En ese instante, asust�ndome completamente, se encendieron
las luces del auto y quedando completamente encandilada pude ver la figura de
tres hombres en los lados del coche�





�Que haces tu aqu�, jovencita?


Nada, no hago nada � Les dije muy asustada y sorprendida.


�C�mo que nada? � dijo uno de ellos � A m� me parece que
algo estar�as haciendo.


No es que yo, eh, nada, solo estaba, eh � Y no pude decir
nada, nada se me ocurr�a �


�T� que?, Estabas haciendo algo �O no?


Disculpe se�or, ya me iba.


No ni�a, � me dijo quien me hab�a atendido esa tarde � Tu
no te vas a ning�n lado.


No pero�


Tu eres la chica que me trajo este auto, �Quer�as
llevarlo sin pagar?


No, es que yo�


Ven aqu� � me dijo mientras me tomaba del brazo y me
llevaba casi al vuelo hacia una habitaci�n en el fondo del garaje �





La habitaci�n era una especie de cuarto de descanso, supongo
yo, para el jefe o due�o. Ten�a un escritorio bastante desordenado contra una
pared, una cama cuya limpieza dejaba mucho que desear situada en la pared
opuesta, un sill�n de un par de cuerpos y unas estanter�as con muchos papeles y
un Televisor. Por lo dem�s no era de grandes dimensiones y la iluminaci�n era
m�s bien tenue, a excepci�n de la zona del escritorio que al tener una l�mpara
encendida sobre �l, estaba m�s iluminada. Esta luz me permiti� observar lo que
m�s me llam� la atenci�n de la habitaci�n, esto fue que al observar las paredes,
estas estaban pr�cticamente empapeladas por fotos y recortes de mujeres
desnudas, o en actos extremadamente obscenos. Par�ndose el jefe frente a m�, y
quedando yo situada en el centro de la habitaci�n, pr�cticamente rodeada por
los, ahora, cuatro hombres, intente continuar con mis excusas:





Espere, yo le dir� que es lo que pas�.


Bien, te escucho � Dijo quien parec�a ser el due�o �


Nada, es que tuve un problema con el auto, pero yo
pensaba pagarlo.


�A si?, �Y Cuando pensabas hacerlo?


En alg�n tiempo, estoy juntando dinero para�.


Ni�a, ser� directo. �Tienes el dinero o no?


No pero yo�


Pues entonces, lo pagaras de alg�n otro modo, adem�s me
has puesto cachondo desde esta tarde.





En ese momento me sent� paralizada del miedo. Este hombre con
quien hab�a tratado desde un comienzo, y que supon�a yo era el jefe, hizo un
gesto a los otros tres hombres, uno de los cuales, que era flaco y alto a quien
yo deb�a llegarle no m�s all� del pecho, era quien m�s obscenamente me hab�a
estado mirando esa tarde, y que poco importaba si me hab�a molestado o no, pues
en ese instante sent� como su mirada me despojaba por completo de mis prendas.


El jefe le reiter� la se�a a el tercero, que seria un hombre
de unos cuarenta y tantos a�os y bastante obeso, y este, autom�ticamente salio
del cuarto. Unos instantes despu�s pude escuchar que un motor extremadamente
ruidoso se encend�a. Este ruido pr�cticamente no dejaba que pudiera decir nada
debido a su potencia, ruido que se silencio considerablemente cuando, ya de
regreso, el hombre obeso cerr� la puerta tras de si.


Yo, ya palidecida de miedo, comenc� a lagrimear, temiendo
mucho que estos hombres me golpearan o me lastimaran.


El jefe, se acerco a mi y me indico que me sentara en la
cama, y yo paralizada no pude ni moverme.





Ven ni�a, si�ntate, hablaremos de las formas de pago, - y
tom�ndome del brazo me condujo hasta la cama donde sin forzarme, pero
gui�ndome, me sent�. �


Disculpe, - le dije -, le aseguro que pensaba pagarlo,
solo necesitaba unos d�as m�s.


Pues has hecho mal, ahora tendr�s que pagarnos de alg�n
otro modo.


�De que modo?


Ya veremos, pero primero quiero ver que no te est�s
robando nada.


No, no se�or, yo no me rob� nada.


Ya lo veremos, s�cate la ropa.


�Qu�?, no, no har� eso.


Pues entonces tendr� que palmearte.


Pero yo no rob� nad... � y sin darme lugar a terminar me
interrumpi� �


Elige, o me muestras o te palmeo.





La idea de que ese hombre tocara alguna parte de mi cuerpo no
me agradaba en lo m�s m�nimo, pero menos aun me agradaba la idea de quedar
desnuda frente a todos ellos.





Elige ni�a, - replic� � �Nos muestras o te reviso?


Est� bien, si quiere rev�seme, pero vera que no tengo
nada.





Pero claro est�, ese no era su objetivo. El hombre me hizo
parar de frente a las estanter�as quedando �l a mis espaldas, y pasando sus
brazos por mi lado comenz� a bajarme el cierre de la campera, aprovechando para
rozar su bulto contra mis gl�teos. A esto yo no pude reaccionar, como tampoco lo
hice cuando me sac� la campera por completo. Acto seguido, me indic� que apoyara
las manos en uno de los estantes superiores y que separara un poco las piernas.
Yo, a lo de las manos respond� sin decir nada, pero a lo de separar las piernas
no acced�, y permanec� quietita.


El hombre, mientras los otros tres miraban con grandes
sonrisas, comenz� a recorrer los laterales de mi cuerpo, subiendo por mis
caderas, revisando mi abdomen para comprobar que no tuviera algo all� escondido,
y caus�ndome un escalofr�o, recorri� el lado interno de mis brazos hasta rozar
los lados de mis pechos. El ruborizado y el salto que esto me caus� deben de
haber sido notorios ya que al instante sent� las rizas de los otros quienes
segu�an mirando cada vez m�s atentos.


Su recorrido sigui� desde mis tobillos cuesta arriba, as�, a
trav�s de mis apretados pantalones, pod�a sentir sus manos recorriendo mis
piernas y muslos, del mismo modo que �l pod�a sentir mis firmes piernas. Supongo
que esto caus� alg�n efecto en �l por que las recorri� durante eternos segundo
llegando incluso a dar alg�n apret�n en mis muslos. Detonante fue cuando al
llegar a mis gl�teos, no se content� con rozarlos sino que los apret� e incluso
comenz� a separarlos, esto autom�ticamente caus� mi reacci�n y girando me apoy�
de espaldas en las estanter�as.


Los cuatro se sonre�an e incluso re�an con todo descaro, y yo
no pod�a m�s que sujetarme a las estanter�as intentando calmar mi respiraci�n.





Ven. � me dijo el hombre gui�ndome hacia la cama
nuevamente � rel�jate que conversaremos un rato sobre como solucionar esto.






Me sent�, y a mi lado se sent� este se�or. Yo no pod�a dejar
de mirar de reojo las fotos que me rodeaban, por que si bien ya hab�a visto este
tipo de publicaciones en lo de alguna amiga, e incluso en mi casa, nunca fueron
de un tono tan subido. El jefe, se dio cuenta de esto y luego de se�alarle al
flaco alto un caj�n, comenz� a preguntarme al respecto.





�Te gusta este tipo de material?


Nnno sse� se�or � le dije a�n con miedo �


�Por qu� las miras con tanto entusiasmo entonces?


Perdone, no las miro m�s.


No ni�a, no quise decir que no las pod�as mirar, solo que
tengo m�s, y si quieres podemos verlas.





En ese momento el flaco alto, quien hab�a sacado del caj�n
una serie de revistas, se las entrego al jefe y se sent� a mi otro lado.





�Quieres verlas?, �Tengo algunas muy entretenidas?


Bu�bu� bueno, - Dije m�s por miedo que por gusto. �


�De que tipo quieres ver?





Acto seguido el hombre que me hab�a manoseado comenz� a pasar
las paginas de una de ellas, all� se ve�a a una chica de menos de veinte a�os
que a medida que se suced�an los cuadros, aparec�a cada vez con menos ropas,
pas� una pagina m�s y ya se pod�a ver a trav�s de cada cuadro, como esta chica
quedaba completamente desnuda haciendo poses que la dejaban completamente
expuesta a primer�simos planos de sus zonas m�s privadas. Al ver esto, lo
primero que pens� fue lo humillada que se deber�a haber sentido la modelo al
posar, pero luego me comenzaron a llamar la atenci�n detalles como lo sensual
que sabia mostrarse o como tenia completamente afeitado su triangulito intimo.
Este se ve�a muy distinto al m�o, dejaba a la luz su tierna y suave monta�ita de
un modo mucho m�s er�tico.


La siguiente p�gina mostraba como un muchacho se situaba
junto a ella y comenzaba a acariciarla, comenzando en sus senos, siguiendo en
sus gl�teos y terminando situando su boca sobre su vagina. Unos cuadros m�s en
donde la chica se retorc�a de placer completaban la p�gina. Al pasar la hoja, el
cuadro m�s grande era un primer plano del rostro de ella, haci�ndole una mamada
al muchacho, varios cuadros como este se siguieron hasta que en un cuadro de la
siguiente hoja se ve�a como dos hombres m�s ingresaban en la habitaci�n y
comenzaban a sobar su cuerpo, a lo cual, para mi asombro, la chica respond�a
gustosa.


Las im�genes se suced�an, y la chica utilizaba sus manos para
satisfacer a un par de ellos mientras con su boca succionaba el miembro del
otro, pasando de miembro en miembro como si fuera uno solo. Al voltear a una
nueva p�gina, ya se pod�a observar como su ano albergaba completamente el
miembro de uno de los hombres que la sodomizaba, mientras sus manos y boca la
daban placer o los otros dos. Las p�ginas se completaban as�, con im�genes de
ella siendo sodomizada por unos y por otros alternadamente, o siendo penetrada
por su vagina.


La secuencia de esta pagina conclu�a con la chica situada
como en un s�ndwich, siendo penetrada por sus dos orificios al mismo tiempo y
succionando el miembro restante.


La p�gina siguiente fue la m�s desagradable de todas, ella
situada con los tres miembros que la rodeaban a la altura de su rostro comenzaba
a recibir una a una, la descarga del semen en su boca, para terminar con su
rostro y labios derramando los fluidos de sus amantes a la vez que les limpiaba
sus glandes. La revista se cerr�, y yo quede at�nita.





�Alguna vez has hecho algo as�?, - Me pregunt� el jefe �


Nnno, no. � Respond� r�pidamente mientras meneaba la
cabeza �


Sabes que eres una ni�a muy bonita, �No?


�Pp...puedo irme se�or?


No, a�n no nos has pagado.





En ese momento sent� un escalofr�o que me recorr�a todo el
cuerpo, el hombre flaco y alto hab�a apoyado una mano en la cara interna de uno
de mis muslos y comenzaba a acariciarlo, yo intuitivamente apoye mi mano sobre
la de �l para que se detuviera. En ese instante el jefe me abrazo pasando uno de
sus brazos por mi espalda y mientras me besaba el rostro y el cuello, con su
otra mano comenz� a acariciarme uno de mis pechos por sobre mi top de lycra, que
es con lo que hab�a quedado vestida, ya que la campera hab�a quedado sobre una
silla.


A esto, no supe como reaccionar y quede por unos instantes
con la mente en blanco. Los dos segu�an sob�ndome, uno mis muslos, y el otro
alternadamente mis pecho mientras me besaba el cuello que se encontraba
completamente al alcance al igual que mis hombros, ya que, ni la parte superior
de mi ropa interior ni el top ten�an breteles y adem�s tenia el pelo recogido.
Mi mente sali� de ese estado cuando sent� como la mano del flaco se posaba sobre
mi entrepierna. Esto caus� que rechace sus manoseos casi con violencia, a lo
cual el flaco respondi� tom�ndome de los brazos y tens�ndolos a mis espaldas,
mientras gritaba pidi�ndoles que me suelten e intentando, in�tilmente,
forcejear.


Estaba yo, casi en estado de p�nico, y en ese momento un
bofetazo del jefe hizo que me quede callada y quieta de repente.





Bueno ni�a, parece que no tienes intenciones de pagarnos
as� que no me dejas otra soluci�n que la de denunciarte a la polic�a, y
claro esta, tener que pedirle a tus padres que sean ellos quienes paguen por
el arreglo.


No, no haga eso, se lo suplico. �Qu� quiere de m�?


Mmm�, hagamos una cosa, nos tienes loquitos desde hoy a
la tarde as� que�


�Qu� quiere se�or?


Tendr�s que ser buenita con nosotros por un rato.


�Buenita�?


Si � Y en ese instante el jefe se par� delante m�o, y
bajando su pantal�n, dej� ante mi un miembro a medio crecer �


Pero, yo nuca he�


Como prefieras ni�a, es tu decisi�n. Adem�s, con esto
quedar�an todas las deudas saldadas � Yo tenia n�useas solo de pensar en
eso, pero solo quer�a terminar con esto, y haciendo este sacrificio, en un
rato todo habr�a terminado. �


Esta bien, acepto, pero de a uno por vez, y a solas.


Esa es una ni�a buena, venga.





El jefe les hizo una se�a a los otros hombres y estos
salieron del cuarto. El jefe se sac� por completo el pantal�n y se recost� en la
cama.





Venga ni�a, b�jame lo que queda de ropa y comienza tu
labor.





Yo me incline sobre �l, y le baj� su ropa interior hasta las
rodillas. Luego, cerr� los ojos, abr� mi boca y comenc� con esa labor que nunca
hab�a hecho, pero que deb�a aprender por la fuerza y r�pido.


Los primeros intentos fueron lo m�s distantes posible, me
limitaba a darle besitos casi sin separar mis labios y lo sujetaba con solo
algunos dedos, pero un grito y un tir�n de pelos de quien me estaba forzando a
semejante labor hicieron que cambie de t�cnica.





Usa tus dos manos�.


Ahora m�tetelo en la boca. � Replic� �


Si no lo haces como te mostr� en la revista, me enojar�
mucho.





Ya no pod�a escaparle a esta labor, adem�s cuanto antes los
satisfasciera m�s r�pido me ir�a. Tom� ese miembro, que ya hab�a crecido
much�simo, y comenc� a succionarlo mientras los sujetaba entre mis manos. Le
pasaba la lengua por su glande, lo deslizaba hacia arriba y hacia abajo, y lo
introduc�a, hasta donde pod�a, dentro de mi boca.


Los cristalinos fluidos que emanaban como lubricantes de esa
masa de carne y venas, se mezclaban con mi saliva empapando mi boca y labios.


Luego de unos minutos de hacer esto, ya hab�a logrado superar
el desagrado y las n�useas que esta denigrante labor me produc�a, y si bien
estaba lejos de disfrutar algo de lo que suced�a, comenzaba a sentir que no era
un precio tan alto el que estaba teniendo que pagar por el error que hab�a
cometido.


Mientras, con la ambici�n de finalizar lo antes posible con
esto, me manten�a concentrada en la tarea de darle placer, sent� un leve ruido
detr�s. R�pidamente gir� mi cabeza y observ� como los otros hombres hab�an
ingresado nuevamente, y mientras se acariciaban sus miembros, miraban lo que,
humillada, tenia que hacer. Quieta por unos instantes debido a la desorientaci�n
de lo que hac�an, fui metida nuevamente en mi labor por las manos de quien se
cobijaba en mi boca. Por unos instantes dude si decirles que salieran o si, a
pesar de lo acongojada que me sent�a por estar entre todos estos hombres
mientras realizaba tan obscena labor, me conven�a m�s que sigan aceler�ndose, lo
que me facilitar�a el trabajo luego. Pero esta duda desapareci� en el instante
en que me di cuenta de que uno de ellos portaba una c�mara y hab�a estado
filmando todo desde quien sabe cuando.





No. � Les dije � No pienso seguir con esto.


Basta ni�a � Dijo el jefe con el se�o fruncido � Me has
cansado, ahora si llamar� a la polic�a, a tus padres e inclusive a los
diarios locales.


No, espere. Hablemos, yo �


Ning�n hablar, y adem�s de denunciarte a ti y a tus
padres, por que tambi�n los denunciar� a ellos �Aclar� para mi horror �
Mostrare y har� publico lo ya filmado.


NO. �Dije de un grito- No haga eso. Mis padres se
morir�an.


Bueno, esta es tu �ltima oportunidad, sigue tu labor sin
decir palabra alguna.


Pero�


Nada, �Acaso quieres que lo haga? � Me dijo mir�ndome a
los ojos, y segundos despu�s me inclino la cabeza sobre su miembro e
incrusto nuevamente su pene en mi boca � Sigue.





Mi humillaci�n era indescriptible, ya los otros hombres se
hab�an acercado sent�ndose en el borde de la cama para, mientras segu�an
acarici�ndose ya con sus miembros completamente desenfundados, aprovechar para
ver m�s de cerca mi mamadas. Y completando la situaci�n, se encontraba uno de
ellos que registraba con lujo de detalle todo lo que acontec�a. Por momentos
filmando toda la escena con los hombres que me rodeaban y a mi en el centro
d�ndole placer a ese hombre, y por momentos hacia acercamientos tomando en
primer plano mis labios y manos desliz�ndose por ese cilindro de carne.





Que linda sales perrita � Me dec�a quien filmaba - Sigue
chupando como te gusta.





Segu� haciendo lo m�o, a pesar de que comenzaba a sentir como
cada tanto alguna mano se posaba sobre mis pechos dando alg�n que otro pellizco
a la zona donde asum�an estaban mis pezones, haci�ndome pegar saltos, gritos y
respingos cada vez que lo hac�an, lo cual consegu� evitar dificult�ndoles el
acceso al taparme con los codos el costado de mis colgantes senos. Y si bien
esto dio resultado, ahora para poder seguir con mi labor tenia que inclinarme
aun m�s sobre aquel miembro lo cual le daba un acceso m�s directo a mi garganta
y me pon�a en una posici�n en la que mis nalgas quedaban mucho m�s expuestas,
sobre todo teniendo en cuenta la ropa que llevaba puesta. Fue cuesti�n de
instantes hasta que se tentaron con mis partes posteriores, digo esto por que
pude sentir claramente sus manos palpando, al comienzo y apretujando despu�s,
mis gl�teos. Situaci�n incomoda si las hay, que me llevo al borde del llanto
cuando de cuando en cuando sent�a alg�n dedo que pasaba por entre mis apretados
muslos para recorrer con la yema de sus dedos mi tierna y t�mida canaletita.
Esto y c�mo liberarme de esa situaci�n, me estaba llevando casi toda la
atenci�n, hasta que sent� en mis labios las contracciones del miembro que lam�a,
lo cual confirmado por los mugido que se hac�an m�s notorios, me indic� que
estaba a punto de eyacular. Instintivamente retire mi boca de all�. � Pues no
dejar�a que un hombre, y menos aun uno tan repulsivo como este, descargara sus
asquerosos fluidos en mi garganta � Pero no pude escapar del todo al
desagradable acto ya que este perverso, al ver que me retiraba y estando a punto
de terminar, apoy� mi cabeza de costado contra su abdomen y apunt�ndome con ese
asqueroso mounstro de un ojo al que sacudi� un par de veces m�s, comenz� a
descargar el espeso fluido sobre mi rostro. Yo quer�a quejarme, pero no pod�a
retirar mi cabeza de all�, y la idea de que algo de eso entrar� en mi boca,
descartaba por completo la idea de intentar pronunciar palabra alguna.


Cerrando los ojos y boca con fuerza, aguante las emanaciones
que ese aparato escup�a en mis parpados, p�mulos y labios, o mejor dicho, en
toda mi cara. Sent� como las eyaculaciones cesaban y, produci�ndome un desagrado
que me llevaba al borde de las arcadas los grumos comenzaban a deslizarse cuesta
abajo esparci�ndose por mi rostro. Luego quise usar mis manos para llevarme el
top al rostro con la idea de limpiar ese desagradable liquido, pero no contento
con haberme hecho todo lo que me hizo, me sujeto mis mu�ecas juntas, yo no sabia
por que lo hacia e intent� abrir los ojos a trav�s de ese espeso liquido.





No ni�a � Me dijo � Antes de limpiarte t�, l�mpiame a m�.


Su�lteme, quiero limpiarme por favor. � Le suplique ya
asqueada �


No, primero limpia mi miembro.





Y asqueada con la idea de seguir con esos fluidos por mi
rostro, y descartando por completo la idea de seguir hablando, ya que cada vez
que habr�a la boca sent�a como el semen que hab�a quedado en la comisura de mis
labios tend�a a irse hacia adentro de mi boca, acced� a lo que me dec�an. Si al
comienzo fue asqueroso, ahora todo cubierto por sus propios fluidos me
desagradaba aun m�s, pero solo deseaba sacarme de una vez ese n�ctar que
comenzaba a escurrir por mi cuello y se secaba en mi cara, por lo tanto, y
adem�s ya estaba curada de espanto, mientras aun me sujetaba las manos tome ese
mimbro solo usando mi boca, y mientras lo sujetaba con los labios lo limpiaba
con la lengua.


Una vez hecho esto y con el miembro ya casi fl�ccido entre
mis labios, por fin me solt� y yo levante mi top de lycra para limpiarme el
rostro y cuello. Con la ansiedad por sacar esos restos de mi cara, no me di
cuenta de que al haber levantado mi top quede m�s expuesta y se me ve�an los
pechos contenidos en mi sost�n. Reci�n me di cuenta de esto, una vez que casi ya
limpia pude observar como los tres que quedaban sin satisfacer me miraban
fijamente. Para cuando reaccion�, fue tarde, el m�s flaco de los tres que estaba
a mi lado, antes de que pudiera bajar de nuevo mi top y aprovechando que mis
brazos estaban levemente alzados, la tom� de atr�s y r�pidamente me lo retiro
por sobre mi cabeza dej�ndome solo con el sost�n.





No, devu�lvame eso.


No te preocupes, ya te lo devolver�, pero primero cumple
con los dem�s.





Realmente no quer�a quedar expuesta de ese modo pero deseaba
irme r�pido, as� que para no discutir me dispuse a seguir con lo m�o. Mire a m�
alrededor y observe al obeso que sentado en el borde de la cama y con su miembro
completamente erecto me indicaba que era su turno. Yo me acerque de rodillas,
que es como me encontraba, y me situ� entre sus piernas inclin�ndome as� para
comenzar de cero con este nuevo aparato.


Comenc� introduci�ndome el miembro en la boca y sujet�ndolo
de la base con una de mis manos lo recorr�a arriba y abajo con los labios, y si
bien para esta altura ya me sent�a una experta, el desagrado que me daba no me
dejaba hacer esta labor lo suficientemente c�moda como para terminarla lo antes
posible. Luego de un rato, el desagrado comenz� a hacerse menor, pero me
incomodaba mucho como el sujeto con la c�mara, que era un muchacho negro como el
�bano de m�s de un metro noventa bastante menudito y de no m�s de treinta a�os,
segu�a filmando. En ocasiones haciendo primeros planos de ese desagradable
miembro cobijado en mi boca el cual sal�a casi en su totalidad haci�ndome
presionarle la cabeza con mis labios para luego introducirse, lenta pero
r�tmicamente, hasta casi producirme arcadas por la profundidad que alcanzaba.


Luego de un tiempo de seguir con la mamada que hacia, el m�s
flaco de todos se sent� inmediatamente al lado del gordo al que plac�a y con su
m�stil erecto me tom� una de las manos, la cual usaba para apoyarme sobre la
cama, y la coloc� sobre su propio miembro, y m�s all� de que al sacarme la mano
de apoyo casi me incrusto el miembro que chupaba hasta el fondo de la garganta
ahora tenia que placerlos de a dos a la vez. Esto, que en un principio me hab�a
negado a hacer ahora lo tomaba como mal menor con la intenci�n de terminar lo
antes posible mi castigo, castigo que no cre�a merecer pero que estaba
cumpliendo.





Haz como las fotos que viste en la revista � me dijo el
m�s flaco


�C�mo? � Pregunt� con parte del pene del hombre m�s gordo
aun en mi boca.


Ponte entre medio de nosotros dos tomando con cada mano
una de nuestras baritas m�gicas, y pasa con tu linda boca de uno al otro.





Esto no me resultaba tan aterrador como podr�a haber cre�do
hasta un d�a antes, y si bien ya nunca m�s podr�a decir que no hab�a estado con
dos hombres a la vez, estaba dispuesta a hacer ese sacrificio o simplemente
mentir con tal de disminuir a la mitad el tiempo dedicado a algo tan
desagradable. As� que me puse manos a la obra, o mejor dicho, manos y boca a la
obra. Me sit�e de rodillas en el piso quedando entre medio de ellos, y tomando
un miembro con cada mano me dispuse a pajearlos a los dos al mismo tiempo, lo
cual por una cuesti�n de coordinaci�n no resulto f�cil, pero luego de unos
minutos y ya usando tambi�n mi boca para chuparles alternadamente, lo fui
logrando.


El inconveniente resulto ser que para poder pasar de un pene
al otro tenia que tirar todo mi cuerpo hacia un lado o hacia el otro,
dependiendo de a quien le tocara, y esto hacia que quedara en una situaci�n en
la que me resultaba casi imposible cubrir mis pechos con mis brazos para evitar
el manoseo que ambos me daban. Al comienzo no me resultaba tan inc�modo por que
ya no me pellizcaban y adem�s el manoseo lo hac�an por encima de la tela del
sost�n, y aunque a cada rato tenia que soltar alguno de los miembros para volver
a acomodarme la delantera dentro de la ropa, no me resultaba tan incomodo. Pero
despu�s, cada quien puso una de sus manos por encima de cada una de las m�as,
cada una de las cuales quedaba inexorablemente apretando cada uno de sus
miembros, y a partir de all� no pude volver a soltar los penes que masturbaba ni
tampoco volver a acomodar el sost�n.


Claro est�, con la mano libre que le quedaba a cada uno, y
ahora ya meti�ndola directamente por dentro del sost�n, los dos continuaban con
sus manoseos en mis pechos.


Mucho tiempo tampoco tuvieron que estar con sus manos entre
mis pechos y el sost�n por que aprovechando lo muy ocupada que estaba entre
todas estas acciones casi acrob�ticas y estando un poco a los sacudones para
sacarme esas manos de encima, como si de dos moscas se tratara, el negro alto
que tenia la filmadora, destrabo h�bilmente mi sost�n y en cuesti�n de un
segundo mis dos pechos quedaron colgando a la intemperie. Asunto al que quise
reaccionar, pero el m�s gordo, a quien en ese instante masturbaba y satisfac�a
con mi boca, r�pidamente solt� uno de mis pechos para incrustarme nuevamente
contra su miembro con el cual casi me ahoga.


Por lo tanto, con mis manos aun sujetas a esos miembros y
forzadas a seguir masturb�ndolos, m�s las apretadas que quien aun segu�a
manoseando mi pecho me daba para que no me incorporara, hicieron que tenga que
soportar esta nueva situaci�n como si nada. Adem�s, la verdad ten�a miedo de que
se enojaran y esto les diera una excusa para ir m�s all� de donde ya hab�an
llegado.





Esta es una toma que no me puedo perder � Dijo el de piel
negra que estaba filmando.





Acto seguido, sent� como de un tir�n bajaba mi pantal�n
deportivo hasta mis rodillas, y si no lo bajo m�s all� fue por que precisamente
de rodillas me encontraba. Y yo, totalmente abochornada, por que si bien no era
virgen tampoco hab�a estado expuesta as� delante de ning�n hombre, de hecho
nunca un chico me hab�a visto muy de cerca all� abajo y menos aun acercado su
cara, pero bueno ahora lo estaba, y sumado al susto se imaginar�n que quise
salir de un salto, y tambi�n se imaginar�n que de ning�n modo me soltaron para
que lo haga. De hecho, luego del tir�n inicial que intent� hacer para
incorporarme, me volvieron a enterrar la cabeza en esos penes llenos de sus
fluidos y mi saliva, y as� ascend� un escal�n m�s en el rango de mujerzuela.


Seguimos en estas acciones durante alg�n que otro minuto
hasta que quien filmaba fue otro paso m�s all�, as� en uno de los tantos
acercamientos que hacia sobre mi trasero y sobre la parte de mi vulva que
asomaba hacia atr�s por debajo de mi ropa interior, la que al ser ajustada
marcar�a todo, ahora para hacerlo aun m�s expl�cito, me corri� la tanga
deportiva hacia un lado dejando entrever, entre medio de mi cabellera p�bica,
toda la parte inferior de mi vagina, labios y agujerito inclusive. A lo cual,
ahora s� reaccione de un salto, par�ndome al tiempo que me volv�a a acomodar la
tela de mis braguitas y sub�a nuevamente mis pantalones.





Basta, ya est�, d�jenme ir. � Le dije casi suplicando �


No, aun no has terminado � Me dijo el m�s gordo que se
hab�a parado y me indicaba que me acercara nuevamente a la cama �


Entonces cumplan su palabra y no vallan m�s all� de donde
prometieron. � Les dije intentando tomar coraje �


Bueno, ven y recu�state en la cama, seguiremos con lo que
est�bamos pero en otra posici�n.





La verdad que no me resultaban personas de confiar, pero
ahora, nuevamente un poco m�s tranquila, por alg�n motive me pareci� que
respetar�an lo pactado. El mismo gordo me indic� que me recostara sobre la cama
transversalmente y con la cabeza fuera de la misma, es decir, colgando hacia
atr�s. Hecho esto, �l se coloc� de rodillas detr�s de mi cabeza dejando as� su
miembro a la altura de mi rostro, seguido lo cual, empez� a pasar la cabeza
h�meda de ese instrumento por mis labios y luego lo comenz� a introducir
nuevamente en mi boca.





Vamos ni�a, t�malo con tus manos y ponte a chupar
nuevamente.





Esto no era lindo, pero no era distinto a lo que venia
haciendo desde ya un rato atr�s. El flaco delgado a quien antes hab�a estado
atendiendo junto con el gordo se colocaba ahora con una pierna a cada lado de mi
cuerpo y colocando su pene entre medio de mis pechos, que aun estaban
descubiertos, comenzaba a masturbarse con ellos d�ndome una suerte de
penetraci�n de tetas. Y por supuesto, se podr�n imaginar que el negro alto y
delgado segu�a filmando con todo lujo de detalle.


Ver a este negro filmando, a esta altura ya, no me hubiera
llamado la atenci�n, pero me qued� congelada cuando al ver que con la mano libre
se acariciaba su bulto por encima del pantal�n not� el tama�o que ten�a ese
bulto, y lo que deber�a medir semejante "cosa". Lo primero que me pas� por la
mente, fue las charlas con mis amigas en las que brome�bamos a cerca de la fama
de esta raza, pero luego pr�cticamente palidec� al pensar que quiz�s tendr�a que
satisfacerlo tambi�n a �l. Y no es por una cuesti�n racista, si bien tengo que
aceptar que me daba la impresi�n de que me dar�a un poco m�s de asco, el
problema resultaba que si tenia que colocar mi boca alrededor de lo que parec�a
ser inmenso, lo m�s probable es que no podr�a volver a comer en una semana.


Todo esto se fue r�pido de mi mente cuando comenc� a escuchar
los mugidos del m�s gordo, autom�ticamente cerr� mis ojos y boca y me dispuse a
tolerar nuevamente las escupidas de semen en el rostro. Cosa que tardo uno o dos
segundos en suceder, y que, a pesar de que la cantidad que me deposit� resultaba
abundante, no dur� mucho haci�ndolo. Mi reacci�n al notar que hab�a terminado
fue la de recordar que me har�a limpi�rselo as� que sin que me dijera nada tom�
el aparato y lo introduje en mi boca. Finalizado esto, intent� conseguir algo
con que limpiarme pero nada encontr�, y teniendo en cuenta que �l otro estaba
sentado, sin hacer fuerza pero apoyado al fin, sobre mi pecho, tuve que soportar
esa leche escurriendo por mi rostro hasta que el flaco alto termin�, cosa que no
tard� en hacer y que hizo sobre mis pechos. Esto no me result� entretenido, pero
la verdad que no quer�a m�s de ese asqueroso n�ctar esparcido por mi pelo y
rostro. Adem�s, ya todo hab�a terminado y me podr�a limpiar e ir a casa, si es
que el negro no quer�a su parte tambi�n.


Me limpi� nuevamente con mi top deportivo y mir� al negro con
una expresi�n que mezclaba la s�plica de que no me hiciera hacerle eso tambi�n a
�l, pero con la resignaci�n de que quiz�s me lo pedir�a.





No te preocupes gatita � Me dijo este negro � No te
cobrar� hoy.


�C�mo que "hoy"? �Qu� quiere decir? � Pregunt� asustada �


Bueno ni�a, no te preocupes por eso � Dijo el jefe quien
hacia rato estaba sentado en un sill�n.


Bueno, ahora ya me tienen que dejar ir, y con mi auto.


Si, vete tranquila, el port�n est� abierto y las llaves
puestas en el auto. Adem�s ya tenemos tu direcci�n y cuando lo necesitemos
te contactaremos.





Realmente no sabia de que estaba hablando ese se�or. En lo
que a mi respectaba el trato ya estaba cumplido y no les volver�a a ver la cara,
pero en ese momento no tenia ninguna intenci�n de averiguarlo, lo �nico que
quer�a era irme a mi casa a ba�arme dejar el auto y dormirme con la esperanza de
levantarme al d�a siguiente creyendo que todo hab�a sido un mal sue�o.


De cualquier modo, mientras volv�a hacia mi casa segu�
pregunt�ndome, �Qu� habr�a querido decir con que me contactar�an cuando me
necesiten?



Continuar�




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Relato: Crimen & Castigo
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